12 julio 2007

La familia no se elige

Hay un viejo dicho que afirma que a las amistades las eliges, pero la familia es la que te toca. No es tan fácil dar un portazo y olvidarte de todo el mundo si las cosas se ponen feas, porque la sangre tira. Sí, el portazo se puede dar igual, pero el dolor asociado a él será mayor que si le das la espalda a tus amigos. En parte, "Cinco hermanos" trata de ese vínculo establecido por la sangre, de los problemas, y los beneficios, que acarrea, y de cómo los miembros de la familia Walker intentan reajustarse a la nueva situación que se presenta ante ellos tras la muerte de su padre, un patriarca cuya imagen pronto se cae del pedestal donde la tenían todos sus hijos.

Lógicamente, es un drama familiar (y de los de aúpa. No en vano, uno de sus productores es Ken Olin, veterano actor de "Treintaytantos"), con la particularidad de que todos los hijos son ya adultos y tienen vidas independientes de la casa familiar, pero que están lejos de estar solucionadas, por supuesto. Además, la muerte del padre y el regreso a casa de Kitty, la hija pródiga, provocan que salgan a la luz todos los secretos que los hermanos guardaban, arrojando una nueva luz sobre las relaciones que tienen los unos con los otros. Por ahora, los personajes mejor definidos son Kitty y Nora, la madre, aunque esa definición viene un poco por contraposición entre las diferentes posturas de una y otra (y no sólo en política), y Justin, el hermano pequeño, tiene el potencial de sobrepasar el tópico del chico traumatizado y problemático. De la misma manera que espero que Sarah no se quede atascada en el de la madre trabajadora con problemas, porque también tiene potencial, y un montón de demonios internos con los que lidiar.

Siendo un drama de personajes, el casting está elegido cuidadosamente (incluso cambiando a Nora a última hora y contratando in extremis a Sally Field, que es un punto añadido. Y eso que mí nunca me ha gustado demasiado). Además, hay un montón de viejos conocidos, y no lo digo sólo por Calista Flockhart. Están Balthazar Getty y Ron Rifkin, de "Alias", está Patricia Wettig (que es la mujer de Ken Olin) después de ser la presidenta del Gobierno en "Prison Break", está la gran Rachel Griffiths, recuperada después del final de "A dos metros bajo tierra" (y una de mis favoritas desde que la vi en "La boda de Muriel")... De los demás, he visto por ahí que John Pyper-Ferguson (Joe, el marido de Sarah) participa en "Razor", el capítulo especial de "Galáctica" que se emitirá en noviembre, retomando su papel como oficial en la Pegasus. Y Tom Skerrit, que interpreta al padre, ya estuvo "casado" con Sally Field en "Magnolias de acero" (no me dejo a Dave Annable, cuyo personaje, Justin, le da aún más puntos como sex-symbol de la serie).

Todos ellos están muy bien conjuntados, interpretando unos guiones que intercalan el dramón y los momentos de tensión emocional con algunos golpes de comedia ligera y unos dardos llenos de ironía (en eso, Nora es la campeona). Lo mejor de todo es que, sin tener una trama rompedora ni un planteamiento demasiado original, "Cinco hermanos" te va atrapando sin que te des cuenta. Es lo que tiene la familia Walker, que todos son un desastre, pero un desastre muy interesante de ver.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que grima me da Sally Field. Como dice Carlos Boyero, parece que esta apunto de llorar siempre.

Unknown dijo...

Ésa es una de las razones por las que a mí tampoco me gusta demasiado :-). Pero puedo soportarla.

Álex dijo...

A mi Sally Field siempre me ha parecido la típica madre de película de sobremesa de Antena 3.
Aún así, es un personaje que con el paso de los capítulos cae muy bien, sobretodo por sus salidas irónicas.
Y como ya he dicho mil veces, conforme avanzan los capítulos y va dejando paso a la comedia, la serie mejora.