30 junio 2009

Él dijo, ella dijo

Hay varios capítulos que resumen a la perfección todo lo que era "Expediente X". "El descanso final de Clyde Bruckman", "José Chung's From Outer Space", "Home" o "Hielo" son algunos de ellos, y "Bad blood" es uno de los que suele concentrar más elogios y buenos recuerdos por parte de los fans (es el episodio preferido de Gillian Anderson, por ejemplo). Las muertes presuntamente causadas por vampiros son una mera excusa, un macguffin para mostrar lo que de verdad interesa: cómo Mulder y Scully se ven el uno al otro, de una forma exagerada y buscando el cachondeo (es simplemente muy grande el cuelgue de Scully con el sheriff del pueblo, interpretado por Luke Wilson). Así tenemos una versión de Mulder con un entusiasmo exagerado por cualquier diminuta cosa que huela a paranormal, y a una Scully permanentemente cabreada, que siempre es muy divertida.

Jugando con los diferentes puntos de vista de los dos agentes, no sólo nos hacemos una idea mejor de cómo es el caso que investigan, sino que también nos permitimos reírnos más con ellos, ahora que ya hemos pasado a su lado cinco temporadas y los conocemos bastante bien. La compenetración y el estupendo timing cómico de los actores aún ayuda más a ello. Las risas provienen exactamente de lo diferente pero, al mismo tiempo, lo parecido a cómo son en realidad del retrato que se pinta de ellos. Y, de rebote, tenemos unos villanos al más puro estilo "Expediente X": gente diferente que sólo quiere encontrar un lugar donde encajar (como explica el propio Gilligan en esta entrevista sobre "Breaking Bad").

Enfrentar dos diferentes puntos de vista siempre suele dar mucho juego. En las comedias, se presta a todo tipo de malentendidos, y en los dramas acabamos tirando muy a menudo del ejemplo de "Rashomon" (que "CSI" usó también para un capítulo ligeramente humorístico). "Expediente X" ya había hecho previamente algo similar en "José Chung's From Outer Space" (sacando también varias bromas a costa de la seriedad de Mulder y Scully), pero en "Bad blood" se superan (y tenemos el premio de ver a Mulder cantar un poco de "Shaft" y sonreír a Scully, algo muy raro). En la sexta temporada, otro capítulo hará una cosa similar a "Bad blood" pero desde el punto dramático. Ya hablaremos de "Milagro" en su momento.

29 junio 2009

Y yo con estos pelos

La muerte de Michael Jackson oscureció la de todo un icono de la televisión de los 70, Farrah Fawcett, que fallecía de cáncer horas antes que "el rey del pop". Lo mejor del asunto es que la actriz y, muy especialmente, su peinado se hicieron famosísimos gracias únicamente a un póster y una sola temporada de "Los ángeles de Charlie", la primera. Fawcett se marchó enseguida de la serie, pero quedó ineludiblemente unida a ella. Y todas las peluquerías de Estados Unidos fueron "invadidas" por mujeres que querían el look de Farrah, esa melena desatada que, por cierto, Cameron Díaz luce en algunas partes del trailer de "The box".

El único peinado que pudo hacerle sombra al de Fawcett fue, muchos años más tarde, el de Jennifer Aniston en las primeras temporadas de "Friends". Cada vez que Rachel cambiaba de look, los peluqueros se preparaban para imitarlo en las cabezas de cientos de seguidoras. Es curioso cómo el peinado puede acabar siendo algo tan crucial. Ahí tenéis la desafortunada melena de Mark-Paul Goselaar en la primera temporada de "Raising the bar", que llevó a las conversaciones más acaloradas sobre la serie, y cuyo corte ha servido de promoción para la segunda entrega. En las repeticiones que La Sexta hace de "Bones", el corte de pelo de Hodgins (y su barba) es un gran indicador para saber a qué temporada corresponden los capítulos, y entre los peinados más desafortunados de los últimos tiempos hay que incluir cualquiera de los que le encasquetaron a Amanda Tapping en "Stargate SG-1" (sobre la peluca negra de "Sanctuary" aún lo estoy decidiendo).

El peinado sirve para ayudar a mostrar diversas etapas de la evolución de un personaje (si Kara Thrace se corta el pelo, es que vuelve a ser Starbuck, y si Dani Reese en "Life" empieza a llevar el pelo suelto, es que puede estar empezando a superar sus problemas), y las pelucas, muchas veces, acaban siendo un arma de doble filo. Los pelazos de Tigh y Adama cada vez que en "Galáctica" hacían un flashback hacia sus años mozos tenían mucho peligro. Sin embargo, los diferentes peinados de Joan Holloway en "Mad Men" me tienen completamente fascinada sin haber pasado del tercer capítulo de la primera temporada.

28 junio 2009

Un quinteto para el verano

Hace algún tiempo, la blogosfera se llenó de recomendaciones de series poco vistas para afrontar el hiato navideño en Estados Unidos. El verano es la siguiente mejor época para desempolvar esas series que no vimos en su momento pero por las que sentimos cierta curiosidad. Mis cinco opciones de la otra vez ("Verónica Mars", "Principal sospechoso", "Desaparecida", "Life on Mars" y "Hermanos de sangre") se mantienen, pero hay que renovar y añadir a esas listas, ¿o no?

- "Orgullo y prejuicio" (Pride and prejudice. BBC. 1995): El Mundo está dando ahora, con el periódico, esta miniserie de seis episodios divididos en 13 DVDs, con lo que cada uno está partido por la mitad a veces de forma poco misericorde (a cambio, incluyen un interesante making of). Pero si sirven para que más gente vea la serie que lanzó al estrellato a Colin Firth, bienvenidos sean. Adapta el libro más famoso de Jane Austen manteniendo su espíritu, su ironía, su comentario social y el tira y afloja intelectual y sentimental entre el orgulloso y rico señor Darcy y la inteligente, y de economía más modesta, Elizabeth Bennet. Además de ser igual de divertida que el libro (el padre de Lizzy nunca falla), o más. Si os convence, luego podéis seguir con Charles Dickens y "Bleak House", aunque su tono sea mucho menos festivo.

- "Doctor en Alaska" (Northern Exposure. CBS. 1990-95): Seguirla a través de La 2 fue, en su momento, toda una aventura, pero ahora que está editada casi al completo en DVD no hay excusa. La serie empezó, precisamente, como una opción de verano que luego acabó aguantando seis temporadas, y el peculiar pueblo de Cicely es de los que merece siempre una oportunidad. Es cierto que el tono de las peripecias de un médico judío de Nueva York en un pequeño pueblo de Alaska es tan particular, que puede dejar a más de uno muy frío, pero todos los personajes despiden un encanto que es difícil de resistir.

- "Urgencias" (ER. NBC. 1994-2009): Bien, sí, quince temporadas son muchas, y "Urgencias" no entra en la categoría de "serie poco vista", pero las primeras de esta veterana serie médica son indispensables. Sin ellas, ahora mismo no habrían sido posibles ni "Anatomía de Grey", ni "Galáctica", ni "24" ni bastantes de las cosas que se hacen en televisión. Con ritmo, unos personajes con unas vidas totalmente marcadas por el trabajo y un hospital que no es ni mucho menos modélico, la serie lanzó a la fama a casi todo su reparto, convirtió a George Clooney en una estrella y consiguió entrelazar con acierto unas tramas a veces muy dramáticas, marcadas por conflictos éticos de todo tipo, con un humor negro estupendo.

- "La sombra del poder" (State of play. BBC. 2003): Con ese nombre está editada en DVD en España la miniserie "State of play", seis capítulos de thriller político que dieron el salto a la gran pantalla este año. Siguiendo la investigación de la muerte de la asistente de un joven diputado a través de los periodistas que cubren la noticia, se desgrana sin descanso ante nuestros ojos una trama con ramificaciones potencialmente peligrosas y un trabajo contrarreloj para descubrirlo todo antes de que haya tiempo de encubrirlo. Los actores son una de sus mejores bazas en una historia con altibajos, pero con tensión e interés.

- "Life" (NBC. 2007-09): Esta serie policiaca no tuvo mucha suerte para pasar más allá de la segunda temporada. Entre la huelga de guionistas, la cadena y los cambios de horario, hay que conformarse con los 31 capítulos de esas dos temporadas. Aunque fuera cancelada, sin embargo, tiene un final más o menos cerrado y, de todos modos, no es óbice para perderse la estupenda pareja que forman los detectives Charlie Crews y Dani Reese. Compañeros a su pesar al principio, terminan pensando de manera muy similar y formando un equipo en el que uno siempre velará por el otro, y un equipo cuyas conversaciones y discusiones siempre son divertidas y peculiares. Se les echará mucho de menos.

Música de la semana: Como ha quedado claro otras veces, "Life" destacaba también por sus selecciones musicales, casi siempre muy acertadas. En la segunda temporada, Crews y Reese acaban investigando un museo sobre asesinatos célebres, con "Oliver future", del grupo neoyorquino The Big Sleep como parte de su banda sonora.

27 junio 2009

Tele-familia

El meme que lanza Adri parece que se le haya ocurrido al protagonista de cierta película española (cuyo título no diré, para no estropear la sorpresa si la veis) que alquila a un grupo de actores para que se hagan pasar por su familia el día de su cumpleaños, y lo hizo antes que cierta sitcom estadounidense. Porque la idea es "construirte" una familia postiza sólo con personajes de la tele. Puede salir algo muy raro de aquí (quizás no tanto como los Bundy).

Mis padres: Keith Mars ("Verónica Mars") es una opción ineludible, qué le vamos a hacer. Pero es que siempre está ahí para apoyarte, sacarte de la cárcel o lo que haga falta. Y la Lynette Scavo del principio de "Mujeres desesperadas" sería muy divertida, y sería tan fácil torearla, incluso exponiéndote a que saque su faceta de tiburón.

Herman@ mayor y pequeñ@: Lo de la hermana pequeña lo tengo claro: Bridget DuBois ("Medium). Esa excentricidad hay que aprovecharla, a pesar de que tuviera extraños sueños premonitorios. Y de hermano mayor, me pido a Michael Westen ("Último aviso"), porque es otro que siempre te ayudará, aunque nunca sepas exactamente en qué anda metido, y que puede enseñarte a hacer una antena para okupar una frecuencia de Bluetooth con una percha metálica, una caja de Pringles, celo y poco más.

Mi abuel@: Sophia Petrillo ("Las chicas de oro"). Y con Sophia no hacen falta explicaciones. Así no acaba en Prados Soleados, además.

Mi tí@ enrollad@: Richard Castle ("Castle"), porque puede contarte un montón de historias truculentas y divertidas y no te aburrirás a su lado. Eso sí, que se traiga a su madre y que se deje a la detective Beckett en la comisaría, que es un rollo.

Mi marido: Seely Booth ("Bones"), a pesar de que ser agente del FBI tenga sus riesgos. Es divertido y estaría a tu lado en lo que fuera, pero esto sería en un mundo ideal en el que no trabajara con la doctora Brennan, porque ya sabemos lo que pasa ahí.

Mi hij@: Verónica Mars. Porque a veces puede hacer que te preocupes por ella en exceso, pero nunca podrás dudar de que te querrá y hará lo que sea por ti. Y cuando digo lo que sea, lo digo literalmente.

Mi mejor amig@: Robin Scherbatsky ("Cómo conocí a vuestra madre"). La cantidad de cosas que se pueden hacer, y de las que puedes hablar con ella, son muchas, pero hay que mantenerla alejada de las armas y de otros canadienses famosos, que luego pasa lo que pasa.

Otro amig@: Aquí voy a hacer trampa, porque el dúo Kara Thrace-Karl Agathon del principio de "Galáctica" tendría que ser infalible para pasar un buen rato jugando a las cartas o de fiesta, aunque tengan tendencia a no controlar lo que beben, sobre todo Starbuck.

Mi médico: Mark Green ("Urgencias"). El doctor Ross ya no valdría porque es pediatra, así que mejor me quedo con su amigo, que siempre se preocuparía por mí sin pasarse demasiado, no te ocultaría la verdad y nunca sería grosero.

Mi jefe: Tendría que ser policía para esto, pero el teniente Cedric Daniels ("The Wire") sería un jefe interesante. Te llamaría la atención cuando fuera necesario y te mantendría centrado en tu objetivo, pero también te cubriría la espalda y te apoyaría en caso de necesidad, y escucharía tus opiniones. La lástima es que siempre tenga su oficina en esos sitios tan destartalados, y que el horario sea de funeraria.

Mi mascota: Eddie, el perro del padre de Frasier. A competiciones de mirar fijamente no lo ganaba nadie (Frasier no, desde luego), tenía personalidad (y una Barbie a la que adoraba) y era genial. Casi puedo decir que era mi favorito de la serie (después de Niles).

Me he dejado fuera a propósito a Lorelai Gilmore y a un montón de gente que también podrían entrar, intentando no repetirme. Y los de "Matrimonio con hijos" ni siquiera era un opción. Eran un desastre total (aunque muy divertido).

25 junio 2009

Premios 'King-size'

Curiosa tendencia la que ha surgido este año en los premios audiovisuales más importantes de Estados Unidos (y del mundo, en parte). Si primero fueron los Emmy los que anunciaban que, en las categorías importantes de interpretación y en las de serie de drama y de comedia, habría seis nominados (con opción de incluir un séptimo en caso de empate), ahora son los Oscars los que se descuelgan con un anuncio similar que, de rebote, los lleva de vuelta al pasado, a aquellos años en que se entregaban en el hotel Roosevelt o en el Grauman's Chinese Theatre. Porque, entre 1932 y 1942 (como muy bien recuerdan en Gold Derby), los Oscars ya contaron con 10 candidatas a mejor película, como ocurrirá el año que viene.

Las razones para estas categorías superzised son diversas. En el caso de los Emmys, en las últimas ediciones ya hubo un par de categorías en las que, por culpa de un empate en votos entre dos nominados, había seis candidatos, y supongo que así dan alguna esperanza a que entre alguna sorpresa en el grupo final (lo dudo mucho, la verdad). En cuanto a los Oscars, desde hace tiempo se les critica que las cinco películas nominadas suelen tener una escasa repercusión entre el público y ser demasiado "de arte y ensayo" (ni que Theo Angelopoulos estuviera nominado todos los años), y que acaban dejando fuera títulos con buena taquilla que podrían ser susceptibles de competir por el Oscar. El caso de "El caballero oscuro" el año pasado (que ganó al mejor secundario) terminó de elevar mucho más el tono de esas críticas, e imaginándose la que puede montarse en diciembre con "Star Trek" (que en EE.UU. ha encantado), la academia ha decidido volver a la decena de películas nominadas.

Lo que quiere decir que veremos alguna opción realmente extraña, y que las reconocidas por los Globos de Oro, especialmente en el apartado de comedia, lo tendrán más fácil para figurar en el Kodak Theatre. Tom O'Neill, de todos modos, recuerda la lista All-Star de nominadas de 1939: "Lo que el viento se llevó" (que fue la ganadora), "Amarga victoria", "Adiós Mr. Chips", "Tú y yo", "Caballero sin espada", "Ninotchka", "La fuerza bruta", "La diligencia", "Cumbres borrascosas" y "El mago de Oz". También dice que hubo años con 8 nominadas y otros, con 12, y que la última edición en la que hubo tantas candidatas fue en 1943, el año en que ganó "Casablanca". Este año, no veo tan fácil una decena de nominadas de nivel, pero igual así los de Pixar consiguen que "Up" se cuele en la categoría grande.

Esta ampliación de candidatas no significa que, instantáneamente, vayan a reconocerse el tipo de series y películas que siempre se quedan fuera. Habrá seis nominadas a mejor drama en los Emmy, pero no esperéis ver ahí ni a "Galáctica" ni a "Friday Night Lights" (aunque parece que Connie Britton tiene serias opciones de estar nominada a mejor secundaria de drama), y una película tan de género como "Moon" (que está sin estrenar) lo tendrá difícil en los Oscars incluso aunque acabara siendo una maravilla. Hay cosas que nunca cambian.

24 junio 2009

Coraline en el país de las pesadillas

Coraline no es feliz. Sus padres se la llevan lejos de sus amigos, a una casa con unos vecinos excéntricos que no le gustan, y de remate le prestan muy poca atención, ocupados como están en acabar un catálogo de plantas de jardín. A Coraline todos la llaman Caroline (lo que le molesta) y nadie parece preocuparse por ella. Tiene que divertirse sola, así que hacer grandes descubrimientos, como el de un pozo semienterrado o una pequeña puerta en una pared, se convierte en una aventura perfecta para soñar una vida mejor. Y todavía más cuando el mundo paralelo que hay detrás de esa puerta, el revés del espejo, es mucho más divertido y responde perfectamente a los deseos de Coraline.

Pero hay que tener cuidado con lo que uno desea, y no dejarse llevar demasiado por nuestras ensoñaciones, aprovechando el aquí y ahora. Esta "Alicia en el País de las Maravillas" gótica que es "Los mundos de Coraline" termina dando ese mensaje, habitual de cualquier cuento de hadas que se precie, pero no importa en esos mundos maravillosos salidos de la imaginación y Neil Gaiman y plasmados en el cine por Henry Selick, un mago del stop motion al que la fama de Tim Burton privó de su verdadero reconocimiento por "Pesadilla antes de Navidad" y cuyo "James y el melocotón gigante" pasó desapercibida. Selick es otro de los tantos profesionales de Hollywood que reconocen la influencia de Ray Harryhausen en la elección de su carrera profesional, además de haberse curtido como animador en Disney, al igual que el propio Burton y muchos de los animadores de Pixar.

Aunque técnicamente es una película impresionante (y más aún en 3D), no se olvidan de dar humanidad a sus personajes, de construir una protagonista con la que nos identificamos y de sacarse de la manga una mala en la tradición de las grandes brujas malas de las películas de Disney (como Maléfica, la mala malísima de "La bella durmiente"). Tampoco faltan los toques de humor (estupendas las dos actrices Spink y Forcible y sus Scottish Terrier, a las que originalmente prestan sus voces las "Absolutamente fabulosas", o lo que es lo mismo, Jennifer Saunders y Dawn French), ni los momentos deliciosamente góticos, y es muy fácil verse transportado a ese mundo y desear ver también el circo de los ratones del Señor Bibinsky.

Si a final de año "Los mundos de Coraline" no figura en las listas de las mejores películas del año, es que Hollywood definitivamente va de cabeza a su final. Hay tantos detalles, tantas cosas, tantos guiños presentes en la película (y una banda sonora estupenda, también), que se puede diseccionar durante horas y horas. Lo mejor es dejar de hablar de ella y verla.

23 junio 2009

Cabeceras por fascículos (VIII)

Hay algunas canciones que las escuchas en la cabecera de una serie, y se quedan contigo, bien porque los créditos están muy bien, porque la serie es de tus favoritas o porque todo el mérito es de la canción.

"Playa de China"



Canción: "Reflections"
Artista: Diana Ross & The Supremes

Este tema iba que ni pintado con la temática y la atmósfera de esta serie, centrada en un hospital de campaña en la guerra de Vietnam, y que lanzó a la fama a Dana Delaney y Marg Helgenberger. En la tercera temporada (y última, si no recuerdo mal), se sigue a los personajes una vez están de vuelta en Estados Unidos, y los créditos utilizan otra canción, una versión de "We gotta get out of this place", de The Animals. Por cierto, que "Playa de China" es de esas series que, como "Caso abierto", no se editan en DVD por problemas de derechos con las canciones usadas en los capítulos.

"Entourage"



Canción: "Superhero"
Artista: Jane's Addiction

La historia de este grupo y sus separaciones, historias varias y colaboraciones con otras bandas de Los Ángeles (como Red Hot Chili Peppers) daría para su propia serie, y el espíritu de su música es perfecto para los créditos de las aventuras de Vince y su séquito en Hollywood. Así sonaban a principios de los 90, cuando se hicieron famosos (por ejemplo, con "Been caught stealing").

"The OC"



Canción: "California"
Artista: Phantom Planet

A lo largo de sus cuatro temporadas, "The OC" puso en el mapa a un montón de grupos indies desconocidos para el gran público. Death Cab For Cutie, Rooney, The Dandy Warhols o los propios Phantom Planet se le deben a los gustos musicales de Seth Cohen que una parte importante de la juventud estadounidense los escuche. Desde luego, la sintonía de la serie es su canción más famosa, pero Phantom Planet tienen más, claro, como "Can't take it".

22 junio 2009

Hijas de su tiempo

Lo audiovisual, incluso en las obras de ficción, tiene un gran valor como documento histórico. Tal vez sea más representativa de cómo era la España de la época "Las chicas de la Cruz Roja" que el No-Do de entonces, y eso que el No-Do, sabiendo que era uno de los órganos informativos oficiales de la dictadura franquista, ya tiene mucho valor de por sí sólo por sus imágenes. Por poner otro ejemplo, "Casablanca" transmite mejor el debate de si EE.UU. debía entrar en la Segunda Guerra Mundial que cualquier noticiero (la serie documental, "Por qué luchamos", dirigida en muchas de sus partes y supervisada por Frank Capra, es mucho más directamente propagandística. Al fin y al cabo, nació de la fascinación y el horror que Capra sintió ante "El triunfo de la voluntad").

La época en la que se hace una serie o una película tiene que notarse en la manera de narrar, o en los temas que pueden acabar surgiendo. Los efectos del 11-S y la "guerra contra el terror" son inevitables en una "Galáctica" que empezó a gestarse en diciembre de 2001, y es normal que "Hermanos de sangre" (que es de ese mismo año) dedique tiempo a mostrar los problemas psicológicos y emocionales de los soldados, algo impensable en las películas bélicas de los 40 (que recordemos que tenían casi todas su componente propagandístico) o de los 50 (dominadas por el patriotismo de la Guerra Fría). Sospecho que fue la guerra de Vietnam la que abrió la puerta a esa faceta. "M*A*S*H" trata sobre la guerra de Corea, que tuvo lugar en los 50, pero su sensibilidad es la de la época en la que se rodó, en 1970. "Cartas desde Iwo Jima" sería impensable en Estados Unidos antes de la década de 2000 (o de finales de los 90).

Viendo "Babylon 5", es inevitable ver por todas partes esa sensibilidad de los 90 en cuanto a que fue una década con un montón de conflictos internacionales realmente brutales y sangrientos en los que el Consejo de Seguridad de la ONU se mostraba totalmente inútil. No me extrañan las reseñas que hablan de la influencia de la guerra en los Balcanes en algunas de las historias que J. Michael Straczynski incluyó en su serie. Como hemos dicho muchas otras veces, la ciencia ficción suele ser mucho más permeable a esas influencias que otros géneros. Los últimos coletazos de la Guerra Fría y especialmente los gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher en los 80 dieron pie a no pocas historias distópicas de regímenes totalitarios (no es casualidad que Alan Moore escribiera tanto "Watchmen" como "V de Vendetta" en esa década).

Los estudios se apoyan muchas veces en esa sensibilidad diferente para justificar los remakes de viejas series y películas, pero esa justificación acaba siendo una coartada para colarnos someras estupideces, y convencernos de que una Dorothy que utilice una moto roja para desplazarse en lugar de sus "chapines colorados" es la mejor manera de hacer "El mago de Oz" en el siglo XXI, por ejemplo. Muchas veces no hace esforzarse para que una película sea hija de su tiempo.

21 junio 2009

Cosas malas

No deja de resultarme sorprendente el nivel de debate y encendidas discusiones que genera "True Blood", y sospecho que en parte se debe a que se emite en la HBO (o directamente a que es una serie de cable) y su creador es Alan Ball. Si una cadena como Fox emitiera esta serie, creo que no sólo habría menos debate, sino que, tal vez, seríamos menos benévolos con ella. Quiero decir, todos somos muy conscientes de que la serie no es perfecta y que tiene aspectos de vergüenza ajena, pero le damos mucha más importancia y la tomamos mucho más en serio de lo que, probablemente, se la toman sus responsables. Esta crítica de James Poniewozik es bastante interesante al respecto porque apunta que son sus principios y sus finales los que dan el tono justo de escapismo camp, estilizado y gótico, y que esa bipolaridad que hay en medio entre lo ligero y lo serio es justo lo más desconcertante.

No es una serie sutil en sus críticas sociales y, de hecho, igual debería olvidarse hasta de intentarlas. Lo suyo es el rollo light escapista, y ahí están logrando algunas cosas interesantes con las que podemos pasar un buen rato en esta segunda temporada. Maryanne es intrigante (aunque empiezo a imaginarme de qué va, más o menos. Tampoco es muy sutil), los demonios de Tara siguen lejos de estar conjurados, Lafayette está metido en un buen lío, y supongo que la panda de Fangtasia seguirá tan divertida como en la primera temporada (el castigo de Bill también promete). "True Blood" es de lo más camp que la tele yanqui ha hecho últimamente, y es cierto que consiguen unos finales de episodios que, por lo menos, te dejan intrigado por ver cómo seguirá todo. Tal vez, en su caso, el peso de los nombres, el recurso de autoridad, sea demasiado acusado.

Si otro que no fuera Alan Ball estuviera detrás, ¿le dedicaríamos tanto espacio y tiempo? ¿La tomaríamos por lo que realmente es y dejaríamos de buscarle significados trascendentales? ¿Dejaremos algún día de hablar de si Sookie es así porque el personaje es de esa manera, o es "culpa" de Anna Paquin (reconozco que la soporto un poco más)? Esa mezcla de las diferentes versiones de True Blood que hace Bill es el mejor ejemplo de lo que es la serie.

Música de la semana: Estamos todos de acuerdo en que "True Blood" tiene una de las canciones mejor elegidas para ilustrar sus títulos de crédito, ese "Bad things" de Jace Everett. Cuando la oigo, no puedo evitar acordarme de Chris Isaak, tal vez por el tipo de música o el modo de cantar, o quizás porque él tiene un tema que también habría valido para "True Blood", "Baby did a bad, bad thing", y que sonó en "Eyes wide shut", la última película de Stanley Kubrick.

20 junio 2009

Como las balas

Me hace gracia que los yanquis llamen a esos comentarios breves al final de una reseña bullet points. Tiene su lógica, pero no deja de resultarme curioso. Y como ésta es una entrada recopilatoria de breves, perfectamente puede titularse así, "bullet points".

1.- La quinta temporada de "The Closer" ha empezado con fuerza, con dos casos que dejan una sensación de mal rollo que se transmite al ver que Brenda, aunque resuelve el caso, poco puede hacer para que su resolución sea otra. Los dos han puesto de manifiesto como el azar, un pequeño acto en un momento inoportuno, puede cambiarlo todo, así que no me extrañaría que ese azar de la tragedia (ése que Verónica Mars comparaba con un tornado) fuese el tema que vaya a vertebrar toda la temporada. Eso, y la vida amorosa de Provenza, que vuelve a Flynn (y a Brenda) loco con su buen humor cuando está enamorado, y sus malos modos cuando lo dejan. Brenda, además, va a encontrarse con un rival a su altura en unos cuantos capítulos de esta temporada, una inspectora de Asuntos Internos a la que da vida Mary McDonnell. Yo me andaría con ojo con Laura Roslin y no la dejaría cerca de ninguna escotilla. No la llamaban sus fans Madam Airlock por nada.

2.- El tapiz de la decadencia de Baltimore se amplía mucho más en el principio de la tercera temporada de "The Wire", pues aquí nos metemos de lleno en las corruptelas y los tejemanejes de la política municipal. Al clan de Barksdale y la unidad policial de Daniels se une el entorno del concejal Tommy Carcetti, un tipo con buenas intenciones, mucha ambición y talento para las maniobras maquiavélicas, que quiere dejar de ser un simple concejal blanco en una ciudad en la que el alcalde siempre es negro. La burocracia lo alcanza y lo corrompe todo, ya sea un trabajo policial que se mide por estadísticas, un trapicheo de droga que se enfrenta a la demolición de viejos barrios para construir nuevas casas (más caras, con lo que se expulsa a los habitantes de siempre) o un tipo que sale de la cárcel y se enfrenta a un mundo muy diferente del que conocía una década antes, cuando aún estaba libre. Pero en medio de todo esto, McNulty sigue siendo el mismo cabezota egoísta de siempre, y sigue liándola allá donde va.

3.- Como la programación veraniega de las networks americanas está dominada por los realities, los críticos de televisión se pasan mucho tiempo hablando sobre ellos, y más con el jaleo montado alrededor de "Jon & Kate plus 8", uno del que me fascina leer cosas. Sigue al matrimonio Gosselin y sus ocho hijos (gemelos y sextillizos, ahí es nada) en su vida diaria, además de en las excursiones y las actividades especiales que hacen porque salen en la tele. Durante cuatro temporadas, ha sido un gran éxito en el canal TLC, pero justo antes del estreno de la quinta, las cosas empezaron a torcerse. En resumen, las revistas del corazón llevan meses hablando de presuntas infidelidades y de crisis en la pareja y, por lo que parece, el programa cada vez está volviéndose más incómodo de ver. Ahora, la cadena anuncia un especial de una hora el lunes en el que Jon y Kate van a hacer un "anuncio especial" que todo el mundo se imagina cuál es (aunque aquí hay una recopilación de posibilidades de ese anuncio que no tienen desperdicio. Mi favorita es que van a venderle los niños a Madonna y Angelina Jolie), después de haber visto a los dos contando a la cámara sus problemas matrimoniales. "Jon & Kate plus 8" está dando para todo tipo de debates éticos, mientras "I'm a celebrity, get me out of here" está sirviendo para que se hagan mogollón de chistes y bromas a causa de sus protagonistas, que incluyen a dos de los hermanos Baldwin, a la mujer del ex gobernador de Illinois (ése que intentó vender su escaño), a un ex-American Idol, a Lou Diamond Phillips, etc. Es "La isla de los famosos" en versión NBC (y antes, de la inglesa ITV), y sus estrellas este verano son los protagonistas de otro reality, "The Hills", Spencer y Heidi Pratt (o "Speidi"). Se les considera el dúo más insoportable y pagado de sí mismo de la tele estadounidense (por eso dicen que él tiene el apellido más adecuado del show business), y Spencer dejó para la historia una frase que yo quiero que se utilice en todas las ediciones que nos queden por venir de "Supervivientes", resurrecciones de "Hotel Glam" y otros realities del mismo estilo con famosos de medio pelo: "¡Este reparto está devaluando nuestra fama!"

4.- Dejémonos de famosillos varios y vamos a los que de verdad lo son (o lo son por razones más productivas). El otro día, viendo "Babylon 5", me hizo mucha gracia ver a Walter Koenig, el Chekhov original de "Star Trek", haciendo de malo, y aún me gustó más por verlo despedirse del comandante Sinclair con un "be seeing you" clásico de "El prisionero" (por cierto, sólo por ver a Ian McKellen diciéndolo merece la pena el trailer del remake, y a lo mejor hasta ver la miniserie en noviembre).

El Grecian 2000 funciona que da gusto, ¿eh? Ya me lo parecía a mí. No es el único al que me ha hecho mucha gracia encontrarme por ahí, porque también he visto a Michael Paul Chan, o lo que es lo mismo, el gran teniente Tao de "The Closer" con una mata de pelo que huele a peluquín. O a un estilismo poco afortunado.

Pero lo mejor, por supuesto, se queda para el final y se fía a vuestra memoria teléfila. ¿Quién es esta chica con el desafortunado look de las Centauri? Y seguro que él también os suena. Ánimo. Be seeing you.

P.D.: A veces, Twitter deja cosas realmente curiosas. Gracias a él, podemos ver a Fisher, "el alegre suicida" de "Bones", en un vídeo de Katy Perry.

18 junio 2009

La borde

Cuando se estrenó "Castle", una de las críticas más comunes apuntaba que su protagonista femenina, la detective Kate Beckett, seguía el molde, demasiado habitual últimamente, del personaje femenino serio y borde frente al masculino más extrovertido y excéntrico; algo así como la versión en mujer de Murtaugh, el de "Arma letal". Es posible que, especialmente en las series de policías, ese tipo de personaje (y ese tipo de pareja protagonista) se haya potenciado mucho en los últimos tiempos, supongo que esperando que de la unión de esos dos extremos surjan conflictos interesantes y, con un poco suerte, la tan socorrida tensión sexual no resuelta.

Si los dramas policiales son todos parecidos, y a veces sólo los personajes sirven para darles el toque diferenciador, los actores que interpretan esos personajes son un aspecto muy importante en el resultado final. El problema que tiene la Beckett de "Castle" (o el que yo le veo, al menos) no es que sea la típica policía borde y profesional que tiene que lidiar con un compañero poco convencional, sino que su intérprete, Stana Katic, es bastante plana. Igual tampoco ayuda ese vestuario (ni la doctora Brennan va con esos abrigos rojos), o que se fuercen tanto los intercambios entre Beckett y Castle. El caso es que cuesta ver lo que Castle encuentra tan fascinante, ese misterio que debería estar por ahí, ese aire de vulnerabilidad que, sin embargo, sí tiene Dani Reese, otra borde y hermética que, sin embargo, se beneficia de que su actriz, Sarah Shahi, no sólo conecta muchísimo mejor con su partennaire en "Life", sino que logra hacernos ver que Reese es humana, que hay algo debajo de ese escudo con el que va a trabajar, que es perfectamente posible que Charlie Crews eche tanto de menos intercambiar opiniones con ella, que llame a un servicio técnico sólo para tener un sustitutivo.

Reese sigue más la línea de Scully, un personaje que fue dejando ver sutilmente las capas que había debajo de sus trajes de sastre y su seriedad conforme pasaban los episodios de "Expediente X" (llegó a haber momentos en los que hasta era más divertida que Mulder. True story). A Olivia Dunham me cuesta incluirla aquí porque, aunque Peter y Walter Bishop anden por ahí, la mayoría de las veces la vemos trabajar sola, y el esquema de "Fringe" no se basa en ese dúo de investigadores (reconozco que Anna Torv ha mejorado bastante en el papel, o han sabido cómo utilizarla mejor). No obstante, podría entrar en el molde de esos personajes que hemos citado más arriba, las policías bordes a las que, con el transcurrir de los episodios, vamos conociendo mejor e incluso tomándoles cierto cariño.

P.D.: Creo yo que también se podía incluir en ese apartado de investigadoras bordes a la sargento Andrún de "Unidad Central Operativa", que tras sólo tres episodios se ha caído de la parrilla de TVE y pasará a emitir los tres que faltaban los viernes, en la web de la cadena.

17 junio 2009

Vivo sin vivir en mí

ALERTA SPOILERS: Me ha costado, pero ya he visto entera la primera temporada de "United States of Tara". Si es una de vuestas series de verano y no queréis saber cómo acaba, dejad de leer aquí e id a jugar a los bolos.

Steven Spielberg, Diablo Cody, Toni Collette, John Corbett, Alexa Junge (ésta para los muy teléfilos, por sus años en "Friends", "El ala oeste de la Casa Blanca" y "Sexo en Nueva York")... Con semejantes nombres, "United States of Tara" había levantado mucha expectación mucho antes de que se estrenara, en la pasada midseason. Showtime la renovó rápidamente para una segunda temporada apenas se habían emitido dos episodios (jugada que ha repetodo con "Nurse Jackie"), y yo creo que nadie duda que Toni Collette será una de las actrices nominadas en la próxima ceremonia de entrega de los Emmy.

Que la categoría en la que compita sea comedia es muy discutible, porque aunque la serie tiene algún momento divertido, es más un drama salpicado de toques de humor (a veces muy locos). Lidiar con cuatro personalidades diferentes no sólo es agotador para Tara, sino que puede ser un peaje demasiado alto para su familia. Las frustraciones de Max, que se esfuerza mucho por tragárselas y seguir apoyando incondicionalmente a su mujer, se han hecho más evidentes con el paso de los capítulos, y la dinámica entre ellos va a ser muy interesante en la nueva temporada. Especialmente, porque el momento en el que confluían todas sus esperanzas de saber porqué Tara padece ese trastorno (la reunión con Trip, el chico que la violó en el internado), termina siendo a la vez un fracaso y un éxito. Sí, Tara consigue saber la verdad de lo que ocurrió esa noche, pero no, no es el acontecimiento que disparó sus personalidades múltiples. En realidad, Trip y su amigo abusaron de T, no de Tara.

Con esta revelación, la búsqueda de ese detonante es mucho más difícil. ¿Cuánto hacía que T estaba por ahí? ¿También estaba, por ejemplo, Gimmy, que representa los instintos más primitivos de Tara? Si es así, ¿qué ocurrió para que Tara recurriera a ellos como mecanismo de defensa? Sospecho que algo ocurrió con sus padres, posiblemente, algo que está enterrado tan profundamente en el subconsciente de Tara, que seguramente ella no tendrá ni idea de que aquello, lo que fuera, pasó. Sus personalidades, además, parecen pugnar entre ellas. O, mejor dicho, Alice parece querer dominarlas a todas y ser la predominante, lo que la convierte en un personaje realmente inquietante. Es perfectamente manipuladora y está llena de dobleces. Yo siempre espero lo peor cuando ella está fuera.

Conforme ha avanzado la temporada, toda la familia ha ido adquiriendo más profundidad. Hemos conocido un poco más de las frustraciones de Charmaine, hemos visto a Marshall empezar a madurar (y hacer alguna que otra tontería) y hemos visto a Kate usar al gerente realmente raro del restaurante donde trabaja como válvula de escape, con resultados que no son los que ella esperaba. Como ocurre muchas veces en la vida, todos intentan diseñar una hoja de ruta para vivir sus días, pero sus caminos son tan inescrutables como los del Señor. La segunda temporada promete ser interesante, más cuando toda la familia ha adquirido más tridimensionalidad. Lo mejor de la serie, de todos modos, es cómo consigue que Tara no los eclipse. Y que sus personajes anden viendo "Galáctica" y "Perdidos".

16 junio 2009

Artesanos de palabras

1.- Enric González tiene hoy una interesante columna en "El País" sobre el crítico de restaurantes de "The New York Times", un tipo cuyo éxito estribaba en que a sus lectores les gustaba leer sobre sitios exclusivos en los que nunca podrán cenar simplemente porque él escribía bien y los entretenía. A mí no me gustan los toros, pero las crónicas de Joaquín Vidal eran un espectáculo, y el propio González es un verdadero maestro usando el fútbol para hablar de cómo es todo un país, como hace en sus "Historias del Calcio" (muchas de ellas se recogen en este blog). Sin ser una fanática de ese deporte, reconozco que el artículo que le dedicó al ex jugador del Inter, Adriano, y uno realmente divertido sobre su cariño por el Numancia, son de mis favoritos. ¿A qué viene todo esto? A nada, la verdad. Es sólo una excusa para recomendar la lectura de Enric González. Además, ayer tenía otra columna sobre unas declaraciones de Imanol Arias sobre la ficción televisiva española que tampoco tenía desperdicio.

2.- Ya que hablamos de escritores, por casualidades de la vida he acabado echando un vistazo a la gran cantidad de guionistas de series actuales estadounidenses que pasaron por algunas de las series de la franquicia "Star Trek", ya fueran "La nueva generación", "Espacio Profundo 9" o "Voyager" o la última de ellas, "Enterprise". Ron Moore es de los que ha tenido más repercusión últimamente por el final de "Galáctica", pero no ha sido el único, claro. En esa serie estaban también Bradley Thompson y David Weddle, que ahora están en "CSI" junto a otro veterano de "Star Trek", Naren Shankar (el capítulo parodia-homenaje de la novena temporada, con cameos de Ron Moore y Grace Park incluidos, deja bien claro ese pasado compartido). Pero hay muchos más. Por "Voyager" pasó Bryan Fuller, que tiene el encargo de reconducir "Héroes" y que reconoce que le gustaría poner en marcha una nueva serie de la saga, utilizando el relanzamiento de J.J. Abrams. John Shiban, guionista de "La leyenda del buscador" y "Sobrenatural", pasó por "Enterprise" al acabar "Expediente X", y uno de los responsables de "Flash Forward" es Brannon Braga, que escribió episodios para varios títulos de la franquicia estelar y ha sido co-productor ejecutivo de la séptima temporada de "24".

3.- Después de su unánimemente alabada labor como presentador de los últimos premios Tony, Neil Patrick Harris suena para presentar los Emmy, que este año retransmite la CBS. Cualquier cosa será mejor que el experimento de Fox con Ryan Seacrest o lo del año pasado, con varios presentadores de realities. Lo cierto es que Harris bien podría seguir los pasos de Hugh Jackman y usar los Tonys como trampolín para presentar más galas, como la de los Oscars. El otro nombre que se baraja es el de Craig Ferguson (o el escocés loco, como lo llamo yo), que ya ha animado la tradicional cena con la prensa de la Casa Blanca y que es muy capaz de revolucionar él solo la entrega de premios más aburrida que os podáis imaginar. Sólo tiene que dedicarse a imitar a Sean Connery.

15 junio 2009

No es amor, sino obsesión

Resulta mucho más fácil de lo que parece identificarse con lo que Nick Hornby cuenta en "Fiebre en las gradas". No es necesario que nos pase como a él y asociemos los momentos importantes de nuestra vida a partidos de fútbol (ni siquiera es necesario que nos guste el deporte), pero la descripción que se hace en sus páginas del comportamiento y la psicología de un obseso es perfectamente adaptable a cualquier otra faceta del entretenimiento, ya sean juegos de rol, música, libros, películas o series de televisión. Cualquier aficionado a las series que tenga un blog es, como le ocurre a Hornby con el Arsenal, un poco obseso. Las asociaciones a lo magdalena de Proust se vuelven mucho más peregrinas y peculiares cuando uno es un friki reconocido de cierta cosa.

Puedes escuchar "La femme d'argent", de Air, en un evento social y pensar inmediatamente en "Verónica Mars"; puedes encontrar las alusiones más crípticas a viejas series de los 80 en productos adolescentes como "Hannah Montana"; puedes incluso acabar como Remington Steele y usar tramas y citas de películas de cine negro para tu vida diaria (él las usaba para solucionar los casos en los que trabajaba con Laura Holt, pero tampoco vamos a ser tiquismiquis). Tu vida puede organizarse más según las temporadas televisivas yanquis que el calendario normal (otoño de septiembre a diciembre, midseason de enero a mayo, y luego ya el hiato veraniego, en el que hay que informarse de los upfronts, los pilotos del año siguiente y las presentaciones en Comic-Con y en la gira de los críticos de televisión), y tus conversaciones pueden otorgarle más importancia a intentar averiguar por qué demonios en los Emmy siempre ganan los mismos.

El summum de esta obsesión sería hablar fluidamente klingon (no aprenderte un par de frases de cortesía, y ya), dejar que los mandamientos del blog de Barney Stinson rijan tu vida social, organizar tus compromisos alrededor del horario de emisión tu serie favorita (nada de quedar para ir al cumpleaños de tu mejor amigo el viernes, que es el día que tú ves el capítulo de "Perdidos" del día anterior) o tener un episodio de "Friends" para explicar cualquier misterio vital que se te ponga por delante. Además, un fanático de verdad alimenta su obsesión día a día leyendo y viendo todo lo que se le pone por delante, y conociéndose al dedillo los LiveJournals de fans que resumen un episodio con capturas de pantalla de cada escena.

Por supuesto, sufrir esta obsesión en otra persona es un tostón si no compartes sus gustos (un fanático del golf que todo lo vea en hándicaps que hay que mejorar puede ser superior a mis fuerzas), pero siempre es divertido encontrar otros frikis como tú con los que comentar el último episodio de "True Blood", hacer causa común para lograr que todo el mundo se trague las siete temporadas de "El ala oeste de la Casa Blanca" en un maratón imposible de dos semanas, y pasarte horas y horas en un Starbucks (con una única consumición) diseccionando hasta qué punto el fichaje de Heather Locklear salvó a "Melrose Place" de la cancelación. Un fanático puede ser muy feliz sólo con ver una foto nueva de su serie favorita que no había descubierto hasta ese momento, pero también nos volvemos muy exigentes con quienes consideramos unos advenedizos. Como dirían en "Pushing daisies", "The facts were these".

Música de la semana: El fin de semana ha sido un poco movidito, así que la elección musical llega un poco más tarde de la habitual. En este caso llega directamente desde un anunció de champú que emplea de banda sonora "Golden skans", de Klaxons.

11 junio 2009

El miniaturista y la astrónoma

No es un secreto que una de las razones para que viera "Desaparecida" hasta el final, y ahora sea de los pocos que ven "UCO", es que los dos guardias civiles protagonistas de ambas series (más de la segunda que de la primera), el capitán Sierra y la sargento Andrún, me recuerdan mucho a la pareja de guardias creada por el escritor Lorenzo Silva, el sargento Bevilacqua (Vila para los amigos) y la cabo Chamorro. TVE, además, anunció hace algún tiempo un proyecto para hacer creo que una serie de películas para televisión sobre las andanzas de ambos investigadores, así que, aprovechando además que este fin de semana termina la Feria del Libro de Madrid, no está de más recordar la diversión que ofrecen las cuatro novelas, y un libro de relatos, que Silva ha escrito sobre esos dos, que empiezan como cualquier otra pareja de policías, en la que uno de ellos no quiere tener un compañero y, encima, el que le toca es tímido y está aprendiendo.

Para cuando llegan a "La reina sin espejo", el último libro publicado (hace demasiado tiempo), ambos tienen más años, Chamorro ha madurado y Vila se ha vuelto más taciturno (y ya no tiene ese cuelgue de su compañera tan divertido de los primeros títulos, propiciado, en parte, porque al principio le recuerda a Veronica Lake), pero resulta difícil pensar en uno sin el otro. Como es habitual en los dúos de investigadores, los dos se complementan. Chamorro es más de aplicar el sentido común, y para Vila lo más importante es la víctima. En alguna que otra historia explica que, si no siente al muerto como suyo, no puede trabajar en cuerpo y alma en su caso. Su formación en Psicología y su honestidad contrastan con el carácter a veces más castrense de la cabo (que, al fin y al cabo, es de familia militar), y las conversaciones que tienen en el coche sobre la vida en general son estupendas. A veces los casos no son demasiado espectaculares, pero montar grandes enigmas no es la especialidad de Silva. Además de cuidar a sus guardias, lo suyo es más lo que hace la novela negra; dejar que esos casos muestren cómo son determinados aspectos de nuestra sociedad.

Las peripecias de Vila y Chamorro empiezan en "El lejano país de los estanques", donde investigan la muerte de una turista en Mallorca, y donde la atracción de Vila por Chamorro (nunca reconocida, que es su superior y podría ser su padre) deja los momentos más divertidos. Con "El alquimista impaciente", la concesión del premio Nadal los hizo mucho más conocidos para el gran público (aquí me enganché yo a ellos, por ejemplo), y lo cierto es que el libro presenta muchos de los puntos fuertes de la serie, incluyendo cómo la relación entre ambos guardias va haciéndose más estrecha sin salirse de ciertos límites. Además, tiene una trama con constructores y corrupciones políticas varias muy de actualidad. El tercer libro, "La niebla y la doncella", tiene a un Vila que pasa por una crisis que nubla en parte su buen discernimiento, y "La reina sin espejo" vuelve a unirlos y a llevar al sargento a revisitar un momento concreto de su pasado. Las disquisiciones filosóficas de Vila y el sentido común, y los principios, de Chamorro siempre acaban solucionándolo todo.

Hace mucho que Lorenzo Silva (que es muy prolífico, por otro lado) no retoma sus andanzas, y se les echa de menos. Y tampoco sé si la adaptación que TVE tiene en mente les hará justicia. La película que Patricia Ferreira hizo de "El alquimista impaciente", con Roberto Enríquez e Ingrid Rubio de protagonistas, no estaba mal (aunque de ella yo siempre recomiendo "Sé quién eres", que a mí me pareció más interesante), y nadie se ha atrevido después a recuperarlos. Quizás no esté mal ver de nuevo en carne y hueso a Vila pintando miniaturas de soldados de ejércitos derrptados, y a Chamorro observando el cielo nocturno con su pequeño telescopio.

10 junio 2009

El vuelo de Ícaro

El pasado viernes, la tertulia teleginia encalló en un tema que suele dar para mucha polémica y controversia entre los teléfilos: las series que se desinflan antes de tiempo. Digo que da para discusiones muy acaloradas porque lo que para uno es el punto en el que una serie salta el tiburón, para otro es una genialidad que la adentra por un camino mucho más interesante. El ejemplo más claro de los últimos años es "Galáctica", que a mí me parece estupenda, hay quien cree que perdió el rumbo a partir de la mitad de la segunda temporada y luego hay otros a los que la serie les empezó a gustar de verdad desde ese punto. Nunca llueve a gusto de todos.

De todos modos, y por mucho que nos pueda pesar, es "Héroes" la que ha mostrado con mayor claridad los síntomas de Ícaro. A un principio de serie rutilante, que le ganó comparaciones con "Perdidos", le siguió una caída desde la cima espectacular, sólo explicable porque murió de éxito; sus responsables se preocuparon más de las giras mundiales y los especiales de todo tipo antes de que acabara la primera temporada, que de mantener una serie interesante. Morir de éxito es mucho más fácil de lo que parece; todo el mundo te dice que eres estupendo y genial, y te crees que puedes dormirte en los laureles sin haber demostrado todavía nada. Acabas como un Robinho cualquiera en el Manchester City, vamos.

No hay que olvidar, por otro lado, que tú puedes tener una idea preparada para un determinado número de episodios y que luego tenga tanto éxito que te veas obligado a alargarla. Las primeras temporadas de "24" y "Prison Break" estaban diseñadas, en un principio, sólo para 13 capítulos, en previsión de que la audiencia les diera la espalda. Pero como no ocurrió así, a Kim Bauer tuvieron que volver a secuestrarla y a Michael hubo que fastidiarle el plan cuando parecía que iba a funcionar. "Prison Break" no se recuperó de la salida de la cárcel. "24" ha aguantado siete temporadas (con una octava en camino) con mejor prensa entre los fans (aunque yo sólo vi esa primera temporada).

Nuestro gusto personal determina muchas veces dónde creemos que el globo de una serie se pincha. Para las que aguantan muchas temporadas el globo, más que pincharse, va desinflándose lentamente, hasta que el desgaste las deja esqueléticas y sin una sombra de lo que fueron en principio. ¿Es que nadie va a apiadarse de "Smallville" y liquidarla ya? Que va por la novena temporada.

09 junio 2009

Un hombre, un voto

El proceso de selección de los nominados a los Emmy está ahora mismo en pleno apogeo, y en el mes que falta hasta que las candidaturas se hagan públicas se sucederán los rumores, los análisis de las posibilidades de tal serie y tal actor y las críticas hacia el sistema de selección. Todo empieza a calentarse en cuanto se filtra la papeleta para la votación de las candidaturas de interpretación, porque ahí se ve quién se presenta a qué categoría y con qué capítulo. El caso es que todo el proceso es bastante lioso. La Academia de Televisión lo ha cambiado varias veces para intentar que las series con más prestigio crítico, pero menos popularidad, tengan opciones de arañar alguna nominación, pero resulta complicado cuando el voto para elegir a las que competirán por la estatuilla alada es popular. Es decir, todos los académicos lo votan todo, o eso tengo entendido.

El proceso se inicia con la presentación de candidaturas que, al contrario que en otros premios, aquí cuesta dinero (entre 100 y 400 dólares cada una). Ese dinero se utiliza para la duplicación y envío a los académicos de los DVDs de dichas candidaturas. Cada nominado decide qué episodio manda para que se juzgue su trabajo, y decide también a qué categoría quiere optar. Con todas esas pre-candidaturas, la Academia hace las papeletas de cada categoría, en las que cada académico puede votar a varios candidatos (el número varía según la categoría. En las de actuación, se puede votar a un máximo de seis actores). De esas primeras votaciones salen los nominados finales, y el sistema se repite para elegir a los ganadores. Creo, que si no recuerdo mal, que sólo en las categorías de dirección y actuación se acotan los votantes sólo a directores y actores.

Lo crucial en los Emmy es, como hemos comentado otras veces, acertar con los episodios que se envían a los académicos y, aunque parezca una perogrullada, con la categoría a la que te presentas. Si puedes optar por secundario y principal, a lo mejor te interesa más optar a secundario si en principal hay dos o tres nombres fuertes que te limitan las posibilidades, y viceversa. Por eso, por ejemplo, Glenn Close y Rose Byrne no optan las dos a mejor actriz dramática por "Daños y perjuicios", aun siendo igual de protagonistas (Byrne lo hace como secundaria).

Este año, los expertos han destacado la ausencia de Terry O'Quinn, ganador hace dos años al mejor secundario dramático por "Perdidos". No se sabe si ha preferido pasar de los Emmy o si se le ha olvidado, y en ese último caso, en Gold Derby apuntan que no sería la primera vez que esto ocurre. Tim Allen no se acordó de presentar su candidatura a mejor actor cómico por "Un chapuzas en casa" cuando la serie estaba en todo apogeo, y le cayeron palos por todos los lados. Al año siguiente, hizo que la banda de la Universidad del Sur de California entregara su candidatura a la Academia.

08 junio 2009

Línea directa Baltimore-Miami

ALERTA SPOILERS: A continuación habrá spoilers del principio de la tercera temporada de "Burn notice" y de la tercera también de "The Wire", que ya sé que se emitió hace tiempo, pero como es de las que siempre tenemos pendientes...

1.- Michael Westen va a descubrir que, quizás, alejar de sí a la gente que lo despidió no sea tan buena idea como él creía. Ellos eran en incordio, cierto, porque lo forzaban a trabajar para ellos y ponían su vida en peligro, pero paradójicamente, lo protegían del radar de la policía y de otras agencias de inteligencia. Ahora ellos ya no están, y Michael ha aparecido en ese radar, con lo que si viejos amigos como el del primer capítulo van a aparecer más a menudo, el saludo de su madre de "al menos, estás vivo" va a repetirse con mucha más frecuencia. "Burn notice" entra, así, en una tercera temporada en la que el objetivo de Michael es volver a su trabajo como espía, algo que ni Fiona ni su madre ven con muy buenos ojos, mucho menos Fiona una vez que parece que los dos están dispuestos a recuperar, en parte, lo que tenían (que no sé muy bien cómo de serio era. Desde luego, los dos se quedaron bastante tocados). En la segunda temporada, que Michael bajara la guardia en el terreno emocional fue más habitual, mostrando por fin que sus tres compañeros de fatigas (incluyendo su madre, claro, y a su hermano, que sería el cuarto) le importan, y dejando ver al ser humano que esa barrera emocional protege de las amenazas del exterior. Desde luego, las que le esperan esta temporada parecen de altura. No sé si conseguirán un villano tan cool y amenazador como Carla, pero la dinámica entre Sam, Fiona y Michael promete. Más después de que la madre de Michael les diga que deben mantenerse juntos.

2.- Como ocurre al principio de las otras dos temporadas, en los primeros episodios de "The Wire" a veces cuesta seguir el hilo. Además de ver en qué situación están los personajes que ya conocemos de antes, tenemos nuevos personajes y otros que pasan a primer plano después de haber estado muchos capítulos a la sombra de los demás. El esqueleto de la primera temporada, el grupo de policías bajo el mando Daniels y la banda de narcotraficantes de Barksdale, es el nexo de unión de todos, los que vamos viendo evolucionar desde el inicio de la serie (Bunk es mi favorito junto con Lester y su sentido común a prueba de balas), y los que van enseñándonos las piezas del rompecabezas. El "paseo" por la decadencia de Baltimore se detiene aquí en los tejemanejes de la política local, sus especulaciones inmobiliarias con las viviendas sociales (las torres que habían sido territorio de Barksdale son demolidas, así que hay que buscar un nuevo territorio), sus corruptelas y ejercicios de "ingeniería contable" para arañar algo más de presupuesto, la cuenta creativa de los crímenes para no pasarse de la cuota mensual... Ese aspecto de la serie se ejemplifica, por ahora, con un joven y ambicioso concejal que "compra", más o menos, al comisionado de la policía para que le cuente ciertas cosas a cambio de concederle más coches patrulla, o más personal, o directamente más dinero. El ahogo del trabajo policial por culpa de la burocracia va a verse en más detalle que antes, igual que el precio que los detectives pagan en su vida personal por dedicarse demasiado al trabajo (Kima y McNulty se parecen muchísimo a ese respecto). Y si en la segunda temporada todo se desencadena por un quítame allá esa vidriera, parece que en la tercera va a ser la muerte de un perro de pelea el que agite un poco las cosas. Eso, y la investigación de McNulty de la muerte de D'Angelo en la cárcel. Por cierto, me sigue fascinando cómo Stringer Bell se empeña en aplicar a la droga las normas por las que se rige cualquier otro mercado.

07 junio 2009

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El encasillamiento es uno de los mayores temores de un actor. Un personaje que te da mucho éxito, y que debería abrir un montón de puertas, en realidad acaba estrechando tus opciones hacia una repetición ad nauseam del mismo personaje en diferentes variantes. El estreno, la semana que viene, de "Nurse Jackie" en Showtime ejemplifica el esfuerzo de un actor por salirse de ese encasillamiento. Edie Falco, protagonista de la serie, fue durante seis temporadas Carmela, la mujer de Tony, en "Los Soprano", un papel que tenía el potencial de hacerla desaparecer debajo de la laca de su peinado. Sin embargo, en esta entrevista, la propia Falco cuenta cómo ha intentado salir de la sombra de Carmela, desde interpretando a la congresista demócrata que tiene un affair con Jack Donaghy en "30 Rock" a la enfermera de Urgencias que centra esta nueva serie.

Los esfuerzos de Falco por seguir trabajando, encontrar material interesante y, al mismo tiempo, no repetir el mismo trabajo que hizo en la serie que la hizo famosa, resultan muy interesantes en una industria que rápidamente etiqueta y coloca en cajitas a sus trabajadores. Otra de las series de estreno de este verano, "Royal pains", está protagonizada por Mark Feuerestein, un tipo experto en los papeles de buen chico y prácticamente encasillado en ellos. Es como Jason Priestley y la larga sombra de Dylan Brandon Walsh. Ciertamente, cuesta cambiar la mirada del público y de la industria cuando tienes mucho éxito en un tipo muy específico de papel, y si logras triunfar haciendo algo diferente, entonces te encasillarán en ese nuevo personaje.

Las estrellas lo son, en cierto modo, porque casi siempre interpretan variaciones del mismo personaje, con contadas excepciones. Así funcionaba el star-system del Hollywood clásico, y de él sólo se salían los denominados character actors, los secundarios versátiles capaces de dar consistencia y brillar en comedias y dramas, y con un físico tan especial, que resultaría difícil "venderlos" como estrellas. El marketing ya tenía mucha importancia entonces. De todos modos, todo actor que busca salir del encasillamiento de determinado personaje tiene siempre como ejemplo a Anthony Hopkins. Siempre será Hannibal Lecter, pero ha conseguido ser reconocido y tener éxito por otras cosas, aparte de ese psicópata brillante y enigmático que irrumpió en el cine de los 90 como un elefante en una cacharrería.

Música de la semana: Esta semana, en Twitter, hemos tenido un monotema musical curioso, que eran versiones imposibles, o peculiares de canciones conocidas. No es que ésta sea una versión imposible, pero es interesante. Se trata de "So you say you lost your baby", que Death in Vegas y Paull Weller versionaron de un original de Gene Clark, fundador de The Byrds.

06 junio 2009

La mujer de sus sueños

ALERTA SPOILERS: Van dos entradas casi seguidas sobre "Medium", pero es que hay que comentar el final de la quinta temporada, final también de la etapa de la serie en la NBC. Ya sabéis cómo es esto, si no lo habéis visto, y no queréis saber quién es Oswaldo Castillo, por ejemplo, ni sigáis leyendo.

"Medium" es una de esas series "mosquita muerta", de las que tienen buenas audiencias y consistencia sin hacer ruido, sin grandes campañas de promoción y prácticamente volando bajo el radar, que siempre "caza" a las mismas cuatro series de las que todo el mundo habla. En el último mes, ha entrado en el radio de acción de ese radar por las peculiaridades de las negociaciones entre estudios y cadenas para renovar las series, que hicieron que la NBC la cancelara para, al día siguiente, ser rescatada por la CBS. Y menos mal que veremos una sexta temporada en otoño, porque con ese cliffhanger (otra más), podría haber sido un final de serie de los traumáticos.

El caso es que han estado coqueteando con el tumor cerebral y el coma toda la temporada. Tuvimos un médico con un tumor que se dedicaba a jugar a "Línea mortal" para sacarse un dinero extra, y un coma hace que Allison posea el cuerpo de un pobre tipo al que su mujer intenta matar (interpretado de manera más que convincente por el patriarca de la familia Bluth de "Arrested Development", Jeffrey Tambor). Lo del tumor parece estar de moda esta temporada, ya lo hemos comentado otras veces, y en "Medium" lo emplean para darle más dramatismo a las premoniciones de Allison de que toda su familia va a ser asesinada. Ciertamente, ha sido una de las tramas más inquietantes de toda la serie, bien ejecutada además, que muestra hasta qué punto Allison está dispuesta a pelear y sacrificarse por su Joe y sus hijas, la única cosa que de verdad le importa. Se hizo algo similar, también, en el capítulo en el que un hombre, erróneamente acusado de matar a su esposa, dispara contra Dévalos y Allison, y ella vuelve atrás en el tiempo para intentar arreglarlo.

Los sueños de Allison casi nunca involucran a su familia. De algún modo, unos y otra permanecen separados, y por eso cuando se unen, es suficiente para que ella se asuste de verdad (aquél en el que el doctor Charles Walker atacaba a Ariel creo que aún no ha sido superado, y otro en el que Allison soñaba que su hija Marie moría de cáncer). Esta temporada, la línea que los separaba se ha difuminado más a menudo, también porque se ha seguido mostrando cómo las tres hijas desarrollan sus propias visiones. Ya dijimos que Ariel va por el mismo camino que su madre cuando era adolescente, Bridget por ahora se dedica sólo a ser Bridget (suficiente para que siga siendo la mejor) y los de Marie están acordes con una niña de 5 años, que no obstante juega con muñecas de papel que predicen fusiones empresariales.

Como explicó el propio Glenn Gordon Caron, en el fondo, "Medium" va sobre un matrimonio, es un estudio de los personajes de Joe y Allison, de cómo se enfrentan a los problemas que toda familia tiene que sobrellevar, desde un trabajo lejos de la ciudad a afrontar que tu hija mayor es una adolescente que quiere salir con sus amigos y aprender a conducir, y que está dando los pasos hacia ser una adulta. En ese aspecto, es muy divertido ver cómo el "don" de las DuBois afecta a su vida cotidiana. En la cuarta temporada vimos cómo no había manera de graduarle la vista a Marie porque ésta hacía trampa y leía las letras del cartel en la mente del óptico, y a Joe le desesperaba enseñar a Ariel a conducir porque ésta sabía siempre las instrucciones que él iba a darle.

El último plano de Allison en coma, en la cama del hospital, puede indicar algún cambio en la sexta temporada, como el que la hizo famosa al final de la tercera. ¿Cómo saldrá de él? ¿De verdad la operación para extirpar el tumor elimina su capacidad para soñar? ¿Cómo le irá el próximo otoño en los viernes de la CBS, emparedada entre "Entre fantasmas" y "Numb3rs"? ¿Volverá Patricia Arquette a estar nominada como mejor actriz dramática a los Emmy (ya podría caerle alguna a Jake Weber, ya puestos)?

04 junio 2009

La ciencia ficción va con todo

Hay gente con mucho tiempo libre por ahí y, como resultado, se marcan unos títulos de créditos falsos completamente increíbles. Si esos ociosos, además, son fans de la ciencia ficción, los resultados pueden ser sorprendentes.



"Magnum" es una de las series clásicas de los 80, la que lanzó al estrellato a un Tom Selleck que luego perdería el papel de Indiana Jones en favor de Harrison Ford. Así que no deja de ser curiosa esa "Han Solo, P.I." (vista originalmente vía Twitter) que se marcan con el mercenario más encantador del Imperio Galáctico usurpando la serie de Selleck. La comparación entre las dos versiones aún da más puntos extras.



¿Pensábais que la reutilización de la música de "MacGyver" estaba restringida a la franquicia "Stargate"? Pues estábais equivocados. Sólo por el inicio, con el reloj Casio multifunción de Lando Calrissian y todos los aparatitos y consolas de mandos, merece la pena el vídeo. Y tampoco os perdáis el que ya es un clásico: la mezcla de "La guerra de las galaxias" con "Dallas".



"El equipo A" es otro clásico en estos mashups, aunque pocos se acercan a éste con la serie original de "Star Trek". Lo cierto es que Kirk habría valido también como Fénix, por eso de que era el terror de las nenas. Con "Star Trek: La nueva generación" hay otra mezcla con "Dallas" realmente mítica.



Y éste último lo he encontrado de casualidad y, además de ser genial, éstá muy currado, uniendo "Doctor Who" y "Torchwood" con la tercera temporada de "Verónica Mars". No se puede ser más cool.

03 junio 2009

Una bendición maldita

Los médium, videntes y adivinos varios han sido siempre una subtrama de las historias policíacas que solía dar mucho juego. Es cierto que son esos teleflines de sobremesa los que les sacan más jugo morboso, pero tener alguien que se comunica con los muertos nunca ha sido exclusivo de las historias de fantasmas (que se lo digan a Arthur Conan Doyle, firme creyente en las virtudes del espiritismo). Sin embargo, el vidente no es más que un instrumento narrativo para hacer avanzar la investigación, y una excusa para meter la ya típica discusión a lo Sculder sobre si los policías creen en todo eso o no. Además (y dejando de lado a los farsantes), esos personajes siempre se muestran agradecidos por tener ese don y se esfuerzan, en el mejor estilo de los superhéroes, por utilizarlo en beneficio del resto de la gente.

No obstante, en el conflicto es donde está lo interesante en la ficción, y los videntes se convierten en personajes tridimensionales y con más gancho cuando se nos muestran los problemas que conlleva vivir todos los días con las voces de los muertos en la cabeza. Algunos de los mejores episodios de "Medium" son los que se han centrado en una Allison adolescente y en el resto de la familia Benoit, y en las diferentes maneras que tienen de lidiar con un don que puede ser también una maldición. La madre de Allison, por ejemplo, ahogaba los fantasmas en alcohol, algo que los dos hijos intentarán más adelante (en un episodio de esta quinta temporada, Allison le confiesa a Joe que empezó a beber cerveza a los 14 años precisamente para dejar de ver fantasmas). El capítulo de la tercera temporada en la que conocemos la difícil relación que mantienen madre e hija, y los extraños sueños de ésta sobre su futuro y sobre uno de sus vecinos, fue uno de los más logrados de toda la serie. El proceso de aceptar esta cualidad se está viendo ahora más centrado en Ariel, la hija mayor de los DuBois, que está pasando por los mismos conflictos al respecto que su madre.

De todos modos, Allison aprende a vivir con los muertos, y no es del tipo vidente reticente como Clyde Bruckman, ese agente de seguros que aparece en la tercera temporada de "Expediente X" con la capacidad de saber cómo van a morir los que le rodean. Su don tiene a Bruckman realmente amargado (lo que él quiere de verdad es adivinar la combinación ganadora de la lotería), y esa circunstancia hace que sea un personaje que, incluso viéndose abocado a un final del que no puede, ni quiere, huir, resulte entrañable y muy humano (sus escenas con Scully son todas insuperables). Frank Black, el protagonista de "Millenium", está más en la línea de Allison DuBois porque, si yo no recuerdo mal, hay un momento en el que su hija empieza a tener también sus visiones de los asesinos, algo que a él le horroriza.

La línea más habitual al tratar con médium es, de todos modos, la de "Premonición", una película de Sam Raimi en la que Cate Blanchett era una vidente que empieza a tener visiones de una joven que ha desaparecido. El don de Frank Black, por su parte, era como el que Faye Dunaway tenía en "Los ojos de Laura Mars", en la que ella, de repente, ve a través de los ojos de un asesino en serie. La vi hace mucho tiempo, pero la recuerdo bastante interesante.