Esta mañana, los chicos de la asociación 24Frames de la Universidad Rey Juan Carlos, en Madrid, han organizado una sesión sobre series y política, alrededor de "House of Cards", a la que ha tenido la amabilidad de invitarme para hablar, en este caso, más de Netflix que de la serie en sí. Contaba también con los profesores Mario Rajas, de Comunicación Audiovisual, y José Manuel Sánchez, de Comunicación Política, para ofrecer una visión de análisis narrativo y del retrato de la política que se hace en la serie, y en el debate posterior se ha ido, inevitablemente, a la pregunta de por qué en España no sale una ficción televisiva que gire alrededor de la política.
Lo cierto es que es un tema que da para discutir mucho y que, probablemente, tiene varias razones en su centro, pero lo interesante es que, cuando hablamos de series sobre política, siempre pensamos en las "House of cards", "Veep", "Borgen", "El ala oeste de la Casa Blanca", las que se van directamente a lidiar con presidentes y primeros ministros, pero hay muchas maneras de tratar la política en una serie, porque la política es algo bastante más amplio que sólo lo que se pasa en el parlamento. Tener un capítulo sobre unas elecciones ya es un paso en esa dirección, o mostrar las consecuencias de determinadas leyes y normativas.
David Simon hace series políticas aunque no veamos a ningún administrativo de la Casa Blanca ni a ningún congresista. Lo más que llegamos a ver en "The Wire" es al alcalde de Baltimore, pero simplemente la manera en la que vemos a los comisionados de policía discutir por el "maquillaje" de las estadísticas de criminalidad, o cómo se intercambian favores entre departamentos para conseguir unos fondos estatales, es política. En este 2015, pocas series nuevas ha habido más políticas que "Show me a hero", y lo hace tratando legislaciones que regulan el acceso a la vivienda, y las discriminaciones que pueden implementarse con ellas. No es el lado más glamouroso del servicio público, pero es el que afecta más directamente al ciudadano de a pie.
"Orange is the new black" siempre ha tenido un trasfondo político, primero mostrando lo fácil que es para mujeres negras e hispanas acabar cumpliendo largas condenas en la cárcel, y después introduciendo la privatización de la prisión para plantear la cuestión de si de verdad deberíamos dejar en manos de empresas, cuyo principal objetivo es tener beneficios, servicios tradicionalmente gestionados por el estado como las cárceles. Y "The good wife" lleva siendo una serie sobre política desde su mismo piloto, porque política también es la imagen pública que se da a la sociedad o cómo se sobrevive a un escándalo como el que derriba inicialmente a Peter Florrick.
Se puede hablar de la política local como lo hace "Parks and recreation", o se puede ir a extremos como los que tiene que sobrevivir Laura Roslin en "Battlestar Galactica", pero hay muchos modos de tratar conceptos, ideas o prácticas políticas en la ficción televisiva. Y el presidente de un país no siempre tiene que estar en el centro de la historia.
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