Simplemente por el hecho de contarnos algo, una serie o una película nos están engañando. La mera existencia de un narrador implica un sesgo, la adopción de un punto de vista, la decisión entre contar unas cosas, y no otras, y contarlas de cierta manera. Incluso los documentales más imparciales parten de esta asunción, así que en las obras de ficción es incluso más cierto. Sin embargo, sólo algunas obras son tildadas de "tramposas" porque nos sabotean demasiada información, o manipulan y juegan con nuestros sentimientos y nuestra empatía con los personajes, etc.
De las últimas series de las que más se habla en la blogosfera teléfila, "Damages" ("Daños y perjuicios" se llama en España) es la que más veces se ha llevado ese apelativo. Sus responsables optan por una narración fragmentada, alternando diferentes tiempos, que no nos muestra toda la información hasta que ellos lo deciden así. Mantienen de este modo cierta intriga que, si se contara la historia linealmente, probablemente se perdería. Es parecido a lo que está haciendo "Perdidos" a lo largo de toda la serie, y es también marca de la casa de las películas de Alejandro González Iñárritu, muy especialmente en "Amores perros" y "21 gramos". La película que puso en el punto de mira a Christopher Nolan, "Memento", jugaba asimismo con una narración desordenada sólo en apariencia.
La otra manera de tendernos una "trampa" es contarnos las historias desde un único punto de vista, que condiciona la información que recibimos y de qué manera nos llega. "El sexto sentido" y "Los otros" se basan en este principio (incluso "Sospechosos habituales"), y también lo hace "El asesinato de Roger Ackroyd", la novela de Agatha Christie que, en 1926, dio un vuelco al género policíaco tal y como se conocía entonces. En todos esos casos, las "trampas" están ahí para dar un giro sorprendente al final, sorprendernos. Puede ser que las veamos venir, puede que nos pillen de improviso. Lo que está claro es que han de tener algo más tras ellas que les dé consistencia. El engaño por el engaño es un artificio vacío que no resiste ni siquiera el primer visionado. Pero también depende mucho de nuestra percepción, y de nuestros gustos.
6 comentarios:
A mí me encantan que jueguen conmigo de esta forma, engañandome o haciendo centrarme en cosas que al final no son lo que parecen, eso sí siempre que este hecho con maestría porque lo de Los Otros de Amenábar nose si es que la sombra del sexto sentido estaba muy cercana todavía o que fue pero sorprender sorprender precisamente no fue lo que consiguió en mi persona.
Memento es una de esas pelis que tengo apuntada en mi lista de cine pero que al final nunca consigo ver. Aunque el aliciente de ser de Nolan me ayudará a verla (lo que ha hecho este hombre con Batman es de mérito).
Memento es muy recomendable, aunque te advierto que sus detractores la odian a muerte :-)
Memento fue un experimento de resultado notable. Es increíble que te cuenten una historia al revés de forma entretenida, y que tiene un giro final brutal.
Con respecto a Damages, la he empezado pero no podré opinar hasta que acabe... De mientras, sólo puedo decir que la realización del primer episodio es impecable. Pocas veces he visto una serie tan ambiciosa. Imágenes impecables y un uso de la música genial. Sobretodo me sorprendió gratamente el final.
Pues te recomiendo que veas The Prestige(traducida como El Truco Final:El Prestigio(The Prestige)...)
El montaje es una obra maestra y tiene relacion con lo que tu dices, pero en mi opinion esta justificado. Tienes que verla :D :D
Pues sí, depende mucho de nuestros gustos. Particularmente, las "trampas", como tú las llamas, me gustan porque creo que tienen una razón de ser por sí mismas, ya que desafían mi percepción de la historia y me obligan a involucrarme más en desentrañarla. Aunque no me dirijan a una sorpresa final, aunque "sólo" cuenten lo mismo de forma distinta, no me parece que sean un artificio vacío. Lo son, si están mal hechas. Igual que también me defrauda una sorpresa que no se sostiene o mal construida. Las "trampas" hacen que una historia no sea simple y eso suele ser un aliciente.
Por cierto, a la buena película que cita Jet, El prestigio,yo le pondría mis reticencias precisamente porque la sorpresa final aporta un giro no sé si muy lícito pues da a la historia que hasta entonces creíamos realista una explicación propia de otro género. (Es que no quiero espoilear mucho) Por decirlo de algún modo, se salía del terreno de juego. También lo hace El sexto sentido , pero ésta yo creo que nos engaña desde el principio. Es "culpa nuestra" equivocarnos porque a lo largo de todo el metraje va dejando pistas que luego vemos que encajan perfectamente. Desde luego es sólo mi opinión.
Lo malo de este tipo de películas, es que una vez que las ves, no soportan un segundo visionado.
De este estilo recuerdo The Game(1997) con Michael Douglas y Sean Penn. Una muy recomendable película para ver, eso sí, una única vez.
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