Situémonos en el verano de 1967, cuando las pantallas estadounidenses emiten por primera vez esta introducción que nos presenta a un hombre sin nombre que dimite de su trabajo y se marcha (en un coche molón) a su casa. Sin embargo, allí es drogado y raptado, para terminar despertándose en un extraño sitio llamado La Villa, mitad prisión inquietante, mitad el reino de la Reina de Corazones en "Alicia en el País de las Maravillas". Nuestro protagonista ya no tiene nombre, sino que es sólo un número, el 6, y se ve convocado periódicamente por un misterioso Número 2 que intenta sonsacarle una información que él se niega a dar. Por contra, y siguiendo el espíritu de Steve McQueen en "La gran evasión", lo único que 6 intenta es fugarse, sin éxito.
¿Quién es Número 6? Desde el principio te haces una idea de en qué podría trabajar, pero es un misterio en qué andaba metido exactamente. ¿Qué es La Villa y quiénes son los tipos, o la organización, que la controla? ¿Quién es el Número 1? ¿Y cómo puede alguien escapar de allí? Cada vez que 6 lo intenta, una enorme bola blanca (más sesentera, imposible) sale a su encuentro y lo atrapa, actuando como un sistema de seguridad de La Villa (¿no os suena eso de nada, fans de "Perdidos"?), y todos sus planes de huida terminan siendo desbaratados. Estoy a la mitad de su única temporada de 17 episodios, y la atmósfera no deja de ser intrigante, incluso sospechando por dónde van los tiros.
"El prisionero" fue un empeño de su actor protagonista, Patrick McGoohan, productor ejecutivo, guionista y director de alguno de sus capítulos. La serie alcanzó tal éxito, que McGoohan tuvo que irse de Inglaterra para gozar de cierto anonimato, y ha influenciado a buena parte de las obras de género posteriores. Su frase más famosa ("No soy un número, soy un hombre libre") es una de las más citadas, y pueden rastrearse homenajes a ella en los sitios más insospechados, desde "Los Simpson", con un capítulo que era uno claro plagio-parodia, a citas de algunas de sus frases en "Babylon 5", a inspirar tramas como el Humo Negro y la isla inquietante en "Perdidos". Cuando logre ver el final (si se arreglan ciertos problemillas técnicos), será el momento de entrar a discutir sus componentes alegóricos o la influencia que la situación política y social de la época tuvo en ella. Por ahora, "El prisionero" funciona como un mecanismo de relojería.
8 comentarios:
Patrick MCGoohan, que por cierto era Longshanks (El Rey Eduardo I)en Braveheart.
http://content.answers.com/main/content/wp/en/thumb/7/75/150px-Braveheart_McGoohan.as.Edward1.jpg
Desde que he empezado a leer la entrada sabía que el capítulo de los Simpsons tenías que comentarlo. Aunque gracias a ti me doy cuenta que lo de los Simpsons mas que un guiño es un plagio en toda regla. Luego la fox se enfada si alguien les copia a sus seres amarillos para hacerles un guiño.
Esta serie es de las que marcaron un epoca, eso si, no la he visto nunca pero es lo bueno que tiene el leer.
Un saludo!!!!
no sé por qué capítulo irás pero yo con Many Happy Returns, y El Esquizofrénico me quedé sin palabras...
el Número 12 (el personaje, no el capítulo) que sale en The General es lo más molón del mundo.
a ver cómo te quedas con el final....
un saludo!
Si consigo llegar al final, ángel, porque no sé por qué los capítulos 8 y 9 se atascan... ¿Será una conspiración? ¿Me vigilan los de la Villa? :-)
Pues cuando acabes a ver que conclusiones sacas. Yo escribí sobre ella el año pasado.
http://seriesporuntubo.blogspot.com/search/label/El%20prisionero
MacGuffin, gracias por este post. Veo que tendré que bajarme esta serie o comprarla, si está en DVD, claro. Parece muy interesante. Aunque...
¿Puedes aclarar si ha envejecido dignamente? Porque sí, hablas de ser intrigante, pero me gustaría saber si el ritmo está bien (que antes ya sabemos que las cosas no eran tan trepidantes), etc.
¡Gràcies!
Ha envejecido bastante bien (aunque no puede negar que es de los 60). No es una serie de ritmo trepidante a lo 24, eso te lo advierto, pero creo que merece la pena.
Yo también estoy a medias con la serie. Es fascinante, un derroche de originalidad que en cada capítulo sorprende y atrapa.
Para mí ha envejecido muy bien, salvo por detallitos como la esfera blanca. Otras como Star Trek no han sobrevivido al paso del tiempo. Por cierto, me parece infinitamente mejor que ST.
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