
En ese lugar casi dejado de la mano de todo el mundo (desde luego, dejado de la mano de la Administración Bush) se sitúa "Treme", la nueva serie de David Simon en la que nos mudamos de los barrios pobres asolados por la droga de Baltimore, a los barrios destrozados por la inundación de la tormenta en Nueva Orleans (barrios habitados en su mayoría por población negra, y de un nivel económico no demasiado alto). El derrumbe de los diques que debían proteger la ciudad de las aguas del Mississippi y el lago Pontchartrain, debido a una construcción pobre y a la falta de mantenimiento y mejoras, arrasó esos barrios y diezmó su población. Muchos de los que no murieron, se marcharon en la evacuación forzosa ordenada por el ayuntamiento, y casi ninguno de ellos ha vuelto tres meses después, cuando empieza la serie (tampoco lo han hecho cinco años después). Sin embargo, los que se quedaron y los que sí se han atrevido a regresar intentan reconstruir no sólo sus casas, completamente inservibles por la acción del agua, sino principalmente sus vidas.
Como es ya marca de la casa, "Treme" nos mete directamente en medio de esa lucha por recuperar una vida cotidiana más o menos parecida a la anterior al Katrina. Vamos conociendo a los personajes y sus circunstancias sobre la marcha, aunque aquí es más fácil seguirlos e ir adivinando de dónde vienen que en "The Wire", en la que había también una investigación policial que seguir. Su foco principal está puesto en los músicos del barrio (el más antiguo de población negra de Estados Unidos), uno de los activos más importantes de Nueva Orleans y uno de los colectivos que más intenta retomar el pulso de la ciudad. Aunque están tocados, no están hundidos, y en la tradición de esos famosos funerales con acompañamiento de brass band, buscan seguir adelante y ponerle dignidad y ritmo a la vida. En el piloto (que por ahora es el único que he visto), es Albert, el jefe indio del Mardi Gras, el que mejor ejemplifica esa dignidad y esa renuncia a darlo todo por perdido. El bar de Poke puede ser un agujero inmundo poco más recuperable que su casa, pero no por eso Albert (un estupendo Clarke Peters, como siempre) se va a dar por vencido. Si ha vuelto a Nueva Orleans es para devolverle todo el esplendor que pueda.
El primer episodio nos introduce, como hemos dicho, en la vida de esos personajes, muchos de los cuales aún buscan a familiares desaparecidos durante la tormenta, pero que no quieren renunciar a comer fuera o a escuchar música en compañía de otras personas como ellos. La noción de comunidad parece ser bastante importante en "Treme", y la música... Lógicamente, estando ambientada en Nueva Orleans, cuna del jazz, ese aspecto no podía descuidarse. Algunos de los músicos que aparecen se interpretan a ellos mismos (como el trompetista Kermit Ruffins), y a través del tarambana de Davis, el locutor de radio, y del trombonista Batiste (siempre corto de dinero), tenemos un punto de vista más interno de sus luchas por salir adelante y del amor que le profesan a la música y a los músicos. Aunque pueda parecer que no, el piloto deja la sensación de que "Treme" va a ser un poco más ligera que "The Wire" (sin dejar de lado la crítica social), y que en ella hay mucho más que buen jazz.