30 marzo 2012
Asociaciones musicales
Hace ya algún tiempo, desde "Carrusel de series" propusieron un meme en el que teníamos que nombrar canciones que hubieran sonado en algún capítulo de una serie y que, desde entonces, no pudiéramos sacarnos de la cabeza. El vídeo de arriba es un poco trampa por que "Barrio Sésamo" no es ninguna serie, pero desde que vi a Lena Horne cantando el abecedario, no he podido olvidar esa canción (como pasa con "C is for cookie" del Monstruo de las Galletas. Os reto a que intentéis expulsarla de vuestra cabeza). Como es viernes por la tarde, lo que vamos a hacer es una pequeña lista de canciones que tengamos asociadas a alguna serie, sea por la razón que sea, y que ya es imposible que dejemos de pensar en dicha serie cuando las escuchemos. El primer caso, de hecho, es un tema que nunca jamás sonó en la serie que a mí me recuerda:
- "Feel so numb" (Rob Zombie): ¿Qué tiene que ver el "adorable" Rob Zombie con "Battlestar Galactica"? Que desde que vi un vídeo que la usaba de fondo para resumir tres temporadas de la serie en cinco minutos, ya no puedo dejar de asociar esta canción con los cylones.Y eso que, en el vídeoclip oficial, él parece más John Travolta en "Campo de batalla: la Tierra".
- "You're the first, the last my everything" (Barry White): El baño unisex de "Ally McBeal". Creo que eso lo dice todo.
- "The sun ain't gonna shine anymore" (The Walker Brothers): El trailer de "The Walking Dead" tiene la culpa de esta asociación, porque la inclusión de esta canción justo al final le daba un toque casi siniestro que, realmente, le iba muy bien.
- "Echoes" (Klaxons): Otra que nunca sonó en "Fringe", pero que yo tengo asociada a ella por culpa de esta promo de Fox, justo antes de la tercera temporada. Está la cosa entre esa y "For once in my life", versión de Stevie Wonder.
- "(I don't stand) A ghost of a chance": De los estándares de jazz siempre hay muchas versiones, y ésa en concreto es una de Nat King Cole al piano, Lionel Hampton al xilófono y Helen Forrest cantando, pero la que lleva meses sin salir de mi cabeza es la de Wendell Pierce y Lucia Micarelli al principio de "Treme". Aunque de "Treme" hay muchas que podrían estar en esta lista, desde "Buona sera", de Louis Prima, a "The Treme song", de John Boutté, o incluso "Got to get you of my mind", que en la serie no canta Solomon Burke.
- "That's not my name" (The Ting Tings): Las promos de series a veces logran que estas asociaciones sean muy difíciles de romper. Por ejemplo, desde que vi la que Paramount Comedy hizo para el estreno en España de "United States of Tara", ya no puedo dejar de pensar en esa serie cuando escucho esta canción.
- "La femme d'argent" (Air): Y esta siempre me recordará a "Verónica Mars" porque, además, es el primer tema que suena en su piloto, cuando estamos conociendo a Verónica.
Sí, si alguno queréis seguir esto en plan meme podéis hacerlo.
29 marzo 2012
El experimento Alcatraz
ALERTA SPOILERS: La primera temporada de "Alcatraz" ha terminado ya en Fox, y si no sabes hasta qué punto el alcaide estaba metido en algo turbio o qué tiene que ver cierta película fantástica de los 80, es mejor que te detengas aquí.
Se dice que, en 1943, la Marina estadounidense probó una estratagema digna de una película de ciencia ficción para convertir en invisible el destructor USS Eldridge, en el puerto de Filadelfia, una estratagema que, en teoría, se servía de ciertas teorías de Einstein para lograr ese resultado y que, aunque nunca hubo pruebas de ello y el asunto no ha quedado más que en una leyenda urbana fraudulenta (una magufada muy entretenida), sí inspiró, en 1984, una película llamada "El experimento Filadelfia". En ella, dos marineros de un portaaviones que debía, supuestamente, pasar por el mismo experimento que el Eldridge, terminaban viajando en el tiempo y apareciendo en 1984, donde unos tipos misteriosos intentan matarlos. ¿Buscaban algo así el alcaide James y ese misterioso señor trajeado de las gafas (interpretado por Matt Craven, experto en soldados de la Segunda Guerra Mundial y en policías de los 50 y 60)? ¿Querían enviar a todos los reclusos de Alcatraz 50 años al futuro? ¿Tenían algún motivo clásico de supervillano de cómic para ello?
Teniendo en cuenta que sus audiencias no han sido especialmente buenas, quizás nos quedemos con ganas de saberlo. "Alcatraz" no ha tenido una primera temporada demasiasdo notable de no ser por sus flashbacks y por esa colección de caracteres que los poblaban. El alcaide es un gran personaje, ya lo comentamos en su momento, y el doctor Beauregard y sus sarcasmos y sus cigarrillos (hasta el electrónico) era francamente divertido. Sí, la parte centrada en la actualidad era la que más cojeaba, pero desde el momento en el que Lucy despierta y empieza a compartir información con Madsen y Soto, la cosa adquiere otro cariz. Tanto misterio innecesario no iba a ninguna parte y, si logran una segunda temporada y mantienen esa política de "fuera secretos", las peripecias del equipo de Hauser pueden ser más entretenidas, al menos.
El descubrimiento de esa especie de búnker de guerra nuclear es lo que lleva a pensar inmediatamente en el experimento Filadelfia (o Proyecto Arcoiris), y todas las pruebas extrañas a las que el alcaide y el médico sometían a los presos (incluido ese clásico método Ludovico de lavado de cerebro) tienen su base histórica. Los años entre los 40 y buena parte de los 60 fueron muy ricos en todo este tipo de fraudes de ciencia ficción (Roswell no es más que uno de muchos), experimentos médicos hechos sin consentimiento y sobre sujetos que no podían "quejarse" (prisioneros, discapacitados, hasta minorías raciales, como los hombres negros del experimento de Tuskegee) y teorías conpiratorias de todo tipo, propulsadas por la Guerra Fría, así que no es de extrañar que "Alcatraz" se base en todo eso para construir su misterio principal.
¿Por qué Tommy Madsen y su hijo eran tan importantes? ¿Es posible que, si lo vigilaban desde 1952, hubieran empezado a experimentar con él mientras estuvo en el ejército? Esa aseveración de Tommy a Rebecca de que tienen la misma sangre, ¿quiere decir que Madsen va a resucitar en plan milagroso porque las cualidades curativas de la sangre de los presos de Alcatraz ya las tenía Tommy con anterioridad, y las pasó a su hijo y a su nieta? Décadas después de las primeras pruebas de bombas atómicas realizadas por el ejército estadounidense en el desierto de Nevada y en Nuevo México, los soldados que estaban en el zona afirman haber sido expuestos a la radiación y haber sido utilizados como conejillos de Indias para comprobar sus efectos en ellos.
Se dice que, en 1943, la Marina estadounidense probó una estratagema digna de una película de ciencia ficción para convertir en invisible el destructor USS Eldridge, en el puerto de Filadelfia, una estratagema que, en teoría, se servía de ciertas teorías de Einstein para lograr ese resultado y que, aunque nunca hubo pruebas de ello y el asunto no ha quedado más que en una leyenda urbana fraudulenta (una magufada muy entretenida), sí inspiró, en 1984, una película llamada "El experimento Filadelfia". En ella, dos marineros de un portaaviones que debía, supuestamente, pasar por el mismo experimento que el Eldridge, terminaban viajando en el tiempo y apareciendo en 1984, donde unos tipos misteriosos intentan matarlos. ¿Buscaban algo así el alcaide James y ese misterioso señor trajeado de las gafas (interpretado por Matt Craven, experto en soldados de la Segunda Guerra Mundial y en policías de los 50 y 60)? ¿Querían enviar a todos los reclusos de Alcatraz 50 años al futuro? ¿Tenían algún motivo clásico de supervillano de cómic para ello?
Teniendo en cuenta que sus audiencias no han sido especialmente buenas, quizás nos quedemos con ganas de saberlo. "Alcatraz" no ha tenido una primera temporada demasiasdo notable de no ser por sus flashbacks y por esa colección de caracteres que los poblaban. El alcaide es un gran personaje, ya lo comentamos en su momento, y el doctor Beauregard y sus sarcasmos y sus cigarrillos (hasta el electrónico) era francamente divertido. Sí, la parte centrada en la actualidad era la que más cojeaba, pero desde el momento en el que Lucy despierta y empieza a compartir información con Madsen y Soto, la cosa adquiere otro cariz. Tanto misterio innecesario no iba a ninguna parte y, si logran una segunda temporada y mantienen esa política de "fuera secretos", las peripecias del equipo de Hauser pueden ser más entretenidas, al menos.
El descubrimiento de esa especie de búnker de guerra nuclear es lo que lleva a pensar inmediatamente en el experimento Filadelfia (o Proyecto Arcoiris), y todas las pruebas extrañas a las que el alcaide y el médico sometían a los presos (incluido ese clásico método Ludovico de lavado de cerebro) tienen su base histórica. Los años entre los 40 y buena parte de los 60 fueron muy ricos en todo este tipo de fraudes de ciencia ficción (Roswell no es más que uno de muchos), experimentos médicos hechos sin consentimiento y sobre sujetos que no podían "quejarse" (prisioneros, discapacitados, hasta minorías raciales, como los hombres negros del experimento de Tuskegee) y teorías conpiratorias de todo tipo, propulsadas por la Guerra Fría, así que no es de extrañar que "Alcatraz" se base en todo eso para construir su misterio principal.
¿Por qué Tommy Madsen y su hijo eran tan importantes? ¿Es posible que, si lo vigilaban desde 1952, hubieran empezado a experimentar con él mientras estuvo en el ejército? Esa aseveración de Tommy a Rebecca de que tienen la misma sangre, ¿quiere decir que Madsen va a resucitar en plan milagroso porque las cualidades curativas de la sangre de los presos de Alcatraz ya las tenía Tommy con anterioridad, y las pasó a su hijo y a su nieta? Décadas después de las primeras pruebas de bombas atómicas realizadas por el ejército estadounidense en el desierto de Nevada y en Nuevo México, los soldados que estaban en el zona afirman haber sido expuestos a la radiación y haber sido utilizados como conejillos de Indias para comprobar sus efectos en ellos.
28 marzo 2012
La vida de una detective
"Scott & Bailey" es, sin duda, una de mis mayores soledades seriéfilas. La cada vez mayor querencia por las series británicas en la blogosfera serieadicta no alcanza a las series de policías de formato más tradicional, ésas que siguen a un detective (o un par de detectives) en su rutina laboral diaria y en los problemas que dicha rutina causa en su vida privada. Todo lo que no sea "Luther" escapa al radar de buena parte de esos aficionados a la ficción británica que, también es cierto, inunda con muchos más estrenos al tener temporadas tan cortas. Los procedimentales policiacos de ITV parecen llamarnos sólo a fans del género como yo, capaz de ver cinco temporadas (a la inglesa) de "Law & Order UK" y de creer que el remake estadounidense de "Prime Suspect" era de los estrenos más decentes de la temporada, uno que no merecía una muerte tan poco ceremoniosa.
Por si alguien no sabe de qué va esto de "Scott & Bailey" es, evidentemente, una serie de policías que sigue a dos detectives del equipo de incidentes graves de Manchester, Janet Scott y Rachel Bailey, dos detectives que son amigas, tienen personalidades contrapuestas no sólo por los diferentes lugares en los que se encuentran en sus vidas (determinados, en parte, por la diferencia de edad entre ellas) y que tienen sus dificultades para evitar que el trabajo, que puede absorberles jornadas de horas interminables si tienen un caso entre manos, se convierta en toda su vida. Después de los acontecimientos de la primera temporada, que implicaron diversos riesgos para sus vidas, Scott y Bailey parecen más tranquilas en este principio de la series 2, aunque eso es sólo una fachada.
La situación doméstica de Janet (casada y con dos hijas adolescentes) continúa la deriva que se insinuaba en los capítulos que vimos el verano pasado, y Rachel recibe una visita que no esperaba, y de la que no quiere que se sepan muchos detalles en la oficina. Las ramificaciones en su esfera privada que tienen ambos hechos van a vertebrar la que sigue siendo la parte más interesante de la serie, que son las interacciones de ambas detectives fuera del trabajo. Y si en ellas participa su jefa, todavía mejor. De todos modos, no han dejado de lado los casos, aunque no son su punto fuerte. Y eso que tienen de vez en cuando unos toques de "así de poco glamouroso es el trabajo policial de verdad" que tienen su interés.
Da la sensación que han introducido un misterio para toda la temporada que, por ahora, es sólo un detalle que no sabemos si realmente irá más allá, y el sentimiento de camaradería entre Scott y Bailey (y su jefa, de la que ahora sólo recuerdo que Rachel la llama "Godzilla") continúa estando muy logrado y siendo realmente entretenido de ver.
Por si alguien no sabe de qué va esto de "Scott & Bailey" es, evidentemente, una serie de policías que sigue a dos detectives del equipo de incidentes graves de Manchester, Janet Scott y Rachel Bailey, dos detectives que son amigas, tienen personalidades contrapuestas no sólo por los diferentes lugares en los que se encuentran en sus vidas (determinados, en parte, por la diferencia de edad entre ellas) y que tienen sus dificultades para evitar que el trabajo, que puede absorberles jornadas de horas interminables si tienen un caso entre manos, se convierta en toda su vida. Después de los acontecimientos de la primera temporada, que implicaron diversos riesgos para sus vidas, Scott y Bailey parecen más tranquilas en este principio de la series 2, aunque eso es sólo una fachada.
La situación doméstica de Janet (casada y con dos hijas adolescentes) continúa la deriva que se insinuaba en los capítulos que vimos el verano pasado, y Rachel recibe una visita que no esperaba, y de la que no quiere que se sepan muchos detalles en la oficina. Las ramificaciones en su esfera privada que tienen ambos hechos van a vertebrar la que sigue siendo la parte más interesante de la serie, que son las interacciones de ambas detectives fuera del trabajo. Y si en ellas participa su jefa, todavía mejor. De todos modos, no han dejado de lado los casos, aunque no son su punto fuerte. Y eso que tienen de vez en cuando unos toques de "así de poco glamouroso es el trabajo policial de verdad" que tienen su interés.
Da la sensación que han introducido un misterio para toda la temporada que, por ahora, es sólo un detalle que no sabemos si realmente irá más allá, y el sentimiento de camaradería entre Scott y Bailey (y su jefa, de la que ahora sólo recuerdo que Rachel la llama "Godzilla") continúa estando muy logrado y siendo realmente entretenido de ver.
27 marzo 2012
Un éxito que no es de audiencia
Si sólo nos fijáramos en los blogs estadounidenses para ver qué es lo que tiene más éxito allí, pensaríamos que "Mad Men" tiene la misma audiencia que "NCIS". Su esperadísima quinta temporada se estrenó el domingo y, desde dos semanas antes, su promoción y exposición en los medios superó a la de "Juego de tronos" (lo que es realmente difícil porque no hay modo de escapar de ella a menos de seis días de su regreso a HBO), y en los dos días que han pasado desde que se viera el nuevo episodio doble, es como si en la televisión de USAmerica no se hubiera emitido nada más. Literalmente. El número musical de ese episodio, con una versión de "Zou Bisou Bisou", ha corrido por Internet como sólo podían hacerlo las canciones de "Glee" en sus buenos tiempos, y en un movimiento que seguro que algún talibán criticará por ser de "vendidos", está ya disponible para su compra en iTunes.
Toda esta burbuja madmeneril se pone en perspectiva cuando AMC saca un comunicado diciendo que el debut de la quinta temporada fue el capítulo más visto en la historia de la serie, con 3,5 millones de espectadores. Por comparar un poco, el final de temporada de "The Killing" tuvo 2,3 millones, el de la cuarta de "Breaking Bad", casi tres, y ya mejor ni mencionamos "The Walking Dead", cuyo inicio de la segunda entrega vieron casi 7 millones de personas. Daos cuenta que estamos hablando de series que llevan menos tiempo en antena que "Mad Men" y la cuarta entrega del título de Matthew Weiner hizo menos audiencia media que esa primera y vilipendiada temporada de "The Killing" (mejor ni mencionemos la media de más de nueve millones de espectadores que vieron la quinta temporada de "Los Soprano". 2004 ya es casi otra época). Teniendo en cuenta que AMC no es una cadena de cable premium sino básico (lo que quiere decir que la publicidad y la audiencia sí tienen importancia para ellos), podemos encontrar ahí parte de la explicación de los problemas para renovar la serie que la tuvieron más de un año fuera de antena.
Eso sí, está más o menos comprobado que la tendencia general en las series de cable es que vayan aumentando su audiencia temporada a temporada, "cazando" a la gente que se ha puesto al día viendo los DVDs durante los hiatos, y que esas ventas de DVDs o por Netflix y otros servicios de streaming aportan buena parte de sus ingresos, pero no hay que olvidar que el éxito de "Mad Men" no se basa en sus datos de audiencia y que, justo por eso, a veces puede ser más cansino que si se basara en ellos. En el último podcast de "Yo disparé a JR" comentamos algo de esto, como la sobredimensión de una serie de calidad como "Mad Men" puede acabar poniéndola al lado, en cuanto a hype, de cosas como "Glee" (aunque estamos de acuerdo en que "Glee" tampoco es ya lo que era en ese aspecto). Y la sobreexposición de algo nunca es recomendable, por muy bueno que sea. Por cierto, que para poder decir con propiedad si "Mad Men" es la mejor serie de la historia de la televisión habrá que dejar que se acabe y pase un poco de tiempo para poder juzgarla con distancia. está bien posicionada para ello, sí, pero intentemos mantener la perspectiva.
Toda esta burbuja madmeneril se pone en perspectiva cuando AMC saca un comunicado diciendo que el debut de la quinta temporada fue el capítulo más visto en la historia de la serie, con 3,5 millones de espectadores. Por comparar un poco, el final de temporada de "The Killing" tuvo 2,3 millones, el de la cuarta de "Breaking Bad", casi tres, y ya mejor ni mencionamos "The Walking Dead", cuyo inicio de la segunda entrega vieron casi 7 millones de personas. Daos cuenta que estamos hablando de series que llevan menos tiempo en antena que "Mad Men" y la cuarta entrega del título de Matthew Weiner hizo menos audiencia media que esa primera y vilipendiada temporada de "The Killing" (mejor ni mencionemos la media de más de nueve millones de espectadores que vieron la quinta temporada de "Los Soprano". 2004 ya es casi otra época). Teniendo en cuenta que AMC no es una cadena de cable premium sino básico (lo que quiere decir que la publicidad y la audiencia sí tienen importancia para ellos), podemos encontrar ahí parte de la explicación de los problemas para renovar la serie que la tuvieron más de un año fuera de antena.
Eso sí, está más o menos comprobado que la tendencia general en las series de cable es que vayan aumentando su audiencia temporada a temporada, "cazando" a la gente que se ha puesto al día viendo los DVDs durante los hiatos, y que esas ventas de DVDs o por Netflix y otros servicios de streaming aportan buena parte de sus ingresos, pero no hay que olvidar que el éxito de "Mad Men" no se basa en sus datos de audiencia y que, justo por eso, a veces puede ser más cansino que si se basara en ellos. En el último podcast de "Yo disparé a JR" comentamos algo de esto, como la sobredimensión de una serie de calidad como "Mad Men" puede acabar poniéndola al lado, en cuanto a hype, de cosas como "Glee" (aunque estamos de acuerdo en que "Glee" tampoco es ya lo que era en ese aspecto). Y la sobreexposición de algo nunca es recomendable, por muy bueno que sea. Por cierto, que para poder decir con propiedad si "Mad Men" es la mejor serie de la historia de la televisión habrá que dejar que se acabe y pase un poco de tiempo para poder juzgarla con distancia. está bien posicionada para ello, sí, pero intentemos mantener la perspectiva.
26 marzo 2012
Las pelucas de la discordia
Parece mentira que puedan liarse las polémicas que se lían por culpa de un corte de pelo. O del color de ese pelo. O de si es liso o rizado. Aún resuenan los ecos de las iras de los fans más recalcitrantes de "Canción de Hielo y Fuego" cuando descubrieron que actores muy morenos (de cabello, que no de tez) como Lena Headey, Harry Lloyd o Emilia Clarke iban a interpretar en "Juego de tronos" a los muy rubios Cersei, Viserys y Daenerys, especialmente estos dos últimos (de la otra controversia, la de los ojos violeta de los Targaryen, hablamos en otra ocasión). Es un impedimento mínimo, nada que un buen pelucón no pueda remediar (o un buen teñido; Sophie Turner, que da vida a Sansa Stark, en realidad es muy rubia), y curiosamente, hace unos días dedicaron en "The New York Times" un reportaje al arte de escoger la peluca adecuada para un determinado personaje, y aprovechando el estreno de "Los juegos del hambre" y la controversia suscitada inicialmente por que la rubia Jennifer Lawrence fuera la morena Katniss, "USA Today" también tiene una pieza que versa sobre lo mismo, la importancia del peinado (y que añade el caso de Emma Stone, otra rubia natural que va tiñéndose de pelirroja o no según la ocasión).
En ambos artículos se desvelan casos de actrices que llevan o llevaron peluca para algunos proyectos, aunque desgraciadamente no mencionan los gloriosos peluquines de Nicolas Cage, Bruce Willis o Sean Connery, que confesó hace algún tiempo que ya llevaba uno en "James Bond contra el Dr. No". Julianna Margulies, por ejemplo, luce una en "The good wife" para no tener que estar alisando su pelo constantemente, y Morena Baccarin también llevaba otra en los primeros capítulos de "Homeland" porque su peinado, que lucía en "V", aún era muy corto. Si nos vamos al sector masculino, las rastas que Jason Momoa llevaba en "Stargate Atlantis" eran, en realidad, extensiones, y luego están las pelucas que se usan en flashbacks y demás, como las de "Revenge" o las que les cascan a actores con ya cierta edad cuando se dedican a contar algo de la "juventud" de sus personajes.
Eso sí, en cuanto a peinados, va a haber que estar muy atentos a "The Carrie diaries", esa precuela de "Sexo en Nueva York" para The CW de cuyo rodaje del piloto han aparecido ya algunas fotos, y el estilismo ochentero tipo "Buscando a Susan desesperadamente" puede ser de los que hacen historia, aunque es verdad que, por ahora, la cosa va más de chaquetas de colores chillones y pendientes más locos que los que llevaba Shelly Tambo en "Doctor en Alaska". No sé si en "Mad Men" alguna de las mujeres lleva peluca, aunque no lo parece, y lo más probable es que haya extensiones involucradas por ahí. Los moños de Joan son un highlight, por si no lo había dicho nunca.
P.D. podcastero: Y después de estas frivolidades, algo a medio camino entre la ligereza y lo sesudo con el nuevo programa de "Yo disparé a J.R.". El invitado de esta semana es Ramón Rey, de "Esta peli ya la he visto", con el que hablamos de la segunda temporada de "The Walking Dead" y todo lo que se ha comentado sobre ella. El resto del menú es el siguiente, y podéis encontrar todas las opciones de escucha y descarga en el blog.
- 0': El juicio de "Mujeres desesperadas"
- 8':"Missing"
- 15': "Bent"
- 23': La segunda temporada de "The Walking Dead" (con spoilers)
- 52': "Mad Men"
En ambos artículos se desvelan casos de actrices que llevan o llevaron peluca para algunos proyectos, aunque desgraciadamente no mencionan los gloriosos peluquines de Nicolas Cage, Bruce Willis o Sean Connery, que confesó hace algún tiempo que ya llevaba uno en "James Bond contra el Dr. No". Julianna Margulies, por ejemplo, luce una en "The good wife" para no tener que estar alisando su pelo constantemente, y Morena Baccarin también llevaba otra en los primeros capítulos de "Homeland" porque su peinado, que lucía en "V", aún era muy corto. Si nos vamos al sector masculino, las rastas que Jason Momoa llevaba en "Stargate Atlantis" eran, en realidad, extensiones, y luego están las pelucas que se usan en flashbacks y demás, como las de "Revenge" o las que les cascan a actores con ya cierta edad cuando se dedican a contar algo de la "juventud" de sus personajes.
Eso sí, en cuanto a peinados, va a haber que estar muy atentos a "The Carrie diaries", esa precuela de "Sexo en Nueva York" para The CW de cuyo rodaje del piloto han aparecido ya algunas fotos, y el estilismo ochentero tipo "Buscando a Susan desesperadamente" puede ser de los que hacen historia, aunque es verdad que, por ahora, la cosa va más de chaquetas de colores chillones y pendientes más locos que los que llevaba Shelly Tambo en "Doctor en Alaska". No sé si en "Mad Men" alguna de las mujeres lleva peluca, aunque no lo parece, y lo más probable es que haya extensiones involucradas por ahí. Los moños de Joan son un highlight, por si no lo había dicho nunca.
P.D. podcastero: Y después de estas frivolidades, algo a medio camino entre la ligereza y lo sesudo con el nuevo programa de "Yo disparé a J.R.". El invitado de esta semana es Ramón Rey, de "Esta peli ya la he visto", con el que hablamos de la segunda temporada de "The Walking Dead" y todo lo que se ha comentado sobre ella. El resto del menú es el siguiente, y podéis encontrar todas las opciones de escucha y descarga en el blog.
- 0': El juicio de "Mujeres desesperadas"
- 8':"Missing"
- 15': "Bent"
- 23': La segunda temporada de "The Walking Dead" (con spoilers)
- 52': "Mad Men"
25 marzo 2012
De amores a distancia a Caperucita Roja
Una de las vueltas de tuerca más clásicas en las historias de amor es la que mantiene a los amantes separados no por malentendidos, o mal timing, que diría Will Gardner, sino por una separación física real; la que pone, por ejemplo, todo el océano Atlántico de por medio. "Like Crazy" es de esas historias de amor, una especie de cruce indie entre "Matrimonio de conveniencia" y "Antes de amanecer" y su continuación, "Antes de atardecer", en la que la relación entre Jacob y Anna se pone a prueba no sólo por el paso del tiempo y la posibilidad de que conozcan a otras personas, sino por los miles de kilómetros que separan Los Ángeles de Londres y la burocracia de los visados de entrada. La cinta, improvisada en su mayor parte por sus actores principales, como hicieron Richard Linklater, Julie Delpy y Ethan Hawke con anterioridad (aunque creo que terminaron escribiendo el guión entre los tres), es muy, muy de Sundance, pero su historia de amor no es tan obvia como puede parecer a simple vista. Fue una de las revelaciones del festival de Park City el año pasado, y su protagonista femenina, Felicity Jones, se llevó bastantes reconocimientos críticos por su interpretación de Anna. El reparto, de hecho, es interesante porque además de Jones y Anton Yelchin nos encontramos también por ahí a Jennifer Lawrence (que, curiosamente, coincide también con Yelchin en "El castor", donde él era hijo de Mel Gibson y Jodie Foster y ella, la chica de la que se enamoraba), Charlie Bewley (galán salido de la saga "Crepúsculo") y Alex Kingston, que con su sola presencia mejora cualquier película un 27%.
En mi particular puesta al día con "Mad Men", la segunda temporada ya ha caído, una temporada en la que empiezan a cambiar bastantes cosas entre los empleados de Sterling & Cooper (no debería tener vque avisar de SPOILERS, pero por si acaso, lo hago). La fusión con los ingleses al final de la entrega no va a ser pacífica, por supuesto, y mucho menos si Duck Phillips y sus ganas de probar que aún sirve para el negocio siguen por ahí, que lo dudo. Hemos conocido algo más del pasado de Don y de su proceso para convertirse en Don (y de esa comezón que siempre tiene por huir hacia delante y no mirar atrás cada vez que se ve en serios problemas), hemos visto una de las escenas más desagradables que he visto en mucho tiempo cuando el prometido de Joan la viola en el suelo del despacho de Don, también hemos comprobado la particular "venganza" de Betty de los engaños de Don y, por supuesto, los primeros pasos de Peggy en su nuevo cargo en la oficina y y el principio de su reafirmación como alguien que se sale, aunque sea un poco, del molde creado en la época para ella. Pete Campbell sigue siendo tan pringado como en la primera temporada, todavía es un crío con un traje caro, y Roger Sterling ha seguido teniendo todas las mejores frases. "Mad Men" es una serie con un estilo de narración muy contenido, que deja que las cosas pasen a su debido a tiempo. Tengo curiosidad por ver si en la tercera caen todos al abismo sobre el que tienen ya medio pie. Eso sí, la analogía entre la crisis de los misiles de Cuba y la venta de Sterling & Cooper es un poco patillera, aunque lleve a los personajes a replantearse unas cuantas cosas, y deje ese momento impagable de la confesión de Peggy a Pete. No sabes nada, Pete Campbell.
La historia de Caperucita Roja ha sido, hasta ahora, la mejor vuelta de tuerca al cuento original que han hecho en "Once upon a time". La de la Bella y la Bestia estuvo bien, pero era más fácil de adivinar desde antes de ver el capítulo que ésta. Confirma, además, que Regina funciona mucho mejor en pequeñas dosis si va a ser siempre borde y mala, y también reafirma mi teoría de que Mr. Gold (al que he estado a punto de llamar Eli) sabe más sobre la maldición y lo que pasa de verdad en Storybrook que la alcaldesa. ¿O eso lo averiguamos al final del siguiente episodio, ése en el que David empieza a tener recuerdos de su vida como el Príncipe Encantador, sin ser consciente de ello? Gold-Rumpelstilskin es el mejor personaje de la serie, un tipo del que nunca estás seguro de saber si no tiene razones escondidas para darte los buenos días, simplemente. Y ya es un avance que sepamos también que el escritor sin nombre interpretado por Eion Bailey está también al corriente de quién es Emma en realidad. No sería raro que ella empezara a darse cuenta al final de la temporada.
No sé si recordáis que, hace un mes, PBS anunció que "Downton Abbey" iba a dejar de participar en los Emmy en las categorías de miniseries e iba a dar el salto a las de drama a secas, una opción lógica y consecuente con el tipo de serie que es. Entonces comentamos que habría que comprobar qué repercusiones tenía este movimiento y si podía afectar a alguna de las favoritas, y el primer efecto colateral lo hemos tenido al saber que FX va a presentar "American Horror Story" precisamente como miniserie, tal vez viendo que, sin los Grantham ahí, tiene todas las papeletas para arrasar en los Emmy. El hecho de que su segunda temporada vaya a presentar una serie nueva, con nuevo escenario (un psiquiátrico, si no recuerdo mal) y nuevas historias (aunque conserve algunos actores de la primera entrega, como Jessica Lange) facilita su inclusión ahí, a pesar de tener 12 capítulos (tener menos de 10 episodios siempre ha sido la excusa perfecta para que los títulos británicos entraran como miniserie sin serlo).
Música de la semana: Ya que hablábamos de "Mad Men", esta semana se ha sabido que Matthew Weiner ha cambiado una canción del capítulo inicial de la quinta temporada porque los críticos que habían visto los screeners enviados por AMC empezaron a comentar que no se había publicado hasta seis meses más tarde del punto temporal en el que se encuentra ese capítulo. El rigor histórico siempre está muy bien, y ya sabemos que Weiner es un maniático del control, pero es un poquito excesivo hacer ese cambio en una serie que, en sus dos primeras temporadas, utilizó temas actuales como "The great divide", de The Cardigans, y "The Infanta", de The Decemberists (lo que siempre ha confirmado mi idea de que "Mad Men" está hecha desde una óptica del siglo XXI, por mucho que sea fiel a cómo eran los 60). Igual es que la canción de la discordia era crucial para la trama, a saber. Era, por cierto, la muy estilosa versión de Dusty Springfield de "The look of love", el clásico de Burth Bacharach y Hal David del que, por cierto, hay versiones para dar y tomar, desde Sergio Mendes & Brasil 66 a Nina Simone, pasando por Diana Krall, Diana Ross y Shirley Bassey, sólo por poner unos ejemplos.
En mi particular puesta al día con "Mad Men", la segunda temporada ya ha caído, una temporada en la que empiezan a cambiar bastantes cosas entre los empleados de Sterling & Cooper (no debería tener vque avisar de SPOILERS, pero por si acaso, lo hago). La fusión con los ingleses al final de la entrega no va a ser pacífica, por supuesto, y mucho menos si Duck Phillips y sus ganas de probar que aún sirve para el negocio siguen por ahí, que lo dudo. Hemos conocido algo más del pasado de Don y de su proceso para convertirse en Don (y de esa comezón que siempre tiene por huir hacia delante y no mirar atrás cada vez que se ve en serios problemas), hemos visto una de las escenas más desagradables que he visto en mucho tiempo cuando el prometido de Joan la viola en el suelo del despacho de Don, también hemos comprobado la particular "venganza" de Betty de los engaños de Don y, por supuesto, los primeros pasos de Peggy en su nuevo cargo en la oficina y y el principio de su reafirmación como alguien que se sale, aunque sea un poco, del molde creado en la época para ella. Pete Campbell sigue siendo tan pringado como en la primera temporada, todavía es un crío con un traje caro, y Roger Sterling ha seguido teniendo todas las mejores frases. "Mad Men" es una serie con un estilo de narración muy contenido, que deja que las cosas pasen a su debido a tiempo. Tengo curiosidad por ver si en la tercera caen todos al abismo sobre el que tienen ya medio pie. Eso sí, la analogía entre la crisis de los misiles de Cuba y la venta de Sterling & Cooper es un poco patillera, aunque lleve a los personajes a replantearse unas cuantas cosas, y deje ese momento impagable de la confesión de Peggy a Pete. No sabes nada, Pete Campbell.
La historia de Caperucita Roja ha sido, hasta ahora, la mejor vuelta de tuerca al cuento original que han hecho en "Once upon a time". La de la Bella y la Bestia estuvo bien, pero era más fácil de adivinar desde antes de ver el capítulo que ésta. Confirma, además, que Regina funciona mucho mejor en pequeñas dosis si va a ser siempre borde y mala, y también reafirma mi teoría de que Mr. Gold (al que he estado a punto de llamar Eli) sabe más sobre la maldición y lo que pasa de verdad en Storybrook que la alcaldesa. ¿O eso lo averiguamos al final del siguiente episodio, ése en el que David empieza a tener recuerdos de su vida como el Príncipe Encantador, sin ser consciente de ello? Gold-Rumpelstilskin es el mejor personaje de la serie, un tipo del que nunca estás seguro de saber si no tiene razones escondidas para darte los buenos días, simplemente. Y ya es un avance que sepamos también que el escritor sin nombre interpretado por Eion Bailey está también al corriente de quién es Emma en realidad. No sería raro que ella empezara a darse cuenta al final de la temporada.
No sé si recordáis que, hace un mes, PBS anunció que "Downton Abbey" iba a dejar de participar en los Emmy en las categorías de miniseries e iba a dar el salto a las de drama a secas, una opción lógica y consecuente con el tipo de serie que es. Entonces comentamos que habría que comprobar qué repercusiones tenía este movimiento y si podía afectar a alguna de las favoritas, y el primer efecto colateral lo hemos tenido al saber que FX va a presentar "American Horror Story" precisamente como miniserie, tal vez viendo que, sin los Grantham ahí, tiene todas las papeletas para arrasar en los Emmy. El hecho de que su segunda temporada vaya a presentar una serie nueva, con nuevo escenario (un psiquiátrico, si no recuerdo mal) y nuevas historias (aunque conserve algunos actores de la primera entrega, como Jessica Lange) facilita su inclusión ahí, a pesar de tener 12 capítulos (tener menos de 10 episodios siempre ha sido la excusa perfecta para que los títulos británicos entraran como miniserie sin serlo).
Música de la semana: Ya que hablábamos de "Mad Men", esta semana se ha sabido que Matthew Weiner ha cambiado una canción del capítulo inicial de la quinta temporada porque los críticos que habían visto los screeners enviados por AMC empezaron a comentar que no se había publicado hasta seis meses más tarde del punto temporal en el que se encuentra ese capítulo. El rigor histórico siempre está muy bien, y ya sabemos que Weiner es un maniático del control, pero es un poquito excesivo hacer ese cambio en una serie que, en sus dos primeras temporadas, utilizó temas actuales como "The great divide", de The Cardigans, y "The Infanta", de The Decemberists (lo que siempre ha confirmado mi idea de que "Mad Men" está hecha desde una óptica del siglo XXI, por mucho que sea fiel a cómo eran los 60). Igual es que la canción de la discordia era crucial para la trama, a saber. Era, por cierto, la muy estilosa versión de Dusty Springfield de "The look of love", el clásico de Burth Bacharach y Hal David del que, por cierto, hay versiones para dar y tomar, desde Sergio Mendes & Brasil 66 a Nina Simone, pasando por Diana Krall, Diana Ross y Shirley Bassey, sólo por poner unos ejemplos.
23 marzo 2012
Las "otras" de ABC
Los remakes estadounidenses de series británicas no son algo nuevo, ni que se inventara a partir de "The Office", pero sí puede ser cierto que, a partir del éxito de la versión de la NBC de la comedia creada por Ricky Gervais y Stephen Merchant, las cadenas americanas fueran mirando más y más hacia esta orilla del Atlántico en busca de inspiración. En unos cuantos de esos remakes participan las mentes pensantes que pusieron en marcha el proyecto en el Reino Unido y, a veces, hasta se intenta que participe algunos de los actores originales (como Richard Ayoade en el fallido remake de "The IT Crowd"), pero luego no todos logran pasar del piloto y, si lo hacen, no todos triunfan. En 2009, por ejemplo, Lifetime intentó poner en pie su propia versión de "Mistresses", aquel drama de la BBC sobre cuatro amigas que en algún momento de sus vidas se encontraban siendo "la otra" en una relación, bien porque ellas lo buscaran o sin saberlo. Aquella nueva versión estaba impulsada por Holly Marie Combs (sí, de "Embrujadas"), pero no llegó a pasar del piloto y parecía que el asunto había quedado olvidado y enterrado.
Pero hete aquí que ABC, necesitada de una serie protagonizada por mujeres que pueda ocupar el jueco que deja el final de "Mujeres desesperadas", ha pensado que sería buena idea volver a intentarlo con "Mistresses" y, esta vez, se saltan el paso previo del piloto y han pedido directamente una serie que, en teoría, se estrenaría en el verano de 2013. K.J. Steinberg, guionista de "Gossip Girl" (y actriz ocasional que hizo de hermana de Joey en "Friends"), es la responsable del proyecto, un proyecto que ha atraído más atención de la habitual en estos casos porque dos de sus protagonistas serán Alyssa Milano y Yunjin Kim, que no ha vuelto a aparecer por la televisión estadounidense desde el final de "Perdidos". No se conoce con exactitud quién hará de quién, aunque parece que Milano será el trasunto de Siobhan y han hecho que sea la hermana mayor de otra de las protagonistas (interpretadas por Rochelle Aytes, que sobrevivió a "Work it", y Jess Macallan). Tonalmente, "Mistresses" podría casar mejor con la etiqueta de "la nueva "Mujeres desesperadas"" por que la original inglesa también mezclaba el drama, el culebrón, la comedia y el misterio, aunque se escoraba más hacia el drama y se movía por un alambre aún más fino, al menos en su primera temporada.
El intento de sustituir a las mujeres de Wisteria Lane con otra serie que opte más por la comedia y la sátira ya está viéndose en ABC con "GCB", ese título al que los candidatos republicanos le están haciendo publicidad gratuita al considerar que se está riendo de ellos, básicamente, y sentirse ofendidos por eso. La audiencia la está acogiendo bastante bien, por ahora (mejor que a "Pan Am", cuyo hueco del domingo por la noche ha heredado), pero las críticas no están siendo tan benévolas. Con "Mistresses", el malabarismo tonal es bastante complicado para que la historia no termine derivando a una soap opera pasada de rosca, y de la fuerza dfe su reparto dependerá que funcione o no, exactamente igual que en la serie británica. Por supuesto, no se va a librar de las comparaciones con "Sexo en Nueva York" porque, en los últimos años, cualquier título que cuente la amistad entre un grupo de mujeres enseguida se compara con ella.
El 15 de abril veremos, por ejemplo, si "Girls", en HBO, le debe tanto a Carrie Bradshaw como no se cansan de repetir todos los artículos que aparecen sobre ella, y en otoño comprobaremos qué hace The CW con "The Carrie diaries", si opta por continuarla más allá del piloto. Es la precuela de "Sexo en Nueva York", basada en el libro que Candace Bushnell escribió exactamente para contar los años mozos de Carrie, así que las comparaciones con "Sexo en Nueva York" sí que estarán plenamente justificadas.
Pero hete aquí que ABC, necesitada de una serie protagonizada por mujeres que pueda ocupar el jueco que deja el final de "Mujeres desesperadas", ha pensado que sería buena idea volver a intentarlo con "Mistresses" y, esta vez, se saltan el paso previo del piloto y han pedido directamente una serie que, en teoría, se estrenaría en el verano de 2013. K.J. Steinberg, guionista de "Gossip Girl" (y actriz ocasional que hizo de hermana de Joey en "Friends"), es la responsable del proyecto, un proyecto que ha atraído más atención de la habitual en estos casos porque dos de sus protagonistas serán Alyssa Milano y Yunjin Kim, que no ha vuelto a aparecer por la televisión estadounidense desde el final de "Perdidos". No se conoce con exactitud quién hará de quién, aunque parece que Milano será el trasunto de Siobhan y han hecho que sea la hermana mayor de otra de las protagonistas (interpretadas por Rochelle Aytes, que sobrevivió a "Work it", y Jess Macallan). Tonalmente, "Mistresses" podría casar mejor con la etiqueta de "la nueva "Mujeres desesperadas"" por que la original inglesa también mezclaba el drama, el culebrón, la comedia y el misterio, aunque se escoraba más hacia el drama y se movía por un alambre aún más fino, al menos en su primera temporada.
El intento de sustituir a las mujeres de Wisteria Lane con otra serie que opte más por la comedia y la sátira ya está viéndose en ABC con "GCB", ese título al que los candidatos republicanos le están haciendo publicidad gratuita al considerar que se está riendo de ellos, básicamente, y sentirse ofendidos por eso. La audiencia la está acogiendo bastante bien, por ahora (mejor que a "Pan Am", cuyo hueco del domingo por la noche ha heredado), pero las críticas no están siendo tan benévolas. Con "Mistresses", el malabarismo tonal es bastante complicado para que la historia no termine derivando a una soap opera pasada de rosca, y de la fuerza dfe su reparto dependerá que funcione o no, exactamente igual que en la serie británica. Por supuesto, no se va a librar de las comparaciones con "Sexo en Nueva York" porque, en los últimos años, cualquier título que cuente la amistad entre un grupo de mujeres enseguida se compara con ella.
El 15 de abril veremos, por ejemplo, si "Girls", en HBO, le debe tanto a Carrie Bradshaw como no se cansan de repetir todos los artículos que aparecen sobre ella, y en otoño comprobaremos qué hace The CW con "The Carrie diaries", si opta por continuarla más allá del piloto. Es la precuela de "Sexo en Nueva York", basada en el libro que Candace Bushnell escribió exactamente para contar los años mozos de Carrie, así que las comparaciones con "Sexo en Nueva York" sí que estarán plenamente justificadas.
21 marzo 2012
Casi famosos (XLIV)
En otras ocasiones hemos comentado que los avistamientos de casi famosos ocurren muchas veces donde menos te lo esperas, y cuando menos lo anticipas. Éste, por ejemplo, es obra de @ainhop, que lo comentó por Twitter mientras discutíamos por qué a alguien se le ocurrió que January Jones podía ser una Emma Frost convincente en "X-Men: Primera generación".
Y de ahí saltamos a Jones en "Los tres entierros de Melquíades Estrada", debut en la dirección de Tommy Lee Jones con guión de Guillermo Arriaga. Era una película fronteriza con esa narración fragmentada marca de la casa de Arriaga, y un Tommy Lee Jones cuyo papel, a posteriori, me recuerda un poco al que hizo después en "No es país para viejos". Si yo no recuerdo mal, Jones era ahí la novia o la mujer del personaje que interpretaba Barry Pepper, y al que Lee Jones perseguía.
Otro avistamiento de casualidad fue el de Emma Stone en la séptima temporada de "Malcolm", que Boeing está repitiendo todas las noches. Stone era una de las pijas del instituto que, por burlarse de Reese, sufre la venganza de Lois (aquí tienen más capturas del episodio). Rodó ese capítulo entre apariciones en "Medium", "Hotel, dulce hotel" y aquella brevísima "Drive", y justo el mismo año de esa serie cayó en sus manos "Supersalidos" y empezó a despuntar. Por cierto, que aprovechó su paso por "Saturday Night Live" a finales del año pasado para rodar un cameo para "30 Rock" tremendo.
Como la quinta temporada de "Mad Men" se estrena el domingo, y la serie ha estado más de un año fuera de la parrilla de AMC, sus responsables están dando un montón de entrevistas en las que, como no puede hablar de lo que va a pasar en la serie (Matthew Weiner es muy drástico en lo concerniente a posibles spoilers), se dedican a comentar el camino que les ha llevado hasta ahí, un camino que, en el caso de Jon Hamm, es bastante pintoresco. Él mismo ha contado alguna vez que, justo después de rodar el piloto de "Mad Men", y sin saber si la serie seguiría adelante o no, participó en cinco episodios de la primera temporada de "The Unit", aquella serie sobre un comando especial del ejército co-creada por David Mamet y Shawn Ryan.
Si os dicen que el actor de la derecha es Mandy Patinkin igual no os lo creéis. Pero lo es. En "Alien Nación" (que escribió Rockne S. O'Bannon, el creador de "Farscape"), era el policía extraterrestre emparejado con James Caan en una película de compañeros contrapuestos que le daba un giro al tema incluyendo una subtrama de alienígenas integrados en la sociedad humana, pero discriminados. La cinta tuvo continuación en una serie que sólo duró una temporada, y Patinkin ha seguido interpretando todo tipo de personajes, con maquillajes extraños y sin ellos, hasta llegar a "Homeland". Eso sí, en su trabajo en televisión es famoso por dar de vez en cuando la espantá; lo hizo creo que en "Chicago Hope" y también en "Mentes criminales". En "Tan muertos como yo" no sé si le dio tiempo.
Y de ahí saltamos a Jones en "Los tres entierros de Melquíades Estrada", debut en la dirección de Tommy Lee Jones con guión de Guillermo Arriaga. Era una película fronteriza con esa narración fragmentada marca de la casa de Arriaga, y un Tommy Lee Jones cuyo papel, a posteriori, me recuerda un poco al que hizo después en "No es país para viejos". Si yo no recuerdo mal, Jones era ahí la novia o la mujer del personaje que interpretaba Barry Pepper, y al que Lee Jones perseguía.
Otro avistamiento de casualidad fue el de Emma Stone en la séptima temporada de "Malcolm", que Boeing está repitiendo todas las noches. Stone era una de las pijas del instituto que, por burlarse de Reese, sufre la venganza de Lois (aquí tienen más capturas del episodio). Rodó ese capítulo entre apariciones en "Medium", "Hotel, dulce hotel" y aquella brevísima "Drive", y justo el mismo año de esa serie cayó en sus manos "Supersalidos" y empezó a despuntar. Por cierto, que aprovechó su paso por "Saturday Night Live" a finales del año pasado para rodar un cameo para "30 Rock" tremendo.
Como la quinta temporada de "Mad Men" se estrena el domingo, y la serie ha estado más de un año fuera de la parrilla de AMC, sus responsables están dando un montón de entrevistas en las que, como no puede hablar de lo que va a pasar en la serie (Matthew Weiner es muy drástico en lo concerniente a posibles spoilers), se dedican a comentar el camino que les ha llevado hasta ahí, un camino que, en el caso de Jon Hamm, es bastante pintoresco. Él mismo ha contado alguna vez que, justo después de rodar el piloto de "Mad Men", y sin saber si la serie seguiría adelante o no, participó en cinco episodios de la primera temporada de "The Unit", aquella serie sobre un comando especial del ejército co-creada por David Mamet y Shawn Ryan.
Si os dicen que el actor de la derecha es Mandy Patinkin igual no os lo creéis. Pero lo es. En "Alien Nación" (que escribió Rockne S. O'Bannon, el creador de "Farscape"), era el policía extraterrestre emparejado con James Caan en una película de compañeros contrapuestos que le daba un giro al tema incluyendo una subtrama de alienígenas integrados en la sociedad humana, pero discriminados. La cinta tuvo continuación en una serie que sólo duró una temporada, y Patinkin ha seguido interpretando todo tipo de personajes, con maquillajes extraños y sin ellos, hasta llegar a "Homeland". Eso sí, en su trabajo en televisión es famoso por dar de vez en cuando la espantá; lo hizo creo que en "Chicago Hope" y también en "Mentes criminales". En "Tan muertos como yo" no sé si le dio tiempo.
20 marzo 2012
"Alcatraz" y el gafe de Adrien Brody
¿Recordáis cuando hablamos de lo que era hacer un "Janet Leigh en "Psicosis""? Pues hay otra curiosidad realmente peculiar, y que para un actor es bastante peor, que podría denominarse "un Adrien Brody en "La delgada línea roja"" y que da la sensación que han ejecutado con Santiago Cabrera en "Alcatraz". ¿Pero Cabrera salía en el piloto de esa serie? Efectivamente, pero no adelantemos acontecimientos. Primero tenemos que averiguar qué le paso al bueno de Brody en 1998, cuando Hollywood esperaba expectante el estreno de "La delgada línea roja", que era la tercera película de Terrence Malick en 25 años y la primera desde "Días del cielo", que había rodado en 1978. Aquella cinta iba a ser, en teoría, el papel más importante de Brody hasta el momento (no ganó el Oscar por "El pianista" hasta 2002), y gran parte de la promoción previa al estreno se centró en él. Como recordó George Clooney en una mesa redonda pre-Oscar de "Newsweek", hasta llegó a ser portada de "Vanity Fair".
Sin embargo, Malick termina de "escribir" sus películas en la sala de montaje, y de ahí puede salir algo totalmente diferente de lo que los actores creían que estaban rodando. Ya es famoso el mosqueo de Sean Penn cuando vio que los dinosaurios de CGI salen más en "El árbol de la vida" que él, pero eso no es nada comparado con la cara que se le debió quedar a Adrien Brody cuando fue a ver un pase de "La delgada línea roja" y se encontró con que su papel protagonista había quedado reducido a una línea de diálogo y Malick había reeditado la película alrededor del personaje de Jim Caviezel. No fue el único al que le pasó esto, porque gente como George Clooney o Woody Harrelson vio también cómo sus papeles eran recortados drásticamente, pero, al fin y al cabo, a ellos no los habían vendido previamente como los protagonistas de la cinta ("Slate" cuenta un poco el no-método de trabajo de Malick en este reportaje).
A veces, en las series pueden pasar también estas cosas si, en el día a día, se ve que una trama o un personaje al que se quería dar mucha relevancia no funciona como se pretendía. Ron Moore se cansó de explicar, durante la tercera temporada de "Battlestar Galactica", que episodios como "The woman king" se veían un poco extraños porque formaban parte de una subtrama que se había descartado muy a última hora (aquel capítulo no tenía salvación, se mirara por donde se mirara), y parece que en "Alcatraz" ha pasado algo así con un policía al que interpretaba fugazmente en el piloto Santiago Cabrera. En teoría, Jimmy (que era como se llamaba) iba a ser el interés amoroso de Rebecca Madsen y creo que leí en alguna parte que lo presentaban en los encuentros con la prensa incluso como su prometido. Cabrera participó en la presentación de la serie en Comic-Con junto a Jorge García, Sam Neill y Sarah Jones, y parecía que iba a aportar la tensión sexual no resuelta que Doc Soto no tenía con Madsen. Pero faltan tres episodios para que acabe la temporada y Jimmy no ha vuelto a aparecer y ni siquiera se le ha vuelto a mencionar (aunque juraría que, en el noveno capítulo, el del apagón y la tormenta en la cárcel, Madsen lleva lo que parece un anillo de compromiso).
Por lo que parece, el cambio de showrunner que se produjo en la serie antes de su estreno (Elizabeth Sarnoff se marchó, dejando su puesto a Jennifer Johnson y Daniel Pyne) bien pudo llevarse por delante esa subtrama con Jimmy Large. Tal vez, los nuevos responsables pensaron que no aportaba nada a la historia y que era una distracción de lo que les interesaba en Madsen, que es su conexión indirecta con Alcatraz, y quizás quisieron potenciar otra relación romántica en la serie (que no voy a decir por si alguien lo considera un spoiler). No sé qué ha pasado ahí, y no he leído ninguna explicación por parte de Johnson y Pyne, pero como Jimmy tampoco era prominente en el piloto, no creo que nadie vaya a pedirles explicaciones, aunque hay fotos promocionales de Cabrera vestido de policía para dar y tomar. Parece que el gafe de Adrien Brody le alcanzó a él también.
Sin embargo, Malick termina de "escribir" sus películas en la sala de montaje, y de ahí puede salir algo totalmente diferente de lo que los actores creían que estaban rodando. Ya es famoso el mosqueo de Sean Penn cuando vio que los dinosaurios de CGI salen más en "El árbol de la vida" que él, pero eso no es nada comparado con la cara que se le debió quedar a Adrien Brody cuando fue a ver un pase de "La delgada línea roja" y se encontró con que su papel protagonista había quedado reducido a una línea de diálogo y Malick había reeditado la película alrededor del personaje de Jim Caviezel. No fue el único al que le pasó esto, porque gente como George Clooney o Woody Harrelson vio también cómo sus papeles eran recortados drásticamente, pero, al fin y al cabo, a ellos no los habían vendido previamente como los protagonistas de la cinta ("Slate" cuenta un poco el no-método de trabajo de Malick en este reportaje).
A veces, en las series pueden pasar también estas cosas si, en el día a día, se ve que una trama o un personaje al que se quería dar mucha relevancia no funciona como se pretendía. Ron Moore se cansó de explicar, durante la tercera temporada de "Battlestar Galactica", que episodios como "The woman king" se veían un poco extraños porque formaban parte de una subtrama que se había descartado muy a última hora (aquel capítulo no tenía salvación, se mirara por donde se mirara), y parece que en "Alcatraz" ha pasado algo así con un policía al que interpretaba fugazmente en el piloto Santiago Cabrera. En teoría, Jimmy (que era como se llamaba) iba a ser el interés amoroso de Rebecca Madsen y creo que leí en alguna parte que lo presentaban en los encuentros con la prensa incluso como su prometido. Cabrera participó en la presentación de la serie en Comic-Con junto a Jorge García, Sam Neill y Sarah Jones, y parecía que iba a aportar la tensión sexual no resuelta que Doc Soto no tenía con Madsen. Pero faltan tres episodios para que acabe la temporada y Jimmy no ha vuelto a aparecer y ni siquiera se le ha vuelto a mencionar (aunque juraría que, en el noveno capítulo, el del apagón y la tormenta en la cárcel, Madsen lleva lo que parece un anillo de compromiso).
Por lo que parece, el cambio de showrunner que se produjo en la serie antes de su estreno (Elizabeth Sarnoff se marchó, dejando su puesto a Jennifer Johnson y Daniel Pyne) bien pudo llevarse por delante esa subtrama con Jimmy Large. Tal vez, los nuevos responsables pensaron que no aportaba nada a la historia y que era una distracción de lo que les interesaba en Madsen, que es su conexión indirecta con Alcatraz, y quizás quisieron potenciar otra relación romántica en la serie (que no voy a decir por si alguien lo considera un spoiler). No sé qué ha pasado ahí, y no he leído ninguna explicación por parte de Johnson y Pyne, pero como Jimmy tampoco era prominente en el piloto, no creo que nadie vaya a pedirles explicaciones, aunque hay fotos promocionales de Cabrera vestido de policía para dar y tomar. Parece que el gafe de Adrien Brody le alcanzó a él también.
19 marzo 2012
El lado oscuro de Rick Grimes
ALERTA SPOILERS: ¿Habéis visto el final de la segunda temporada de "The Walking Dead"? ¿Sabéis qué nuevo personaje va a aparecer? ¿Y cómo completa Rick su paso al lado oscuro? ¿No? Pues entonces quizás es mejor que no sigáis leyendo.
Que Rick iba a terminar convirtiéndose en un líder que no da explicaciones ni pide segundas opiniones era algo que se veñia venir desde el principio de la serie. En cuanto logra huir de Atlanta y se reencuentra con su mujer y su hijo, va adoptando poco a poco el papel de pseudo-líder, o co-líder con Shane, del grupo de supervivientes, decidiendo dónde irán después, dónde y cuándo van a detenerse y, sobre todo, qué cosas pueden saber y cuáles no. Rick iba, en realidad, improvisando sobre la marcha, y mientras se mantuvieron en movimiento no hubo demasiados problemas. El polvorín empezó a formarse en cuanto se detuvieron y dejaron de correr. Comenzaron a tener tiempo para pensar, para replantearse sus opciones, para decidir si merece la pena seguir adelante en ese mundo desesperanzado y para cuestionar todas las decisiones de Rick. Lo que no quiere decir que todas fueran acertadas, porque se equivoca mucho más de lo que acierta, pero no es raro que, finalmente, enfrentado a una nueva ola de críticas después de haberles confesado lo que Jenner le dijo en el CDC, y que mató a Shane, opte por dar ese paso final que le convierte, en teoría, en un tirano.
Pero veremos si, en la tercera temporada, de verdad Rick abraza el lado oscuro y se vuelve un poco como Shane o no. Quienes han leído el cómic (y no siguen embarcados en esa especie de cruzada contra la serie por apartarse de su material de base) se frotan las manos pensando en que los supervivientes están a punto de conocer al Gobernador y a Michonne (gran presentación, por cierto), lo que imagino que quiere decir que las cosas van a volverse aún más feas sin necesidad de estar rodeados por una horda de zombies. Esa revelación de Jenner de que todos son portadores del virus zombie (y por eso los muertos por otras causas regresan a la no-vida) tendrá probablemente consecuencias, porque uno no puede quedarse así como así sabiendo que está condenado y que, si antes no estaba convencido de que no había escapatoria, ahora sí lo está. Cada vez habrá menos rayos de esperanza para los supervivientes, y esto puede ponerse más deprimente que buena parte del tramo final de la cuarta temporada de "Battlestar Galactica".
Lo que nos lleva a esa peculiar situación que se ha dado alrededor de esta segunda entrega de "The Walking Dead". La serie es un éxito incontestable para AMC, y parece que se ha convertido, además, en la que todos los que quieran presumir de "estar al día" en esto de las series tienen que ver para no quedarse atrás. En ese aspecto, da la sensación de que se ha convertido, sí, en la nueva "Perdidos". Pero 19 capítulos después de su estreno, tendríamos todos que asumir que "The Walking Dead" es como es y no va a "mejorar"; está llena de baches en el ritmo, muy pocos personajes están de verdad bien construidos y dibujados y no va a haber tres ataques de zombies en cada capítulo. Al mismo tiempo, maneja como pocas series el silencio, puede construir grandes momentos de tensión y ha dejado algunos apuntes de que la faceta de que los humanos son peores que los zombies (que es su tema principal) puede explotarse de un modo interesante. Lo hemos visto en la espiral autodestructiva de Shane, y también hemos visto su contrapartida, en cierto modo, en Daryl. "The Walking Dead" va a fuego lento, para lo bueno y para lo malo. Yo he asumido que es así y me vale.
P.D. podcastero: El final de temporada de esta serie no ha entrado en la nueva entrega de "Yo disparé a J.R.", pero sí lo han hecho otras series. Nuestra invitada esta semana es Irene Cívico, de "ByTheWay", con la que comentamos en qué estado se encuentra "Anatomía de Grey" en su octava temporada. El resto de temas son éstos:
- 0': La polémica cancelación de "Luck".
- 15': "GCB".
- 24': "Anatomía de Grey".
- 52': "The Good Wife" (spoilers hasta el 3x18).
- 66': "Fringe" (spoilers hasta el 4x14).
Podéis descargar el podcast en iVoox y en iTunes.
Que Rick iba a terminar convirtiéndose en un líder que no da explicaciones ni pide segundas opiniones era algo que se veñia venir desde el principio de la serie. En cuanto logra huir de Atlanta y se reencuentra con su mujer y su hijo, va adoptando poco a poco el papel de pseudo-líder, o co-líder con Shane, del grupo de supervivientes, decidiendo dónde irán después, dónde y cuándo van a detenerse y, sobre todo, qué cosas pueden saber y cuáles no. Rick iba, en realidad, improvisando sobre la marcha, y mientras se mantuvieron en movimiento no hubo demasiados problemas. El polvorín empezó a formarse en cuanto se detuvieron y dejaron de correr. Comenzaron a tener tiempo para pensar, para replantearse sus opciones, para decidir si merece la pena seguir adelante en ese mundo desesperanzado y para cuestionar todas las decisiones de Rick. Lo que no quiere decir que todas fueran acertadas, porque se equivoca mucho más de lo que acierta, pero no es raro que, finalmente, enfrentado a una nueva ola de críticas después de haberles confesado lo que Jenner le dijo en el CDC, y que mató a Shane, opte por dar ese paso final que le convierte, en teoría, en un tirano.
Pero veremos si, en la tercera temporada, de verdad Rick abraza el lado oscuro y se vuelve un poco como Shane o no. Quienes han leído el cómic (y no siguen embarcados en esa especie de cruzada contra la serie por apartarse de su material de base) se frotan las manos pensando en que los supervivientes están a punto de conocer al Gobernador y a Michonne (gran presentación, por cierto), lo que imagino que quiere decir que las cosas van a volverse aún más feas sin necesidad de estar rodeados por una horda de zombies. Esa revelación de Jenner de que todos son portadores del virus zombie (y por eso los muertos por otras causas regresan a la no-vida) tendrá probablemente consecuencias, porque uno no puede quedarse así como así sabiendo que está condenado y que, si antes no estaba convencido de que no había escapatoria, ahora sí lo está. Cada vez habrá menos rayos de esperanza para los supervivientes, y esto puede ponerse más deprimente que buena parte del tramo final de la cuarta temporada de "Battlestar Galactica".
Lo que nos lleva a esa peculiar situación que se ha dado alrededor de esta segunda entrega de "The Walking Dead". La serie es un éxito incontestable para AMC, y parece que se ha convertido, además, en la que todos los que quieran presumir de "estar al día" en esto de las series tienen que ver para no quedarse atrás. En ese aspecto, da la sensación de que se ha convertido, sí, en la nueva "Perdidos". Pero 19 capítulos después de su estreno, tendríamos todos que asumir que "The Walking Dead" es como es y no va a "mejorar"; está llena de baches en el ritmo, muy pocos personajes están de verdad bien construidos y dibujados y no va a haber tres ataques de zombies en cada capítulo. Al mismo tiempo, maneja como pocas series el silencio, puede construir grandes momentos de tensión y ha dejado algunos apuntes de que la faceta de que los humanos son peores que los zombies (que es su tema principal) puede explotarse de un modo interesante. Lo hemos visto en la espiral autodestructiva de Shane, y también hemos visto su contrapartida, en cierto modo, en Daryl. "The Walking Dead" va a fuego lento, para lo bueno y para lo malo. Yo he asumido que es así y me vale.
P.D. podcastero: El final de temporada de esta serie no ha entrado en la nueva entrega de "Yo disparé a J.R.", pero sí lo han hecho otras series. Nuestra invitada esta semana es Irene Cívico, de "ByTheWay", con la que comentamos en qué estado se encuentra "Anatomía de Grey" en su octava temporada. El resto de temas son éstos:
- 0': La polémica cancelación de "Luck".
- 15': "GCB".
- 24': "Anatomía de Grey".
- 52': "The Good Wife" (spoilers hasta el 3x18).
- 66': "Fringe" (spoilers hasta el 4x14).
Podéis descargar el podcast en iVoox y en iTunes.
18 marzo 2012
Las chicas de Sundance
Desde hace un par de años, en el festival de Sundance parece que, más que descubrir películas, se descubre a nuevas actrices jóvenes listas para asaltar Hollywood. Este año no ha sido así, ya que la película que ha levantado más expectación, "Beasts of the Southern wild", parece demasiado indie hasta para Sundance y su protagonista es una niña que no ha obsesionado a los periodistas igual que lo hizo Abigail Breslin en "Pequeña Miss Sunshine", pero es curioso que, en 2010 y 2011, fueran más los nombres propios de tres actrices los que dominaran la cobertura sobre el festival, más que sus películas.
En 2010, la revelación fue Jennifer Lawrence en "Winter's bone", un papel por el que obtuvo una nominación al Oscar a la mejor actriz y que le llevó a participar en dos sagas muy hollywoodienses que pueden convertirla en una estrella, el reboot de "X-Men" y "Los juegos del hambre". Con ésta última, de hecho, Lawrence bien puede seguir el mismo camino de Kristen Stewart, otra actriz joven que se dedicaba a hacer películas independientes hasta que le cayó el papel de Bella en la saga "Crepúsculo", que se acaba este verano. El año pasado, no fue una actriz sino dos las que revolucionaron Sundance, cada una a su manera. Una es Felicity Jones, protagonista de "Like Crazy", y cuya nacionalidad británica de momento ha restringido su impacto (la película tampoco ha tenido tanta repercusión fuera de los círculos indies), y la otra ha sido uno de los nombres de 2011, Elizabeth Olsen.
El apellido, por supuesto, tiene parte de la culpa de esa atención, porque ser la hermana pequeña de las gemelas Mary Kate y Ashley Olsen marca mucho, al menos de cara a la prensa. Y luego, a eso hay que unir que es la protagonista total de una de las cintas más interesantes y peculiares que salieron de Sundance el año pasado, "Martha Marcy May Marlene", una película de la que se llegó a hablar que tenía algunas opciones de Oscar (especialmente en cuanto al guión), que luego no se concretaron, tal vez porque no entra dentro del tono un poco más amable que tenían las películas que protagonizaron este año la ceremonia. "Martha Marcy May Marlene" es una exploración de una joven que escapa de una secta y de su frágil estado mental, un estado en el que se mezclan los recuerdos, la realidad, los sueños y también cierta paranoia. El modo en el que se estructura la narración intenta ayudarnos a comprender ese estado de confusión y Elizabeth Olsen realmente se merece todos los elogios que ha recibido por su trabajo en la cinta. Pero es realmente difícil hablar de ella sin desvelar ciertas cosas, y es preferible verla sabiendo sólo lo indispensable, porque así la impresión que deja es más interesante.
Música de la semana: Que Adele ha sido una de las cantantes de moda del último año y medio lo confirma el hecho de que sus canciones salgan en todas las series que quieran considerarse "a la moda". Una de las canciones que más ha sonado es "Rumour has it", que ha podido escucharse en "Anatomía de Grey", "Ringer", "The lying game" y, últimamente, hasta en "Smash" (y en un anuncio creo que de "El mentalista" de laSexta).
En 2010, la revelación fue Jennifer Lawrence en "Winter's bone", un papel por el que obtuvo una nominación al Oscar a la mejor actriz y que le llevó a participar en dos sagas muy hollywoodienses que pueden convertirla en una estrella, el reboot de "X-Men" y "Los juegos del hambre". Con ésta última, de hecho, Lawrence bien puede seguir el mismo camino de Kristen Stewart, otra actriz joven que se dedicaba a hacer películas independientes hasta que le cayó el papel de Bella en la saga "Crepúsculo", que se acaba este verano. El año pasado, no fue una actriz sino dos las que revolucionaron Sundance, cada una a su manera. Una es Felicity Jones, protagonista de "Like Crazy", y cuya nacionalidad británica de momento ha restringido su impacto (la película tampoco ha tenido tanta repercusión fuera de los círculos indies), y la otra ha sido uno de los nombres de 2011, Elizabeth Olsen.
El apellido, por supuesto, tiene parte de la culpa de esa atención, porque ser la hermana pequeña de las gemelas Mary Kate y Ashley Olsen marca mucho, al menos de cara a la prensa. Y luego, a eso hay que unir que es la protagonista total de una de las cintas más interesantes y peculiares que salieron de Sundance el año pasado, "Martha Marcy May Marlene", una película de la que se llegó a hablar que tenía algunas opciones de Oscar (especialmente en cuanto al guión), que luego no se concretaron, tal vez porque no entra dentro del tono un poco más amable que tenían las películas que protagonizaron este año la ceremonia. "Martha Marcy May Marlene" es una exploración de una joven que escapa de una secta y de su frágil estado mental, un estado en el que se mezclan los recuerdos, la realidad, los sueños y también cierta paranoia. El modo en el que se estructura la narración intenta ayudarnos a comprender ese estado de confusión y Elizabeth Olsen realmente se merece todos los elogios que ha recibido por su trabajo en la cinta. Pero es realmente difícil hablar de ella sin desvelar ciertas cosas, y es preferible verla sabiendo sólo lo indispensable, porque así la impresión que deja es más interesante.
Música de la semana: Que Adele ha sido una de las cantantes de moda del último año y medio lo confirma el hecho de que sus canciones salgan en todas las series que quieran considerarse "a la moda". Una de las canciones que más ha sonado es "Rumour has it", que ha podido escucharse en "Anatomía de Grey", "Ringer", "The lying game" y, últimamente, hasta en "Smash" (y en un anuncio creo que de "El mentalista" de laSexta).
15 marzo 2012
Malo para el negocio
"La HBO no podía arriesgarse a que murieran más caballos. Eso es malo para el buzz, y el buzz es su negocio". El subtítulo de este artículo de "The Hollywood Reporter" explica perfectamente por qué, después de que se supiera que un tercer equino había tenido que ser sacrificado en el rodaje de "Luck" y de que PETA empezara a pedir una investigación sobre el tratamiento de los animales en él, HBO decidiera ayer cancelar la serie a pesar de haberla renovado hace meses por una segunda temporada, cuyo segundo capítulo estaban grabando cuando murió ese tercer caballo. Hoy han proliferado por todas partes comentarios que se preguntaban si HBO habría actuado igual si, en lugar de en una serie con apenas 600.000 espectadores, esto hubiera ocurrido en "True Blood" o "Juego de tronos", pero como indican en "THR", no sólo no hay modo de saberlo sino que, si las audiencias importaran, "Luck" no habría sido renovada por una segunda temporada directamente.
Muchas veces hemos comentado que los canales de cable premium no se mueven tanto por las audiencias porque su principal fuente de ingresos no es la publicidad, sino las suscripciones (los abonados, para entendernos). Eso hace que su modelo de negocio dependa bastante más de la creación y mantenimiento de una imagen de marca, algo a lo que respondía el famoso eslógan de "No es televisión. Es HBO" con el que la cadena empezó a hacerse visible y a popularizarse entre cierto sector del público. Eso les permite, por ejemplo, tener "Treme" en antena durante tres temporadas (la tercera se estrena en otoño) a pesar de que sus audiencias están a la par con las de "Luck", porque las buenas críticas y el tipo de fans que atrae una serie de David Simon les interesan para sostener esa imagen de calidad y diríamos que de exclusividad; sólo si te suscribes a HBO puedes ver este tipo de programas y, reconozcámoslo, luego puedes presumir de culto y de ir a la última al comentarlos con tus amigos.
Con una serie tan minoritaria como "Luck", la imagen y el buzz lo son todo. Que empiece a conocerse que dos caballos tuvieron que ser sacrificados durante el rodaje de la primera temporada porque se rompieron una pata rodando las carreras, y que luego se sepa que un tercero murió al comenzar a grabar la segunda entrega, con PETA acusando a la serie de utilizar caballos enfermos, fuera de forma y drogados, genera una imagen bastante mala y un buzz negativo que no favorecen a HBO, y que le da a la cadena un tipo de publicidad que tiene el potencial de espantar a esos espectadores para los que HBO es sinónimo de calidad y de valor añadido. Esto es un negocio también de relaciones públicas, y Eli Gold también habría aconsejado a Peter Florrick que se desprendiera de un colaborador cuyo entorno se hubiera ganado mala prensa, fuera por las razones que fueran. Tener una serie sobre carreras de caballos con polémica porque en su rodaje han muerto caballos es una pesadilla de relaciones públicas.
Si la cadena no podía garantizar que, en un par de semanas, no saltara la noticia de que había muerto otro caballo, es lógico dentro de su perspectiva que optaran por detener la hemorragia antes de desangrarse por completo. Las series de cable suelen ganar espectadores en la segunda temporada con respecto a la primera, porque mucha gente aprovecha la publicación de su DVD para verla durante su hiato, pero para eso es necesario que dicha serie esté acompañada de un buzz positivo que lleve a que esos nuevos espectadores se animen a comprar el DVD para ponerse al día y empezar a seguirla semana a semana en cuanto regrese a la parrilla. El daño que las muertes de caballos de "Luck" podían hacer a la imagen general de HBO era potencialmente mayor que el que pudieran haberle hecho a la imagen de AMC las malas críticas al final de la primera temporada de "The Killing" y el culebrón de las negociaciones para renovar "Mad Men" combinados. La mujer del César no sólo debe ser honrada, sino también parecerlo.
Muchas veces hemos comentado que los canales de cable premium no se mueven tanto por las audiencias porque su principal fuente de ingresos no es la publicidad, sino las suscripciones (los abonados, para entendernos). Eso hace que su modelo de negocio dependa bastante más de la creación y mantenimiento de una imagen de marca, algo a lo que respondía el famoso eslógan de "No es televisión. Es HBO" con el que la cadena empezó a hacerse visible y a popularizarse entre cierto sector del público. Eso les permite, por ejemplo, tener "Treme" en antena durante tres temporadas (la tercera se estrena en otoño) a pesar de que sus audiencias están a la par con las de "Luck", porque las buenas críticas y el tipo de fans que atrae una serie de David Simon les interesan para sostener esa imagen de calidad y diríamos que de exclusividad; sólo si te suscribes a HBO puedes ver este tipo de programas y, reconozcámoslo, luego puedes presumir de culto y de ir a la última al comentarlos con tus amigos.
Con una serie tan minoritaria como "Luck", la imagen y el buzz lo son todo. Que empiece a conocerse que dos caballos tuvieron que ser sacrificados durante el rodaje de la primera temporada porque se rompieron una pata rodando las carreras, y que luego se sepa que un tercero murió al comenzar a grabar la segunda entrega, con PETA acusando a la serie de utilizar caballos enfermos, fuera de forma y drogados, genera una imagen bastante mala y un buzz negativo que no favorecen a HBO, y que le da a la cadena un tipo de publicidad que tiene el potencial de espantar a esos espectadores para los que HBO es sinónimo de calidad y de valor añadido. Esto es un negocio también de relaciones públicas, y Eli Gold también habría aconsejado a Peter Florrick que se desprendiera de un colaborador cuyo entorno se hubiera ganado mala prensa, fuera por las razones que fueran. Tener una serie sobre carreras de caballos con polémica porque en su rodaje han muerto caballos es una pesadilla de relaciones públicas.
Si la cadena no podía garantizar que, en un par de semanas, no saltara la noticia de que había muerto otro caballo, es lógico dentro de su perspectiva que optaran por detener la hemorragia antes de desangrarse por completo. Las series de cable suelen ganar espectadores en la segunda temporada con respecto a la primera, porque mucha gente aprovecha la publicación de su DVD para verla durante su hiato, pero para eso es necesario que dicha serie esté acompañada de un buzz positivo que lleve a que esos nuevos espectadores se animen a comprar el DVD para ponerse al día y empezar a seguirla semana a semana en cuanto regrese a la parrilla. El daño que las muertes de caballos de "Luck" podían hacer a la imagen general de HBO era potencialmente mayor que el que pudieran haberle hecho a la imagen de AMC las malas críticas al final de la primera temporada de "The Killing" y el culebrón de las negociaciones para renovar "Mad Men" combinados. La mujer del César no sólo debe ser honrada, sino también parecerlo.
14 marzo 2012
El super-espectador
Una de las historias televisivas más comentadas el año pasado fue el enorme revuelo que causó el final de la primera temporada de "The Killing". En su momento, ya comentamos que la reacción de rechazo que suscitó fue exagerada y más propia de adolescentes histéricos que de críticos supuestamente respetables (y no estamos diciendo que estuvieran equivocados al quejarse; sólo que el tono que usaron no era el más adecuado, que escriben en medios en teoría reconocidos, no en foros de fans), pero de todo eso, casi un año más tarde, se puede extraer una reflexión interesante como la que publica el magazine del "New York Times", usando todo el ruido generado alrededor de la serie para hablar de un nuevo tipo de espectador prototípico de esta época de interconexión a través de redes sociales e Internet en general: el "super-espectador".
Este seguidor de la televisión es muy activo en blogs, foros y va comentando al minuto en Twitter sus impresiones sobre lo que está viendo. Tanto si algo gusta como si no, puede llegar a generar un ruido considerable si una comunidad de super-espectadores se pasa horas y horas diseccionando un capítulo en concreto en Twitter, o protestando porque no les ha convencido determinado giro en la trama o lanzando campañas de salvación como la de "Six seasons and a movie" de "Community". Estos fans pueden hacerse oír con fuerza en Internet, pero la cuestión real es hasta qué punto representan al total de los espectadores y si de verdad tienen tanta influencia como les gustaría creer (Alan Sepinwall, uno de los que más odió el final de "The Killing", y peor tono usó al hablar de él, justo se pregunta si esos super-espectadores han de tomarse en cuenta de un modo serio).
Volvemos al eterno dilema del fan y el productor. ¿Hay que hacer caso de lo que comentan los fans? Si es así, ¿hasta dónde? ¿Es mejor una serie que se guía sólo por los instintos de sus responsables, o una que escucha las opiniones de sus seguidores? Y también volvemos a una vieja discusión que surge en Twitter cada vez que alguien comenta que tal o cual cosa es trending topic. Quienes nos pasamos todo el día tuiteando no representamos al conjunto de la sociedad y, en determinados aspectos, ni siquiera al 10% de ella. A veces cuesta un poco pensar que existe algo fuera de nuestra burbuja. Eso sí, será interesante ver si esos super-espectadores de verdad tienen algún tipo de impacto en que las audiencias de "The Killing" decaigan en su segunda temporada. O que asciendan si, de repente, deciden que la serie mejora y vuelve a ser la salvación de la televisión moderna, como casi se decía cuando se estrenó el piloto.
P.D.: Como esto son spoilers sobre "Forbrydelsen", prefiero hacer este comentario en esta separata. Parece que "The Killing" va a adentrarse por esa trama chunga que la danesa tejió alrededor del ayuntamiento, con aquel concejal que aprovechaba sus viajes al este de Europa para hacer turismo sexual. Cada vez estoy más convencida de que fue el millonario que apoya la campaña de Richmond el asesino de Rosie.
Este seguidor de la televisión es muy activo en blogs, foros y va comentando al minuto en Twitter sus impresiones sobre lo que está viendo. Tanto si algo gusta como si no, puede llegar a generar un ruido considerable si una comunidad de super-espectadores se pasa horas y horas diseccionando un capítulo en concreto en Twitter, o protestando porque no les ha convencido determinado giro en la trama o lanzando campañas de salvación como la de "Six seasons and a movie" de "Community". Estos fans pueden hacerse oír con fuerza en Internet, pero la cuestión real es hasta qué punto representan al total de los espectadores y si de verdad tienen tanta influencia como les gustaría creer (Alan Sepinwall, uno de los que más odió el final de "The Killing", y peor tono usó al hablar de él, justo se pregunta si esos super-espectadores han de tomarse en cuenta de un modo serio).
Volvemos al eterno dilema del fan y el productor. ¿Hay que hacer caso de lo que comentan los fans? Si es así, ¿hasta dónde? ¿Es mejor una serie que se guía sólo por los instintos de sus responsables, o una que escucha las opiniones de sus seguidores? Y también volvemos a una vieja discusión que surge en Twitter cada vez que alguien comenta que tal o cual cosa es trending topic. Quienes nos pasamos todo el día tuiteando no representamos al conjunto de la sociedad y, en determinados aspectos, ni siquiera al 10% de ella. A veces cuesta un poco pensar que existe algo fuera de nuestra burbuja. Eso sí, será interesante ver si esos super-espectadores de verdad tienen algún tipo de impacto en que las audiencias de "The Killing" decaigan en su segunda temporada. O que asciendan si, de repente, deciden que la serie mejora y vuelve a ser la salvación de la televisión moderna, como casi se decía cuando se estrenó el piloto.
P.D.: Como esto son spoilers sobre "Forbrydelsen", prefiero hacer este comentario en esta separata. Parece que "The Killing" va a adentrarse por esa trama chunga que la danesa tejió alrededor del ayuntamiento, con aquel concejal que aprovechaba sus viajes al este de Europa para hacer turismo sexual. Cada vez estoy más convencida de que fue el millonario que apoya la campaña de Richmond el asesino de Rosie.
13 marzo 2012
El alcaide
Una de las cosas a las que "Alcatraz" tomó enseguida el pulso fue a sus flashbacks a cómo era la prisión en 1960. Mientras el aspecto más procedimental con la detective Madsen, Doc y Hauser a veces funcionaba y a veces no, la mirada a la vida de los presos antes de que desaparecieran por arte de birlibirloque y volvieran a aparecer en 2012 casi siempre ha resultado interesante. Esos flashbacks (que van a tener menos peso, al parecer, en el final de temporada) nos sirven para hacernos una idea de cómo era entonces el prisionero que Madsen y compañía tienen que atrapar en cada episodio, y sus responsables pillaron mucho más rápido el tono en ellos que en las secuencias que transcurren en el presente.
Uno de los culpables de las escenas ambientadas en los 60 funcionen tan bien es Jonny Coyne, el actor que da vida al alcaide Edwin James (y que repescaron de otro proyecto de Bad Robot, la fallida "Undercovers"). Es un personaje que parece sacado directamente de "La fuga de Alcatraz" y que une una actitud paternalista hacia los presos (a los que cree que puede cambiasr su modo de ser) con algunos momentos de villano inquietante muy conseguidos. El interrogatorio en "el agujero" con las cerillas es uno de los mejores momentos que hemos podido ver esta temporada, por ejemplo, y sus interacciones con el médico (ese Cottle de aviesas intenciones) parecen sacadas directamente de una película carcelaria de los 60. De hecho, todos los flashbacks dan esa sensación hasta en la música (y siguen recordándome mucho a "Shutter Island"), y el modo en el que se presentan las relaciones entre los prisioneros, y cómo cada uno tiene su propia agenda, ha salvado bastantes capítulos de ser bastante del montón.
En el noveno episodio, flashbacks y trama en la actualidad están mucho integrados y se consiguen momentos de tensión con el viejo truco de "los personajes se quedan atrapados con el malo". A pesar de todos los problemas que tiene "Alcatraz" (que no son pocos), cualquier aparición del alcaide es siempre bienvenida, porque lo suyo es el anti-Ben Linus. Más que misterioso y malrrollero, es histriónico e inquietante y un villano un poco vintage (porque parece que ya no se llevan así), y su presencia anima la función incluso cuando no está abriendo puertas misteriosas o amenazando veladamente, y no tan veladamente, a los presos. El futuro de la serie está totalmente en el aire, con unas audiencias no mucho mejores que las que llevaron al hoyo a "Terra Nova" (y peores algunas semanas), así que Fox decide finalmente renovarla, deberían mandarla al viernes, renovar también "Fringe" y hacer de una vez ese crossover. ¿Os imagináis a Olivia ayudando a Madsen y Hauser y a Walter intentando dilucidar los propósitos del médico?
P.D.: No recuerdo si comentamos esto cuando hablamos inicialmente de la serie, pero muchos de sus episodios están trufados de referencias a la ciudad de San Francisco y a películas ambientadas allí, desde la persecución en los tejados del piloto (que homenajeaba a "Vértigo") al coche de Madsen, parecido al de "Bullitt", o al nombre de su tío, Ray Archer, que se apellida igual que el compañero de Sam Spade en "El halcón maltés" (y que el detective Lew Archer creado por Ross MacDonald). En realidad, hay muchas más influencias del género negro del "ala dura" de Hammett, Marlowe y MacDonald que de "Perdidos".
Uno de los culpables de las escenas ambientadas en los 60 funcionen tan bien es Jonny Coyne, el actor que da vida al alcaide Edwin James (y que repescaron de otro proyecto de Bad Robot, la fallida "Undercovers"). Es un personaje que parece sacado directamente de "La fuga de Alcatraz" y que une una actitud paternalista hacia los presos (a los que cree que puede cambiasr su modo de ser) con algunos momentos de villano inquietante muy conseguidos. El interrogatorio en "el agujero" con las cerillas es uno de los mejores momentos que hemos podido ver esta temporada, por ejemplo, y sus interacciones con el médico (ese Cottle de aviesas intenciones) parecen sacadas directamente de una película carcelaria de los 60. De hecho, todos los flashbacks dan esa sensación hasta en la música (y siguen recordándome mucho a "Shutter Island"), y el modo en el que se presentan las relaciones entre los prisioneros, y cómo cada uno tiene su propia agenda, ha salvado bastantes capítulos de ser bastante del montón.
En el noveno episodio, flashbacks y trama en la actualidad están mucho integrados y se consiguen momentos de tensión con el viejo truco de "los personajes se quedan atrapados con el malo". A pesar de todos los problemas que tiene "Alcatraz" (que no son pocos), cualquier aparición del alcaide es siempre bienvenida, porque lo suyo es el anti-Ben Linus. Más que misterioso y malrrollero, es histriónico e inquietante y un villano un poco vintage (porque parece que ya no se llevan así), y su presencia anima la función incluso cuando no está abriendo puertas misteriosas o amenazando veladamente, y no tan veladamente, a los presos. El futuro de la serie está totalmente en el aire, con unas audiencias no mucho mejores que las que llevaron al hoyo a "Terra Nova" (y peores algunas semanas), así que Fox decide finalmente renovarla, deberían mandarla al viernes, renovar también "Fringe" y hacer de una vez ese crossover. ¿Os imagináis a Olivia ayudando a Madsen y Hauser y a Walter intentando dilucidar los propósitos del médico?
P.D.: No recuerdo si comentamos esto cuando hablamos inicialmente de la serie, pero muchos de sus episodios están trufados de referencias a la ciudad de San Francisco y a películas ambientadas allí, desde la persecución en los tejados del piloto (que homenajeaba a "Vértigo") al coche de Madsen, parecido al de "Bullitt", o al nombre de su tío, Ray Archer, que se apellida igual que el compañero de Sam Spade en "El halcón maltés" (y que el detective Lew Archer creado por Ross MacDonald). En realidad, hay muchas más influencias del género negro del "ala dura" de Hammett, Marlowe y MacDonald que de "Perdidos".
12 marzo 2012
Fidelidad al espíritu
Cada vez se nota más que faltan algo más de dos semanas para que HBO estrene la segunda temporada de "Juego de tronos". La cadena lleva meses bombardeando con trailers, un making of por partes y, en cuanto ha salido a la venta el DVD (y el Blu-Ray) de la primera temporada, la maquinaria publicitaria se ha lanzado a todo trapo hasta llegar al 1 de abril. Los fans y los periodistas también están participando de toda esta anticipación, y en "Coming Attractions" tienen una especie de mesa redonda bastante interesante con algunos expertos en el tema, incluyendo a uno de los fundadores de "Westeros", al crítico de televisión de "Time" o al cofundador de "Tower of the Hand". En ese encuentro se habla de las expectativas que hay de cara a la segunda temporada (todos los participantes han leído "Choque de reyes", el segundo libro de la saga de George R.R. Martin) y, y aquí viene lo interesante, de lo que ellos opinan de los cambios que D.B. Weiss y David Benioff han introducido, y van a introducir, en la serie con respecto a los libros. Es lo interesante porque entra de lleno en la vieja discusión sobre si las adaptaciones literarias deben ser fieles al material original o respetar sólo su espíritu.
Al hablar de este tema, siempre se recuerda que literatura y cine (o televisión) no se rigen por los mismos códigos para contar historias y no utilizan las mismas técnicas para ello. En un libro puedes expresar algo con dos párrafos de veinte líneas cada uno que, en la serie correspondiente, se muestre igual con dos actores que, como mucho, intercambien dos líneas de diálogo; hay un componente visual que se encarga de hacer muchas de las cosas que en el libro llevan a cabo las frases escritas. Partiendo de aquí, siempre resulta inevitable que surja el debate entre quienes prefieren que las adaptaciones no toquen nada de la estructura del libro y a quienes no les importa que se hagan cambios siempre y cuando se respete el espíritu de dicho libro. Una adaptación muy fiel puede ser un serio problema en una serie o una película (el ejemplo más claro de los últimos años es "Watchmen"), y otra demasiado libre puede tergiversar por completo la obra (cuando la vi en su momento, me pareció que "El talento de Mr. Ripley" era culpable justo de eso, pero igual la veo ahora y cambio de opinión). Y luego están las que consiguen el término de la fidelidad al espíritu y al mundo creado en el material original; no por nada los guionistas de "Juego de tronos" reconocen que "El Señor de los Anillos" les abrió muchas puertas y les inspiró en su trabajo.
La mesa redonda de "Coming Attractions", eso sí, sufre de un pequeño problema que es muy habitual en reuniones de fans acérrimos: la prontitud en juzgar algo que no se ha visto aún y en mostrarse "preocupado" por cambios de los que sólo hemos leído. En el caso de la segunda temporada de "Juego de tronos", estas preocupaciones se centran en declaraciones de Weiss y Benioff diciendo que han expandido los roles de Robb y Daenerys con respecto a "Choque de reyes" y que, tal vez, parte de la historia de la Bran se retrase hasta la tercera temporada (si la consiguen, que lo parece a priori). Sin haber tenido oportunidad de ver ni siquiera el primer episodio de esta nueva entrega, es muy apresurado decir nada al respecto. Esos cambios pueden terminar resultando un acierto o, por el contrario, un fracaso, pero ahora mismo no hay modo de saberlo. Están hechos, eso está claro, desde la mentalidad de una serie de televisión que ha sido un éxito y que quiere seguir siéndolo, y que sabe que en una serie hay muchos otros elementos que pueden llevarla por un camino diferente del que podría tener trazado. ¿Empezaremos a sufrir con "Juego de tronos" las mismas quejas que hemos visto en "The Walking Dead" porque no siguen a pies juntillas los cómics de Robert Kirkman? El 1 de abril comenzaremos a comprobarlo.
P.D.: En Canal+ ya están preparando el terreno con programas especiales sobre la serie como éste, dedicado a Tyrion Lannister.
Al hablar de este tema, siempre se recuerda que literatura y cine (o televisión) no se rigen por los mismos códigos para contar historias y no utilizan las mismas técnicas para ello. En un libro puedes expresar algo con dos párrafos de veinte líneas cada uno que, en la serie correspondiente, se muestre igual con dos actores que, como mucho, intercambien dos líneas de diálogo; hay un componente visual que se encarga de hacer muchas de las cosas que en el libro llevan a cabo las frases escritas. Partiendo de aquí, siempre resulta inevitable que surja el debate entre quienes prefieren que las adaptaciones no toquen nada de la estructura del libro y a quienes no les importa que se hagan cambios siempre y cuando se respete el espíritu de dicho libro. Una adaptación muy fiel puede ser un serio problema en una serie o una película (el ejemplo más claro de los últimos años es "Watchmen"), y otra demasiado libre puede tergiversar por completo la obra (cuando la vi en su momento, me pareció que "El talento de Mr. Ripley" era culpable justo de eso, pero igual la veo ahora y cambio de opinión). Y luego están las que consiguen el término de la fidelidad al espíritu y al mundo creado en el material original; no por nada los guionistas de "Juego de tronos" reconocen que "El Señor de los Anillos" les abrió muchas puertas y les inspiró en su trabajo.
La mesa redonda de "Coming Attractions", eso sí, sufre de un pequeño problema que es muy habitual en reuniones de fans acérrimos: la prontitud en juzgar algo que no se ha visto aún y en mostrarse "preocupado" por cambios de los que sólo hemos leído. En el caso de la segunda temporada de "Juego de tronos", estas preocupaciones se centran en declaraciones de Weiss y Benioff diciendo que han expandido los roles de Robb y Daenerys con respecto a "Choque de reyes" y que, tal vez, parte de la historia de la Bran se retrase hasta la tercera temporada (si la consiguen, que lo parece a priori). Sin haber tenido oportunidad de ver ni siquiera el primer episodio de esta nueva entrega, es muy apresurado decir nada al respecto. Esos cambios pueden terminar resultando un acierto o, por el contrario, un fracaso, pero ahora mismo no hay modo de saberlo. Están hechos, eso está claro, desde la mentalidad de una serie de televisión que ha sido un éxito y que quiere seguir siéndolo, y que sabe que en una serie hay muchos otros elementos que pueden llevarla por un camino diferente del que podría tener trazado. ¿Empezaremos a sufrir con "Juego de tronos" las mismas quejas que hemos visto en "The Walking Dead" porque no siguen a pies juntillas los cómics de Robert Kirkman? El 1 de abril comenzaremos a comprobarlo.
P.D.: En Canal+ ya están preparando el terreno con programas especiales sobre la serie como éste, dedicado a Tyrion Lannister.
11 marzo 2012
La invención de Georges Méliès
En la segunda mitad de "La invención de Hugo" es donde hay que encontrar gran parte de las razones detrás de las buenas críticas y los reconocimientos de los círculos de críticos al principio de la temporada de premios de Hollywood, el pasado mes de diciembre. Hugo y su nueva amiga, Isabelle, han descubierto la identidad del abuelo de ella, el viejo juguetero con una tienda en la estación ferroviaria donde vive Hugo, y se sumergen en los inicios del cine y, como dice Georges Méliès en la película, en el lugar de donde provienen nuestros sueños. La faceta de recuperador e historiador del cine de Scorsese (y amante del cine) se presenta ahí en todo su esplendor; la reconstrucción de los rodajes de Méliès y de la diversión y la pasión que ponía en ellos se contagia a la película (con cameo de Scorsese como fotógrafo incluido) y le da su sentido a su título en español y al del libro de Brian Selznick en el que se basa, porque la invención en la que trabaja Hugo, al final, es la del propio Georges Méliès, dramatizando el mismo proceso de olvido y redescubrimiento tardío que el director vivió realmente tras la Primera Guerra Mundial.
"La invención de Hugo" es más una película sobre los orígenes del cine que sobre ese huérfano que sobrevive como puede dando cuerda a los relojes de la estación de Montparnasse, aunque su viaje de maduración es lo que la impulsa. El 3D se utiliza aquí como mucho más que mera pirotecnia; sirve para darnos la escala de la estación y del mundo en el que se desenvuelve Hugo, pero introducirnos de lleno en él. Scorsese sabe que el principal hallazgo de esta tecnología es dar mucha más profundidad de campo, y lo aprovecha como una forma más de contar la historia. Como no podía ser de otro modo en este director, ha asegurado en varias entrevistas que lo que le decidió a probarlo fue ver la versión en 3D de "Crimen perfecto" (en los 50, el 3D empezó a usarse para intentar contrarrestar la pujanza de la televisión), y que siempre intentó que fuera otra pieza más en el rompecabezas de la película.
No es de extrañar que tuviera tantas nominaciones a los últimos Oscar (11, de las que ganó cinco, incluyendo fotografía y dirección artística), porque técnicamente está muy cuidada y pensada hasta el mínimo detalle. Algunos planos son como las ilustraciones que trufan el libro de Selznick, y en un año en el que parecía que casi todas las películas importantes tenían algún perro, aquí encontramos un dobermann con una presencia imponente. Aunque Asa Butterfield no termine de cuajar del todo como Hugo Cabret, el resto del reparto está muy bien, destacando unos Ben Kingsley y Helen McCrory que son el verdadero corazón de la película. Y del autómata sólo voy a decir que es bastante inquietante. Pero es que todos lo son.
P.D.: De la época de las películas de Méliès son las de Segundo de Chomón, pionero también del cine pero menos conocido que el director francés. Experimentó con los trucajes, el color y nuevas formas de rodar las películas, y trabajó como asistente en cimas del cine mudo como "Napoléon", de Abel Gance, o "Cabiria". Oh, y en esa faceta de historiador cinenatográfico de Scorsese, una de sus tareas más reconocidas es la de haber revitalizado el interés por el cineasta británico Michael Powell, que estuvo casado con la montadora habitual de Scorsese, Thelma Schoonmaker.
Música de la semana: La NBC ya lleva dos capítulos emitidos de "Awake", pero nos vamos a quedar con una canción que suena en el piloto, creo que durante el accidente de coche de Michael Britten. Es "Maybe not", de Cat Power.
"La invención de Hugo" es más una película sobre los orígenes del cine que sobre ese huérfano que sobrevive como puede dando cuerda a los relojes de la estación de Montparnasse, aunque su viaje de maduración es lo que la impulsa. El 3D se utiliza aquí como mucho más que mera pirotecnia; sirve para darnos la escala de la estación y del mundo en el que se desenvuelve Hugo, pero introducirnos de lleno en él. Scorsese sabe que el principal hallazgo de esta tecnología es dar mucha más profundidad de campo, y lo aprovecha como una forma más de contar la historia. Como no podía ser de otro modo en este director, ha asegurado en varias entrevistas que lo que le decidió a probarlo fue ver la versión en 3D de "Crimen perfecto" (en los 50, el 3D empezó a usarse para intentar contrarrestar la pujanza de la televisión), y que siempre intentó que fuera otra pieza más en el rompecabezas de la película.
No es de extrañar que tuviera tantas nominaciones a los últimos Oscar (11, de las que ganó cinco, incluyendo fotografía y dirección artística), porque técnicamente está muy cuidada y pensada hasta el mínimo detalle. Algunos planos son como las ilustraciones que trufan el libro de Selznick, y en un año en el que parecía que casi todas las películas importantes tenían algún perro, aquí encontramos un dobermann con una presencia imponente. Aunque Asa Butterfield no termine de cuajar del todo como Hugo Cabret, el resto del reparto está muy bien, destacando unos Ben Kingsley y Helen McCrory que son el verdadero corazón de la película. Y del autómata sólo voy a decir que es bastante inquietante. Pero es que todos lo son.
P.D.: De la época de las películas de Méliès son las de Segundo de Chomón, pionero también del cine pero menos conocido que el director francés. Experimentó con los trucajes, el color y nuevas formas de rodar las películas, y trabajó como asistente en cimas del cine mudo como "Napoléon", de Abel Gance, o "Cabiria". Oh, y en esa faceta de historiador cinenatográfico de Scorsese, una de sus tareas más reconocidas es la de haber revitalizado el interés por el cineasta británico Michael Powell, que estuvo casado con la montadora habitual de Scorsese, Thelma Schoonmaker.
Música de la semana: La NBC ya lleva dos capítulos emitidos de "Awake", pero nos vamos a quedar con una canción que suena en el piloto, creo que durante el accidente de coche de Michael Britten. Es "Maybe not", de Cat Power.
09 marzo 2012
Leyendas de Barsoom
Canali. El revuelo que puede organizar una sola palabra. En 1877, el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli utilizó ese término para describir unas líneas oscuras que había visto en Marte, durante la denominada Gran Oposición de ese planeta. Los nuevos telescopios permitían aprovechar mucho más el momento en el que la Marte y la Tierra se encontraban más próximos, pero su capacidad de resolución no era tan potente como para poder distinguir si las zonas oscuras que se apreciaban en su superficie eran mares al estilo lunar (simples depresiones en el terreno) o al estilo terrestre, es decir, con presencia de agua. La palabra que Schiaparelli empleó, canali, describía unos rasgos similares a cañones que con ese término, "canales", dejaba espacio para que su origen fuera geológico. Sin embargo, la traducción al inglés de las observaciones del italiano optó por canals, en lugar de channels, implicando un origen artificial. Y la literatura pulp y fantástica cambió para siempre.
Ahí entra en escena Edgar Rice Burroughs, prolífico escritor de historias pulp que no sólo creó a Tarzán y ambientó historias de aventuras fantásticas en Venus y en la Luna (la selva y África se le quedaban pequeñas), sino que casi fue el que sacó más provecho de toda aquella fascinación por Marte a finales del siglo XIX y principios del XX al transformarlo en el Barsoom de la saga de novelas que Disney ha empezado a adaptar al cine con "John Carter". En aquel Barsoom había habido agua, pero se había perdido en su mayor parte, y el resultado era un planeta desértico asolado por las guerras por su control total. Allí llegaba por accidente un veterano de la Guerra Civil americana que, al más puro estilo Han Solo, se veía arrastrado a su pesar al papel de héroe con el destino de todo un mundo en sus manos, un mundo poblado por hermosas princesas y exóticos alienígenas, como mandaban los cánones de una buena historia pulp.
Casi todas las críticas que han aparecido de la película, la primera de acción real que dirige Andrew Stanton ("Wall-E"), apuntan que de la saga de Barsoom han bebido desde "Star Trek" a "La guerra de las galaxias" o "Avatar", y que ése es un hándicap importante que la película no consigue superar (la verdad es que tiene cierto dejà vú a las dos primeras precuelas de "La guerra de las galaxias"). Los espectadores están ya muy acostumbrados a ver aventuras como las que cuenta "John Carter", y con el mismo gran despliegue visual, así que hay que intentar ofrecerles, al menos, algo que tenga chispa y vida. Lo cierto es que lo mejor de la película es Woola, el monstruo extraterrestre que se comporta como un perro y que delata la experiencia previa de Stanton en Pixar, porque recuerda mucho a Dug, el perro de "Up" y transmite de verdad energía.
Y os preguntaréis por qué me he puesto a hablar más sobre aquella Gran Oposición de Marte que sobre la película. Sólo diré que las gafas de 3D moradas que repartieron (ha sido la cinta de inauguración de la novena Muestra Syfy, que se celebra este fin de semana en Madrid) son realmente simpáticas y gafapasta. Y que los anuncios del canal con su eslógan de este año, "El mejor final del mundo", son realmente cachondos.
Ahí entra en escena Edgar Rice Burroughs, prolífico escritor de historias pulp que no sólo creó a Tarzán y ambientó historias de aventuras fantásticas en Venus y en la Luna (la selva y África se le quedaban pequeñas), sino que casi fue el que sacó más provecho de toda aquella fascinación por Marte a finales del siglo XIX y principios del XX al transformarlo en el Barsoom de la saga de novelas que Disney ha empezado a adaptar al cine con "John Carter". En aquel Barsoom había habido agua, pero se había perdido en su mayor parte, y el resultado era un planeta desértico asolado por las guerras por su control total. Allí llegaba por accidente un veterano de la Guerra Civil americana que, al más puro estilo Han Solo, se veía arrastrado a su pesar al papel de héroe con el destino de todo un mundo en sus manos, un mundo poblado por hermosas princesas y exóticos alienígenas, como mandaban los cánones de una buena historia pulp.
Casi todas las críticas que han aparecido de la película, la primera de acción real que dirige Andrew Stanton ("Wall-E"), apuntan que de la saga de Barsoom han bebido desde "Star Trek" a "La guerra de las galaxias" o "Avatar", y que ése es un hándicap importante que la película no consigue superar (la verdad es que tiene cierto dejà vú a las dos primeras precuelas de "La guerra de las galaxias"). Los espectadores están ya muy acostumbrados a ver aventuras como las que cuenta "John Carter", y con el mismo gran despliegue visual, así que hay que intentar ofrecerles, al menos, algo que tenga chispa y vida. Lo cierto es que lo mejor de la película es Woola, el monstruo extraterrestre que se comporta como un perro y que delata la experiencia previa de Stanton en Pixar, porque recuerda mucho a Dug, el perro de "Up" y transmite de verdad energía.
Y os preguntaréis por qué me he puesto a hablar más sobre aquella Gran Oposición de Marte que sobre la película. Sólo diré que las gafas de 3D moradas que repartieron (ha sido la cinta de inauguración de la novena Muestra Syfy, que se celebra este fin de semana en Madrid) son realmente simpáticas y gafapasta. Y que los anuncios del canal con su eslógan de este año, "El mejor final del mundo", son realmente cachondos.
08 marzo 2012
Cuando los personajes caen mal
En la última edición del podcadt "Firewall & Iceberg" hablan, entre otras muchas cosas, de un tema que surge a menudo en él y que es recurrente, sobre todo, cuando tocan series de determinados canales por cable: los personajes que nos caen mal porque se supone que deben caernos mal. Sepinwall y Fienberg ponen siempre el ejemplo, para entenderlo bien, de Nancy Botwin en "Weeds". Es un personaje que, según ha ido avanzando la serie, iba cayendo peor a sus espectadores, que no entendían como podía tomar las decisiones que tomaba a veces, y los dos críticos sostienen que la serie no pretende otra cosa más que esa; no quiere que Nancy caiga bien, sino que persigue exactamente que los seguidores de la serie la odien conforme va liando más y más la madeja. Otro ejemplo que ponen es el de Walter White en "Breaking Bad", quien se supone que, en teoría, nunca debió gustarnos porque la serie no lo presentó así (quienes veais ambas series podéis decir si estáis de acuerdo o no).
Aquí habría que distinguir entre un mero villano que la serie quiere que odiemos claramente, y otro que puede tener una posición más ambigua, que puede hasta ser el protagonista pero al que los creadores de la serie no quieren que tomemos demasiado cariño porque no es un héroe de una pieza, no es un tipo recto que siempre toma las decisiones equivocadas, sino que tiene muchos más claroscuros. A veces, daba la sensación de que "The Wire" no quería que nos gustara McNulty, por ejemplo. En el podcast ofrecen el caso de Pete Campbell en "Mad Men", alguien que tiene un comportamiento que facilita mucho que le tomemos manía. Pero, al mismo tiempo, de vez en cuando deja ver algunas cosas que hace que lo comprendamos más, por lo que no está tan claro que de verdad Campbell esté dibujado para que no nos guste. Ese retrato, en realidad, se le ajusta más a Don Draper; no debería caernos bien ni gustarnos, y la serie no hace ningún esfuerzo para que sea así. O al menos, en la segunda temporada (que es el punto en el que me encuentro) da esa sensación.
Esto puede dar pie a debates sin fin. ¿Se supone que tiene que caernos bien House? ¿Y Tony Soprano? ¿Y Jenna Maroney? Últimamente, sospecho que el retrato que "The Walking Dead" hace de Carol busca precisamente que no nos guste, pero hay una línea muy fina entre un personaje que resulta odioso y otro que no se supone que debamos soportar. ¿La hija mayor de Adam y Kristina en "Parenthood" entra en esta categorización, o era insoportable aunque la serie intentara que la comprendiéramos y que pudiera gustarnos? Por poner el ejemplo contrario, se nota que "Juego de tronos" quiere que nos caiga bien Tyrion.
Aquí habría que distinguir entre un mero villano que la serie quiere que odiemos claramente, y otro que puede tener una posición más ambigua, que puede hasta ser el protagonista pero al que los creadores de la serie no quieren que tomemos demasiado cariño porque no es un héroe de una pieza, no es un tipo recto que siempre toma las decisiones equivocadas, sino que tiene muchos más claroscuros. A veces, daba la sensación de que "The Wire" no quería que nos gustara McNulty, por ejemplo. En el podcast ofrecen el caso de Pete Campbell en "Mad Men", alguien que tiene un comportamiento que facilita mucho que le tomemos manía. Pero, al mismo tiempo, de vez en cuando deja ver algunas cosas que hace que lo comprendamos más, por lo que no está tan claro que de verdad Campbell esté dibujado para que no nos guste. Ese retrato, en realidad, se le ajusta más a Don Draper; no debería caernos bien ni gustarnos, y la serie no hace ningún esfuerzo para que sea así. O al menos, en la segunda temporada (que es el punto en el que me encuentro) da esa sensación.
Esto puede dar pie a debates sin fin. ¿Se supone que tiene que caernos bien House? ¿Y Tony Soprano? ¿Y Jenna Maroney? Últimamente, sospecho que el retrato que "The Walking Dead" hace de Carol busca precisamente que no nos guste, pero hay una línea muy fina entre un personaje que resulta odioso y otro que no se supone que debamos soportar. ¿La hija mayor de Adam y Kristina en "Parenthood" entra en esta categorización, o era insoportable aunque la serie intentara que la comprendiéramos y que pudiera gustarnos? Por poner el ejemplo contrario, se nota que "Juego de tronos" quiere que nos caiga bien Tyrion.
06 marzo 2012
El canon
Desde hace unos días, Fox Crime está reponiendo "Twin Peaks", una de esas series que, como apuntan en "Asesino en serie", es fundamental para entender la ficción televisiva actual. Sin embargo, al mismo tiempo, la sola mención de esa expresión, "fundamental para entender la ficción televisiva actual", lleva a preguntarse qué series pueden considerarse clásicos inamovibles, parte de ese canon que, si nos pusiéramos pedantes, diríamos que hay que ver para saber de qué se está hablando cuando se habla de ficción televisiva. Si nos obligaran a pensar en listas como esas famosas de "100 películas que hay que ver antes de morir", o "los 50 discos fundamentales del rock" o "guía básica de lectura de literatura iberoamericana contemporánea", ¿podríamos sacar un canon crítico de series básicas para cualquier aficionado, o que quiera empezar a serlo?
La elaboración de esas listas siempre implica cierto grado de pretenciosidad, de inconsciencia, de ganas de recibir quejas por haber incluido unas y no otras, y el criterio con el que se hacen no siempre es igual para todo el mundo. Pero seguro que, más de una vez, algún amigo o familiar os ha pedido que le hagáis una lista de recomendaciones de series que tiene que ver, y seguro también que todos mencionamos las mismas cuatro: "The Wire", "Los Soprano", "A dos metros bajo tierra" y "El ala oeste de la Casa Blanca". ¿Y si intentáramos pensar de verdad en una especie de canon como los que elaboran los críticos literarios? ¿Podría hacerse sin que pareciera algo snob y pretencioso? Probablemente no, pero siempre se puede intentar.
Podríamos decir, por ejemplo, que "El prisionero" (y hasta "El fugitivo") es importante dentro del aspecto de la serialización y la construcción de una atmósfera de misterio; que "Urgencias" ha terminado teniendo una sombra mucho más alargada, que va más allá de las series "de médicos" (los responsables de "Battlestar Galactica" siempre reconocieron que la usaron como inspiración para tratar los espacios de la nave); que sin "Canción triste de Hill Street", las series de policías no podrían entenderse tal y como son ahora; que sin "Buffy, la cazavampiros" no se puede entender toda una plétora de títulos juveniles que beben de ella (si es que queremos entenderlos); que "La hora de Bill Cosby" dio un nuevo empuje a las sitcoms familiares...
¿Y si nos centramos en series más recientes? Con las cuatro mencionadas arriba, y añadiendo "Perdidos", casi hemos abarcado gran parte de las influencias de la ficción actual. Pero el asunto es mucho más complejo y está mucho más abierto de lo que parece, porque tampoco podríamos dejar fuera títulos como "Friends", "CSI", "Expediente X", "24", y yo siempre incluyo "Las chicas de oro" porque es un monumento a la sitcom tradicional (y envejece mucho mejor de lo que lo harán bastantes comedias de éxito ahora mismo). Resultado, que tanto divagar para luego llegar a la conclusión inevitable: cada persona tiene su canon.
La elaboración de esas listas siempre implica cierto grado de pretenciosidad, de inconsciencia, de ganas de recibir quejas por haber incluido unas y no otras, y el criterio con el que se hacen no siempre es igual para todo el mundo. Pero seguro que, más de una vez, algún amigo o familiar os ha pedido que le hagáis una lista de recomendaciones de series que tiene que ver, y seguro también que todos mencionamos las mismas cuatro: "The Wire", "Los Soprano", "A dos metros bajo tierra" y "El ala oeste de la Casa Blanca". ¿Y si intentáramos pensar de verdad en una especie de canon como los que elaboran los críticos literarios? ¿Podría hacerse sin que pareciera algo snob y pretencioso? Probablemente no, pero siempre se puede intentar.
Podríamos decir, por ejemplo, que "El prisionero" (y hasta "El fugitivo") es importante dentro del aspecto de la serialización y la construcción de una atmósfera de misterio; que "Urgencias" ha terminado teniendo una sombra mucho más alargada, que va más allá de las series "de médicos" (los responsables de "Battlestar Galactica" siempre reconocieron que la usaron como inspiración para tratar los espacios de la nave); que sin "Canción triste de Hill Street", las series de policías no podrían entenderse tal y como son ahora; que sin "Buffy, la cazavampiros" no se puede entender toda una plétora de títulos juveniles que beben de ella (si es que queremos entenderlos); que "La hora de Bill Cosby" dio un nuevo empuje a las sitcoms familiares...
¿Y si nos centramos en series más recientes? Con las cuatro mencionadas arriba, y añadiendo "Perdidos", casi hemos abarcado gran parte de las influencias de la ficción actual. Pero el asunto es mucho más complejo y está mucho más abierto de lo que parece, porque tampoco podríamos dejar fuera títulos como "Friends", "CSI", "Expediente X", "24", y yo siempre incluyo "Las chicas de oro" porque es un monumento a la sitcom tradicional (y envejece mucho mejor de lo que lo harán bastantes comedias de éxito ahora mismo). Resultado, que tanto divagar para luego llegar a la conclusión inevitable: cada persona tiene su canon.
05 marzo 2012
Si no te gustan...
A veces, en Twitter surgen debates curiosos como el que ha habido esta tarde sobre las razones por las que seguimos viendo series que no nos gustan. Las respuestas más habituales eran por inercia, porque había esperanza de que "mejorara" (lo pongo entre comillas porque esa "mejora" puede ser algo muy subjetivo), porque se quería ver cómo terminaba todo o porque nos habíamos propuesto un tope de visionado, generalmente, el final de temporada, antes de decidir si la abandonábamos o no. En medio de la charla, Rumont me retó a escribir algo sobre series que no me gustaran, algo que no suelo hacer porque protestar continuamente sobre lo que me aburre de una serie no me motiva para escribir una entrada entera sobre ella. Puedo hacerlo para explicar por qué termino dejando algunas (las más recientes, "Castle" y "House"), pero por poner un par de ejemplos recientes de series de las que es más común leer últimamente quejas que buenos comentarios, si "Alcatraz" y "The Walking Dead" me aburren tanto que sólo me suscitan ganas de protestar continuamente, no me impulsan a estar escribiendo esas protestas cada dos semanas. Es la señal para que las deje, y suelo seguirla.
Las normas que se autoimpone cada uno también se pueden romper cuando queramos, pero no me motiva repetir la experiencia de "Héroes" y ver a disgusto algo que ya no te atrae lo más mínimo, y de lo que sólo puedes comentar cosas malas. Nunca se me pasó por la cabeza ver nada más que el piloto de "Ringer", y me pareció tan prescindible, que ni siquiera supe qué escribir sobre él (las bromas sobre su obsesión por los espejos y los cromas cutres terminan gastándose al cabo del tiempo). ¿Cómo puedo hacer algo parecido a una lista de series que no me gustan si ésas ya no las veo? Y aunque de algunas de las que sigo puedo tener mis reservas en ciertos aspectos ("Alcatraz", por ejemplo; lo más interesante me resulta la trama en los 60), si continuo con ellas es porque me entretienen y les encuentro algo que hace que no sea un tortura china verlas hasta el final de la temporada.
A veces, claro, ese límite puede convertirse en un castigo. Como "The river" sólo tiene ocho capítulos, me propuse terminarla por mera curiosidad de averiguar qué había pasado con el doctor Emmet Cole y si morirían todos en el último episodio. Pero cada vez encuentro menos razones para llegar hasta ese punto. "Persons unknown" fue otra de la que tampoco fui capaz de acabar su única temporada de 13 capítulos, y ahí el "misterio" central me intrigaba más que en "The river". Y con "Dollhouse" aguanté temporada y media antes de rendirme a la evidencia de que no merecía la pena sufrir para llegar hasta el cierre de la serie. Nunca he entendido a esos espectadores que siguen una serie con el único objetivo de quejarse y echar pestes de ella todas las semanas en todos los comentarios de blogs que hablen sobre ella. La autoflagelación no es lo mío.
P.D.: No he mencionado nada del #BirraSeries, ese encuentro mensual en Madrid de blogueros televisivos que acaba de nacer porque, la verdad, es que en su blog lo cuentan mucho mejor. El segundo capítulo fue interesante y divertido, y aunque se suele proponer un tema para que comentemos entre todos, al final las conversaciones siempre acaban derivando a otras cosas.
P.D. podcastero: De las series que no me gustan acabo hablando en "Yo disparé a J.R." con Crítico en serie, aunque si alguna no nos va, acaba condenada al ostracismo rápidamente. Esta semana tenemos un apartado especial sobre adaptaciones literarias de la BBC, con la participación de Noemí "Torpedama" Jiménez, en el que hacemos un somero repaso por las miniseries que han usado de punto de partida libros de Jane Austen, Charles Dickens y Elizabeth Gaskell, entre otros. El menú del resto del programa es éste, y podéis escucharlo en el blog:
- 0': Nominados a los Saturn Awards.
- 9': "Awake".
- 21': "Pan Am", "A gifted man" y "Prime Suspect"
- 33': "Grandes esperanzas" y otras adaptaciones literarias de la BBC.
- 70': La tercera temporada de "Parenthood".
Las normas que se autoimpone cada uno también se pueden romper cuando queramos, pero no me motiva repetir la experiencia de "Héroes" y ver a disgusto algo que ya no te atrae lo más mínimo, y de lo que sólo puedes comentar cosas malas. Nunca se me pasó por la cabeza ver nada más que el piloto de "Ringer", y me pareció tan prescindible, que ni siquiera supe qué escribir sobre él (las bromas sobre su obsesión por los espejos y los cromas cutres terminan gastándose al cabo del tiempo). ¿Cómo puedo hacer algo parecido a una lista de series que no me gustan si ésas ya no las veo? Y aunque de algunas de las que sigo puedo tener mis reservas en ciertos aspectos ("Alcatraz", por ejemplo; lo más interesante me resulta la trama en los 60), si continuo con ellas es porque me entretienen y les encuentro algo que hace que no sea un tortura china verlas hasta el final de la temporada.
A veces, claro, ese límite puede convertirse en un castigo. Como "The river" sólo tiene ocho capítulos, me propuse terminarla por mera curiosidad de averiguar qué había pasado con el doctor Emmet Cole y si morirían todos en el último episodio. Pero cada vez encuentro menos razones para llegar hasta ese punto. "Persons unknown" fue otra de la que tampoco fui capaz de acabar su única temporada de 13 capítulos, y ahí el "misterio" central me intrigaba más que en "The river". Y con "Dollhouse" aguanté temporada y media antes de rendirme a la evidencia de que no merecía la pena sufrir para llegar hasta el cierre de la serie. Nunca he entendido a esos espectadores que siguen una serie con el único objetivo de quejarse y echar pestes de ella todas las semanas en todos los comentarios de blogs que hablen sobre ella. La autoflagelación no es lo mío.
P.D.: No he mencionado nada del #BirraSeries, ese encuentro mensual en Madrid de blogueros televisivos que acaba de nacer porque, la verdad, es que en su blog lo cuentan mucho mejor. El segundo capítulo fue interesante y divertido, y aunque se suele proponer un tema para que comentemos entre todos, al final las conversaciones siempre acaban derivando a otras cosas.
P.D. podcastero: De las series que no me gustan acabo hablando en "Yo disparé a J.R." con Crítico en serie, aunque si alguna no nos va, acaba condenada al ostracismo rápidamente. Esta semana tenemos un apartado especial sobre adaptaciones literarias de la BBC, con la participación de Noemí "Torpedama" Jiménez, en el que hacemos un somero repaso por las miniseries que han usado de punto de partida libros de Jane Austen, Charles Dickens y Elizabeth Gaskell, entre otros. El menú del resto del programa es éste, y podéis escucharlo en el blog:
- 0': Nominados a los Saturn Awards.
- 9': "Awake".
- 21': "Pan Am", "A gifted man" y "Prime Suspect"
- 33': "Grandes esperanzas" y otras adaptaciones literarias de la BBC.
- 70': La tercera temporada de "Parenthood".
04 marzo 2012
Jóvenes adultos en Portland
La primera colaboración entre Diablo Cody y Jason Reitman los puso a los dos en el mapa sin ninguna duda. "Juno" hizo que Cody ganara el Oscar al mejor guión original, y Reitman recibió la primera de sus dos nominaciones al mejor director (la segunda fue por "Up in the air"). Sin embargo, su siguiente trabajo conjunto, "Young adult", no ha tenido la misma acogida en los Oscars, donde las buenas críticas y las nominaciones previas cosechadas en la temporada de premios no le sirvieron para rascar ni siquiera una mísera nominación a la mejor actriz. Tal vez el personaje protagonista, Mavis, y el retrato que se hace de ella no sea del gusto de la Academia, un personaje que a Charlize Theron le va que ni pintado. Pero es esa coherencia al tratar a Mavis y al intentar no seguir paso a paso el que sería el camino hollywoodiense para este tipo de películas lo que le da sus puntos extra a "Young adult", cuyo título casa perfectamente con esos personajes anclados en el instituto y en los 90 que la pueblan.
Es divertida sobre todo por lo patéticos que son muchos de los comportamientos que vemos en pantalla y por el modo en el que Theron se lanza de cabeza con Mavis, que se ha quedado en su personalidad de chica popular y mala del instituto para no tener que lidiar con sus problemas. Además, Patton Oswalt repite con Cody después de "United States of Tara" y demuestra que, como hacía en esa serie, puede dar humanidad y no sólo humor a personajes que, en otras manos, darían simplemente mucha lástima. Toda la película se mueve por una línea muy fina, pues Mavis, especialmente, puede convertirse fácilmente en objeto de nuestro odio total. Pero, de algún modo, siempre acaba habiendo algo que nos hace comprenderla, y no solamente que te rías de muchas de las cosas que hace, o de su cuelgue totalmente irracional y muy poco saludable de su novio del instituto. "Young adult" tiene, en el fondo, un mensaje bastante triste, y eso que no tiene ninguna moraleja ni viaje de descubrimiento. Mavis es como es.
Pocas comedias hay más peculiares en antena ahora mismo que "Portlandia". Si pensáis que "Community" es lo más en cuanto a "rareza", es que no habéis visto las aventuras de Carrie Brownstein y Fred Armisen en una serie de sketches para modernos que se mofa de los modernos, capaz de tener como personajes recurrentes a una pareja que se dedica a darle un "toque" diferente a todo poniéndole pájaros o conservándolo en salmuera o a las dos dueñas de una librería feminista y ecológica. A veces, parecen una versión más hipster de "Muchachada Nui", pero si logran tener a Kyle Maclachlan interpretando al alcalde Portland (y con el verdadero alcalde haciendo de su asistente), ya hay que concederles cierto crédito. Claro, que con Armisen en "Saturday Night Live" y Brownstein como cantante de Wild Flag (y como una de las cabezas más visibles de la escena indie de Portland durante los 90), lo de conseguir estrellas invitadas no se les da nada mal.
En "Portlandia", la ciudad aún vive en los 90, es un paraíso de los artistas bohemios y sus habitantes siempre van en bici a todas partes y casi nunca ven el sol, llevando al extremo las concepciones que se tienen sobre Portland en el resto de Estados Unidos. Además, la serie está repleta de referencias a la cultura pop que dejan algunos momentos tan geniales como ese homenaje-cachondeo a "Battlestar Galactica" y la obsesión con ella de unos fans que se ve en la segunda temporada. Eso sí, su tono es muchas veces marciano y absurdo y, queriendo hacer chistes sobre los modernos, ellos mismos se vuelven demasiado modernos, pero es una comedia realmente particular.
Música de la semana: Por supuesto, no podía ser otra que "Sabotage", de Beastie Boys, la canción de Chris y Reagan en "Up all night", una comedia cuya entrañabilidad le ha hecho caerse del radar de media blogosfera. Para los demás, como diría Ava, "keep on watching and growing".
Es divertida sobre todo por lo patéticos que son muchos de los comportamientos que vemos en pantalla y por el modo en el que Theron se lanza de cabeza con Mavis, que se ha quedado en su personalidad de chica popular y mala del instituto para no tener que lidiar con sus problemas. Además, Patton Oswalt repite con Cody después de "United States of Tara" y demuestra que, como hacía en esa serie, puede dar humanidad y no sólo humor a personajes que, en otras manos, darían simplemente mucha lástima. Toda la película se mueve por una línea muy fina, pues Mavis, especialmente, puede convertirse fácilmente en objeto de nuestro odio total. Pero, de algún modo, siempre acaba habiendo algo que nos hace comprenderla, y no solamente que te rías de muchas de las cosas que hace, o de su cuelgue totalmente irracional y muy poco saludable de su novio del instituto. "Young adult" tiene, en el fondo, un mensaje bastante triste, y eso que no tiene ninguna moraleja ni viaje de descubrimiento. Mavis es como es.
Pocas comedias hay más peculiares en antena ahora mismo que "Portlandia". Si pensáis que "Community" es lo más en cuanto a "rareza", es que no habéis visto las aventuras de Carrie Brownstein y Fred Armisen en una serie de sketches para modernos que se mofa de los modernos, capaz de tener como personajes recurrentes a una pareja que se dedica a darle un "toque" diferente a todo poniéndole pájaros o conservándolo en salmuera o a las dos dueñas de una librería feminista y ecológica. A veces, parecen una versión más hipster de "Muchachada Nui", pero si logran tener a Kyle Maclachlan interpretando al alcalde Portland (y con el verdadero alcalde haciendo de su asistente), ya hay que concederles cierto crédito. Claro, que con Armisen en "Saturday Night Live" y Brownstein como cantante de Wild Flag (y como una de las cabezas más visibles de la escena indie de Portland durante los 90), lo de conseguir estrellas invitadas no se les da nada mal.
En "Portlandia", la ciudad aún vive en los 90, es un paraíso de los artistas bohemios y sus habitantes siempre van en bici a todas partes y casi nunca ven el sol, llevando al extremo las concepciones que se tienen sobre Portland en el resto de Estados Unidos. Además, la serie está repleta de referencias a la cultura pop que dejan algunos momentos tan geniales como ese homenaje-cachondeo a "Battlestar Galactica" y la obsesión con ella de unos fans que se ve en la segunda temporada. Eso sí, su tono es muchas veces marciano y absurdo y, queriendo hacer chistes sobre los modernos, ellos mismos se vuelven demasiado modernos, pero es una comedia realmente particular.
Música de la semana: Por supuesto, no podía ser otra que "Sabotage", de Beastie Boys, la canción de Chris y Reagan en "Up all night", una comedia cuya entrañabilidad le ha hecho caerse del radar de media blogosfera. Para los demás, como diría Ava, "keep on watching and growing".
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