12 noviembre 2013

La diosa Jennifer

Desde hace un par de años, o así, Vulture (la web de la revista New York) tiene una sección semanal llamada "This week in Jennifer Lawrence quotes", y que desempolva cada vez que la actriz estadounidense está de promoción de alguna película. Tiene su mayor tirón cuando lo que promociona es una nueva película de la saga de "Los Juegos del Hambre" o está metida de lleno en la temporada de premios, como pasó el año pasado con "El lado bueno de las cosas" y, probablemente, pasará otra vez en unas semanas con "American Hustle", y aunque en la web se lo toman con sentido del humor (igual que su otra pseudo-subsección "Jennifer Lawrence is still the best") representa de algún modo ese enamoramiento que el 95% de la prensa ha tenido con la actriz casi desde su primera nominación al Oscar, por "Winter's bone".

En Vulture ya lo explican al apuntar que es una de las estrellas de Hollywood más citables de la actualidad y que sabe perfectamente lo que se hace. La naturalidad con la que se enfrenta a todo (ya sea su tropezón subiendo las escaleras al recoger su Oscar o la participación en Comic-Con para promocionar "X-Men: Days of the future past") le ha ganado un puesto de prominencia entre los cazadores de momentos que puedan convertirse en GIF, entre los medios rosas y hasta en los corazones de los críticos más sesudos, e incluso aunque pensemos que no es todo más que un acto muy calculado de relaciones públicas, habría que quitarse el sombrero igualmente ante lo certero de su puesta en práctica. Cualquiera que se permita citar "El club de las primeras esposas" al recibir un Globo de Oro merece nuestro respeto.

Lawrence representa lo opuesto a otras estrellas jóvenes actuales, ya sea la eternamente incómoda Kristen Stewart o ese torbellino de la provocación que es Miley Cyrus. Hasta si suponemos que todo no es más que una actuación, sería la mejor campaña de imagen de la historia reciente, y ejecutada además con la precisión de un cirujano. En ruedas de prensa y entrevistas (y participaciones en talk shows, que son un filón), Lawrence siempre da la sensación de ser ella, de no estar adoptando un personaje, y de que aunque va a todos los actos promocionales como una profesional, no se los termina de tomar del todo en serio (empezando por ella misma). El año pasado se ganó a pulso el título extraoficial de princesa del pueblo, y no parece que vaya a soltarlo.

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