Antes de que las cadenas de televisión estadounidenses decidieran que querían tener su propio "Mad Men", al menos en lo estilístico, y se lanzaran a la aventura con las fallidas "The Playboy Club" y "Pan Am", y con la próxima "Magic City" en Starz, Hollywood se les había adelantado viviendo a principios de la década de 2000 una especie de regresión a los 50 y los 60. Y su regresión no sólo era estilística o pretendía contar una historia de la época desde una óptica contemporánea, sino que aspiraba a reproducir, de algún modo, la manera de hacer ciertas películas entonces.
El primero en aventurarse por ese camino fue Todd Haynes, en 2002, que enroló a Julianne Moore, Dennis Haysbert y Dennis Quaid en un homenaje a los melodramas de Douglas Sirk como era "Lejos del cielo". Haynes cuidó hasta el mínimo detalle en la ambientación y el vestuario para que creyéramos estar de nuevo ante "Imitación a la vida", siguiendo unos movimientos de cámara similares, una fotografía también tipo finales de 50 y una banda sonora de Elmer Bernstein que completaba la regresión a aquella época. La diferencia era que la trama, llena de secretos familiares y atracciones amorosas prohibidas, entraba en algo más de detalle de lo que las cintas de Sirk podían hacerlo en su época. Moore recibió una merecida nominación al Oscar, y otra muy merecida fue para Bernstein (en la que creo que fue su última composición para el cine), y aunque la película siempre corría el riesgo de quedarse en el mero ejercicio de estilo, tenía sus cosas interesantes.
El segundo homenaje-copia al cine de los 60 llegó sólo un año después, en 2003, y era una comedia romántica para el lucimiento de dos actores que estaban entonces en lo más alto de su fama, Ewan McGregor y Renee Zellwegger. "Abajo el amor" se miraba en el espejo de aquellas comedias que protagonizaron Rock Hudson y Doris Day, de "Confidencias a medianoche" a "Pijama para dos" o "No me mandes flores", comedias que se dedicaban a jugar con la "guerra de sexos" de la que empezaba a hablarse entonces. La cinta de McGregor y Zellwegger casi las plagiaba directamente, teniendo hasta a Tony Randall en un pequeño papel y con la, a priori, improbable pareja de David Hyde Pierce y Sarah Paulson como sus mejores amigos que acaban enamorándose (y que son lo más divertido de la película de lejos). Hasta reutilizan el famoso gag del piso de soltero lleno de interruptores y gadgets de lo más variado.
Evidentemente, "Lejos del cielo" es la película con más personalidad de las dos, pero al menos la segunda dejó otro ejemplo de su dúo principal cantando. Y las dos vienen a recordarnos que los ciclos de las modas también se llevan en Hollywood. ¿Se atreverá alguien a hacer un híbrido entre "Glee" y "Mad Men"?
2 comentarios:
Me encantaria ver estas peliculas, la verdad soy del siglo 90 jeje, Pero me gustan mucho el estilo de los 60 por eso creo que seran buenas, excelente narracion
Lejos del cielo está muy bien, es bastante más interesante que Abajo el amor, que no pasa de ser un divertimento, eso sí, con unos secundarios estupendos.
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