15 octubre 2012

El pasodoble de Blancanieves

Que levante la mano quien no pensara que alguien estaba gastándole una broma el verano pasado, al leer aquella noticia de que el director de "Torremolinos 73" iba a dirigir la tercera adaptación del cuento de Blancanieves del año (descontando la serie "Once upon a time") como una película en blanco y negro, muda y ambientada en la España de los años 20. Podéis reconocerlo sin problema, porque yo lo pensé. Y más de la mitad del público y la crítica que ha visto "Blancanieves" lo pensaban también, porque lo más habitual en todo lo que se ha escrito sobre ella es leer sentencias de incredulidad y de sorpresa ante la cinta de Pablo Berger, que intentará seguir la senda que abrió "The artist" en Hollywood presentándose para ser nominada al Oscar a mejor película en lengua no inglesa.

"Blancanieves" es, ciertamente, muda con todas las de la ley, con una estupenda banda sonora de Alfonso de Vilallonga, con sus intertítulos, sus deudas estilísticas del expresionismo alemán (aunque también hay algún rastro de Fellini), sus rostros muy bien elegidos y su aire gótico y melodramático, tan de la época. Berger ha afirmado en varias entrevistas que lo que buscaba era ofrecer una experiencia, más que una película, a los espectadores, y se puede decir que lo logra sobre todo con un plano final que se podría argumentar que justifica toda la cinta. El traslado del cuento de los hermanos Grimm al mundo de los toros y el flamenco es original y, al mismo tiempo, respetuoso con dicho cuento, y tiene un par de grandes hallazgos con el "príncipe encantador" y, especialmente, con la madrastra, una cazafortunas sin escrúpulos con la que se nota que Maribel Verdú se lo pasó en grande.

Se la va a comparar inevitablemente con "The artist" (con la que no sólo aguanta el embite sino que hasta sale ganando) y lo más curioso de todo es encontrarte repleta la sala del cine del centro de Madrid donde yo la vi un sábado por tarde. El boca-oreja, la selección como representante de España en los Oscars y el empujón de visbilidad que le dio el festival de San Sebastián seguro que han hecho mucho para que ese lleno pudiera ser posible. En su carrera hacia el Oscar, de momento, cuenta a su favor con su buena recepción en el festival de Toronto, y cualquier cosa que la haga destacar ya será una ventaja en una categoría a la que aspiran a ser nominadas este año más de 70 películas, y en la que la favorita a priori parece ser el taquillazo de "Intocable". Pero en las películas de lengua inglesa no es raro que haya sorpresas. ¿Nadie se acuerda de "Pelle, el conquistador"?

P.D. podcastero: Esta semana recuperamos nuestra costumbre de tener invitados (y de ser incapaces de hablar durante menos de una hora) con Juan Luis Sanguino, del podcast centrado en los Oscars "La sexta nominada", con el que comentamos "Once upon a time" y el piloto de "Firefly", aunque esta charla deriva hacia otras cosas relacionadas con el Whedonverso en general. El resto del menú del día queda como sigue:

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- 0':"Nashville"
- 20': "Arrow"
- 33': "Beauty and the Beast"
- 41': "Once upon a time" (spoilers hasta el 2x02)
- 70': "Firefly"

2 comentarios:

Dardo dijo...

Es una gran obra de arte, de principio a fin. Me alegro de saber que cuando la viste te encontraste con una sala repleta de gente, ya que hace un par de semanas la vi yo, también durante el fin de semana, y no éramos muchos en aquella sala. Espero que el boca-oreja siga funcionando poco a poco :)

Unknown dijo...

Eso espero yo también, que siga funcionando. También te digo que en el cine en el que la vi The Artist aguantó varios meses en cartel.