Nuestros puntos de entrada en ese mundo son tres; Joe, un ex ejecutivo de IBM extremadamente ambicioso y manipulador; Gordon, un ingeniero cuyos sueños de construir el mejor ordenador se vieron frustrados demasiado pronto, y Cameron, una “niña prodigio” de la informática, con su toque punk, que se mueve en las afueras del mundo corporativo donde viven los otros dos. Los tres se unirán para sacar adelante un proyecto impulsado por Joe, y que cristaliza el ambiente de Salvaje Oeste que se vivía en la época. Todas las empresas se copiaban unas a otras, todas intentaban monopolizar el mercado patentando sus desarrollos y convirtiéndolos en el estándar, y todas estaban al principio de una era llena de posibilidades, en la que las normas se iban haciendo según se daban cuenta de que eran necesarias. Joe aprovecha los resquicios de unas leyes que aún no se habían puesto a la altura de los logros tecnológicos (nunca han terminado de hacerlo) y se lanza a una aventura cuyos beneficios pueden ser tan enormes como sus riesgos.
Dirigido por Juan José Campanella (todo un veterano a estas alturas de la televisión estadounidense), el primer capítulo presenta perfectamente a los personajes y la situación en la que se encuentran, aunque es cierto que, al principio, Joe parece una versión en más alto, y con un coche deportivo más potente, de Don Draper si éste tuviera “Wall Street” como su biblia para hacer negocios. Guarda secretos, se sabe el mejor persuadiendo a los clientes para que compren sus productos (aunque da la sensación a veces de que no es tan bueno como cree) y no tiene ningún reparo en utilizar a todos a su alrededor para conseguir sus fines, algo en lo que Don no era tan obvio. Joe es más un Gordon Gekko de la informática, o es a lo que aspira, y la tensión que tiene con el elemento “creativo” de su empresa (Gordon) reproduce esa vieja dicotomía entre lo comercial y el arte, entre los negocios y la invención.
La época que retrata “Halt and catch fire” puede resultar tan lejana, en cuanto a los avances informáticos, como los años 40 de “Manhattan”, y aunque se maneja bastante terminología técnica, no resulta complicado seguirla. La serie ya se encarga de explicar lo importante, lo que debes saber para comprender por qué lo que están haciendo Joe y Gordon es tan revolucionario, y tan ilegal, y no es necesario ser un experto programador para disfrutarla. Como de costumbre, es el drama humano alrededor del aspecto técnico donde está el centro de atención, y por ese lado, apunta a ser una serie bastante interesante. La personalidad torturada de Gordon y el ingenio sin domar de Cameron ya llaman la atención desde el principio.
1 comentario:
Para mi es el serión del verano que hemos dejado atrás recientemente. Qué 3 personajazos al que sumarles a Donna! Qué ganas de ver la 2aT porque tal cual acaban es que la que van a liar es Enorme!!
P.D: Hace poco que vi la peli Argo y resulta que Donna y Gordon hacían también de Matrimonio en la peli lo cual me hizo muchísima gracia xD
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