Esta mañana, en Twitter ha surgido un mini debate sobre las series que HBO empareja con "Juego de tronos" cada vez que llega su nueva temporada. Intentábamos averiguar si el tirón de audiencia de ese título redundaba en más espectadores para su lead-out, espectadores que de otro modo ni le darían una oportunidad, o si en realidad lo que se llevaban a cambio era un empujón en visibilidad, más que un incremento en el interés de la audiencia. Lo cierto es que es curioso ver qué programas se han emitido detrás de "Juego de tronos" en sus tres primeras temporadas. Por ejemplo, en su estreno estuvo emparejada con la segunda entrega de "Treme", mientras su segunda temporada fue seguida por los debuts de "Girls" y "Veep". Ésta tiene su destino en la parrilla de HBO unido al de la serie fantástica, pues este año repiten de nuevo emparejamiento y, otra vez, comparten noche con otra comedia, "Silicon Valley", parodia de Mike Judge del mundo de las start-ups tecnológicas.
Desde luego, son peculiares compañeros de cama que, si los miramos desde la táctica de programación de una network, no parecen tener mucho sentido. ¿Qué pintan con las guerras entre Lannisters y Starks los músicos de Nueva Orleans, o cuatro chicas veinteañeras de Brooklyn? En el cable, el concepto de lead-in es más nebuloso que en abierto (donde ya hay quien se pregunta si no ha dejado de funcionar). Estas cadenas suelen hacer varios pases de cada capítulo a lo largo de la semana, por lo que no debe extrañarnos esa dualidad que se da siempre en las audiencias de una de estas series cuando llega el final de temporada; se da la audiencia media por capítulo (en su estreno) y la total de toda la entrega, que siempre suele ser mucho más elevada. Esa audiencia total está teniendo en cuenta los espectadores de todos los pases de todos los episodios. Lo que queremos decir es que "Silicon Valley" puede no pegar ni con cola detrás de "Juego de tronos", y probablemente ni retendrá al 10% de la audiencia que vea la segunda, pero ésa no es la cuestión; lo importante es que ese emparejamiento puede conseguirle una mayor visibilidad.
Pensemos en "Girls". Raro, muy raro, es el capítulo en el que huele el millón de espectadores. En esta tercera temporada consiguió superarlo en su arranque aprovechando su emisión detrás de "True detective", y después se mantuvo en sus cifras habituales. Pero HBO considera la comedia dramática de Lena Dunham un éxito. ¿Por qué? Por la recepción entre los críticos y, sobre todo, por la enorme visibilidad que tiene entre los medios de toda clase y condición. Es cierto que, en este caso, cuando se estrenó ya lo hizo precedida de un hype desmedido, pero no le hizo daño ganarse otro poquito de popularidad por compartir noche de "Juego de tronos". "Silicon Valley" ha llamado la atención inicialmente porque Mike Judge es un guionista muy respetado entre los críticos, y cuya "Trabajo basura" es toda una película de culto para el público estadounidense, pero su estreno detrás de las peripecias de los dragones de Daenerys no va a hacerle ningún daño. Realmente, tal vez sea más crucial para ella compartir noche con "Veep", consolidada como una comedia que gana cada año nueva apreciación de la crítica y de la audiencia.
Los lead-in en el cable premium no tienen tanta importancia porque sus espectadores van más a ver lo que les interesa, y no son tanto de poner HBO y quedarse a ver cualquier cosa que tengan esa noche. Pero en su negocio, un empujoncito de visibilidad nunca viene mal.
1 comentario:
Interesante y muy polémico este asunto, en lo personal el único inconveniente que le veo a la nueva serie Silicon Valley es precisamente que esté hecha para cierto público pues está teniendo bastante repercusión dentro del sector tecnológico.
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