Procedimental. A veces usamos esa palabra como si fuera el peor agravio que se le puede hacer a una serie. Es cierto que, desde que "CSI" revolucionó el género introduciendo el elemento novedoso del seguimiento del procesado de las pruebas recogidas en la escena del crimen, han proliferado como setas todo tipo de supuestos herederos que pierden de vista que un procedimental no es sólo un caso aparente, rodado con una fotografía saturada de color, que se resuelva en un único episodio para facilitar que muchos millones de espectadores puedan seguirte con más o menos regularidad, seguros de que, si se pierden un capítulo, no van a sentirse totalmente confusos cuando sintonicen de nuevo la serie a la semana siguiente.
Con esos mimbres (y un reparto que no sea más que parte del mobiliario) no sólo se hace un procedimental mediocre, es que se hace una serie mediocre. No por ser procedimental se es una serie de menor calidad. De hecho, toda serie lleva implícita su propia fórmula, incluso las más serializadas. A algunas se les nota más que a otras. En "The Wire" puede ser contar en paralelo las historias de dos personajes; en "Los Simpson", iniciar el capítulo con una trama que, al cabo de cinco minutos, da paso a otra que es la verdadera historia que se quiere contar; en "El prisionero" son los diferentes intentos de escapar de Número 6, o los planes de Número 2 para romper su silencio sobre las razones detrás de su dimisión. Lógicamente, es en las policíacas donde la fórmula es más evidente, porque empiezan con un crimen que los protagonistas deben resolver (o si son abogados, un juicio que deben ganar).
Estamos de acuerdo en que, en el fondo, el esquema básico de las series de policías es el mismo para todas. A no ser que sean "Canción triste de Hill Street", "Policías de Nueva York" o "Southland", el objetivo en todas es averiguar quién es el muerto del principio y quién, y por qué, lo mató. Pero las diferencias entre ellas radican justo en lo mismo que separa un drama familiar de otro, o una sitcom de otra: sus personajes. Preguntad a los fans de "NCIS" (aunque a mí no me guste), de "Ley y orden: UVE", de "Bones" o de "House" por qué siguen esas series claramente procedimentales y, en lo formal, esclavas de una fórmula, y todos os responderán lo mismo: por sus personajes. Unos personajes creíbles (y unos actores bien elegidos y con buena química entre ellos) son más que suficientes para hacer que una serie del montón pase a ser algo más interesante.
De hecho, lo procedimental a veces disfraza otras cosas que, en realidad, son lo importante de la serie, lo principal que nos quiere contar. "Medium" es un drama familiar; "Bones", una comedia; "House" usaba los casos médicos, sobre todo al principio, para enzarzar a sus personajes en unas discusiones éticas a veces muy sorprendentes para una serie de prime time en abierto; algunas series de abogados acaban siendo reflexiones sobre el funcionamiento del sistema legal, y un policial tan ortodoxo en la forma como "Principal sospechoso" ofrece una radiografía de la sociedad británica. Lo procedimental no es un insulto, a no ser que esté mal hecho.
11 comentarios:
Desde luego NCIS y Bones es por los personajes, CSI al principio por los casos, pero luego te haces "Grissomista" o acabas siguiendo a Mac, pero hay procedimentales que destacan por ejemplo Life.
Mi opinión es que no por pertenecer a un género una serie es mala, todas las historias pueden ser buenas o malas, la gracia está en como hacerlo.
Firmado: Satrian, uno que también ve procedimentales.
En CSI es que te haces Grissomista en tres capítulos. Aunque luego yo me hice más fan del forense y de Hodgins y sus sobradas :)
Claro que por el hecho de ser procedimental no quiere decir que la serie sea mejor ni peor, igual que con cualquier otro género, lo importante es como te lo cuentan y con que parte disfrutas más de la serie.
Me ha gustado mucho como has "calificado" unas cuantas series procedimentales metiendolas en otro género que yace más "oculto".
¡Saludos!
Yo disfruto mucho con algunos procedimentales en los que el caso ni es sino una excusa más para presentar a unos personajes fantásticos, como es el caso de "Bones", "House", "Pushing Daisies" o "Supernatural" (salvando las distancias); creo que estas series son buenos ejemplos de que no hay que utilizar la etiqueta "procedimental" como algo despectivo, dentro de todas los géneros podemos encontrar joyas o intentos fallidos y eso viene en función del producto, no del género aunque haya gente que se decante más por un estilo de serie que por otro, eso es inevitable.
Excelente. No puedo estar más de acuerdo.
Yo también estoy cansado de los que hablan del procedimental con un escupitajo. "CSI" me parecía modélica cuando la veía (Las Vegas, claro, Miami era más flojita). Es cuestión de género o de subgénero: tiene sus reglas, sus arquetipos, sus elementos narrativos constantes.
La mayoría de las sitcoms son autoconclusivas, sin apenas continuidad narrativa, y nadie se queja tanto como con los policíacos.
Por cierto, siempre digo que el equilibrio perfecto entre autoconclusión y arcos narrativos continuados se encuentra en "The Shield".
¡Viva los procedimentales!
Últimamente no puedo parar de disfrutarlos sobre todo gracias a los Ley y Orden, aunque les encuentro un problema. En el original, los policías (con Jeremy Siesto) me interesan más bien poco mientras que luego me lo paso genial con los fiscales. Mientras que Alana Lagarza es guapísima, Linus Roache hace uno de los mejores papeles que hay actualmente en televisión. Una revelación, de verdad.
Con Ley y Orden es normal que pase eso, Crítico. En la versión UK yo me lo paso bien con los policías, pero los fiscales son un poco rollo, por ejemplo.
¿Y Bamber qué es? ¿Policía o fiscal?
Policía ;)
la verdad es que tienes razon, hemos demonizado un poco los procedimentales, almenos yo si por mi parte porque terminan cansandome muy pronto... pero eso ya es una fobia personal.
Yo soy enemigo de los procedimentales, pero no porque me parezcan malas series, sino porque terminan aburriéndome.
Una de las cosas buenas que tienen los procedimentales es la oportunidad de marcarse de vez en cuando capítulos geniales, por eso de ser autoconclusivos.
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