28 febrero 2011

La coronación de Harvey Weinstein

Ayer, cuando aún era temprano en Los Ángeles y parecía que "La red social" aún podía arañar algún Oscar importante, descontando el de guión adaptado, "The New York Times" publicaba que Scott Rudin, productor de esa película y de "Valor de ley", se quedaba en casa y no iba a asistir a la gala de los Oscars. Rápidamente, todos los periodistas del sector lo interpretaron como un signo de que "El discurso del rey" iba, de verdad, a arrasar y que su distribuidor estadounidense, Harvey Weinstein, había vuelto a demostrar sus artes y artimañas en el manejo de las campañas de promoción para estos premios. Su momento de mayor gloria llegó con "Shakespeare in love" (uno de los Oscars a la mejor película más incomprensibles de los últimos tiempos), pero luego sufrió con "El aviador" una de las derrotas más sorprendentes en la historia de estos premios a manos de "Million Dollar Baby", y si se sumaban los problemas financieros que atravesaba primero Miramax (que él y su hermano vendieron) y luego The Weinstein Company, parecía que había perdido su toque.

Pero Weinstein empezó a mostrar que estaba de vuelta cuando apoyó decisivamente la candidatura de Penélope Cruz a la mejor actriz secundaria por "Vicky Cristina Barcelona", y este año ha repetido la hazaña haciendo que "El discurso del rey" ganara a mejor película, actor, guión original y hasta director, haciendo buenos todos los galardones que se habían llevado en los sindicatos de los premios, y dejando a "La red social" como una de las pocas cintas que fracasa en los Oscars después de haber arrasado en las listas de los críticos (que tienen muy poca utilidad en la carrera por las estatuillas).

Todo el pescado estaba vendido desde hace más de un mes, así que no es de extrañar que la gala haya sido tachada de sosa, cuando no de directamente aburrida. El dúo Anne Hathaway-James Franco no resultó como se esperaba y como habían hecho presagiar las simpáticas promos; Franco debió gastar todas sus energías tuiteando fotos y vídeos de los ensayos y del backstage (que sí son curiosos), y fue Hathaway la que acabó cargando con casi todo el peso de las presentaciones. En contraste con ellos, todo el mundo comentó la aparición de Kirk Douglas ligando con Hathaway, y dando pie a una de las escasas notas de espontaneidad de la noche cuando Melissa Leo recogió su premio a la mejor secundaria por "The fighter" y se le escapó un "fuck". Que ella y Christian Bale ganaran por la misma cinta es algo que se ha repetido otras siete veces, creo, en los 83 años de vida de los Oscars, y también ha habido otras cuatro actrices que, como Natalie Portman, han recogido su estatuilla embarazadas (Meryl Streep, Eva Marie Saint, Rachel Weisz -embarazada precisamente de Darren Aronofsky- y Catherine Zeta-Jones).

Lo que queda al final es que "Valor de ley" repitió el "honor" de acompañar a, entre otras, "El color púrpura" en perder todas y cada una de sus diez nominaciones, y "Origen" ganó cuatro premios técnicos (incluido mejor fotografía) y empató con "El discurso del rey" en el podio de las máximas triunfadoras. El listado de todos los ganadores (incluido Randy Newman por su canción de "Toy Story 3", su segundo Oscar en ¡¡20!! nominaciones) podéis verlo aquí, y aquí podéis echarle un ojo al sketch inicial, muy del estilo de los que hacía Billy Crystal.

¿Y la alfombra roja? Daniel Feinberg, de HitFix, tuiteó al ver a Jennifer Lawrence, espectacular en un sencillo vestido rojo, algo así como "señoras y caballeros, se acabó, buenas noches a todos #jenniferlawrence". Mila Kunis también dejó sin habla a medio timeline de Twitter, y otra que optó por el rojo y el encaje fue Scarlett Johansson (compartiendo foto con Jeremy Renner), mientras Sandra Bullock se quedó sólo en el rojo pasión. Hailee Steinfeld iba vestida acorde con su edad y con unos tacones de vértigo (en toda la temporada de premios ha ido siempre elegante y discreta en general). Russell Brand daba un poco de miedo, y Michelle Williams iba tan pálida, que casi no se la veía. Otras cosas curiosas fueron el pulserón de Amy Adams, Anne Hathaway de la mano de la "momia" antes conocida como Valentino, las gafas de folclórica de Matthew Libatique (candidato a la mejor fotografía por "Cisne negro"), el extraño frente del vestido de Cate Blanchett, una Marisa Tomei transportada desde los años 50, el amago de peinado Lady Gaga de Sharon Stone, una Helena Bonham-Carter que nunca defrauda, la estupenda pareja que hacen Colin Firth y su mujer, y los largos pendientes de Natalie Portman. Es inevitable echar de menos a Jack Nicholson y Cher.

27 febrero 2011

Los que la Academia olvidó

Cuando se habla de los Oscars, es inevitable hacerlo también de aquellas películas, directores y actores que, por muy buenos que fueran, siempre se quedaban a las puertas del teatro Kodak, o del Dorothy Chandler Pavillion. No todos estuvieron condenados al ostracismo total por parte de la Academia de Hollywood, pero no siempre tuvieron las nominaciones, y los premios, que se merecían, y tenían que ver como gente que luego no ha tenido mayor repercusión en el cine les arrebataba su momento de gloria. Cary Grant, por ejemplo, fue nominado dos veces por dos de sus películas menos recordadas, "Serenata nostálgica" y "Un corazón en peligro", y fue el único del trío protagonista de "Historias de Filadelfia" que no recibió una nominación. Curiosamente, por esa película sí ganó James Stewart su única estatuilla, y otro año que lo merecía más, como el de "Anatomía de un asesinato", no se llevó nada.

El Hollywood clásico está repleto de gente olvidada por sistema por los Oscars. Es célebre cómo Alfred Hitchcock fue ignorado sistemáticamente ("Rebeca" ganó a la mejor película, pero su productor era el muy egocéntrico David O. Selznick), o cómo Orson Welles se llevó un Oscar por el guión de "Ciudadano Kane" y, luego, nada, o cómo un actor tan característico como Vincent Price jamás estuvo nominado (dedicarse sobre todo al terror es lo que tiene). Las listas de los mayores olvidos son unos clásicos siempre que se acercan las nominaciones y la ceremonia de entrega, y a veces, repasando algunas, no puedes evitar sorprenderte de las cosas que los Oscars se dejaron por el camino.

Ya sólo este año, podrían haber sido candidatos perfectamente Andrew Garfield o Justin Timberlake por "La red social", Christopher Nolan por la dirección de "Origen", el guión de "Buried" (que fue descalificado porque metieron la pata en la campaña) o Barbara Hershey por "Cisne negro". Pero es la historia de siempre. Para que algunos puedan sentarse esta noche en el Kodak Theatre, otros han de quedarse fuera.

Música de la semana: Quizás habéis visto el nuevo anuncio de Nocilla, en el que David Bisbal asesina "If you wanna be happy", de Jimmy Soul. Mejor nos quedamos con la versión original.

26 febrero 2011

Unas preguntas de Oscar (II)

Después de las preguntitas con las que abrimos la semana pasada estas celebraciones de los Oscars, vamos a continuarlas con otra ronda de conocimientos curiosos y, en el fondo, sin ninguna otra utilidad sobre esos premios de Hollywood, que mañana celebran su 83ª edición. En este caso, lo haremos con diversos fotogramas que constituyen pistas sobre las preguntas, y mañana por la mañana habrá una actualización en esta misma entrada con las respuestas. ¿Estáis listos? Pues vamos a ello.

1.- Esta actriz ha estado tres veces nominada al Oscar. Ninguna de ellas por la película a la que pertenece el fotograma, aunque para muchos críticos debía haber sido el trabajo que le granjeara la preciada estatuilla. Además, una de sus compañeras en el reparto sí logró estar nominada. ¿Qué actriz sí ganó el Oscar a la mejor actriz protagonista ese año?

2.- Esto es una pequeña pista; Heath Ledger no fue el primer actor en ganar un Óscar póstumo. Antes que él, lo hizo este hombre. ¿Sabéis quién es? ¿Y por qué película lo recibió?

3.- Actualmente, el aspecto de esta mujer es un poco diferente, pero ese papel le granjeó su única nominación al Óscar. ¿Quién es? ¿Y qué peculiaridad tiene esa película en la historia de estos premios?

4.- Esta cinta era la gran favorita para ganar el premio a la mejor película extranjera en su año, pero se lo birló otra, que venía del frío norte de Europa. ¿Cuál era? Y ya puestos, ¿quién es la actriz de la foto?

5.- Esta comedia fue la primera película en ganar los cinco Oscars más importantes. ¿Cuáles son? ¿Qué película es? ¿Y qué otras dos lo consiguieron después?



6.- La última es un poco más complicada. Este fragmento corresponde a "El secreto de la niña salvaje", un documental que contaba la historia de Genie, una niña de 13 años que fue encontrada atada a una silla en un sótano de Los Ángeles a mediados de los 70, y que no sabía hablar ni relacionarse con nadie. El documental es muy interesante (aunque también triste), pero lo que nos interesa es la música que utilizan de fondo. Es una partitura muy famosa que estuvo nominada al Oscar en los 60. No ganó, pero sí lo hizo el protagonista de la película. ¿Quién era ese actor, y a qué película nos referimos?

Actualización: Bien, pues desvelemos las respuestas.
1.- El fotograma correspondía a Michelle Pfeiffer en "La edad de la inocencia", uno de los olvidos más injustos de los últimos tiempos si tenemos en cuenta que la que fue nominada por esa película fye Winona Ryder. El Oscar a la mejor actriz lo ganó, en 1994, Holly Hunter por "El piano".
2.- Peter Finch recibió el Oscar a mejor actor por "Network" después de su muerte.
3.- Pues sí, Oprah Winfrey consiguió ser nominada a la mejor actriz secundaria por "El color púrpura", que tiene el dudoso honor de haber perdido los 11 Oscars a los que aspiraba. Steven Spielberg no se repondría de aquello hasta "La lista de Schindler".
4.- La gran Julieta Serrano era una de las protagonistas de "Mujeres al borde de un ataque de nervios", la película que lanzó a Pedro Almodóvar al estrellato internacional. Pero ser la favorita en la categoría de mejor película extranjera muchas veces es contraproducente, y la cinta perdió ante "Pelle, el conquistador", de Bille August.
5.- "Sucedió una noche", de Frank Capra y con Clark Gable y Claudette Colbert de protagonistas, fue la primera en llevarse los premios a mejor película, director, actor, actriz y guión. Después repitieron la hazaña "Alguien voló sobre el nido del cuco" y "El silencio de los corderos".
6.- La música que usan en ese documental es la que Elmer Bernstein compuso para "Matar un ruiseñor", la cinta que le granjeó a Gregory Peck su único Oscar al mejor actor.

25 febrero 2011

"Bocachancla" Sheen y jóvenes promesas

1.- Ya estaréis todos al tanto del clavo final en el ataúd televisivo de Charlie Sheen. Después de sus últimos escándalos, orgías, fiestas alcoholizadas, ingresos en el hospital y, fugazmente, en una clínica de desintoxicación, y después de que parecía que Sheen volvería al trabajo sin que el hiato programado en la producción de "Dos hombres y medio" se extendiera demasiado, el actor soltó en un programa de radio tal bilis contra Chuck Lorre, creador de la serie, Alcohólicos Anónimos y hasta las chicas que se van de fiesta con él, que la CBS ha acabado tomando una decisión que han pospuesto mucho tiempo: parar la producción de la serie por esta temporada. Esto quiere decir que, si optan por seguir con ella, ya lo hará el próximo otoño, con una novena entrega en la que no se sabe si Sheen será sustituido o se suprimirá su personaje, porque lo que está claro es que él y Lorre no van a poder trabajar más juntos después de todo lo que se han dicho últimamente. Como decían esta mañana por Twitter, sólo el comportamiento de Sheen podía hundir a la sitcom más vista en Estados Unidos, y así ha sido. ¿La cancelará directamente la CBS? ¿Intentará que funcione con otro actor, o convirtiéndola en "Un hombre y medio"? El futuro de la serie no es nada halagüeño, y el de Charlie Sheen, menos todavía. Ha tardado un poco más que Mel Gibson en darse finalmente el porrazo, pero este ha sido mucho más espectacular.

2.- Charlie Sheen (y esperemos que tampoco Lindsay Lohan) no es el modelo a seguir por las muy jóvenes actrices que están asomándose a Hollywood. La última en llegar es Hailee Steinfeld, de 14 años, nominada al Oscar por "Valor de ley" y a la que las apuestas no descartan para sorprender a Melissa Leo y Helena Bonham-Carter. Es muy pronto para ver si seguirá adelante con su carrera o será flor de un día, y también para comprobar si tiene la cabeza tan bien amueblada como otras adolescentes como Dakota Fanning (16) o Abigail Breslin (14), Chloe Moretz (13), Saoirse Ronan (16) o actrices ya en la veintena, o cerca de ella, como Emma Roberts (20, y aún por explotar), Emma Watson (20), Kristen Stewart (20, si la fama post-"Crepúsculo" no la devora), Mia Wasikowska (21) o, en el lado de los chicos, Keir Gilchrist (18), el hijo de los Gregson en la serie "United States of Tara" y que protagonizó una película que dejó buena impresión creo que el año pasado en el Festival de Sundance, "It's kind of a funny story". Todos ellos, más otros que me dejo por el camino, son una cantera bastante prometedora para los próximos años, aunque no me extrañaría que encontraran en la televisión un sitio mejor para demostrar su talento que en cintas de terror para adolescentes.

3.- Una de las categorías en los Oscars que casi todos los años tiene algún tipo de polémica es la de mejor canción. Este año han vuelto a cambiar el sistema de votación por unas tablas de puntuación, con la idea de que sólo sean nominadas las canciones que obtengan más de unos determinados puntos (por eso este año sólo hay creo que cuatro nominadas), y así se ha quedado fuera la que parecía la favorita a priori, "You haven't seen the last of me", de "Burlesque". Esto nos sirve de excusa para bucear un poco en la historia de esta categoría, que empezó a entregarse en 1934 (ganó "The Continental", de "La alegre divorciada") y buscar cosas curiosas. Por ejemplo, un estándar jazzístico tan famoso como "The way you look tonight" (de "En alas de la danza") recibió el Oscar en 1936, y en 1939 la ganadora fue "Over the rainbow" ("El mago de Oz"). Tal vez puede sorprender descubrir que "White Christmas" ("Holiday Inn") se llevó el Oscar en 1942, y que otro clásico navideño en USAmerica, "Baby, it's cold outside" ("La hija de Neptuno", sí, con Esther Williams), lo hizo en 1949.

La cosa se pone más divertida en la década siguiente. ¿Quién iba a imaginar que "El hombre que sabía demasiado" sólo tuvo una nominación al Oscar en 1956, a la mejor canción, que además ganó? Por supuesto, "Moon river" ("Desayuno con diamantes") fue la triunfadora en 1961, y en 1969, aunque ganó "Raindrops keep falling on my head" ("Dos hombres y un destino"), lo curioso es descubrir que "Valor de ley" tuvo nominada la canción "True grit" (por suerte, perdió). Todas estas, aunque son buenas canciones, desde luego no tienen el ritmo de "Theme from Shaft", triunfadora muy funky en 1971, y la década de 1980 empezaba con la victoria de "Fame". Lo cierto es que los 80 fueron curiosos, porque otras ganadoras fueron "What a feeling" ("Flashdance"), "I just called to say I love you" ("La mujer de rojo"), "Take my breath away" ("Top Gun"), "The time of my life" ("Dirty Dancing") o, marcando el regreso de Disney a las grandes ligas, "Under the sea" ("La sirenita").

Una película que ya casi nadie recuerda (igual porque fue un batacazo importante), "Dick Tracy", ganó en 1990 con "Sooner or later", abriendo una década en la que las películas de Disney ganaban casi siempre. Cuando no lo hicieron fue porque se coló por ahí Bruce Springsteen con "Streets of Philadelphia" ("Philadelphia"), o Celine Dion cantando "My heart will go on" ("Titanic") o, ya en 2000, Bob Dylan con "Things have changed" ("Jóvenes prodigiosos"). En 1999, por cierto, ganó una de "Tarzán" sobre "Blame Canada", de la película de "South Park". Y en los últimos diez años, para cerrar este tochazo, se han dado cosas curiosísimas, como que Eminem ganara en 2002 por "Lose yourself" ("8 millas") o Three 6 Mafia lo hiciera por "It's hard out here for a pimp" ("Hustle & Flow"). En 2004, "Al otro lado del río" ("Diarios de motocicleta") fue la primera canción en ganar sin estar cantada en inglés, y una cinta tan pequeña, pero tan exitosa, como "Once" logró ganar en 2007 con "Falling slowly".

23 febrero 2011

Pues no es para tanto

La ampliación de las nominadas al Oscar a mejor película de cinco a diez se hizo motivada, principalmente, por el jaleo que se montó cuando "El caballero oscuro" se quedó fuera de esa categoría en los Oscars de 2009. La Academia vio cómo volvían a caerle las críticas habituales de que las nominadas estaban muy alejadas del gusto del público medio que va al cine (una crítica de la que Chris Rock hizo burla en la ceremonia de 2005), y buscando un empujón en las audiencias televisivas, repescaron esa costumbre de las diez candidatas, descartada en 1943, con la esperanza de incluir algún blockbuster, pero que devalúa un poco las nominaciones a mejor película.

Si aún tuviéramos sólo cinco candidatas, lo más probable es que la lista se redujera este año a "El discurso del rey", "La red social", "Valor de ley", "The fighter" y "Cisne negro", que son las que cuentan también con nominación a la mejor dirección. Que haya otros cinco puestos adicionales permite la entrada de taquillazos como "Toy Story 3" y "Origen" y de la película independiente adorada por la crítica que se cuela todos los años, en este caso "Winter's Bone", y también favorece que se sea mucho más duro con algunas de esas cintas sólo porque tienen unas cuantas candidaturas a los Oscar y seguimos asociando eso a marchamo inmediato de calidad (ya hemos discutido varias veces que eso no siempre es así). Lógicamente, las nominaciones y las críticas que llegan desde Estados Unidos (algunas demasiado entusiastas) inflan nuestras expectativas de cara a enfrentarnos a esos títulos, por lo que no es raro que más de uno crea que ninguno de ellos es para tanto.

Todo esto se está ejemplificando últimamente en las críticas que van apareciendo en blogs españoles de "Los chicos están bien". Muy probablemente, si no hubiera figurado tan prominentemente en la temporada de premios, el nivel de vitriolo vertido contra ella no sería tan alto, aunque también es verdad que, si no fuera por todo eso, habría pasado totalmente desapercibida y hasta dudo que hubiera logrado distribuidor en España. A mí me gustó más que lo que el nivel medio de esas críticas deja ver, pero esto es algo muy subjetivo que no puede evitar verse influenciado por las expectativas. Del mismo modo, en las últimas semanas ha surgido algo así como una corriente anti-"La red social" y anti-"El discurso del rey", motivada por el insultante favoritismo de las dos de cara a la ceremonia del domingo, y que sostiene que ambas son demasiado "livianas" para merecer el premio gordo, una opinión que yo comparto más en el caso de "El discurso del rey".

El "no es para tanto" (cuyo uso le copio a Freddyvoorhees, si me lo permite, y desde el cariño y el respeto) es comprensible porque resulta muy fácil dejarse llevar por las expectativas, pero a veces coarta nuestra experiencia de una película. Sin embargo, aquí la objetividad es más imposible de lo habitual.

22 febrero 2011

Cosas sin importancia sobre los Oscars

Estamos en la semana de los Oscars, una en las que yo más disfruto del año. Hasta el domingo, cuando James Franco y Anne Hathaway inicien la ceremonia de entrega de los premios, se sucederán por todas partes las quinielas, los recordatorios a la historia de los premios, las críticas de las películas candidatas, las recomendaciones de trabajos anteriores de algunos de los nominados y todo lo que se os ocurra. Aquí abrimos un poco el fuego con aquel concursillo, que tendrá continuación, y ahora vamos a quedarnos con algunas curiosidades y trivialidades concernientes a los candidatos de esta edición.

* Se dice que, cuando Aaron Sorkin estaba escribiendo el guión de "La red social", tuvo una fuente de primera mano para contarle toda la vida de los clubes sociales de Harvard; Natalie Portman, que estudió allí Psicología. En la película se hace una referencia a ella cuando se dice que por la universidad han pasado premios Nobel y Pulitzer, futuros atletas olímpicos y una estrella de Hollywood.

* Actores australianos ha habido muchos nominados al Oscar, pero lo raro es que lo estén por una película precisamente australiana. Jackie Weaver ("Animal Kingdom") es sólo la segunda en lograrlo desde que Geoffrey Rush, candidato este año por "El discurso del rey", ganara en 1996 por "Shine".

* Alguna vez hemos comentado que esto de que haya diez nominadas a mejor película no es nuevo, y que se hizo regularmente entre 1933 y 1943 (en 1932 hubo ocho candidatas). De todos esos años, se considera que el que tenía el grupo de nominadas más fuerte fue 1939, cuando "Lo que el viento se llevó" ganó a "El mago de Oz", "Amarga victoria", "Adiós, Mr. Chips", la segunda versión de "Tú y yo", "Caballero sin espada", "Ninotchka", "La fuerza bruta", "La diligencia" y "Cumbres borrascosas".

* El año pasado, "En tierra hostil" fue la ganadora a mejor película con los ingresos en taquilla más bajos antes de los Oscars (no llegaban a 18 millones de dólares). Este año, hasta cinco de las nominadas han pasado de los 100 millones de dólares ("Toy Story 3", que ha recaudado más de 415, "Origen", "Valor de ley", "El discurso del rey" y "Cisne negro"). "La red social" no llegó a los 97 millones. La menos taquillera es "Winter's Bone", con algo más de seis millones de dólares ingresados en taquilla. Si tenéis curiosidad, aquí podéis ver las recaudaciones de las películas ganadores del Oscar en los últimos años.

* Con 28 años, Anne Hathaway es la presentadora más joven de los Oscars. También es la primera vez que los presentadores serán una pareja mixta. Bob Hope ostenta el récord de más ceremonias presentadas, con 16.

* Los hermanos Coen tienen este año varias nominaciones por "Valor de ley", pero la que no han podido conseguir es la de mejor montaje. Con "Fargo" y "No es país para viejos" sí la lograron, y así se pudo ver el nombre de su montador habitual, Roderick Jaynes. Pero lo curioso del caso es que Jaynes puede decirse que no existe; es el pseudónimo con el que ellos "firman" la edición de sus películas.

21 febrero 2011

El "fantasma" de Cameron

A priori, una de las mejores ideas que tuvo "House" fue despedir a todo el viejo equipo de diagnóstico (Chase, Cameron y Foreman) al final de la tercera temporada, y empezar la cuarta con la elección, a lo casting de "Survivor", de los nuevos integrantes de dicho equipo. Aquellos episodios inyectaron un poco de aire fresco y permitieron que House sacara su lado más manipulador y juguetón, que bien llevado resulta siempre muy divertido. Sin embargo, paradójicamente, el desarrollo de los nuevos empleados de House (Taub, Trece y Kutner) perdió frescura muy rápido y ninguno de ellos conseguía superar la sombra de los tres originales, sobre todo cuando estos aún seguían pululando por ahí sin que los guionistas supieran muy bien qué hacer con ellos.

Uno de mis principales problemas con la serie desde entonces es que se empeña en mostrarnos a los nuevos personajes femeninos como si fueran variaciones de Cameron. Pasaba al principio con Trece, cuando House intentaba por todos los medios averiguar cosas de su pasado, pero de un modo más agresivo e hiriente. Algunas de las discusiones que tenían los dos sobre la idoneidad de algunos tratamientos y la necesidad de informar de ellos al paciente recordaban también a las que House y Cameron mantenían en los inicios de la serie, aunque es verdad que Trece era menos idealista, por decirlo de algún modo. Finalmente, en la sexta temporada, ella fue tomando un camino propio (alejado de Foreman, gracias al cielo) que hizo que superara mis reticencias, y cuando la emparejaban con Taub para hacer alguna prueba resultaba muy divertida. Pero los compromisos cinematográficos de Olivia Wilde la han mantenido lejos del Princeton Plainsboro durante buena parte de la séptima temporada, y el personaje que han introducido para suplirla temporalmente vuelve a caer, otra vez, presa de la sombra de la doctora Allison Cameron.

Masters, a la que interpreta Amber Tamblyn, es como Cameron al principio de la serie: cree en la bondad intrínseca de las personas, en que no se debe engañar ni mentir al paciente y sus discusiones con House versan muchas veces sobre la ética de los tratamientos. Es cierto que Masters es mucho más terca e impermeable al cambio que Cameron, que va evolucionando de un modo paralelo a House, y eso la convierte en potencialmente insoportable (yo estoy deseando que vuelva Trece, lo que pensé que nunca iba a pasar), y su manía de decirle siempre la verdad a todo el mundo se está volviendo irritante. Pero en lo básico, lo que más me molesta es lo mismo que me molestaba al principio con Trece; que sean otra versión de Cameron. Y esta dejó la serie hace ya tiempo, así que es momento de pasar página de una vez.

Últimamente, se suceden los rumores sobre si la próxima temporada (la octava) no será la última de "House". El contrato de Hugh Laurie acaba entonces, así que no sería nada extraño, sobre todo teniendo en cuenta que, aunque la audiencia sigue siendo buena, sí muestra signos de desgaste inevitable (la semana pasada, en su primera media hora fue superada en las demos por "Cómo conocí a vuestra madre", quedando segunda). La serie lleva ya unos años que se reserva sus mejores capítulos para abrir y cerrar las temporadas, y en medio se deja llevar, y después de cómo terminó la sexta entrega, tengo curiosidad por ver qué se les ocurre para cerrar la séptima.

20 febrero 2011

El beso de la mujer cisne

El infierno son los demás. Eso decía creo que Jean-Paul Sartre, pero en el caso de Nina, la protagonista de "Cisne negro", el infierno es ella misma. Su obsesión por la perfección, la presión a la que está sometida desde esa obsesión suya, desde el director de la compañía de ballet, a esa madre controladora, el ambiente de sacrificio y esfuerzo del ballet y sus propias inseguridades, miedos y represiones, todo eso es el caldo de cultivo perfecto para una película de terror. Porque "Cisne negro" es eso formalmente. El propio Darren Aronofsky ha explicado en alguna que otra entrevista que no tenía muy claro qué película hacer hasta que le contaron de qué iba "El lago de los cisnes"; básicamente, de una chica que se convierte en cisne. Y ahí, el director tuvo su inspiración: "Cisne negro" es una cinta sobre el hombre lobo.

El modo en el que está rodada ya desde la escena inicial sigue ese camino (a lo largo de toda la película, siempre vamos literalmente detrás de Nina, con la cámara pegada a su nuca). Pero aquí los monstruos, los fantasmas, están en el interior de Nina, esa bailarina enfermizamente obsesionada con alcanzar la perfección, con ser la mejor Cisne Reina nunca vista, pero presa de unas represiones que le impiden ir más allá del dominio técnico y sentir la historia y el personaje. Con esa obsesión viene la inseguridad, y la llegada de una nueva bailarina menos técnica, pero con más sentimiento, es el pequeño empujón para que la espita salte, la "mordedura" que inicia su conversión en el hombre lobo. Este monstruo siempre se destacó por permitir que las personas que sufrían la transformación se liberaran de sus inhibiciones y abrazaran sus instintos, con las consecuencias que eso pueda conllevar.

No quiero contar más de la cuenta porque la gracia de "Cisne negro" es dejarte sorprender (y hubo unas cuantas personas en el cine al lado mío que se sorprendieron bastante), especialmente en su tramo final. Está muy bien contada, con esos juegos de espejos y colores, esa estupenda banda sonora de Clint Mansell que juega con las notas del ballet de Tchaikovsky y ese reparto tan bien elegido. Sí, Natalie Portman es la que ancla toda la película y la que, esta vez sí, se hace mayor definitivamente en esta película, dando un recital, pero hay que destacar también a una sensacional Mila Kunis (que hasta se parece físicamente a Portman), una inquietante Barbara Hershey o un magnético Vincent Cassell.

Al igual que en "Pi", la primera película de Aronofsky, "Cisne negro" es el retrato de una enfermiza obsesión, de un personaje del que nunca estamos seguros si todo lo que le pasa es cierto o son imaginaciones suyas, y que emprende un camino hacia una perfección que sólo es posible de un modo.

Música de la semana: Uno de los mashups más controvertidos de "Glee" es el que hicieron para el episodio post-SuperBowl, en el que unían "Thriller", de Michael Jackson, y "Heads will roll", de Yeah Yeah Yeahs. "Thriller" ya la conocéis todos mucho, así que nos quedaremos con la segunda.

19 febrero 2011

Unas preguntas de Oscar

Los Oscars tienen a sus espaldas más de 80 años de historia, en los que se han dado todo tipo de récords, curiosidades, ganadores peculiares y anécdotas. Después de ver este test temático de San Valentín de las ByTheGirls, me he animado a copiarles la idea descaradamente y se me ha ocurrido que podría ser divertido un pequeño reto de diez preguntas sobre los Oscars (no tan estético como el suyo, ya buscaré otras plantillas). Yo creo que no son muy complicadas y, de todos modos, os voy a dejar, como pista adicional, los enlaces a las canciones que se citan en la primera pregunta. Animaos, a ver si sois expertos en esto de los premios de Hollywood.

P.D.: Para que podáis escucharlas, las canciones de ese primer reto son "When you wish upon a star", de "Pinocho"; "The way we were", de "Tal como éramos"; "The hands that built America", de "Gangs of New York" e "Into the West", de "El retorno del rey".

17 febrero 2011

La mujer maravilla

La de "Wonder Woman" es uno de los adaptaciones comiqueras que ha dado más vueltas por Hollywood de los últimos tiempos. Desde que, en 2001, el productor Joel Silver anunciaba que se ponía manos a la obra con él, infinidad de guionistas, directores y actrices han estado relacionados con él. Se habló de que gente tan dispar como Sandra Bullock, Rachel Bilson, Catherine Zeta-Jones, Lucy Lawless (que lo rechazó una vez hace tiempo), Charisma Carpenter o, más recientemente, Megan Fox podían meterse en el traje imposible de la amazona Diana, y entre los guionistas asociados figuraron Laeta Kalogridis, Joss Whedon (que estuvo dos años trabajando en el proyecto) y, últimamente, se rumoreaba que David S. Goyer. Pero la cosa nunca ha pasado de, como mucho, un primer borrador del guión, y los principales implicados no parecen ponerse de acuerdo en lo que quieren hacer.

Mientras tanto, la NBC, en esa fiebre por los remakes que les ha dado ahora, se animó a recuperar la "Wonder Woman" que había sido serie de televisión a mediados de los 70, y que lanzó al estrellato a Lynda Carter, con David E. Kelley al mando de las operaciones. Después de un momento en el que parecía que aquello no iba a ninguna parte, finalmente la cadena ha dado el visto bueno (igual la buena audiencia, relativamente, de "Harry's law", también creada por Kelley, ha tenido algo que ver), y el piloto hasta ha conseguido a su actriz protagonista: Adrienne Palicki. Curiosamente, en cuanto se ha conocido la noticia han empezado las quejas, y no por ese casting, porque todo el mundo considera a Palicki muy capaz de ser una Wonder Woman mucho más que decente (da el tipo físico, empezando por su 1,80 de estatura, y en "Friday Night Lights" demostró que es una actriz muy, muy competente), sino por que Kelley sea el responsable del remake ("Cuando un casting brillante le ocurre a un mal guión", dice Alan Sepinwall).

El principal problema que exponen los críticos es que a Kelley no se le da bien escribir personajes femeninos fuertes. Sus chicas suelen seguir casi todas el molde de Ally McBeal y son inseguras, excéntricas y, a veces, cargantes, y lo que esta "Wonder Woman" necesita es alguien más tipo Whedon o hasta J.J. Abrams, ya puestos a elegir guionistas televisivos de perfil alto y que podrían también llevar a cabo la serie. De todos modos, Kelley fue capaz de hacer "El abogado" (las primeras temporadas, al menos), así que habrá que esperar a ver qué se saca de la manga con este personaje (si queréis saber más sobre él, mejor acudid a gente más experta en cómics que yo). Por supuesto, es inevitable que planee sobre el proyecto la sombra de la fallida "Bionic Woman", pero esperemos que en la NBC hayan escarmentado de aquella experiencia.

La cadena, por otro lado, también parece seguir adelante con otro remake al que se había dado mucha publicidad y que también parecía haber sido descartado, el de "Principal sospechoso". Hank Steinberg, creador de "Sin rastro", ha cedido el mando a Peter Berg, y se está empezando a rumorear que este ya ha encontrado a su Jane Tennison; Maria Bello. No está confirmado de modo oficial, pero no sé si me convence. Su Tennison, desde luego, será diferente. Y mientras estos continúan en marcha, el que sí se ha quedado por el camino, por ahora es el de "The Rockford Files". David Shore era el encargado de desarrollarlo (con Dermot Mulroney al frente), pero a la NBC no le gustó el piloto que rodaron. Con todos los cambios que ha habido de directiva, lo mismo ni se vuelve a retomar.

16 febrero 2011

Has sido "theCWizado"

Hace unos días, leí una reflexión sobre el rumbo que The CW parecía estar adoptando, potenciando aún más su lado adolescente-vampírico-fantástico tras el éxito de "The Vampire Diaries" y la constatación de que, de momento, los chupasangres siguen teniendo tirón entre los jovenzuelos o, más concretamente, las jovenzuelas. Esa orientación a buscar el público más femenino estaba ahí desde su nacimiento como cadena. Hasta "Sobrenatural", con sus historias de fantasmas, apocalipsis varios y peleas por las almas de sus personahes, tiene a dos mozos de buen ver para que sirvan de eye candy de las chicas despistadas que ven la tele un viernes por la noche.

De vez en cuando, sin embargo, The CW intenta abrir un poco el campo y saca alguna serie con más atractivo, a priori, para el público masculino. "Runaways" (creo que se llamaba así), sobre una familia de fugitivos, era un poco un híbrido en ese aspecto, cierto, pero de todos modos no aguantó ni cinco episodios. Esta temporada, sin embargo, lo han intentado más en serio con el remake de "Nikita", en el que juegan la baza "Alias" de ponerle a Maggie Q vestidos imposibles en los que no sólo es capaz de romperle las piernas a toda una banda de malos, sino que hasta pueden esconder (prefiero no saber dónde) un pistolón a lo Harry el Sucio, un puñal y un teléfono móvil con más aplicaciones que el iPhone de Steve Jobs. Aunque tuviéramos ración de bitches adolescentes en la academia dentro de División, estaba claro a quién iba dirigida mayoritariamente la serie, y mal no les ha ido así.

Pero The CW es The CW, y no pueden estar mucho tiempo sólo con tiros, conspiraciones, peleas y miradas intensas a lo acero azul en medio de "Gossip Girl", los ya mencionados "The Vampire Diaries" y hasta "Hellcats". Así que "Nikita" ha pasado por un filtro "cwizador" que incluye varios intereses amorosos, incluido uno de esos rubiales mazados y con nula expresión facial que la cadena mete como galanes en el 95% de sus series. No se cansan de repetir que el amor puede ser muy peligroso para un agente de la División, pero hasta que Michael monte la gran escabechina, jugarán con ese rollito del vecino simpático (que, no sé por qué, me huele mal) y del cómplice al que la clandestinidad le hace ver que, como en la casa de "Gran Hermano", todo se magnifica.

Ahora bien, si "Nikita" sigue siendo mi placer culpable de la temporada es porque no se ha olvidado de que es una serie de acción y de espías. Además, el panorama se ha complicado más para nuestra protagonista y, por lo menos, le han permitido sonreír un poco. Están sacándose de la manga unos gadgets geniales (como el tacón de aguja-USB de la semana pasada), y las manipulaciones malvadas de Percy me divierten. A veces no sé si se toman a sí mismos demasiado en serio o, en realidad, lo ven todo desde la ironía, y no sé hasta dónde podrán llevar todo esto, pero son muy entretenidos sin ir más allá.

15 febrero 2011

Coraje y castigo

Los Oscars tienen, de vez en cuando, la costumbre de nominar, sobre todo en el apartado de actriz secundaria, a niñas muy jóvenes que participan en películas adultas en las que, por las razones que sean, su interpretación acaba destacando. Tatum O'Neal y Anna Paquin ganaron sendos Oscars antes de haber cumplido 12 años, Abigail Breslin tenía 11 cuando fue candidata por "Pequeña Miss Sunshine" y Keisha Castle-Hughes, 12 cuando recibió su nominación por "Whale Rider". A estos pequeños prodigios se une ahora la debutante en el cine Hailee Steinfeld, que con 14 años le tocó el papel protagonista de "Valor de ley", la revisión de los hermanos Coen del libro de Charles Portis y de la película dirigida por Henry Hathaway en 1969, que le reportó a John Wayne su único Oscar.

Steinfeld está nominada a la mejor actriz secundaria en la próxima entrega de los premios de la Academia de Hollywood, seguramente por su edad, porque sobre sus hombros recae la carga de llevar el peso de toda la película. Su personaje, la terca, decidida y muy recta adolescente Mattie Ross, se embarca en la caza y captura del bandido que asesinó a su padre, y para ello recluta a un marshall borracho y con fama de despiadado, de los de disparar primero y preguntar después, Rooster Cogburn. Steinfeld aguanta perfectamente el tipo ante un Jeff Bridges que, a veces, parece estar interpretando a un tatarabuelo de El Nota, como apuntaron en un programa de televisión de Estados Unidos, un tipo que ha cruzado tantas veces la línea de la ley, que casi se cree por encima de ella.

Lo que los Coen orquestan es un western de los de toda la vida, punteado con algunas gotas de humor muy de su estilo, y con unos clásicos planos abiertos que incluyen el paisaje como un personaje más de la trama. Este es árido, duro y, en ocasiones, seco y feo, y así los hombres que lo habitan son también feos, duros y hostiles. Y también bastante idiotas, y su estupidez los hace ser demasiado atrevidos para su propio bien y cometer todo tipo de malos actos, un tema recurrente en las películas de los Coen, ya sea "Sangre fácil", "Fargo" o, explotando más la sátira cruel, "Quemar después de leer". La ignorancia a veces puede confundirse con el valor, eso que Mattie busca en los hombres que elige para que venguen a su padre. Porque lo que ella busca no es justicia, sino venganza, y por el camino, aunque prueba su coraje, también recibirá en parte castigo. Casi todos los personajes, de hecho, lo harán de un modo u otro y en diversos grados.

Curiosamente, "Valor de ley", que se estrenó en EE.UU. el día después de Navidad, fue la única película de un gran estudio que realmente fue un éxito de taquilla en ese periodo. El 2 de enero ya había superado los 100 millones de dólares de recaudación, convirtiéndose en el taquillazo navideño menos esperado y, si no recuerdo mal, el mayor éxito de público de los Coen (quizás también la película suya que se estrenaba en más salas de primeras). "No es país para viejos", a pesar de ganar el Oscar y todo, no llegó a los 77 millones de dólares en Estados Unidos.

14 febrero 2011

Premios en sesión doble

Curiosamente, ayer coincidieron dos entregas de premios que, además, vieron cómo sus respectivas alfombras rojas tenían que soportar frío y lluvia; los Goya en Madrid y los BAFTA en Londres (y los Grammy en Los Ángeles, pero de esos no vamos a hablar aquí). Los primeros estaban marcados por su 25º aniversario y la polémica alrededor de la ley Sinde y la dimisión de Alex de la Iglesia como presidente de la Academia de Cine; los segundos pueden haber marcado de un modo aún más claro lo que pueden depararnos los próximos Oscars.

No se puede decir que la contundente victoria de "Pa negre" en los Goya fuera una sorpresa. Desde su paso por el Festival de San Sebastián, era la que había recibido un mejor reconocimiento por parte de los críticos de todas las candidatas, y también se había extendido un poco la sensación de que su director, Agustí Villaronga, se merecía ya un reconocimiento. Además, sólo las nominaciones ya representaron una segunda vida comercial para la película, como el propio Villaronga reconocía en alguna entrevista, y no es de extrañar que se viera a todos los ganadores tan emocionados. Sus nueve galardones significaron que las demás tuvieron con conformarse con las migajas. "También la lluvia" arañó el Goya a mejor secundario para Karra Elejalde y "Buried", los de mejor guión y montaje, que fueron los importantes que "Pa negre" dejó libres.

Pero, evidentemente, las protestas a las puertas del Teatro Real contra la ley Sinde se comieron en parte el interés de la gala, que se ha calificado como un poco aburrida, perdido el efecto sorpresa del año pasado. Había mucha expectación por escuchar el último discurso de De la Iglesia como presidente de la Academia, en el que radiografió la situación en la que se encuentra el cine español ahora mismo y afirmó que Internet no era el futuro, sino el presente, y que hay que buscar modos de adaptarse. Fue de las pocas alusiones al elefante en el salón, pues Andreu Buenafuente ya afirmó antes de la ceremonia que obviaría el tema para no crear tensiones. Oh, y con su quinto Goya (este por "Biutiful"), Javier Bardem es el actor que más cabezones tiene.

También hubo una gran triunfadora en los BAFTA, que se afianza todavía más como la gran favorita a batir en los Oscars; "El discurso del rey". Se llevó los galardones a mejor película, película británica, actor, los dos secundarios, guión, música y algo más, y sólo se escapó el de director, que fue a parar a David Fincher en un reparto que no sería raro que se repitiera en el Kodak Theatre en un par de semanas. Está claro que "La red social" ha perdido empuje desde diciembre, y quizás no le llegue el resuello para alcanzar la meta. Aquí no había polémicas por leyes antidescargas, aunque sí había runrún por el desmantelamiento del UK Film Council, organismo público del que procedía uno de los ocho millones de libras que costó "El discurso del rey".

El resto de premiados fueron los esperados, aunque no sé si Roger Deakins había ganado en alguna entrega previa por la fotografía de "Valor de ley". El premio a la estrella en ascenso, entregado por el público, se lo llevó Tom Hardy, y entre los galardones honoríficos se reconoció a la saga de Harry Potter por su contribución al cine británico (no me imagino a los Goya haciendo lo mismo con la saga de "Torrente", que cada vez que estrena película cura todos los malos datos de taquilla del cine español).

13 febrero 2011

De Harlan a San Diego

"Justified" fue uno de los mejores estrenos de la temporada pasada. Consiguió unir los mandatos del noir de Elmore Leonard, en cuyo Raylan Givens se basa, con unos toques de western dados por los principios por los que Givens se rige para llevar a cabo su trabajo de marshall. Y la mezcla salió realmente bien, con unos personajes muy bien dibujados, unos diálogos estupendos y llenos de ironía y una sensación de que, a pesar de que a veces quieran contarnos cosas mas serias, como la casi nula relación de Raylan con su padre, es simplemente divertida de ver, muy entretenida. Para esta segunda temporada, esa sensación de diversión sigue presente (el jefe de Raylan es tremendo), y aunque los personajes que ya conocíamos continúan por ahí, nos introducen a una banda-familia criminal que apunta a dejar buenos momentos.

Para los que hayáis visto "Winter's Bone", esa banda y el ambiente en el que se mueven no os resultará ajeno, y va a ser interesante cómo se las apaña Givens con ellos, teniendo en cuenta, además, que todos lo conocen seguramente desde que era un niño. Pero no desesperéis, porque el gran Boyd Crowder, uno de los mejores personajes de la pasada temporada, también está por ahí, pasando su propia penitencia por las cosas que sufrió y que hizo al final de la primeras entrega, y es muy probable que mantenga su imprevisibilidad y esa complicidad con Raylan que le añade a la serie una capa de mayor complejidad.

Curiosamente, "Cougar Town" (protagonizada por Courtney Cox) deja su hueco en la ABC durante un par de meses a otra sitcom con un ex-"Friends" al frente, "Mr. Sunshine", con Matthew Perry, que además también la produce y es co-guionista del piloto. Él da vida al director de un pabellón deportivo de San Diego, un tipo cínico, egoísta y bastante solitario que debe lidiar con una jefa loca (una Allison Janney en su salsa) y un grupo de empleados bastante más felices, pero con su punto excéntrico. Alguien decía por Twitter que parecía como si quisieran que Perry fuera Liz Lemon en un "30 Rock" centrado fuera de la televisión, con la misma pretensión de ritmo acelerado, pero en el primer episodio no es que hagan un trabajo demasiado bueno.

Es cierto que "30 Rock", por ejemplo, necesitó cuatro episodios para encontrar su ritmo, y quizás "Mr. Sunshine" lo haga también. Al fin y al cabo, sólo hemos visto el piloto. También es cierto, como decían algunos críticos estadounidenses, que el personaje de Perry es en el fondo bastante triste y oscuro como para que sea el centro de una comedia para la ABC, y que a su alrededor todo tiene que ser mucho más divertido para que haya contraste, o directamente abrazan la oscuridad de su protagonista. El primer capítulo no es demasiado gracioso, pero aún estoy dispuesta a darle otra oportunidad.

Música de la semana: El título de la sitcom de Perry me ha llevado a una asociación un poco pillada por los pelos con "Sunshine of your love", un éxito de Cream del que Living Colour hizo una versión para la banda sonora de "Mentiras arriesgadas".

11 febrero 2011

Colonos extrasolares

El espacio. La última frontera. Eso decían al principio de cada capítulo de "Star Trek", y en "Outcasts", tiene un significado bastante literal. La nueva serie de ciencia ficción de la BBC nos lleva hasta Carpathia (como el barco que acude a rescatar a los supervivientes del Titanic), un planeta fuera de nuestro Sistema Solar en el que unos pocos colonos humanos se establecen, huyendo de una Tierra destrozada por las guerras atómicas y la superpoblación. Llevan ya diez años intentando montar de cero una nueva sociedad que no repita los errores del pasado (la vieja utopía), pero también están bastante solos, ya que los transportes que deben llevar más colonos no siempre logran completar los cinco años de viaje.

Con este punto de partida, y un aire muy de western, la cadena está emitiendo la serie, de ocho capítulos, dos veces a la semana, lo que ofrece una buena muestra de cómo es y de si nos va a ofrecer algo interesante. Da la sensación de que algunos de esos colonos no fueron enviados a Carpathia como premio o de forma voluntaria, y la verdad es que algunas de las cosas que cuentan sobre los primeros momentos del asentamiento parecen más interesantes de ver que lo que nos han enseñado hasta ahora. Abusan mucho de los diálogos explicativos en lugar de mostrarnos algo de lo que explican (el comportamiento de cierto personaje que sólo vemos en el piloto habría sido más fácilmente comprensible y a lo mejor habría facilitado que, por lo menos en mi caso, le encontrara un poco de gancho a todo), y por ahora tampoco tienen unos personajes que destaquen especialmente.

No los caracterizan por sus actos ("show, don't tell", que dicen en EE.UU.), sino por lo que se dice de ellos (y los diálogos no son especialmente el fuerte de la serie), y se pierde así un poco de fuerza. El supuesto villano y su dejà vú hacia un Gaius Baltar mucho menos loco me intriga, y también el pasado del presidente de Carpathia, además de que han encontrado unos paisajes simplemente sensacionales para ambientarlo todo (está rodada en Sudáfrica, creo). Me recuerda demasiado a "Survivors", otra postapocalíptica de la BBC, en el sentido de no tener una caracterización de personajes demasiado lograda, aunque en "Outcasts" igual consiguen que la trama enganche. Por ahora, está un poco de tierra de nadie, como los habitantes de Carpathia.

10 febrero 2011

Dillon forever

AVISO: Esta despedida de "Friday night Lights" se hace antes de ver el último capítulo de la serie (me toca hacer la reseña para "¡Vaya Tele!", así que he preferido no repetirla aquí). Creo que no habrá spoilers si aún no has visto la quinta temporada y tampoco se contará nada demasiado concreto del resto de la serie, por si alguno aún no la conocéis, pero mejor prevenir que pitufar.

La sorprendente supervivencia y resistencia de "Friday Night Lights" en la parrilla estadounidense ha sido una de las historias más comentadas y repetidas en los recordatorios a la serie que han ido surgiendo en la semana en la que se ha emitido su último episodio. Especialmente, se trae a colación porque ha tenido que cerrar casi todas sus temporadas con un final que pudiera servir de broche a todas las tramas, ya que sus bajas audiencias la mantuvieron tres años viviendo al borde de la cancelación continua. El acuerdo entre la NBC y DirecTV para salvarla, tras una segunda entrega cortada abruptamente por la huelga de guionistas de 2007/08, fue una pequeña revolución en el mundillo, abriendo el camino para que otras series, como "Damages", pudieran ser rescatadas del mismo modo, y el gran suspiro de alivio colectivo que se respiró cuando Kyle Chandler y Connie Britton fueron nominados en los últimos Emmy tampoco se ha visto muy a menudo.

Nada de eso habría sido posible si la serie no estuviera a la altura, si no fuera uno de los mejores dramas (a pesar de algún altibajo muy notable) que ha dado la televisión estadounidense reciente, y si no tuviera un puñado de fans que la apoyan con fuerza, además del favor de los críticos. Uno de ellos, James Poniewozik, escribía en la revista "Time" que lo más logrado de "Friday Night Lights" era el sentimiento de comunidad, cómo transmite la sensación de que el espectador está ahí, en Dillon, con los personajes, que sufre y se alegra con ellos y por ellos, y que estos no serían lo que son si no tuvieran tras de ellos al equipo de fútbol, a sus familias, a sus amigos del instituto, a sus vecinos o los feligreses con los que comparten la misa de los domingos. Y todas las historias estaban tan integradas en esa vida diaria de la comunidad que las despedidas de personajes y la llegada de otros nuevos se ha hecho de modo natural, como la vida misma. En la quinta temporada, a veces resulta difícil acordarse que Vince, Becky o Luke no llevan con nosotros desde el principio, y que antes sus puestos los ocupaban Smash, Tyra o Street.

En eso, "Friday Night Lights" es un equipo bien engrasado del que Eric Taylor estaría orgulloso. Aunque el entrenador y su mujer han sido casi desde el principio el centro de la serie, el resto de personajes tenían su importancia y su oportunidad de brillar y, si acaso, uno de los defectos que tiene el show es intentar a veces demasiadas tramas a la vez, que no pueden recibir el cuidado necesario para que cuajen mejor. Pero muchas veces se compensa con su gran capacidad para emocionar, y no sólo a través de esos geniales discursos de Eric en el vestuario para animar a sus chicos cuando un partido se pone difícil. Los silencios que él comparte con Tami, el estoicismo de Tim, la dignidad de Matt, las ganas de escapar y ser mejor de Tyra, la pelea por salir adelante de Vince... La efectividad de todos esos momentos y de esas historias se basa en los pequeños detalles y en cómo los cuidaban actores y cámaras, que tenían en el set una gran libertad creativa.

Más de una vez hemos dicho que en "Friday Night Lights" importa cómo se cuentan las cosas, más que lo que se cuenta, y ese afán por dotarlo de verdad y de hacer que los espectadores se asomen un pedazo de vida cada vez que ven un episodio. Por eso mismo, la serie seguía el mismo lema que los Panthers del entrenador Taylor, y con ojos limpios y corazones llenos, todos sabemos que no se puede perder.

09 febrero 2011

Al modo de Chicago

"It's the Chicago way". Esta frase de "Los intocables" no sólo es la inspiración para el título de la nueva serie de Shawn Ryan, "The Chicago code", sino que también resume su espíritu y el tema que intenta mostrar a través de la pugna entre la superintendente de policía y uno de los próceres de la ciudad, que representan dos puntos de vista diferentes sobre el Chicago que quieren. Teresa Colvin es la primera mujer que alcanza un cargo tan alto en el departamento, y quiere usarlo para limpiar la policía y, si puede, el resto de la ciudad de elementos corruptos. Ronin Gibbons, que fue el valedor de Colvin para llegar a superintendente, dirige la ciudad desde el ayuntamiento (es el más importante por debajo del alcalde) a través de esas corruptelas, favores y maniobras a lo Nucky Thompson, que tal vez hasta lleven sus conexiones al mundo del crimen organizado.

Ese es el esquema básico y la trama continuada de la serie. Nos dejamos al tercero en discordia en todo el tinglado, el detective de homicidios Jarek Wysocki, ex compañero de Teresa, un tipo solitario que despacha compañeros con la misma rapidez con la que Rachel Berry se pone a cantar en "Glee" y que es la persona en la que ella confía para llevar a cabo su limpieza e investigar todos los casos que puedan estar relacionados con las actividades en la sombra de Colvin. Todo esto es bastante más complejo de lo que parece y, en realidad, su explicación daría para un piloto de dos horas, pero "The Chicago code" lo comprime en 45 minutos, razón por la que su primer episodio va a toda velocidad y suelta tanta información, que seguramente necesitamos un par más de capítulos para digerirla y hacernos una mejor idea del tapiz sobre el que se mueven los personajes. Si una cosa hemos aprendido viendo "The good wife" es que Chicago es una ciudad con unas interacciones entre todas sus capas realmente complicadas y un modo especial de hacer las cosas, y la nueva serie de Shawn Ryan se va a meter de lleno en ellas.

De momento, hay que decir que los tres actores elegidos para interpretar a Colvin, Gibbons y Wysocky (Jennifer Beals, Delroy Lindo y un Jason Clarke que debe decidir con qué acento va a hablar) nos presentan rápida y eficientemente a sus personajes sin necesidad de hablar, y entre Beals y Clarke apunta una dinámica que de verdad parece tener toda una historia a sus espaldas. Por supuesto, en el piloto apenas da tiempo a que empecemos a conocerlos más, y su caracterización se hace en detrimento de otros secundarios que tampoco tienen mala pinta. El nuevo compañero de Wysocki, Caleb Evers (Matt "Luke Cafferty" Lauria), puede ser un contrapunto divertido para la intensidad con la que Jarek va a todas partes.

Cuando llevemos más episodios podremos comprobar si el potencial de "The Chicago code" se desarrolla por completo. De momento, además de todo lo dicho, hay que darles puntos extra por rodar en Chicago (y no en un Nueva York disfrazado, lo que es un pequeño hándicap para "The good wife") y no deja de resultar simpático que la excusa para evitar los tacos y las expresiones malsonantes sea que a Wysocki no le gusten.

08 febrero 2011

La velocidad y el tocino

Cuando queremos explicar que dos cosas no tienen nada que ver, que entre ellas no hay relación de causa-efecto, no es raro que digamos eso de "qué tiene que ver la velocidad con el tocino" (habrá quien nos responda "que a más tocino, menos velocidad", pero eso lo dejamos para otro día). Es una frase hecha que podría aplicarse perfectamente al peso relativo de la calidad frente a la audiencia a la hora de renovar una serie (y al revés), algo que nos empeñamos en mezclar con insistencia cuando una y otra no tienen por qué ir de la mano y, en muchas ocasiones, parecen dos entes que conviven de modo independiente.

En los comentarios de esta entrada sobre la renovación por una segunda temporada de "El barco", no falta quien se queja de que cómo puede esa renovación ser "lógica" si la opinión más o menos generalizada es que la serie no es gran cosa, siendo benévolos. Pero cuatro millones de espectadores y una cuota de pantalla del 20% son argumentos de peso para que sea de cajón que Antena 3 quiera seguir contando con ella. ¿O porque a unos pocos les parezca mala van a desperdiciar un éxito semejante? La audiencia en directo sigue siendo el rasero para determinar si una serie sobrevive o se hunde en su primer chapuzón. "Lone Star" podía tener un piloto muy bueno, pero si no lo vio nadie, Fox no iba a mantenerla en antena como medida de caridad. Y "Dos hombres y medio" podrá tener muy malas críticas, pero se disuelven como un azucarillo en el café frente a más de 12 millones de espectadores (los problemas de Charlie Sheen sí tienen el potencial de dar al traste con ella, no su calidad ni su audiencia).

De vez en cuando hay excepciones a estas normas, series de calidad que acumulan buenas críticas, pero audiencias paupérrimas, y que se salvan porque ese prestigio permite buscar un acuerdo que las haga un poco rentables para las cadenas: "Friday Night Lights" se salvó gracias a la colaboración entre DirecTV y la NBC, "Chuck" está teniendo una cuarta temporada gracias a los patrocinios y la promesa de sus responsables de recortar gastos, "Padre de familia" volvió de entre los muertos por las ventas en DVD, que en parte eran una de las razones por las que Syfy no canceló "Battlestar Galactica" en la tercera temporada... Sólo con buenas críticas no se va a ninguna parte, ahí están esta temporada "Terriers" o "Rubicon" para probarlo, y a veces, incluso aunando eso, prestigio y premios para la cadena y una audiencia relativamente exitosa, la supervivencia de una serie no está garantizada. "Mad Men" es LA serie de AMC, pero las negociaciones para renovarla año a año son siempre un suplicio (un gran fan como "Serieina" suele seguirlas muy de cerca). El dinero...

07 febrero 2011

La cocina del maquillaje

Además de los realities de "ver a gente no hacer nada" (tipo "Gran Hermano") y los de carreras-competiciones varias (como "Survivor" y las variaciones de "The amazing race"), existen otros que podríamos llamar "profesionales". No son tanto talent shows a lo "Operación Triunfo" o "X Factor", porque ahí la gracia es descubrir a gente amateur que, en este caso, sepa cantar, sino concursos entre gente en su mayoría con cierta experiencia en un determinado campo, que se han preparado específicamente en él, y que acuden al programa buscando su oportunidad de alcanzar el éxito. El primero que inició todo esto fue "Project Runway" con sus diseñadores de moda, y tras él llegó "Top Chef", que casi se ha convertido en un nuevo modelo para hacer nuevos realities.

Desde luego, el que estrenó hace un par de semanas Syfy, "Face off", se parece mucho al de los cocineros de su cadena hermana Bravo, hasta el punto de que Mackenzie Westmore, su presentadora, sigue un poco el estilo de Padma Lakshmi. En realidad, el esquema de intercalar declaraciones a cámara de los participantes comentando lo que está pasando es un truco muy clásico y muy usado por todo el género, pero los parecidos son más de mecánica, con el desafío rápido que da inmunidad al que lo gana y el reto que decide al concursante eliminado. Hasta la música es del mismo estilo. Lo cual no es extraño porque, en el fondo, tampoco hay tantos modos diferentes de hacer un programa de este estilo.

No obstante, "Face off" resulta sorprendentemente entretenido. El montaje acelerado permite que no se hagan largos los varios días que tienen los participantes para resolver sus desafíos (lógico, porque crear esas criaturas no puede hacerse en las cinco horas que a lo mejor tienen en "Top Chef" para cocinar dim sum, o lo que sea), y parecen haber dado con un casting que va a dar juego y, lo que es más importante, un trío de jueces que no se cortan a la hora de comentar los trabajos de los concursantes (alguno de los jueces hasta ha ganado tres Oscars).

Comprendo perfectamente que sea tan fácil engancharse ha este tipo de realities y, especialmente, a "Top Chef" y sus derivados, a pesar de que su principal defecto es que no podemos probar la comida. Tienen buen ojo eligiendo a los participantes, que son gente con talento y un ego bastante saneado, y los jueces tienen en su mayoría personalidades lo suficientemente fuertes para que verlos repartir elogios y críticas sea divertido (Anthony Bourdain es insuperable en esto). Aún no soy más que una iniciada en este mundo, pero sí que me resulta gracioso ver, en algunos de los retos de "Top Chef", cómo el público que prueba a veces los platos de los concursantes habla de texturas y conjunción de sabores como si hubieran estudiado años al lado de Ferrán Adriá en El Bulli.

06 febrero 2011

Estas son mis series

Esta noche se celebra la SuperBowl, la gran final de la liga de fútbol americano en Estados Unidos, el mayor evento televisivo de la temporada, hasta el punto de que oscurece el aspecto deportivo (este año la juegan Green Bay Packers y Pittsburgh Steelers, por si os interesa). La cadena que la retransmite cada año aprovecha para promocionar sus programas y sus series, compitiendo por un hueco con el show del descanso y con los anuncios hechos especialmente para la ocasión. Fox es la responsable de la retransmisión de la SuperBowl de este año, y para ello se ha marcado esta simpática promoción con los protagonistas de gran parte de sus series (vista en Twitter).



Estos anuncios conjuntos son un clásico (he aquí uno de USA muy logrado, de hace un par de años), del mismo modo que lo es utilizar algún personaje muy emblemático para construir la imagen de marca de la cadena. Por ejemplo, esta cortinilla de identidad navideña de BBC One, con uno de esos entrañables "saleros".



No obstante, de los anuncios sobre televisión emitidos en SuperBowls pasadas, pocos superan el de Hulu con Alec Baldwin. Parece obra de los guionistas de "30 Rock", y es como si Baldwin y Jack Donaghy se hubieran fusionado.



Finalmente, entre esas promociones conjuntas de varias series, la de la casa de ABC de hace un par de temporadas es una de las más logradas, sobre todo en la unión de las series y los realities.



Música de la semana: Ya que estamos con anuncios, esta semana ha empezado a emitirse uno de esos de Coca-Cola de buenrrollismo y "queremos la paz mundial" del que lo que me parece más curioso es que usen una versión, cantada por un coro de niños, de "Whatever", de Oasis.

05 febrero 2011

El reto de los casi famosos

El título de esta entrada lo dice todo, ¿o no? Esto de ver a actores ahora conocidos en papeles anteriores siempre es divertido, pero lo es mucho más cuando tenemos que estrujarnos las meninges y tirar de San Google y Santa Imdb para averiguarlo. Este humilde blog no puede premiar al ganador con miles de dólares por cortesía de una marca italiana de pasta, como "Top Chef"; este reto es más un tema de honrilla personal. Y es más sencillo de lo que parece.

Bien, con esos ojos, comprendería que pensárais que esto es una precuela de "Blade" o "Underworld" o algo así, pero no es el caso. La morena de la izquierda es una actriz muy respetada que hasta ha llegado a participar en un videoclip de una conocida banda escocesa muy cool. ¿Alguna idea?

Con esa cara y esos ojos, no creo que sea complicado adivinar quién es esta actriz. El fotograma corresponde a un papel muy clásico que fue el que la dio a conocer, y del que se estrenará otra versión este año.

La joven de la izquierda es la mejor pista para saber a qué corresponde el fotograma. Pero la que nos interesa es la chica de la derecha. No se la ve muy bien, cierto, pero si no, no tendría gracia. Como pista, sólo diré que ha sido una de las revelaciones de 2010. Y a todo esto, ¿cuál era su papel en la imagen?

Que sepáis, así en plan salsarrosero, que el joven sentado en las escaleras y la rubia se conocieron en ese trabajo y se casaron. ¿Y quién es él?

Finalmente, a esta actriz le ha llegado el reconocimiento bastante tarde, pero no se puede decir que no haya estado trabajando sin parar desde hace tiempo. Por ejemplo, en lo del fotograma, basado en un libro de un showrunner muy respetado, pero que nunca tiene suerte con los premios.

Casi se me olvidaba, mañana por la mañana actualizaré la entrada con las respuestas. ¡A jugar!

Actualización: Allá vamos con las soluciones, que ya veréis que son realmente fáciles buscando un poco port Internet. La primera foto muestra a Marion Cotillard en "Taxi 2"; en la segunda tenemos a Ruth Wilson en la miniserie "Jane Eyre"; la tercera corresponde a la cuarta temporada de "Medium", y Jennifer Lawrence interpreta ahí a una joven Allison DuBois; el de la cuarta es James McAvoy en la versión inglesa de "Shameless", y la quinta foto corresponde a Melissa Leo en "Homicidio".

04 febrero 2011

Un exceso de perfección

Hace ya algún tiempo, cuando David Beckham estaba en la cima de su éxito mediático (más o menos, el verano en el que el Real Madrid lo fichó desde el Manchester United), una amiga mía se quejaba de que aquel inglés rubio y tatuado estuviera por todas partes y fuera presentado como el mayor sex symbol del momento. Si le preguntabas cuál era la razón por la que Becks no le gustaba, su respuesta era siempre la misma, corta y contundente: "Es demasiado guapo". ¿Se puede ser demasiado perfecto? ¿Pueden estar todos los componentes de algo tan cuidados y tan perfectamente encajados que el conjunto se resienta?

Por ahí parecen venir buena parte de las críticas más o menos negativas hacia "Boardwalk Empire". Entre la cadena (HBO), los nombres asociados detrás de las cámaras (Martin Scorsese, Mark Walhberg y Terence Winter), los rostros que dan vida a esos personajes (de Steve Buscemi a Michael Pitt o Kelly Macdonald), el dineral gastado en reconstruir el Atlantic City de 1920, los premios que ha ganado recientemente... Todo eso hace que bastante gente la vea fría, sin alma, demasiado perfecta. Supongo que todas las expectativas generadas por esos nombres también tienen parte de la culpa, porque cualquier cosa que no supere a "Los Soprano" se verá como algo menor. El perfeccionismo en los detalles puede ser, paradójicamente, uno de los defectos principales de las series de época (ni siquiera "Mad Men" es inmune a eso), y es comprensible que pueda convertirse en una de las excusas para abandonar el show sin mirar atrás.

Una cosa es cierta; no es una serie de maratones, ni siquiera en el tramo final, cuando de repente lo que está en juego es algo mucho más grande que en el piloto y todos los personajes están involucrados. Su objetivo, al menos en esta primera temporada, es trenzar bien el tapiz de cómo era aquella época y cómo era el caldo de cultivo de las familias mafiosas que alcanzarían el poder unos pocos años más tarde. La época de la Ley Seca se considera el punto de partida del crimen organizado moderno en Estados Unidos, y la situación es demasiado compleja para centrarlo todo en un personaje o una sola trama (sólo con las actividades de Arnold Rothstein daría para otra serie). A mí me resulta muy interesante; entiendo que, a otros, no.

Sin embargo, la clave en todo esto es Nucky Thompson. De algún modo extraño, Steve Buscemi es la serie, y su interpretación de Nucky como un corrupto que quiere dominarlo todo, pero al que no le gustan las demostraciones explícitas de fuerza, más un político que un gángster, es lo que le confiere el principal punto de enganche. Sin tener la presencia física de James Gandolfini ni el aire enigmático de Jon Hamm, Buscemi logra convertirse en indisociable de su personaje y afianzar su rol de pilar de la serie. Nucky no es perfecto, y él sabe cómo hacérnoslo ver.