27 febrero 2009

Nuestro hogar

A veces, las mejores películas de terror, o las más efectivas, no se estrenan en cine. En sólo los 42 minutos que suele durar de media un episodio de una serie de televisión, puede dar tiempo a conseguir historias realmente escalofriantes. Series de antologías de capítulos como "Cuentos desde la cripta", "La dimensión desconocida" o "Más allá del límite" lo sabían muy bien, y por eso de vez en cuando se siguen filmando programas de este estilo, como las recientes "Maestros del terror" o "Fear itself". Todas ellas, claro, son deudoras de "Alfred Hitchcock presenta", una serie diferente por el contraste que presentaban las introducciones humorísticas de Hitch con las historias que luego se contaban en cada episodio (un esquema que Chicho Ibáñez Serrador repitió en sus "Historias para no dormir", si yo no recuerdo mal).

Hace algún tiempo hablamos de "Blink", un capítulo de "Doctor Who" realmente aterrador que funcionaba tan bien porque apelaba a nuestros miedos más primarios (en este caso, lo que acecha allí donde no podemos verlo, lo que puede atacarnos cuabdo cerramos los ojos), y de todos los casos similares que hay en la televisión de los últimos tiempos, "Home" es uno de los mejores. Era el segundo episodio de la cuarta temporada de "Expediente X", que seguía al ya tradicional estreno con una trama sobre la Conspiración, y sus responsables (los guionistas Glen Morgan y James Wong y el director Kim Manners) se fueron a una historia clásica de terror, una historia muy de película de los 70, y que en su momento tuvo problemas con el departamento de Standards & Practices de Fox, sobre todo por la escena inicial con el entierro del bebé.

Apelando al miedo a los cambios, a lo desconocido, a lo que puede acecharnos debajo de nuestra cama, "Home" es realmente desasosegante, más aún por el uso de "Wonderful Wonderful", de Johnny Mathis, como prácticamente única banda sonora y por el contraste de la historia con unos Mulder y Scully realmente divertidos ("Mulder, si tuvieras que estar sin teléfono móvil durante dos minutos, caerías en una esquizofrenia catatónica"), mucho más cercanos y, como solía ocurrir a menudo en la serie, que sólo resuelven el caso a medias. La fotografía oscura de los interiores, la insinuación de lo que ocurre realmente, la ferocidad con la que los Peacock defienden a su familia, la casa más siniestra que mostraron nunca en la serie... Todo apuntaba, además, a la diferencia de tono, algo más oscuro e inquietante, que tendría la cuarta temporada. E hicieron de "Home" un episodio realmente memorable, muy recomendable incluso para quienes no hayan visto nunca "Expediente X".

P.D.: Me voy a permitir el lujo de "robarle" a Moltisanti su idea del "Menos hablar, más trabajar" y a volver a recomendar los 35 minutos más angustiosos que yo recuerdo haber visto nunca: "La cabina". No es fácil de conseguir por métodos más ortodoxos, así que aquí tenéis los enlaces a varias de sus partes (1, 2, 3, 4). Ya me diréis qué os parece.

26 febrero 2009

De Maratón a Atenas

No todas las series pueden unos bombazos desde el día mismo de su estreno, igual que hay películas cuyo éxito no termina llegando por un primer fin de semana apoteósico. Con esta rápida (e histérica, a veces) toma de decisiones que se ha instalado en las cadenas, se olvida que las series son a su modo entes vivos, que necesitan de un tiempo para encontrar su tono, para ajustar todos los elementos y para dar de sí todo lo que pueden (find their feet, lo llaman los yanquis). En esta entrada de ¡Vaya Tele! sobre "Fringe" (y perdón por el autospam) hay una interesante conversación sobre cómo, a veces, somos demasiado impacientes con los primeros episodios, y no damos tiempo a que la serie siga su evolución natural y, tal vez, se convierta en una cita ineludible para nosotros.

Al fin y al cabo, las series son más como un maratón que como una carrera de 100 metros lisos, y no sólo en lo que concierne al aspecto creativo. Por cada "Perdidos" o "Mujeres desesperadas" que arrasan en su piloto y consiguen mantener (más o menos) sus buenos números, hay muchas "Héroes" que no pueden la sangría imparable de espectadores que sufren después de un estreno muy esperanzador. Más o menos en medio se encuentran las series que en su principio no eran éxitos, y que sobrevivieron a duras penas durante la primera temporada, para luego ir creciendo poco a poco y terminar como algunos de los programas estrella de sus cadenas (ciertas series han visto cómo esa evolución en la audiencia se daba a la vez que una mejora progresiva en el aspecto creativo).

"NCIS" debe ser uno de los ejemplos más claros. Sí, ya empezó bajo el paraguas de su serie madre, "JAG: Alerta roja", pero no fue hasta su quinta temporada, el año pasado, cuando se dedicó a arrasar en audiencia a cualquier programa de la competencia que se le pusiera por delante, y sin la misma promoción ni el mismo reflejo en los medios que "CSI". A mí nunca me ha hecho gracia, pero reconozco que su solidez en ese aspecto es digna de estudio. Esta temporada, los estupendos números de "Sobrenatural" han llevado a que The CW la renueve rápidamente, sobre todo porque debe ser de las pocas series supervivientes de la vieja época de The WB que se las arregla para ganar espectadores.

El bloque de comedia de los lunes de CBS también ha sido otra muestra de perseverancia (excepto por "Dos hombres y medio", que es inmutable), y toda la audiencia que "Cómo conocí a vuestra madre" no conseguía atraer en sus tres primeros años (con unas renovaciones in extremis que nos hacían sufrir más de la cuenta), la ha logrado en el cuarto, formando dúo con una "The Big Bang theory" que ha recibido el espaldarazo definitivo en su segunda temporada. La cuarta temporada ha sido también el talismán de "Bones", uno de los éxitos menos publicitados de los últimos años. A su núcleo duro de fieles que la persiguen por toda la parrilla, e han unido este año reportajes en las revistas más diversas, que parecen haber descubierto ahora su mezcla de "Luz de luna" y "CSI", y unos picos superiores a los 10 millones de espectadores.

"House" estuvo a punto de morder el polvo en la primera temporada, pero por suerte la emparejaron con "American Idol" y en la tercera temporada dio la gran campanada, llegando a superar en un par de ocasiones la audiencia de "Anatomía de Grey", que es otra que pasó de una primera entrega de sólo 8 capítulos al bombazo total en la segunda, al peor de las declives a partir de la tercera. Si funcionan aceptablemente bien, las series pueden pasarse años en la parrilla, lo que da para muchos baches creativos y de audiencia. Las hay que se recuperan, como una "Ley y orden" que se ganó de nuevo el favor de los críticos, y del público, con la 18ª temporada (que se dice pronto), y las hay que caen en el olvido. Ahí está "Prison Break", la caída desde la cima más espectacular de los últimos años.

25 febrero 2009

Lo que sustituye a "Héroes"

1.- Mis dudas hamletianas sobre si seguir o no con "Héroes" me consumen. Llevo dos episodios de retraso y empiezo a pensar que ya le he concedido demasiadas oportunidades, y que igual ni aguanto hasta el momento en el que vuelve Bryan Fuller, que es ya casi en el final de temporada. A este paso, le va caer dedicada esta canción de Deluxe.

2.- Michael C. Hall y Jennifer Carpenter pasaron por Madrid para presentar la tercera temporada de "Dexter", y unos pocos afortunados pudimos ver al muy pelirrojo Hall en persona en la FNAC, en una entrevista con preguntas enviadas por los asistentes. Adri, Deckard (a cuyo agradecimiento a Irene me uno) y supongo que en breve Mer, tienen unos resumencillos sobre la noche, que resultó interesante. Y Telepatrulla se pasó dos días a lo Juanjo Millás, es decir, siendo la sombra de Hall, que en la entrevista estuvo siempre profesional y amable. Como nota aparte, confesó ver unos cuantos realities, en lugar de series, y no es el único actor estadounidense que afirma que en la tele sólo ve "Top Chef" y "Project Runway". Hasta Ron Moore confesó en un podcast seguir los peores realities de la parrilla sólo porque así podía verlos sin diseccionarlos, como le pasa con las series.

3.- Una de las cosas que ha desplazado a "Héroes" en la parrilla macguffinera particular es "Bleak House". Con eso de que, excepto el primero, el resto de sus 15 episodios son de media hora, la serie se ve en un santiamén. Cuando la termine tocará disección, pero ahora sólo quiero apuntar lo que ha cambiado Dennis Lawson, estupendo en esta adaptación de Dickens (y en "Jekyll", donde era Peter Syme), de su Wedge Antilles de "La guerra de las galaxias" al señor Jarndyce de "Bleak House" (también es tío de Ewan McGregor, a todo esto).

4.- La E Street Band que acompaña a Bruce Springsteen está formada por un grupo de gente realmente particular. No sólo está Steve Van Zandt tocando la guitarra, sin el tupé que llevaba en "Los Soprano" y con su propio programa de radio, sino que su batería, Max Weinberg, es el líder de Max Weinberg 7, la banda que toca con Conan O'Brien desde 1993, y que se mudará con él a Los Ángeles para amenizar también el nuevo "The Tonight Show". Eso se llama estar en todas partes.

24 febrero 2009

Cuando las series elegían Telecinco

Ahora resulta curioso pero, a principios de los 90, cuando se rompía el dominio de los dos canales de TVE en el panorama catódico español, Telecinco empleó una estrategia no muy diferente de la que Cuatro y La Sexta han llevado en sus primeros años de vida. Compraba las series extranjeras de más éxito y más renombre y, a veces, la jugada le salía bien y conseguía un éxito de audiencia bastante apañadito. De hecho, las pocas series americanas que pueden considerarse auténticos bombazos, hasta que llegó Cuatro y nos trajo a "House", se habían emitido en "la cadena amiga", como se llamaba por aquel entonces (según un artículo de "Variety" que ahora no puedo encontrar, esos éxitos en primetime habían sido "Twin Peaks", "Expediente X", "Ally McBeal" y "CSI").

Telecinco empezó su andadura, además de con las Mama Chicho, Emilio Aragón y otras cosas de vergüenza ajena, con "Twin Peaks" y "Sensación de vivir", llevándose de calle a la vez al público de culto y al juvenil, al que intentaba averiguar quién mató a Laura Palmer y extraer algún sentido de las imágenes oníricas de David Lynch y al que se desvivía por el tupé de Jason Priestley y las patillas de Luke Perry (la "SuperPop" se volvió loca con ellos). De Antena 3, la única serie estadounidense que recuerdo de entonces era "Las aventuras del joven Indiana Jones".

No sé muy bien en qué momento decidió Telecinco que el lunes era el día de la ficción internacional, pero en ese día programó en su momento "Policías de Nueva York" (que era, en teoría, la gran apuesta) seguida de "Expediente X" (que fue la que tuvo éxito), y la serie de Chris Carter llegaría a compartir noche de emisión con "Walker, Texas Ranger" (sencillamente inolvidables las peripecias de Carmen Sevilla en el "Telecupón" para pronunciar el nombre de la serie de Chuck Norris sin trabarse toda, o cómo anunciaba "Expediente X" a ritmo de rumba. El Málaga Virgen, que era muy malo). Los lunes también aterrizó "Murder One", cuyo paso por la parrilla española sí que fue bastante discreto, y "CSI" terminaría reclamándolo para sí en exclusiva desde el otoño de 2001. "Ally McBeal" fue el otro gran acierto de la cadena, aunque fue perdiendo fuelle con el paso de las temporadas.

Lo que sí recuerdo es como, en el horario de mediodía en el que emitía sin codificar, Canal+ tenía telecomedias de media hora, y lo mismo por la tarde, supongo que antes de "Lo+Plus".

23 febrero 2009

Los Oscars esperados

Con Hugh Jackman demostrando sus habilidades para el teatro musical (que ya le granjearon un Tony por "The boy from Oz"), la edición de 2009 de los Oscars no deparó casi ninguna sorpresa con respecto a las quinielas y todos los premios anteriores de esta temporada. Excepto por la derrota de "Vals con Bashir" en el apartado de película extranjera (categoría muy dada a estas extrañezas. ¿Alguien se acuerda de "Pelle, el conquistador", la película que dejó sin Oscar a "Mujeres al borde de un ataque de nervios"?), todas las demás victorias estaban cantadas, algunas desde el mes de septiembre, como la de Penélope Cruz.

Por estos lares, "Vicky Cristina Barcelona" no ha gustado nada, pero en EE.UU. no se recibió mal y, en cuanto se estrenó, Cruz ya se daba como candidata segura al Oscar a mejor secundaria y, en el mismo momento en el que empezó la temporada de premios, en diciembre, casi todos los críticos la situaban como ganadora al 95%, siempre y cuando Kate Winslet no compitiera en su categoría y quedara "confinada" sólo a la de actriz principal. Porque la Winslet, con su victoria por "The reader", se ha sacado la espina de sus cinco nominaciones previas sin recompensa, incluso aunque muchos críticos pensaran que la interpretación que de verdad debería haber sido premiada en estos Oscars era la de "Revolutionary Road". El otro premio que estaba seguro era el de Heath Ledger, cuyo Joker confiere toda su fuerza a "El caballero oscuro", y que se ha convertido en el segundo actor, tras Peter Finch, en llevarse póstumamente el Oscar. Es una pena que la resurrección de Mickey Rourke no se hubiera completado con el premio a mejor actor, porque habría sido interesante escuchar lo que decía ahí arriba, pero Sean Penn ya colecciona dos y entra directamente al Olimpo hollywoodiense.

A pesar de que "El curioso caso de Benjamin Button" era la favorita cuando se conocieron las nominaciones, el huracán bollywoodiense de "Slumdog Millionaire" ha ido arrasando desde los Globos de Oro y ha terminado protagonizando una victoria total en el estilo de "Million dollar baby", que tenía tras ella, eso sí, el marchamo de Clint Eastwood. La cinta de David Fincher ha logrado tres Oscars técnicos de sus 13 nominaciones, lo que la ha salvado de superar a "El color púrpura" como el mayor fracaso en estos premios. Y poco más, la verdad. Sin haber visto la ceremonia, lo cierto es que ver las fotos de los ganadores pasados entregando los premios de actuación es, en algunos casos, asistir a un pedazo de la historia viva de los Oscars (Eva Marie Saint ganó el suyo, por "La ley del silencio", en 1955), y ya podemos decir que Tina Fey ha recibido el espaldarazo definitivo del mainstream al presentar, junto a Steve Martin, los premios a los mejores guiones.

Como estos días aún habrá resaca post-Oscars, con comentarios de las fiestas posteriores, de los trapitos y todo eso, mejor lo dejamos aquí.

22 febrero 2009

Las conexiones de Foucault

En "El péndulo de Foucault", el siguiente libro que Umberto Eco escribió después del gran éxito de "El nombre de la rosa", se acaba llegando a la conclusión de que si te pones a buscar conexiones, por muy peregrinas que sean, las acabas encontrando. Puedes sacarte de la nada una conspiración muy aparente con Illuminati y Assassini basándote simplemente en el reverso del billete de un dólar y un par de extraños y oscuros documentos, y creer de verdad que una secta peligrosísima quiere matarte sin haber visto nunca nada más que un papel.

Las series de J.J. Abrams, en parte, se basan en ese principio al que se acaba llegando en el libro de Eco (de temática similar, por cierto, a "El código Da Vinci", pero infinitamente mejor y más recomendable), o al menos fomentan que los espectadores busquen conexiones y contubernios en cualquier mirada intercambiada por sus personajes. Los seguidores de "Alias" se devanaron los sesos buscando huellas de Rambaldi por cualquier recoveco, y en los cinco años que llevamos de "Perdidos", la disección al segundo de cada episodio lo único que hace es llevar más al extremo esa búsqueda de conexiones.

Sin querer desvelar el final del "El péndulo de Foucault", lo que se pone de relieve es la importancia del punto de vista, algo que puede resultar muy controvertido en según qué películas (muchas de las películas de M. Night Shyamalan son un buen ejemplo). Incluso en "Perdidos" el punto de vista es crucial para que las conexiones que hemos encontrado se desmonten, o se conviertan en algo mucho mayor.

Música de la semana: Si hablamos de conexiones, la relación es evidente, "Connection", de Elastica. Y, como bonus, este "Dolor, dolor", de Amparanoia, que resume parte del capítulo de "Galáctica" de esta semana.

21 febrero 2009

Asuntos de familia

AVISO: El revisionado de "Expediente X" ha alcanzado mi temporada favorita, la tercera. Es difícil no hacer referencias a cosas que pasan más adelante en la serie, así que estáis avisados de que, a lo mejor, algunas de esas cosas podéis considerarlas spoilers.

La tercera temporada de "Expediente X" fue su salto definitivo de serie de culto a éxito con todas las de la ley. Marcó también el principio de su cima creativa, de 48 capítulos en los que todas sus piezas encajaron a la perfección, en los que no sólo los episodios "mitológicos" eran intrigantes y cada vez involucraban más a Mulder y Scully de forma personal, sino que los capítulos autoconclusivos se servían de todo tipo de homenajes cinéfilos y literarios, les daban un giro original y lograban 42 minutos realmente memorables. El de la foto de arriba, "El descanso final de Clyde Bruckman", es quizás el que más reconocimiento alcanzó de esos capítulos sueltos. Fue la primera vez que la serie se llevó Emmys importantes, ganando el premio al mejor guión (escrito por Darin Morgan) y al mejor actor invitado (un estupendo Peter Boyle), y es todo un compendio de las mejores virtudes de "Expediente X".

Entre ellas, por supuesto, figura la relación entre Mulder y Scully. Hasta en las historias más sosas, ellos dos siempre merecían la pena, siempre tenían algún diálogo gracioso, y las caras de Scully cuando Mulder decía alguna locura eran insuperables. En esta temporada, además, esa relación va haciéndose más estrecha (a pesar de verse amenazada y estar a punto de romperse varias veces, como en el extraño, pero divertido, "Syzygy"), y es el momento en el que los shippers empezaron a volverse locos de verdad. Les servía con que los dos agentes se cogieran de la mano al final de "Pusher" (un episodio con una tensión emocional para los dos que va in crescendo según pasan los minutos), y con la famosa "conversación en la roca" de "Quagmire", las especulaciones alcanzaron niveles realmente estratosféricos. Hay que ver lo que dio de sí una charla sobre "Moby Dick" en una roca en medio de un lago, y lo realmente personal que terminó siendo, con la comparación entre Mulder y Ahab, y el recordatorio de que el padre de Scully la llamaba Starbuck.

Lo cierto es que las familias de los dos agentes, y especialmente la de Mulder, adquieren gran relevancia sobre todo en la trama relacionada con la Conspiración. Ésta se vuelve muy personal, porque su investigación cuesta las vidas del padre de Mulder y la hermana de Scully y, de remate, él descubre que su padre trabajaba con el grupo de hombres conocidos como el Sindicato, un grupo de hombres entre los que se encuentra el Fumador y que contribuyeron a llevar a EE.UU. a científicos alemanes y japoneses que se habían dedicado a experimentar con humanos durante la Segunda Guerra Mundial. El papel de William Mulder en toda esa Conspiración y la verdadera razón de la abducción de Samantha (un daño colateral, porque en realidad era Fox el elegido) preparan el terreno para que Scully descubra a otras mujeres que, como ella, fueron "abducidas" y a las que los experimentos que sufrieron les terminan provocando cáncer.

Sólo por eso, los capítulos mitológicos de esta temporada son los mejores de toda la serie (para mi gusto, al menos), pero es que, además, el célebre Cáncer Negro hace su primera aparición trayendo de la mano el regreso del villano al que más nos gustaba odiar, Alex Krycek. La Conspiración aún toma un cariz más intrigante en cuanto se desvela que el Fumador y la madre de Mulder no sólo se conocían de antes, sino que parecían tener una relación bastante cercana (las especulaciones sobre si él sería el verdadero padre de Mulder empezaron enseguida), y sirve también para que Skinner sea el principal valedor de los dos agentes, su protector, hasta el punto de que entrará en el punto de mira de los malos ("Avatar" es el primer episodio que gira sobre él y sobre su relación con Mulder y Scully).

Y en cuanto a Sculder, vamos sabiendo más sobre ellos a través de sus implicaciones en diferentes casos: "Revelaciones" es el primer vistazo a la fe católica de Scully y "Grotesco" ofrece más luz sobre las obsesiones de Mulder. Los diferentes episodios humorísticos, por otro lado, no sólo parodian los temas que trata la serie, sino que apuntan directamente a su relación, a sus diferentes puntos de vista, al temor a verse traicionados por el otro (que se explota también en "Wetwired" desde la óptica de Scully, y que vuelve al clásico tema de los mensajes audiovisuales subliminales). Desde luego, "La guerra de los coprófagos" y las conversaciones telefónicas entre Mulder y Scully son un gran punto, incluso aunque, como se apuntó en ese momento, todos esos capítulos parecían erosionar su relación para sacar unos cuantos chistes a su costa (algo que luego enderezó "Quagmire"). Pero lo mejor, en lo que al lado shipper se refiere, llegaría en la siguiente temporada, la que catapultó a la serie al estatus de fenómeno pop aupado por los foros de Internet.

Destacados: Emitida entre septiembre de 1995 y mayo de 1996, elegir los mejores episodios de la tercera temporada es harto complicado, porque el nivel general de todos es uno de los más altos de sus nueve años en antena. Sin duda, los seis capítulos mitológicos merecen una mención especial ("Camino bendito", "Pisapapeles", "Nisei", "731", "Piper Maru" -nombrado por la hija de Gillian Anderson- y "Apócrifa") por lo bien llevada que está la Conspiración y cómo se une con facilidad a esas operaciones secretas muy poco éticas que EE.UU. hizo justo después de la Segunda Guerra Mundial. También habría que destacar, por supuesto, "El descanso final de Clyde Bruckman", "2Shy", "Oubliette" (realmente malsano), "La guerra de los coprófagos", "Grotesco" (Kurtwood Smith repetiría en "Medium" un papel similar a éste), "Pusher", "José Chung's From outer space" (que probablemente sea el mejor episodio humorístico que hicieron nunca, una parodia de toda la serie que las apaña para colar homenajes a "La guerra de las galaxias" y "Twin Peaks") y, por supuesto, "Quagmire" y Big Blue.

19 febrero 2009

¡Al turrón!

1.- Esto pinta bien. Es "Party down", una serie de Rob Thomas sobre diversos personajes deseando triunfar en Hollywood que, mientras tanto, trabajan en un servicio de catering. La lista de actores e invitados especiales es impresionante, con reunión entre Thomas y Kristen Bell en el último capítulo de la temporada, y otro montón de veteranos de "Verónica Mars" pululando por ahí. Sólo por Ken Marino ya merece la pena echarle un vistazo al piloto. Se estrena el 20 de marzo en Starz, otra de esas cadenas por cable que quiere seguir el ejemplo de AMC y lanzarse a por sus propias series de éxito.

2.- Supongo que recordáis el anuncio que Nike hizo para la Eurocopa de fútbol, que nos metía dentro de la piel de un jugador del Arsenal. Pues repitieron la jugada para el último All-Star de la NBA, sacándose de la manga otro en el que nos meten dentro de un partido de baloncesto, siguiendo a Chris Paul, Richard Hamilton, Carmelo Anthony y Joe Johnson.



3.-Como el capítulo de la semana pasada de "Galáctica" sigue dando que hablar (Alex lo ha resumido a la perfección), si aún os quedan dudas no hay sitio mejor para despejarlas que BSGCast. En menos de 10 minutos eligen el mejor comentario dejado en su web sobre el episodio precedente, resumen lo más importante del último visto y se atreven a comentar las previas del próximo (de las que yo huyo en cuanto asoman la cabeza). Muchas veces son, además, realmente divertidos (pero nadie los ha subtitulado aún, os aviso).

4.- Los Oscars ya casi están aquí. En "El Mundo" tienen el clásico test de preguntas sobre la historia de los premios y las especulaciones y las quinielas están en todo su apogeo. Si yo tuviera que tirarme a la piscina ahora, diría que "Slumdog Millionaire" y Danny Boyle ganarían película y director, Mickey Rourke y Kate Winslet se repartirían los premios de actores principales y Heath Ledger y Penélope Cruz, los de los secundarios. La gala es una incógnita porque sus nuevos productores quieren que sea su sorpresa, y hasta han pedido a los presentadores de las candidaturas que no pasen por la alfombra roja, para que su aspecto entre dentro de esas sorpresas, lo que ha hecho que diseñadores y joyeros se mosqueen considerablemente, pues perderían un importante escaparate de sus piezas.

5.- Esta noche, Conan O'Brien se despide de "Late Night" para tomar un avión con destino a Los Ángeles y sustituir junio a Jay Leno en "Tonight Show", que se emite una hora antes de su ya casi ex-programa. O'Brien ya sustituyó, hace más de 15 años, a David Letterman con el único bagaje de su experiencia como guionista de "Los Simpson" y "Saturday Night Live", y venció las reticencias de los agoreros que le daban tres meses en antena, como mucho. Su introducción a los Emmy de 2006 (creo), en el mejor estilo de Billy Crystal metiéndose en las nominadas a los Oscars, nunca pasa de moda.

18 febrero 2009

Bacterias en Marte

El principal riesgo de las nuevas versiones y los remakes, es que canses a la gente que vio el original. No me he atrevido a darle a la "Life on Mars" americana más que un pase para entendidos del piloto (es decir, verlo a toda pastilla en unos 10 minutos) porque es un remake demasiado evidente del de la serie de la BBC, y las sinopsis de los restantes episodios eran como los primeros de la original, por lo que conmigo pierden el elemento sorpresa. Ahora, Antena 3 empieza ya a promocionar su propia versión de la serie, que todos sabemos que se llama "La chica de ayer", y excepto por el título, la promoción que ha empezado a circular tiene también un fuerte dejà vú a la "Life on Mars" de la BBC.

Hay una escena en el piloto que los dos remakes parecen copiar casi plano a plano: el accidente de Sam (la versión yanqui hasta tiene casi los mismos títulos de crédito, más minimalistas. Éstos son los de la inglesa). Luego, las cosas que va encontrando que le indican que ya no está en el siglo XXI varían claro, y hay que reconocer que el plano de las Torres Gemelas en la de la ABC es difícil de superar. Por lo que se adelanta de la española, los créditos tienen un toque un poco distinto, aunque la sintonía sea una versión peculiar de la original, y ya que no usan "Life on Mars", de David Bowie, para la escena del "despertar", el "Bohemian Rhapsody" de Queen no es mala elección, con ese inicio que dice "¿Esto es la vida real? ¿Es fantasía?".

Lo que no se puede perder de vista de la inglesa es que era una serie de policías pura y dura (y no quiero soltar ningún spoiler, pero sospecho por dónde va a tirar la española con lo del "estoy muerto, en coma o he viajado en el tiempo"), cuyos creadores hicieron para poder ver de nuevo un programa policíaco como uno de aquella época, "The Sweeney". Es como si en España se hubiera tenido la misma idea pero queriendo homenajear a "Brigada Central", por ejemplo, y se hace al protagonista volver a los 80 y resolver casos con tipos parecidos al Flores que interpretaba Imanol Arias.

Dicho todo esto, seguramente le dé una oportunidad, pero es que Ernesto Alerio hasta va vestido igual que John Simm. No sé. Y sus responsables dicen que no utilizarán "La chica de ayer" hasta la segunda temporada (muy confiados los veo).

P.D.: Sí, la foto de arriba es de Marte, una panorámica de uno de los robots que la NASA tiene dando vueltecitas por ahí desde hace cinco años. Y eso que, en teoría, sólo iban a aguantar tres meses.

17 febrero 2009

La tele del siglo XIX

Por culpa de esta entrada, me he pasado un buen rato viendo fotos de esas lujosas adaptaciones televisivas que los ingleses hacen de sus clásicos literarios. Hace algún tiempo hablamos de una de ellas, "Orgullo y prejuicio", y de su responsable, Andrew Davies, que se ha encargado de revitalizar un género muy enraizado en la televisión británica (y con el que TVE probó suerte, con éxito, en los 80, con "Los gozos y los sombras", "Fortunata y Jacinta" o "La Regenta", ya en los 90). De hecho, es complicado encontrar algún actor inglés con ciertas aspiraciones que no haya interpretado a alguno de estos personajes icónicos de la literatura y la cultura inglesas. Además, por supuesto, de que resulta muy entretenido verlos con esas pelucas, esos sombreros de enterrador y esos miriñaques, para qué vamos a engañarnos.

"Bleak House", adaptación del libro homónimo de Charles Dickens, tiene buena parte de culpa de la cantidad de miniseries de este estilo que están haciéndose en el Reino Unido ahora mismo. Ésta es la próxima en mi lista (hace tiempo que voy detrás de ella), y entre las estupendas críticas que tuvo en su momento, se destacaba su reparto. En la foto, arriba, está una casi irreconocible Gillian Anderson como Lady Deadlock, y abajo hay dos actores que luego cayeron en radar de Russell T. Davies: Carey Mulligan (la Sally Sparrow de "Doctor Who", y una actriz a la que todo el mundo le augura un brillante futuro), y Burn Gorman, que luego cambiaría ese sombrero de copa por la bata de Owen en "Torchwood".

Imelda Staunton y Philip Glenister (arriba) fueron dos de los protagonistas de "Cranford", que adaptaba el libro de Elizabeth Gaskell con un reparto realmente espectacular, encabezado por Judi Dench. Las dos fotos de abajo corresponden a la última adaptación, por ahora, de Charles Dickens, "Little Dorrit", y son de nuevo dos chicas a las que el universo Doctor Who ha hecho famosísimas, Freema Agyeman y Eve Myles.

La foto de arriba pertenece a "The devil's whore", una serie de Channel 4 sobre la guerra civil que asoló Inglaterra en el siglo XVII y que, entre otros, estaba protagonizada por Dominc West (a la izquierda) y John Simm (a la derecha). Las pintas que llevan son realmente impactantes, más que las de Hugh Laurie en "Sentido y sensibilidad" y que las de ese mozalbete rubio que protagonizó "Nicholas Nickleby" antes de dar el salto a la televisión yanqui. Así, de golpe, cuesta un poco reconocerlo, pero el gesto delata a Jax, el protagonista de "Sons of Anarchy", o lo que es lo mismo, su intérprete, Charlie Hunnam.

16 febrero 2009

Casas de muñecas

La pareja perfecta. Así describen todos sus vecinos a Frank y April Wheeler, el joven matrimonio que se muda a una bonita casa de una calle residencial tan tranquila y respetada como Revolutionary Road (o Vía Revolucionaria, como se publicó en España el libro de Richard Yates). Los dos son guapos, hacen buena pareja, son agradables y simpáticos con los vecinos, tienen dos preciosos hijos y él tiene un buen trabajo en Nueva York, en la misma empresa en la que se jubiló su padre. Tienen la vida de postal que se vendía en los Estados Unidos de los años 50, que vivían el optimismo de haber salido vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a Frank y April esa vida, en realidad, los ha atropellado.

Sin darles tiempo a decidir qué quieren hacer con ella, se casan, tienen su primer hijo y se mudan a un barrio residencial tan uniformizador como el Agrestic de "Weeds". Ambos siguen adelante con ella porque es lo que se supone que deben hacer, pero no es lo que quieren. Así que la tragedia está servida y es como un huracán que no puede detenerse (esta crítica de un blog con un nombre sensacional, "Zed está muerto", desarrolla más esa sensación de inevitabilidad que impregna toda la cinta). La situación de April recuerda muchas veces al segmento protagonizado por Julianne Moore en "Las horas", otra mujer atrapada en las convenciones sociales, en un modo de vida con el que no está satisfecha, y del que desde el principio sabemos que va a intentar escapar con las armas a su alcance.

"Revolutionary Road" guarda muchos puntos en común con la opera prima de Sam Mendes, "American beauty", pero sí es verdad que sus planos tan simétricos a veces son demasiado fríos. Sólo se rompe ese estatismo en las discusiones entre Frank y April, rodadas cámara en mano (y que en "Moonfleet" encuentran similares a las de "La gata sobre el tejado de zinc", con cierta razón), y en las que Leonardo DiCaprio y Kate Winslet pueden dar rienda suelta a todas las frustraciones que sus personajes van guardando. Los dos están muy bien (Winslet siempre ha sido muy buena en mostrar mucho sin hacer nada), y lo único que se me ocurre para que la Academia de Hollywood los haya ignorado en las nominaciones a los Oscar es que el tema de la película no es nada agradable. Aquí no está envuelto en un homenaje a los coloridos melodramas de Douglas Sirk, como "Lejos del cielo", sino que se muestra en toda su seriedad.

El viernes se estrenó, por fin, "Dollhouse", y como era de esperar, la onda expansiva del piloto se ha dejado sentir por toda la blogosfera, sobre todo la whedonista. Se ha analizado el primer episodio de todas las maneras posibles, hay críticas para todos los gustos y, en general, el pesimismo sigue cundiendo entre los fans de Joss Whedon después de ver que apenas superó los 4 millones de espectadores (aunque mejoró la audiencia que heredaba de "Las crónicas de Sarah Connor", que sospecho que va directa a la cancelación). En líneas generales, a mí me resultó entretenido, con las incógnitas sobre quién era Echo antes como posibles vertebradoras de la mitología de la serie. En una entrevista con Alan Sepinwall, Whedon trae a colación "A través del tiempo" (o como rayos se llamara en España "Quantum Leap"), en la que su protagonista viajaba en el tiempo, adoptando la forma de diferentes personajes cada vez, lo que permitía hacer una historia distinta cada semana. Es el esquema básico de "Dollhouse", un esquema que no tiene por qué salir mal. Aunque yo tampoco creo que Eliza Dushku sea la actriz más versátil del mundo, pero ya veremos (el resto puede compensar).

Por otro lado, en el frente de las audiencias, como yo suponía hay quien intenta sacar algo positivo y vuelve a recordar cómo "Expediente X" sacó petróleo de su horario de los viernes a las 9 (creo) y acabó convirtiéndose en todo un fenómeno de culto pop. También hay que recordar, otra vez, que dicho éxito, en principio minoritario, no le llegó hasta bien entrada la segunda temporada, y que las audiencias masivas no se consiguieron hasta la tercera, y que a principios de los 90, el único éxito verdadero de la cadena era "Los Simpson". "24" y "American Idol" aterrizaron cuando la serie de Chris Carter estaba llegando a su fin.

P.D. versión Espasa Cylon (y con spoilers de "Galáctica", claro): Como la aparición de Daniel, ese misterioso 13º cylon humano, nos ha dejado a todos bastante desconcertados, es interesante la explicación que da Ron Moore, en el podcast de "No exit", sobre él. Dice que todo surgió de un error que cometieron al asignar números a los 7 modelos pellejudos conocidos de los 12. Cuando se dieron cuenta de que Sharon era número 8, comprendieron que, de repente, tenían 13 cylones, y no 12, y así empezó a gestarse la idea de Daniel y la venganza (muy humana, por cierto) que Cavil desata sobre él. Moore también dice que Daniel tendrá cierta relevancia en "Caprica", pero yo no lo tendría tan seguro.

15 febrero 2009

Yo, robot

ALERTA SPOILERS: Si os habéis perdido, sobre todo, la Espasa Cylon reducida del último episodio de "Galáctica", mejor que vayáis pidiendo los fascículos antes de seguir leyendo.

No puedes escapar de las cosas que has creado. Eso dice Adama en la miniserie, creo que durante su discurso antes del retiro de Galáctica, y esa frase resume a la perfección no sólo todo lo que les pasa a los humanos después, sino el castigo que los Cinco Últimos Cylones recibieron a manos de sus propias criaturas, los otros siete pellejudos. Y, siguiendo a la perfección el leit motiv de la serie, que encabeza ahora el nuevo prólogo, todo ese ciclo de abuso, rebeldía y castigo no hace más que repetirse una y otra vez. Hay otro motivo que ha impulsado siempre la serie, desde el principio, y que las discusiones entre Ellen y Cavil (o John) explicitan perfectamente: ¿qué nos hace ser humanos?

Mientras Cavil se esfuerza por ser una "máquina mejor" y en culpar a Ellen de todos los fallos de los cylones humanos, ella no deja de repetir que es la capacidad de elegir, son nuestras decisiones las que nos convierten en lo que somos (algo que Tigh y Tyrol están ejemplificando cada vez más), y que los hicieron como los humanos porque éstos tienen grandes cosas que ofrecer. El pensamiento creativo, por ejemplo, es uno de los caballos de batalla más complicados en las investigaciones sobre inteligencia artificial, lo que algunos científicos llaman fuzzy logic, o lógica difusa (no es exactamente así, pero creo que nos sirve en este caso), y lo que algunos estudiosos afirman que nos define en gran parte como especie.

Además de esa explicación sobre la génesis de los cylones (quién iba a suponer que los centuriones eran los listos de la clase hasta que Cavil decidió esclavizarlos), que une por fin toda la historia de Kobol, la 13ª Colonia y el genocidio llevado a cabo por los cylones en las otras doce, se abre un nuevo interrogante sobre el modelo número 7, el que siempre ha estado desaparecido cuando se ponían números a los pellejudos, y el que quizás guarde la llave para explicar quién es Kara. ¿Puede Daniel ser su padre? ¿Puede ella ser alguna forma de reencarnación? Ellen explica que Daniel era un artista y, por lo que se nos cuenta en la segunda temporada sobre el padre de Starbuck, éste era pianista, o algo así, y que ella dibujaba aquellas formas porque a su padre le gustaban (o creo que así se lo explica a Helo en algún momento). Esto es sólo especulación para sustentar mi teoría de que Kara es un híbrido, pero todavía estamos a oscuras sobre si es la diosa Aurora reencarnada u otra cosa (interesante que, en Caprica, viviera en Delphi, o Delfos, el oráculo más famoso de la Grecia clásica).

Sólo quedan 6 capítulos para el final, y aunque la Flota ha superado un motín que intentaba dar un golpe de estado, lo que se les viene encima no va a ser fácil de superar. Será interesante ver de nuevo a Boomer entre la tripulación de Galáctica, y tengo curiosidad por si lograremos ver su reencuentro con Tyrol. Además, con los ecos de "Blade Runner" cada vez más fuertes, ¿hará aquí también Edward James Olmos un unicornio de origami? ¿Se lo dejará a Kara delante de su camarote?

Música de la semana: Como lo que nos dice "Galáctica" es que la historia se repite, qué mejor elección que "History repeating", una canción que lanzó al éxito a Propellerheads a finales de los 90 y que, en realidad, habla del panorama musical y del reciclaje continuo de estilos, sin que surja ninguno realmente nuevo. La canción, con aire muy James Bond, está cantada por la cantante quizás más bondiana de todas, Shirley Bassey, a la que el grupo convenció enviándole una maqueta en la que uno de ellos cantaba en falsete, imitándola.

14 febrero 2009

El gabinete del doctor Bishop

ALERTA SPOILERS: "Fringe" ha encontrado, por fin, su camino. Pero si no vais al día con ella, dejad de leer en este punto.

No hay que avergonzarse de seguir las enseñanzas de los grandes. Una vez que "Fringe" ha decidido asumir sin complejos que es un cruce entre "Expediente X" y "Alias", parece haberse puesto manos a la obra para no desmerecer la herencia de ambas series y dejar de pensar que en sus manos está la salvación de la televisión. En cuanto han decidido rebajar esa grandilocuencia de la que pecaban al principio e ir a por escenarios más cotidianos (el billete envenenado es un clásico de las paranoias terroristas), todo se ha vuelto mucho más entretenido y sus diferentes elementos empiezan a encajar mejor.

Los experimentos secretos siempre son una gran fuente de intrigas y conspiraciones. Que los haga el gobierno ya no tiene ninguna gracia, que ahora son las grandes corporaciones la que mueven los hilos en la sombra, así que ya tenemos a Massive Dynamic y su fundador, William Bell, ensayando una droga que mantiene el potencial del cerebro humano en niños y, más especificamente, en una base militar en la que, sorpresa, Olivia vivía cuando era pequeña. ¿Por eso llevan dándonos la lata desde el principio de la serie con que es especial? Algo pasa también con Peter, Walter experimentó con él y su historial médico está incompleto, creo recordar. ¿Van a ser todos como Mohinder Suresh y su "suero de superpoderes"?

Cuando las conspiraciones son personales, adquieren mucha más relevancia. El papel del padre de Mulder en las actividades del Sindicato, la relación del padre de Michael y Lincoln con los que les tienden la trampa que lleva a Linc a la cárcel, todo el jaleo familiar de los Bristow en el SD6... Que nuestros héroes tengan una implicación personal en el contubernio que intentan desenmascarar no puede si no procurar mucha más diversión, aunque ya sabemos que la línea que separa una conspiración intrigante del delirio total es muy fina. Si Olivia fue uno de los sujetos de los ensayos de William Bell, el tema deja de ser un deber para convertirse en una obligación; si alguien experimentó con ella, tendrá una motivación mucho mayor para descubrirlo.

El doctor Jones, por cierto, es un villano muy Hannibal Lecter, con todos esos juegos mentales, pero es justo el tipo de malo inteligente, misterioso y retorcido que "Fringe" necesita. No obstante, el verdadero drama sigue siendo el de Walter y su falta de recuerdos de sus experimentos pasados en el laboratorio. Ese extraño "Manual del anarquista" fue escrito con su máquina de escribir. ¿Lo hizo él? ¿Es su antiguo colaborador, William Bell, el autor? Prometo que hay un momento, mientras Peter lee el manifiesto y habla sobre dos mundos en guerra y visitantes del otro mundo en el nuestro, en el que pensé que los alienígenas, por fin, aparecerían por el sótano de la universidad de Harvard. Pero igual es que mi obsesión con "Expediente X" sigue siendo muy fuerte. Y la sombra de esa serie, muy alargada.

12 febrero 2009

Los hijos de la anarquía

La semana pasada, Cuatro anunciaba sus nuevas compras en series internacionales, que incluyen la versión americana de "Life on Mars", "Dollhouse" y "Sons of Anarchy". Ésta última se estrenó este verano en una FX que, por la misma época, decía adiós a "The Shield", serie de la que procede Kurt Sutter, creador de este show sobre un club de moteros de California dedicados a actividades fuera de la ley. Muchas críticas sobre él apuntan que tarda un poco en arrancar, como si necesitara unos tres o cuatro capítulos de rodaje antes de empezar a mostrar sus cartas. Aún estoy muy al principio, pero es cierto que, tonalmente, "Sons of Anarchy" es heredera de "The Shield" y "Los Soprano", y que casi desde el principio se aprecian esos pequeños toques shakespearianos que se han apuntado en bastantes críticas.

Dichos toques se centran, sobre todo, en el personaje de Katey Sagal, Gemma. Casada con el fundador del club, con el que tiene un hijo, Jax, que sigue sus pasos en él, cuando su marido muere vuelve a casarse con otro motorista, actual presidente de los Sons, cuya visión sobre cómo deben llevarse los negocios no es exactamente igual que la que tiene Jax. Ahí ya hay material para rehacer "Hamlet" en los Ángeles del Infierno, pero es que Gemma va perfilándose desde el principio como una Lady Macbeth de cuidado (muy interesante esa operación cardiaca que parece ser una metáfora de su falta de corazón). El antecedente más cercano que hemos visto en las pantallas sea, quizás, Laura Linney en "Mystic River". Las dos son los poderes fácticos, las que de verdad manejan el cotarro mientras sus hombres, en realidad, tienen más bien una ilusión de poder.

El interés de Jax por conocer los verdaderos propósitos de su padre para el club, opuestos a los de su padrastro, también puede encaminarle por la senda de un Michael Corleone reacio a asumir el control de los asuntos de la familia, dispuesto a cambiar los modos en cuanto llega al poder, e incapaz de volver las tornas en el momento de actuar. Teniendo en cuenta que estoy apenas empezando, no se pueden extraer conclusiones mucho más sesudas. Eso sí, el impacto de ver a Mitch Pileggi de supremacista blanco es tremendo, y por mucho que haya sido Hellboy, no puedo evitar un "penitenciagite" en cuanto Ron Perlman asoma su jeta.
P.D.: Ya que Pileggi ha salido mencionado, no os voy a pedir que me digáis a qué capítulo de "Expediente X" pertenece el fotograma, ¿pero sabríais decir quién es esta inocente criatura?

11 febrero 2009

Flash informativo

1.- El viernes se estrena, por fin, "Dollhouse", y su creador, Joss Whedon, está apareciendo por todas partes explicando por enésima vez cómo se le ocurrió la serie y por qué no le va a pasar lo mismo que a "Firefly", hace ya siete años. Parece José Isbert en "Bienvenido, míster Marshall", con aquel mítico "como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación, y esa explicación que os debo, os la voy a pagar". También están entrevistando a algunos de los responsables de "Las crónicas de Sarah Connor", a los que no dejan de preguntarles si les sorprende mantenerse todavía en antena. Todos juntos, repitamos el mantra de Louis Van Gaal: "Siempre negativo, nunca positivo".

2.- ¿Quién dijo que la tele era la peor enemiga de los libros? Viendo las informaciones sobre la serie que FX está preparando basándose en "Powers", tengo mucha curiosidad por leer ese cómic. No es la única adaptación de historietas que se va a ver en la tele yanqui, claro. El domingo, la NBC estrena la miniserie "XIII", basada en el cómic del mismo título de Jean Van Hamme y William Vance. Creo que ya comenté en alguna ocasión que no he leído esa serie, pero el videojuego era muy, muy entretenido (y con unos gráficos en viñetas estupendos). Sólo falta que se una esta tendencia de adaptar cómics con la nueva ola de revivir superhéroes, y alguien decida traer de vuelta a Flash a la tele (John Wesley Shipp, más tarde, sería el padre de Dawson Leary). Ya sé que hay una película prevista para el año que viene.

3.- Si es que las cuitas de backstage de muchas series son mucho más divertidas que lo que vemos en la pantalla y, por supuesto, llevamos unas temporadas en las que "Anatomía de Grey" es la reina del cotilleo. Ahora parece que Katherine Heigl y T.R. Knight se van definitivamente, pero llevan un rollo on again-off again un poco cansino. De todos modos, es complicado superar las broncas de Shannen Doherty con todo el mundo en "Sensación de vivir" y "Embrujadas". ¿Por qué seguía Aaron Spelling contando con ella?

4.- Después de ganar el BAFTA, parece confirmarse que Penélope Cruz es la gran favorita para llevarse el Oscar a la mejor secundaria por "Vicky Cristina Barcelona". ¿Lo es? Tal vez Amy Adams dé la gran sorpresa, y las categorías de secundarios son muy dadas a ellas. He aquí los pros y contras de esa predicción (yo sigo pensando que "Pé" lo tiene en el bolsillo al 95%. Está de moda en Hollywood ahora mismo, como "Slumdog Millionaire". Pero meigas, haberlas haylas).

5.- La longevidad de los culebrones anglos (ya sean estadounidenses, ingleses o australianos) es digna de estudio. "Home and Away" acaba de cumplir 20 años, pero no es raro encontrarse soap operas que llevan tranquilamente más de cuatro décadas en emisión, como la británica "Coronation Street" o la auténtica campeona, la estadounidense "Guiding Light", que empezó como una radionovela a finales de los años 30. No quiero imaginar que "Cristal" nunca hubiera terminado.

10 febrero 2009

Cuando Fox encontró a Dana

Esto es un daño colateral de mi revisión de "Expediente X" y de cierto meme sanvalentinero que circula por ahí. Para que sepáis a lo que ateneros.

Ellos no inventaron la tan traída y llevada tensión sexual no resuelta, ni fueron los primeros cuya evidente química desde el primer episodio termina provocando que su relación cobre no sólo cierta vida propia, sino que se convierta en una de las principales razones (o la principal) para ver la serie. Como muy bien suele recordarse, "Cheers", "Remington Steele" y "Luz de luna" ya se encargaron de sentar algunas bases de cómo llevar esa TSNR (y cómo resolverla sin estropear la serie, en el caso de "Cheers"), pero también es muy cierto que los agentes especiales del FBI, Fox Mulder y Dana Scully, le confirieron una nueva dimensión.

Su relación siempre fue más intelectual que otra cosa. Desde el principio, sus diferentes concepciones e ideas sobre los casos que investigaban los llevaban a discutir casi constantemente y a intentar rebatir, con todos los argumentos en su mano, la postura del otro. Sin embargo, nunca disquisiciones sobre la materia oscura, por ejemplo, podían terminar tan cargadas de electricidad de otro tipo. Chris Carter, el creador de "Expediente X", era muy consciente de ello en las primeras temporadas, y tal vez por ello las tramas, y no los personajes, eran lo principal en esos capítulos iniciales, y el retrato de los dos agentes era muy sutil y bastante serio. Pero no se le pueden poner puertas al campo y, conforme fue avanzando el show, Mulder y Scully se fueron adueñando cada vez más de él, hasta que ellos fueron la serie (por eso suele decirse que, en cuanto David Duchovny abandonó el barco en la octava temporada, "Expediente X" debería haber terminado).

Sculder fue la pareja que hizo famosos a los shippers, que se volvían completamente locos con ellos. Los guionistas echaban más leña al fuego con unos diálogos que luego los actores vendían a la perfección ("La mejor forma de entrar en calor es meterse desnudo en un saco de dormir con otra persona que también esté desnuda - Si llueven sacos de dormir estás de suerte, Mulder"), diálogos que siempre parecían a punto de terminar en el completo reconocimiento de que lo suyo era mucho más personal. Pero eso nunca llegaba. Hay que imaginarse lo que era ver, durante cinco años, capítulo a capítulo, que Mulder y Scully estaban destinados a acabar juntos sin que ellos lo reconocieran nunca (una actitud muy de Jane Austen), y que luego vayas al cine a ver la primera película y se saquen de la manga una abeja inoportuna que estropea el que, esa vez sí, iba a ser su primer beso. No podías recuperar la mandíbula del suelo. Aún más patillero fue el beso que se sacaron de la manga, en "Triangle", entre Mulder y la mujer del barco de la Segunda Guerra Mundial que se parecía a Scully (el amago de "Small potatoes", en la foto, fue no obstante muy divertido).

Es bastante difícil de explicar qué diferencia a Mulder y Scully de otras parejas televisivas similares si no se ven en acción. Para quienes no hayan visto nunca "Expediente X" (ahora acabo de sentirme mayor), se puede decir que lo más cercano que puede verse ahora mismo sería una mezcla entre Brennan y Booth y Crews y Reese, pero seguiría faltando algo. Por ejemplo, los diversos intentos que hace Scully de salir de la sombra de Mulder, cuya obsesión por "la verdad" es comparada en un episodio, muy acertadamente, con la de Ahab por Moby Dick; o la sensación de que, en medio de toda esa paranoia conspiratoria, sólo pueden confiar el uno en el otro (eran muy maridramas, la verdad).

De todos los capítulos de "Expediente X", los shippers más irredentos siempre destacan dos. Uno es el final de "El Prometeo posmoderno", que convierte "Walking in Memphis" en el himno shipper oficial de la serie, como muy bien han apuntado por ahí, y el otro es "Milagro", un episodio de la sexta temporada en el que un inquietante escritor se obsesiona con Scully. Muchos lo consideran el capítulo que mejor describe a Mulder y Scully como personas, y el que definitivamente cierra cualquier debate sobre si lo suyo es amor o no. La prueba del impacto de ese capítulo entre los fans es la cantidad de vídeos musicales que hay sobre él en YouTube (y que esté colgada unas tropecientas veces la introducción que Frank Spotnitz y Chris Carter hacen de él para la recopilación en DVD "Revelations").

P.D.: Los episodios humorísticos también hacen un gran trabajo describiendo la relación entre los dos, sobre todo el ya mencionado "Small potatoes", "Bad blood" y sus vampiros a lo "Rashomon" y "Dreamland" y el "doble" cachondo de Mulder con su cama de agua.

08 febrero 2009

Giro al infierno

ALERTA SPOILERS: Para que luego no digáis que no os aviso. A partir de este punto se va a discutir el comienzo del volumen 4 de "Héroes" (si, soy masoca) y lo que llevamos de segunda temporada de "Daños y perjuicios". Vosotros mismos. Pero también hay otras cosillas al final.


1.- Creo que podrían cambiarle el título directamente a esta segunda mitad de la tercera temporada de "Héroes" (el fondo de la web es un ligero dejá vù a cierto episodio de "Galáctica", no he podido evitarlo) y, en lugar de "Fugitivos", ponerle "Mutantes" o " La Patrulla X Redux", o algo así. Toda esta agenda oculta de Nathan de perseguir a las "personas con habilidades", y hacerlo con el consentimiento y la aprobación del gobierno, es un tema recurrente en las historias de los X-Men y, de hecho, las dos primeras películas de la saga, principalmente, lo utilizan como un importante leit-motiv para todos los personajes. Es una vieja excusa para darle a todos los "héroes" una misión, un propósito con el que han estado coqueteando desde aquellos flashes de Hiro al futuro en la primera temporada y que, por una vez, no implica salvar el mundo de nuevo. Como bien dicen en este articulillo de io9, este volumen puede ser la última oportunidad de la serie de enderezar el rumbo y, por lo menos, ser entretenida y menos lisérgica que en los episodios anteriores, pero conociendo los antecedentes, no hay que hacerse demasiadas ilusiones. Relanzar "Héroes" casi desde cero no es tarea fácil. La semana que viene, el episodio está escrito por Mark Verheiden, pero no creo que le dejen hacer lo que hizo en "Galáctica" con "The oath" o "Crossroads Part 2", y hay que tener en cuenta que se conoce este mundillo por haber sido también guionista de "Smallville". No sé si lograrán virar el barco a tiempo de evitar el gran iceberg, pero no les quedan muchas más opciones si quieren mantenerse a flote.

2.- Tal y como están desarrollándose los acontecimientos en "Daños y perjuicios", no me sorprendería que Patty y Ellen tuvieran que aliarse para vencer todo lo que se les viene encima. Tampoco me sorprendería que la investigación de Patty por parte del FBI estuviera impulsada por alguno de esos empresarios intocables con los que el jefazo de Ultima National Resources comparte club, o por el propio Frobisher, que tiene a Ellen bajo vigilancia. El único problema que tienen tantos giros en la trama es que no puedes fiarte de nadie, y eso a veces resulta agotador. Da la sensación de que sólo Patty y Ellen son nuestras "constantes" en toda esta madeja, y todos los demás son susceptibles de ser comprados, de traicionarlas y de venderlas al mejor postor. La demanda que intentan montar contra UNR es un poco "Erin Brockovich", o "El informe Pelícano", pero nos muestra una cara realmente aterradora de esas enormes empresas multinacionales, con mucho que ganar y todavía más que perder, para las que todo puede reducirse a un frío balance de resultados. Me da que Daniel Purcell es el que va a salir peor parado de todo esto.

3.- Los actores de "The Wire" siguen saliendo por todas partes, una vez que la serie ya está más que terminada. Deirdre Lovejoy, que interpretaba a la fiscal en esa serie, repitió papel (más o menos) en el capítulo de "Bones" de esta semana, un capítulo por el que esta tarde he tenido una charla muy curiosa sobre si Brennan y Booth acabarán liados de verdad en esta cuarta temporada. Nuestros puntos de discusión han sido que "Expediente X" tardó siete temporadas en liar a Mulder y Scully (y hasta que no tienen al hijo en la octava no nos confirmaron nada), que lo de Josh y Donna en "El ala oeste de la Casa Blanca" ya clamaba al cielo y que "Luz de luna" se fue al garete en cuando David y Maddie se dejaron de discusiones y pasaron a la acción. Saliendo de esta digresión, en "Daños y perjuicios" también han recuperado a actores de "The Wire". Si ya tenían a John Doman como el presidente sin escrúpulos de UNR, ahora han añadido a Clarke Peters (el gran Freamon) como otro empresario con más agendas ocultas que copias había del cylon Número Seis.

Música de la semana: Hoy no tengo ninguna excusa teléfila para la selección musical. Últimamente, la tarareo mucho, así que ahí dejo ese "Sola" de Undershakers.

07 febrero 2009

Pisapapeles

1.- Está visto que los acertijos os duran menos que una piña pelada y cortadita encima del escritorio de Charlie Crews. Así que lo mejor es confirmar esas respuestas que ya sabíais de las fotos misteriosas de ayer. La primera correspondía a la adaptación para televisión que William Friedkin hizo, a finales de los 90, de "Doce hombres sin piedad", con un reparto de campanillas, encabezado por Jack Lemmon, y en el que figuraban esos cuatro actores de la imagen: William Petersen, Edward James Olmos, James Gandolfini y Tony "¿Quién es el jefe?" Danza. Otro de sus intérpretes, George C. Scott, ganó un Emmy al mejor secundario por su trabajo en ella. El segundo enigma estaba protagonizado por Ángel (David Boreanaz) y Dexter (Michael C. Hall), que han compartido a la actriz Julie Benz como su novia en la ficción. En el caso de Ángel, había un bebé de por medio y creo que el tema no acababa bien, pero no estoy muy segura. La tercera foto en discordia retrataba a parte del reparto original de "Spamalot", el musical que Eric Idle y Mike Nichols estrenaron en Broadway, adaptando "Los caballeros de la mesa cuadrada" (todos juntos: ¡¡Niii!!). De izquierda a derecha figuraban ahí David Hyde Pierce ("Frasier"), Sara Ramírez (descubierta en esta obra, y pre-"Anatomía de Grey"), Tim Curry (con ese inolvidable "The Rocky Horror picture show" a cuestas) y Hank Azaria. Y en cuanto a la última foto, Dana Scully y Kara Thrace compartían no sólo el lugar de rodaje de las dos series (Vancouver), o que Lucy Lawless saliera en las dos, sino que las dos eran apodadas Starbuck. Es el nombre de guerra de Thrace y, en el caso de Scully, así la llamaba su padre cuando era pequeña, porque ambos eran grandes admiradores de "Moby Dick". Por eso, en la tercera temporada, Scully "hereda" un pequeño pomerano al que llama Queequeg (pobre Queequeg). En el libro, Starbuck y Queequeg son parte de la tripulación del Pequod, el barco del capitán Ahab. Son el primer oficial y el arponero, respectivamente.

2.- Ya que estábamos hablando de "Expediente X", he empezado finalmente a revisionar la tercera temporada, que es la contiene los arcos de la Conspiración que a mí más me convencen. La unen a un momento muy concreto de la historia de Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial, el momento en el que tanto estadounidenses como soviéticos quieren acceder a todos los secretos de Hitler antes de que sea demasiado tarde. Los yanquis montaron lo que se conoce como Operación Paperclip (y no Pisapapeles, como la tradujeron en la serie en España), una operación cuyo objetivo era "reclutar" a los científicos nazis que estaban realizando investigaciones punteras en campos como la cohetería, la aeronáutica o la medicina, científicos que los rusos también querían. Entre ellos figuraba el principal artífice del programa Apolo, Wernher Von Braun, que había participado en el desarrollo de las bombas volantes V-2 que, entre otras ciudades, arrasaron Amberes y parte de Londres (bombas cruciales para el desarrollo de los futuros cohetes espaciales). Por supuesto, ninguno de estos científicos tenía la conciencia limpia sobre el modo en el que habían realizado sus investigaciones en Alemania, pero el gobierno estadounidense se encargó de barrerlo todo bajo la alfombra. Algunos (los menos) de los implicados en aquella operación, sin embargo, sí terminaron procesados en los juicios de Nuremberg.

3.- Y esto regreso a mediados de los 90 sirve para unirme a esa nueva epidemia de memes que sacude la blogosfera, esta vez referido a nuestras cinco parejas televisivas (románticas, es de suponer) favoritas. Puedo liquidarlo en 5 segundos diciendo que Mulder y Scully encabezan mi lista con mucha diferencia (arrojan una sombra muy alargada sobre otras parejas posteriores). Pero merecen menciones especiales la divertida Doble B (Brennan y Booth) de "Bones", los matrimonios Taylor de "Friday Night Lights" y DuBois de "Medium", Fleischmann y O'Connell en "Doctor en Alaska", Ned y Chuck en "Pushing daisies", el insuperable dúo Roslin-Adama de "Galáctica", Robin y Barney en "Cómo conocí a vuestra madre" (aunque Robin parezca inmune a ello) y, aunque no haya nada romántico entre ellos, Crews y Reese son lo mejor de "Life" (y de lo mejor de la NBC). Como dice un crítico yanqui, yo también los vería hasta yendo juntos a la lavandería.

06 febrero 2009

Células grises teléfilas

Hércules Poirot se vanagloriaba de resolver los casos más complicados utilizando sólo sus células grises, o lo que es lo mismo, su intelecto. Teniendo en cuenta que Poirot era muy presumido en lo que se refería su capacidad deductiva (y a su bigote), muchas veces se subestimaba las cosas que podía saber y adivinar. Ejercitar las células grises siempre es conveniente, incluso aunque el único premio para ello sea nuestra honrilla personal de teléfilos de pro. Como por delante viene un fin de semana que los meteorólogos se han empeñado en pintar lo más apocalíptico posible, podemos intentar pasar el rato preguntando a San Google y Santa Imdb. Así que atención, pregunta.

Vale, el actor del centro es muy fácil de adivinar (y además, en la foto hay una pista), pero, ¿y los otros tres? ¿A qué película para televisión pertenece el fotograma?

Separados por todo Estados Unidos (cada uno se movía por una costa diferente) y por unos cuantos años en el tiempo, estos dos buenos mozos, sin embargo, tienen algo en común. ¿Sabéis qué es?

Es cierto que la foto es pequeña, pero sirve para identificar a estos cuatro actores que estrenaron en Broadway cierto musical que, si yo no recuerdo mal, puede verse ahora en Barcelona. ¿Ideas? ¿Alguien? ¿Podéis indicar, de paso, con qué otro musical se hizo famoso el actor del centro?

El bonus, que yo creo que no es difícil (si tienes buena memoria y te acuerdas de las cosas más peregrinas, como me ocurre a mí). ¿Qué tienen en común estas dos? Y no es el lugar de rodaje de las dos series. La solución, seguramente, el domingo.

05 febrero 2009

Cabeceras por fascículos: Back in the 90's

"Doctor en Alaska"



Canción:
Theme from "Northern Exposure"
Artista: David Schwartz

Las peripecias del doctor Fleischmann en Cicely, capital de la nueva Riviera de Alaska (según Maurice Minnifield) no podían ir mejor acompañas que con esta canción, que resume perfectamente el peculiar ambiente de la serie. Schwartz ha compuesto, más adelante, los temas de "Arrested Development" y "Deadwood", y para "Doctor en Alaska" aportó también unas canciones que mezclaban el folclore indio con el jazz de una manera muy acertada. Últimamente, muchos de sus actores están dejándose ver en otras series: Barry Corbin en "The Closer" y "One Tree Hill", John Corbett en "United States of Tara", Rob Morrow en "Numb3rs" y Janine Turner en "Friday Night Lights".


"Twin Peaks"



Canción:
"Twin Peaks theme"
Artista: Angelo Badalamenti

Una de las series más influyentes de los 90, que para muchos cambió el panorama televisivo, fue ésta de David Lynch y Mark Frost, que desde la música ya estaba diciendo que era diferente. Badalamenti se ha encargado de las bandas sonoras de muchas de las cintas de Lynch (la última fue "Mullholland Drive", que en un principio era un piloto para una serie, y no una película), y cuando no ha trabajado para él, se ha dedicado a cosas tan variadas como "Largo domingo de noviazgo", "La ciudad de los niños perdidos", "Secretary" o el remake de "Dark water".


"Expediente X"



Canción:
"The X Files theme"
Artista: Mark Snow

Ésta es una pequeña curiosidad, y lo es porque la novena temporada de "Expediente X" (y la octava) desaparecieron de la parrilla de Telecinco y sólo pudieron verse, bastante tiempo después, en Fox y, con suerte, en las autonómicas. Esa versión del siglo XXI es más cool (y por fin le da a Skinner el reconocimiento que se merece), pero el encanto de la original, que permaneció casi igual durante las cinco primeras temporadas, es difícil de igualar. Su compositor, por cierto, también le ha puesto música a "One Tree Hill", a "Millenium" (y a "The Lone Gunmen") y a "Entre fantasmas", cuyos créditos es lo único que puedo soportar de ella.

04 febrero 2009

Most Improved Player

En la NBA, al final de cada temporada regular, se entregan varios premios a los jugadores que más han destacado. Entre ellos, existe uno que reconoce a aquél cuyo juego más ha mejorado a lo largo de la campaña, aquel jugador cuyas estadísticas son sustancialmente mejores que en años anteriores y que ha ganado peso en el equipo. Ese Most Improved Player (Jugador más mejorado) no suele ser una estrella y, a veces, luego desaparecen tan rápido como se asomaron a la cima, pero muchas veces el premio recae en jugadores interesantes y solventes.

Las series también son susceptibles de mejorar su rendimiento, tanto artístico como en audiencia. Son raros los casos de programas que tienen un debut arrollador y se mantienen en la cima durante mucho tiempo; es más habitual que les pase como a las supernovas, que brillen mucho durante un corto periodo de tiempo y luego dejen tras de sí un "cadáver" estelar débil y pequeño. A las que son corredoras de fondo les pasa como a "Bones", que en esta cuarta temporada está apareciendo en más reseñas y críticas (casi todas positivas) y consiguiendo más audiencia que en cualquiera de los años anteriores. La serie ha ido evolucionando y mejorando lentamente desde su principio, lo que al final se ha visto reflejado en esa mayor visibilidad. Otras dan el salto ya en su primera temporada, como "Fringe", que en cuanto ha dejado de intentar esconder su herencia con "Expediente X" (y ha permitido que Olivia Dunham se suelte un poco), se ha vuelto mucho más entretenida.

"Reaper" es otra de ésas, una que iba languideciendo en medio de los "monstruos de la semana" hasta que se lanzaron por la vía de la trama serializada, implicaron más al Diablo y dieron un vuelco a la serie. Veremos si la táctica sigue en la segunda temporada, que empieza el 3 de marzo compitiendo directamente contra "American Idol", lo que no augura nada bueno (como dice Alan Sepinwall, "The CW hace un sacrificio satánico de "Reaper" a los dioses de "American Idol", pues ese movimiento va encaminado a proteger "90210"). Aunque "True Blood" me sigue desconcertando, su concesión de más relevancia al resto del pueblo le dio más interés, algo que no siempre sale bien ("Jericho" desbarraba seriamente en cuanto se apartaban de la conspiración del ataque nuclear).

Por lo que cuentan por ahí, "Chuck" ha pulido defectos y ha mostrado una segunda temporada de un nivel más consistente que la primera (va ganando audiencia poco a poco, así que igual hay esperanza para sus fans), algo que no le pasó a la serie con la que Josh Schwartz se hizo famoso, "The OC", cuya primera temporada no pudo ser igualada por el resto de los capítulos. Una vez alcanzada tu mejor versión, lo difícil es mantenerla, claro, y más si la audiencia te respalda y empiezas a acercarte a una cuarta y una quinta temporada que comienzan a abrirte las puertas de la sindicación, el Santo Grial de muchos creadores de series. El tiempo erosiona.