Entre las fijaciones personales de Alfred Hitchcock que se trasladaban a su cine figuraba cierto tipo de mujeres rubias, las que él decía que tenían un aspecto exterior de institutriz recta, fría y distante, pero que ocultaban un volcán en su interior. Hitch las convertía en objetos de deseo misteriosos y casi inalcanzables, capaces de hacer derrapar el camino vital de los protagonistas masculinos prácticamente sólo con el alzamiento de una ceja, lo que las hacía también ser unas grandes femme fatalle, una figura del género negro que, bien armada, resulta memorable.
Para Hitchcock, hubo tres que destacaron por encima de todas las demás. La primera fue Ingrid Bergman (sensacional en "Encadenados" y hasta en el lío psicodramático y daliniano de "Recuerda", que yo encuentro fascinante), que no la original; ésa podríamos decir que Madeleine Carroll durante su etapa británica en "Los 39 escalones" o "Alarma en el expreso". Tras ella viene la que el director consideraba su favorita, Grace Kelly (que justo conoció al príncipe Rainiero no recuerdo si durante el rodaje o en la presentación de "Atrapa a un ladrón" en Mónaco), que además aportaba elegancia y hacía una gran pareja con Cary Grant, y por último está Tippi Hedren, con la que tuvo la relación más tormentosa fuera de los platós. Se dice que "torturaba" psicológicamente a Hedren y, desde luego, entre "Los pájaros" y "Marnie, la ladrona" debe ser de las que peor lo pasa en pantalla. Estas tres son las que se consideran las mejores, pero hubo algunas otras realmente memorables.
Una fue Eva Marie-Saint, derrochando encanto y química con Cary Grant en "Con la muerte en los talones" (con la elipsis sexual más explícita que yo recuerdo haber visto, junto a los fuegos artificiales de "Atrapa a un ladrón"), otra fue Kim Novak volviendo loco a James Stewart en "Vértigo", y en "Psicosis" tenemos brevemente a Janet Leigh y a otra que podría haber entrado en esta categoría, Vera Miles. Al parecer, era la favorita de Hitchcock después de "perder" a Grace Kelly por su conversión en la princesa Gracia de Mónaco, pero Miles no pudo participar en "Vértigo" por retrasos en el rodaje y quedarse embarazada, y sólo rodaría con el director inglés "Psicosis", dos años más tarde.
Así que ya sabéis, había tres cosas que nunca (o casi nunca) faltaban en una película de Hitch: una rubia misteriosa, un cameo del director y algún macguffin.
P.D.: Twitter sigue siendo una buena fuente de inspiración. La culpa de esto la tiene cierto comentario de @davidcalaveras sobre unas fotos de Anna Torv para "Esquire".
3 comentarios:
Muy acertado el comentario de david calaveras, y las fotos...mejor no comento
Me ha encantado el post, gracias a Twitter por servir de tan buena inspiración :)
Me has hecho recordar el famoso libro en el que Truffaut entrevista largo y tendido a Hitchcock.
Copio algunos fragmentos para los interesados en el tema que no lo conozcan, que creo complementan bien tu texto:
"Cuando abordo cuestiones sexuales en la pantalla no olvido que, también ahí, el suspense lo es todo. Si el sexo es demasiado llamativo y demasiado evidente, no hay suspense. ¿Por qué razón elijo actrices rubias y sofisticadas? Buscamos mujeres de mundo, verdaderas damas que se transformarán en prostitutas en el dormitorio.
(...)
Creo que las mujeres más interesantes, sexualmente hablando, son las británicas. Creo que las mujeres inglesas, las suecas, las alemanas del norte y las escandinavas son más interesantes que las latinas, las italianas o las francesas. El sexo no debe ostentarse. Una muchacha inglesa, con su aspecto de institutriz, es capaz de montar en un taxi con usted y,ante su sorpresa, desabrocharle la bragueta.
(Truffaut indica que los hombres parecen preferir lo contrario, muy carnales, sexualmente evidentes, como Marilyn).
"Es posible, pero usted mismo dice que no pueden más que rodar películas malas. ¿Por qué? Porque con ellas no puede haber sorpresa, no se produce el "descubrimiento" del sexo. Observe el comienzo de Atrapa a un ladrón. Fotografié a Grace Kelly impasible, fría, y casi siempre de perfil, con aire clásico, hermosa y muy glacial. Pero cuando circula por los pasillos del hotel y Cary Grant la acompaña hasta la puerta de su habitación, ¿qué hace? Hunde directamente sus labios en los del hombre".
Ese libro de Truffaut es muy, muy interesante. Se aprenden unas cuantas cosas no sólo sobre Hitch, sino sobre cómo funcionaba Hollywood. Tengo que releerlo.
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