"Yes we can". Sí podemos. El lema de la primera campaña presidencial de Barack Obama, y su discurso en la noche de su victoria sobre que el cambio había llegado a América, no sólo da el punto de partida a la cuarta, y última, temporada de "Treme", sino que también resalta uno de los aspectos que han aparecido siempre de fondo en la serie. ¿Puede sostenerse el respeto por la tradición de Nueva Orleans con la introducción de cambios en el modo de funcionamiento de la ciudad? ¿Realmente notarán esos cambios las gentes de a pie? La imagen final del cold open, con Kermit Ruffins saliendo de la fiesta de celebración de la victoria de Obama, y fijándose en los coches de policia aparcados a ambos lados de la calle, parece indicar que siempre habrá cosas que se mantendrán igual, demasiado arraigadas para que puedan cambiar (se supone que a mejor). ¿O existe la posibilidad de conseguir algo bueno si perseveras?
Con el salto hasta noviembre de 2008, "Treme" puede no llegar hasta la imagen que, para muchos, representaba el final lógico para una serie que ha contado la recuperación de los destrozos que causó el huracán Katrina; la victoria de los Saints en la SuperBowl de 2010, pero sí puede contrastar la sensación de esperanza y, sí, cambio que llevó Barack Obama al convertirse en el primer presidente negro de Estados Unidos con la situación real en la que vivían los personajes que celebran su victoria como si fuera suya propia. "Treme" ha presentado, por lo general, un tono ligeramente más optimista que "The Wire" (la otra gran serie creada por David Simon), pero al final, el mensaje que queda de ella es el de resistencia. Los habitantes de Nueva Orleans que nos muestra son conscientes de que muchas circunstancias e instituciones "conspiran" contra ellos, pero pelean por aguantar, por no dejar que los muevan de su sitio, por conservar su integridad (Janette y Annie están inmersas en esa pelea por alcanzar el éxito sin vender su alma al diablo).
También Nelson Hidalgo y Davis representan esa dicotomía entre el cambio y la tradición, y representan el modo en el que uno puede conseguirse sin olvidarse de la otra, sin eliminar el caldo de cultivo que permitió que la ciudad se convirtiera en una de las capitales musicales más vibrantes del mundo. ¿Es eso posible? ¿Interesa que lo sea? En el invierno de 2008 estamos, también, en el inicio de la crisis económica actual, y las promesas de riquezas (y chanchullos) que podía haber cuando se empezó la reconstrucción tras el paso del huracán se devalúan tan rápido como lo hicieron las acciones de Lehmann Brothers tras su quiebra. ¿Qué camino quiere seguir Nueva Orleans? La cuarta temporada de "Treme" sólo va a tener cinco capítulos, y parece que nos va a hacer sufrir por algunos de sus personajes. Pero la vida también es así, hay veces en que todo te va muy bien, y otras en las que pareces no salir del pozo, y por mucho que intentes cambiar, es probable que te quedes como estás. Sin embargo, hay que intentarlo.
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