02 enero 2013

Siempre se es un espía

En 2006, el escritor británico William Boyd publicó un artículo en "The Guardian" sobre Kim Philby, un agente doble soviético que ascendió de modo meteórico por el servicio secreto británico en los años inmediatamente anteriores a la Segunda Guerra Mundial y que formaba parte de los que se conoce como los Cinco de Cambridge, cinco agentes dobles rusos que formaban parte de la élite de la sociedad inglesa de la época, que recogieron todo tipo de parabienes  por su trabajo, que llegaron a figurar entre la clase dirigente del país y que terminaron siendo expuestos como traidores, y huyendo a la URSS, en las décadas de los 50 y los 60. Philby fue el último en ser descubierto, ya en los 70, y su caso inspiró a Boyd a escribir un libro, "Sin respiro", que es el título en español de "Restless", una historia sobre una joven emigrante rusa en París que es reclutada por el servicio secreto británico a finales de los años 30 para participar en una de las operaciones de inteligencia menos tratada por el cine y la televisión; la campaña de propaganda clandestina lanzada por Winston Churchill en 1940 para convencer a Estados Unidos de que entrara en guerra contra Alemania.

Eva Delectorskaya se ve propulsada así a un mundo de secretos, verdades a medias y desinformación llevados a cabo en edificios austeros y mal iluminados, y en el que le sirve de Pigmalión el carismático Lucas Romer, un veterano espía que tiene un puesto de cierta importancia en el servicio secreto y que es el que recluta y entrena personalmente a Eva. Pero todo esto lo vamos sabiendo al mismo tiempo que lo descubre la hija de Eva, Ruth, cuya madre vive bajo otro nombre y está convencida, treinta años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, de que alguien la ha descubierto y que va a intentar matarla. Esa narración en dos líneas temporales, y el paralelismo de los caminos de descubrimiento de Eva y Ruth, es la columna vertebral de la adaptación a televisión de "Restless" emitida por BBC en dos capítulos de 90 minutos, y con Hayley Atwell, Rufus Sewell, Charlotte Rampling y Michelle Dockery como principales protagonistas. Lo más interesante de la miniserie es que toque esa operación para intentar manipular a la opinión pública estadounidense para que apoyara el auxilio bélico del Reino Unido y, sobre todo, el retrato psicológico de Eva, que aprende desde el principio que el viejo mantra de Fox Mulder, "no confíes en nadie", es su única salvación para mantenerse con vida.

Así, la Sally Gilmartin de los 70 (que es la identidad bajo la que vive Eva) mantiene los mismos hábitos de su juventud y desconfía de cualquier suceso inesperado que parezca una coincidencia, desplegando algo rayano en la paranoia que su hija, al principio, no logra comprender. La dinámica entre las dos, y cómo Ruth va desarrollando las mismas desconfianzas que su madre, es uno de los aspectos mejor logrados de "Restless" (además de que Rampling siempre ha sido una actriz muy interesante, y muy guapa de joven), que también consigue crear cierta tensión cuando Eva empieza a meterse de lleno en el servicio secreto británico, incluso aunque sus tareas sólo sean, en teoría, escribir falsas noticias propagandísticas o hacer de correo. El panorama que se esconde tras la superficie de la miniserie se va desplegando poco a poco, al mismo tiempo que Eva lo va descubriendo y su hija, redescubriendo treinta años más tarde, y en ningún momento se pierde cierta elegancia, que contrasta con la realidad de lo que está contando.

Boyd apuntaba en aquel artículo de "The Guardian" que se había dado cuenta de que, para todos aquellos agentes de inteligencia de los 40, se cumplía la máxima de que una vez que se es un espía, nunca se deja de serlo, y las consecuencias que eso tiene en la personalidad de Sally/Eva quedan muy claras. De hecho, nunca llegamos a estar muy seguros de si todo lo que ella cree que está pasando es real. La resolución de la historia puede ser un poco anticlimática (no en la línea argumental en los 40; ahí de repente empiezan a caer fichas de dominó y todo cobra sentido de golpe, confirmando las sospechas que podemos tener desde el principio), pero en realidad lo que más le importa a "Restless" es mostrar esas consecuencias y esa paranoia de la que resulta muy difícil escapar.

P.D. podcastero: Segundo especial de "Yo disparé a JR" sobre lo más destacado de la televisión en 2012, y esta vez hablamos con Irene Cívico, de "ByTheWay", sobre los dramas de las networks.

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2 comentarios:

Álvaro Quintana dijo...

La 1ª temporada de The Hour (que, tras un piloto tibio, va mejorando bastante) se basa en una idea similar: el miedo al agente doble, al traidor potencial.

Y una de las mejores novelas de los últimos años trata sobre uno de los espías de Cambridge: El intocable, de John Banville.

http://blog.eternacadencia.com.ar/archives/2010/6562

Parece que es un tema recurrente en la ficción británica.

Buena entrada y un saludo.

Unknown dijo...

Es que sospecho que los descubrimientos de todos aquellos agentes dobles que habían llegado tan alto debieron impresionar mucho al público británico.