AVISO: La primera temporada de "Mad Men" se emitió en 2007, pero como no sé cuántos de vosotros la habéis visto, es justo avisar que, tal vez, os podáis encontrar con cosas que igual considerais spoilers. A vuestra elección queda.
A lo largo de varios capítulos de la primera temporada de "Mad Men", a sus publicistas y, más en concreto, a Don Draper, les acusan muchas veces de estar construyendo una mentira, de estar vendiendo unas ideas huecas con el objetivo de "adormecer" a las masas e impedir que éstas se planteen otra cosa que no sea tener el último televisor o fumar una marca de cigarrillos que les haga parecer que han alcanzado una buena posición social en la vida. Como se explica en uno de los extras del DVD de la primera temporada, el sueño americano consistía en eso; en comprar esos productos que te harían parecer exitoso ante sus vecinos,con lo que tu vida podía terminar siendo más fachada que otra cosa (esto, por cierto, se ve bastante bien en "Lejos del cielo", una película que tiene sus puntos de contacto con la serie).
Y el dilema para esos publicistas es que muchos están realmente viviendo como si estuvieran en un escaparate de Saks. Aunque la ambientación y la fotografía (y que esté casi al completo rodada en interiores; así disimulan que no graban en Nueva York) remiten inevitablemente a 1959-1960, "Mad Men" es totalmente moderna en el modo en el que retrata a sus personajes y expone sus claroscuros y las convenciones y el ambiente social de la época. El entorno en el que las secretarias trabajan en las oficinas de Sterling & Cooper no es, desde luego, nada acogedor para ellas, por ejemplo, sirviendo más como trofeos de los publicistas más jóvenes que como otra cosa. En medio de todo esto figuran Peggy, la que quiere salir del molde, y Joan, la que aprovecha el espacio de todo el molde, y ver los caminos paralelos de Peggy y Pete Campbell ha resultado muy interesante.
Más allá de esa atracción y ese brevísimo affair que ambos viven, lo que les une a los dos es la ambición, la querencia por mejorar. Pero mientras Peggy va buscando el momento de mostrar su valía mediante su trabajo, a Pete le ciega la envidia. Campbell es, desde luego, uno de los grandes personajes de esta primera temporada, un tipo con una ambición desmedida cuyos intentos por cumplirla a veces resultan bastante patéticos, alguien que no parece consciente de sus limitaciones y que se obsesiona por ser como Don Draper, el niño mimado de la agencia, el centro de "Mad Men" (no emocional, desde el principio se ve que ése es Peggy), el hombre especializado en la huida constante hacia adelante.
Aunque nos explican rápidamente la identidad verdadera de Draper, él se mantiene como un misterio. No tan enigma como Betty, que es más como una esfinge (de las cualidad actorales de January Jones ya hablamos otro día), sino alguien cuyo centro resulta difícil de adivinar. Cada vez que parece que nos acercamos, se escapa de nuevo, y lo único que parece que podemos asegurar es que es alguien que nunca va a estar cómodo en ningún sitio porque nunca está seguro de lo que quiere, y de si tiene lo que quiere. Él puede vender el sueño americano y puede parecer que lo ha alcanzado (es, muy literalmente, un hombre hecho a sí mismo, una figura indisociablemente unida también al sueño americano), pero una vez que se llega a la cima, el único camino posible es hacia abajo.
P.D. podcastero: Casi se me olvidaba, pero "Yo disparé a JR" ha vuelto de su minihiato de una semana, y listos para comentar, por ejemplo, el final de "Chuck" con Spidermarga. No os voy a dar mucho la lata. En el blog están todas las opciones para escucharlo y descargarlo, y esto es sólo el menú del día:
- 0': "Touch"
- 14': La cuarta temporada de "Southland"
- 23': El final de "Chuck" (con spoilers)
- 50': La segunda temporada de "Sherlock" (con spoilers)
- 64': "RuPaul's Drag Race"
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