ALERTA SPOILERS: No sé cómo hablar coherentemente sobre la tercera temporada de "The Wire" sin destripar alguna cosa importante a los que no la hayáis visto, así que me veo obligada a avisaros.
La tercera temporada de "The Wire" presagia un cambio. Algunos de los personajes con los que empezamos nuestra andadura por los bajos fondos de Baltimore cambian de rumbo al final, bien sea forzoso, como ocurre con la sociedad Avon Barksdale-Stringer Bell, o voluntario, como con la decisión de McNulty de volver a ser un policía de a pie en el distrito Oeste. Desde el mismo eslógan de la entrega ("Las reglas cambian. El juego es el mismo"), sabemos que vamos a enfrentarnos a un punto de inflexión. No en vano, en la cuarta temporada el centro de atención se desplaza hacia los chavales y sus opciones de futuro. Lo curioso es que esos cambios se dan en una temporada cuyo tema es la burocracia, uno de los aspectos más difíciles de cambiar de la sociedad.
Con la burocracia, sus largos trámites y tiempos de espera y con las maniobras de la política municipal chocan tanto los narcotraficantes como los policías que los investigan. El fracaso de Stringer Bell en su intento de montar una empresa inmobiliaria legal deja bien claro que ese juego no es como el de la calle al que está acostumbrado, incluso aunque también es de mucha ayuda contar con asesores de confianza que te adviertan de los estafadores de cuello blanco. Justo la creciente desesperación de Stringer, acosado por sus problemas con su constructora y con los que le crea Avon en su guerra con Marlo, el pujante y sin escrúpulos chico nuevo, es una de las tramas que más claro se ve que va abocada a la tragedia. Todas las cosas y las pequeñas traiciones que Bell ha ido haciendo desde la primera temporada cristalizan, primero, en su delación de Barksdale a la policía y, después, en su muerte por encargo a manos de Omar y de Hermano Mouzone (que son dos personajes que merecen sendas series para ellos solos).
Del mismo modo que la subtrama de Hamsterdam, esa solución de urgencia para conseguir reducir las estadísticas de crímenes, va directa también a la mayor desilusión. La iniciativa del mayor Colvin es bienintencionada, pero lleva inevitablemente a recordar que el camino al infierno está pavimentado por las buenas intenciones. Es el clásico dilema de si el fin justifica los medios, y pone de manifiesto también la incapacidad de reacción y el inmovilismo de la política municipal, demasiado encerrada en sus peleas internas para ver más allá de las salas de prensa del Ayuntamiento.
Hace algunos días, un bloguero yanqui (creo que en TV Squad, pero no lo recuerdo bien) se quejaba del ritmo glacial de "Mad Men" diciendo que sí, es un brillante estudio de personajes, pero que también quería que la trama avanzara de vez en cuando. En la tercera temporada de "The Wire" se acentúa esa sensación ya que, a nivel de trama, pasan muy pocas cosas, y las que suceden se concentran, como es habitual, en los tres últimos episodios (sin olvidar ese leitmotiv de que el capítulo emocionante sea el penúltimo, y que el último sea un bajón). Sin embargo, de casi todos los personajes se nos muestra una capa más de su personalidad, desde el inesperado romance entre la fiscal Pearlman y Daniels (ascendido a mayor al final), al parecido cada vez mayor entre las desastrosas vidas privadas de Kima y McNulty, a los recelos que dan al traste con años de amistad entre Avon y Stringer a esa mirada a dos personajes nuevos que representan dos modos diferentes de intentar cambiar: Dennis y su esfuerzo por hacer algo de provecho al salir de la cárcel y Carcetti y su ambición por convertirse en un alcalde blanco en una ciudad con mayoría de población negra.
El caso es que afrontamos la cuarta temporada con la Unidad de Delitos Graves muy probablemente desmantelada tras el ascenso de Daniels, con Bell muerto, Barksdale en la cárcel y Marlo como el nuevo jefe del trapicheo en las esquinas, y con un sistema social y político que le sigue dando la espalda a la realidad de la ciudad.
Música de la semana: Es bien conocido que, a lo largo de sus cinco temporadas, "The Wire" tuvo otras tantas versiones diferentes de "Way down in the hole", de Tom Waits, en sus títulos de crédito. Sin embargo, la que sigue siendo mi preferida es la The Blind Boys of Alabama, un grupo de gospel a ritmo de blues que se encargó de la versión que sonó en la primera temporada.
6 comentarios:
Se nota que tenías mucho que comentar sobre la que es probablemente la temporada de The Wire que más me caló.
El nuevo cambio de la serie con Marlo a la cabeza, y el sistema escolar de fondo, convierte a la serie en otra pero igual de maravillosa. Me quedo sin palabras siempre que empiezo a elogiarla y es que se lo merece.
La dupla Omar-Mouzone me regalaron el mejor momento de toda la serie, como para no merecerse sus propias series aunque si nos ponemos así, hacemos spin-offs con medio reparto :P
PD: He visto tu entrada en Vayatele con la lista de las mejores series de la década y que casualidad, The Wire es la ganadora...
Y eso que ha sido difícil elegir, Molti. Se pueden hacer varias listas diferentes de ganadoras ;). De todos modos, la temporada que más me enganchó fue la 2ª.
Para mí, mi temporada favorita es la que empiezas ahora, la cuarta. Y, con mucho, me parece la más demoledora. Aunque, eso sí, los tejemanejes políticos y la imposibilidad del cambio desde arriba se convierten en una losa inasumible en esta tercera. Es la amargura social que destila "The Wire" a partir de su tercera entrega; el show trasciende lo policíaco y se convierte en documento sociológico. Todo cambia para que todo siga igual.
De la tercera, por añadir algo a tu estupenda reflexión, citaría un personaje secundario que me encanta, complejo, lleno de vida, humanidad y, ya es raro, ciertas dosis de redención y esperanza: Cutty Wise, el profesor de boxeo. Impagable.
A mi toda la parte del sistema escolar me gustó y me interesó mucho.
Y Kima igual a McNulty 2.0, me hizo mucha gracia.
Para mí todos los jóvenes son los protagonistas de esta temporada.
Y desde luego que Omar y el hermano Mouzone se merecen una serie, iguales y distintos en la misma proporción, por eso acaban entendiéndose a su manera.
Pero con la muerte de Stringer Bell me dejaron boquiabierto, eso si que no me lo esperaba.
Estupenda reflexión sobre la 3ª temporada, si me permites que te lo diga xD.
Yo, sinceramente, no sabría con que temporada quedarme de todas. Aunque esta contiene algunos momentos tremendos, como esos "ataques" entre Stringer y Avon y por supuesto el "encuentro" entre Omar-Mouzone con Stringer. Todo el tema de Hamsterdam es tremendo, pero lo que te queda por ver no lo es menos, como todo el tema de las escuelas y demás. Marlo es otra gran introducción de esta temporada. Sigue disfrutando.
¡Saludos!
La tercera temporada fue la que menos me convenció. Lo que no quita que me gustase mucho. Pero me pareció que tardaba demasiado en arrancar. Respecto a que el penúltimo episodio es más emocionante que el último, ha sucedido por ahora en las tres temproradas que llevo de The Wire.
Publicar un comentario