"Alphas" tiene algo. Cuando se estrenó, hablamos de sus inevitables comparaciones con "X-Men" y con "Héroes", pero es curioso que, llevando sólo tres capítulos, haya entrado de repente un muy curioso dejà vú a los casos autoconclusivos de "Fringe" (que ya sabéis que, a su vez, tienen su propio dejà vú a "Expediente X"). Estos alfas que el equipo del doctor Rosen busca no hacen "el Mal" porque tengan complejo de archivillano de cómic, o de malo de James Bond, y quieran destruir el mundo sólo porque pueden. Los mueven motivaciones bastante más humanas y no siempre controlan lo que puede ocurrir si desatan sus poderes, aunque también los hay que realmente quieren causar dolor y que no deberían andar sueltos por la calle. Además de los casos, se ha introducido Binghamton, ese lugar que no parece trigo limpio y donde llevan a los alfas que Rosen captura, y se sigue mencionando ese grupo rival de superhéroes, Red Flag, como si fuera algo del pasado.
Se nota que uno de sus creadores, Zak Penn, está curtido en los guiones de un par de películas de "X-Men" y de "El increíble Hulk", porque tiene mucho más claro qué hacer con sus superhéroes. Las habilidades tienen todas una contrapartida, y las acciones que emprenden los héroes tienen consecuencias. La dinámica del grupo está bien dibujada desde el principio, y ver a David Strathairn, que siempre aporta dignidad y honestidad a todos sus personajes, siempre es un buen aliciente. "Alphas" parece apuntar a algo un poco más serio que el resto de títulos de Syfy, y parece tener el potencial de dar un salto similar al que dio "Fringe" a mitad de su primera entrega. Me intriga bastante ver por dónde se moverán estos nuevos exponentes del "no tights, no flights", el lema de los productores de "Smallville" al principio de la serie.
Justo en sus dos últimos episodios, "Scott & Bailey" también da un pequeño salto cualitativo, al lograr que el entrelazado de las vidas personales y profesionales de sus protagonistas tenga consecuencias mucho más graves de lo que parecía en un principio. Sirven también para desarrollar mejor a su pareja protagonista, y para mostrar que ser amigas también implica discutir, pelearse porque crees que la otra persona está cometiendo una equivocación y defenderla cuando se encuentra en una posición delicada. Es muy curioso ver el contraste entre el calmado modo de hablar de Janet Scott y el torbellino que suele ser Rachel Bailey, y cómo sus personalidades se aplican a los interrogatorios (Scott es más tipo perro de presa disfrazado de pastor bonachón, porque pregunta y pregunta, sin levantar la voz ni perder la educación, y no para hasta que no logra lo que busca). También es curiosa la relación con la jefa, a ratos la convencional de este tipo de series y a ratos, algo un poco distinto.
Como suele ocurrir en estos casos, es la pareja de detectives la que justifica el visionado de la serie y la que logra que, al final, hasta estés un poco enganchado y todo (me sigue fascinando la cara de Lesley Sharp). Incluso hay, de vez en cuando, unas curiosas reflexiones sobre el doble rasero por el que se mide a veces a las mujeres en esos trabajos más tradicionalmente de hombres. "Scott & Bailey" tendrá segunda temporada y, ahira que ya conocemos bien a todos sus personajes, está bien situada para que no sea sólo una serie de detectives de las que hay a patadas en la tele británica.
P.D.: No, "Fringe" no es una serie de verano, pero para matar el tiempo hasta que vuelva su cuarta temporada, en "Ohhh TV!" han grabado un podcast especial, con spoilers, sobre todo lo que hemos visto hasta ahora. Yo estoy por ahí, teorizando cosas locas que luego veremos si no vuelven a martirizarnos.
Música de la semana: También es muy clásico que haya abogados en las parrillas estadounidenses y británicas, y uno de los últimos ejemplos es "Suits", una serie que sigue la fórmula que tannto éxito le da al canal USA. Aquí hay abogados muy exitosos y un chico con memoria fotográfica que ayuda a uno de ellos, y es la típica serie en la que, si los personajes te convencen, seguirás con ella aunque nunca pase de un entretenimiento ligero. De hecho, es un poco "White Collar" con abogados. Eso sí, tiene una canción para sus créditos muy bien elegida, "Greenback boogie", de una banda de Los Ángeles con el curioso nombre de Ima Robot.
31 julio 2011
29 julio 2011
La guerra "olvidada"
Esto no se basa en ningún estudio científico, pero da la sensación que, cuando se ruedan películas bélicas, el 80% se ambienta en la Segunda Guerra Mundial (si son estadounidenses, el 70% será sobre la guerra de Vietnam). Evidentemente, la escala de ese conflicto y sus repercusiones, que se sienten aún hoy, llevan a que el cine lo haya explorado bastante, aunque haya todavía algunos aspectos menos tratados y hasta un poco olvidados por las películas. Este interés deja un poco aparcada otra contienda que también cambió por completo el mundo de aquella época y, de algún modo casi paradójico, lo introdujo en la modernidad: la Primera Guerra Mundial, o la Gran Guerra, como se la conoció entonces.
No vamos a ponernos aquí a analizar por qué se desató la guerra o las consecuencias que trajeron sus acuerdos de paz. Lo que nos interesa, que es también lo que interesa al cine y la televisión, es que era la primera guerra moderna, en la que había involucradas máquinas como tanques o ametralladoras, la primera en la que se desarrollaron y se utilizaron armas químicas con potencial para causar muertes en masa y la primera en la que la propaganda comenzó a ser tan crucial como la estrategia de las batallas. Sin embargo, los hombres que se alistaban para luchar aún tenían en mente la idea "romántica" de las guerras del siglo XIX, la idea de que era un asunto de camaradas y de que el grupo entero de amigos, o el equipo entero de crícket debía unirse al ejército y combatir por el honor de la patria. Las trincheras francesas destrozarían por completo todos aquellos ideales. La cantidad de muertos fue tal, que en Inglaterra se denomina a todos aquellos hombres que murieron entre 1914 y 1918 "la generación perdida".
Con ese periodo de tiempo va a lidiar la segunda temporada de "Downton Abbey", de la que circula un brevísimo teaser, de no muy buena calidad, que parece formar parte de una promoción más larga de las series de ITV para este otoño, y que nos muestra a unos cuantos ocupantes de la casa vestidos de uniforme. "La guerra lo cambia todo", dicen más o menos en esa promo, y razón no les va a faltar. Simplemente a nivel emocional, los combatientes que sobrevivieron a la contienda regresaron muy cambiados a casa (ahí tenemos como prueba también al Jimmy Darmody de "Boardwalk Empire") y las relaciones socio-económicas ya no podían ser las mismas que en 1912, cuando empieza la serie.
Lo curioso es que no va ser sólo "Downton Abbey" la que trate ciertos aspectos de la Primera Guerra Mundial, sino que también una de las películas más esperadas del año, "War horse", nos meterá de lleno en el barro de las trincheras. ¿Va esto a traer una especie de revival de aquella época? Hace tiempo que se habla de rodar otra versión de "Sin novedad en el frente" pero, por ahora, creo que la última cinta ambientada en la guerra es "Feliz Navidad", de 2005, que cuenta la tregua espontánea de la Nochebuena de 1914 entre los soldados británicos y los alemanes.
No vamos a ponernos aquí a analizar por qué se desató la guerra o las consecuencias que trajeron sus acuerdos de paz. Lo que nos interesa, que es también lo que interesa al cine y la televisión, es que era la primera guerra moderna, en la que había involucradas máquinas como tanques o ametralladoras, la primera en la que se desarrollaron y se utilizaron armas químicas con potencial para causar muertes en masa y la primera en la que la propaganda comenzó a ser tan crucial como la estrategia de las batallas. Sin embargo, los hombres que se alistaban para luchar aún tenían en mente la idea "romántica" de las guerras del siglo XIX, la idea de que era un asunto de camaradas y de que el grupo entero de amigos, o el equipo entero de crícket debía unirse al ejército y combatir por el honor de la patria. Las trincheras francesas destrozarían por completo todos aquellos ideales. La cantidad de muertos fue tal, que en Inglaterra se denomina a todos aquellos hombres que murieron entre 1914 y 1918 "la generación perdida".
Con ese periodo de tiempo va a lidiar la segunda temporada de "Downton Abbey", de la que circula un brevísimo teaser, de no muy buena calidad, que parece formar parte de una promoción más larga de las series de ITV para este otoño, y que nos muestra a unos cuantos ocupantes de la casa vestidos de uniforme. "La guerra lo cambia todo", dicen más o menos en esa promo, y razón no les va a faltar. Simplemente a nivel emocional, los combatientes que sobrevivieron a la contienda regresaron muy cambiados a casa (ahí tenemos como prueba también al Jimmy Darmody de "Boardwalk Empire") y las relaciones socio-económicas ya no podían ser las mismas que en 1912, cuando empieza la serie.
Lo curioso es que no va ser sólo "Downton Abbey" la que trate ciertos aspectos de la Primera Guerra Mundial, sino que también una de las películas más esperadas del año, "War horse", nos meterá de lleno en el barro de las trincheras. ¿Va esto a traer una especie de revival de aquella época? Hace tiempo que se habla de rodar otra versión de "Sin novedad en el frente" pero, por ahora, creo que la última cinta ambientada en la guerra es "Feliz Navidad", de 2005, que cuenta la tregua espontánea de la Nochebuena de 1914 entre los soldados británicos y los alemanes.
28 julio 2011
Cuestión de egos
La gente que se dedica a trabajos creativos, artísticos, suele tener un ego bien saneado. O, mejor dicho, no es raro encontrarse a gente así en esos sectores, y la ficción televisiva no es ajena a ello. Los creadores y showrunners de las series tienen que defenderlas y mantenerlas cómo ellos las imaginaron de las presiones de los ejecutivos de la cadena, sus colaboradores en la serie, los críticos y el público, y deben estar seguros de lo que hacen para poder llevarlas a buen puerto. Eso implica, muchas veces, tener unos egos a prueba de balas.
Cuando terminó la quinta temporada de "Cómo conocí a vuestra madre", muchos críticos se quejaron insistentemente a sus creadores, Craig Thomas y Carter Bays, de que la serie había perdido el paso. Ellos escucharon y afirmaron comprender esas críticas, y explicaron que el rumbo de corregiría en la sexta temporada. En el otro extremo, Veena Sud, la productora ejecutiva de "The Killing", se ha mostrado impermeable a todas las quejas que ha recibido acerca, principalmente, del final de su primera entrega, defendiendo contra viento y marea las decisiones tomadas y sin reconocer que se haya cometido ningún error (como mucho, y en lo que coincide con los jefes de la AMC, que no supieron manejar las expectativas creadas). Si dejamos de lado que, a veces, los críticos son de muy poca ayuda y se vuelven realmente irritantes cuando se empecinan tanto en una cosa (y sus quejas a veces suenan también al "como esto no va por dónde yo quiero, lo defenestro"), es verdad que Sud ha estado dando una imagen de ego muy saneado un poco en la línea de otros showrunners como Ryan Murphy y Matthew Weiner.
Cada uno en su estilo, a sus ojos, sus series son perfectas, no necesitan cambiar nada, y cualquier crítica que se les haga casi responde a algún tipo de interés oculto por parte de quien la realiza. Célebres son ya las peleas de Weiner con los periodistas que recibían screeners de "Mad Men" a raíz de los spoilers, cuando él mismo había adelantado algunos de esos spoilers en entrevistas promocionales, y Murphy ha estado toda la temporada liándola buena con sus comentarios sobre los grupos que no quieren ceder su música a "Glee" (y vaya por delante que Kings of Leon van también de muy sobrados) y, últimamente, confundiendo a todo el mundo sobre la posible marcha de algunos de sus protagonistas una vez que sus personajes se gradúen del instituto (bueno, en realidad ha sido Brad Falchuk el que ha estado embrollándolo todo al desmentir, de una manera sorprendentemente muy categórica, lo que Murphy había declarado a "The Hollywood Reporter").
Por otro lado, el mero hecho de que estemos comentando esto ya habla bien a las claras de cómo ha cambiado el modo en el que nos enfrentamos a una serie. Ya no sólo vemos los capítulos y decidimos si nos convencen o no, sino que podemos leer a sus creadores explicándose y hasta podemos pedirles esas explicaciones a través de Twitter, por ejemplo. No saber quiénes eran los creadores de las series no influía en el modo en el que las veíamos, pero ahora puede haber gente que, si un showrunner en concreto no le ofrece las explicaciones que quiere sobre una serie, puede dejar de verla. No es que sea algo que a mí me convenza, pero cada uno es cada uno.
Cuando terminó la quinta temporada de "Cómo conocí a vuestra madre", muchos críticos se quejaron insistentemente a sus creadores, Craig Thomas y Carter Bays, de que la serie había perdido el paso. Ellos escucharon y afirmaron comprender esas críticas, y explicaron que el rumbo de corregiría en la sexta temporada. En el otro extremo, Veena Sud, la productora ejecutiva de "The Killing", se ha mostrado impermeable a todas las quejas que ha recibido acerca, principalmente, del final de su primera entrega, defendiendo contra viento y marea las decisiones tomadas y sin reconocer que se haya cometido ningún error (como mucho, y en lo que coincide con los jefes de la AMC, que no supieron manejar las expectativas creadas). Si dejamos de lado que, a veces, los críticos son de muy poca ayuda y se vuelven realmente irritantes cuando se empecinan tanto en una cosa (y sus quejas a veces suenan también al "como esto no va por dónde yo quiero, lo defenestro"), es verdad que Sud ha estado dando una imagen de ego muy saneado un poco en la línea de otros showrunners como Ryan Murphy y Matthew Weiner.
Cada uno en su estilo, a sus ojos, sus series son perfectas, no necesitan cambiar nada, y cualquier crítica que se les haga casi responde a algún tipo de interés oculto por parte de quien la realiza. Célebres son ya las peleas de Weiner con los periodistas que recibían screeners de "Mad Men" a raíz de los spoilers, cuando él mismo había adelantado algunos de esos spoilers en entrevistas promocionales, y Murphy ha estado toda la temporada liándola buena con sus comentarios sobre los grupos que no quieren ceder su música a "Glee" (y vaya por delante que Kings of Leon van también de muy sobrados) y, últimamente, confundiendo a todo el mundo sobre la posible marcha de algunos de sus protagonistas una vez que sus personajes se gradúen del instituto (bueno, en realidad ha sido Brad Falchuk el que ha estado embrollándolo todo al desmentir, de una manera sorprendentemente muy categórica, lo que Murphy había declarado a "The Hollywood Reporter").
Por otro lado, el mero hecho de que estemos comentando esto ya habla bien a las claras de cómo ha cambiado el modo en el que nos enfrentamos a una serie. Ya no sólo vemos los capítulos y decidimos si nos convencen o no, sino que podemos leer a sus creadores explicándose y hasta podemos pedirles esas explicaciones a través de Twitter, por ejemplo. No saber quiénes eran los creadores de las series no influía en el modo en el que las veíamos, pero ahora puede haber gente que, si un showrunner en concreto no le ofrece las explicaciones que quiere sobre una serie, puede dejar de verla. No es que sea algo que a mí me convenza, pero cada uno es cada uno.
27 julio 2011
La evolución sin cambio de House
¿Cómo puede alguien evolucionar sin cambiar? Diría que es un caso de cambiar para mantenerse igual, que puede resultar contradictorio, pero no lo es tanto. De hecho, es un método que siguen muchas series para ir avanzando trama y personajes sin perder lo que las hacía únicas cuando empezaron. Es un acto de equilibrismo muy dificil de llevar a cabo, pues lo mismo consigues un balance perfecto entre todas las partes, que te estancas en lo de siempre o lo cambias todo tanto, que la cosa ya no es ni la sombra de lo que era. Series de fórmula como "House" se enfrentan a ese dilema desde su primera temporada, y yo diría que han ido sorteándolo con éxito a lo largo de casi toda su emisión. Además, su creador, David Shore, es de los que piensan que las personas no cambian y, por tanto, los personajes de una serie tampoco lo hacen y que, a lo sumo, van desvelando otras facetas de su carácter. Todo esto ha determinado el desarrollo de House como personaje, y como serie, desde el principio y, más en concreto, desde la cuarta temporada, cuando decidieron revolucionar el equipo de diagnóstico para introducir un poco de aire fresco.
Era una maniobra que permitía al "mobiliario" renovarse mientras su centro, Gregory House, permanecía inalterable. Sí, hubo varios amagos con que él podía cambiar, pero los guionistas nunca los llevaban más allá de cuatro o cinco capítulos. Exploraban por encima cómo podría ser Greg sin dolor en la pierna y luego volvían a la rutina de siempre. Pero la rutina de siempre funcionaba bien, hasta que llegó un punto en el que ya empezaron a plantearse de verdad hasta dónde querían llegar con "House". La espiral autodestructiva de la quinta llevó a una sexta en la que parecía que el buen doctor realmente se tomaba en serio dar un rumbo a su vida, un camino que resultaba también interesante para el resto de la serie. Es normal que los adictos tengan recaídas en su proceso de recuperación, y que algunos nunca logren completarlo, pero a veces da la sensación que los guionistas de "House" le tienen pánico a explorar hasta las últimas consecuencias la decisión de Greg de evolucionar.
Por eso, el último tercio de la séptima temporada ha sido mi punto de inflexión, el momento en el que creo que lo mejor es dejarlo. Durante 16, 17 capítulos parecía que House podía revitalizarse; la nueva línea argumental que estaban siguiendo tenía sus complicaciones, sus momentos divertidos, sus dificultades y su interés, y mantenía la coherencia con House y Cuddy, pero no parecía ser suficiente para Shore y compañía. Estaban intentando una evolución de su protagonista, no un cambio radical y drástico, que entregaba lo que habían prometido muchas otras veces. Hasta que pensaron que debían volver al "sota, caballo y rey" habitual, pero enloqueciendo a House más de lo habitual. Y no es algo que me interese ver.
Ahora, el capítulo de los sueños cinéfilos de Cuddy merece mucho la pena, y durante sus diagnósticos, House ha dejado unos momentos cómicos a la altura de sus primeras temporadas. Si la octava temporada se confirma como la última, como muchos sospechamos, seguramente vea el último capítulo, pero hasta entonces es mejor que la plantilla del Princeton Plainsboro y yo sigamos caminos separados.
Era una maniobra que permitía al "mobiliario" renovarse mientras su centro, Gregory House, permanecía inalterable. Sí, hubo varios amagos con que él podía cambiar, pero los guionistas nunca los llevaban más allá de cuatro o cinco capítulos. Exploraban por encima cómo podría ser Greg sin dolor en la pierna y luego volvían a la rutina de siempre. Pero la rutina de siempre funcionaba bien, hasta que llegó un punto en el que ya empezaron a plantearse de verdad hasta dónde querían llegar con "House". La espiral autodestructiva de la quinta llevó a una sexta en la que parecía que el buen doctor realmente se tomaba en serio dar un rumbo a su vida, un camino que resultaba también interesante para el resto de la serie. Es normal que los adictos tengan recaídas en su proceso de recuperación, y que algunos nunca logren completarlo, pero a veces da la sensación que los guionistas de "House" le tienen pánico a explorar hasta las últimas consecuencias la decisión de Greg de evolucionar.
Por eso, el último tercio de la séptima temporada ha sido mi punto de inflexión, el momento en el que creo que lo mejor es dejarlo. Durante 16, 17 capítulos parecía que House podía revitalizarse; la nueva línea argumental que estaban siguiendo tenía sus complicaciones, sus momentos divertidos, sus dificultades y su interés, y mantenía la coherencia con House y Cuddy, pero no parecía ser suficiente para Shore y compañía. Estaban intentando una evolución de su protagonista, no un cambio radical y drástico, que entregaba lo que habían prometido muchas otras veces. Hasta que pensaron que debían volver al "sota, caballo y rey" habitual, pero enloqueciendo a House más de lo habitual. Y no es algo que me interese ver.
Ahora, el capítulo de los sueños cinéfilos de Cuddy merece mucho la pena, y durante sus diagnósticos, House ha dejado unos momentos cómicos a la altura de sus primeras temporadas. Si la octava temporada se confirma como la última, como muchos sospechamos, seguramente vea el último capítulo, pero hasta entonces es mejor que la plantilla del Princeton Plainsboro y yo sigamos caminos separados.
26 julio 2011
La heredera de Patty
"Damages" siempre ha sido una serie sobre la relación entre Patty Hewes y su "discípula" más aventajada, Ellen Parsons. Por algo empezamos la primera temporada con Parsons, recién salida de la facultad, yendo a una entrevista de trabajo en el despacho de Hewes & Asociados. Todo el mundo la advierte de que no debe fiarse de Patty, de que es tan buena abogada casi porque ha vendido su alma al diablo, y que ha de estar preparada para adentrarse en su lado oscuro si pretende trabajar y triunfar a las órdenes de la marquesa de Merteuil del género legal.
Pero lo que todos esos consejeros con buenas intenciones no saben, es que el potencial de convertirse en la nueva Patty Hewes ya está en Ellen antes de conocerla siquiera, y que en las siguientes tres temporadas de "Damages" vamos a asistir a la evolución, y si queréis la "corrupción" de Ellen, al mismo tiempo que la armadura de Patty se empieza a desmoronar. La cuarta entrega (la primera de las dos que se emitirán en DirecTV, después de que la rescatara de una FX que la canceló el año pasado) apunta exactamente a eso. Patty y Ellen han trabajado juntas y han intentado destruirse mutuamente, pero muy en el fondo saben que se necesitan. Y si algo quedará de esta serie una vez se termine definitivamente, será esa relación entre los personajes que interpretan Glenn Close y Rose Byrne.
Los casos no parecen ser más que meros macguffins, pero repletos de trucos, sorpresas y revelaciones de último minuto que son consecuencia de esa alternancia entre flashforwards y narración en tiempo presente marca de la casa. La novedad de ese modo de construir la temporada se pasó hace tiempo, y en realidad lo que hace destacar a "Damages" es lo despiadados y calculadores que son casi todos sus personajes. El villano siempre es un hombre que ve amenazado el gran poder del que disfruta y que, en su desesperación por protegerlo de diversas amenazas, empieza a hacer cosas que antes no se le habrían pasado por la cabeza. Aquí, más que el contratista paramilitar que interpreta John Goodman, el malo de verdad es el misterioso "conseguidor" de Dylan Baker, y la investigación de una posible demanda contra esa sosias de Blackwater interesa por ver hasta qué punto Ellen acaba pareciéndose a Patty, en lo bueno y en lo malo.
"Damages" se cayó de mi rotación seriéfila en el tramo final de la segunda temporada, y el visionado de los nuevos episodios era una prueba por ver cómo habían evolucionado sus personajes. Uno puede entrar directamente en la serie en este punto sin haber visto nada más, aunque se pierde el bagaje emocional que Patty y Ellen llevan a cuestas desde la primera entrega (muy recomendable, por cierto), y el desarrollo de la segunda no puede comprenderse, por supuesto. Creo que no voy a continuar más allá porque ya no tengo el mismo interés por la serie, pero para los que sigan hasta el final, lo más seguro es que "Damages" se confirme como un Jekyll y Hyde de abogados. O un ejemplo de lo que habría pasado con Luke Skywalker si Yoda hubiera tenido más de Sith que de Jedi.
Pero lo que todos esos consejeros con buenas intenciones no saben, es que el potencial de convertirse en la nueva Patty Hewes ya está en Ellen antes de conocerla siquiera, y que en las siguientes tres temporadas de "Damages" vamos a asistir a la evolución, y si queréis la "corrupción" de Ellen, al mismo tiempo que la armadura de Patty se empieza a desmoronar. La cuarta entrega (la primera de las dos que se emitirán en DirecTV, después de que la rescatara de una FX que la canceló el año pasado) apunta exactamente a eso. Patty y Ellen han trabajado juntas y han intentado destruirse mutuamente, pero muy en el fondo saben que se necesitan. Y si algo quedará de esta serie una vez se termine definitivamente, será esa relación entre los personajes que interpretan Glenn Close y Rose Byrne.
Los casos no parecen ser más que meros macguffins, pero repletos de trucos, sorpresas y revelaciones de último minuto que son consecuencia de esa alternancia entre flashforwards y narración en tiempo presente marca de la casa. La novedad de ese modo de construir la temporada se pasó hace tiempo, y en realidad lo que hace destacar a "Damages" es lo despiadados y calculadores que son casi todos sus personajes. El villano siempre es un hombre que ve amenazado el gran poder del que disfruta y que, en su desesperación por protegerlo de diversas amenazas, empieza a hacer cosas que antes no se le habrían pasado por la cabeza. Aquí, más que el contratista paramilitar que interpreta John Goodman, el malo de verdad es el misterioso "conseguidor" de Dylan Baker, y la investigación de una posible demanda contra esa sosias de Blackwater interesa por ver hasta qué punto Ellen acaba pareciéndose a Patty, en lo bueno y en lo malo.
"Damages" se cayó de mi rotación seriéfila en el tramo final de la segunda temporada, y el visionado de los nuevos episodios era una prueba por ver cómo habían evolucionado sus personajes. Uno puede entrar directamente en la serie en este punto sin haber visto nada más, aunque se pierde el bagaje emocional que Patty y Ellen llevan a cuestas desde la primera entrega (muy recomendable, por cierto), y el desarrollo de la segunda no puede comprenderse, por supuesto. Creo que no voy a continuar más allá porque ya no tengo el mismo interés por la serie, pero para los que sigan hasta el final, lo más seguro es que "Damages" se confirme como un Jekyll y Hyde de abogados. O un ejemplo de lo que habría pasado con Luke Skywalker si Yoda hubiera tenido más de Sith que de Jedi.
25 julio 2011
La "odiosa" Lisa
No es raro que un actor, después de haber tenido muchísimo éxito con un personaje determinado, se vaya en una dirección totalmente opuesta para intentar sacudirse la sombra de ese personaje. Los protagonistas de "Friends" han intentado ese camino para salir del encasillamiento, con poca suerte en general. David Schwimmer está ahora más dedicado a las labores de dirección y al teatro (su última película, "Trust", trata sobre el abuso infantil); Matthew Perry ha intentado volver a la tele con "Studio 60" y "Mr. Sunshine", pero cuesta dejar de verlo como Chandler; Matt LeBlanc ha estado bastante desaparecido hasta que llegó "Episodes"; Courtney Cox parece haber encontrado su sitio en "Cougar Town"; Jennifer Aniston pasa más tiempo en la prensa del corazón por culpa de su breve matrimonio con Brad Pitt, y Lisa Kudrow se ha encaminado hacia la producción y a la interpretación de personajes bastante diferentes de Phoebe. Unos cuantos de ellos comparten ser narcisistas, tener muy poco tacto con la gente y creer que son mejores de lo que son en realidad, y Fiona Wallice, la protagonista de "Web therapy", no es demasiado distinta.
Fiona pretende hacerse rica poniendo de moda una terapia psicológica por Internet, a través de iChat, en la que las sesiones sólo duran tres minutos. En teoría, eso permite concentrar los esfuerzos e ir directamente al grano, pero la realidad es que a Fiona sólo le interesa Fiona, no sus pacientes, y sus métodos no son muy terapéuticos ni, probablemente, legales. "Web therapy" empezó como una webserie financiada por Lexus, creada por la propia Kudrow y el director Don Roos, que ya habían trabajado juntos en cosas como "Lo opuesto al sexo" (que tuvo cierta repercusión por ser uno de los primeros papeles adultos de Christina Ricci). Tras tres temporadas con episodios de unos cinco minutos, cada uno contando una sesión con un paciente, Showtime la ha ermpezado a emitir como una serie de 25 minutos, reuniendo en cada capítulo todas las sesiones con un determinado paciente. Muchas de ellas ya se vieron en Internet y otras se han grabado nuevas para ofrecer una historia con continuidad, pero siempre las vemos con el formato del iChat, con las dos pantallas en el escritorio del ordenador.
Lo curioso del primer episodio, además de que casi todo es improvisado, es ver el retrato que se hace de Fiona no a través de las cosas que nos dicen de ella (sus primeros pacientes son su marido y sus ex compañeros de trabajo), sino de las cosas que ella implica, inadvertidamente, a través de su tono de voz, de su expresión facial, de algunas de las cosas que hace. A veces, da la sensación de vivir en una especie de realidad paralela, y no deja de resultar curioso que, como ya hizo creo que en "The comeback", Kudrow elija a un personaje fácilmente detestable para centrar una comedia a su alrededor. Está un poco en la línea del Michael Scott de "The Office", y también corre el mismo riesgo de que no lo veamos como una persona, sino como un mero hazmerreír. Ella y sus reacciones a lo que le van contando es lo que más merece la pena de "Web therapy" por ahora.
Si queréis ver otra muestra de a lo que se dedica Kudrow en su faceta de productora, ahí está la versión estadounidense de "Who do you think you are?". No es una ficción ni una comedia a la que hay que pillar el punto para disfrutarla, eso por descontado.
Fiona pretende hacerse rica poniendo de moda una terapia psicológica por Internet, a través de iChat, en la que las sesiones sólo duran tres minutos. En teoría, eso permite concentrar los esfuerzos e ir directamente al grano, pero la realidad es que a Fiona sólo le interesa Fiona, no sus pacientes, y sus métodos no son muy terapéuticos ni, probablemente, legales. "Web therapy" empezó como una webserie financiada por Lexus, creada por la propia Kudrow y el director Don Roos, que ya habían trabajado juntos en cosas como "Lo opuesto al sexo" (que tuvo cierta repercusión por ser uno de los primeros papeles adultos de Christina Ricci). Tras tres temporadas con episodios de unos cinco minutos, cada uno contando una sesión con un paciente, Showtime la ha ermpezado a emitir como una serie de 25 minutos, reuniendo en cada capítulo todas las sesiones con un determinado paciente. Muchas de ellas ya se vieron en Internet y otras se han grabado nuevas para ofrecer una historia con continuidad, pero siempre las vemos con el formato del iChat, con las dos pantallas en el escritorio del ordenador.
Lo curioso del primer episodio, además de que casi todo es improvisado, es ver el retrato que se hace de Fiona no a través de las cosas que nos dicen de ella (sus primeros pacientes son su marido y sus ex compañeros de trabajo), sino de las cosas que ella implica, inadvertidamente, a través de su tono de voz, de su expresión facial, de algunas de las cosas que hace. A veces, da la sensación de vivir en una especie de realidad paralela, y no deja de resultar curioso que, como ya hizo creo que en "The comeback", Kudrow elija a un personaje fácilmente detestable para centrar una comedia a su alrededor. Está un poco en la línea del Michael Scott de "The Office", y también corre el mismo riesgo de que no lo veamos como una persona, sino como un mero hazmerreír. Ella y sus reacciones a lo que le van contando es lo que más merece la pena de "Web therapy" por ahora.
Si queréis ver otra muestra de a lo que se dedica Kudrow en su faceta de productora, ahí está la versión estadounidense de "Who do you think you are?". No es una ficción ni una comedia a la que hay que pillar el punto para disfrutarla, eso por descontado.
24 julio 2011
El nuevo del Almacén
Si a alguien le quedaba alguna duda de que "Eureka" y "Warehouse 13" son las dos series de más éxito de Syfy, los estrenos de sus nuevas temporadas se encargaron de despejarlas. Su mezcla de historias autoconclusivas con toque fantástico, humor ligero, y repartos con buena dinámica le ha permitido a la cadena sobrevivir a la posible depresión de tras los finales de "Battlestar Galactica" y las tres series de la saga "Stargate". De hecho, la cancelación de "Stargate Universe" y de "Caprica" es un síntoma que apunta muy claramente a la "USAzación" de la cadena, y no en vano estos dos canales son los más exitosos del conglomerado NBC Universal (junto con Bravo). Sus series entretenidas y ligeras funcionan casi siempre, y en la NBC deben estar estudiando su receta para intentar aplicarla a su propia parrilla y salir del pozo.
"Warehouse 13", desde luego, sabe perfectamente lo que es y no se hace ilusiones con delirios de grandeza. Incluso cuando se pone un poco más seria de lo habitual, como al final de la segunda temporada, siempre está por ahí el toque Syfy, y aunque de fondo pueda haber implicaciones un poco más graves para sus personajes, el no tomarse a sí mismos demasiado en serio se mantiene. En algunos aspectos, los agentes del Almacén guardan sus similitudes con los de Torchwood; el riesgo de morir jóvenes está ahí, aunque para unos el riesgo se materializa de modo más real que para otros. Por ahora, Myka y Pete, aunque lo saben, no lo ven como algo que les preocupe tanto como para dejarlo, y si lo intentan, siempre vuelven porque el trabajo les engancha.
La tercera entrega no tiene un nuevo villano tan prominente como las anteriores, y lo que sí tenemos es un nuevo agente en el Almacén, con el que se desactiva rápido la posibilidad de montar un triángulo, del tipo que sea, con nuestra pareja protagonista habitual. Los efectos especiales de bajo presupuesto siguen ahí, pero forman parte del encanto de "Warehouse 13", del mismo modo que lo hace las discusiones casi paternofiliales de Artie y Claudia y el tira y afloja, aún no romántico (aunque lo insinúen) entre Lattimer y Bering. No sé si ese nuevo elemento terminará teniendo otras implicaciones, y por lo que sí tengo curiosidad es por saber si sabremos algo más de los misteriosos gerentes que controlan el Almacén y de la señora Frederics. Ése es un enigma que puede dar para mucho pero que, de momento, no pasa de un muy secundario plano.
Música de la semana: Entre las cosas que se han hecho públicas en la Comic-Con de San Diego, que acaba hoy, figura el trailer de la sexta temporada de "Dexter", que como parece que va a tener algún tipo de relación con la religión, está ambientado con la versión que Marilyn Manson hizo de "Personal Jesus", de Depeche Mode. Mejor nos quedamos con la original.
"Warehouse 13", desde luego, sabe perfectamente lo que es y no se hace ilusiones con delirios de grandeza. Incluso cuando se pone un poco más seria de lo habitual, como al final de la segunda temporada, siempre está por ahí el toque Syfy, y aunque de fondo pueda haber implicaciones un poco más graves para sus personajes, el no tomarse a sí mismos demasiado en serio se mantiene. En algunos aspectos, los agentes del Almacén guardan sus similitudes con los de Torchwood; el riesgo de morir jóvenes está ahí, aunque para unos el riesgo se materializa de modo más real que para otros. Por ahora, Myka y Pete, aunque lo saben, no lo ven como algo que les preocupe tanto como para dejarlo, y si lo intentan, siempre vuelven porque el trabajo les engancha.
La tercera entrega no tiene un nuevo villano tan prominente como las anteriores, y lo que sí tenemos es un nuevo agente en el Almacén, con el que se desactiva rápido la posibilidad de montar un triángulo, del tipo que sea, con nuestra pareja protagonista habitual. Los efectos especiales de bajo presupuesto siguen ahí, pero forman parte del encanto de "Warehouse 13", del mismo modo que lo hace las discusiones casi paternofiliales de Artie y Claudia y el tira y afloja, aún no romántico (aunque lo insinúen) entre Lattimer y Bering. No sé si ese nuevo elemento terminará teniendo otras implicaciones, y por lo que sí tengo curiosidad es por saber si sabremos algo más de los misteriosos gerentes que controlan el Almacén y de la señora Frederics. Ése es un enigma que puede dar para mucho pero que, de momento, no pasa de un muy secundario plano.
Música de la semana: Entre las cosas que se han hecho públicas en la Comic-Con de San Diego, que acaba hoy, figura el trailer de la sexta temporada de "Dexter", que como parece que va a tener algún tipo de relación con la religión, está ambientado con la versión que Marilyn Manson hizo de "Personal Jesus", de Depeche Mode. Mejor nos quedamos con la original.
22 julio 2011
Casi famosos (XXXVIII)
Cosas curiosas (e intrascendentes) que puede uno pensar viendo "Harry Potter y las reliquias de la muerte, parte"; que muchos de sus secundarios pueden intentar conseguir otros papeles, también secundarios, en "Juego de tronos". Ya he visto tres actores que ambas sagas tienen en común. Una es Natalia Tena, Tonks en "Harry Potter" y Osha en la serie de HBO, y el segundo es David Bradley, más conocido por ser Argus Filch, el conserje de Hogwarts, que en "Juego de tronos" hace de otro tipo muy poco de fiar, Walder Frey. Pero la más curiosa, de la que me di cuenta más tarde, es otra.
Este fotograma corresponde a la primera parte de "Harry Potter y las reliquias de la muerte", y es una escena al principio de la película que no ocurre en el libro. Hermione se está preparando para unirse a Harry y Ron en la lucha final contra Voldemort, y esos que vemos ahí son sus padres. ¿Reconocéis a la actriz morena? Es Michelle Fairley, Catelyn Stark en "Juego de tronos", que aquí tiene una aparición bastante fugaz. De Fairley también podéis ver en YouTube un fragmento de su participación en "Los otros", pero como es un spoiler muy gordo, mejor no os dejo el enlace.
Durante la segunda temporada de "Cómo conocí a vuestra madre", Marshall atravesaba una mala racha personal y se refugió en su amigo Brad, con el que se iba de brunch, y quien, a su vez, también iba con Robin al hockey. Para poder tener alguien a la par físicamente (en altura) con Jason Segel, la serie contrató a Joe Manganiello, que había hecho bastante televisión (y hasta había trabajado de doble de acción) y que estaba a sólo unos años de hacerse realmente famoso gracias a Alcide, el hombre lobo de "True Blood". Semejantes pectorales le llevaron a ser uno de los preferidos por los fans para ser el nuevo Superman, que será finalmente Henry Cavill.
Entre los chicos de "Juego de tronos" hay no pocos que han pasado por el teatro. Si hace algún tiempo recordábamos que Alfie Allen (Theon Grejoy) sustituyó a Daniel Radcliffe como protagonista de "Equus" en Londres, aquí tenemos, vestido de soldado y bien afeitadito, a Kit Harington en una de las obras más exitosas de los últimos tiempos en el West End, "War horse", que Steven Spielberg ha adaptado al cine (la obra ya es una adaptación del libro de Michael Morpurgo). Harington también protagoniza "Silent Hill: Revelation", que se estrena el año que viene, y en la que, casualidades de la vida, también sale Sean Bean.
Jason Isaacs va a protagonizar la próxima temporada una de las series más esperadas, "Awake", en la que deja de lado los papeles de villano que lo han hecho famoso, desde "Peter Pan" a "El patriota" o su Lucius Malfoy de la saga de Harry Potter. Es una constante en su carrera, porque muy al principio también un tipo malvado en la serie de televisión de "Los inmortales". Su protagonista, Adrian Paul, tiene en su pasado un papel creo que como bailarín ruso en "Los Colby" que no tiene precio.
Este fotograma corresponde a la primera parte de "Harry Potter y las reliquias de la muerte", y es una escena al principio de la película que no ocurre en el libro. Hermione se está preparando para unirse a Harry y Ron en la lucha final contra Voldemort, y esos que vemos ahí son sus padres. ¿Reconocéis a la actriz morena? Es Michelle Fairley, Catelyn Stark en "Juego de tronos", que aquí tiene una aparición bastante fugaz. De Fairley también podéis ver en YouTube un fragmento de su participación en "Los otros", pero como es un spoiler muy gordo, mejor no os dejo el enlace.
Durante la segunda temporada de "Cómo conocí a vuestra madre", Marshall atravesaba una mala racha personal y se refugió en su amigo Brad, con el que se iba de brunch, y quien, a su vez, también iba con Robin al hockey. Para poder tener alguien a la par físicamente (en altura) con Jason Segel, la serie contrató a Joe Manganiello, que había hecho bastante televisión (y hasta había trabajado de doble de acción) y que estaba a sólo unos años de hacerse realmente famoso gracias a Alcide, el hombre lobo de "True Blood". Semejantes pectorales le llevaron a ser uno de los preferidos por los fans para ser el nuevo Superman, que será finalmente Henry Cavill.
Entre los chicos de "Juego de tronos" hay no pocos que han pasado por el teatro. Si hace algún tiempo recordábamos que Alfie Allen (Theon Grejoy) sustituyó a Daniel Radcliffe como protagonista de "Equus" en Londres, aquí tenemos, vestido de soldado y bien afeitadito, a Kit Harington en una de las obras más exitosas de los últimos tiempos en el West End, "War horse", que Steven Spielberg ha adaptado al cine (la obra ya es una adaptación del libro de Michael Morpurgo). Harington también protagoniza "Silent Hill: Revelation", que se estrena el año que viene, y en la que, casualidades de la vida, también sale Sean Bean.
Jason Isaacs va a protagonizar la próxima temporada una de las series más esperadas, "Awake", en la que deja de lado los papeles de villano que lo han hecho famoso, desde "Peter Pan" a "El patriota" o su Lucius Malfoy de la saga de Harry Potter. Es una constante en su carrera, porque muy al principio también un tipo malvado en la serie de televisión de "Los inmortales". Su protagonista, Adrian Paul, tiene en su pasado un papel creo que como bailarín ruso en "Los Colby" que no tiene precio.
21 julio 2011
Es la hora
Los periodistas que investigan asuntos que poderes en la sombra quieren mantener alejados del ojo público forman parte de un subgénero muy explotado. Todo el mundo piensa inmediatamente en "Todos los hombres del presidente" en cuanto se mencionan, pero hay bastantes más ejemplos por ahí (sin salirnos de la década de los 70, también tenemos "El síndrome de China"), algunos de ellos incluso en televisión. La miniserie "State of play" es uno de los más recientes, y además, es la comparación más cercana para la nueva incursión de BBC 2 en la ficción este verano, "The Hour", el estreno que había levantado más expectativas no sólo por los nombres involucrados en él (de la guionista Abi Morgan a sus protagonistas, Ben Wishaw, Romola Garai y Dominic West), sino por las insistentes comparaciones con "Mad Men" desde que se anunció su rodaje.
Es una completa equivocación vender esta serie como la respuesta británica al título de AMC. Sí, "The Hour" está ambientada en 1956 y, por tanto, su ambientación (y sus fotos promocionales) recuerdan a los chicos de Sterling & Cooper, pero ahí acaban los parecidos. Si tuviéramos que buscar comparaciones, habría que irse a la ya mencionada "State of play", a "Buenas noches y buena suerte" o, como decían ayer por aquí, hasta "Rubicon". Evidentemente, la época juega un importante papel, y tener personajes femeninos en el centro lleva a que se explore el ambiente de condescendencia sexista con el que se las trataba a menudo. Pero Freddie Lyon no tiene nada que ver con Don Draper. Es uno de esos clásicos periodistas que seguirían el hilo de una historia hasta el mismísimo infierno y que sólo escuchan a sus propios instintos, razón por la que se comportan de modo arrogante y, francamente, como unos perfectos capullos con sus compañeros. Pero Lyon no es tan cínico como puede parecer y, desde luego, se mete casi por casualidad en lo que parece una buena conspiración de las de la vieja usanza.
Algunos diálogos y la presentación de algunas secuencias muestran que sus responsables se han inspirado también en las películas de los 40 y en las cintas de espías, y sus tres ambiciosos personajes principales presentan, al mismo tiempo, algunos rasgos más contemporáneos. Está claro que el idealismo y los principios de Lyon van a meter a Bel Rowley en más de un lío, a pesar de que es la única por la que siente cierta debilidad, y la historia pasada entre los dos va a complicar, seguro, su trabajo en ese nuevo programa informativo que va a estar muy observado desde todos los sectores. Su presentador, Madden, aún no está tan bien definido como Bel y Freddie, pero resulta intrigante. ¿Sólo es una cara bonita? ¿O esconde algo más?
En los siguientes cinco capítulos veremos si "The Hour" está a la altura de la expectación creada y si la tensión de la investigación de Lyon se entremezcla bien con las intrigas de oficina. Abi Morgan pretende que haya una segunda temporada, lo que igual es una pista de cómo puede terminar todo esto. Por ahora, apunta a ser interesante y no le falta ambición. Aunque también hay que tener en cuenta que el género de periodistas es uno de mis favoritos. Y tras haber visto el primer episodio, el trailer, que tanta extrañeza causó, da justo el tono que tiene la serie.
Es una completa equivocación vender esta serie como la respuesta británica al título de AMC. Sí, "The Hour" está ambientada en 1956 y, por tanto, su ambientación (y sus fotos promocionales) recuerdan a los chicos de Sterling & Cooper, pero ahí acaban los parecidos. Si tuviéramos que buscar comparaciones, habría que irse a la ya mencionada "State of play", a "Buenas noches y buena suerte" o, como decían ayer por aquí, hasta "Rubicon". Evidentemente, la época juega un importante papel, y tener personajes femeninos en el centro lleva a que se explore el ambiente de condescendencia sexista con el que se las trataba a menudo. Pero Freddie Lyon no tiene nada que ver con Don Draper. Es uno de esos clásicos periodistas que seguirían el hilo de una historia hasta el mismísimo infierno y que sólo escuchan a sus propios instintos, razón por la que se comportan de modo arrogante y, francamente, como unos perfectos capullos con sus compañeros. Pero Lyon no es tan cínico como puede parecer y, desde luego, se mete casi por casualidad en lo que parece una buena conspiración de las de la vieja usanza.
Algunos diálogos y la presentación de algunas secuencias muestran que sus responsables se han inspirado también en las películas de los 40 y en las cintas de espías, y sus tres ambiciosos personajes principales presentan, al mismo tiempo, algunos rasgos más contemporáneos. Está claro que el idealismo y los principios de Lyon van a meter a Bel Rowley en más de un lío, a pesar de que es la única por la que siente cierta debilidad, y la historia pasada entre los dos va a complicar, seguro, su trabajo en ese nuevo programa informativo que va a estar muy observado desde todos los sectores. Su presentador, Madden, aún no está tan bien definido como Bel y Freddie, pero resulta intrigante. ¿Sólo es una cara bonita? ¿O esconde algo más?
En los siguientes cinco capítulos veremos si "The Hour" está a la altura de la expectación creada y si la tensión de la investigación de Lyon se entremezcla bien con las intrigas de oficina. Abi Morgan pretende que haya una segunda temporada, lo que igual es una pista de cómo puede terminar todo esto. Por ahora, apunta a ser interesante y no le falta ambición. Aunque también hay que tener en cuenta que el género de periodistas es uno de mis favoritos. Y tras haber visto el primer episodio, el trailer, que tanta extrañeza causó, da justo el tono que tiene la serie.
20 julio 2011
Diosas de Comic-Con y series en streaming
Esta misma noche empieza en San Diego una nueva edición de Comic-Con, la convención de cómics, series, películas y videojuegos probablemente más famosa del mundo, quizás también la de mayores dimensiones y, además, de más repercusión, porque los estudios de Hollywood llevan ya un tiempo utilizándola como trampolín de algunos de sus estrenos más taquilleros para los próximos meses. Este año, lo que se comenta es que hay bastantes majors, como Disney, que han optado por no ir, y que aunque se van a seguir presentando futuros blockbusters como "The amazing Spider-Man", el hueco que dejan lo van a ocupar las series de televisión. Tal vez por eso, "The Hollywood Reporter" ha dedicado, en su número especial sobre Comic-Con (dirigido por Jon Favreau), una de sus famosas mesas redondas a hablar con seis actrices protagonistas de series que van a tener su panel en San Diego. El principal reclamo es, por supuesto, Sarah Michelle Gellar ("Ringer"), pero también participan Maggie Q ("Nikita"), Anna Torv ("Fringe"), Yvonne Strahovski ("Chuck"), Britt Robertson ("The secret circle") y Jennifer Morrison ("Once upon a time").
La transcripción de la charla es curiosa, sobre todo al oír a Maggie Q y Gellar explicar sus tácticas pasra pedir a los guionistas algo de descanso en semanas de rodaje de seis días, pero también es interesante ver los fragmentos en vídeo, porque ofrecen una nueva teoría sobre porqué el remake de "Wonder Woman" no pasó del piloto (simplemente, no era su momento y había demasiada anticipación a su alrededor) y confirman esa leyenda urbana de que muchos famosos se disfrazan, o se ponen una máscara, para que nadie los reconozca y puedan recorrerse el pabellón de exposiciones sin problema. A veces, la charla corre el riesgo de convertirse en una sucesión de batallitas de Gellar de sus tiempos en "Buffy", pero merece un vistazo.
No hace mucho se anunció que, si lograba llegar a un acuerdo con las distribuidoras, era más que probable que Netflix desembarcara en España el año que viene, lo que fue acogido con grandes palmas y celebraciones por buena parte de la comunidad seriéfila de Internet. Lo que empezó como un videoclub por correo ha evolucionado en un gigante que se ha comido el mercado del streaming legal, con servicios de tarifa plana que, desde la situación pedestre que vivimos en España en casi todo lo relacionado con Internet, nos parece maná caído del cielo. Pero, lógicamente, nada es tan bonito como lo pintan, sobre todo cuando las restricciones geográficas de direcciones IP te impiden comprobarlo de primera mano.
En "ByTheWay" han aprovechado para contar un poco cómo funciona Netflix, el catálogo que tiene en streaming de series y películas y sus ventajas e inconvenientes, comparándolo también con Hulu. Por Twitter estuvimos comentando hace unos días todas esas cuestiones, llegando a la conclusión de que la mejor manera de llevar series al día, si estás en Estados Unidos, es a través de las webs de las cadenas, y que aunque es, desde luego, una iniciativa interesante y muy cómoda, es más para ponerse al día con las que llevas atrasadas o con los clásicos que estén en catálogo. No es el único servicio que va a llegar en breve a España (donde ya tenemos cosas similares, restringidas al cine, como Filmin), ya que Voddler, que venden como el Spotify de las películas, está en proceso de pruebas para empezar a operar. Está claro que el panorama se mueve.
La transcripción de la charla es curiosa, sobre todo al oír a Maggie Q y Gellar explicar sus tácticas pasra pedir a los guionistas algo de descanso en semanas de rodaje de seis días, pero también es interesante ver los fragmentos en vídeo, porque ofrecen una nueva teoría sobre porqué el remake de "Wonder Woman" no pasó del piloto (simplemente, no era su momento y había demasiada anticipación a su alrededor) y confirman esa leyenda urbana de que muchos famosos se disfrazan, o se ponen una máscara, para que nadie los reconozca y puedan recorrerse el pabellón de exposiciones sin problema. A veces, la charla corre el riesgo de convertirse en una sucesión de batallitas de Gellar de sus tiempos en "Buffy", pero merece un vistazo.
No hace mucho se anunció que, si lograba llegar a un acuerdo con las distribuidoras, era más que probable que Netflix desembarcara en España el año que viene, lo que fue acogido con grandes palmas y celebraciones por buena parte de la comunidad seriéfila de Internet. Lo que empezó como un videoclub por correo ha evolucionado en un gigante que se ha comido el mercado del streaming legal, con servicios de tarifa plana que, desde la situación pedestre que vivimos en España en casi todo lo relacionado con Internet, nos parece maná caído del cielo. Pero, lógicamente, nada es tan bonito como lo pintan, sobre todo cuando las restricciones geográficas de direcciones IP te impiden comprobarlo de primera mano.
En "ByTheWay" han aprovechado para contar un poco cómo funciona Netflix, el catálogo que tiene en streaming de series y películas y sus ventajas e inconvenientes, comparándolo también con Hulu. Por Twitter estuvimos comentando hace unos días todas esas cuestiones, llegando a la conclusión de que la mejor manera de llevar series al día, si estás en Estados Unidos, es a través de las webs de las cadenas, y que aunque es, desde luego, una iniciativa interesante y muy cómoda, es más para ponerse al día con las que llevas atrasadas o con los clásicos que estén en catálogo. No es el único servicio que va a llegar en breve a España (donde ya tenemos cosas similares, restringidas al cine, como Filmin), ya que Voddler, que venden como el Spotify de las películas, está en proceso de pruebas para empezar a operar. Está claro que el panorama se mueve.
19 julio 2011
Harkness & Cooper
Para afrontar "Miracle Day", la cuarta temporada de "Torchwood", sólo hay que saber dos cosas; que un buen día nadie en la Tierra muere y que todos los que trabajan en el Instituto Torchwood mueren jóvenes. Puede sonar a contradictorio, pero no lo es. Además, hay que tener presente una tercera circunstancia, y es que el centro de la serie, por muchas amenazas globales y extraterrestres salidos que tengan que perseguir, está en los dos únicos supervivientes de la organización desde el principio de la serie; Gwen Cooper y Jack Harkness. La segunda temporada (con la que "Miracle Day" guarda por ahora más similtudes de tono que con "Children of Earth") se dedicaba en gran parte a explorar la relación entre los dos y a desarrollar el papel de Gwen como corazón de todo. En los dos capítulos que se han emitido de la cuarta, esa sociedad Harkness-Cooper parece adquirir de nuevo relevancia, y los mejores momentos de ambos episodios siempre involucran las interacciones entre ambos (aprovechando la buena química que hay entre John Barrowman y Eve Myles).
No obstante, "Miracle Day" es lo suficientemente independiente para cualquiera pueda verla. A los neófitos se les pone en antecedentes en dos pinceladas de lo que es Torchwood, y entre el desarrollo de la trama y la presentación de los personajes nuevos, es un poco también como si estuviéramos ante una serie nueva. No es exactamente así, pero la emisión compartida entre Starz y BBC (aunque la segunda lo hace con una semana de retraso) y el salto de la producción a Estados Unidos le confiere ese aire. Se notan, desde luego, los dólares estadounidenses, que permiten tomas en helicóptero de la costa de Gales, explosiones varias y, claro, el acceso a actores de Hollywood, y a un Bill Pullman realmente inquietante.
Como tienen diez capítulos para contar la historia, en estos dos primeros aún están en los primeros compases de colocación de las piezas. Vemos las consecuencias del "milagro", pero aún nadie se pregunta por su origen, y vemos lo que parece una conspiración todavía de motivaciones oscuras y que no sabemos con seguridad hasta qué punto está relacionada con el evento. Tampoco tenemos claro aún si Jack va a resultar tan crucial como parece y de algunos personajes, como la abrasiva relaciones públicas que interpreta Lauren Ambrose, por ahora sólo podemos decir que prometen y desconciertan. Los hilos se irán uniendo conforme pasen los episodios, así que lo único que hay que hacer es dejarse llevar. Dudo que vaya a igualar lo que consiguió "Children of Earth", pero parece que han decidido que aquí, al menos al principio, van a recuperar un poco el sentido del humor que tenían en las primeras entregas (soy fan de cualquier alusión a Gales, y de las orejeras protectoras de la hija de Gwen) y que quieren embarcarnos en una aventura. Ya sabemos que Russell T. Davies es capaz de lo mejor y de lo peor, y también sabemos cómo se las gasta cuando decide continuar hasta sus últimas consecuencias una línea de acción, así que lo mejor es prepararse para que en "Miracle Day" pase cualquier cosa.
No obstante, "Miracle Day" es lo suficientemente independiente para cualquiera pueda verla. A los neófitos se les pone en antecedentes en dos pinceladas de lo que es Torchwood, y entre el desarrollo de la trama y la presentación de los personajes nuevos, es un poco también como si estuviéramos ante una serie nueva. No es exactamente así, pero la emisión compartida entre Starz y BBC (aunque la segunda lo hace con una semana de retraso) y el salto de la producción a Estados Unidos le confiere ese aire. Se notan, desde luego, los dólares estadounidenses, que permiten tomas en helicóptero de la costa de Gales, explosiones varias y, claro, el acceso a actores de Hollywood, y a un Bill Pullman realmente inquietante.
Como tienen diez capítulos para contar la historia, en estos dos primeros aún están en los primeros compases de colocación de las piezas. Vemos las consecuencias del "milagro", pero aún nadie se pregunta por su origen, y vemos lo que parece una conspiración todavía de motivaciones oscuras y que no sabemos con seguridad hasta qué punto está relacionada con el evento. Tampoco tenemos claro aún si Jack va a resultar tan crucial como parece y de algunos personajes, como la abrasiva relaciones públicas que interpreta Lauren Ambrose, por ahora sólo podemos decir que prometen y desconciertan. Los hilos se irán uniendo conforme pasen los episodios, así que lo único que hay que hacer es dejarse llevar. Dudo que vaya a igualar lo que consiguió "Children of Earth", pero parece que han decidido que aquí, al menos al principio, van a recuperar un poco el sentido del humor que tenían en las primeras entregas (soy fan de cualquier alusión a Gales, y de las orejeras protectoras de la hija de Gwen) y que quieren embarcarnos en una aventura. Ya sabemos que Russell T. Davies es capaz de lo mejor y de lo peor, y también sabemos cómo se las gasta cuando decide continuar hasta sus últimas consecuencias una línea de acción, así que lo mejor es prepararse para que en "Miracle Day" pase cualquier cosa.
18 julio 2011
Los estrenos son para el invierno
Más que la querencia por el género fantástico, o por las comedias con hombres abrumados por el "poder femenino" (que asusta sin haber visto ni los trailers), o por las series de aire retro o por las que tienen mujeres en su centro, la verdadera tendencia en la programación de las cadenas estadounidenses para la temporada que viene es guardarse algunos de sus títulos a priori más potentes para la midseason. No es que sea algo raro, pues siempre hay series que se reservan para entonces para tener estrenos siempre, y no concentrados en dos semanas de septiembre, y cadenas como Fox han tenido mucho éxito guardándose para enero cosas como "24". Además, esos títulos pueden actuar de verdad como reservas y saltar al terreno de juego si algunos de los estrenos del otoño fracasan y el canal quiere llenar esa hora con ficción. En la NBC, "Medium" y "Chuck" estuvieron varios años sobreviviendo así.
Lo curioso de esta temporada es que gran parte de las series más esperadas, y por las que los críticos expresaron más curiosidad en los upfronts, se van directamente al invierno de 2012, donde les tocará competir con los estrenos que el cable tenga listos para entonces (no es que sea una competencia especialmente dura, pero bueno). Cosas como "Alcatraz" en Fox, que es de los títulos que más están dando qué hablar faltando al menos seis meses para que podamos ver su piloto, o "The river" en ABC, que ha intrigado a unos cuantos críticos, se encuadran en esa tendencia. También se guardan hasta el primer trimestre del próximo año las dos series nuevas de NBC que mejor acogida tuvieron en los upfronts, "Awake" y "Smash". Curiosamente, sobre ésta última ya están apareciendo artículos en prensa, haciendo referencia al interés que ha despertado entre la comunidad del teatro de Broadway, cuando lo más que se sabe de su fecha de estreno es simplemente midseason, y eso lo mismo es enero que abril.
¿Por qué han optado las cadenas por esta estrategia? Vuestras ideas son tan buenas como las mías. Muchos ejecutivos apuntan que lo que quieren es tener nueva programación durante todo el año, no sólo en otoño, pero a veces esa explicación suena a excusa para colocar en verano las series que no funcionan durante la temporada alta. Puede ser muy bien una mera coincidencia y, al mismo tiempo, un daño colateral de que cadenas como ABC hayan ordenado creo que una decena de títulos nuevos. No hay sitio para todos entre septiembre y noviembre, así que hay que desperdigarlos en el tiempo. Y Fox, con su estreno de "The X Factor", tampoco tiene hueco para, por ejemplo, lasnzar en otoño "Alcatraz" junto a "Terra Nova". Aunque ya sabéis que las malas lenguas dicen que la serie producida por J.J. Abrams bien podría suplir a los dinosaurios de Steven Spielberg si fracasan.
P.D. podcastero: La cuarta entrega de "Yo disparé a J.R." no habla de todas estas series nuevas, que en verano hay otros temas para tratar. En concreto, y me temo que sin invitados especiales, comentamos lo más destacado de las nominaciones a los Emmy, las series policíacas protagonizadas por mujeres de este verano y el principio de la cuarta temporada de "Torchwood". Como de costumbre, podéis conseguirlo en Ivoox, en iTunes y también podéis sugerirnos nuevos temas en nuestra página de Facebook. Aquí os dejo la escaleta de temas:
- 0': El trailer del remake de "Dallas".
- 04': Las nominaciones de los Emmy.
- 12': "The Closer", "Rizzoli & Isles", "The protector" y "Scott & Bailey"
- 42' 40": "Torchwood: Miracle day".
Lo curioso de esta temporada es que gran parte de las series más esperadas, y por las que los críticos expresaron más curiosidad en los upfronts, se van directamente al invierno de 2012, donde les tocará competir con los estrenos que el cable tenga listos para entonces (no es que sea una competencia especialmente dura, pero bueno). Cosas como "Alcatraz" en Fox, que es de los títulos que más están dando qué hablar faltando al menos seis meses para que podamos ver su piloto, o "The river" en ABC, que ha intrigado a unos cuantos críticos, se encuadran en esa tendencia. También se guardan hasta el primer trimestre del próximo año las dos series nuevas de NBC que mejor acogida tuvieron en los upfronts, "Awake" y "Smash". Curiosamente, sobre ésta última ya están apareciendo artículos en prensa, haciendo referencia al interés que ha despertado entre la comunidad del teatro de Broadway, cuando lo más que se sabe de su fecha de estreno es simplemente midseason, y eso lo mismo es enero que abril.
¿Por qué han optado las cadenas por esta estrategia? Vuestras ideas son tan buenas como las mías. Muchos ejecutivos apuntan que lo que quieren es tener nueva programación durante todo el año, no sólo en otoño, pero a veces esa explicación suena a excusa para colocar en verano las series que no funcionan durante la temporada alta. Puede ser muy bien una mera coincidencia y, al mismo tiempo, un daño colateral de que cadenas como ABC hayan ordenado creo que una decena de títulos nuevos. No hay sitio para todos entre septiembre y noviembre, así que hay que desperdigarlos en el tiempo. Y Fox, con su estreno de "The X Factor", tampoco tiene hueco para, por ejemplo, lasnzar en otoño "Alcatraz" junto a "Terra Nova". Aunque ya sabéis que las malas lenguas dicen que la serie producida por J.J. Abrams bien podría suplir a los dinosaurios de Steven Spielberg si fracasan.
P.D. podcastero: La cuarta entrega de "Yo disparé a J.R." no habla de todas estas series nuevas, que en verano hay otros temas para tratar. En concreto, y me temo que sin invitados especiales, comentamos lo más destacado de las nominaciones a los Emmy, las series policíacas protagonizadas por mujeres de este verano y el principio de la cuarta temporada de "Torchwood". Como de costumbre, podéis conseguirlo en Ivoox, en iTunes y también podéis sugerirnos nuevos temas en nuestra página de Facebook. Aquí os dejo la escaleta de temas:
- 0': El trailer del remake de "Dallas".
- 04': Las nominaciones de los Emmy.
- 12': "The Closer", "Rizzoli & Isles", "The protector" y "Scott & Bailey"
- 42' 40": "Torchwood: Miracle day".
17 julio 2011
La historia de Harry y Severus
Quienes hayáis leído el libro de "Harry Potter y las reliquias de la muerte", sabéis de sobra a quién pertenece el final. No, no es a Harry, a pesar de ser su enfrentamiento final con Voldemort; tampoco es a Ron o Hermione, o a Neville, que crece muchísimo en la séptima entrega; el final le pertenece a Severus Snape. No deja de ser curioso que, a partir del sexto libro, J.K. Rowling empieza a volver las tornas alrededor de algunos personajes, otorgándoles unos detalles que no esperaríamos teniendo en cuenta toda las historia anterior. Primero lo hace con el padre de Harry, y luego continúa con los Malfoy, Dumbledore y Snape. El modo en el que se nos revela la verdadera historia entre ellos dos, y lo que de verdad motivaba a Severus a hacer lo que hace, constituye también el punto más alto de esta segunda parte de la película final (que no deberías ver bajo ningún concepto si no habéis visto la primera ni unas cuantas de las anteriores. Es un aviso un poco obvio, pero es que nunca se sabe).
Es paradójico, desde luego, teniendo en cuenta que hay una batalla de dimensiones épicas desarrollándose, pero es así. No os sorprendáis si leeis a críticos estadounidenses especulando con la posibilidad de que Alan Rickman pueda aspirar a estar nominado al Oscar al mejor secundario (ni en sueños, pero bueno), porque el regalo que le hacen no lo desaprovecha. Confieso que, desde la primera película, Snape me caía mucho mejor sólo porque él lo interpretaba, y la evolución del personaje termina siendo muy interesante en una serie que, curiosamente, casi siempre ha tenido los desarrollos más interesantes en segundo plano. Harry a veces era bastante cabezón y obstruso, y daban ganas de darle un par de bofetones para que despertara, y por seguirlo a él perdíamos, por ejemplo, a Hermione, que siempre ha sido un personaje bastante mejor (y en los libros se ve mucho. No en vano, es la favorita del guionista principal de la saga, Steve Kloves). Comprimir la acción de los volúmenes en películas de dos horas o dos horas y media obliga a que ciertas cosas pierdan algo de fuerza y se sientan inconexas, pero la sensación general que deja este cierre, con todas las salvedades que le queramos poner, es de una razonable satisfacción.
Quizás porque veníamos de una quinta y, sobre todo, una sexta entrega decepcionantes, que David Yates haya conseguido una última película de cuatro horas y media bastante entretenida, y hasta con sus momentos emocionantes y épicos, ya es todo un triunfo. Ya podría haberlo conseguido antes, pero al menos se da cuenta de lo que quiere y de lo que tiene que hacer en el momento justo. Me da en la nariz que "Harry Potter y las reliquias de la muerte" debe apreciarse mejor vista como un todo, porque la división no hace más que minar la inercia que había adquirido la primera y restarle un poco de fuerza a la segunda en algunos instantes, pero incluso así, es un más que digno final. Y uno con el que la industria británica del cine está llorando amargamente. Aunque estuviera detrás de ella Warner, gran parte del capital era británico, todo el equipo era de allí y, durante una década, la saga ha sido la mejor embajadora del talento actoral de las islas. Con su fin, a lo más que pueden aspirar, en cuanto a películas exitosas, es a otro "El discurso del rey". Y eso no ocurre todos los años.
Música de la semana: Curiosamente, "Harry Potter" ha hecho más por otra saga multimillonaria como "Crepúsculo" de lo que podría parecer. La primera entrega de las aventuras de Edward y Bella se estrenó en noviembre de 2008, un mes en el que, en teoría, también tendrían que haberse estrenado "Watchmen" y "Harry Potter y el misterio del príncipe". Pero la primera sufrió varios problemas legales entre Warner y Fox que obligaron a retrasarla hasta marzo de 2009, y con la segunda, la propia Warner decidió moverla a julio de ese año para tener algún blockbuster en verano, dejando el campo libre para que "Crepúsculo" se llevara toda la atención. Nunca he sido fan de esa serie, ni en libro ni en cine, pero lo que sí me resulta muy curioso es cómo han conseguido trufar sus bandas sonoras con grupos que, a priori, parecería que no pegan nada con ella (además de haber contribuido decisivamente a hacer famosos a Muse en Estados Unidos). Una de esas bandas es Eastern Conference Champions, que aportó "A million miles an hour" a la banda sonora de "Luna nueva".
Es paradójico, desde luego, teniendo en cuenta que hay una batalla de dimensiones épicas desarrollándose, pero es así. No os sorprendáis si leeis a críticos estadounidenses especulando con la posibilidad de que Alan Rickman pueda aspirar a estar nominado al Oscar al mejor secundario (ni en sueños, pero bueno), porque el regalo que le hacen no lo desaprovecha. Confieso que, desde la primera película, Snape me caía mucho mejor sólo porque él lo interpretaba, y la evolución del personaje termina siendo muy interesante en una serie que, curiosamente, casi siempre ha tenido los desarrollos más interesantes en segundo plano. Harry a veces era bastante cabezón y obstruso, y daban ganas de darle un par de bofetones para que despertara, y por seguirlo a él perdíamos, por ejemplo, a Hermione, que siempre ha sido un personaje bastante mejor (y en los libros se ve mucho. No en vano, es la favorita del guionista principal de la saga, Steve Kloves). Comprimir la acción de los volúmenes en películas de dos horas o dos horas y media obliga a que ciertas cosas pierdan algo de fuerza y se sientan inconexas, pero la sensación general que deja este cierre, con todas las salvedades que le queramos poner, es de una razonable satisfacción.
Quizás porque veníamos de una quinta y, sobre todo, una sexta entrega decepcionantes, que David Yates haya conseguido una última película de cuatro horas y media bastante entretenida, y hasta con sus momentos emocionantes y épicos, ya es todo un triunfo. Ya podría haberlo conseguido antes, pero al menos se da cuenta de lo que quiere y de lo que tiene que hacer en el momento justo. Me da en la nariz que "Harry Potter y las reliquias de la muerte" debe apreciarse mejor vista como un todo, porque la división no hace más que minar la inercia que había adquirido la primera y restarle un poco de fuerza a la segunda en algunos instantes, pero incluso así, es un más que digno final. Y uno con el que la industria británica del cine está llorando amargamente. Aunque estuviera detrás de ella Warner, gran parte del capital era británico, todo el equipo era de allí y, durante una década, la saga ha sido la mejor embajadora del talento actoral de las islas. Con su fin, a lo más que pueden aspirar, en cuanto a películas exitosas, es a otro "El discurso del rey". Y eso no ocurre todos los años.
Música de la semana: Curiosamente, "Harry Potter" ha hecho más por otra saga multimillonaria como "Crepúsculo" de lo que podría parecer. La primera entrega de las aventuras de Edward y Bella se estrenó en noviembre de 2008, un mes en el que, en teoría, también tendrían que haberse estrenado "Watchmen" y "Harry Potter y el misterio del príncipe". Pero la primera sufrió varios problemas legales entre Warner y Fox que obligaron a retrasarla hasta marzo de 2009, y con la segunda, la propia Warner decidió moverla a julio de ese año para tener algún blockbuster en verano, dejando el campo libre para que "Crepúsculo" se llevara toda la atención. Nunca he sido fan de esa serie, ni en libro ni en cine, pero lo que sí me resulta muy curioso es cómo han conseguido trufar sus bandas sonoras con grupos que, a priori, parecería que no pegan nada con ella (además de haber contribuido decisivamente a hacer famosos a Muse en Estados Unidos). Una de esas bandas es Eastern Conference Champions, que aportó "A million miles an hour" a la banda sonora de "Luna nueva".
16 julio 2011
La patrulla del doctor Rosen
"Héroes" bien pudo haber estado muy cerca de estropear cualquier intento de hacer otra serie de superhéroes en el futuro. La idea era buena y sus primeros 13 capítulos invitaban al optimismo, pero ya sabemos cómo acabó todo y lo breve que fue su brillo, incluso a pesar de sobrevivir durante cuatro temporadas. "Héroes" partía de un grupo de gente normal que, un buen día, descubría que tenía habilidades especiales, y tenía que aprender a vivir con ellas y averiguar para qué utilizarlas. Como decimos, una buena idea que desbarró demasiado rápido. En el caso de "Alphas", la nueva serie que Syfy estrenó esta semana, la parte inicial de la revelación de los poderes está en el pasado, y el piloto nos introduce directamente en un grupo de superhéroes sin traje que trabaja a las órdenes del doctor Lee Rosen, quien a su vez responde ante un tal Don, todo trajeado, que suponemos que tiene dinero y conexiones en el Gobierno, si no es que trabaja directamente para la CIA o algo así.
Así, se quitan de un plumazo las introducciones, que siempre tienen el potencial de convertirse en un rollo, y conocemos a los personajes mientras hacen directamente lo que saben hacer, y también a través de ese francotirador al que deben investigar. Se nos apuntan algunas cosas de su pasado (como que algunos no entraron en el grupo por voluntad propia) y también vemos que los poderes tienen su lado negativo, y no sólo por secuelas físicas. Los superhéroes inadaptados sociales es otro tema clásico del género, y si "Alphas" guarda sus parecidos con "X-Men", van más allá de compartir guionista (Zak Penn). De hecho, por el modo en el que Rosen intenta "tratar" los problemas emocionales y psicológicos de sus "héroes" y entrenarlos para que sepan aprovecharlos bien, sólo le falta quedarse calvo e ir en silla de ruedas para convertirse en el profesor Xavier.
No sé adónde irá todo esto, si se alineará con el entretenimiento ligero y veraniego de la parrilla de Syfy (comparte día de emisión con "Warehouse 13" y "Eureka") o si dará un pequeño salto hacia algo más, pero parece que merecerá la pena averiguarlo. Ver a David Strathairn todas las semanas no le hace mal a nadie (es una opción un poco como la de Patrick Stewart en las películas de "X-Men") y la dinámica del equipo, que aún está conociéndose y aprendiendo a trabajar en conjunto, no funciona mal. Han insinuado una trama de fondo de la que casi no hemos visto nada aún, pero que seguro que acabará centrando el final de temporada. Veremos si los supervillanos a los que se enfrenten tienen también estos superpoderes menos espectaculares, pero efectivos, y logran que nadie los compare con "Héroes" dentro de cinco episodios.
Así, se quitan de un plumazo las introducciones, que siempre tienen el potencial de convertirse en un rollo, y conocemos a los personajes mientras hacen directamente lo que saben hacer, y también a través de ese francotirador al que deben investigar. Se nos apuntan algunas cosas de su pasado (como que algunos no entraron en el grupo por voluntad propia) y también vemos que los poderes tienen su lado negativo, y no sólo por secuelas físicas. Los superhéroes inadaptados sociales es otro tema clásico del género, y si "Alphas" guarda sus parecidos con "X-Men", van más allá de compartir guionista (Zak Penn). De hecho, por el modo en el que Rosen intenta "tratar" los problemas emocionales y psicológicos de sus "héroes" y entrenarlos para que sepan aprovecharlos bien, sólo le falta quedarse calvo e ir en silla de ruedas para convertirse en el profesor Xavier.
No sé adónde irá todo esto, si se alineará con el entretenimiento ligero y veraniego de la parrilla de Syfy (comparte día de emisión con "Warehouse 13" y "Eureka") o si dará un pequeño salto hacia algo más, pero parece que merecerá la pena averiguarlo. Ver a David Strathairn todas las semanas no le hace mal a nadie (es una opción un poco como la de Patrick Stewart en las películas de "X-Men") y la dinámica del equipo, que aún está conociéndose y aprendiendo a trabajar en conjunto, no funciona mal. Han insinuado una trama de fondo de la que casi no hemos visto nada aún, pero que seguro que acabará centrando el final de temporada. Veremos si los supervillanos a los que se enfrenten tienen también estos superpoderes menos espectaculares, pero efectivos, y logran que nadie los compare con "Héroes" dentro de cinco episodios.
15 julio 2011
Las sucesoras de Cagney y Lacey
A principios de los 80, las series de policías protagonizadas por una pareja de detectives, a ser posible con personalidades contrapuestas, eran muy habituales en la televisión estadounidense. "Starsky & Hutch" había acabado apenas unos años antes, y para intentar continuar aprovechando su tirón, la CBS estrenaba en 1982 otra que seguía el mismo esquema, "Cagney & Lacey". Con la diferencia de que aquella tenía dos mujeres en su centro, dos mujeres que eran las protagonistas totales de una serie de policías, no las novias o las esposas de los protagonistas. Aquello fue un gran cambio en la ficción estadounidense, y algunas de las cosas que Sharon Gless y Tyne Daly lograron entonces aún pueden verse casi 30 años después en otras ficciones criminales cuyas detectives son igualmente féminas.
Dos de ellas no han coincidido en el tiempo por semanas, diría yo. Una es la segunda temporada de "Rizzoli & Isles", que ha vuelto a TNT después de una primera entrega muy exitosa en la que se posicionaron para suceder a "The Closer" cuando ésta acabe el próximo verano, y que acabço con un cliffhanger que se resuelve con la clásica elipsis tradicional en estos casos, pero dejando ciertas secuelas emocionales en Rizzoli. El primer episodio vuelve a destacar que es la relación entre sus dos protagonistas lo que tiene algún valor aquí, porque los casos no son nada especial. Su productora ejecutiva, Janet Tamaro, estuvo un par de temporadas en "Bones" y tiene experiencia en los procedimentales de networks (también pasó por "CSI: NY"), así que sabe de sobra cómo lograr que la serie funcione. Y sabe también de sobra que son Jane y Maura el centro de todo y el aspecto que más debe cuidar, y a ello se dedica. No es una serie para diseccionar episodio a episodio porque el comentario casi siempre es "el caso no es gran cosa pero ellas son muy divertidas", y resulta entretenida si no se le pide mucho más.
En ITV, mientras tanto, ya han emitido los seis capítulos de "Scott & Bailey", en la que sus protagonistas son detectives en Manchester y cuya relación profesional y de amistad personal es también lo más interesante. Interpretadas por Suranne Jones y Lesley Sharp, de Janet y Rachel vamos descubriendo cosas poco a poco, como si fuéramos quitando capas a una cebolla. En los primeros episodios se nota un potencial siempre a punto de alcanzarse, aunque se escapa, y hay una trama de fondo que desde luego quieren presentarnos como el gran misterio de la temporada, aunque ni ellas sepan al principio que es así. Scott y Bailey tienen una buena dinámica de colegas y no es difícil creer que hace tiempo que se conocen y que confían la una en la otra, y no son exactamente el tipo de detective femenino que estamos acostumbrados a ver, también porque Jones y, especialmente, Sharp no son dos actrices tan convencionales (quienes las hayáis visto, respectivamente, en la sexta y la cuarta entrega de "Doctor Who" sabéis de sobra por qué). De momento estoy sólo al principio, y aún tengo que comprobar si ese misterio de fondo eleva un poco el tono al final.
Dos de ellas no han coincidido en el tiempo por semanas, diría yo. Una es la segunda temporada de "Rizzoli & Isles", que ha vuelto a TNT después de una primera entrega muy exitosa en la que se posicionaron para suceder a "The Closer" cuando ésta acabe el próximo verano, y que acabço con un cliffhanger que se resuelve con la clásica elipsis tradicional en estos casos, pero dejando ciertas secuelas emocionales en Rizzoli. El primer episodio vuelve a destacar que es la relación entre sus dos protagonistas lo que tiene algún valor aquí, porque los casos no son nada especial. Su productora ejecutiva, Janet Tamaro, estuvo un par de temporadas en "Bones" y tiene experiencia en los procedimentales de networks (también pasó por "CSI: NY"), así que sabe de sobra cómo lograr que la serie funcione. Y sabe también de sobra que son Jane y Maura el centro de todo y el aspecto que más debe cuidar, y a ello se dedica. No es una serie para diseccionar episodio a episodio porque el comentario casi siempre es "el caso no es gran cosa pero ellas son muy divertidas", y resulta entretenida si no se le pide mucho más.
En ITV, mientras tanto, ya han emitido los seis capítulos de "Scott & Bailey", en la que sus protagonistas son detectives en Manchester y cuya relación profesional y de amistad personal es también lo más interesante. Interpretadas por Suranne Jones y Lesley Sharp, de Janet y Rachel vamos descubriendo cosas poco a poco, como si fuéramos quitando capas a una cebolla. En los primeros episodios se nota un potencial siempre a punto de alcanzarse, aunque se escapa, y hay una trama de fondo que desde luego quieren presentarnos como el gran misterio de la temporada, aunque ni ellas sepan al principio que es así. Scott y Bailey tienen una buena dinámica de colegas y no es difícil creer que hace tiempo que se conocen y que confían la una en la otra, y no son exactamente el tipo de detective femenino que estamos acostumbrados a ver, también porque Jones y, especialmente, Sharp no son dos actrices tan convencionales (quienes las hayáis visto, respectivamente, en la sexta y la cuarta entrega de "Doctor Who" sabéis de sobra por qué). De momento estoy sólo al principio, y aún tengo que comprobar si ese misterio de fondo eleva un poco el tono al final.
14 julio 2011
Juego de Emmys
Todos los años, cuando se aproximan las nominaciones a los Emmy, hasta los aficionados más cínicos no pueden evitar permitirse albergar ciertas ilusiones de ver a algunos de sus favoritos incluidos entre los candidatos. En mi caso, me conformaba con que reconocieran a "Battlestar Galactica" (que al final arrasó en los técnicos), después pasé a centrar mis esperanzas en "Friday Night Lights" (que tardó en entrar, pero lo consiguió) y, ahora, lo hago en "Treme", que lleva por todas partes escrito el cartel de perenne olvidada, como "The Wire" (a David Simon le da bastante igual, por otro lado). Cuando Melissa McCarthy y Joshua Jackson leyeron las nominaciones de los Emmy de este año, habría sido bonito ver a alguno de los implicados en esa serie recibir algo de reconocimiento, pero una vez se asume que nunca va a pasar (y que tener a Jackson leyendo las candidaturas es lo más cerca que "Fringe" va a estar de los Emmys), sí que hay cosas curiosas entre los aspirantes a las estatuillas aladas. Vamos con el comentario-quiniela-desvarío tradicional (como siempre, las nominaciones completas podéis verlas en la web oficial de los Emmy).
DRAMA: HBO ha vuelto. "Mad Men" sigue siendo favorita, pero no hay que descartar que "Boardwalk Empire" pueda ser el regreso triunfal de esa cadena a los Emmy, más allá de una categoría de miniseries que siempre domina. "The good wife" está otra vez sola en medio de las series del cable, pero al menos hay dos entradas que, no por preconizadas por los críticos, dejan de ser refrescantes. Una es ver, por fin, a "Friday Night Lights" en el puesto que debería haber ocupado hace al menos tres temporadas. Y la otra es ver un poquito de fantasía con "Juego de tronos", a la que el marchamo HBO le ha servido como una carta de presentación inmejorable. Va a ser verdad que "True Blood" abrió el año pasado una puerta que ahora se ha hecho sólo un poco más ancha (y sólo porque ambas series se emiten donde se emiten).
ACTORES DRAMA: Steve Buscemi contra Jon Hamm. Ahí parece que va a estar la pelea. El primero ganó el Globo de Oro; el segundo, el Critics' Choice. Con ellos están otra vez Kyle Chandler y dos que ya forman parte del mobiliario, como Michael C. Hall y Hugh Laurie. Y aquí encontramos el primer recordatorio, y muy merecido, de los Emmy a "Justified", con Timothy Olyphant. Si su segunda temporada hubiera pasado tan desapercibida como la primera, habría sido uno de los peores olvidos de estas nominaciones. Lo bueno es que Walton Goggins defiende el pabellón de esa serie entre los secundarios, en una categoría en la que yo no me atrevo a pronosticar nada. Entre Alan Cumming (y Josh Charles, ambos por "The good wife"), Peter Dinklage (ojito con el amigo Tyrion de "Juego de tronos"), Andre Braugher ("Men of a certain age") y John Slattery, cualquiera puede llevárselo. ¿Será 2011 el año en el que "Mad Men" pierda a mejor serie pero vea por fin reconocidos a sus actores?
ACTRICES DRAMA: Kyra Sedgwick no podrá defender corona, y Julianna Margulies debe haber respirado muy aliviada. Ni Mariska Hargitay ni, creo, Kathy Bates ("Harry's law") son competencia, pero igual Elisabeth Moss y Connie Britton sí lo son. Y los críticos yanquis deben estar sufriendo todo tipo de ataques al corazón por ver a las dos protagonistas femeninas de "The Killing" nominadas, pero si los académicos sólo han visto el piloto, las candidaturas de Mireille Enos y Michelle Forbes son muy merecidas (lo son de todos modos). Forbes se ve en las secundarias acompañada del dúo imbatible de "The good wife" (Archie Panjabi y Christine Baranski), de Christina Hendricks, de Kelly Macdonald ("Boardwalk Empire", y ojo con ella) y de Margo Martindale, quizás la candidatura más pedida por los periodistas porque su Mags Bennett es la que ha hecho de la segunda temporada de "Justified" lo que ha sido.
COMEDIA: Una cosa interesante encontramos aquí; todas las candidatas son series de las networks y, entre ellas, la que domina es NBC con "The Office", "30 Rock" y "Parks & Recreation", otra de la que sus fans se han llevado una agradable sorpresa. Seguramente repetirá victoria "Modern family", y la que ya está plenamente consolidada en estos premios es "The Big Bang theory". Oh, y también está aquí "Glee", como era de esperar, por muchas quejas que haya recibido su segunda temporada.
ACTORES COMEDIA: ¿Repetirá Jim Parsons? ¿Le robará votos su compañero Johnny Galecki, una de las sorpresas de las nominaciones? ¿Recuperará el trono Alec Baldwin, o Steve Carell será despedido de "The Office" como lo merece? Hay algunas dudas en este apartado, en el que se ha colado Louis C.K. ("Louie") y Matt LeBlanc, que igual aún vive un poco del recuerdo de "Friends" más que de lo que haya hecho en "Episodes". Y entre los secundarios, sólo Jon Cryer y Chris Colfer impiden que la lista la copen los actores de "Modern family", en los que, por fin, y tras años y años de ser ignorado (incluso por "Matrimonio con hijos") figura Ed O'Neill. Sorprende que sea la primera candidatura de su carrera, y justo por eso no habría que descartar su victoria.
ACTRICES COMEDIA: Showtime ha sufrido un duro correctivo en estos premios, quedando sus nominaciones casi restringidas aquí, con Laura Linney y Edie Falco como favoritas por "The big C" y "Nurse Jackie". Las otras habituales son Amy Poehler y Tina Fey, y la lista la cierran dos sorpresas por dos estrenos; Marthe Plimpton por "Raising Hope" y Melissa McCarthy, que está más nominada por lo que ha subido su cotización gracias a "La boda de mi mejor amiga" que por "Mike & Molly". Y en las secundarias, pocas novedades y un premio muy abierto. No sería raro que Betty White ("Hot in Cleveland"), Julie Bowen, Sofía Vergara o Kristen Wiig sucedieran a Jane Lynch, o que esta reeditara victoria, además de presentar la ceremonia. Será divertido ver qué hace si pierde.
Como hasta el 18 de septiembre tendremos tiempo de sobra de analizar, discutir y comentar lo que vaya saliendo sobre los Emmy, sólo voy a apuntar un par de cosas; la nominación al mejor actor en una miniserie de Idris Elba por "Luther", el dominio aplastante de "Mildred Pierce" en esas categorías (con competencia de "The Kennedys" y "Downton Abbey", aunque menos) y que The CW ha logrado en esta edición su primera candidatura a un Emmy en su corta historia; la afortunada ha sido "Nikita", por su edición de sonido.
DRAMA: HBO ha vuelto. "Mad Men" sigue siendo favorita, pero no hay que descartar que "Boardwalk Empire" pueda ser el regreso triunfal de esa cadena a los Emmy, más allá de una categoría de miniseries que siempre domina. "The good wife" está otra vez sola en medio de las series del cable, pero al menos hay dos entradas que, no por preconizadas por los críticos, dejan de ser refrescantes. Una es ver, por fin, a "Friday Night Lights" en el puesto que debería haber ocupado hace al menos tres temporadas. Y la otra es ver un poquito de fantasía con "Juego de tronos", a la que el marchamo HBO le ha servido como una carta de presentación inmejorable. Va a ser verdad que "True Blood" abrió el año pasado una puerta que ahora se ha hecho sólo un poco más ancha (y sólo porque ambas series se emiten donde se emiten).
ACTORES DRAMA: Steve Buscemi contra Jon Hamm. Ahí parece que va a estar la pelea. El primero ganó el Globo de Oro; el segundo, el Critics' Choice. Con ellos están otra vez Kyle Chandler y dos que ya forman parte del mobiliario, como Michael C. Hall y Hugh Laurie. Y aquí encontramos el primer recordatorio, y muy merecido, de los Emmy a "Justified", con Timothy Olyphant. Si su segunda temporada hubiera pasado tan desapercibida como la primera, habría sido uno de los peores olvidos de estas nominaciones. Lo bueno es que Walton Goggins defiende el pabellón de esa serie entre los secundarios, en una categoría en la que yo no me atrevo a pronosticar nada. Entre Alan Cumming (y Josh Charles, ambos por "The good wife"), Peter Dinklage (ojito con el amigo Tyrion de "Juego de tronos"), Andre Braugher ("Men of a certain age") y John Slattery, cualquiera puede llevárselo. ¿Será 2011 el año en el que "Mad Men" pierda a mejor serie pero vea por fin reconocidos a sus actores?
ACTRICES DRAMA: Kyra Sedgwick no podrá defender corona, y Julianna Margulies debe haber respirado muy aliviada. Ni Mariska Hargitay ni, creo, Kathy Bates ("Harry's law") son competencia, pero igual Elisabeth Moss y Connie Britton sí lo son. Y los críticos yanquis deben estar sufriendo todo tipo de ataques al corazón por ver a las dos protagonistas femeninas de "The Killing" nominadas, pero si los académicos sólo han visto el piloto, las candidaturas de Mireille Enos y Michelle Forbes son muy merecidas (lo son de todos modos). Forbes se ve en las secundarias acompañada del dúo imbatible de "The good wife" (Archie Panjabi y Christine Baranski), de Christina Hendricks, de Kelly Macdonald ("Boardwalk Empire", y ojo con ella) y de Margo Martindale, quizás la candidatura más pedida por los periodistas porque su Mags Bennett es la que ha hecho de la segunda temporada de "Justified" lo que ha sido.
COMEDIA: Una cosa interesante encontramos aquí; todas las candidatas son series de las networks y, entre ellas, la que domina es NBC con "The Office", "30 Rock" y "Parks & Recreation", otra de la que sus fans se han llevado una agradable sorpresa. Seguramente repetirá victoria "Modern family", y la que ya está plenamente consolidada en estos premios es "The Big Bang theory". Oh, y también está aquí "Glee", como era de esperar, por muchas quejas que haya recibido su segunda temporada.
ACTORES COMEDIA: ¿Repetirá Jim Parsons? ¿Le robará votos su compañero Johnny Galecki, una de las sorpresas de las nominaciones? ¿Recuperará el trono Alec Baldwin, o Steve Carell será despedido de "The Office" como lo merece? Hay algunas dudas en este apartado, en el que se ha colado Louis C.K. ("Louie") y Matt LeBlanc, que igual aún vive un poco del recuerdo de "Friends" más que de lo que haya hecho en "Episodes". Y entre los secundarios, sólo Jon Cryer y Chris Colfer impiden que la lista la copen los actores de "Modern family", en los que, por fin, y tras años y años de ser ignorado (incluso por "Matrimonio con hijos") figura Ed O'Neill. Sorprende que sea la primera candidatura de su carrera, y justo por eso no habría que descartar su victoria.
ACTRICES COMEDIA: Showtime ha sufrido un duro correctivo en estos premios, quedando sus nominaciones casi restringidas aquí, con Laura Linney y Edie Falco como favoritas por "The big C" y "Nurse Jackie". Las otras habituales son Amy Poehler y Tina Fey, y la lista la cierran dos sorpresas por dos estrenos; Marthe Plimpton por "Raising Hope" y Melissa McCarthy, que está más nominada por lo que ha subido su cotización gracias a "La boda de mi mejor amiga" que por "Mike & Molly". Y en las secundarias, pocas novedades y un premio muy abierto. No sería raro que Betty White ("Hot in Cleveland"), Julie Bowen, Sofía Vergara o Kristen Wiig sucedieran a Jane Lynch, o que esta reeditara victoria, además de presentar la ceremonia. Será divertido ver qué hace si pierde.
Como hasta el 18 de septiembre tendremos tiempo de sobra de analizar, discutir y comentar lo que vaya saliendo sobre los Emmy, sólo voy a apuntar un par de cosas; la nominación al mejor actor en una miniserie de Idris Elba por "Luther", el dominio aplastante de "Mildred Pierce" en esas categorías (con competencia de "The Kennedys" y "Downton Abbey", aunque menos) y que The CW ha logrado en esta edición su primera candidatura a un Emmy en su corta historia; la afortunada ha sido "Nikita", por su edición de sonido.
12 julio 2011
Jam session de ideas
A veces, resulta complicado escribir cosas coherentes sobre series que te gustan mucho. Puedes desvariar durante horas y horas o ser incapaz de expresarlo todo y bloquearte. Con "Treme", la coherencia del discurso se vuelve difícil porque está hecha de muchas pequeñas viñetas que se unen unas a las otras, más que de una trama clara. Sí, tienen un mismo tema que las une, pero todo lo que pueda decir sobre su segunda temporada termina siendo disperso, porque hay tantos momentos que destacar... Estos chicos expresan bastantes de las cosas que yo podría señalar, así que lo mejor va a ser limitarse a seguir la estructura de viñetas, un poco a lo free jazz de la serie, para hablar de 11 episodios que han conjuntado mejor las historias de todos los personajes, han ampliado el panorama de Nueva Orleans (hemos visto no sólo la criminalidad y los planes de reconstrucción, sino que también nos han presentado a los pescadores de marisco del golfo de México) y han mostrado que este serie va camino de ser algo grande, si tienes paciencia y te dejas llevar.
- Antoine ha seguido siendo de lo más entretenido de ver (Wendell Pierce va derrochando carisma sin esfuerzo). Su nueva faceta con los niños promete.
- Como en la primera entrega, asistir al crecimiento como músico, y como persona, de Annie ha sido de lo más interesante. Para no haber actuado nunca, Lucia Micarelli está defendiéndose bastante bien.
- Melissa Leo merece más el Emmy por esta serie de lo que merecía el Oscar a la mejor secundaria que ganó por "The fighter".
- Ver las grietas de la armadura de LaDonna ha sido difícil, pero su evolución ha estado llevada al milímetro y ha tenido una resolución muy merecida.
- La diversión de la subtrama de Janette en su nueva aventura culinaria ha sido mayor de lo esperado.
- Davis y su tía forman el dúo más divertido de la serie, seguidos muy de cerca por Delmond y su orgulloso y cabezón padre, que también ha vivido un arco de lo más logrado.
- Nelson ha sido un personaje del que no estaba muy segura que pensar, y que se entregaba quizá con demasiado entusiasmo a una historia que en cualquier momento podía derrumbarse. ¿Lo veremos redimirse en la próxima temporada, como le ha pasado en ésta a Sonny?
- Los dos ejemplos más concretos en los que la ola de delincuencia que azotó Nueva Orleans en 2006 y 2007 ha afectado a los personajes han sido devastadores, pero han tenido buenas evoluciones.
- Y aunque a veces parezca que no, "Treme" tiene una visión del mundo más optimista, relativamente, que la que tenía "The Wire". A nosotros también nos ha llegado, Davis.
- Antoine ha seguido siendo de lo más entretenido de ver (Wendell Pierce va derrochando carisma sin esfuerzo). Su nueva faceta con los niños promete.
- Como en la primera entrega, asistir al crecimiento como músico, y como persona, de Annie ha sido de lo más interesante. Para no haber actuado nunca, Lucia Micarelli está defendiéndose bastante bien.
- Melissa Leo merece más el Emmy por esta serie de lo que merecía el Oscar a la mejor secundaria que ganó por "The fighter".
- Ver las grietas de la armadura de LaDonna ha sido difícil, pero su evolución ha estado llevada al milímetro y ha tenido una resolución muy merecida.
- La diversión de la subtrama de Janette en su nueva aventura culinaria ha sido mayor de lo esperado.
- Davis y su tía forman el dúo más divertido de la serie, seguidos muy de cerca por Delmond y su orgulloso y cabezón padre, que también ha vivido un arco de lo más logrado.
- Nelson ha sido un personaje del que no estaba muy segura que pensar, y que se entregaba quizá con demasiado entusiasmo a una historia que en cualquier momento podía derrumbarse. ¿Lo veremos redimirse en la próxima temporada, como le ha pasado en ésta a Sonny?
- Los dos ejemplos más concretos en los que la ola de delincuencia que azotó Nueva Orleans en 2006 y 2007 ha afectado a los personajes han sido devastadores, pero han tenido buenas evoluciones.
- Y aunque a veces parezca que no, "Treme" tiene una visión del mundo más optimista, relativamente, que la que tenía "The Wire". A nosotros también nos ha llegado, Davis.
11 julio 2011
Muchas gracias, Brenda
Esta noche, TNT comienza a emitir en Estados Unidos la séptima y última temporada de "The Closer". Su mayor éxito de audiencia, la serie que empezó a redefinir los contenidos y el éxito que la ficción propia del cable básico podía tener, inicia su despedida de 21 capítulos (divididos entre este verano, el invierno y el verano de 2012) con su protagonista, Brenda Johnson, en una encrucijada personal y laboral realmente crucial y, lógicamente, que tendrá la culpa de que la serie acabe de un modo definitivo. Despedirse de la subjefa de policía, de sus tácticas de interrogatorio, de su acento de Atlanta, de su adicción a los dulces, de su pasión por su trabajo y del jaleo que puede ser a veces su vida privada no va a resultar fácil, y no lo va a ser porque pocas series resultan entretenidas y pueden presumir de tener un personaje central tan cuidado como ésta.
Si para muchos el verano no empieza hasta que no llega la nueva temporada de "True Blood", para mí no hay verano seriéfilo que merezca ese nombre sin "The Closer", incluso aunque las cuatro primeras entregas las viera en Cuatro, que las programaba en otoño. Desde hace tiempo, con cada nueva temporada, me propongo intentar convencer a más gente para que le den una oportunidad porque sé que, en general, una vez que dejas entrar a Brenda en tu televisor, lo más probable es que continúes con ella. Pero también sé que hay que superar varias reticencias a ello. No porque "The Closer" sea difícil de ver, porque no es así. A un nivel superficial, es muy cómoda de seguir, y si te gustan las series de policías, es una de las mejor escritas que se pueden ver actualmente. Sin embargo, justo su género es uno de los obstáculos que a veces hay que salvar, porque cosas como "CSI: Miami" han llevado a que, erróneamente, se crea que todos los llamados procedimentales son iguales. Y no es el caso. Superados esos prejuicios, luego no sólo es Brenda el principal reclamo; el resto de secundarios y los detalles con los que se va construyendo la relación entre ellos van reforzando la estructura de la serie y convirtiéndose en lo realmente importante, más que los casos.
Éstos, como hemos comentado muchas veces, están muy bien escritos, y también logran que, a pesar de llevar seis años viendo a Brenda en acción, nunca estés muy seguro de lo que va a hacer en cuanto entra en la sala de interrogatorios. Esas escenas son el punto culminante de la resolución de los asesinatos, claro, pero no tanto de la historia que cuenta el episodio, porque una cosa curiosa es que James Duff, el creador, diseña cada temporada de un modo monotemático. En unas se explora el concepto de familia, o el del poder, o el del amor y la pérdida, como ha dicho que será el tema de la séptima temporada. Los casos y las interacciones de Brenda con el resto de personajes siguen esa línea de fondo, a veces de un modo más claro que otras, y todos los detalles que componen la serie, desde el color de la ropa hasta el modo en el que se encuadra a algunos personajes, la apuntalan también.
Pero, quizás, lo que más puede sorprender a quien se acerque por primera vez a "The Closer" es que puede ser divertidísima. En medio de discusiones muy trascendentales y de casos muy graves, se las apaña para colar grandes momentos cómicos (el ataúd que se cae por las escaleras aún está por superar) y toques humorísticos aquí y allá que, por contraste, ayudan a que veamos la verdadera seriedad de algunas de las cosas que tratan. Creo que eso va a ser lo que eche más de menos cuando la serie acabe finalmente, su sentido del humor. Y hacer periódicamente proselitismo de ella para engañar a más gente para verla.
Música de la semana: Un día tarde, pero la tradición musical de la semana no se pierde. En este caso, va a ser "You can run on", de Eli "Paperboy" Reed, que se escucha al final del primer episodio de "Sirens", estreno de este verano de la televisión inglesa.
Si para muchos el verano no empieza hasta que no llega la nueva temporada de "True Blood", para mí no hay verano seriéfilo que merezca ese nombre sin "The Closer", incluso aunque las cuatro primeras entregas las viera en Cuatro, que las programaba en otoño. Desde hace tiempo, con cada nueva temporada, me propongo intentar convencer a más gente para que le den una oportunidad porque sé que, en general, una vez que dejas entrar a Brenda en tu televisor, lo más probable es que continúes con ella. Pero también sé que hay que superar varias reticencias a ello. No porque "The Closer" sea difícil de ver, porque no es así. A un nivel superficial, es muy cómoda de seguir, y si te gustan las series de policías, es una de las mejor escritas que se pueden ver actualmente. Sin embargo, justo su género es uno de los obstáculos que a veces hay que salvar, porque cosas como "CSI: Miami" han llevado a que, erróneamente, se crea que todos los llamados procedimentales son iguales. Y no es el caso. Superados esos prejuicios, luego no sólo es Brenda el principal reclamo; el resto de secundarios y los detalles con los que se va construyendo la relación entre ellos van reforzando la estructura de la serie y convirtiéndose en lo realmente importante, más que los casos.
Éstos, como hemos comentado muchas veces, están muy bien escritos, y también logran que, a pesar de llevar seis años viendo a Brenda en acción, nunca estés muy seguro de lo que va a hacer en cuanto entra en la sala de interrogatorios. Esas escenas son el punto culminante de la resolución de los asesinatos, claro, pero no tanto de la historia que cuenta el episodio, porque una cosa curiosa es que James Duff, el creador, diseña cada temporada de un modo monotemático. En unas se explora el concepto de familia, o el del poder, o el del amor y la pérdida, como ha dicho que será el tema de la séptima temporada. Los casos y las interacciones de Brenda con el resto de personajes siguen esa línea de fondo, a veces de un modo más claro que otras, y todos los detalles que componen la serie, desde el color de la ropa hasta el modo en el que se encuadra a algunos personajes, la apuntalan también.
Pero, quizás, lo que más puede sorprender a quien se acerque por primera vez a "The Closer" es que puede ser divertidísima. En medio de discusiones muy trascendentales y de casos muy graves, se las apaña para colar grandes momentos cómicos (el ataúd que se cae por las escaleras aún está por superar) y toques humorísticos aquí y allá que, por contraste, ayudan a que veamos la verdadera seriedad de algunas de las cosas que tratan. Creo que eso va a ser lo que eche más de menos cuando la serie acabe finalmente, su sentido del humor. Y hacer periódicamente proselitismo de ella para engañar a más gente para verla.
Música de la semana: Un día tarde, pero la tradición musical de la semana no se pierde. En este caso, va a ser "You can run on", de Eli "Paperboy" Reed, que se escucha al final del primer episodio de "Sirens", estreno de este verano de la televisión inglesa.
08 julio 2011
El arte de elegir
Ganar un Emmy depende en gran medida del episodio que se elija para que lo juzguen los votantes. Ni más, ni menos. De nada puede acabar sirviendo una gran campaña de relaciones públicas, buenas críticas y buenas audiencias si, al final, el rival tiene un capítulo mejor que capta más la atención de los académicos. La victoria el año pasado de Kyra Sedgwick sobre Julianna Margulies en la categoría de actriz dramática se decidió justo por eso, y ya sabemos que el escaso olfato de Lauren Graham al seleccionar su capítulo condenaba sus opciones de ser nominada por "Las chicas Gilmore" (lo que es una de las grandes injusticias de la historia reciente de los Emmy). Los actores no tienen que mandar los episodios hasta que no se hacen públicas las candidaturas (este año, Joshua Jackson y Melissa McCarthy las leerán el jueves), pero eso no impide que sitios como "Awards Tracker" hayan compilado las posibles elecciones de algunos de los intérpretes.
Por ejemplo, es bastante evidente que Elisabeth Moss y Jon Hamm optarán por "The suitcase" para intentar darle a "Mad Men" su primer Emmy de interpretación. La crítica lo ha considerado uno de los mejores capítulos de la serie y ellos dos tienen todo un tour de force en él, así que no pueden dejar pasar la que igual es su mejor oportunidad de rascar por fin algo en estos premios. Pero Moss tendrá que andarse otra vez con ojo con Kyra Sedgwick, que vuelve a tener este año otro episodio de esos muy intensos, como el que le granjeó su Emmy por "The Closer"). Además, "War zone" parece que va a tener repercusiones en la séptima temporada. También es evidente que si Mireille Enos no se decide por el piloto de "The Killing", lo hará por "Missing", en el que sólo vemos a Linden y Holder, y que tanto el principio de la tercera temporada de "Fringe" como el capítulo en el que Olivia tiene que afrontar todo lo que ha pasado en su ausencia son buenas opciones para Anna Torv.
Echar un ojo a esas posibles elecciones es curioso y puede darnos algunas pistas de hacia dónde puede soplar el viento cuando se entreguen finalmente las estatuillas. Y sería realmente un cambio interesante y refrescante que algunos de los nombres que "Awards Tracker" incluye consiguieran meter la cabeza entre los seis candidatos finales. Si Aziz Ansari, Emilia Clarke, Denis O'Hare (por "True Blood"), Martha Plimpton, Joel McHale o, por supuesto, Margo Martindale y John Noble se sientan el día de la gala entre los nominados, ya habrá justificado que más gente se anime a seguir con algo más de atención los Emmy, aunque luego los premios se los repartan entre los de siempre. Ese blog del "Los Ángeles Times", además, ha ido publicando los seis episodios que algunas series tienen pensado enviar a los académicos para que las consideren para las categorías grandes de la noche (la última lista que ha incluido es la de "Justified"), lo que también da una idea de qué les quieren vender sus responsables a los votantes. La semana que viene veremos si todas estas estrategias terminan llevándose a cabo o no.
P.D.: Este fin de semana, las cosas van a estar muy tranquilas por aquí. Hasta el lunes podréis descansar de todas estas comeduras de tarro televisivas.
Por ejemplo, es bastante evidente que Elisabeth Moss y Jon Hamm optarán por "The suitcase" para intentar darle a "Mad Men" su primer Emmy de interpretación. La crítica lo ha considerado uno de los mejores capítulos de la serie y ellos dos tienen todo un tour de force en él, así que no pueden dejar pasar la que igual es su mejor oportunidad de rascar por fin algo en estos premios. Pero Moss tendrá que andarse otra vez con ojo con Kyra Sedgwick, que vuelve a tener este año otro episodio de esos muy intensos, como el que le granjeó su Emmy por "The Closer"). Además, "War zone" parece que va a tener repercusiones en la séptima temporada. También es evidente que si Mireille Enos no se decide por el piloto de "The Killing", lo hará por "Missing", en el que sólo vemos a Linden y Holder, y que tanto el principio de la tercera temporada de "Fringe" como el capítulo en el que Olivia tiene que afrontar todo lo que ha pasado en su ausencia son buenas opciones para Anna Torv.
Echar un ojo a esas posibles elecciones es curioso y puede darnos algunas pistas de hacia dónde puede soplar el viento cuando se entreguen finalmente las estatuillas. Y sería realmente un cambio interesante y refrescante que algunos de los nombres que "Awards Tracker" incluye consiguieran meter la cabeza entre los seis candidatos finales. Si Aziz Ansari, Emilia Clarke, Denis O'Hare (por "True Blood"), Martha Plimpton, Joel McHale o, por supuesto, Margo Martindale y John Noble se sientan el día de la gala entre los nominados, ya habrá justificado que más gente se anime a seguir con algo más de atención los Emmy, aunque luego los premios se los repartan entre los de siempre. Ese blog del "Los Ángeles Times", además, ha ido publicando los seis episodios que algunas series tienen pensado enviar a los académicos para que las consideren para las categorías grandes de la noche (la última lista que ha incluido es la de "Justified"), lo que también da una idea de qué les quieren vender sus responsables a los votantes. La semana que viene veremos si todas estas estrategias terminan llevándose a cabo o no.
P.D.: Este fin de semana, las cosas van a estar muy tranquilas por aquí. Hasta el lunes podréis descansar de todas estas comeduras de tarro televisivas.
06 julio 2011
Damas de humor
Cuando a los periodistas nos da por algo, nos da fuerte, sobre todo si nos dedicamos al deporte o los espectáculos. Podemos estar semanas y semanas exprimiendo una frase dicha de pasada en una rueda de prensa, y pocos colectivos pueden resultar tan monotemáticos como los periodistas cinematográficos estadounidenses. En la pasada temporada de premios de Hollywood, explotaron el beso de Natalie Portman y Mila Kunis en "Cisne negro" hasta la extenuación, y en los últimos meses han estirado como un chicle Boomer las declaraciones de Shia LaBeouf asegurando que estuvo liado con Megan Fox durante el rodaje de la primera de "Transformers". Desde hace unos años, circula por la prensa americana una de esas historias susceptibles de convertirse en monotema: las mujeres no son divertidas. Lo lanzó (o, mejor, lo resucitó) Christopher Hitchens en "Vanity Fair", en enero de 2007, y se montó tal controversia a su costa, que la propia revista respondió al artículo con un especial de mujeres comediantes un año después.
Tras tanto tiempo, y el éxito en televisión de las actrices salidas de "Saturday Night Live", sería de esperar que el asunto habría pasado de moda, pero no es así. En mayo, cuando se estrenó en Estados Unidos "La boda de mi mejor amiga" (o "Bridesmaids", que es su título original), volvió a reaparecer porque la vendían como una comedia gamberra del estilo de las otras producidas por Judd Apatow, y hasta llegaron a decir que era la versión femenina de "Resacón en Las Vegas". Estando protagonizada por mujeres, centrada en la preparación de una boda, y habiendo sido escrita por mujeres (Kristen Wiig y Annie Mumolo, aunque su director es Paul Feig), todos los periodistas se lanzaron enseguida a retomar la pelea hombres-mujeres en la comedia, intentando averiguar si la película era más masculina, si sólo se dirigía al público femenino y otro montón de cosas que, en el fondo, lo único que hacían era distraer de lo que realmente importa.
Y eso es que "La boda de mi mejor amiga" es una comedia realmente divertida, que alterna chistes guarros con otros más intelectuales, comedia física con gags absurdos, y el humor de situaciones incómodas con algunos toques que nos permiten ver lo que se esconde debajo de la fachada de su protagonista, Annie, una mujer que ve que su vida escapa a su control y para la que esa sensación todavía se hace más evidente cuando su amiga Lillian le anuncia que va a casarse y que quiere que sea su dama de honor. Desde ese momento, conocer al resto de damas (incluida su "némesis", la nueva amiga de Lillian), organizar la despedida de soltera y, al mismo tiempo, intentar arreglar su vida (y su relación con Ted, su amigo con derecho a roce bastante insufrible) va a ser tanto fuente inagotable de bromas como un comentario sobre el tema realmente importante en la película (y que comparte con otras comedias "de tíos"): la amistad entre Annie y Lillian.
Ésa es la relación que importa de verdad y la que se pone a prueba, y a su alrededor se despliega el torrente de energía de Kristen Wiig y la gran labor de equipo con el resto del reparto, del que destaca una Melissa McCarthy que deja muy atrás a su Sookie de "Las chicas Gilmore" y un Jon Hamm dispuesto a todo para arrancar una risa. De hecho, hay muchas caras conocidas de la tele por ahí, y no sólo Wiig y Maya Rudolph, ex compañeras en "Saturday Night Live". Si queréis verlas en acción en ese programa, buscad el especial "The women of SNL", porque las diversas locuras de Wiig y las imitaciones de Rudolph de Oprah Winfrey y Whitney Houston merecen la pena. Universal estrena en España "La boda de mi mejor amiga" el 12 de agosto.
Tras tanto tiempo, y el éxito en televisión de las actrices salidas de "Saturday Night Live", sería de esperar que el asunto habría pasado de moda, pero no es así. En mayo, cuando se estrenó en Estados Unidos "La boda de mi mejor amiga" (o "Bridesmaids", que es su título original), volvió a reaparecer porque la vendían como una comedia gamberra del estilo de las otras producidas por Judd Apatow, y hasta llegaron a decir que era la versión femenina de "Resacón en Las Vegas". Estando protagonizada por mujeres, centrada en la preparación de una boda, y habiendo sido escrita por mujeres (Kristen Wiig y Annie Mumolo, aunque su director es Paul Feig), todos los periodistas se lanzaron enseguida a retomar la pelea hombres-mujeres en la comedia, intentando averiguar si la película era más masculina, si sólo se dirigía al público femenino y otro montón de cosas que, en el fondo, lo único que hacían era distraer de lo que realmente importa.
Y eso es que "La boda de mi mejor amiga" es una comedia realmente divertida, que alterna chistes guarros con otros más intelectuales, comedia física con gags absurdos, y el humor de situaciones incómodas con algunos toques que nos permiten ver lo que se esconde debajo de la fachada de su protagonista, Annie, una mujer que ve que su vida escapa a su control y para la que esa sensación todavía se hace más evidente cuando su amiga Lillian le anuncia que va a casarse y que quiere que sea su dama de honor. Desde ese momento, conocer al resto de damas (incluida su "némesis", la nueva amiga de Lillian), organizar la despedida de soltera y, al mismo tiempo, intentar arreglar su vida (y su relación con Ted, su amigo con derecho a roce bastante insufrible) va a ser tanto fuente inagotable de bromas como un comentario sobre el tema realmente importante en la película (y que comparte con otras comedias "de tíos"): la amistad entre Annie y Lillian.
Ésa es la relación que importa de verdad y la que se pone a prueba, y a su alrededor se despliega el torrente de energía de Kristen Wiig y la gran labor de equipo con el resto del reparto, del que destaca una Melissa McCarthy que deja muy atrás a su Sookie de "Las chicas Gilmore" y un Jon Hamm dispuesto a todo para arrancar una risa. De hecho, hay muchas caras conocidas de la tele por ahí, y no sólo Wiig y Maya Rudolph, ex compañeras en "Saturday Night Live". Si queréis verlas en acción en ese programa, buscad el especial "The women of SNL", porque las diversas locuras de Wiig y las imitaciones de Rudolph de Oprah Winfrey y Whitney Houston merecen la pena. Universal estrena en España "La boda de mi mejor amiga" el 12 de agosto.
05 julio 2011
Zapping de verano
1.- ¿Os acordais de que, el verano pasado, comentamos que los protagonistas de "Rizzoli & Isles" y "White Collar" tenían más TSNR que las parejas supuestamente románticas de otras series? Pues el diario "Los Ángeles Times" también se ha dado cuenta de ello, y dedica un reportaje al derroche de química entre Jane Rizzoli y Maura Isles y cómo ha despertado todas las alertas shippers entre los fans. Su productora ejecutiva, Janet Tamaro, y sus protagonistas no le dan demasiada importancia y afirman que la relación entre ambas no tiene ningún tinte romántico, pero si Jane y Maura no se han comportado como Booth y Brennan en la primera temporada de "Bones", poco ha faltado. La serie no es nada especial, pero precisamente ellas dos la hacen muy entretenida. Y, vaya casualidad, resulta que el canal británico ITV también tiene a sus propias "Cagney y Lacey" con "Scott and Bailey", que sigue a dos policías de Manchester resolviendo casos y navegando sus desastrosas vidas. La verdad es que si, como apunta el trailer, la relación entre ellas está bien conseguida, puede ser entretenida de ver.
2.- Cuando estuvimos hablando de series británicas para ver este verano, se quedó en el tintero "The no.1 ladies' detective agency", que se ha mencionado muy poco por aquí para los buenos ratos que me hace pasar cuando la veo (aunque conseguir sus creo que 7 episodios no es sencillo). En la adaptación de los libros de Alexander McCall Smith no hay grandes casos muy enrevesados, y su detective no es un tipo duro pistola en ristre, sino una mujer de Botswana que, armada con su sentido común y con las cosas que le enseñó su padre, intenta salir adelante ayudando a quien lo necesite. La revelación de la serie, de todos modos, es su secretaria, Grace Makutsi, tan estricta como, en el fondo, entrañable y realmente divertida. Su protagonista, Jill Scott, es en realidad más conocida por su faceta de cantante y, de hecho, Mercedes hasta cantó uno de sus temas, "Hate on me", en la primera temporada de "Glee".
3.- Hay historias reales que, a veces, parecen sacadas de una película, o que serían un gran material para una. La rivalidad entre Karpov y Kasparov por el trono del ajedrez mundial es una de ellas, recogida en un recomendable reportaje de "Informe Robinson". Aquello era mucho más que deporte, era casi un enfrentamiento entre la vieja URSS y la perestroika de Gorbachov, y tenía todo tipo de connotaciones políticas y sociales, además de que ellos se odiaban de verdad y, posiblemente, la suya haya sido la rivalidad más enconada y, tal vez hasta la mejor, de la historia de cualquier deporte. Y después, echadle un ojo a otro reportaje que dedicaron al ex jugador de baloncesto Manute Bol, porque en él también juega un importante papel la política, en este caso de Sudán.
4.- Para la tercera entrega de "Yo disparé a J.R.", hemos pedido refuerzos, y tenemos con nosotros a Irene, de ByTheWay, para que aporta sobre todo su sapiencia en cuanto a series de adolescentes, y las tendencias en ese aspecto de ABC Family, MTV y The CW, y en cuanto a los libros de Charlaine Harris en los que se basa "True Blood". Como siempre, podéis conseguir el podcast en Ivoox, en iTunes y en la barra de la derecha. Éste es el menú del día:
- 0': Series adolescentes ("Teen Wolf", "Switched at birth", la deriva fantástica de The CW).
- 37': El principio de la cuarta temporada de "True Blood".
- 53' 24": La percepción de "Luther".
2.- Cuando estuvimos hablando de series británicas para ver este verano, se quedó en el tintero "The no.1 ladies' detective agency", que se ha mencionado muy poco por aquí para los buenos ratos que me hace pasar cuando la veo (aunque conseguir sus creo que 7 episodios no es sencillo). En la adaptación de los libros de Alexander McCall Smith no hay grandes casos muy enrevesados, y su detective no es un tipo duro pistola en ristre, sino una mujer de Botswana que, armada con su sentido común y con las cosas que le enseñó su padre, intenta salir adelante ayudando a quien lo necesite. La revelación de la serie, de todos modos, es su secretaria, Grace Makutsi, tan estricta como, en el fondo, entrañable y realmente divertida. Su protagonista, Jill Scott, es en realidad más conocida por su faceta de cantante y, de hecho, Mercedes hasta cantó uno de sus temas, "Hate on me", en la primera temporada de "Glee".
3.- Hay historias reales que, a veces, parecen sacadas de una película, o que serían un gran material para una. La rivalidad entre Karpov y Kasparov por el trono del ajedrez mundial es una de ellas, recogida en un recomendable reportaje de "Informe Robinson". Aquello era mucho más que deporte, era casi un enfrentamiento entre la vieja URSS y la perestroika de Gorbachov, y tenía todo tipo de connotaciones políticas y sociales, además de que ellos se odiaban de verdad y, posiblemente, la suya haya sido la rivalidad más enconada y, tal vez hasta la mejor, de la historia de cualquier deporte. Y después, echadle un ojo a otro reportaje que dedicaron al ex jugador de baloncesto Manute Bol, porque en él también juega un importante papel la política, en este caso de Sudán.
4.- Para la tercera entrega de "Yo disparé a J.R.", hemos pedido refuerzos, y tenemos con nosotros a Irene, de ByTheWay, para que aporta sobre todo su sapiencia en cuanto a series de adolescentes, y las tendencias en ese aspecto de ABC Family, MTV y The CW, y en cuanto a los libros de Charlaine Harris en los que se basa "True Blood". Como siempre, podéis conseguir el podcast en Ivoox, en iTunes y en la barra de la derecha. Éste es el menú del día:
- 0': Series adolescentes ("Teen Wolf", "Switched at birth", la deriva fantástica de The CW).
- 37': El principio de la cuarta temporada de "True Blood".
- 53' 24": La percepción de "Luther".
04 julio 2011
Hermana coraje
En un par de semanas, cuando se anuncien las nominaciones a los Emmy, no sería nada raro que William H. Macy se encontrara entre los candidatos a mejor actor dramático por "Shameless". Es un actor reconocido, con nominaciones al Oscar a sus espaldas, y que también es la estrella sobre la que giró toda la promoción para el estreno de la serie en Showtime. Todas esas razones hacen bastante factible que Macy represente este remake en los Emmy, pero no es él quien más lo merece y, de hecho, tampoco es su Frank quien termina convertido en el protagonista de facto de la serie. Ese papel le corresponde a Fiona, la hermana mayor, alrededor de la que gira realmente el show y la que es el asidero más fácil para que los espectadores se enganchen y sigan viéndolo a pesar de que Frank pueda hacerse bastante insoportable, de que adopten algunos giros que parecen estar ahí sólo para escandalizar al personal y de que, en realidad, estemos ante un drama familiar con más puntos en común con "Parenthood", por ejemplo, de lo que podría parecer.
Desconozco si, en la original inglesa, también es Fiona el centro de todo (sí sé que Frank suscita reacciones muy encontradas), pero es el principal hallazgo de la versión supervisada por John Wells, eso y darle a Emmy Rossum la oportunidad de escapar de los papeles de princesa y damisela en apuros que había hecho mayoritariamente hasta ahora. Rossum sí es la que merece ser nominada a un premio con el que comparte nombre, porque su interpretación ha sido una de las revelaciones de la temporada. Ha anclado los momentos más locos y ha llevado sin problema los más dramáticos, como el reencuentro con ciertos familiares, y su sacrificio en favor de sus hermanos, convirtiéndose en la figura materna de la que carecen, nunca se ha visto forzado.
Con ella, eran los otros dos hermanos mayores, Lip e Ian, los mñas interesantes de seguir semana a semana, y muy especialmente el primero, que alberga un gran resentimiento hacia su padre y que también intenta contribuir y ayudar a Fiona. Los tres no han tenido demasiadas interacciones juntos, pero cuando las ha habido se ha mostrado el potencial de "Shameless" de que sus personajes justifiquen el remake y de que sea un drama familiar complejo y siempre en movimiento. Porque una cosa que hay que reconocerle es la energía que despliega (a lo que ayuda el montaje y la música, claro) y que, de vez en cuando, consigue unos momentos de humor bastante logrados, sobre todo a cargo de Kevin y Verónica, los vecinos. Éstos tienen una subtrama en los últimos episodios que bordea el ridículo pero que funciona como contrapunto cómico mejor que la familia de Sheila, que a veces parece estar en otra serie diferente, y que tiene algunos giros que a veces parecen estar ahí sólo para demostrar que siguen la línea transgresora de Showtime.
Por mi parte, los tres hijos mayores de Frank Gallagher son razón suficiente para seguir con la serie en la segunda temporada. Sus intentos por mantenerse a flote y por superar todo el desastre que su situación familiar ha llevado a sus vidas son lo mejor con mucha diferencia. No son más que chavales que se encuentran de golpe teniendo que comportarse como adultos y tomando decisiones que, en situaciones normales, no tendrían que estar tomando, pero se nota que todos los hermanos Gallagher se quieren y se apoyan, y que eso les basta para mirar adelante y no sentirse avergonzados.
Desconozco si, en la original inglesa, también es Fiona el centro de todo (sí sé que Frank suscita reacciones muy encontradas), pero es el principal hallazgo de la versión supervisada por John Wells, eso y darle a Emmy Rossum la oportunidad de escapar de los papeles de princesa y damisela en apuros que había hecho mayoritariamente hasta ahora. Rossum sí es la que merece ser nominada a un premio con el que comparte nombre, porque su interpretación ha sido una de las revelaciones de la temporada. Ha anclado los momentos más locos y ha llevado sin problema los más dramáticos, como el reencuentro con ciertos familiares, y su sacrificio en favor de sus hermanos, convirtiéndose en la figura materna de la que carecen, nunca se ha visto forzado.
Con ella, eran los otros dos hermanos mayores, Lip e Ian, los mñas interesantes de seguir semana a semana, y muy especialmente el primero, que alberga un gran resentimiento hacia su padre y que también intenta contribuir y ayudar a Fiona. Los tres no han tenido demasiadas interacciones juntos, pero cuando las ha habido se ha mostrado el potencial de "Shameless" de que sus personajes justifiquen el remake y de que sea un drama familiar complejo y siempre en movimiento. Porque una cosa que hay que reconocerle es la energía que despliega (a lo que ayuda el montaje y la música, claro) y que, de vez en cuando, consigue unos momentos de humor bastante logrados, sobre todo a cargo de Kevin y Verónica, los vecinos. Éstos tienen una subtrama en los últimos episodios que bordea el ridículo pero que funciona como contrapunto cómico mejor que la familia de Sheila, que a veces parece estar en otra serie diferente, y que tiene algunos giros que a veces parecen estar ahí sólo para demostrar que siguen la línea transgresora de Showtime.
Por mi parte, los tres hijos mayores de Frank Gallagher son razón suficiente para seguir con la serie en la segunda temporada. Sus intentos por mantenerse a flote y por superar todo el desastre que su situación familiar ha llevado a sus vidas son lo mejor con mucha diferencia. No son más que chavales que se encuentran de golpe teniendo que comportarse como adultos y tomando decisiones que, en situaciones normales, no tendrían que estar tomando, pero se nota que todos los hermanos Gallagher se quieren y se apoyan, y que eso les basta para mirar adelante y no sentirse avergonzados.
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