A veces, los ejemplos de "casi famosos" surgen de un comentario en un blog, o viendo de refilón una serie o una película vieja por la tele, o porque alguien te cuenta de pasada que se encontraron a tal actor en tal sitio. Algunos de estos ejemplos los he encontrado así.
A esta actriz inglesa vamos a verla mucho este verano y, sobre todo, este otoño, en cuanto Fox ponga su maquina publicitaria a trabajar promocionando "Terra Nova". Producida por Steven Spielberg, es uno de los estrenos más esperados de la próxima temporada, aunque está sufriendo no pocos retrasos por la complejidad de su producción, y una de sus protagonistas es Shelley Conn. Algunos de vosotros igual la visteis en "Mistresses", y otros la recordaban de su breve aparición al principio de "Charlie y la fábrica de chocolate" como una princesa india (lo leí en un comentario no recuerdo en qué blog). La historia familiar de Conn es bastante curiosa porque su abuelo era hermano de Merle Oberon, una de las primeras estrellas de Hollywood mulatas (su padre era galés y su madre, de Sri Lanka). Sin embargo, Oberon siempre ocultó su herencia india. También como curiosidad, uno de sus maridos, Lucien Ballard, desarrolló un filtro para la cámara que dispersaba la luz al rodar un primer plano y disimulaba las cicatrices que le quedaron en la cara de un accidente de coche que sufrió en 1937. Ballard bautizó ese filtro como "Obie".
Otro actor con una peculiar mezcla racial es Jason Momoa, con sangre hawaiana, alemana, irlandesa y cherokee, y que ha pasado de lucir rastas en "Stargate Atlantis" a lucir pectorales tanto en "Juego de tronos" como en la nueva "Conan, el bárbaro". Momoa, sin embargo, empezó como modelo y, atentos, socorrista en su Hawai Natal, por lo que no era raro que fuera "Los vigilantes de la playa en Hawai" su primer trabajo como actor.
En los 90, Catherine Keener y Steve Buscemi eran dos de los actores más prolíficos en el entonces pujante cine indie estadounidense. En 1995, ambos protagonizaron la ópera prima de Tom DiCillo, "Vivir rodando", que mostraba el rodaje, lleno de contratiempos, precisamente de una cinta independiente, y por allí debutó ante las cámaras Peter Dinklage, otro que veremos en breve en "Juego de tronos". Dinklage ha hecho de todo, hasta ha sido el Ricardo III de Shakespeare en el teatro, pero quizás la película por la que es más conocido es por la estupenda "The station agent", dirigida precisamente por el director del piloto de la adaptación de los libros de George R.R. Martin, Tom McCarthy.
Es raro el actor australiano que no ha pasado por alguno de los longevos culebrones que se emiten allí, como "Home and away", por ejemplo. Jason Clarke, que ahora podemos ver en "The Chicago code", lo hizo brevemente, después de pasearse por series tan míticas como "Los rompecorazones" y antes de dar el salto a Estados Unidos y hacerse más o menos conocido allí por un secundario en "Farscape" y por su protagonismo en "Brotherhood", una serie de Showtime sobre dos hermanos cada uno en un lado distinto de la ley. No es un pasado tan impactante como el de su compañera de reparto Jennifer Beals protagonizando "Flashdance" en su primer año en la universidad de Yale, pero tampoco está mal.
P.D.: Esta entrada está programada y ha sido publicada por un cylon pero de la variedad centurión, así que disculpa los errores que pueda haber.
30 marzo 2011
29 marzo 2011
El estado de la ficción
Es inevitable que estemos siempre comparando, muchas veces desfavorablemente, la ficción que se hace en nuestros países con la que nos llega de fuera. Esas comparaciones no siempre son justas porque si vivimos en España, por ejemplo, vemos todo lo malo y lo bueno que se hace, mientras que es probable que de las series inglesas sólo veamos las buenas y, a lo mejor, sólo un 15% de toda la ficción propia que se emita allí. Nunca estamos contentos con lo que tenemos. En Estados Unidos, los críticos se quejan de que las temporadas de 22 capítulos y las series que se alargan sin que se sepa cuándo podrán terminar acaban volviéndose en contra de su calidad o de la toma de decisiones arriesgadas. Abogan por un modelo más parecido al del cable y sus temporadas de 13 episodios, y a veces expresan su envidia por las cortas entregas de las series británicas, de seis u ocho capítulos, que permiten planear historias con estructuras más cerradas.
Sin embargo, al otro lado del canal de la Mancha no se ve su modelo de producción de series como un dechado de virtudes. "The Guardian" publica una breve disección de lo que funciona y lo que no en las series británicas, que ahora miran con envidia a los títulos del otro lado del Atlántico (los del cable sobre todo y, en concreto, los de HBO). Es curioso porque identifica como debilidades algunas de las características que nosotros solemos poner como ejemplo de esas series, como que sus temporadas sean muy cortas (algo impulsado por la figura del guionista-autor que escribe casi todos los capítulos, en lugar del trabajo de equipo de las ficciones estadounidenses, necesario para poder hacer 22 capítulos) y que las cadenas tarden mucho en decidir qué hacer con ellas, lo que lleva a que los éxitos estén fuera de emisión demasiado tiempo. También señala como una de sus debilidades que, mayoritariamente, hay muy poca variedad racial en las series británicas. Pone como ejemplo "Midsomer Murders", un exitoso policíaco en el que todo su reparto es blanco, y la aparición de un extra negro hace unos días ha llevado a que esta cuestión esté más de actualidad que nunca. Curiosamente, y como hemos comentado en otras ocasiones, es "Doctor Who" una de las series con menos "prejuicios", por llamarlos de algún modo, raciales y sexuales de la parrilla británica, y sí hay títulos cuyo reparto no es totalmente blanco anglosajón. Ahí tenemos "Luther", por ejemplo, pero es significativo que, en esa serie, Idris Elba sea el único actor no caucásico de todo el reparto (junto con Indira Varma, que interpreta a su ex mujer), aunque sea el personaje central.
También se quejan de que la temática de las series más longevas es muy similar (o policías o médicos), pero no se olvidan de que cuentan con algunos rasgos de los que pueden presumir, y no sólo de su pericia y excelencia en las adaptaciones literarias de época. Entre los puntos fuertes de la ficción británica, el diario apunta su tono más realista (y austero, que para los policíacos es muy acertado), la gran calidad de los actores que hacen televisión habitualmente (los americanos añadirían aquí su acento, pero porque les fascina el acento inglés) y que hay productoras, como Kudos, que parecen haber patentado la fórmula del éxito.No es mucho para contrarrestar la batería de debilidades que expone al principio, pero por lo menos no pinta el panorama tan negro (y añade que la BBC no tenga publicidad a las ventajas).
A veces tenemos a la ficción británica muy idolatrada. Hacen cosas muy buenas y, a veces, muy originales, pero que una serie venga de allí no le pone automáticamente el sello de "clásico instantáneo", del mismo modo que HBO, Showtime y AMC tampoco son infalibles. Evidentemente, en algunas cosas no pueden medirse a las series estadounidenses porque, simplemente, no tienen el presupuesto para ello, pero en otras son capaces de lograr ficciones muy interesantes precisamente por sus constricciones de capítulos por temporada. Sin embargo, no hay que meter en el mismo saco "State of Play", "Sherlock", "Testigo mudo" o "Spooks". cada una ofrece algo diferente y debe ser medida por un rasero diferente. Es una perogrullada, es verdad, pero a veces solemos olvidarlo.
Sin embargo, al otro lado del canal de la Mancha no se ve su modelo de producción de series como un dechado de virtudes. "The Guardian" publica una breve disección de lo que funciona y lo que no en las series británicas, que ahora miran con envidia a los títulos del otro lado del Atlántico (los del cable sobre todo y, en concreto, los de HBO). Es curioso porque identifica como debilidades algunas de las características que nosotros solemos poner como ejemplo de esas series, como que sus temporadas sean muy cortas (algo impulsado por la figura del guionista-autor que escribe casi todos los capítulos, en lugar del trabajo de equipo de las ficciones estadounidenses, necesario para poder hacer 22 capítulos) y que las cadenas tarden mucho en decidir qué hacer con ellas, lo que lleva a que los éxitos estén fuera de emisión demasiado tiempo. También señala como una de sus debilidades que, mayoritariamente, hay muy poca variedad racial en las series británicas. Pone como ejemplo "Midsomer Murders", un exitoso policíaco en el que todo su reparto es blanco, y la aparición de un extra negro hace unos días ha llevado a que esta cuestión esté más de actualidad que nunca. Curiosamente, y como hemos comentado en otras ocasiones, es "Doctor Who" una de las series con menos "prejuicios", por llamarlos de algún modo, raciales y sexuales de la parrilla británica, y sí hay títulos cuyo reparto no es totalmente blanco anglosajón. Ahí tenemos "Luther", por ejemplo, pero es significativo que, en esa serie, Idris Elba sea el único actor no caucásico de todo el reparto (junto con Indira Varma, que interpreta a su ex mujer), aunque sea el personaje central.
También se quejan de que la temática de las series más longevas es muy similar (o policías o médicos), pero no se olvidan de que cuentan con algunos rasgos de los que pueden presumir, y no sólo de su pericia y excelencia en las adaptaciones literarias de época. Entre los puntos fuertes de la ficción británica, el diario apunta su tono más realista (y austero, que para los policíacos es muy acertado), la gran calidad de los actores que hacen televisión habitualmente (los americanos añadirían aquí su acento, pero porque les fascina el acento inglés) y que hay productoras, como Kudos, que parecen haber patentado la fórmula del éxito.No es mucho para contrarrestar la batería de debilidades que expone al principio, pero por lo menos no pinta el panorama tan negro (y añade que la BBC no tenga publicidad a las ventajas).
A veces tenemos a la ficción británica muy idolatrada. Hacen cosas muy buenas y, a veces, muy originales, pero que una serie venga de allí no le pone automáticamente el sello de "clásico instantáneo", del mismo modo que HBO, Showtime y AMC tampoco son infalibles. Evidentemente, en algunas cosas no pueden medirse a las series estadounidenses porque, simplemente, no tienen el presupuesto para ello, pero en otras son capaces de lograr ficciones muy interesantes precisamente por sus constricciones de capítulos por temporada. Sin embargo, no hay que meter en el mismo saco "State of Play", "Sherlock", "Testigo mudo" o "Spooks". cada una ofrece algo diferente y debe ser medida por un rasero diferente. Es una perogrullada, es verdad, pero a veces solemos olvidarlo.
28 marzo 2011
Los spoilers de las promos
En las series de televisión, hay dos clásicos que a veces se incluyen al principio del capítulo o al final, y que son añadidos que, por un lado, resumen algunas tramas que la serie ha desarrollado hasta ahora, y que necesitamos recordar para entender el episodio, y por otro nos adelantan algunas de las cosas que veremos en el próximo, para ir creando anticipación. Esos Previously on y Next time son herramientas que buscan ponérselo más fácil al espectador. Te dicen "no pasa nada si te perdiste algún capítulo antes, que nosotros te ponemos al día", y también te dejan probar la cobertura de chocolate del pastel como aperitivo del bizcocho de mermelada y chocolate que te comerás la semana que viene. Pueden tener su utilidad desde un punto de vista comercial, si queréis, pero a veces dinamitan el factor sorpresa y la capacidad de disfrutar al máximo el siguiente capítulo.
Uno de mis compañeros en "¡Vaya Tele!" se quejaba hace tiempo de los spoilers que podía uno encontrarse en los Previously on. No se refería a ese resumen de capítulos pasados, sino a que en ellos aparecieran unas historias y no otras, avanzaba por dónde iba a ir el episodio de la semana y enfatizaba antes de tiempo los puntos importantes que iba a tocar. Esos resúmenes a mí no me han importado mucho y, de hecho, a veces me resultan muy útiles para recordar algunas cosas. Al principio de la tercera temporada de "Fringe" me hacían mucha gracia, porque condensaban toda la serie en menos de dos minutos, supongo que con la esperanza (vana) de que los potenciales nuevos espectadores no se perdieran. Y tampoco me molestaba la sucesión de imágenes del capítulo que incluían los títulos de crédito de "Galáctica", porque muchas veces lo que hacían más bien eran desorientarte, y a mí me gustaban además esos tambores.
De los que huyo como si fuera la peste es de los Next time que son tan habituales en las series inglesas. En las estadounidenses, creo que lo común es que los incluyan sobre los créditos finales (caso de esta promo del capítulo 7x15 de "House", así que cuidado si no vais al día), una vez que ha aparecido el rótulo clásico del productor ejecutivo que indica que eso se ha terminado. En las inglesas, ese avance aparece sin más, en cuanto el final del episodio funde a negro, y yo me doy prisa en pararlo y dejar de verlo. Para mi gusto, cuentan demasiado, y prefiero no saberlo. Por ejemplo, el fotograma de arriba corresponde al final del primer episodio de "Marchlands", una miniserie de ITV, descrita como una clásica historia de fantasmas, y que cuenta las experiencias de tres familias que viven en la misma casa en tres épocas distintas: 1968, 1987 y 2010. En una serie así, con un factor de suspense, casi no quiero saber nada de lo que puede pasar más adelante, porque la novedad de los giros o de los sustos se pierde.
Pero claro, como de costumbre, esto son manías personales de cada uno. Me he dado cuenta, últimamente, de que si me como sin querer un spoiler de casi cualquier serie de las que sigo no me mortifico, aunque yo no voy a buscarlos activamente. De "Mad Men" sé prácticamente todo lo que pasa y eso no impide que vaya a darle en breve una oportunidad, por fin. Eso no quita para que me moleste que se suelten spoilers a diestro y siniestro sin avisar, que aquí estamos hablando de cosas distintas.Y con los Next time tengo esa pequeña aversión.
P.D.: Ya que he mencionado "Marchlands", la cantidad de caras reconocibles que hay en ella es tremenda, de Alex Kingston a Dean Andrews ("Life on Mars"), Shelley Conn, Dennis Lawson o Jodie Whitaker ("Cranford"). Y me resulta sumamente divertido que sea un remake de una serie estadounidense que no pasó del piloto, "The Oaks", creada por David Schulner para Fox con vistas a la temporada 2008/09. En ese piloto había un buen número de actores famosos o a punto de serlo, como Jeremy Renner, Matthew Morrison o Sienna Guillory.
Uno de mis compañeros en "¡Vaya Tele!" se quejaba hace tiempo de los spoilers que podía uno encontrarse en los Previously on. No se refería a ese resumen de capítulos pasados, sino a que en ellos aparecieran unas historias y no otras, avanzaba por dónde iba a ir el episodio de la semana y enfatizaba antes de tiempo los puntos importantes que iba a tocar. Esos resúmenes a mí no me han importado mucho y, de hecho, a veces me resultan muy útiles para recordar algunas cosas. Al principio de la tercera temporada de "Fringe" me hacían mucha gracia, porque condensaban toda la serie en menos de dos minutos, supongo que con la esperanza (vana) de que los potenciales nuevos espectadores no se perdieran. Y tampoco me molestaba la sucesión de imágenes del capítulo que incluían los títulos de crédito de "Galáctica", porque muchas veces lo que hacían más bien eran desorientarte, y a mí me gustaban además esos tambores.
De los que huyo como si fuera la peste es de los Next time que son tan habituales en las series inglesas. En las estadounidenses, creo que lo común es que los incluyan sobre los créditos finales (caso de esta promo del capítulo 7x15 de "House", así que cuidado si no vais al día), una vez que ha aparecido el rótulo clásico del productor ejecutivo que indica que eso se ha terminado. En las inglesas, ese avance aparece sin más, en cuanto el final del episodio funde a negro, y yo me doy prisa en pararlo y dejar de verlo. Para mi gusto, cuentan demasiado, y prefiero no saberlo. Por ejemplo, el fotograma de arriba corresponde al final del primer episodio de "Marchlands", una miniserie de ITV, descrita como una clásica historia de fantasmas, y que cuenta las experiencias de tres familias que viven en la misma casa en tres épocas distintas: 1968, 1987 y 2010. En una serie así, con un factor de suspense, casi no quiero saber nada de lo que puede pasar más adelante, porque la novedad de los giros o de los sustos se pierde.
Pero claro, como de costumbre, esto son manías personales de cada uno. Me he dado cuenta, últimamente, de que si me como sin querer un spoiler de casi cualquier serie de las que sigo no me mortifico, aunque yo no voy a buscarlos activamente. De "Mad Men" sé prácticamente todo lo que pasa y eso no impide que vaya a darle en breve una oportunidad, por fin. Eso no quita para que me moleste que se suelten spoilers a diestro y siniestro sin avisar, que aquí estamos hablando de cosas distintas.Y con los Next time tengo esa pequeña aversión.
P.D.: Ya que he mencionado "Marchlands", la cantidad de caras reconocibles que hay en ella es tremenda, de Alex Kingston a Dean Andrews ("Life on Mars"), Shelley Conn, Dennis Lawson o Jodie Whitaker ("Cranford"). Y me resulta sumamente divertido que sea un remake de una serie estadounidense que no pasó del piloto, "The Oaks", creada por David Schulner para Fox con vistas a la temporada 2008/09. En ese piloto había un buen número de actores famosos o a punto de serlo, como Jeremy Renner, Matthew Morrison o Sienna Guillory.
27 marzo 2011
Ladrones de bancos y políticos inquietantes
La película de terror de la temporada. Así han descrito algunas críticas "Inside Job", el documental por el que Charles Ferguson ganó el Oscar retratando la crisis financiera que estalló en 2008, y cuyas consecuencias estamos sufriendo todavía. Es una historia de casi de terror porque muestra que los ciudadanos de a pie estamos totalmente a merced de unas pocas entidades bancarias con tácticas depredadoras en su afán por tener unos beneficios cada vez mayores a muy corto plazo. Lo que vaya a pasar a medio y largo plazo no les importa en absoluto, y si terminan hundiendo empresas, países enteros y llevando al mundo occidental al borde de la quiebra les resbala mientras puedan repartirse unos bonus millonarios a final de año.
Ferguson disecciona no sólo las razones detrás del mayor crash bancario desde el de 1929, sino que se remonta a su origen en los años 80, cuando la Administración Reagan comenzó a levantar los controles y a regular cada vez menos las prácticas de Wall Street. La película sostiene que todos los implicados, que han ido cambiando de trabajos y asociándose a diferentes presidentes para seguir siempre en las más altas esferas financieras durante casi tres décadas, sabían perfectamente dónde podía desembocar su avaricia y, aún así, siguieron adelante con ello. Y el panorama que pinta al final no hace más que incrementar esa indignación y esa rabia que mueve el documental (narrado por Matt Damon). En una de las noticias de las que se hace eco "Inside Job", un comentarista dice que fue el mayor robo de un banco de la historia. Y sus perpetradores, que ya lo han hecho con anterioridad, siguen en la posición de hacerlo otra vez.
"The Chicago Code" está en el ecuador de su primera temporada y, aunque a veces el lado serializado y el autoconclusivo no terminan de casar del todo bien, sí ha conseguido que el "villano", el concejal Gibbons, sea un personaje realmente interesante, con un permanente filo peligroso debajo de sus sonrisas y la actitud tranquila de quien sabe que tiene la sartén por el mango. Delroy Lindo también merecería que Emmys y Globos de Oro se acordaran de él, aunque sospecho que le pasará como a su compañero de cadena John Noble ("Fringe") y lo ignorarán cuando llegue el momento. Y es una lástima, porque ver sus "enfrentamientos" (que no son tales) con la superintendente Colvin es uno de los mejores momentos de la serie, especialmente porque a Jennifer Beals también se le da muy bien puntuar sus demostraciones de poder con una amplia sonrisa. Apenas estamos asomándonos a la superficie de todo lo que la serie puede dar de sí, así que sería una pérdida si, con sus más bien mediocres (pero estables) audiencias, no consigue una segunda temporada.
Y ya que Noble y "Fringe" han salido a relucir, no puedo resistirme a decir que tengo mucha curiosidad por ver qué van a hacer Lincoln y Charlie. Desde que empezó la tercera temporada, he tenido la sensación de que unos cuantos personajes revisarían sus lealtades y terminarían tomando sus propias decisiones, y que quienes pensamos que están de un lado van a acabar, seguramente, del otro. No quiero decir nada más para no estropear nada a los que aún no hayáis visto el último capítulo. Eso sí, de vez en cuando se nota mucho que buena parte de sus responsables trabajaron en "Alias", y yo me divierto tanto o más con esos dejà vús como con los de "Expediente X".
Música de la semana: "Inside Job" empieza con una canción que podría haber estado en la banda sonora de cualquiera de aquellas películas de los 80 sobre tipos que empezaban a trabajar a Wall Street con sueños de hacerse ricos, "Big time", de Peter Gabriel, que tenía un original videoclip, por cierto.
Ferguson disecciona no sólo las razones detrás del mayor crash bancario desde el de 1929, sino que se remonta a su origen en los años 80, cuando la Administración Reagan comenzó a levantar los controles y a regular cada vez menos las prácticas de Wall Street. La película sostiene que todos los implicados, que han ido cambiando de trabajos y asociándose a diferentes presidentes para seguir siempre en las más altas esferas financieras durante casi tres décadas, sabían perfectamente dónde podía desembocar su avaricia y, aún así, siguieron adelante con ello. Y el panorama que pinta al final no hace más que incrementar esa indignación y esa rabia que mueve el documental (narrado por Matt Damon). En una de las noticias de las que se hace eco "Inside Job", un comentarista dice que fue el mayor robo de un banco de la historia. Y sus perpetradores, que ya lo han hecho con anterioridad, siguen en la posición de hacerlo otra vez.
"The Chicago Code" está en el ecuador de su primera temporada y, aunque a veces el lado serializado y el autoconclusivo no terminan de casar del todo bien, sí ha conseguido que el "villano", el concejal Gibbons, sea un personaje realmente interesante, con un permanente filo peligroso debajo de sus sonrisas y la actitud tranquila de quien sabe que tiene la sartén por el mango. Delroy Lindo también merecería que Emmys y Globos de Oro se acordaran de él, aunque sospecho que le pasará como a su compañero de cadena John Noble ("Fringe") y lo ignorarán cuando llegue el momento. Y es una lástima, porque ver sus "enfrentamientos" (que no son tales) con la superintendente Colvin es uno de los mejores momentos de la serie, especialmente porque a Jennifer Beals también se le da muy bien puntuar sus demostraciones de poder con una amplia sonrisa. Apenas estamos asomándonos a la superficie de todo lo que la serie puede dar de sí, así que sería una pérdida si, con sus más bien mediocres (pero estables) audiencias, no consigue una segunda temporada.
Y ya que Noble y "Fringe" han salido a relucir, no puedo resistirme a decir que tengo mucha curiosidad por ver qué van a hacer Lincoln y Charlie. Desde que empezó la tercera temporada, he tenido la sensación de que unos cuantos personajes revisarían sus lealtades y terminarían tomando sus propias decisiones, y que quienes pensamos que están de un lado van a acabar, seguramente, del otro. No quiero decir nada más para no estropear nada a los que aún no hayáis visto el último capítulo. Eso sí, de vez en cuando se nota mucho que buena parte de sus responsables trabajaron en "Alias", y yo me divierto tanto o más con esos dejà vús como con los de "Expediente X".
Música de la semana: "Inside Job" empieza con una canción que podría haber estado en la banda sonora de cualquiera de aquellas películas de los 80 sobre tipos que empezaban a trabajar a Wall Street con sueños de hacerse ricos, "Big time", de Peter Gabriel, que tenía un original videoclip, por cierto.
25 marzo 2011
Resistiré
No se puede dar por muerta una serie hasta que la cadena la cancela oficialmente. Los fans de "Chuck" conocen sobradamente esa sensación, porque todas las temporadas parece estar al borde de la cancelación, y los de "Friday Night Lights" vivimos al borde del ataque cardiaco incluso cuando DirecTV entró en la co-producción de la serie con la NBC, porque su futuro tras la tercera temporada no estaba tan claro. Hasta "Cómo conocí a vuestra madre" tuvo que esperar hasta el último momento para conocer que seguía un año más en sus tres primeras temporadas. Pero de vez en cuando está bien que títulos apreciados en general por la critica y con un público igual no muy grande, pero sí fiel, tengan la oportunidad de presentar batalla por su supervivencia y se vean rescatados de la guillotina por cuestiones que no tienen que ver sólo con las cifras de audiencia.
"Fringe" se ha unido a ese grupo de resistentes después de que ayer se anunciara que Fox la renovaba para una cuarta temporada de 22 capítulos a la que, francamente, desde hace una y media parecía que la serie no iba a llegar. Conforme se complicaron no sólo la serialización de la trama sino, muy especialmente, las relaciones entre sus personajes, la gran audiencia con la que se había estrenado el piloto fue cayendo poco a poco, hasta estar en unos niveles bastante bajos que, probablemente, le habrían granjeado la cancelación de no emitirse los viernes. Pero da la sensación que, en la temporada y media que tuvo a "Bones" de lead-in los jueves, se le pegó la resistencia a morir que esa serie tuvo durante sus tres primeras temporadas, en las que sus fans la seguían por, casi literalmente, toda la parrilla de entre semana de Fox. Es evidente que los pocos millones de espectadores que siguen en directo a Olivia Dunham y los Bishop no son suficientes para que la cadena considere rentable continuar apostando por ellos, pese a que, cuando se cuentan los datos de visionados en diferido, su audiencia sube bastante.
En "TV by the numbers" (de la que, a este paso, hay que fiarse menos que de los spoilers de Kristin Dos Santos) tienen una encuesta para que los lectores elijan cuál creen que es la verdadera razón tras la renovación de "Fringe" de las que han ido circulando por ahí. Yo casi diría que puede ser una combinación de varias, como que Warner le habrá hecho alguna rebaja a Fox porque le interesará seguir con la serie (supongo que en DVD se venderá bien), que tal vez en la cadena no las tengan todas consigo con "Terra Nova" y no quieran quedarse sin ciencia ficción la temporada que viene, y que de verdad les parezca que, en comparación con el año pasado, "Fringe" lo está haciendo bien los viernes. En la encuesta también se especula con que Warner podría haber ofrecido la serie en pack con "Alcatraz", el nuevo proyecto de J.J. Abrams, pero no hay modo de saberlo. Lo cierto es que los elogios de Kevin Reilly, presidente de Fox, hacia "Fringe" no eran sólo palabras vacías, por mucho que nos empeñáramos en no creerlos. Si hace dos años renovaron "Dollhouse" cuando no tendría ni que haber finalizado la primera temporada, de lo bajas que eran sus audiencias, siempre hay un rayito de esperanza. Yo la tengo, por ejemplo, en la supervivencia de "The Chicago code".
P.D.: No todo pueden ser buenas noticias, y FX ha cancelado "Lights out", uno de los estrenos de midseason que iba ganando lentamente más adeptos. Al igual que pasó cuando se cargaron "Terriers", el presidente del canal, John Landgraff, explica muy claramente por qué han tomado esa decisión.
"Fringe" se ha unido a ese grupo de resistentes después de que ayer se anunciara que Fox la renovaba para una cuarta temporada de 22 capítulos a la que, francamente, desde hace una y media parecía que la serie no iba a llegar. Conforme se complicaron no sólo la serialización de la trama sino, muy especialmente, las relaciones entre sus personajes, la gran audiencia con la que se había estrenado el piloto fue cayendo poco a poco, hasta estar en unos niveles bastante bajos que, probablemente, le habrían granjeado la cancelación de no emitirse los viernes. Pero da la sensación que, en la temporada y media que tuvo a "Bones" de lead-in los jueves, se le pegó la resistencia a morir que esa serie tuvo durante sus tres primeras temporadas, en las que sus fans la seguían por, casi literalmente, toda la parrilla de entre semana de Fox. Es evidente que los pocos millones de espectadores que siguen en directo a Olivia Dunham y los Bishop no son suficientes para que la cadena considere rentable continuar apostando por ellos, pese a que, cuando se cuentan los datos de visionados en diferido, su audiencia sube bastante.
En "TV by the numbers" (de la que, a este paso, hay que fiarse menos que de los spoilers de Kristin Dos Santos) tienen una encuesta para que los lectores elijan cuál creen que es la verdadera razón tras la renovación de "Fringe" de las que han ido circulando por ahí. Yo casi diría que puede ser una combinación de varias, como que Warner le habrá hecho alguna rebaja a Fox porque le interesará seguir con la serie (supongo que en DVD se venderá bien), que tal vez en la cadena no las tengan todas consigo con "Terra Nova" y no quieran quedarse sin ciencia ficción la temporada que viene, y que de verdad les parezca que, en comparación con el año pasado, "Fringe" lo está haciendo bien los viernes. En la encuesta también se especula con que Warner podría haber ofrecido la serie en pack con "Alcatraz", el nuevo proyecto de J.J. Abrams, pero no hay modo de saberlo. Lo cierto es que los elogios de Kevin Reilly, presidente de Fox, hacia "Fringe" no eran sólo palabras vacías, por mucho que nos empeñáramos en no creerlos. Si hace dos años renovaron "Dollhouse" cuando no tendría ni que haber finalizado la primera temporada, de lo bajas que eran sus audiencias, siempre hay un rayito de esperanza. Yo la tengo, por ejemplo, en la supervivencia de "The Chicago code".
P.D.: No todo pueden ser buenas noticias, y FX ha cancelado "Lights out", uno de los estrenos de midseason que iba ganando lentamente más adeptos. Al igual que pasó cuando se cargaron "Terriers", el presidente del canal, John Landgraff, explica muy claramente por qué han tomado esa decisión.
23 marzo 2011
Cortos publicitarios
Desde hace algún tiempo, es muy habitual que las marcas ya no se conformen con unos anuncios de 30 segundos o un minuto para promocionar sus productos. Lo que se lleva son casi cortometrajes con un punto de partida más o menos original, o con caras famosas delante o detrás de las cámaras. El de arriba, por ejemplo, es la opción que Dior eligió para anunciar cosméticos (no recuerdo exactamente lo que era, supongo que un pintalabios) hace un par de años. Contaron con el director Jonas Akerlund, famoso por sus vídeos con Madonna y Lady Gaga y con el grupo Franz Ferdinand, aunque cambiaron a su líder, Alex Kapranos, por Marion Cotillard.
Luego tenemos a Nike, que tiene ya una larga tradición de anuncios originales, especialmente cuando se acercan el Mundial o la Eurocopa de fútbol. En el último All-Star de la NBA presentaron este corto que promociona las nuevas zapatillas de Kobe Bryant, 'The Black Mamba', y pusieron a Robert Rodríguez a dirigirlo todo. El resultado es un sinsentido divertido y simpático con explosiones, cierto aire a aquel mítico anuncio en el que Eric Cantona goleaba al mismísimo Diablo y un nivel de cameos por segundo bastante alto, porque al lado de Bryant encontramos también a Danny Trejo, Bruce Willis y Kanye West haciendo de malo. No sé si, ahora que LeBron James está en los Heat, recuperarán aquellos graciosos Most Valuable Puppets.
Finalmente, uno de los últimos en aterrizar es este que Joe Wright ha dirigido con la que es casi su musa, Keira Knightley, para Chanel. Joss Stone, que en el Reino Unido es más conocida que por estos lares, canta una versión de "It's a man's, man's world" y, sorpresa, el actor que hace de fotógrafo es Alberto Ammann, flamante ganador del Goya al mejor actor revelación hace dos ediciones por "Celda 211". Es un conjunto curioso de gente, cuanto menos.
22 marzo 2011
La AMC sin Don Draper
No, no os asustéis. "Mad Men" está muy cerca de renovar por una quinta temporada, aunque no hay nada oficial todavía, y la dilatación en las negociaciones dificulta la suposición de cuándo podría emitirse. La verdad es que las renovaciones de esta serie siempre han dado para hacer otra serie aparte. Se van haciendo año a año y primero han de ponerse de acuerdo Lionsgate, que es la productora, y Matthew Weiner, el creador. Weiner tiene cierta fama en Hollywood de ser un poco particular; le gusta involucrarse mucho en los guiones de todos los episodios y, entre temporadas, no es raro que cambie a casi todo el equipo de guionistas. Sus negociaciones con el estudio para renovar su contrato siempre se alargan más de lo previsto porque, con el éxito de la serie, es inevitable que surja un tira y afloja económico. Hace dos años ocurrió algo así al final de la segunda temporada, pero esta vez el tema está retrasándose aún más y, aunque todo el mundo da por seguro que se llegará a un acuerdo, traslada a AMC la patata caliente de ver dónde programa su serie más prestigiosa y la que la ha colocado en la posición que disfruta actualmente.
Porque la cadena no tiene tantos huecos entre el verano y final de año. En los blogs estadounidenses, para que nos hagamos una idea de los tiempos de producción, ponen como ejemplo "The Walking Dead", que sí es, ahora mismo, el gran éxito de audiencia de AMC. El estreno de su segunda tremporada está previsto, inicialmente, otra vez para finales de octubre, y los guionistas comenzaron a desarrollar las tramas y escribir los primeros capítulos a principios de este mes. Estos no empiezan a rodarse creo que hasta mayo o así. En el caso de "Mad Men", una vez Lionsgate y Weiner cerraran su renovación, serían el estudio y la cadena los que firmarían su propio acuerdo, y sólo entonces podría echar a rodar la maquinaria (me suena, además, que a algunos actores habría que recontratarles porque sus acuerdos expiraron hace poco). Resultado, que a lo mejor hasta mayo no se sentaría Weiner a escribir ni una coma, por lo que la quinta temporada de la serie tal vez no estuviera lista para su estreno hasta noviembre.
El problema es que los horarios que AMC dedica a la ficción propia no son demasiado amplios y, de hecho, casi todos se concentran en el domingo. Sin ir más lejos, "The killing" debuta precisamente el 3 de abril, domingo. Aunque se podría programar otro día ("Mad Men" debutó los jueves), no está muy claro que la cadena vaya a hacerlo. Pero con el regreso de "Breaking Bad" en julio, el de "The Walking Dead" en octubre", el estreno de "Hell on wheels" seguramente también en otoño y algún otro proyecto que me esté dejando en el tintero, las opciones de "Mad Men" son o cambiarse de día (o hacer una extraña, y quizás contraproducente, pareja con "The Walking Dead") o retrasar la llegada de los nuevos episodios hasta enero del año que viene. En cualquier caso, mientras todas las partes implicadas no firmen los papeles de la renovación, no se puede más que especular.
Eso sí, en los próximos Emmy, "Mad Men" va a seguir siendo de las favoritas. Su cuarta temporada se emitió dentro del periodo de eligibilidad (de junio de 2010 a mayo de este año), así que defenderá sus tres premios consecutivos al mejor drama del más que probable asalto por parte de "Boardwalk Empire". La que sí se va a quedar fuera es "Breaking Bad", ya que su nueva temporada no va a verse hasta julio. Bryan Cranston deja así el campo libre para Michael C. Hall, Hugh Laurie, Jon Hamm y Steve Buscemi. Si es que muchos nominados pueden adivinarse meses antes de que se anuncien oficialmente.
Porque la cadena no tiene tantos huecos entre el verano y final de año. En los blogs estadounidenses, para que nos hagamos una idea de los tiempos de producción, ponen como ejemplo "The Walking Dead", que sí es, ahora mismo, el gran éxito de audiencia de AMC. El estreno de su segunda tremporada está previsto, inicialmente, otra vez para finales de octubre, y los guionistas comenzaron a desarrollar las tramas y escribir los primeros capítulos a principios de este mes. Estos no empiezan a rodarse creo que hasta mayo o así. En el caso de "Mad Men", una vez Lionsgate y Weiner cerraran su renovación, serían el estudio y la cadena los que firmarían su propio acuerdo, y sólo entonces podría echar a rodar la maquinaria (me suena, además, que a algunos actores habría que recontratarles porque sus acuerdos expiraron hace poco). Resultado, que a lo mejor hasta mayo no se sentaría Weiner a escribir ni una coma, por lo que la quinta temporada de la serie tal vez no estuviera lista para su estreno hasta noviembre.
El problema es que los horarios que AMC dedica a la ficción propia no son demasiado amplios y, de hecho, casi todos se concentran en el domingo. Sin ir más lejos, "The killing" debuta precisamente el 3 de abril, domingo. Aunque se podría programar otro día ("Mad Men" debutó los jueves), no está muy claro que la cadena vaya a hacerlo. Pero con el regreso de "Breaking Bad" en julio, el de "The Walking Dead" en octubre", el estreno de "Hell on wheels" seguramente también en otoño y algún otro proyecto que me esté dejando en el tintero, las opciones de "Mad Men" son o cambiarse de día (o hacer una extraña, y quizás contraproducente, pareja con "The Walking Dead") o retrasar la llegada de los nuevos episodios hasta enero del año que viene. En cualquier caso, mientras todas las partes implicadas no firmen los papeles de la renovación, no se puede más que especular.
Eso sí, en los próximos Emmy, "Mad Men" va a seguir siendo de las favoritas. Su cuarta temporada se emitió dentro del periodo de eligibilidad (de junio de 2010 a mayo de este año), así que defenderá sus tres premios consecutivos al mejor drama del más que probable asalto por parte de "Boardwalk Empire". La que sí se va a quedar fuera es "Breaking Bad", ya que su nueva temporada no va a verse hasta julio. Bryan Cranston deja así el campo libre para Michael C. Hall, Hugh Laurie, Jon Hamm y Steve Buscemi. Si es que muchos nominados pueden adivinarse meses antes de que se anuncien oficialmente.
21 marzo 2011
Comedia sin corazón
El diario "Los Ángeles Times" publicó ayer una columna en la que, hablando sobre sitcoms que metamorfoseaban y descartaban su premisa inicial al cabo de varias temporadas, terminaba concluyendo algo realmente interesante y controvertido, al mismo tiempo: que las mejores comedias, las más incisivas, no tienen corazón. Vamos a explicarnos antes de que me ataquéis con antorchas. El artículo sostiene que, después de varios episodios y una vez que el mundo de la serie ya está bien establecido, algunas comedias evolucionan desde ese punto de partida hacia otra cosa que les sirve de impulso y fuente de sus chistes. Pone como ejemplo "Community", que está más interesada en jugar con la forma y las referencias que en desarrollar la dinámica del grupo de estudio de español que lo empieza todo, o "The Office" que según ellos ha ido escorándose más y más hacia la farsa.
También usa como ejemplo "30 Rock", que ha ido aparcando la premisa de estar centrada en un programa de sketches de humor y ha ido depurando lo que en el artículo llaman los "gags a lo dibujo de Escher", chistes con sobreentendidos y varias capas a los que la interpretación de los actores añade otra capa más. Y la serie de la NBC le sirve también para ejemplificar ese enunciado de que las mejores sitcoms, o las más innovadoras, no tienen un centro emocional, un corazón, como puede tenerlo "Modern family". Su humor es mucho más intelectual, incluso cuando hacen chistes de "caca, culo, pedo, pis", y no se preocupan tanto del desarrollo y la evolución de los personajes. No hay más que comparar las tramas de la muerte de Don Geiss (que para Jack es como un padre) en "30 Rock" y la de un familiar de uno de los protagonistas de "Cómo conocí a vuestra madre".
La cima de este estilo de comedia, claro, sería "Seinfeld", la serie que no iba sobre nada, como reconocían el propio Jerry y su amigo George. Creo que alguna vez he reconocido que nunca conecté con su humor y nunca me hizo especial gracia, pero es muy cierto que fue una auténtica revolución en el tipo de sitcoms que se estaban haciendo entonces, a principios de los 90, insuflando en el género un alto nivel de metarreferencias y autoconsciencia. Estas comedias más intelectuales son también más áridas, desde luego, pero no tienen porqué ser necesariamente mejores, como sostiene el diario californiano. Se dirigen a públicos distintos y buscan una reacción distinta en el espectador, y sus puntos fuertes son diferentes. "30 Rock", por ejemplo, es insuperable burlándose de la NBC y los tejemanejes empresariales detrás del negocio de la televisión, mientras "Cómo conocí a vuestra madre" funciona mejor cuando el humor proviene del proceso de crecimiento de los propios personajes (o de la Slap Bet).
También usa como ejemplo "30 Rock", que ha ido aparcando la premisa de estar centrada en un programa de sketches de humor y ha ido depurando lo que en el artículo llaman los "gags a lo dibujo de Escher", chistes con sobreentendidos y varias capas a los que la interpretación de los actores añade otra capa más. Y la serie de la NBC le sirve también para ejemplificar ese enunciado de que las mejores sitcoms, o las más innovadoras, no tienen un centro emocional, un corazón, como puede tenerlo "Modern family". Su humor es mucho más intelectual, incluso cuando hacen chistes de "caca, culo, pedo, pis", y no se preocupan tanto del desarrollo y la evolución de los personajes. No hay más que comparar las tramas de la muerte de Don Geiss (que para Jack es como un padre) en "30 Rock" y la de un familiar de uno de los protagonistas de "Cómo conocí a vuestra madre".
La cima de este estilo de comedia, claro, sería "Seinfeld", la serie que no iba sobre nada, como reconocían el propio Jerry y su amigo George. Creo que alguna vez he reconocido que nunca conecté con su humor y nunca me hizo especial gracia, pero es muy cierto que fue una auténtica revolución en el tipo de sitcoms que se estaban haciendo entonces, a principios de los 90, insuflando en el género un alto nivel de metarreferencias y autoconsciencia. Estas comedias más intelectuales son también más áridas, desde luego, pero no tienen porqué ser necesariamente mejores, como sostiene el diario californiano. Se dirigen a públicos distintos y buscan una reacción distinta en el espectador, y sus puntos fuertes son diferentes. "30 Rock", por ejemplo, es insuperable burlándose de la NBC y los tejemanejes empresariales detrás del negocio de la televisión, mientras "Cómo conocí a vuestra madre" funciona mejor cuando el humor proviene del proceso de crecimiento de los propios personajes (o de la Slap Bet).
20 marzo 2011
Ladrillo quemado
Al hablar de "Crematorio", la primera serie de producción propia del Canal + España, es inevitable que surjan las comparaciones con las producciones del cable estadounidense y, especialmente, con la HBO. Desde sus títulos de crédito, muy del estilo de "True Blood", se nota que, para adaptar la novela de Rafael Chirbes, han mirado al otro lado del Atlántico en busca de referentes y los han aplicado a una historia que, a pesar de estar ambientada en la costa mediterránea española (y rodada en Alicante), bien puede trasladarse a cualquier otro lugar donde la ambición, la corrupción política y la tentación del dinero acaban siendo los principales impulsos detrás de las personas que manejan el cotarro, tanto en la sombra como a plena luz del día.
Porque, si nos guiamos por su primer episodio, "Crematorio" es más que una serie sobre la corrupción en España, como se publicita; puede ser una radiografía de los peligros de la ambición desmedida muy interesante, en especial porque su personaje central, Rubén Bertomeu, tiene los suficientes claroscuros para que nos repugne pero no podamos dejar de verlo en acción (papelón de José Sancho, desde luego). O, más concretamente, para que no podamos dejar de ver su caída. El imperio de favores, testaferros, dinero bajo cuerda y ladrillo a mansalva que ha construido está empezando a resquebrajarse por el sitio más insospechado; una furgoneta que se salta un Stop.
Ese capítulo inicial hace un buen trabajo de establecer, sobre todo, quién es Rubén y el papel que ocupa en esa ciudad levantina que no se nombra. Su entrada en el velatorio de su hermano recuerda inevitablemente a "El padrino", por ejemplo. También se dibujan bastante bien a dos de las mujeres de su vida, su novia (Juana Acosta) y su hija (Alicia Borrachero), que prometen cosas interesantes para más adelante, y se dan las pinceladas justas para que comencemos a hacernos una idea de hasta dónde llega el entramado del que no sólo ha estado viviendo él a lo largo de los años. Esas imágenes de edificios demolidos en las imágenes de la cabecera son, sin duda, proféticas, y parece que ver todo el proceso hasta llegar a ese momento va a ser apasionante.
Música de la semana: Los anuncios de coches suelen elegir canciones curiosas como fondo. Citroën, por ejemplo, tiene ahora uno que utiliza una versión de "Hit the road Jack", que fue sintonía en su momento de "Infelices para siempre", esa especie de "Matrimonio con hijos" con Nikki Cox y unperro conejo que hablaba. Hay muchas versiones de ella, pero nos quedaremos con la de Ray Charles.
Porque, si nos guiamos por su primer episodio, "Crematorio" es más que una serie sobre la corrupción en España, como se publicita; puede ser una radiografía de los peligros de la ambición desmedida muy interesante, en especial porque su personaje central, Rubén Bertomeu, tiene los suficientes claroscuros para que nos repugne pero no podamos dejar de verlo en acción (papelón de José Sancho, desde luego). O, más concretamente, para que no podamos dejar de ver su caída. El imperio de favores, testaferros, dinero bajo cuerda y ladrillo a mansalva que ha construido está empezando a resquebrajarse por el sitio más insospechado; una furgoneta que se salta un Stop.
Ese capítulo inicial hace un buen trabajo de establecer, sobre todo, quién es Rubén y el papel que ocupa en esa ciudad levantina que no se nombra. Su entrada en el velatorio de su hermano recuerda inevitablemente a "El padrino", por ejemplo. También se dibujan bastante bien a dos de las mujeres de su vida, su novia (Juana Acosta) y su hija (Alicia Borrachero), que prometen cosas interesantes para más adelante, y se dan las pinceladas justas para que comencemos a hacernos una idea de hasta dónde llega el entramado del que no sólo ha estado viviendo él a lo largo de los años. Esas imágenes de edificios demolidos en las imágenes de la cabecera son, sin duda, proféticas, y parece que ver todo el proceso hasta llegar a ese momento va a ser apasionante.
Música de la semana: Los anuncios de coches suelen elegir canciones curiosas como fondo. Citroën, por ejemplo, tiene ahora uno que utiliza una versión de "Hit the road Jack", que fue sintonía en su momento de "Infelices para siempre", esa especie de "Matrimonio con hijos" con Nikki Cox y un
19 marzo 2011
Las cartas sobre la mesa
Desde el final de la cuarta temporada, "Bones" ha cambiado. O igual debería decir que es la relación entre su pareja protagonista la que ha cambiado, a veces para bien y otras veces, no tan bien. Desde el principio de la serie, la pregunta que lo ha vertebrado todo es si esos dos acabarán algún día juntos (al final de la serie, ya lo sabéis), y ha sido la dinámica entre los dos lo que ha centrado siempre todo. Los casos nunca han importado mucho, o nada, directamente, y eran las relaciones entre los personajes las que los guionistas se tomaban en serio. Sin embargo, conforme iban pasando los capítulos y las temporadas, también se dieron cuenta de que Booth y Brennan no podían quedarse simplemente en el juego de miradas del principio, y empezaron a añadir más capas a su relación y, sobre todo, a desarrollar mucho más a Huesos y a convertirla en el verdadero centro emocional de la serie.
El punto de inflexión no fue ese sueño del final de la cuarta temporada, sino el capítulo 100, en el que Booth le pide a Brennan que se den una oportunidad para estar juntos. Ella no está preparada y lo rechaza, y se ponen en marcha todos los acontecimientos que, primero, culminan en "The doctor in the photo" y, después, en el episodio de esta semana. Lo inevitable, que es la consumación de ese tira y afloja entre ambos, se está retrasando todo lo que se pueda (y es posible que aún lo hará más, porque su renovación para una séptima temporada yo diría que es segura), pero lo curioso es que, en lugar de hacerlo a través de los típicos malentendidos, y a pesar de haber usado el viejo truco de "la otra" con Hanna, lo han hecho haciendo que sus personajes pusieran las cartas sobre la mesa y decidieran qué hacer con ellas.
Después de que Brennan reconociera que había cometido un error al rechazar a Booth, ambos saben ya cómo se sienten uno sobre el otro. Aquí no hay espacio para adivinarlo o para dudar sobre si dar cierto paso porque no estás seguro de lo que piensa la otra persona. Ellos lo saben y, con esa información en la mano, optan por dejarlo pasar. Es un desarrollo interesante porque sigue el modo de razonar de Brennan; recopilas toda la información disponible y decides qué hacer basándote en ella, sin conjeturas ni adivinanzas. Que acaben encerrados en un ascensor, con Sweets otra vez haciendo de celestina, es también uno de los recursos más viejos del manual, pero como prueba la escena del final del episodio, no sólo es efectivo, sino que rescata un poco la serie de un bache en el que había perdido la gracia.
Un poco antes del parón de Navidad, y antes de ese estupendo episodio que por fin nos deja ver en el interior de Brennan, "Bones" parecía estar dejándose llevar sin esforzarse demasiado. Hodgins y Angela han perdido parte de gancho desde que se casaron y están esperando un hijo y, curiosamente, al enfatizar mucho las relaciones del resto de personajes, diluyeron hasta el humor de la serie. No sé si fue Hanna, o que tenían que darle tiempo a Brennan para que se diera cuenta de lo que quiere de verdad o que, simplemente, se descuidaron, pero el nivel, en general, ha sido más bien flojito. Sin embargo, eso parece estar cerca de cambiar. Esa Momia (porque Arnold Vosloo siempre será Imhotep) francotiradora que es como el reverso tenebroso de Booth no es un villano instantáneamente memorable, pero puede dar juego, y esa relación más autoconsciente de él y Brennan es un camino poco explorado en este tipo de series. Antes del final de temporada veremos, además, ese backdoor pilot para "The finder", el pseudo spin-off de la serie, y comprobaremos también si esa comparación que Brennan hace entre una sustancia fuerte y otra impermeable y ella misma se hace realidad.
17 marzo 2011
Saturación de pilotos
El exceso de información también es desinformación. Es una de las máximas que más te repiten si te da la ventolera de estudiar Periodismo.Nuestro cerebro tiene un límite de cosas que puede procesar al mismo tiempo, y si se sobrepasa, peta, como le pasa a un ordenador saturado de datos (como le pasó el ordenador del módulo lunar del Apolo XI cuando estaban tomando tierra en la Luna). En estos meses iniciales del año y, en realidad, desde finales del año anterior, en la televisión estadounidense están en plena temporada de pilotos, el periodo en el que los guionistas presentan sus proyectos a las cadenas y estas piden la producción de un piloto (un episodio de presentación) para decidir si la serie que hay en él en potencia les interesa para incluir en la parrilla de la próxima temporada.
Cada año pueden llegar a producirse creo que casi un centenar de pilotos, de los que a lo mejor unos veinte o así tienen la oportunidad de convertirse en una serie. Multitud de actores, directores y guionistas, algunos muy conocidos, trabajan en ellos, y es muy habitual que, en estos meses, los medios que informan sobre la actualidad de Hollywood bombardeen todos los días con noticias de tal proyecto que va a desarrollar esta cadena, o este actor que va a protagonizar tal serie. En enero-febrero, de hecho, es un auténtico bombardeo de información que lleva a que se hagan análisis sobre las próximas tendencias televisivas para el otoño o las posibilidades de futuro de determinados títulos en emisión si alguno de sus actores aparece asociado a la producción de algún piloto. Todas estas noticias, en realidad, no dejan de ser castillos en el aire. Tomemos por caso "Tilda", un comedia que se había presentado a la HBO sobre una bloguera especializada en Hollywood, basada en Nikki Finke. Su protagonista era Diane Keaton y el productor que la impulsaba, Bill Condon, y ya sólo por eso se la empezó a saludar como una de las novedades más prometedoras del año que viene. Pero ahí se estaba obviando que sólo era un piloto y que, por tanto, existía la posibilidad de que no saliera adelante, que es lo que ha ocurrido finalmente.
Robert Kirkman, creador del cómic "The Walking Dead", siempre dice que, mientras estaban produciendo el piloto de la serie de televisión para AMC, intentaba no emocionarse demasiado porque sólo era un piloto y podía quedar todo en agua de borrajas. Prácticamente hasta que no se vio en la alfombra roja del estreno en Los Ángeles no empezó a creerse que de verdad su cómic había dado el salto a la televisión. Todas estas noticias sobre futuros proyectos hay que tratarlas con mucha prudencia. Antes de "Mr. Sunshine", se saludó por todo lo alto el regreso a la tele de Matthew Perry con una serie que se llamaba "All about Steve" (o algo así), y que creo que era para Showtime. Tras meses especulando sobre ella, al final la cadena no se la quedó, y se nos quedó a todos cara de tontos. Es lo que pasa si te guías demasiado por el cuento de la lechera.
Y es que el negocio televisivo no es una ciencia y no hay modo de predecir qué va a funcionar y que no. Incluso hay series que se anuncian en los upfronts de mayo que luego se quedan en el limbo, como "Love bites", aquella colección de historias cortas de la NBC, unidas por la amistad entre los personajes de Becki Newton y Jordana Spiro, que o se estrena en verano y de relleno, o se va a dormir el sueño de los justos. Mientras no se emita el primer episodio, no se puede dar por seguro nada, e incluso entonces tampoco hay que confiarse.
Cada año pueden llegar a producirse creo que casi un centenar de pilotos, de los que a lo mejor unos veinte o así tienen la oportunidad de convertirse en una serie. Multitud de actores, directores y guionistas, algunos muy conocidos, trabajan en ellos, y es muy habitual que, en estos meses, los medios que informan sobre la actualidad de Hollywood bombardeen todos los días con noticias de tal proyecto que va a desarrollar esta cadena, o este actor que va a protagonizar tal serie. En enero-febrero, de hecho, es un auténtico bombardeo de información que lleva a que se hagan análisis sobre las próximas tendencias televisivas para el otoño o las posibilidades de futuro de determinados títulos en emisión si alguno de sus actores aparece asociado a la producción de algún piloto. Todas estas noticias, en realidad, no dejan de ser castillos en el aire. Tomemos por caso "Tilda", un comedia que se había presentado a la HBO sobre una bloguera especializada en Hollywood, basada en Nikki Finke. Su protagonista era Diane Keaton y el productor que la impulsaba, Bill Condon, y ya sólo por eso se la empezó a saludar como una de las novedades más prometedoras del año que viene. Pero ahí se estaba obviando que sólo era un piloto y que, por tanto, existía la posibilidad de que no saliera adelante, que es lo que ha ocurrido finalmente.
Robert Kirkman, creador del cómic "The Walking Dead", siempre dice que, mientras estaban produciendo el piloto de la serie de televisión para AMC, intentaba no emocionarse demasiado porque sólo era un piloto y podía quedar todo en agua de borrajas. Prácticamente hasta que no se vio en la alfombra roja del estreno en Los Ángeles no empezó a creerse que de verdad su cómic había dado el salto a la televisión. Todas estas noticias sobre futuros proyectos hay que tratarlas con mucha prudencia. Antes de "Mr. Sunshine", se saludó por todo lo alto el regreso a la tele de Matthew Perry con una serie que se llamaba "All about Steve" (o algo así), y que creo que era para Showtime. Tras meses especulando sobre ella, al final la cadena no se la quedó, y se nos quedó a todos cara de tontos. Es lo que pasa si te guías demasiado por el cuento de la lechera.
Y es que el negocio televisivo no es una ciencia y no hay modo de predecir qué va a funcionar y que no. Incluso hay series que se anuncian en los upfronts de mayo que luego se quedan en el limbo, como "Love bites", aquella colección de historias cortas de la NBC, unidas por la amistad entre los personajes de Becki Newton y Jordana Spiro, que o se estrena en verano y de relleno, o se va a dormir el sueño de los justos. Mientras no se emita el primer episodio, no se puede dar por seguro nada, e incluso entonces tampoco hay que confiarse.
16 marzo 2011
Las islas también existen
El éxito del estreno de "Downton Abbey" anoche en Antena 3 va a traer, inevitablemente, nuevas historias en los medios sobre la "nueva edad de oro" de la ficción televisiva, aunque ahora ese término se aplicará al Reino Unido en lugar de a USAmerica. Se aprovechará la buena marcha de la ficción de ITV en el prime time español para recordar que las series británicas también existen, y seguramente se citarán algunas de las que hemos podido ver aquí en los canales de pago en los últimos meses, como "Luther", "Sherlock" o "Misfits". Desde luego, teniendo en cuenta que en abierto, y a las 22, casi las únicas ficciones que funcionan son las españolas, la apuesta de Antena 3 tenía su riesgo. Pero han hecho una promoción bastante acertada que, además, se ha apoyado en todo el buzz que había en Internet de los "piratas" que se habían visto la serie meses antes, y han logrado, al menos, picar la curiosidad de un bueno número de espectadores por ver los dos primeros capítulos. Encima, los títulos de época están de moda últimamente en España (ahí tenemos "La República" o "El secreto de puente viejo", aunque sea una telenovela), por lo que "Downton Abbey" tenía parte del terreno ya preparado.
Por otro lado, desde que esa serie empezó a hacer ronda por los blogs teléfilos hispanos, parece que empieza a haber cierto interés renovado por las series inglesas, más allá de "Doctor Who" y "Torchwood". El apartado de las adaptaciones literarias y los dramas de época siempre ha sido una de las especialidades de los británicos, que revitalizaron el género en 2005 con el estreno de "Bleak House", y a rebufo del estreno allí de títulos estadounidense como "Perdidos", las cadenas se animaron a probar cosas diferentes. Los guionistas de "Life on Mars" reconocen que la producción de la ABC fue un importante acicate para desarrollar su serie, por ejemplo. Bastantes de esas nuevas ficciones son las que suelen mencionarse cada vez que alguien nos pide que le recomendemos series británicas, con "Skins", "Misfits" y la miniserie "Red Riding" a la cabeza, y tras "Downton Abbey" ha vuelto la curiosidad por las de época. Sin embargo, venir del otro lado del canal de la Mancha no es sinónimo inmediato de calidad. Ahí está "Outcasts" para probarlo.
Además, en la televisión inglesa no sólo se producen historias con originales puntos de partida o dramatizaciones de libros. Allí también tienen sus clásicos culebrones de la clase trabajadora y un montón de series de policías, muchas de ellas con un detective central demasiado estresado. O con forenses, como "Testigo mudo", que comparte con algunos de esos títulos una atmósfera bastante fría y austera (una atmósfera inquietante, por cierto, que también tiene una serie canadiense bastante recomendable, "Durham County").Adentrarse en el mundo de la ficción británica puede ser tan abrumador como hacerlo en el de la estadounidense, aunque en el Reino Unido se producen, evidentemente, menos títulos. Ahora mismo, entre los que pueden considerarse estrenos, podríamos elegir por ejemplo entre una de abogados ("Silk"), una adaptación literaria ("South Riding"), una comedia ("Twenty twelve", ambientada en los próximos Juegos Olímpicos de Londres), un thriller peculiar ("Mad Dogs") y una de ciencia ficción ("Outcasts"), y en los próximos meses llegarán más cosas nuevas, como las miniseries "The hour" o "The crimson petal and the white".
Por otro lado, desde que esa serie empezó a hacer ronda por los blogs teléfilos hispanos, parece que empieza a haber cierto interés renovado por las series inglesas, más allá de "Doctor Who" y "Torchwood". El apartado de las adaptaciones literarias y los dramas de época siempre ha sido una de las especialidades de los británicos, que revitalizaron el género en 2005 con el estreno de "Bleak House", y a rebufo del estreno allí de títulos estadounidense como "Perdidos", las cadenas se animaron a probar cosas diferentes. Los guionistas de "Life on Mars" reconocen que la producción de la ABC fue un importante acicate para desarrollar su serie, por ejemplo. Bastantes de esas nuevas ficciones son las que suelen mencionarse cada vez que alguien nos pide que le recomendemos series británicas, con "Skins", "Misfits" y la miniserie "Red Riding" a la cabeza, y tras "Downton Abbey" ha vuelto la curiosidad por las de época. Sin embargo, venir del otro lado del canal de la Mancha no es sinónimo inmediato de calidad. Ahí está "Outcasts" para probarlo.
Además, en la televisión inglesa no sólo se producen historias con originales puntos de partida o dramatizaciones de libros. Allí también tienen sus clásicos culebrones de la clase trabajadora y un montón de series de policías, muchas de ellas con un detective central demasiado estresado. O con forenses, como "Testigo mudo", que comparte con algunos de esos títulos una atmósfera bastante fría y austera (una atmósfera inquietante, por cierto, que también tiene una serie canadiense bastante recomendable, "Durham County").Adentrarse en el mundo de la ficción británica puede ser tan abrumador como hacerlo en el de la estadounidense, aunque en el Reino Unido se producen, evidentemente, menos títulos. Ahora mismo, entre los que pueden considerarse estrenos, podríamos elegir por ejemplo entre una de abogados ("Silk"), una adaptación literaria ("South Riding"), una comedia ("Twenty twelve", ambientada en los próximos Juegos Olímpicos de Londres), un thriller peculiar ("Mad Dogs") y una de ciencia ficción ("Outcasts"), y en los próximos meses llegarán más cosas nuevas, como las miniseries "The hour" o "The crimson petal and the white".
15 marzo 2011
Diez cabeceras
La idea de hacer una selección de cabeceras interesantes, o con una música curiosa o que captan el espíritu de toda la serie, se me quedó en el tintero hace algún tiempo. También solía hacer una especie de sección, "Cabeceras por fascículos", que igualmente se ha quedado aparcada. Pero en estas llega "Diamantes en serie" y propone 20 títulos de crédito que no puedes saltarte incluso aunque estés dándote un maratón histórico de determinada serie. Él no lanza la lista como si fuera un meme, pero lo lleva escrito por todas partes y, así, me da además una excusa para elegir otras diez cabeceras, a ser posible distintas de las que sugiere Alberto, que yo, al menos, nunca salto (o saltaba).
- "Hermanos de sangre": "Diamantes en serie" proponía "The Pacific", que puede tener una secuencia de introducción más original con ese carboncillo, pero creo que la música de Michael Kamen le da un toque especial a esta, además de las imágenes tipo fotografía antigua.
- "Battlestar Galactica": La introducción que a mí me gustaba más era esta, la que explicaba a grandes rasgos qué eran los cylones, comenzando con ese "Los cylones fueron creados por el hombre". Cambió un poco a lo largo de las cuatro temporadas de la serie, pero ese soniquete de piano se mantuvo como el tema más reconocible de los "pellejudos".
- "Roma": La Roma clásica no era blanca, como el mármol que vemos ahora en sus ruinas, sino que estaba repleta de color, y los créditos de esta serie recogen ese color y esa sensación de que nos van a ofrecer un vistazo a la vida cotidiana de aquellas personas.
- "Verónica Mars": ¿Muy juveniles? Igual, pero no me importa. Iban bien con el tono y la cadena en la que empezó a emitirse la serie (UPN), y la letra de "We used to be friends" resumía perfectamente parte del punto de partida. De todos modos, a mí es que gustaban hasta los créditos de la tercera temporada.
- "Friday Night Lights": Esa música. No tengo mucho más que añadir. Los fans de la serie saben a lo que me refiero.
- "The Walking Dead": Transmiten tensión y cierta sensación inquietante, que se supone que es lo que deben hacer en una serie sobre los supervivientes de un apocalipsis zombie.
- "The nº 1 ladies' detective agency": Los créditos de esta miniserie eran una secuencia animada muy breve pero muy acorde con el carácter de Precious Ramotswe, la detective protagonista. Además, el uso de una canción tradicional de Botswana es todavía más acertado, por el modo en el que intenta transmitir también un poco de la vida de ese país. En la introducción del piloto se escucha una versión más larga.
- "Downton Abbey": Estos pertenecen al grupo de los créditos que usan detalles de la serie (o más en concreto, de su escenografía) para empezar a introducirnos en ese mundo, y lo logra completamente. Me recuerdan mucho a los de dos adaptaciones de la BBC cuyas breves introducciones estaban cortadas por el mismo patrón, "Bleak House" y "Little Dorrit".
- "Medium": Una cosa distinguía esta serie de otras "de casos", además de su acento en la familia DuBois, y era el tono a veces muy inquietante de los sueños de Allison. El opening da con la tecla de ese tono desde la primera nota.
-"Damages": Lo que siempre me ha gustado de estos créditos es la letra de su canción, perfecta para el mundo en el que se mueven Patty Hewes y Ellen: "Cuando acabe contigo, no quedará nada".
P.D.: El vídeo de arriba corresponde a la cabecera de "Playa de China", una serie a la que yo tengo asociadas para siempre a Diana Ross y The Supremes.
14 marzo 2011
De los Observadores a Jane Eyre
El otro día hablábamos sobre cómo, muy probablemente, "Perdidos" había tenido parte de culpa en que nos enfrentáramos a muchas series pensando ya directamente en si el final iba a merecer la pena. Yo creo que esa idea estropea la diversión que podamos extraer de la serie y, a veces, otro de los daños colaterales del visionado semanal de "Perdidos" amenaza también con quitar todo lo divertido de enfrentarte a un capítulo si no lo controlamos y dejamos que se convierta en una obsesión. La caza de referencias y easter eggs en los episodios de "Perdidos" era un clásico que se ha trasladado casi intacto a "Fringe". Los fans analizan casi fotograma a fotograma los capítulos buscando pistas ocultas, a los Observadores, referencias a la mitología de la serie o a eventos externos, como bien puede apreciarse en la disección que "Fringe Bloggers" hace de "Os", la entrega de la semana pasada.
Los guionistas y directores son muy conscientes de ello y dejan pequeños detalles aquí y allá (además de los símbolos antes de cada corte publicitario), detalles que muchas veces no son más que eso, cositas simpáticas para recompensar a esos fans tan dedicados. El problema puede venir cuando empezamos a analizarlos todos hasta la extenuación, intentando encontrar insinuaciones de por dónde puede ir la historia a partir de esos easter eggs. A veces, es todo mucho más sencillo (esto puede ser un spoiler; por ejemplo, en cuanto el Observador le dijo a Peter "debe ser muy duro ser padre", no era difícil sospechar que BOlivia podía estar embarazada. Fin del spoiler). Ir compulsivamente detrás de esas pistas, y casi analizar los capítulos en función de ellas, puede no sólo saturarnos, sino crearnos falsas expectativas y arruinar la diversión de ver un episodio porque la serie nos gusta.
A veces, las referencias o los dejà vú hacia otras cosas aparecen cuando menos te lo esperas. Tomemos como ejemplo "South Riding", una adaptación en tres episodios de la BBC de una novela de Winifred Holtby, una olvidada escritora inglesa que murió joven y que retrató en ese libro la vida en un pueblo de Yorkshire afectado de lleno por la recesión económica que sufre el país a mediados de la década de 1930. Sobre todo, donde se pone el acento es en la política local y en las diferentes ideas que se enfrentan sobre cómo ayudar a que South Riding empiece a levantar cabeza, pero las cosas no son fáciles si hasta los terratenientes del lugar están más que apurados de dinero y el fantasma de la Primera Guerra Mundial (y de la moral victoriana) todavía flota en el ambiente.
Está claro que en la BBC se dieron cuenta de lo actual que es la trama del libro y del interesante comentario social que puede salir de ahí, pero al final del primer episodio lo que me chocó es darme cuenta de que hay una subtrama que parece un homenaje a "Jane Eyre". No voy a decir más para que lo descubrais por vosotros mismos si os animais a ver la miniserie. Eso sí, me resulta aún más curioso cuando en Estados Unidos acaba de estrenarse una nueva versión de la novela de Charlotte Brönte, protagonizada por Mia Wasikowska y Michael Fassbender, y que tiene un trailer con un aire gótico que no sé si luego se respetará. Pero claro, hay como una veintena de adaptaciones de "Jane Eyre" al cine y la televisión.
Los guionistas y directores son muy conscientes de ello y dejan pequeños detalles aquí y allá (además de los símbolos antes de cada corte publicitario), detalles que muchas veces no son más que eso, cositas simpáticas para recompensar a esos fans tan dedicados. El problema puede venir cuando empezamos a analizarlos todos hasta la extenuación, intentando encontrar insinuaciones de por dónde puede ir la historia a partir de esos easter eggs. A veces, es todo mucho más sencillo (esto puede ser un spoiler; por ejemplo, en cuanto el Observador le dijo a Peter "debe ser muy duro ser padre", no era difícil sospechar que BOlivia podía estar embarazada. Fin del spoiler). Ir compulsivamente detrás de esas pistas, y casi analizar los capítulos en función de ellas, puede no sólo saturarnos, sino crearnos falsas expectativas y arruinar la diversión de ver un episodio porque la serie nos gusta.
A veces, las referencias o los dejà vú hacia otras cosas aparecen cuando menos te lo esperas. Tomemos como ejemplo "South Riding", una adaptación en tres episodios de la BBC de una novela de Winifred Holtby, una olvidada escritora inglesa que murió joven y que retrató en ese libro la vida en un pueblo de Yorkshire afectado de lleno por la recesión económica que sufre el país a mediados de la década de 1930. Sobre todo, donde se pone el acento es en la política local y en las diferentes ideas que se enfrentan sobre cómo ayudar a que South Riding empiece a levantar cabeza, pero las cosas no son fáciles si hasta los terratenientes del lugar están más que apurados de dinero y el fantasma de la Primera Guerra Mundial (y de la moral victoriana) todavía flota en el ambiente.
Está claro que en la BBC se dieron cuenta de lo actual que es la trama del libro y del interesante comentario social que puede salir de ahí, pero al final del primer episodio lo que me chocó es darme cuenta de que hay una subtrama que parece un homenaje a "Jane Eyre". No voy a decir más para que lo descubrais por vosotros mismos si os animais a ver la miniserie. Eso sí, me resulta aún más curioso cuando en Estados Unidos acaba de estrenarse una nueva versión de la novela de Charlotte Brönte, protagonizada por Mia Wasikowska y Michael Fassbender, y que tiene un trailer con un aire gótico que no sé si luego se respetará. Pero claro, hay como una veintena de adaptaciones de "Jane Eyre" al cine y la televisión.
13 marzo 2011
Rabia, sol y billetes de 500
En las historias criminales hay una nutrida tradición de "pardillos" que, por un golpe de mala suerte, se ven de repente envueltos en una trama de dinero, drogas, venganzas o amenazas de muerte que los supera completamente y ante la que no saben cómo reaccionar. ¿Van a la policía, a riesgo de que los tomen también por delincuentes? ¿Huyen? ¿Intentan sacar provecho de la situación? ¿O se enfrentan a ella? En "Asesino en serie" se acordaban de "Tumba abierta", la película que empezó a poner en el mapa a Danny Boyle (y con Ewan McGregor y Christopher Eccleston), al hablar de "Mad Dogs", la miniserie de cuatro episodios que la británica ITV emitió hace unas semanas, y que a veces recuerda un poco también a "Very bad things". En la cinta de Boyle, tres amigos descubren muerto a su compañero de piso, y también se dan cuenta de que escondía un buen montón de dinero, lo que lleva a no pocos líos.
En "Mad Dogs", sus cuatro protagonistas son viejos amigos que van a Mallorca a pasar una semana en la casa rural de otro amigo, un tipo al que hace tiempo que no ven. Ninguno sabe exactamente a qué se ha dedicado él en los años que lleva viviendo en la isla, pero sí notan que algo no termina de cuadrar, sobre todo cuando, una noche, aparece una "sorpresa" flotando en la piscina. A partir de ese momento, los cuatro se ven metidos de lleno en un asunto que involucra un barco de recreo, una policía española intrigante, mucho calor, una casa con un amplio jardín y un Tiny Blair. Oh, y también su propia relación y los secretos, las pequeñas mentiras y los fantasmas de su pasado común, ya sean adicciones varias, bancarrotas o ex mujeres.
Como suele pasar en estas historias en las que, por mucho que los protagonistas intenten controlarlo todo, las cosas se embrollan cada vez más, la mejor parte es la primera mitad, en la que se presenta el problema y los cuatro borrachos ingleses, como los llaman más de una vez, tienen que tomar las decisiones que, obviamente, sólo servirán para meterlos más aún de lleno en el lío y para aumentar su desesperación. En la resolución siempre vienen los rebalones, y "Mad Dogs" no es una excepción, aunque gran parte del final puede adivinarse desde el tercer capítulo. Un follón de tal magnitud no es fácil de cerrar bien. No obstante, la serie cuenta con una lograda atmósfera, cuatro actores muy bien conjuntados y algunos divertidos toques de humor.
Como notas curiosas, podemos añadir que está rodada íntegramente en Mallorca y que por ahí anda una María Botto también muy en su papel (y Tomás Pozzi, que yo he visto haciendo el loco en varios programas de Cuatro), y que ITV hizo una serie de promos como la de arriba, rodadas por Dave LaChapelle, que dan con gran parte de la espíritu de la historia. Y Ben Chaplin parece aquí un clon de Antonio Banderas.
Música de la semana: Uno de los estrenos de esta midseason es "The Chicago Code", en Fox, que está llegando al ecuador de su primera temporada manteniendo el interés y mezclando historias autoconclusivas con una trama de fondo de la que vamos conociendo nuevas ramificaciones. Como hizo con "Terriers", Robert Duncan, el compositor de la música de ambas series, ha escrito una canción para los títulos de crédito que canta un nativo de Chicago como Billy Corgan, líder de Smashing Pumpkins. El grupo tuvo a mediados de los 90 un enorme éxito gracias al disco "Melon Collie and the infinite sdaness", que incluía canciones como "1979".
12 marzo 2011
Pequeñas molestias
Nadie, y nada, es perfecto. Hasta las cosas que más nos gustan tienen sus defectillos, aunque podemos elegir no verlos y no hacerles demasiado caso para continuar disfrutando del resto de aspectos que sí nos enganchan. Supongo que querréis algunos ejemplos, ¿no?
- La costumbre de los guionistas de "The good wife" de inspirarse en, cuando no copiar descaradamente, historias sacadas directamente de los titulares (el "homenaje" a "La red social" fue muy poco sutil, aunque luego tuviera otras repercusiones). Las animaciones de los informativos taiwaneses no, esas molan.
- Que ninguna de las novias de Ted en "Cómo conocí a vuestra madre" haya podido superar a Robin. Es trampa, porque la conocemos hace seis temporadas y no dos episodios, pero así es difícil interesarse en esa trama.
- La infrautilización de Astrid en "Fringe". Ya demostró que puede resolver algún que otro enigma, dadle algo más que hacer aparte de ser la ayudante de Walter. Como ella misma dice, "yo no fui a Quantico para esto".
- Que los guionistas de "House" tengan, en el fondo, miedo a seguir hasta las últimas consecuencias con los cambios que introducen ligeramente en su protagonista principal. Y ya sé que él no es exactamente igual que al principio, así que justo por eso me molesta un poco.
- Que Grizz y Dotcom no tengan más cosas que hacer en "30 Rock". Bueno, esto no es exactamente molestia, sino una petición: queremos verlos haciendo punto más veces.
- Soy un disco rallado, pero tengo que repetirlo: dejad que Castle y Beckett sean amigos y hagan tontunas juntos. No necesito verlos sufriendo por amor. Gracias.
11 marzo 2011
El plan de la Madre
Es curioso que la serie que más se compare con "Perdidos" ahora mismo, y a la que se le exija tanto como a ella que "resuelva" ya algunas cosas, sea "Cómo conocí a vuestra madre". Recientemente renovada por una séptima y una octava temporada por la CBS, sus propios creadores reconocen que ese título condiciona las expectativas de los espectadores y el modo en el que se enfrentan a ella, especialmente cuando ya llevan más de 100 episodios en antena. Uno de ellos, Carter Bays, habla en esta entrevista en "Stay tuned" precisamente de eso, de las quejas (perfectamente comprensibles) de algunos espectadores, de si tienen un plan y de si la serie puede acabarse en la octava temporada (respuesta de Bays: "Ya se verá").
Teniendo en cuenta que "HIMYM" no es una sitcom al uso, es normal que suscite todas esas preguntas y, dependiendo de cómo nos tomemos su visionado, puede frustrarnos o no. Como me pasó con "Perdidos" cuando decidí que saber qué era la isla no me importaba, con esta serie tampoco me importa demasiado conocer a la Madre, igual porque Ted no es el personaje que más me interesa. Me importa más, por ejemplo, ver qué va a pasar con Robin en su trabajo, o con Barney en ese nuevo camino personal que ha emprendido sin dejar de ser "awesome", claro, o en cómo Marshall y Lily van a afrontar la nueva etapa de su vida que están ya cerca de comenzar.
Todo esto lleva a otra cuestión que el podcast "Talking TV with Ryan & Ryan" tocaba un poco de pasada esta semana. Se preguntaban, a raíz del comentario de un oyente, en qué momento hemos empezado todos a ver series pensando en que o el final resuelve las principales historias, o ni nos molestaremos en ver tres capítulos. Argumentaban que es un daño colateral del boom de seriales que hubo tras "Perdidos", pero es también uno de los modos más seguros de estropearnos la diversión y convertir el visionado de una serie en una tortura si no nos solucionan tres misterios cada diez minutos. En algunos casos es un poco inevitable, pero es un poco absurdo pretender que una serie en Estados Unidos, de la que nunca se sabe si durará 13 capítulos o siete temporadas, sepa cómo y cuándo va a terminar antes de que se haya estrenado el piloto. El "carpe diem" es, al menos para mí, el método más sano de enfrentarme a ellas.
En la entrevista con Carter Bays que hemos citado más arriba, de todos modos, él reconoce que sí tienen una idea general no sólo de cómo y cuándo van a introducir a la Madre, sino también de cómo quieren cerrar las historias de todos los personajes, y que lo difícil, como es habitual, es saber cómo dosificar la información. Este no es el show sólo de Ted, también lo es de Barney, Robin, Marshall y Lily, y tienen que desarrollarlos también y darles la misma identidad e importancia que a Ted. En ese conjunto de gente radica el éxito de la serie.
Teniendo en cuenta que "HIMYM" no es una sitcom al uso, es normal que suscite todas esas preguntas y, dependiendo de cómo nos tomemos su visionado, puede frustrarnos o no. Como me pasó con "Perdidos" cuando decidí que saber qué era la isla no me importaba, con esta serie tampoco me importa demasiado conocer a la Madre, igual porque Ted no es el personaje que más me interesa. Me importa más, por ejemplo, ver qué va a pasar con Robin en su trabajo, o con Barney en ese nuevo camino personal que ha emprendido sin dejar de ser "awesome", claro, o en cómo Marshall y Lily van a afrontar la nueva etapa de su vida que están ya cerca de comenzar.
Todo esto lleva a otra cuestión que el podcast "Talking TV with Ryan & Ryan" tocaba un poco de pasada esta semana. Se preguntaban, a raíz del comentario de un oyente, en qué momento hemos empezado todos a ver series pensando en que o el final resuelve las principales historias, o ni nos molestaremos en ver tres capítulos. Argumentaban que es un daño colateral del boom de seriales que hubo tras "Perdidos", pero es también uno de los modos más seguros de estropearnos la diversión y convertir el visionado de una serie en una tortura si no nos solucionan tres misterios cada diez minutos. En algunos casos es un poco inevitable, pero es un poco absurdo pretender que una serie en Estados Unidos, de la que nunca se sabe si durará 13 capítulos o siete temporadas, sepa cómo y cuándo va a terminar antes de que se haya estrenado el piloto. El "carpe diem" es, al menos para mí, el método más sano de enfrentarme a ellas.
En la entrevista con Carter Bays que hemos citado más arriba, de todos modos, él reconoce que sí tienen una idea general no sólo de cómo y cuándo van a introducir a la Madre, sino también de cómo quieren cerrar las historias de todos los personajes, y que lo difícil, como es habitual, es saber cómo dosificar la información. Este no es el show sólo de Ted, también lo es de Barney, Robin, Marshall y Lily, y tienen que desarrollarlos también y darles la misma identidad e importancia que a Ted. En ese conjunto de gente radica el éxito de la serie.
10 marzo 2011
Sueños
AVISO SPOILERS: No iba a incluirlo, pero supongo que debería hacerlo por si se me va la lengua más de la cuenta sobre la séptima temporada de "House" y, especialmente, el episodio "Bombshells".
En la universidad, tenía un profesor cuya clase consistía en escribir todos los días algo (un relato, una noticia, una reseña...) que luego leíamos delante de nuestros compañeros para que estos pudieran comentarlo. En una ocasión, una compañera escribió un cuento que seguía a un personaje que, de la noche a la mañana, se encontraba en medio de un Madrid cubierto por las aguas. No sabía qué había pasado ni si aquella situación era reversible, y sólo podía ir de un sitio a otro viendo, por ejemplo, a la Cibeles ahogada. Sin embargo, cuando llegó al final, optó por cerrarlo con un "entonces me desperté y todo había sido un sueño", un recurso calificado por el profesor como cobarde que estropeaba una historia que había empezado muy bien.
En las series, muchas veces se emplean sueños y fantasías de ese modo; en ellos se avanza de repente por un camino del que la trama normal siempre se ha mantenido cuidadosamente apartada (las clásicas consumaciones entre personajes con una evidente tensión sexual no resuelta, de las que luego si te he visto, no me acuerdo, o muertes de gente que sabes que no puede morir), y el sueño no es más que un paréntesis, una digresión en la que han estado jugando con el espectador. Otras veces, sin embargo, esas fantasías expresan algunos de los sentimientos que los personajes albergan y que sólo intuimos, porque ellos no los expresan. Nos revelan otro lado suyo y de sus relaciones con otros personajes, y nos ofrecen un nuevo punto de vista desde el que ver el resto de la serie.
En los últimos años, han cumplido ese objetivo, entre otros, el capítulo musical de "Fringe" o el final de la cuarta temporada de "Bones" (aunque al principio no lo parecía). Lo hizo "Mujeres desesperadas" creo que en la cuarta temporada, optando por otro clásico como "qué habría pasado si esto no hubiera ocurrido", y me parece que "Anatomía de Grey" tuvo un episodio muy comentado con un sueño/experiencia extrasensorial de Meredith, o lo que fuera. "House" se ha aficionado a utilizar las fantasías como modo de expresar los temores y ansiedades sobre todo de su protagonista principal, pero a veces también se acuerda que hay más gente en el Princeton Plansboro y, especialmente, que tiene por ahí a dos secundarios tan eficaces como Cuddy y Wilson.
Ella es la protagonista de "Bombshells", ella y sus miedos, primero a un posible cáncer y, relacionado con ello, a su relación con House y a que él no esté a la altura. Otras veces he comentado que, a veces, los guionistas parecen tener miedo al cambio, y siempre que han amagado con una evolución en House, este ha vuelto a las andadas al cabo de cuatro episodios. Ahora, al menos, han tardado 15, y es cierto que el doctor sí ha cambiado un poco, pero me habría gustado ver hasta dónde llegaban si Huddy hubiera superado esta recaída, o si él no hubiera recurrido a la Vicodina, o si David Shore hubiera optado por romper su creencia de que la gente, fundamentalmente, no cambia. No es exactamente un paso atrás (o eso espero) y tampoco es un "salto del tiburón", pero sí parece que, si House no es miserable y no se comporta como un bastardo, no saben qué hacer con él. Greg, de todos modos, no es exactamente igual que al principio de la serie, así que veremos por dónde lo llevan.
Lo que resulta muy curioso de "Bombshells" son todas sus referencias cinéfilas y televisivas, continuando una tendencia que empezaron a explotar en "Two stories", con House homenajeando a "Pulp Fiction" y citando desde "Algunos hombres buenos" a "Los cazafantasmas". Los sueños de Cuddy pasan por una cachonda parodia de "Dos hombres y medio" a una tradicional serie familiar de los 50 (en el que Hugh Laurie tiene casi la misma cara que tenía en "Stuart Little"), a "Dos hombres y un destino", a un número musical final,a los sones de "Get happy", que a mí me recordó mucho a "Empieza el espectáculo". También vemos un sueño de House, en el que su bastón se convierte en un arma infalible para rescatar a Cuddy de una horda de zombies. Fueron unos segmentos realmente divertidos que, además, nos ilustraban bastante bien sobre lo que ambos personajes más temen.
En la universidad, tenía un profesor cuya clase consistía en escribir todos los días algo (un relato, una noticia, una reseña...) que luego leíamos delante de nuestros compañeros para que estos pudieran comentarlo. En una ocasión, una compañera escribió un cuento que seguía a un personaje que, de la noche a la mañana, se encontraba en medio de un Madrid cubierto por las aguas. No sabía qué había pasado ni si aquella situación era reversible, y sólo podía ir de un sitio a otro viendo, por ejemplo, a la Cibeles ahogada. Sin embargo, cuando llegó al final, optó por cerrarlo con un "entonces me desperté y todo había sido un sueño", un recurso calificado por el profesor como cobarde que estropeaba una historia que había empezado muy bien.
En las series, muchas veces se emplean sueños y fantasías de ese modo; en ellos se avanza de repente por un camino del que la trama normal siempre se ha mantenido cuidadosamente apartada (las clásicas consumaciones entre personajes con una evidente tensión sexual no resuelta, de las que luego si te he visto, no me acuerdo, o muertes de gente que sabes que no puede morir), y el sueño no es más que un paréntesis, una digresión en la que han estado jugando con el espectador. Otras veces, sin embargo, esas fantasías expresan algunos de los sentimientos que los personajes albergan y que sólo intuimos, porque ellos no los expresan. Nos revelan otro lado suyo y de sus relaciones con otros personajes, y nos ofrecen un nuevo punto de vista desde el que ver el resto de la serie.
En los últimos años, han cumplido ese objetivo, entre otros, el capítulo musical de "Fringe" o el final de la cuarta temporada de "Bones" (aunque al principio no lo parecía). Lo hizo "Mujeres desesperadas" creo que en la cuarta temporada, optando por otro clásico como "qué habría pasado si esto no hubiera ocurrido", y me parece que "Anatomía de Grey" tuvo un episodio muy comentado con un sueño/experiencia extrasensorial de Meredith, o lo que fuera. "House" se ha aficionado a utilizar las fantasías como modo de expresar los temores y ansiedades sobre todo de su protagonista principal, pero a veces también se acuerda que hay más gente en el Princeton Plansboro y, especialmente, que tiene por ahí a dos secundarios tan eficaces como Cuddy y Wilson.
Ella es la protagonista de "Bombshells", ella y sus miedos, primero a un posible cáncer y, relacionado con ello, a su relación con House y a que él no esté a la altura. Otras veces he comentado que, a veces, los guionistas parecen tener miedo al cambio, y siempre que han amagado con una evolución en House, este ha vuelto a las andadas al cabo de cuatro episodios. Ahora, al menos, han tardado 15, y es cierto que el doctor sí ha cambiado un poco, pero me habría gustado ver hasta dónde llegaban si Huddy hubiera superado esta recaída, o si él no hubiera recurrido a la Vicodina, o si David Shore hubiera optado por romper su creencia de que la gente, fundamentalmente, no cambia. No es exactamente un paso atrás (o eso espero) y tampoco es un "salto del tiburón", pero sí parece que, si House no es miserable y no se comporta como un bastardo, no saben qué hacer con él. Greg, de todos modos, no es exactamente igual que al principio de la serie, así que veremos por dónde lo llevan.
Lo que resulta muy curioso de "Bombshells" son todas sus referencias cinéfilas y televisivas, continuando una tendencia que empezaron a explotar en "Two stories", con House homenajeando a "Pulp Fiction" y citando desde "Algunos hombres buenos" a "Los cazafantasmas". Los sueños de Cuddy pasan por una cachonda parodia de "Dos hombres y medio" a una tradicional serie familiar de los 50 (en el que Hugh Laurie tiene casi la misma cara que tenía en "Stuart Little"), a "Dos hombres y un destino", a un número musical final,a los sones de "Get happy", que a mí me recordó mucho a "Empieza el espectáculo". También vemos un sueño de House, en el que su bastón se convierte en un arma infalible para rescatar a Cuddy de una horda de zombies. Fueron unos segmentos realmente divertidos que, además, nos ilustraban bastante bien sobre lo que ambos personajes más temen.
08 marzo 2011
Criminales sin cerebro
En las historias de detectives o policiacas es muy habitual que exista un cerebro del crimen, un tipo inteligente y escurridizo que ejecuta diversos actos delictivos de un modo tan ingenioso, que el protagonista nunca consigue atraparlo. Esos Moriarty presentan retos intelectuales para el detective principal, al que el villano elige como adversario porque lo considera su igual en cuanto a inteligencia y cree que presenta un desafío a la altura de sus capacidades. Pero a veces hay también otra clase de criminales cuyo cerebro no es precisamente su cualidad más destacable, tipos más bien estúpidos que se lanzan de cabeza a alguna actividad sin pensar demasiado en que su beneficio a corto plazo puede conllevar su desgracia más adelante.
Estos criminales con más músculo que cerebro son habituales en el género noir y, específicamente, en las películas de los hermanos Coen, que los retrataron a la perfección en "Fargo". Entre los dos tipos a los que William H. Macy encarga el secuestro de su mujer deben sumar una neurona y media, y los pequeños actos de estupidez que uno y otros van cometiendo acaban encadenándose para desarrollar una verdadera tragedia de la que te ríes para no llorar. Con cada metedura de pata, los personajes se sacan de la manga otra aún mayor que, a priori, les parece la idea perfecta para arreglarlo todo, pero que, por supuesto, acaba complicando las cosas hasta el infinito.
Cuando empezó la segunda temporada de "Justified", comentamos que Raylan tenía unos nuevos rivales a los que vigilar de cerca, la familia Bennett, un matriarcado criminal con una Mags Bennett llena de claroscuros y en la que se atisba una dureza muy necesaria para dedicarse a asuntos fuera de la ley. Con ella están en el negocio sus hijos, pero a estos no les gusta demasiado pensar y van metiéndose en un berenjenal detrás de otro. Resulta sumamente entretenido verlos porque son impredecibles, y la amenaza de lo que Mags puede hacerles cada vez que se equivocan deja buenos momentos. Además, no son los únicos delincuentes sin dos dedos de frente de la serie. De hecho, la mayoría de los fugitivos que Raylan y sus compañeros persiguen hacen un montón de tonterías que acaban siendo su perdición y, paradójicamente, complican la labor de los marshalls porque, como decimos, su estupidez no siempre es fácil de predecir y lo único que conlleva son problemas para todo el mundo. Y diversión para nosotros que lo vemos en casa.
Estos criminales con más músculo que cerebro son habituales en el género noir y, específicamente, en las películas de los hermanos Coen, que los retrataron a la perfección en "Fargo". Entre los dos tipos a los que William H. Macy encarga el secuestro de su mujer deben sumar una neurona y media, y los pequeños actos de estupidez que uno y otros van cometiendo acaban encadenándose para desarrollar una verdadera tragedia de la que te ríes para no llorar. Con cada metedura de pata, los personajes se sacan de la manga otra aún mayor que, a priori, les parece la idea perfecta para arreglarlo todo, pero que, por supuesto, acaba complicando las cosas hasta el infinito.
Cuando empezó la segunda temporada de "Justified", comentamos que Raylan tenía unos nuevos rivales a los que vigilar de cerca, la familia Bennett, un matriarcado criminal con una Mags Bennett llena de claroscuros y en la que se atisba una dureza muy necesaria para dedicarse a asuntos fuera de la ley. Con ella están en el negocio sus hijos, pero a estos no les gusta demasiado pensar y van metiéndose en un berenjenal detrás de otro. Resulta sumamente entretenido verlos porque son impredecibles, y la amenaza de lo que Mags puede hacerles cada vez que se equivocan deja buenos momentos. Además, no son los únicos delincuentes sin dos dedos de frente de la serie. De hecho, la mayoría de los fugitivos que Raylan y sus compañeros persiguen hacen un montón de tonterías que acaban siendo su perdición y, paradójicamente, complican la labor de los marshalls porque, como decimos, su estupidez no siempre es fácil de predecir y lo único que conlleva son problemas para todo el mundo. Y diversión para nosotros que lo vemos en casa.
07 marzo 2011
Tríos de preguntas y respuestas
"Carrusel de series" ha decidido celebrar su tercer aniversario en la blogosfera proponiendo un meme que busca que demos a conocer nuestros gustos teléfilos, así que, sin más dilación, vamos a ello.
Centrándonos por ahora en series americanas, ¿cuáles son tus 3 series favoritas "en emisión" y "finalizadas"?:
Como siempre, elegir sólo tres es complicado, pero vamos a intentarlo. En emisión, diría que "Fringe", "The good wife" y "30 Rock", y en cuanto a las finalizadas, las dejaremos en series de esta última décadam, y serán "Battlestar Galactica", "The Wire" y "Veronica Mars".
¿Qué 3 series inglesas recomendarías a todo el personal?
"Doctor Who", "Life on Mars" (aunque acabara hace tiempo) y "Principal sospechoso".
¿Qué 3 cancelaciones de series nunca olvidarás? Si te apetece, puedes diferenciar de este modo: antes y después de empezar con ellas.
Pues mejor no diferencio, porque las cancelaciones duelen de verdad cuando estás viendo la serie a ritmo de emisión: "Veronica Mars", "Life" y "Pushing daisies".
¿Eres capaz de dar de 1 a 3 curiosidades seriéfilas que pienses que sólo tú conoces?
No sé si hay alguna curiosidad de ese estilo en mi "baúl" y, de todos modos, las únicas que recuerdo ahora son que Hart Hanson, el creador de "Bones", tiene un personaje con su nombre en el final de la segunda temporada de "Verónica Mars", y que Katee Sackhoff pretendía dedicarse a la natación en el instituto, pero una lesión la obligó a centrar sus esfuerzos en otra cosa. Oh, acabo de acordarme, Matt Smith ("Doctor Who") también iba primero para deportista profesional, en su caso, para futbolista.
Nombra 3 canciones que descubriste en una serie y que ahora forman parte de tu lista de favoritas.
Creo que ya las he mencionado en alguna otra ocasión: "Red right hand", de Nick Cave & The Bad Seeds ("Expediente X"), "At last", de Etta James ("Doctor en Alaska"), y "We used to be friends", de The Dandy Warhols.
¿Los 3 momentos friki-seriéfilos por antonomasia de tu vida?
Curiosamente, creo que sólo podría incluir aquí quedarme a ver en directo alguna gala de los Emmy y ver, a las 6 de la mañana, la emisión del último capítulo de "Perdidos" en Cuatro.
¿Qué 3 "openings" nunca saltas (o saltabas) al poner un capítulo?
"Friday Night Lights", "Battlestar Galactica" y "30 Rock".
¿Cuáles son las 3 últimas series que has visto en versión doblada?
Creo que "CSI", "Los Simpson" y "Greek".
¿Qué series tienes originales en DVD o Blu-Ray?
Pues no son muchas y, en realidad, pocas están completas. Tengo las tres primeras temporadas de "Las chicas de oro", la segunda de "Frasier", "Battlestar Galactica" (también la original de 1978), la cuarta temporada de "Expediente X", la tercera de "Doctor Who", todo "The Wire" menos la primera temporada, la segunda de "Las chicas Gilmore" y creo que hasta ahí.
Centrándonos por ahora en series americanas, ¿cuáles son tus 3 series favoritas "en emisión" y "finalizadas"?:
Como siempre, elegir sólo tres es complicado, pero vamos a intentarlo. En emisión, diría que "Fringe", "The good wife" y "30 Rock", y en cuanto a las finalizadas, las dejaremos en series de esta última décadam, y serán "Battlestar Galactica", "The Wire" y "Veronica Mars".
¿Qué 3 series inglesas recomendarías a todo el personal?
"Doctor Who", "Life on Mars" (aunque acabara hace tiempo) y "Principal sospechoso".
¿Qué 3 cancelaciones de series nunca olvidarás? Si te apetece, puedes diferenciar de este modo: antes y después de empezar con ellas.
Pues mejor no diferencio, porque las cancelaciones duelen de verdad cuando estás viendo la serie a ritmo de emisión: "Veronica Mars", "Life" y "Pushing daisies".
¿Eres capaz de dar de 1 a 3 curiosidades seriéfilas que pienses que sólo tú conoces?
No sé si hay alguna curiosidad de ese estilo en mi "baúl" y, de todos modos, las únicas que recuerdo ahora son que Hart Hanson, el creador de "Bones", tiene un personaje con su nombre en el final de la segunda temporada de "Verónica Mars", y que Katee Sackhoff pretendía dedicarse a la natación en el instituto, pero una lesión la obligó a centrar sus esfuerzos en otra cosa. Oh, acabo de acordarme, Matt Smith ("Doctor Who") también iba primero para deportista profesional, en su caso, para futbolista.
Nombra 3 canciones que descubriste en una serie y que ahora forman parte de tu lista de favoritas.
Creo que ya las he mencionado en alguna otra ocasión: "Red right hand", de Nick Cave & The Bad Seeds ("Expediente X"), "At last", de Etta James ("Doctor en Alaska"), y "We used to be friends", de The Dandy Warhols.
¿Los 3 momentos friki-seriéfilos por antonomasia de tu vida?
Curiosamente, creo que sólo podría incluir aquí quedarme a ver en directo alguna gala de los Emmy y ver, a las 6 de la mañana, la emisión del último capítulo de "Perdidos" en Cuatro.
¿Qué 3 "openings" nunca saltas (o saltabas) al poner un capítulo?
"Friday Night Lights", "Battlestar Galactica" y "30 Rock".
¿Cuáles son las 3 últimas series que has visto en versión doblada?
Creo que "CSI", "Los Simpson" y "Greek".
¿Qué series tienes originales en DVD o Blu-Ray?
Pues no son muchas y, en realidad, pocas están completas. Tengo las tres primeras temporadas de "Las chicas de oro", la segunda de "Frasier", "Battlestar Galactica" (también la original de 1978), la cuarta temporada de "Expediente X", la tercera de "Doctor Who", todo "The Wire" menos la primera temporada, la segunda de "Las chicas Gilmore" y creo que hasta ahí.
06 marzo 2011
Notas, renovaciones y planes futuros
Una nota de prensa no es una bula infalible del Papa. Quienes la escriben son humanos y pueden equivocarse; a veces no conocen bien el tema del que escriben, a veces llevan demasiada prisa y a veces no traducen bien del inglés, o del idioma que sea, la información original. Son cosas que pueden pasar. Dicho esto, ¿por qué a veces las reproducimos tal cual, como si fueran de verdad infalibles? Lógicamente, no tenemos por qué conocer todas las series de las que se envían notas de prensa, pero así luego se cuelan errores que no nos dejan en demasiado buen lugar. Seguro que alguno aún os acordais de la nota con la que Fox anunciaba el estreno en España de "Burn notice" (o "Último aviso"), indicando equivocadamente que era un remake de "Superagente 86", tal vez porque aquel verano se estrenó la película con Steve Carell. Aquel error corrió por un monton de webs y periódicos que simplemente reproducían la nota de prensa, pero no es el único.
Estos últimos días, Boing ha anunciado que va a empezar a emitir "Doctor Who" desde el principio. Evidentemente, nos estamos refiriendo a la nueva versión de 2005, que retoma la serie clásica unos 20 años después de que dejara de emitirse. Syfy ya la está emitiendo en España, lo que quiere decir que no es una completa desconocida, así que resulta un poco chocante que, en la nota que anuncia el estreno en Boing, se hable de que es un remake, entre otra serie de errores que también han sido reproducidos por un montón de sitios y que hasta han acabado llegando a este reportaje de "El País Semanal" sobre nuevas versiones de viejas series que, por otro lado, no está mal. Es muy cierto que sólo nosotros, los telefrikis, nos damos cuenta de esos fallos, que pasan desapercibidos para gran parte del público, pero eso no debería ser óbice para comprobar que las fuentes que usamos para documentarnos no están quedándose con nosotros.
Aún faltan un par de meses hasta mayo, cuando las cadenas estadounidenses anuncian en los upfronts la programación para la próxima temporada, pero las negociaciones entre estudios y cadenas para ver los términos en los que se renuevan algunas series se están desarrollando ahora. Una de las que se ha visto obligada a acelerar sus planes es la CBS, que ve cómo el asunto de Charlie Sheen y la continuidad de "Dos hombres y medio" está cada vez más embrollado y más en el aire. El actor ha demandado a la cadena y a Warner, el estudio, por detener la producción de la serie para lo que resta de temporada y luego se ha pasado por todos los programas de entrevistas habidos y por haber en la televisión estadounidense, dando unas declaraciones extrañas, cuanto menos, que no terminan de arreglar su situación con Chuck Lorre (y Jon Cryer ha aceptado "otro trabajo"), así que la CBS ha empezado a moverse rápidamente ante la más que probable circunstancia de que "Dos hombres y medio" se acabe aquí.
Así que, aunque al parecer el estudio Fox ha pedido una license fee más elevada por episodio, la cadena se ha dado prisa en renovar "Cómo conocí a vuestra madre" por dos temporadas más. No sería raro que la octava, de todos modos, fuera la última, por las declaraciones de Carter Bays y Craig Thomas señalando que están empezando a pensar en las piezas que deben armar el final de la serie, pero de momento es la única sitcom que le funciona a la CBS, junto con "The Big Bang theory" y "Reglas de compromiso", que tiene mucha menos visibilidad mediática. Sin entrar en consideraciones creativas, está claro que renovar "Cómo conocí a vuestra madre" era lo más lógico para la cadena, que mantiene así a la que se queda como la más exitosa del bloque del lunes por la noche.
Lo cierto es que los upfronts del próximo mayo se presentan interesantes no sólo en la CBS, sino, especialmente, en Fox. A partir del otoño añaden a su parrilla la versión estadounidense de "The X Factor", el talent show creado por Simon Cowell que, si funciona, no creo que fuera descabellado pensar que acabará sustituyendo a "American Idol". Su patrón de emisión no es muy diferente del de ese concurso en midseason, con programa dos y hasta tres días a la semana en ocasiones, así que no hay tantos huecos para ficción. De ellos, uno ya lo tiene "Terra Nova", esa especie de "Parque Jurásico" en serie que es uno de los estrenos más esperados de la nueva temporada, y otro es para "Glee", cuya tercera temporada lleva asegurada desde antes del final de la primera, así que el periodo de renovaciones y cancelaciones va a ser interesante.
Y también va a ser interesante ver qué nuevos proyectos presentan ABC y NBC para intentar darle la vuelta a la situación en la que se encuentran. Los éxitos de la primera ya son muy veteranos, y la segunda no consigue salir del pozo y, además, estos upfronts serán los primeros bajo la propiedad de Comcast y con un nuevo presidente de entretenimiento que llega desde Showtime, Bob Greenblatt. Esa seguró que será una de las presentaciones que se seguirá con más expectación.
Música de la semana: ¿Os preguntábais en qué andaba metido Orlando Bloom? Pues anunciando una colonia de Hugo Boss con la canción "Hate to say I told you so", de los suecos The Hives, de banda sonora.
Estos últimos días, Boing ha anunciado que va a empezar a emitir "Doctor Who" desde el principio. Evidentemente, nos estamos refiriendo a la nueva versión de 2005, que retoma la serie clásica unos 20 años después de que dejara de emitirse. Syfy ya la está emitiendo en España, lo que quiere decir que no es una completa desconocida, así que resulta un poco chocante que, en la nota que anuncia el estreno en Boing, se hable de que es un remake, entre otra serie de errores que también han sido reproducidos por un montón de sitios y que hasta han acabado llegando a este reportaje de "El País Semanal" sobre nuevas versiones de viejas series que, por otro lado, no está mal. Es muy cierto que sólo nosotros, los telefrikis, nos damos cuenta de esos fallos, que pasan desapercibidos para gran parte del público, pero eso no debería ser óbice para comprobar que las fuentes que usamos para documentarnos no están quedándose con nosotros.
Aún faltan un par de meses hasta mayo, cuando las cadenas estadounidenses anuncian en los upfronts la programación para la próxima temporada, pero las negociaciones entre estudios y cadenas para ver los términos en los que se renuevan algunas series se están desarrollando ahora. Una de las que se ha visto obligada a acelerar sus planes es la CBS, que ve cómo el asunto de Charlie Sheen y la continuidad de "Dos hombres y medio" está cada vez más embrollado y más en el aire. El actor ha demandado a la cadena y a Warner, el estudio, por detener la producción de la serie para lo que resta de temporada y luego se ha pasado por todos los programas de entrevistas habidos y por haber en la televisión estadounidense, dando unas declaraciones extrañas, cuanto menos, que no terminan de arreglar su situación con Chuck Lorre (y Jon Cryer ha aceptado "otro trabajo"), así que la CBS ha empezado a moverse rápidamente ante la más que probable circunstancia de que "Dos hombres y medio" se acabe aquí.
Así que, aunque al parecer el estudio Fox ha pedido una license fee más elevada por episodio, la cadena se ha dado prisa en renovar "Cómo conocí a vuestra madre" por dos temporadas más. No sería raro que la octava, de todos modos, fuera la última, por las declaraciones de Carter Bays y Craig Thomas señalando que están empezando a pensar en las piezas que deben armar el final de la serie, pero de momento es la única sitcom que le funciona a la CBS, junto con "The Big Bang theory" y "Reglas de compromiso", que tiene mucha menos visibilidad mediática. Sin entrar en consideraciones creativas, está claro que renovar "Cómo conocí a vuestra madre" era lo más lógico para la cadena, que mantiene así a la que se queda como la más exitosa del bloque del lunes por la noche.
Lo cierto es que los upfronts del próximo mayo se presentan interesantes no sólo en la CBS, sino, especialmente, en Fox. A partir del otoño añaden a su parrilla la versión estadounidense de "The X Factor", el talent show creado por Simon Cowell que, si funciona, no creo que fuera descabellado pensar que acabará sustituyendo a "American Idol". Su patrón de emisión no es muy diferente del de ese concurso en midseason, con programa dos y hasta tres días a la semana en ocasiones, así que no hay tantos huecos para ficción. De ellos, uno ya lo tiene "Terra Nova", esa especie de "Parque Jurásico" en serie que es uno de los estrenos más esperados de la nueva temporada, y otro es para "Glee", cuya tercera temporada lleva asegurada desde antes del final de la primera, así que el periodo de renovaciones y cancelaciones va a ser interesante.
Y también va a ser interesante ver qué nuevos proyectos presentan ABC y NBC para intentar darle la vuelta a la situación en la que se encuentran. Los éxitos de la primera ya son muy veteranos, y la segunda no consigue salir del pozo y, además, estos upfronts serán los primeros bajo la propiedad de Comcast y con un nuevo presidente de entretenimiento que llega desde Showtime, Bob Greenblatt. Esa seguró que será una de las presentaciones que se seguirá con más expectación.
Música de la semana: ¿Os preguntábais en qué andaba metido Orlando Bloom? Pues anunciando una colonia de Hugo Boss con la canción "Hate to say I told you so", de los suecos The Hives, de banda sonora.
05 marzo 2011
¿Quién es Katniss Everdeen?
Si leeis de vez en cuando algunos blogs estadounidenses que adelantan futuros proyectos para Hollywood, quizás os habéis encontrado más de una vez, en los últimos meses, con ese nombre: Katniss Everdeen. Prácticamente todas las actrices adolescentes de Hollywood, y también las veinteañeras que aún puedan pasar por una chica de 16 años, han estado relacionadas con ese papel, el protagonista de la trilogía literaria de "Los juegos del hambre". Las últimas en unirse a la lista son las dos actrices más jóvenes nominadas a los pasados Oscar, Jennifer Lawrence y Hailee Steinfeld, y la rumorología alrededor de la película, producida por Lionsgate y dirigida por Gary Ross, está alcanzando unos niveles que hablan bien a las claras de la popularidad de la que disfrutan los libros de Suzanne Collins en Estados Unidos.
Y ahora es cuando podéis preguntar qué rayos es "Los juegos del hambre". Pues se trata de una historia de ciencia ficción juvenil ambientada en un lugar llamado Panem, que surgió después de la desintegración política de Norteamérica tras una guerra y diferentes desastres. Está compuesto por 12 distritos gobernados con mano de hierro por el Capitolio, que todos los años ejerce una muestra de su poder pidiendo a cada uno que envíe a un chico y una chica para participar en los Juegos del Hambre, un "concurso" de supervivencia televisado en directo. Sólo uno de ellos puede ganar y, para ello, debe matar al resto. En medio de todo esto se ve envuelta Katniss, una joven de 16 años que procede del pobre distrito 12, y que no sólo debe sobrevivir a los Juegos sino que, por el camino, empezará a desarrollar una identidad propia y unas ideas propias que pueden ser peligrosas para el Capitolio.
Sólo he leído el primer libro, con una trama que engancha enseguida, un interesante potencial alegórico y un personaje central con fuerza pero con contradicciones y dudas. Los juegos recuerdan mucho a "Battle Royale" y a "Perseguido", una película ya bastante vieja con Arnold Schwarzenegger, basada en un libro de Stephen King (firmado sin embargo como Richard Bachman), que giraba alrededor de un violento, mortal y muy popular concurso de televisión, y las pinceladas que se dan del dominio del Capitolio tienen detrás toda una tradición de historias sobre regímenes totalitarios y opresores. En medio del frenesí por buscar los nuevos Harry Potter y "Crepúsculo" que suplan a esas sagas de películas cuando se estrenen las últimas entregas, la historia de Collins era una opción natural, aunque a priori un poco más violenta y que requiere directores y actores con más nervio del habitual en estas adaptaciones.
Y también en esa línea figura "Hugo Cabret", la adaptación que Martin Scorsese ha rodado en París de "La invención de Hugo Cabret", un libro infantil de Brian Selznick que es bastante curioso por su mezcla de ilustraciones y narración y que cuenta la historia de un niño huérfano que vive en una estación de tren durante los años 30. Selznick hace también un pequeño homenaje a los pioneros del cine, lo que seguro que llamó la atención de Scorsese, y a la afición que había en la época por los automátas, y es realmente curioso e interesante. Es la primera película que el veterano director hace en 3D y no se estrena hasta el fin de semana de Acción de Gracias en Estados Unidos, así que estamos ante uno de los estrenos más importantes de las próximas Navidades.
Y ahora es cuando podéis preguntar qué rayos es "Los juegos del hambre". Pues se trata de una historia de ciencia ficción juvenil ambientada en un lugar llamado Panem, que surgió después de la desintegración política de Norteamérica tras una guerra y diferentes desastres. Está compuesto por 12 distritos gobernados con mano de hierro por el Capitolio, que todos los años ejerce una muestra de su poder pidiendo a cada uno que envíe a un chico y una chica para participar en los Juegos del Hambre, un "concurso" de supervivencia televisado en directo. Sólo uno de ellos puede ganar y, para ello, debe matar al resto. En medio de todo esto se ve envuelta Katniss, una joven de 16 años que procede del pobre distrito 12, y que no sólo debe sobrevivir a los Juegos sino que, por el camino, empezará a desarrollar una identidad propia y unas ideas propias que pueden ser peligrosas para el Capitolio.
Sólo he leído el primer libro, con una trama que engancha enseguida, un interesante potencial alegórico y un personaje central con fuerza pero con contradicciones y dudas. Los juegos recuerdan mucho a "Battle Royale" y a "Perseguido", una película ya bastante vieja con Arnold Schwarzenegger, basada en un libro de Stephen King (firmado sin embargo como Richard Bachman), que giraba alrededor de un violento, mortal y muy popular concurso de televisión, y las pinceladas que se dan del dominio del Capitolio tienen detrás toda una tradición de historias sobre regímenes totalitarios y opresores. En medio del frenesí por buscar los nuevos Harry Potter y "Crepúsculo" que suplan a esas sagas de películas cuando se estrenen las últimas entregas, la historia de Collins era una opción natural, aunque a priori un poco más violenta y que requiere directores y actores con más nervio del habitual en estas adaptaciones.
Y también en esa línea figura "Hugo Cabret", la adaptación que Martin Scorsese ha rodado en París de "La invención de Hugo Cabret", un libro infantil de Brian Selznick que es bastante curioso por su mezcla de ilustraciones y narración y que cuenta la historia de un niño huérfano que vive en una estación de tren durante los años 30. Selznick hace también un pequeño homenaje a los pioneros del cine, lo que seguro que llamó la atención de Scorsese, y a la afición que había en la época por los automátas, y es realmente curioso e interesante. Es la primera película que el veterano director hace en 3D y no se estrena hasta el fin de semana de Acción de Gracias en Estados Unidos, así que estamos ante uno de los estrenos más importantes de las próximas Navidades.
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