La nave espacial en problemas es un subgénero muy utilizado en la ciencia ficción y, especialmente, en las space operas. Permite darle a la serie toques de misterio (si no se sabe qué ocurrió en ella), acción, terror, thriller psicológico, aventuras... Ofrece más posibilidades de las que podría parecer a simple vista, pero también es cierto que, en televisión, había quedado en desuso. Sin embargo, una de las nuevas series veraniegas de Syfy, "Dark Matter", lo recupera para darle un giro que lleve la intriga un poco más allá; no sólo tenemos que averiguar qué ocurrió en esa nave, sino que también hay que investigar quiénes son sus tripulantes y cómo llegaron allí.
Creada por dos veteranos de la franquicia "Stargate" como Joseph Mallozzi y Paul Mullie (y concebida y publicada inicialmente como cómic), la serie se inicia con seis desconocidos despertándose en una nave extraña. No recuerdan quiénes son, no saben qué hacen ahí y el séptimo tripulante, una androide muy segura de sí misma, tampoco les sirve de mucha ayuda para resolver esas incógnitas. En "Dark Matter" se aprecian rastros de las series de "Stargate", de "Firefly", y queda claro que estamos ante un título bastante serializado en el que la identidad y personalidad de sus personajes es tan importante como el misterio general que sobrevuela la trama. Desde luego, en los tres episodios que lleva emitidos, ha habido alguna peripecia autoconclusiva para los protagonistas, pero es la construcción de una dinámica entre ellos lo que más interesa a estas alturas.
Sí, en la nave hay una puerta misteriosa en la bodega de carga, hay datos corruptos que la Androide no consigue recuperar (además de que el control de todos los sistemas de la nave está en sus manos), y la tripulación se da cuenta de que está en medio de una misión de la que no recuerdan nada, pero primero hay que mostrar cómo se relacionan los seis desconocidos entre ellos, quiénes tienen enseguida mayor afinidad, quién asume el papel de líder y quién está todo el rato protestando y conspirando para ser el nuevo líder. Una vez que esas relaciones están más o menos asentadas, "Dark Matter" puede lanzarnos giros como los del tercer episodio, que puede cambiar la perspectiva desde la que estamos observándolo todo.
Ésta va a ser una serie que apunta a desvelar su juego poco a poco, a jugar con el misterio detrás de su premisa todo lo que pueda. También está construyendo el resto del mundo en el que se mueven sus personajes, con esas corporaciones que buscan planetas y asteroides que explotar por sus minerales y esa estación espacial que se menciona en varias ocasiones, y que puede ampliar todavía más el universo de "Dark Matter". En cada episodio hay algún hallazgo o alguna pista que, en teoría, debería acercarnos a la resolución de ese misterio, pero que también lo complican, especialmente en el tercero. ¿Son los protagonistas quienes parecen ser? ¿Realmente el culpable de todo está entre ellos, o hay otros intereses en marcha? De momento, ya han creado a un personaje bastante entretenido en la Androide, eficiente y sin ningún tipo de filtro a la hora de decir lo que piensa, por lo que aporta los toques de humor de la serie.
Ésa puede ser una de sus grandes bazas. Parte de los problemas que tenía, por ejemplo, "Stargate Universe" era que se tomaba a sí misma demasiado en serio, cuando series anteriores como "Stargate Atlantis" habían ido ganando peso con el paso de las temporadas sin abandonar cierta sensación de diversión, cierta ligereza ocasional que ayudaba a dar más relevancia a los momentos más serios. "Dark Matter" está apostando más por el sarcasmo, y no está forzándolo, pero si consigue integrar bien todos sus elementos, y si la trama acaba siendo lo suficientemente interesante, puede ser un entretenimiento veraniego digno.
30 junio 2015
29 junio 2015
Hackers de verano
En la televisión estadounidense, el verano es desde hace tiempo la temporada de estrenos para las cadenas de cable. Las networks han ido subiéndose al carro poco a poco (CBS es la que más en serio se lo ha tomado desde el debut de "Under the dome"), pero sigue siendo el cable el sitio que concentra más cantidad de series y temporadas nuevas del periodo estival. La principal diferencia con veranos pasados es que el número de títulos ha crecido, y que hay algunas cadenas a las que les cuesta más hacerse notar, aunque tengan propuestas muy interesantes.
Lifetime, por ejemplo, tiene una de las sorpresas estivales con 'UnReal', aunque aún no haya alcanzado una gran visibilidad, y USA, una de las cadenas que, hace no tanto tiempo, más aprovechaba el verano puede tener la otra con "Mr. Robot", una serie que parece salirse de sus procedimentales "de cielos azules" y apostar por algo un poco más complejo (su web ya llama la atención). Desde que su piloto se colgó en la página web de la cadena, no han dejado de aparecer elogios no tanto por el tema de la serie (que no es tan original) como por la manera en la que está expuesto en ese primer episodio, y hay altas expectativas por ver hacia dónde se moverá la trama.
"Mr. Robot" es una serie de hackers. Como decimos, no es nada original en ese aspecto, pero su creador, Sam Esmail, le da un giro ligeramente diferente al emparentarla más con "Rubicon", aquel título de conspiraciones de AMC, que con la película "Hackers". Elliot, su protagonista, es un tipo muy callado, convencido de que el gobierno y las grandes multinacionales nos espían de mil maneras diferentes y de que nosotros, con nuestra actividad sin filtro en internet, les damos aún más munición para ese espionaje. Elliot trabaja en una empresa de ciberseguridad por el día y, por la noche, se dedica a "cazar" a catfishes, pedófilos, hackers poco éticos y cualquier otra persona que esté explotando para actividades malvadas las posibilidades de anonimato que ofrece la red. Quiere exponer esa gran conspiración, esa "nuestra democracia ha sido hackeada" con la que se publicita la serie, y va a entrar, de repente, en una trama en la que no está seguro de si podrá manejarse.
El arranque de "Mr. Robot" (que Esmail ideó originalmente como película) es muy prometedor, y su diferente manera de presentar la historia la separa también del resto de la parrilla de USA, para la que es una apuesta realmente interesante. Es también curioso que se haya estrenado algo más de un mes después de que AMC comenzara a emitir la segunda temporada de "Halt and catch fire", la serie sobre pioneros informáticos en Texas a principios de los 80, que está mostrando la puesta en marcha de una empresa de juegos online. Ese término, online, es la clave, porque en 1984 ni se soñaba con internet tal y como la conocemos ahora. El lanzamiento de Mutiny está dándole a la serie una bienvenida inyección de energía a través del trabajo de Cameron y Donna, las dos protagonistas femeninas, y todo lo que son capaces de hacer por mantener la empresa a flote.
Ellas no se dedican a hackear las redes de grandes corporaciones y no creen que hay una conspiración de hombres poderosos, y con pocos escrúpulos, siguiendo todos sus movimientos, pero su actitud las sitúa en un plano más similar al de Elliot, y el retrato que ambas series hacen de los ingenieros informáticos y los hackers es menos maniqueo y está más cerca de la realidad que otros títulos. "Mr. Robot" se mueve más en los márgenes del thriller, mientras "Halt and catch fire" es más un drama de personajes, y las dos ponen un componente geek y tecnológico al verano que pueden seguir incluso quienes no tengan ni idea de cómo enviar un tuit.
Lifetime, por ejemplo, tiene una de las sorpresas estivales con 'UnReal', aunque aún no haya alcanzado una gran visibilidad, y USA, una de las cadenas que, hace no tanto tiempo, más aprovechaba el verano puede tener la otra con "Mr. Robot", una serie que parece salirse de sus procedimentales "de cielos azules" y apostar por algo un poco más complejo (su web ya llama la atención). Desde que su piloto se colgó en la página web de la cadena, no han dejado de aparecer elogios no tanto por el tema de la serie (que no es tan original) como por la manera en la que está expuesto en ese primer episodio, y hay altas expectativas por ver hacia dónde se moverá la trama.
"Mr. Robot" es una serie de hackers. Como decimos, no es nada original en ese aspecto, pero su creador, Sam Esmail, le da un giro ligeramente diferente al emparentarla más con "Rubicon", aquel título de conspiraciones de AMC, que con la película "Hackers". Elliot, su protagonista, es un tipo muy callado, convencido de que el gobierno y las grandes multinacionales nos espían de mil maneras diferentes y de que nosotros, con nuestra actividad sin filtro en internet, les damos aún más munición para ese espionaje. Elliot trabaja en una empresa de ciberseguridad por el día y, por la noche, se dedica a "cazar" a catfishes, pedófilos, hackers poco éticos y cualquier otra persona que esté explotando para actividades malvadas las posibilidades de anonimato que ofrece la red. Quiere exponer esa gran conspiración, esa "nuestra democracia ha sido hackeada" con la que se publicita la serie, y va a entrar, de repente, en una trama en la que no está seguro de si podrá manejarse.
El arranque de "Mr. Robot" (que Esmail ideó originalmente como película) es muy prometedor, y su diferente manera de presentar la historia la separa también del resto de la parrilla de USA, para la que es una apuesta realmente interesante. Es también curioso que se haya estrenado algo más de un mes después de que AMC comenzara a emitir la segunda temporada de "Halt and catch fire", la serie sobre pioneros informáticos en Texas a principios de los 80, que está mostrando la puesta en marcha de una empresa de juegos online. Ese término, online, es la clave, porque en 1984 ni se soñaba con internet tal y como la conocemos ahora. El lanzamiento de Mutiny está dándole a la serie una bienvenida inyección de energía a través del trabajo de Cameron y Donna, las dos protagonistas femeninas, y todo lo que son capaces de hacer por mantener la empresa a flote.
Ellas no se dedican a hackear las redes de grandes corporaciones y no creen que hay una conspiración de hombres poderosos, y con pocos escrúpulos, siguiendo todos sus movimientos, pero su actitud las sitúa en un plano más similar al de Elliot, y el retrato que ambas series hacen de los ingenieros informáticos y los hackers es menos maniqueo y está más cerca de la realidad que otros títulos. "Mr. Robot" se mueve más en los márgenes del thriller, mientras "Halt and catch fire" es más un drama de personajes, y las dos ponen un componente geek y tecnológico al verano que pueden seguir incluso quienes no tengan ni idea de cómo enviar un tuit.
28 junio 2015
El amor en las series infantiles
Esta tarde, el programa La Script, de la SER, ha tenido un especial sobre la visibilidad de la comunidad LGTB en las series de televisión, con motivo del día del Orgullo Gay. Estaba más centrado en la ficción española, aprovechando el éxito de "Vis a vis" y de "El ministerio del tiempo" e Irene Larra, el personaje interpretado por Cayetana Guillén-Cuervo, pero el debate se ha abierto a otras representaciones de la comunidad homo, bi y transexual, representaciones que dan visibilidad y ayudan a normalizar todas estas cuestiones en la sociedad, como ocurre por ejemplo con "Sense8" u "Orange is the new black". En esa labor de visibilidad y normalización juegan también un importante papel no sólo las series orientadas al público general, sino también las infantiles, donde se está contando algunas historias muy interesantes en ese aspecto.
Eso se apuntaba desde Twitter al finalizar el programa, que el siguiente paso en el debate es ver lo que están haciendo títulos de Disney Channel, de Cartoon Network o de Nickelodeon para comprobar hasta qué punto se está avanzando en otorgar visibilidad a la comunidad LGTB. De hecho, son las series de la segunda cadena mencionada las que más se han movido por este lado, aunque de maneras no siempre muy explícitas. "Hora de aventuras", por ejemplo, llamó bastante la atención el pasado verano cuando se supo que dos de sus personajes femeninos, la vampiresa rockera Marceline y la Princesa Chicle, fueron novias durante una temporada. No es algo que se haya mencionado abiertamente en la serie para no tener problemas en algunos de los países donde se emite, pero sí es algo que los guionistas tienen en cuenta cuando ambos personajes tienen alguna trama conjunta.
Del revuelo que causó el final de "The legend of Korra" ya se ha hablado mucho, especialmente porque se llevó con tanta sutileza, que no todo el mundo se dio cuenta de lo que estaba viendo a la primera. También se llevó de una manera muy orgánica y natural, trazando la evolución de esos personajes como algo normal, de lo que no hay que montar ningún jaleo especial, aunque fue un avance muy destacable. El subtexto, curiosamente, no se reserva sólo para las relaciones entre personajes del mismo sexo, porque en "Star Wars Rebels" nunca se trata abiertamente el hecho de que Kanan y Hera son evidentemente pareja (heterosexual, en este caso). La interacción más clara entre ellos en ese sentido se ha visto en el primer episodio de la segunda temporada, pero hasta entonces, era algo que los espectadores dábamos por supuesto.
De todos modos, está siendo "Steven Universe" la serie que está adentrándose en terrenos emocionales más complejos, y en un espectro bastante amplio de las preferencias románticas y sexuales. El hecho de que las Gemas de Cristal puedan fusionarse para crear otra Gema más grande y poderosa, que se mantiene unida por la armonía (o el amor, directamente) entre sus dos componentes, abre un campo muy interesante para que la serie explore sentimientos que nunca se explicitan, o esa amistad al borde de algo más de Steven y Connie, o la compleja historia entre Greg Universe y Rose Quartz, su madre. Por supuesto, luego está Garnet, que es uno de los personajes más interesantes en todo lo que estábamos hablando de la visibilidad LGTB. Cierta escena del final de la primera temporada (hay spoilers, claro, pero igual os interesa verla de todos modos) ha sido tan discutida y comentada como el cierre de "The legend of Korra", y la normalidad con la que Steven acepta toda la situación es mucho más directa para los niños que cualquier capítulo especial con mensaje. Aparte, Garnet es de lo más cool que ha dejado la televisión últimamente.
Música de la semana: Como hemos mencionado "Orange is the new black", vamos a quedarnos esta semana con una canción que acompaña a cierta evolución de Red en su situación en la cárcel, "Rebel girl", de una banda punk estadounidense del movimiento de las Riot Grrrls, Bikini Kill.
Eso se apuntaba desde Twitter al finalizar el programa, que el siguiente paso en el debate es ver lo que están haciendo títulos de Disney Channel, de Cartoon Network o de Nickelodeon para comprobar hasta qué punto se está avanzando en otorgar visibilidad a la comunidad LGTB. De hecho, son las series de la segunda cadena mencionada las que más se han movido por este lado, aunque de maneras no siempre muy explícitas. "Hora de aventuras", por ejemplo, llamó bastante la atención el pasado verano cuando se supo que dos de sus personajes femeninos, la vampiresa rockera Marceline y la Princesa Chicle, fueron novias durante una temporada. No es algo que se haya mencionado abiertamente en la serie para no tener problemas en algunos de los países donde se emite, pero sí es algo que los guionistas tienen en cuenta cuando ambos personajes tienen alguna trama conjunta.
Del revuelo que causó el final de "The legend of Korra" ya se ha hablado mucho, especialmente porque se llevó con tanta sutileza, que no todo el mundo se dio cuenta de lo que estaba viendo a la primera. También se llevó de una manera muy orgánica y natural, trazando la evolución de esos personajes como algo normal, de lo que no hay que montar ningún jaleo especial, aunque fue un avance muy destacable. El subtexto, curiosamente, no se reserva sólo para las relaciones entre personajes del mismo sexo, porque en "Star Wars Rebels" nunca se trata abiertamente el hecho de que Kanan y Hera son evidentemente pareja (heterosexual, en este caso). La interacción más clara entre ellos en ese sentido se ha visto en el primer episodio de la segunda temporada, pero hasta entonces, era algo que los espectadores dábamos por supuesto.
De todos modos, está siendo "Steven Universe" la serie que está adentrándose en terrenos emocionales más complejos, y en un espectro bastante amplio de las preferencias románticas y sexuales. El hecho de que las Gemas de Cristal puedan fusionarse para crear otra Gema más grande y poderosa, que se mantiene unida por la armonía (o el amor, directamente) entre sus dos componentes, abre un campo muy interesante para que la serie explore sentimientos que nunca se explicitan, o esa amistad al borde de algo más de Steven y Connie, o la compleja historia entre Greg Universe y Rose Quartz, su madre. Por supuesto, luego está Garnet, que es uno de los personajes más interesantes en todo lo que estábamos hablando de la visibilidad LGTB. Cierta escena del final de la primera temporada (hay spoilers, claro, pero igual os interesa verla de todos modos) ha sido tan discutida y comentada como el cierre de "The legend of Korra", y la normalidad con la que Steven acepta toda la situación es mucho más directa para los niños que cualquier capítulo especial con mensaje. Aparte, Garnet es de lo más cool que ha dejado la televisión últimamente.
Música de la semana: Como hemos mencionado "Orange is the new black", vamos a quedarnos esta semana con una canción que acompaña a cierta evolución de Red en su situación en la cárcel, "Rebel girl", de una banda punk estadounidense del movimiento de las Riot Grrrls, Bikini Kill.
25 junio 2015
Las series son Comic-Con
¿Qué le haría más daño a la Comic-Con de San Diego? ¿Que Marvel y Warner no presenten allí sus taquillazos para el próximo verano, o que "Juego de tronos" y "The Walking Dead" decidan tomarse un descanso y saltarse la convención un año? Es una pregunta que se ha explorado en varias ocasiones en los últimos meses de julio, cada vez que se aproxima la convención friki por excelencia y hay anuncios de estudios cinematográficos diciendo que no van a estar presentes en ella porque no tienen material que enseñar. El próximo 9 de julio pasará justo eso, que Marvel, Sony y Paramount no irá a San Diego porque o no tienen nada que mostrar, o ya lo hicieron en un evento específico anterior, por lo que dejarán el campo libre a la "Justice League" de Warner, probablemente, y sobre todo, a las series de televisión.
Desde hace unos años, de hecho, no es nada extraño que las ficciones para la pequeña pantalla sean algunos de los eventos más esperados del Hall H, el enorme salón para 6.500 personas que se reserva para las grandes películas y los invitados de más renombre. Comentamos en otra ocasión que la serialidad y continuidad en el tiempo de la televisión favorecía que terminara siendo uno de los mayores puntos de interés de estas convenciones (de las que cada año parece haber más), así que no es de extrañar que ganen cada vez más espacio y tiempo en Comic-Con. También es verdad que estudios como Disney están utilizando más sus propios eventos para fans para presentar sus productos, que es lo que harán este año con "Star Wars: El despertar de la Fuerza" y la convención D23. Allí no tienen que pelear por conseguir la atención de los asistentes y de los medios de comunicación con ofertas de la competencia.
Puede que ésa sea una de las razones por las que, dependiendo del año, Hollywood se plantee si sigue siendo rentable desembarcar en Comic-Con al mismo nivel que lo hacía hasta hace cuatro o cinco años. Por otro lado, no todos los veranos se tiene algo como "Los Vengadores", y para montar un par de mesas redondas en las que no se haga ningún anuncio especial, y no se enseñe ni siquiera el poster de las películas, es mejor quedarse en Los Ángeles. Las series juegan ahí con ventaja. A principios de julio casi ninguna ha empezado a rodar la próxima temporada, pero los fans quieren comentar el final de la anterior entrega y que les adelanten lo que está por venir, así que la falta de material nunca es problema. Se hacen trailers y vídeos especiales, anuncios de nuevos personajes, se lleva a los showrunners y a todos los protagonistas que se pueda y se logra un evento que se comentará en directo por Twitter.
De hecho, aparte de lo que pueda pasar con "Justice League", si es que pasa algo, una de las mesas redondas más multitudinarias y esperadas va a ser, otra vez, la que Warner TV y DC van a volver a montar en el Hall H con todas sus series de superhéroes. "Supergirl", "Arrow", "The Flash" y "Gotham" ocuparán el salón durante tres horas, y no será raro que los blogs estén comentando cosas de esa mesa durante bastante tiempo después. Comic-Con puede estar dejando de ser prioritario para Hollywood, pero los estudios de televisión no quieren desaprovechar la oportunidad promocional que les da de cara a septiembre. La convención está hecha a medida para las series.
24 junio 2015
El mundo conectado de los Wachowski
Desde su estreno en Netflix, hace ya varias semanas, "Sense8" ha causado o división de opiniones o confusión de opiniones, directamente. En io9 opinaban que era la mejor "adaptación" de Philip K. Dick que se había hecho (en la serie mencionan a este escritor en uno de los capítulos), mientras otros no sabían si habían visto una genialidad o una tomadura de pelo. En Yo disparé a JR, cuando hablamos del arranque de la serie, comentamos que podría perfectamente ser las dos cosas, y también que está pensada para el visionado en maratón. La historia no empieza a volverse nítida hasta que no han pasado varios capítulos, y esos episodios son necesarios para que conozcamos primero a los sensates, los ocho protagonistas que, de la noche a la mañana, se encuentran conectados a través de un enlace espiritual y mental que no pueden explicar.
La idea de la conexión es una de las marcas de la casa de los hermanos Wachowski. En su trabajo permea siempre la idea de que son más las cosas que nos unen que las que nos separan, que todos buscamos encontrar esa conexión con otras personas y que es en comunidad donde está nuestra fuerza. Hasta en "V de Vendetta", que ellos produjeron, se cuela ese mensaje en la venganza de ese anarquista solitario. "Matrix" presenta a un elegido, pero éste necesita la ayuda del resto de colaboradores de Morfeo para poder llevar a cabo su misión, y toda "El atlas de las nubes" se basaba en esa misma idea. No es raro, por tanto, que la primera incursión televisiva de los hermanos gire precisamente sobre la idea de unidad de la humanidad, que puede ser una idea a veces un poco facilona y de baratillo, de hippies trasnochados, pero que en esta serie funciona.
O mejor dicho, funciona si entramos en su juego. "Sense8" es una serie de personajes, y ellos, y no la trama de fondo, son los que tienen que engancharnos. Si no nos interesan, nos costará bastante avanzar con una serie tan pensada para el modelo de emisión y consumo de Netflix, que hasta que no llega a la mitad de su primera temporada no echa a rodar realmente su mitología. Porque a los sensates los persiguen unos misteriosos hombres de los que apenas sabemos nada hasta, como decimos, prácticamente el punto intermedio de sus doce capítulos, y esa trama no avanza a la misma velocidad para todos los personajes. Algunos, como Will, saben antes que los demás lo que está pasando en realidad, mientras otros, como Kala, están aún confundidos y asustados por el hecho de que pueden verse, de repente, en otra ciudad en otra parte del mundo, que pueden sentir lo mismo que esa otra persona y que pueden utilizar habilidades vedadas para ellos gracias a esa conexión que comparten, que se explica como si fuera una especie de almacenamiento en la nube.
En "Sense8" se nota que los Wachowski y J. Michael Straczynski han vertido todas las cosas que les gustan y que les parecen interesantes. Hay escenas de acción, diálogos muy poco sutiles y no siempre inspirados, muy cierto, referencias a la ciencia ficción y los cómics, la filosofía (aunque sea de mercadillo) y un montón de toques de humor desperdigados por aquí y por allá. La historia de Lito, el personaje de Miguel Ángel Silvestre, puede la ser la más abiertamente cómica, pero hay capítulos, como el séptimo, en los que un sentimiento de diversión se adueña de todo, y resulta muy entretenido seguir la serie. Ahí está la clave; "Sense8" es entretenida, y aunque tenga una cierta ambición al estructurar la temporada como si fuera una larguísima película, y al haber rodado en nueve países diferentes, tampoco tiene pretensiones demasiado trascendentales. Es sobre todo un entretenimiento con momentos sonrojantes, sí, y con otros muy logrados. Esa es la naturaleza de los Wachowski.
23 junio 2015
Larga vida a Hannibal
La mayoría de los fans de "Hannibal" se fueron anoche a dormir con la mala noticia de que NBC la había cancelado, de la tercera temporada (actualmente en emisión) iba a ser la última que, al menos, iba a verse en esa cadena. Desde ese momento, surgieron en redes sociales dos corrientes que son las habituales en estos casos; los seguidores que afeaban a NBC su conducta y que montaban una campaña para salvar la serie, y los que empezaban a especular con qué otro canal podía rescatarla. Porque lo curioso es que casi nadie se ha tomado esa cancelación como definitiva. Todo el mundo da por supuesto que "Hannibal" puede encontrar acomodo en otro lugar por una serie de razones que exponen el nuevo panorama industrial y monetario en el que se mueven las cadenas y las producturas televisivas en la actualidad.
De hecho, al final de su primera temporada, cuando no estaba claro si NBC iba a renovar una serie que no sólo tenía unas audiencias bajísimas, sino que no entraba en el radar ni de los Emmy técnicos, se habló de que Amazon podía estar interesada en rescatarla, más teniendo en cuenta que tiene los derechos para la emisión en streaming de la serie. Entonces no hizo falta un caballero de brillante armadura porque NBC optó por seguir adelante con ella, pero dos años después, las cuentas han dejado de cuadrar para la cadena del pavo, y "Hannibal" tendrá que ver si puede seguir el ejemplo de "Friday Night Lights" y su entonces improbable rescate por parte de DirecTV. Aunque tenga pinta de ser más cara de lo habitual (para el inicio de esta tercera temporada han rodado directamente en Florencia), ser una co-producción entre Gaumont y Sony facilita las cosas para la cadena que estudie repescarla (la license fee será más barata de lo normal), y la fascinación de los críticos por ella, y la entrega de sus fans, pueden ser también activos interesantes.
Sin embargo, no parece que vaya a haber mucha "puja" ni guerra de ofertas por ella. Amazon es casi el único pretendiente para el que este movimiento tiene sentido, porque ya dispone de las temporadas anteriores y porque sería un añadido a su servicio que le ayudaría a elevar un poco su perfil mediático, del mismo que Yahoo! buscó lo mismo rescatando "Community". "Hannibal" es minoritaria, sí, pero para Amazon puede dirigirse al público correcto, al nicho que le interesa, y si los críticos le van a seguir dando cancha como hasta ahora, puede ser una maniobra con la que casi no tengan nada que perder. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en Estados Unidos se ha apuntado que las dificultades de la serie para conseguir los derechos de "El silencio de los corderos" podrían haber sido otro clavo en su ataúd. Bryan Fuller lleva intentando adquirirlos desde antes de la primera temporada, sin éxito, y más o menos al mismo tiempo se anunció que Lifetime estaba trabajando en una serie sobre Clarice Starling que puede estar dificultando aún más el proceso.
Lo único seguro, por ahora, es que "Hannibal" terminará la tercera temporada en NBC y, después, lo mismo podría irse al saco de las "brillantes, pero canceladas", que podría encontrar un nuevo hogar donde seguir ideando los asesinatos más operísticos y artísticos de la televisión. No todas las series canceladas son capaces de resucitar en otra cadena. De hecho, lo más habitual es que no lo consigan, pues no siempre los modelos de negocio son compatibles entre el canal original y el que se rumoreaba como salvador. "Constantine", por ejemplo, se quedó al final compuesta y sin novio. Las cosas parecen pintar un poco mejor para "Hannibal", que ha estado viviendo de prestado durante dos temporadas en NBC. ¿Vivirá más en Amazon?
De hecho, al final de su primera temporada, cuando no estaba claro si NBC iba a renovar una serie que no sólo tenía unas audiencias bajísimas, sino que no entraba en el radar ni de los Emmy técnicos, se habló de que Amazon podía estar interesada en rescatarla, más teniendo en cuenta que tiene los derechos para la emisión en streaming de la serie. Entonces no hizo falta un caballero de brillante armadura porque NBC optó por seguir adelante con ella, pero dos años después, las cuentas han dejado de cuadrar para la cadena del pavo, y "Hannibal" tendrá que ver si puede seguir el ejemplo de "Friday Night Lights" y su entonces improbable rescate por parte de DirecTV. Aunque tenga pinta de ser más cara de lo habitual (para el inicio de esta tercera temporada han rodado directamente en Florencia), ser una co-producción entre Gaumont y Sony facilita las cosas para la cadena que estudie repescarla (la license fee será más barata de lo normal), y la fascinación de los críticos por ella, y la entrega de sus fans, pueden ser también activos interesantes.
Sin embargo, no parece que vaya a haber mucha "puja" ni guerra de ofertas por ella. Amazon es casi el único pretendiente para el que este movimiento tiene sentido, porque ya dispone de las temporadas anteriores y porque sería un añadido a su servicio que le ayudaría a elevar un poco su perfil mediático, del mismo que Yahoo! buscó lo mismo rescatando "Community". "Hannibal" es minoritaria, sí, pero para Amazon puede dirigirse al público correcto, al nicho que le interesa, y si los críticos le van a seguir dando cancha como hasta ahora, puede ser una maniobra con la que casi no tengan nada que perder. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en Estados Unidos se ha apuntado que las dificultades de la serie para conseguir los derechos de "El silencio de los corderos" podrían haber sido otro clavo en su ataúd. Bryan Fuller lleva intentando adquirirlos desde antes de la primera temporada, sin éxito, y más o menos al mismo tiempo se anunció que Lifetime estaba trabajando en una serie sobre Clarice Starling que puede estar dificultando aún más el proceso.
Lo único seguro, por ahora, es que "Hannibal" terminará la tercera temporada en NBC y, después, lo mismo podría irse al saco de las "brillantes, pero canceladas", que podría encontrar un nuevo hogar donde seguir ideando los asesinatos más operísticos y artísticos de la televisión. No todas las series canceladas son capaces de resucitar en otra cadena. De hecho, lo más habitual es que no lo consigan, pues no siempre los modelos de negocio son compatibles entre el canal original y el que se rumoreaba como salvador. "Constantine", por ejemplo, se quedó al final compuesta y sin novio. Las cosas parecen pintar un poco mejor para "Hannibal", que ha estado viviendo de prestado durante dos temporadas en NBC. ¿Vivirá más en Amazon?
22 junio 2015
"Orphan Black" vuelve al principio
ALERTA SPOILERS: ¿Habéis visto el final de la tercera temporada de "Orphan Black"? Volved cuando lo hayáis hecho.
Durante la primera temporada de "Orphan Black", se nos presentó a un grupo llamado Neolution (Neolución), que parecían unos tipos raros y un poco trastornados que creían que la evolución debía ser dirigida para conseguir, entre otras cosas, pequeñas colas al final de la espalda. Aldous Leekie, una de las primeras personas de DYAD que conocemos en la serie, era un neolucionista, y es a través de él como Cosima y Delphine entran en contacto con esa teoría que, en un principio, les suena un poco más a charlatanería que a otra cosa. Pero por esos juegos del destino a los que es aficionada "Orphan Black", resulta que hicimos mal en descartar a los neolucionistas como pirados, porque son los que han estado manejando el cotarro desde la sombra durante todo este tiempo.
Esa revelación final abre un nuevo campo para la cuarta temporada, un campo que lleva la serie un poco de vuelta a sus orígenes, a la lucha de las clones por no ser tratadas como cobayas, como propiedad industrial con la que se puede experimentar. La Neolución pinta ser un villano mucho más peligroso que DYAD o los clones de Castor porque sus defensores parecen verse a sí mismos casi como enviados divinos, trabajadores sacrificados en aras de esa evolución dirigida y acelerada que mejore la especie humana según los dictados de la profesora Duncan, madre adoptiva de Rachel y creadora de los clones originales junto con su marido, al que conocimos en la segunda temporada. La revelación de que todavía está viva es lo más destacado de un final de tercera entrega que ha cerrado unas tramas que no han funcionado igual de bien en todos los frentes.
Por ejemplo, la introducción del proyecto Castor y sus clones masculinos era, sobre el papel, una buena idea porque ofrecía un cambio con respecto a lo que sabíamos de las clones de Leda. Los chicos se habían criado todos juntos, en un ambiente de disciplina militar y siendo conscientes desde el principio de lo que eran, mientras las chicas fueron desperdigadas por todo el mundo, creciendo con la asunción de que eran iguales que el resto de gente de su entorno. El enfrentamiento entre una y otra facción ha sido menos interesante de lo previsto, aunque sí ha permitido que por fin conociéramos al donante original y, de rebote, le dio la oportunidad a Maria Doyle Kennedy de cantar en la serie como si estuviera otra vez en "The Commitments". Que esa donante fuera la madre de la señora S fue un giro bastante inesperado que, por otro lado, refuerza que la serie está tratando sobre diferentes conceptos de lazos familiares, y cómo su fortaleza no siempre viene dada por la sangre.
La hermandad entre las clones, Felix y S es el mejor ejemplo de ello, puntualizada con esa cena que cierra sus tramas por este año. Esa cena representa, además, cómo "Orphan Black" se ha replegado un poco sobre sí misma después de amenazar con complicar y expandir su trama más allá de lo humanamente manejable. Los sacrificios por las clones de Paul y Delphine han puesto el toque más emocional, nos han recordado de que el peligro que rodea a Sarah y sus hermanas es real y puede cobrarse las vidas de las personas más cercanas a ellas, además de poner punto y final a los arcos de dos personajes que parecían haber llegado al final de su utilidad en la serie, sobre todo Paul. Delphine, sin embargo, deja abierta la posibilidad del regreso de Shay, de quien no está muy claro que no vaya a ser alguien diferente de quien pensamos, aunque no ha estado mal su empleo como ejemplo de la paranoia y el nivel de desconfianza que llegó a sentir Delphine.
"Orphan Black" ha terminado la tercera temporada recuperando el pulso de sus giros de guión y manteniendo algo que siempre ha sabido manejar muy bien, que es la evolución de sus clones. Esa especie de "Weeds" en la que estaban Alison y Donnie ha sido uno de los grandes momentos del año, del mismo modo que Helena se ha afianzado como la heroína más improbable, e improbablemente entrañable, de todas. Hasta Krystal, ese nuevo clon introducido a mitad de la temporada, ha funcionado bastante bien con su personalidad choni y su total ignorancia del lío en el que está metida. Como siempre, las chicas de Leda le dan su razón de ser a "Orphan Black".
Durante la primera temporada de "Orphan Black", se nos presentó a un grupo llamado Neolution (Neolución), que parecían unos tipos raros y un poco trastornados que creían que la evolución debía ser dirigida para conseguir, entre otras cosas, pequeñas colas al final de la espalda. Aldous Leekie, una de las primeras personas de DYAD que conocemos en la serie, era un neolucionista, y es a través de él como Cosima y Delphine entran en contacto con esa teoría que, en un principio, les suena un poco más a charlatanería que a otra cosa. Pero por esos juegos del destino a los que es aficionada "Orphan Black", resulta que hicimos mal en descartar a los neolucionistas como pirados, porque son los que han estado manejando el cotarro desde la sombra durante todo este tiempo.
Esa revelación final abre un nuevo campo para la cuarta temporada, un campo que lleva la serie un poco de vuelta a sus orígenes, a la lucha de las clones por no ser tratadas como cobayas, como propiedad industrial con la que se puede experimentar. La Neolución pinta ser un villano mucho más peligroso que DYAD o los clones de Castor porque sus defensores parecen verse a sí mismos casi como enviados divinos, trabajadores sacrificados en aras de esa evolución dirigida y acelerada que mejore la especie humana según los dictados de la profesora Duncan, madre adoptiva de Rachel y creadora de los clones originales junto con su marido, al que conocimos en la segunda temporada. La revelación de que todavía está viva es lo más destacado de un final de tercera entrega que ha cerrado unas tramas que no han funcionado igual de bien en todos los frentes.
Por ejemplo, la introducción del proyecto Castor y sus clones masculinos era, sobre el papel, una buena idea porque ofrecía un cambio con respecto a lo que sabíamos de las clones de Leda. Los chicos se habían criado todos juntos, en un ambiente de disciplina militar y siendo conscientes desde el principio de lo que eran, mientras las chicas fueron desperdigadas por todo el mundo, creciendo con la asunción de que eran iguales que el resto de gente de su entorno. El enfrentamiento entre una y otra facción ha sido menos interesante de lo previsto, aunque sí ha permitido que por fin conociéramos al donante original y, de rebote, le dio la oportunidad a Maria Doyle Kennedy de cantar en la serie como si estuviera otra vez en "The Commitments". Que esa donante fuera la madre de la señora S fue un giro bastante inesperado que, por otro lado, refuerza que la serie está tratando sobre diferentes conceptos de lazos familiares, y cómo su fortaleza no siempre viene dada por la sangre.
La hermandad entre las clones, Felix y S es el mejor ejemplo de ello, puntualizada con esa cena que cierra sus tramas por este año. Esa cena representa, además, cómo "Orphan Black" se ha replegado un poco sobre sí misma después de amenazar con complicar y expandir su trama más allá de lo humanamente manejable. Los sacrificios por las clones de Paul y Delphine han puesto el toque más emocional, nos han recordado de que el peligro que rodea a Sarah y sus hermanas es real y puede cobrarse las vidas de las personas más cercanas a ellas, además de poner punto y final a los arcos de dos personajes que parecían haber llegado al final de su utilidad en la serie, sobre todo Paul. Delphine, sin embargo, deja abierta la posibilidad del regreso de Shay, de quien no está muy claro que no vaya a ser alguien diferente de quien pensamos, aunque no ha estado mal su empleo como ejemplo de la paranoia y el nivel de desconfianza que llegó a sentir Delphine.
"Orphan Black" ha terminado la tercera temporada recuperando el pulso de sus giros de guión y manteniendo algo que siempre ha sabido manejar muy bien, que es la evolución de sus clones. Esa especie de "Weeds" en la que estaban Alison y Donnie ha sido uno de los grandes momentos del año, del mismo modo que Helena se ha afianzado como la heroína más improbable, e improbablemente entrañable, de todas. Hasta Krystal, ese nuevo clon introducido a mitad de la temporada, ha funcionado bastante bien con su personalidad choni y su total ignorancia del lío en el que está metida. Como siempre, las chicas de Leda le dan su razón de ser a "Orphan Black".
21 junio 2015
El culto al autor y el mal de la segunda temporada
Esta misma noche, HBO (y Canal+ Series en España) estrena la segunda temporada de "True Detective", aquella serie que llegó como un huracán a principios de 2014, que contribuyó al "McConnaissance", o lo que es lo mismo, al regreso a la cima de Hollywood de Matthew McConaughey y que pasó de ser el segundo advenimiento del Mesías televisivo a lo más sobrevalorado de la historia con la misma rapidez. O lo que es lo mismo, en cuanto los críticos encontraron otro estreno que poner por las nubes (en este caso, 'Fargo'). El sorprendente éxito que tuvo aquella primera temporada, con grandes audiencias para HBO y teorías de fans totalmente salidas de madre, hizo que su creador, Nic Pizzolatto, entrara enseguida en el panteón de los autores televisivos, los David Simon, Vince Gilligan, Dan Harmon o Matthew Weiner que se idolatran como los verdaderos popes de la ficción en la pequeña pantalla, aquellos cuya palabra es ley y a los que Vanity Fair dedica perfiles exhaustivos.
La condición de gurú, sin embargo, parece tener asociado, indefectiblemente, un carácter fuerte y que algunos podrían definir como complicado. Todo el libro de Brett Martin, "Hombres fuera de serie", se basaba en esa asociación y, de hecho, su título en inglés lo dejaba todavía más claro: "Difficult men". Los hombres difíciles que están considerados como los grandes renovadores de las series han adquirido la misma consideración de autor que la revista Cahiers du Cinema otorgó a los directores de cine en los 60 y los 70, y esa elevación a las alturas conlleva sus riesgos. El mayor de ellos es que los críticos les estén esperando con el hacha detrás de la espalda; mientras sus series sean buenas, no hay problema, pero en cuanto se les encuentre la más mínima grieta, se lanzarán a destrozarla.
Tal vez el caso más paradigmático de esto en los últimos años sea Matthew Weiner, a quien "Mad Men" situó merecidamente en lo más alto, pero cuyo saneado ego probablemente no ayudó cuando, en la quinta temporada de la serie, los críticos empezaron a sacarle más defectos que virtudes. Daba la sensación de que había ganas de que Weiner tuviera un patinazo, aunque fuera leve, para poder criticar a gusto su obra, más después de las muy públicas, y muy poco amistosas, negociaciones con Lionsgate y AMC para renovar su contrato, y "Mad Men", al final de la cuarta entrega. La situación se repitió con el final de la serie, aunque aquí entró en juego ese snobismo que está ahora de moda a la hora de hablar de cierres de series, y una vez que "Mad Men" se ha terminado, hay que buscarle un heredero a Weiner en el apartado de autores difíciles.
Y Nic Pizzolatto se ha quedado con el puesto sin mayor problema. En él se ejemplifican perfectamente las etapas de ese culto al autor desatado hace tiempo en la crítica televisiva; elogios desmedidos para el arranque de la serie y, por tanto, endiosamiento de su creador. A ese hype le sigue el inevitable backlash, la reacción contraria de quienes creen que la serie no está a la altura de aquellos beneplácitos iniciales, y se empieza a comentar que si ese creador es un tipo de trato difícil, que si tiene problemas con la cadena o con sus actores... Para cuando llega la segunda temporada, sólo hay dos opciones posibles: o es mejor que la primera, o como se aprecie en ella el más mínimo desliz, serie y autor serán vapuleados. La sombra que esa primera y exitosa temporada arroje sobre la siguiente simpre va a ser muy alargada, e incluso aunque sean totalmente diferentes, se utilizará una como arma arrojadiza contra la otra.
Las primeras críticas que han aparecido de esa segunda entrega de "True Detective" van en esa línea; lamentan que se haya perdido el toque del terror cósmico del principio (que a otros espectadores aburría mortalmente) y señalan que se ha vuelto una serie de policías en ciudades corruptas más convencional. Y aunque no deja de ser cierto (del mismo modo que no deja de ser cierto que tratar con Pizzolatto no debe ser nada fácil), tampoco hay que ser tan rápidos en ofrecerla en sacrificio a R'hllor. No va a ser tan distinta y con una personalidad propia tan fuerte como la primera temporada, pero puede ser interesante en sus propios méritos. Esperemos a ver cómo va evolucionando el caso.
Música de la semana: Aprovechemos que hablamos de "True Detective" para apuntar que los títulos de crédito siguen siendo estupendos, y que ahora hay una nueva canción en ellos, "Nevermind", de Leonard Cohen.
La condición de gurú, sin embargo, parece tener asociado, indefectiblemente, un carácter fuerte y que algunos podrían definir como complicado. Todo el libro de Brett Martin, "Hombres fuera de serie", se basaba en esa asociación y, de hecho, su título en inglés lo dejaba todavía más claro: "Difficult men". Los hombres difíciles que están considerados como los grandes renovadores de las series han adquirido la misma consideración de autor que la revista Cahiers du Cinema otorgó a los directores de cine en los 60 y los 70, y esa elevación a las alturas conlleva sus riesgos. El mayor de ellos es que los críticos les estén esperando con el hacha detrás de la espalda; mientras sus series sean buenas, no hay problema, pero en cuanto se les encuentre la más mínima grieta, se lanzarán a destrozarla.
Tal vez el caso más paradigmático de esto en los últimos años sea Matthew Weiner, a quien "Mad Men" situó merecidamente en lo más alto, pero cuyo saneado ego probablemente no ayudó cuando, en la quinta temporada de la serie, los críticos empezaron a sacarle más defectos que virtudes. Daba la sensación de que había ganas de que Weiner tuviera un patinazo, aunque fuera leve, para poder criticar a gusto su obra, más después de las muy públicas, y muy poco amistosas, negociaciones con Lionsgate y AMC para renovar su contrato, y "Mad Men", al final de la cuarta entrega. La situación se repitió con el final de la serie, aunque aquí entró en juego ese snobismo que está ahora de moda a la hora de hablar de cierres de series, y una vez que "Mad Men" se ha terminado, hay que buscarle un heredero a Weiner en el apartado de autores difíciles.
Y Nic Pizzolatto se ha quedado con el puesto sin mayor problema. En él se ejemplifican perfectamente las etapas de ese culto al autor desatado hace tiempo en la crítica televisiva; elogios desmedidos para el arranque de la serie y, por tanto, endiosamiento de su creador. A ese hype le sigue el inevitable backlash, la reacción contraria de quienes creen que la serie no está a la altura de aquellos beneplácitos iniciales, y se empieza a comentar que si ese creador es un tipo de trato difícil, que si tiene problemas con la cadena o con sus actores... Para cuando llega la segunda temporada, sólo hay dos opciones posibles: o es mejor que la primera, o como se aprecie en ella el más mínimo desliz, serie y autor serán vapuleados. La sombra que esa primera y exitosa temporada arroje sobre la siguiente simpre va a ser muy alargada, e incluso aunque sean totalmente diferentes, se utilizará una como arma arrojadiza contra la otra.
Las primeras críticas que han aparecido de esa segunda entrega de "True Detective" van en esa línea; lamentan que se haya perdido el toque del terror cósmico del principio (que a otros espectadores aburría mortalmente) y señalan que se ha vuelto una serie de policías en ciudades corruptas más convencional. Y aunque no deja de ser cierto (del mismo modo que no deja de ser cierto que tratar con Pizzolatto no debe ser nada fácil), tampoco hay que ser tan rápidos en ofrecerla en sacrificio a R'hllor. No va a ser tan distinta y con una personalidad propia tan fuerte como la primera temporada, pero puede ser interesante en sus propios méritos. Esperemos a ver cómo va evolucionando el caso.
Música de la semana: Aprovechemos que hablamos de "True Detective" para apuntar que los títulos de crédito siguen siendo estupendos, y que ahora hay una nueva canción en ellos, "Nevermind", de Leonard Cohen.
18 junio 2015
¿El verano de las mujeres?
El año pasado, mientras estaba promocionando "Siempre Alice" y "Camp X-Ray", Kristen Stewart daba una entrevista a The Daily Beast en la que le preguntaban por el hecho de que esas dos películas y "Viaje a Sils Maria", que se acaba de estrenar en España, tenían en su centro mujeres complicadas y fuertes. Ella decía que era una rareza en Hollywood, donde parece que los papeles femeninos interesantes y complejos se han mudado a la televisión, y también puntualizaba que a Juliette Binoche le parecía que esa pregunta era ya un cliché, de tantas veces que se le habían hecho, porque en Francia no tenían ese problema. Es curioso leer esa entrevista cuando, al mismo tiempo, Vanity Fair afirma que este verano va a ser el de las comedias protagonizadas por mujeres, cuatro años después del éxito de "Bridesmaids".
Es cierto que, en los cines norteamericanos, van a coincidir "Spy", "Trainwreck" y "Ricki and the Flash", la película en la que Meryl Streep es una veterana rockera, pero no está todavía claro que esto vaya a significar un cambio en Hollywood. "Bridesmaids" hizo muchísimo dinero, y lo mismo consiguió "Cuerpos especiales", pero no da la sensación de que los estudios se tomen de verdad en serio la posibilidad de que películas con mujeres en su centro vayan a atraer a los espectadores a la taquilla. Lo que es un concepto curioso teniendo en cuenta los millones de dólares que Lionsgate está ganando con "Los juegos del hambre". Pero la sensación persiste. Bryan Konietzko y Michael Dante DiMartino explicaban que, cuando estaban creando "The legend of Korra", Nickelodeon estaba nerviosa de que los chavales de 11, 12 años no quisieran ver una serie de aventuras protagonizada por una chica. Hicieron un pase del piloto para un grupo de esos chicos y, al terminar, les preguntaron si les "molestaba" que Korra fuera una chica, y dijeron que era genial, y que les daba igual.
La actitud del público, en general, es más esa, pero Hollywood ha tendido muchas veces a jugar sobre seguro, a no arriesgar producciones de cientos de millones dólares poniendo al frente a un actor desconocido (aunque Chris Pratt no fue óbice para el éxito de "Guardianes de la galaxia") o a una mujer (aunque ya hemos dicho que con "Los juegos del hambre" no parece importar). En medio de todo esto, resulta muy curioso ver una cinta como "Viaje a Sils Maria", la película de Olivier Assayas que ha recibido mayor atención de la habitual no sólo por el protagonismo de Juliette Binoche, sino porque, además, Kristen Stewart ganó el César a mejor secundaria por ella. Esa atención puede ser externa a la cinta, que resulta estar repleta de diálogos sobre la fama, la adaptación a los cambios, la vejez que adquieren una capa metarreferencial imperdible al tener a Stewart y Binoche pronunciándolos.
La dinámica entre las dos (una actriz veterana y su joven asistente) es, de largo, lo mejor de la película, transmitiendo una naturalidad y una química entre ellas que sostiene un filme de dos horas en el que más de la mitad del metraje las muestra solo a ellas, hablando. No es que vaya a ser un taquillazo, pero su estreno en verano en España la ha hecho coincidir con la tercera temporada de "Orange is the new black", una de las mejores exponentes de ese mayor interés de las series por las historias femeninas. Es curioso que haya tantas series con mujeres en su centro (de "The good wife" a "Girls", "Orphan Black", "Veep" o la británica "My mad fat diary", que vuelve en breve), que las cadenas consideren que es rentable invertir en esas historias, mientras el cine no termina de subirse al carro impulsado por Melissa McCarthy. Puede ser éste un verano en el que veamos bastantes películas protagonizadas por mujeres. ¿Cambiará eso algo en Hollywood?
17 junio 2015
La discoteca de los clones
Este fin de semana termina la tercera temporada de "Orphan Black", la serie de BBC America que sigue a varios clones que intentan averiguar por qué las crearon, al mismo tiempo que buscan escapar de la empresa que afirma "poseerlas". Es una serie que, pese a que a veces su trama horizontal puede estar a menudo a punto de salirse por completo de madre, suele mostrar unas historias y unos episodios muy entretenidos, y con unos personajes, en general, bastante bien trazados e interpretados. Este año, las cosas se han complicado con la aparición de otra facción que ha hecho aún más difícil la vida a las protagonistas, pero éstas siempre garantizan, al menos, buenos momentos de diversión.
"Orphan Black", de todos modos, es más conocida por ser el vehículo de lucimiento de su gran protagonista, Tatiana Maslany, que interpreta a todas las versiones de Sarah Manning que hemos visto en la serie hasta ahora, y a la que en todas las entrevistas le preguntan cómo puede aclararse entre unas y otras (hay vídeos muy curiosos sobre cómo se ruedan las escenas con varios clones interactuando). Ha comentado en algunos sitios, como en una entrevista con The Wall Street Journal, que suele utilizar música para construir cada personaje, y en esa misma entrevista ofrecía algunos de los ejemplos que había usado para cada clon. Dan para una playlist muy curiosa para los fans de la serie.
The Prodigy, por ejemplo, es la banda sonora para Sarah, la rebelde criada en el Reino Unido, junto con rap y hip-hop de las islas británicas del estilo de Dizzee Rascal o The Streets. Alguna vez se ha mencionado que S., su madre adoptiva, la habría introducido también en el post-punk de los 70, tipo Siouxsie and the Banshees.
Para Cosima, con su actitud relajada y cool ante la vida, Maslany opta por la electrónica de gente como Grimes, y que para Helena funcionan algunas canciones de Tom Waits y, curiosamente, Antony & The Johnsons, lo que puede resultar un poco paradójico para nuestra psicópata ucraniana favorita.
Por supuesto, las canciones para Alison son musicales, y grandes clásicos como "West Side Story" o "Jesucristo Superstar". De hecho, la propia Maslany hizo varias playlists sobre los clones para el blog Noisey, de Vice, y hay elecciones bastante curiosas ahí. Aunque "Bad girls", de M.I.A., les va bien a todas.
"Orphan Black", de todos modos, es más conocida por ser el vehículo de lucimiento de su gran protagonista, Tatiana Maslany, que interpreta a todas las versiones de Sarah Manning que hemos visto en la serie hasta ahora, y a la que en todas las entrevistas le preguntan cómo puede aclararse entre unas y otras (hay vídeos muy curiosos sobre cómo se ruedan las escenas con varios clones interactuando). Ha comentado en algunos sitios, como en una entrevista con The Wall Street Journal, que suele utilizar música para construir cada personaje, y en esa misma entrevista ofrecía algunos de los ejemplos que había usado para cada clon. Dan para una playlist muy curiosa para los fans de la serie.
The Prodigy, por ejemplo, es la banda sonora para Sarah, la rebelde criada en el Reino Unido, junto con rap y hip-hop de las islas británicas del estilo de Dizzee Rascal o The Streets. Alguna vez se ha mencionado que S., su madre adoptiva, la habría introducido también en el post-punk de los 70, tipo Siouxsie and the Banshees.
Para Cosima, con su actitud relajada y cool ante la vida, Maslany opta por la electrónica de gente como Grimes, y que para Helena funcionan algunas canciones de Tom Waits y, curiosamente, Antony & The Johnsons, lo que puede resultar un poco paradójico para nuestra psicópata ucraniana favorita.
Por supuesto, las canciones para Alison son musicales, y grandes clásicos como "West Side Story" o "Jesucristo Superstar". De hecho, la propia Maslany hizo varias playlists sobre los clones para el blog Noisey, de Vice, y hay elecciones bastante curiosas ahí. Aunque "Bad girls", de M.I.A., les va bien a todas.
16 junio 2015
Mercy, mercy me
ALERTA SPOILERS: Si ya podéis uniros a los lectores de los libros para debatir el último giro relacionado con Jon Nieve en "Juego de tronos", seguid leyendo. Si no, igual deberías ver lo bien que encaja Jaqen H'qar en "Unbreakable Kimmy Schmidt".
Las críticas que Domingo de cine ha estado haciendo de la quinta temporada de "Juego de tronos" llevaban todas un título extraído del cancionero de The Smiths (si también hubieran utilizado a Morrissey, fijo que habría caído "First of the gang to die"). Al último episodio le ha tocado "There's a light that never goes out", y aunque es una canción que habla del deseo de morir junto a su amor, esa luz que nunca se apaga puede referirse no sólo a esas vidas cuyo destino se queda en suspenso, sino a la esperanza de que las cosas mejorarán para unos cuantos de los personajes de la serie. Y eso que casi todos acaban la temporada en unos puntos bastantes bajos emocionalmente. O muertos.
El caso más controvertido es el de Jon Nieve. Su momento "Julio César" lleva centrando los debates de los lectores de los libros desde que se publicó "Danza de dragones", el quinto libro de la saga de George R.R. Martin, y no hay consenso sobre si está muerto de verdad o no. O si Melisandre puede resucitarlo, como ya vimos en la segunda temporada que le pasa, una y otra vez, a Beric Dondarrion. No es algo que la serie haya vuelto a tocar, pero el interés de la sacerdotisa roja por la sangre presuntamente real de Jon (más las visiones de nieve y fuego que tiene en los libros) parece apuntar a que no hemos visto aún el final del Lord Comandante de la Guardia de la Noche. La traición de todos sus hombres, además, se viene presagiando desde la temporada anterior; los esfuerzos de Jon por convencer a la Guardia y a los salvajes de que deberían pelear juntos ante la amenaza de los Caminantes Blancos no cuajan en ninguno de los dos grupos, y sólo cuando los salvajes ven en primera línea lo que quiere decir "se acerca el invierno", se dan cuenta de que Jon llevaba razón.
Pero los Hermanos no han asistido al despliegue de fuerza del Rey de la Noche en Casa Austera, así que siguen desconfiando del joven Nieve. Para ellos, continúa siendo un arrogante cambiacapas que confraternizó más de la cuenta con los salvajes, sus enemigos, así que no es raro que conspiren para matarlo. Ya vimos un motín que acabó con Jeor Mormont; ¿por qué iban a ser las cosas distintas con Jon? De todos modos, aunque podríamos estar horas discutiendo sobre los hechos en el Castillo Negro, "Mother's mercy" tiene muchos más momentos destacables. De hecho, como decían algunos críticos estadounidenses, muestra cómo la venganza, o el karma, alcanza a algunos personajes, de Stannis a Meryn Trant, asesinado por una Arya que podría haber protagonizado ahí su propia versión de "Kill Bill".
Hasta las consecuencias tienen consecuencias, como decían esos mismos críticos. Stannis y Melisandre pagan muy caro su sacrificio de Shireen, y Cersei acaba viendo como todos sus actos anteriores la alcanzan de la manera más cruel y humillante posible; con ese paseo de la expiación por Desembarco del Rey que, aunque parece romperla emocionalmente, también puede endurecerla y fortalecer sus intentos por acabar con el Gorrión Supremo, al que ella misma contribuyó a aupar al poder. Es una de las escenas más potentes de la temporada, en la que se ve que "Juego de tronos" rara vez erra el tiro cuando nos presenta un momento realmente trascendental para los personajes, o para la trama. Es también un momento que nos recuerda las raíces pseudomedievales del mundo creado por Martin, y que aunque estemos ante una serie de fantasía, nos enfrenta al hecho de que el mundo es cruel, violento, feo y perturbador.
La sexta temporada presentará una interesante experiencia. Tanto lectores de los libros como espectadpores de "Juego de tronos" están en igualdad de condiciones, ninguno sabe cómo se resuelven los cliffhangers que cierran "Mother's mercy". Sí, hay un par de tramas que David Benioff y D.B. Weiss aún no han utilizado, pero los capítulos que veremos la próxima primavera nos van a sorprender a todos por igual. ¿Conseguirán integrar mejor a Dorne después del envenenamiento de Myrcella? ¿Se encontrarán Sansa y Theon con Brienne? ¿Se puede hacer un spin-off de Varys, Tyrion y Missandei gobernando Meereen, a lo "Spin City"? ¿Y realmente se habrá pagado la luz de Jon Nieve?
P.D.: Ya que estábamos con títulos de canciones al principio, el de esta entrada es de un tema de Marvin Gaye que, por cierto, tiene algunos versos que parecen hechos para "Juego de tronos", aunque en realidad hable de ecología y naturaleza, como "las cosas ya no son lo que eran. ¿Adónde fueron los cielos azules?"
Las críticas que Domingo de cine ha estado haciendo de la quinta temporada de "Juego de tronos" llevaban todas un título extraído del cancionero de The Smiths (si también hubieran utilizado a Morrissey, fijo que habría caído "First of the gang to die"). Al último episodio le ha tocado "There's a light that never goes out", y aunque es una canción que habla del deseo de morir junto a su amor, esa luz que nunca se apaga puede referirse no sólo a esas vidas cuyo destino se queda en suspenso, sino a la esperanza de que las cosas mejorarán para unos cuantos de los personajes de la serie. Y eso que casi todos acaban la temporada en unos puntos bastantes bajos emocionalmente. O muertos.
El caso más controvertido es el de Jon Nieve. Su momento "Julio César" lleva centrando los debates de los lectores de los libros desde que se publicó "Danza de dragones", el quinto libro de la saga de George R.R. Martin, y no hay consenso sobre si está muerto de verdad o no. O si Melisandre puede resucitarlo, como ya vimos en la segunda temporada que le pasa, una y otra vez, a Beric Dondarrion. No es algo que la serie haya vuelto a tocar, pero el interés de la sacerdotisa roja por la sangre presuntamente real de Jon (más las visiones de nieve y fuego que tiene en los libros) parece apuntar a que no hemos visto aún el final del Lord Comandante de la Guardia de la Noche. La traición de todos sus hombres, además, se viene presagiando desde la temporada anterior; los esfuerzos de Jon por convencer a la Guardia y a los salvajes de que deberían pelear juntos ante la amenaza de los Caminantes Blancos no cuajan en ninguno de los dos grupos, y sólo cuando los salvajes ven en primera línea lo que quiere decir "se acerca el invierno", se dan cuenta de que Jon llevaba razón.
Pero los Hermanos no han asistido al despliegue de fuerza del Rey de la Noche en Casa Austera, así que siguen desconfiando del joven Nieve. Para ellos, continúa siendo un arrogante cambiacapas que confraternizó más de la cuenta con los salvajes, sus enemigos, así que no es raro que conspiren para matarlo. Ya vimos un motín que acabó con Jeor Mormont; ¿por qué iban a ser las cosas distintas con Jon? De todos modos, aunque podríamos estar horas discutiendo sobre los hechos en el Castillo Negro, "Mother's mercy" tiene muchos más momentos destacables. De hecho, como decían algunos críticos estadounidenses, muestra cómo la venganza, o el karma, alcanza a algunos personajes, de Stannis a Meryn Trant, asesinado por una Arya que podría haber protagonizado ahí su propia versión de "Kill Bill".
Hasta las consecuencias tienen consecuencias, como decían esos mismos críticos. Stannis y Melisandre pagan muy caro su sacrificio de Shireen, y Cersei acaba viendo como todos sus actos anteriores la alcanzan de la manera más cruel y humillante posible; con ese paseo de la expiación por Desembarco del Rey que, aunque parece romperla emocionalmente, también puede endurecerla y fortalecer sus intentos por acabar con el Gorrión Supremo, al que ella misma contribuyó a aupar al poder. Es una de las escenas más potentes de la temporada, en la que se ve que "Juego de tronos" rara vez erra el tiro cuando nos presenta un momento realmente trascendental para los personajes, o para la trama. Es también un momento que nos recuerda las raíces pseudomedievales del mundo creado por Martin, y que aunque estemos ante una serie de fantasía, nos enfrenta al hecho de que el mundo es cruel, violento, feo y perturbador.
La sexta temporada presentará una interesante experiencia. Tanto lectores de los libros como espectadpores de "Juego de tronos" están en igualdad de condiciones, ninguno sabe cómo se resuelven los cliffhangers que cierran "Mother's mercy". Sí, hay un par de tramas que David Benioff y D.B. Weiss aún no han utilizado, pero los capítulos que veremos la próxima primavera nos van a sorprender a todos por igual. ¿Conseguirán integrar mejor a Dorne después del envenenamiento de Myrcella? ¿Se encontrarán Sansa y Theon con Brienne? ¿Se puede hacer un spin-off de Varys, Tyrion y Missandei gobernando Meereen, a lo "Spin City"? ¿Y realmente se habrá pagado la luz de Jon Nieve?
P.D.: Ya que estábamos con títulos de canciones al principio, el de esta entrada es de un tema de Marvin Gaye que, por cierto, tiene algunos versos que parecen hechos para "Juego de tronos", aunque en realidad hable de ecología y naturaleza, como "las cosas ya no son lo que eran. ¿Adónde fueron los cielos azules?"
15 junio 2015
La verdad de Wayward Pines
ALERTA SPOILERS: ¿Habéis visto el quinto episodio de "Wayward Pines", con el muy mulderiano título de "The truth"? Seguid leyendo sólo si la respuesta es afirmativa.
Y justo en la mitad de su recorrido, "Wayward Pines" decidió desvelar el gran misterio alrededor del pueblo, una revelación que, desde luego, debe figurar entre las cosas más inesperadas de la temporada televisiva. Todas nuestras especulaciones de que aquello era algo como la Villa de "El prisionero" se van al garete, pero al mismo tiempo, resulta difícil no sacudirse de encima la sensación de que hay algo más ahí que no nos están contando (o que parte de esa "verdad" en realidad es otro elaborado engaño). Si nos fiamos de lo que el personaje de Hope Davis cuenta a los chavales, y de lo que ve el de Matt Dillon (y de lo que ha explicado Chad Hodges, showrunner de la miniserie), realmente la revelación es toda una bomba, algo que pilla al espectador completamente por sorpresa. Pero, como decimos, sigue habiendo cosas que no terminan de encajar.
El secretismo que domina el pueblo, por ejemplo, y la manera en la que se decide quiénes van a él es una de esas cosas, lo mismo que las diferentes puertas que Ethan ve cuando se esconde en el camión de reparto. ¿Quieren decir que hay más pueblos del mismo estilo que Wayward Pines? Y si no es así, ¿adónde llevan? ¿Y cómo se desplaza Pilcher a través del tiempo para reclutar a los habitantes del lugar? Desde luego, que de repente estemos ante una serie post-apocalíptica no es lo que parecía cuando FOX la estrenó, pero también hay que elogiar la voluntad de la miniserie por no jugar con la información y alargar innecesariamente la resolución del misterio. Ahora será interesante ver cómo aceptan los personajes esa información, si nos vamos a encontrar ante una heredera de "Los 100", o si vamos a seguir viendo una especie de "El prisionero".
"Wayward Pines" ha sido, en ese aspecto, bastante honesta con el espectador. Enseguida vemos que hay un muro rodeando el pueblo y que hay unas extrañas, y peligrosas, criaturas fuera de él. Sólo se les cuenta a los adolescentes la verdad porque los adultos no serían capaces de soportarla, ¿pero es así o hay otro motivo detrás de ello? A veces, parece que las amenazas de Pam (una divertida Melissa Leo) son un poco excesivas para lo que es realmente un arca de Noé. ¿Nos espera otro giro más adelante? ¿Y qué va a hacer Ethan? ¿Seguirá escarbando?
Puede no ser el estreno del verano, pero la miniserie está haciendo gala de una estupenda atmósfera, de unas buenas interpretaciones y, como decimos, de una voluntad por resolver preguntas y avanzar la trama que resulta refrescante, teniendo en cuenta cómo nos habían intentado colar hasta ahora otras series de este estilo (tipo "Persons unknown"). Cuando lleguemos al final comprobaremos si la trama estaba bien manejada o no, pero para un misterio estival, está resultando bastante mejor de lo esperado. Además, resulta curioso ver los otros directores que están encargándose de los capítulos después de M. Nigh Shyamalan, como James Foley o Zal Batmanglij. Ya no sólo se pasan a la tele los guionistas más o menos independientes, sino hasta los directores. Vincenzo Natali ha añadido "Orphan Black" a sus tareas directoras televisivas, que hasta ahora se restringían a "Hannibal".
Y justo en la mitad de su recorrido, "Wayward Pines" decidió desvelar el gran misterio alrededor del pueblo, una revelación que, desde luego, debe figurar entre las cosas más inesperadas de la temporada televisiva. Todas nuestras especulaciones de que aquello era algo como la Villa de "El prisionero" se van al garete, pero al mismo tiempo, resulta difícil no sacudirse de encima la sensación de que hay algo más ahí que no nos están contando (o que parte de esa "verdad" en realidad es otro elaborado engaño). Si nos fiamos de lo que el personaje de Hope Davis cuenta a los chavales, y de lo que ve el de Matt Dillon (y de lo que ha explicado Chad Hodges, showrunner de la miniserie), realmente la revelación es toda una bomba, algo que pilla al espectador completamente por sorpresa. Pero, como decimos, sigue habiendo cosas que no terminan de encajar.
El secretismo que domina el pueblo, por ejemplo, y la manera en la que se decide quiénes van a él es una de esas cosas, lo mismo que las diferentes puertas que Ethan ve cuando se esconde en el camión de reparto. ¿Quieren decir que hay más pueblos del mismo estilo que Wayward Pines? Y si no es así, ¿adónde llevan? ¿Y cómo se desplaza Pilcher a través del tiempo para reclutar a los habitantes del lugar? Desde luego, que de repente estemos ante una serie post-apocalíptica no es lo que parecía cuando FOX la estrenó, pero también hay que elogiar la voluntad de la miniserie por no jugar con la información y alargar innecesariamente la resolución del misterio. Ahora será interesante ver cómo aceptan los personajes esa información, si nos vamos a encontrar ante una heredera de "Los 100", o si vamos a seguir viendo una especie de "El prisionero".
"Wayward Pines" ha sido, en ese aspecto, bastante honesta con el espectador. Enseguida vemos que hay un muro rodeando el pueblo y que hay unas extrañas, y peligrosas, criaturas fuera de él. Sólo se les cuenta a los adolescentes la verdad porque los adultos no serían capaces de soportarla, ¿pero es así o hay otro motivo detrás de ello? A veces, parece que las amenazas de Pam (una divertida Melissa Leo) son un poco excesivas para lo que es realmente un arca de Noé. ¿Nos espera otro giro más adelante? ¿Y qué va a hacer Ethan? ¿Seguirá escarbando?
Puede no ser el estreno del verano, pero la miniserie está haciendo gala de una estupenda atmósfera, de unas buenas interpretaciones y, como decimos, de una voluntad por resolver preguntas y avanzar la trama que resulta refrescante, teniendo en cuenta cómo nos habían intentado colar hasta ahora otras series de este estilo (tipo "Persons unknown"). Cuando lleguemos al final comprobaremos si la trama estaba bien manejada o no, pero para un misterio estival, está resultando bastante mejor de lo esperado. Además, resulta curioso ver los otros directores que están encargándose de los capítulos después de M. Nigh Shyamalan, como James Foley o Zal Batmanglij. Ya no sólo se pasan a la tele los guionistas más o menos independientes, sino hasta los directores. Vincenzo Natali ha añadido "Orphan Black" a sus tareas directoras televisivas, que hasta ahora se restringían a "Hannibal".
14 junio 2015
Las miserias de Litchfield
ALERTA SPOILERS: Con esto del maratón de episodios, hay que avisar de por dónde vamos con "Orange is the new black" para no ir desvelando cosas de más. Dicho esto, aquí sólo vamos a hablar de los dos primeros episodios de la segunda temporada. Y de si es mejor dejar que un wookie se salga con la suya que una yonki.
La segunda temporada de "Orange is the new black" tomó un curso un poco más oscuro de lo que estábamos acostumbrados a ver en esa serie. Las manipulaciones de Vee, y cómo envenenaban las relaciones entre las presas de Litchfield, llevó a algunas de ellas a puntos bastante bajos, especialmente a Crazy Eyes y a Poussey, y ver las grietas en la amistad de esta última con Taystee no fue especialmente divertido. Sin embargo, lo que esos capítulos hicieron también fue ampliar el mundo de la serie; ya no teníamos que depender tanto de Piper para seguir las historias dentro de esa cárcel, y podíamos ir conociendo mejor a algunas de las otra sreclusas, como la propia Taystee, Morello o Miss Rosa, que dejó algunos de los momentos más memorables de la temporada, como el atropello final a Vee.
La tercera temporada recupera un tono más ligero, pero continúa repartiendo juego entre casi todos los personajes de la serie. Piper ya no es la gran protagonista, sino que es una más del reparto. De ella ya conocemos prácticamente todo lo que hay que conocer de su vida pasada, y es el momento de dar esa oportunidad a las demás. De todos modos, no es que Jenji Kohan y compañía vayan a arrumbarla, al contrario. Sus contradicciones y su narcisismo (que le lleva a delatar a Alex y forzar que vuelva a prisión con ella) siguen dando mucho material, y Taylor Schilling se maneja tan bien en los momentos de humor, que no la desaprovechan. Su relación con Alex es lo suficientemente compleja como para que no se agote en una temporada (aunque hay quien no piensa así), y que no se lleve toda la atención de la serie ayuda a ello.
Sin embargo, en el segundo capítulo se introduce un giro que puede cambiarlo todo; a Caputo, que intenta como puede ser el nuevo gestor de la prisión, le informan que Litchfield va a cerrar antes de final de mes, y que tiene que empezar a pensar en organizar el traslado de las reclusas a otros centros y en preparar las cartas de despido para buena parte de su staff. El comentario sobre el funcionamiento del sistema penitenciario estadounidense (el "complejo industrial", lo llaman) siempre ha estado al fondo de "Orange is the new black", con las menciones a las dificultades presupuestarias de Litchfield y al trato deshumanizado que se da a los prisioneros, pero parece que el tema va a adquirir mayor importancia en esta tercera temporada.
Lógicamente, esa noticia hace que las historias que hemos estado viendo en el arranque de los nuevos capítulos, como Bennett y Díaz intentando decidir qué hacer con su bebé o Nicky buscando la manera de sacar de la cárcel la heroína que dejó atrás Vee, parezcan de repente casi intrascendentes, pero aún no sabemos cómo se va a desarrollar todo. De momento, es cierto que "Orange is the new black" ha apostado más por la comedia, y empezar en el Día de la Madre ha sido una buena manera de reconectar con todos los personajes. Las referencias pop siguen siendo de lo más divertido, y aunque el resto de personajes son igualmente interesantes (yo cada vez soy más fan de Gloria), Piper continúa siendo un protagonista muy interesante y que se resiste a ser descrito de una sola manera. El viaje apunta muy buenas maneras.
Música de la semana: Cuando termine "Sense8" hablaremos de ella, pero de momento podemos quedarnos con una de las canciones que suena en una de las escenas que une a todos sus protagonistas; "Demons", de Fatboy Slim y Macy Gray.
La segunda temporada de "Orange is the new black" tomó un curso un poco más oscuro de lo que estábamos acostumbrados a ver en esa serie. Las manipulaciones de Vee, y cómo envenenaban las relaciones entre las presas de Litchfield, llevó a algunas de ellas a puntos bastante bajos, especialmente a Crazy Eyes y a Poussey, y ver las grietas en la amistad de esta última con Taystee no fue especialmente divertido. Sin embargo, lo que esos capítulos hicieron también fue ampliar el mundo de la serie; ya no teníamos que depender tanto de Piper para seguir las historias dentro de esa cárcel, y podíamos ir conociendo mejor a algunas de las otra sreclusas, como la propia Taystee, Morello o Miss Rosa, que dejó algunos de los momentos más memorables de la temporada, como el atropello final a Vee.
La tercera temporada recupera un tono más ligero, pero continúa repartiendo juego entre casi todos los personajes de la serie. Piper ya no es la gran protagonista, sino que es una más del reparto. De ella ya conocemos prácticamente todo lo que hay que conocer de su vida pasada, y es el momento de dar esa oportunidad a las demás. De todos modos, no es que Jenji Kohan y compañía vayan a arrumbarla, al contrario. Sus contradicciones y su narcisismo (que le lleva a delatar a Alex y forzar que vuelva a prisión con ella) siguen dando mucho material, y Taylor Schilling se maneja tan bien en los momentos de humor, que no la desaprovechan. Su relación con Alex es lo suficientemente compleja como para que no se agote en una temporada (aunque hay quien no piensa así), y que no se lleve toda la atención de la serie ayuda a ello.
Sin embargo, en el segundo capítulo se introduce un giro que puede cambiarlo todo; a Caputo, que intenta como puede ser el nuevo gestor de la prisión, le informan que Litchfield va a cerrar antes de final de mes, y que tiene que empezar a pensar en organizar el traslado de las reclusas a otros centros y en preparar las cartas de despido para buena parte de su staff. El comentario sobre el funcionamiento del sistema penitenciario estadounidense (el "complejo industrial", lo llaman) siempre ha estado al fondo de "Orange is the new black", con las menciones a las dificultades presupuestarias de Litchfield y al trato deshumanizado que se da a los prisioneros, pero parece que el tema va a adquirir mayor importancia en esta tercera temporada.
Lógicamente, esa noticia hace que las historias que hemos estado viendo en el arranque de los nuevos capítulos, como Bennett y Díaz intentando decidir qué hacer con su bebé o Nicky buscando la manera de sacar de la cárcel la heroína que dejó atrás Vee, parezcan de repente casi intrascendentes, pero aún no sabemos cómo se va a desarrollar todo. De momento, es cierto que "Orange is the new black" ha apostado más por la comedia, y empezar en el Día de la Madre ha sido una buena manera de reconectar con todos los personajes. Las referencias pop siguen siendo de lo más divertido, y aunque el resto de personajes son igualmente interesantes (yo cada vez soy más fan de Gloria), Piper continúa siendo un protagonista muy interesante y que se resiste a ser descrito de una sola manera. El viaje apunta muy buenas maneras.
Música de la semana: Cuando termine "Sense8" hablaremos de ella, pero de momento podemos quedarnos con una de las canciones que suena en una de las escenas que une a todos sus protagonistas; "Demons", de Fatboy Slim y Macy Gray.
12 junio 2015
Mi novia es una zombie
ALERTA SPOILERS: ¿Habéis visto el momento "Taxi Driver" de Major en el final de la primera temporada de "iZombie"? Si no es así, no sigáis más allá de este punto.
Nadie esperaba gran cosa de "iZombie" cuando se estrenó en The CW. Aterrizaba en marzo, que es una fecha bastante tardía en la midseason, y su premisa de zombie que come cerebros y ayuda a resolver los asesinatos de los dueños de dichos cerebros no invitaba al optimismo. Sin embargo, Rob Thomas y Diane Ruggiero-Wright, sus dos máximos responsables, han conseguido imprimirle parte de de ese humor y de la ironía que presidía "Veronica Mars", y aunque no ha sido la serie más trepidante de la temporada, sí que ha resultado ser muy entretenida y ha trazado unas relaciones entre sus protagonistas que merece la pena seguir.
De hecho, gran parte del final de su primera temporada estaba construido sobre la relación entre Liv y su ex prometido, Major, que se ha pasado toda la entrega investigando la posible existencia de zombies en Seattle. Ésa ha sido la unión entre él, Liv y la trama para toda la temporada, que era la operación de Blaine para hacerse rico vendiendo cerebros a los no-muertos de la ciudad. Blaine es uno de esos villanos divertidos y carismáticos en los que está especializado David Anders; representaba para Liv el lado más peligroso y "real" de ser un zombie. El de tener que buscar constantemente aliados (o subalternos) que puedan protegerlo si se descubre quien es, el de la soledad exterma porque nadie puede conocer tu existencia.
El arco de Major ha estado bien al final porque obligaba a Liv a tomar decisiones morales (como la que toma con su hermano en el hospital), a ser de verdad responsable con su condición y respetar lo que otras personas puedan querer. Ella no tiene derecho a revivir a nadie convirtiéndolo en un zombie, y las repercusiones de esos actos pueden darnos una segunda temporada mucho más interesante al nivel emocional. Ha sido divertido seguir a Liv trabajando para la policía, y buscando con Ravi una posible cura, pero es en las ramificaciones de su condición de zombie donde está el verdadero meollo de la serie, y donde su protagonista puede crecer todavía más. La amenaza de esa nueva actividad clandestina de Max Rager, convertida en la gran villana, promete cosas realmente entretenidas para la segunda temporada.
Porque, al final, si en algo ha destacado "iZombie" es en su capacidad de entretenimiendo. El dúo Rose McIver-Rahul Kohli ha cuajado en uno de los más divertidos de seguir semana a semana, y esa capacidad de no tomarse a sí misma demasiado en serio ha sido una bendición en medio de títulos de zombies sólo preocupados del factor gore y la angustia existencial. Liv puede tener que cargar con un enorme secreto, pero eso no le impide hacer bromas y querer pasar un buen rato, y hasta cuando la vemos debatirse entre las consecuencias que puede tener desvelar su condición de no-muerta, o salvar a su hermano, por ejemplo, nunca transmite la sensación de que preferir estar muerta. Tiene que tomar decisiones difíciles, pero también es práctica. Ya que es una zombie, va a intentar aprovechar esa situación lo mejor que pueda.
10 junio 2015
Momentos de una temporada
Ayer, cuando hablábamos del especial de Variety previo a las nominaciones de los Emmy, comentábamos que era bastante completo, y que no se quedaba sólo en entrevistas con los actores nominables o en reportajes sobre las tendencias televisivas del año. Incluye también una recopilación de 34 momentos inolvidables de la temporada, algo que ya hemos hecho en este blog en otras ocasiones y que siempre resulta divertido. Así que vamos a repetirlo; sin orden particular, estos son 13 momentos destacables que nos han dejado las series en esta temporada 2014/15.
- El asalto a la embajada estadounidense en "Homeland".
- "Carolator" liberando a sus compañeros de Terminus en "The Walking Dead".
- Pinot Noir. Cualquiera que haya visto "Unbreakable Kimmy Schmidt" sabe a lo que nos referimos.
- Cierta charla en la cocina de los Jennings casi al final de la temporada de "The Americans".
- La noche de bodas de "Outlander".
- La encerrona a Poussey en el baño de la prisión de "Orange is the new black".
- "Trans got talent" en "Transparent".
- La última pelea entre Kuvira y Korra en "The legend of Korra".
- La pelea en el pasillo de "Daredevil".
- El "tratamiento" de Vanessa en el manicomio en "Penny Dreadful".
- La entrada triunfal de Peggy en McCann en "Mad Men".
- La última rueda de prensa de Alicia en "The good wife".
- Clara, debajo de la cama de un niño muy especial, en "Doctor Who".
09 junio 2015
A por el Emmy
Las nominaciones a los Emmy no se anuncian hasta el 16 de julio, así que este mes previo va a estar lleno de entrevistas en late nights y talk shows, de mesas redondas de posibles candidatos, de predicciones en los medios especializados en las temporadas de premios, de recopilatorios de lo mejor de la pasada temporada televisiva... Alguna que otra vez hemos comentado que es más divertido discutir y analizar premios antes de que se conozcan las nominaciones, que intentar predecir quiénes serán los ganadores una vez que esa lista se ha hecho pública. Con los Emmy, además, y su reticencia a revolucionar de verdad sus nominaciones, es todavía más interesante hacerlo en este mes previo, cuando aún creemos que "The Americans" o Emmy Rossum tienen opciones de acabar incluidos entre los candidatos finales.
En ese aspecto, es interesante el especial que Variety ha hecho destacando a series y actores que, teóricamente, tienen posibilidades de ser nominados, intentando también adelantarse a algunas de las tendencias que pueden marcar los galardones. Con el final de títulos como "Breaking Bad" (que ya no compite) y "Mad Men", se empieza a especular con posibles nuevos candidatos que ocupen sus lugares, y que pueden venir de otras series recién finalizadas, como "Justified". Ése es el único drama de FX (si no hablamos del apartado de miniseries) que ha figurado en los últimos años en los Emmy, aunque no haya sido tan prominentemente como habría merecido, así que los analistas lo siguen incluyendo entre los nominables. Del mismo modo, nadie descarta una última aparición de "Parks and recreation", aunque sólo sea su nominada habitual, Amy Poehler.
La web se pregunta, por ejemplo, si no va siendo hora de renovar de verdad las categorías de comedia y, en concreto, la de actriz principal. Por mucho que Julia Louis-Dreyfus esté muy bien posicionada para seguir ganando Emmys por "Veep", en el resto de nominadas hay espacio, y nombres, para incluir sangre nueva, desde la ganadora del Globo de Oro en la categoría, Gina Rodríguez, a las protagonistas y co-creadoras de "Broad City" e "Inside Amy Schumer", Ilana Glazer, Abbi Jacobson y Amy Schumer. Son tres de los nombres más de moda en la comedia estadounidense actual, representantes de las nuevas tendencias en el género, y hasta si se quisiera seguir apostando por lo más tradicional, están ahí Constance Wu ("Fresh off the boat") y Tracee Ellis Ross ("Black-ish"). Sus dos series podrían, perfectamente, colarse entre los seis o siete candidatos a mejor comedia, y así dejamos de ver ahí a la perenne "The Big Bang Theory" y pueden presentar batalla real a "Modern family".
Con "Orange is the new black" desterrada a las categorías de drama, los caballos del streaming en esa carrera serán tanto "Transparent" (gran favorita de los críticos) como "Unbreakable Kimmy Schmidt" y "Grace & Frankie". También sobre el papel, Netflix y Amazon deberían hacer mucho ruido en estos próximos Emmy, pero nunca se sabe por dónde le dará el aire a la academia. Cuando "House of cards" empezó a ser nominada, todo el mundo pensaba que, al menos, Kevin Spacey podría ganar el galardón a mejor actor de drama, y aún está esperándolo. Hay tantas nuevas ofertas, tantas series que podrían perfectamente entrar en el sexteto final de nominados (tipo "Manhattan")... ¿Será "The Knick" demasiado moderna y demasiado sangrienta para los Emmy? ¿Condenará a Eva Green que "Penny Dreadful", su serie, sea de terror? Sólo HBO puede hacer que los premios tomen en serio productos de género, o basados en cómics. Y ya veremos si a "Juego de tronos" no se le ha pasado ya la época de ganar.
08 junio 2015
Root, Shaw y el mal samaritano
Es curioso lo que puede cambiar una serie simplemente con introducir un personaje nuevo. Los guionistas suelen decir que nó sólo están incluyendo un personaje nuevo, sino que están añadiendo seis o siete nuevas relaciones, lo que puede contribuir a darle un nuevo ritmo a la serie, a refrescar dinámicas y a arrojar una nueva luz sobre los protagonistas que ya conocíamos desde el principio.
A "Person of interest" le pasó algo así al final de la segunda temporada. Después de introducir a la potencial villana, Root, una hacker que quiere liberar a la Máquina que todo lo ve construida por Finch, la serie nos presentó a Shaw, una versión en femenino de Reese y todavía más fría y eficaz. Inicialmente era otro número al que Finch y Reese tenían que salvar, y acaba formando parte, por derecho propio, del equipo de la Máquina justo en el momento en el que más necesitan su ayuda. La tercera temporada representa un notable salto adelante de la serie no sólo por su profundización en la trama serializada, sino por el protagonismo que les da a esas dos mujeres, que ya sabéis que tienen su propio, y ruidoso, grupo de shippers.
La sociedad de la hipervigilancia del estado y la autoconsciencia de la Máquina de su propia existencia son los dos pilares en los que se ha basado "Person of interest" desde el principio, y en esa temporada empieza a tratar también a sus protagonistas como individuos enfrentados a una vasta conspiración secreta dentro del gobierno, orquestada por personajes que actúan en las sombras con total impunidad, y cuya jefatura es difusa e implacable. En un evento del Paley Fest, Jonathan Nolan, co-creador de la serie, afirmó que "Expediente X" había sido para él una gran influencia, y se nota en el modo en el que presenta los capítulos más serializados y los que, en teoría, son autoconclusivos. Todas las historias acaban teniendo una relación con la lucha entre la Máquina y su rival, esa Samaritan que, desde luego, no hace bueno su nombre. Acorralar a sus tus personajes cada vez más da para crear sus buenos momentos de tensión y drama.
Lo destacable de la tercera temporada de "Person of interest", aparte de ese giro más oscuro conforme vamos conociendo mejor qué es Samaritan, es precisamente la renovada dinámica entre el equipo de la Máquina. La privilegiada relación de Root con ella hace que la que parecía la "mala" inicialmente acabe siendo una importante aliada para Finch y compañía, sobre todo porque ofrece nuevas variantes en la lucha contra esa conspiración, pero la que acaba siendo la revelación de la temporada es Shaw. El humor que imprime a sus comentarios sobre las misiones, su hambre continua en todas partes y esa particular relación con Root la terminaron convirtiendo en uno de los personajes favoritos de los fans. Además, y espoleados por un traumático evento a mitad de la temporada, todos los personajes nos dejan ver los fantasmas de su pasado que todavía les acechan. Nos permite conocerlos mejor, y preocuparnos aún más cuando la amenaza de Samaritan empieza a hacerse realidad.
Música de la semana: Con retraso con respecto a su fecha de estreno, este fin de semana vi finalmente "La gran familia española", película de Daniel Sánchez Arévalo que no termina de cuajar del todo. Se llevó dos Goya en 2014, uno de ellos para "Do you really want to be in love", de Josh Rouse.
A "Person of interest" le pasó algo así al final de la segunda temporada. Después de introducir a la potencial villana, Root, una hacker que quiere liberar a la Máquina que todo lo ve construida por Finch, la serie nos presentó a Shaw, una versión en femenino de Reese y todavía más fría y eficaz. Inicialmente era otro número al que Finch y Reese tenían que salvar, y acaba formando parte, por derecho propio, del equipo de la Máquina justo en el momento en el que más necesitan su ayuda. La tercera temporada representa un notable salto adelante de la serie no sólo por su profundización en la trama serializada, sino por el protagonismo que les da a esas dos mujeres, que ya sabéis que tienen su propio, y ruidoso, grupo de shippers.
La sociedad de la hipervigilancia del estado y la autoconsciencia de la Máquina de su propia existencia son los dos pilares en los que se ha basado "Person of interest" desde el principio, y en esa temporada empieza a tratar también a sus protagonistas como individuos enfrentados a una vasta conspiración secreta dentro del gobierno, orquestada por personajes que actúan en las sombras con total impunidad, y cuya jefatura es difusa e implacable. En un evento del Paley Fest, Jonathan Nolan, co-creador de la serie, afirmó que "Expediente X" había sido para él una gran influencia, y se nota en el modo en el que presenta los capítulos más serializados y los que, en teoría, son autoconclusivos. Todas las historias acaban teniendo una relación con la lucha entre la Máquina y su rival, esa Samaritan que, desde luego, no hace bueno su nombre. Acorralar a sus tus personajes cada vez más da para crear sus buenos momentos de tensión y drama.
Lo destacable de la tercera temporada de "Person of interest", aparte de ese giro más oscuro conforme vamos conociendo mejor qué es Samaritan, es precisamente la renovada dinámica entre el equipo de la Máquina. La privilegiada relación de Root con ella hace que la que parecía la "mala" inicialmente acabe siendo una importante aliada para Finch y compañía, sobre todo porque ofrece nuevas variantes en la lucha contra esa conspiración, pero la que acaba siendo la revelación de la temporada es Shaw. El humor que imprime a sus comentarios sobre las misiones, su hambre continua en todas partes y esa particular relación con Root la terminaron convirtiendo en uno de los personajes favoritos de los fans. Además, y espoleados por un traumático evento a mitad de la temporada, todos los personajes nos dejan ver los fantasmas de su pasado que todavía les acechan. Nos permite conocerlos mejor, y preocuparnos aún más cuando la amenaza de Samaritan empieza a hacerse realidad.
Música de la semana: Con retraso con respecto a su fecha de estreno, este fin de semana vi finalmente "La gran familia española", película de Daniel Sánchez Arévalo que no termina de cuajar del todo. Se llevó dos Goya en 2014, uno de ellos para "Do you really want to be in love", de Josh Rouse.
05 junio 2015
Brujas, mafiosos y otros villanos de la temporada
En gran parte de las series, tiene que haber un buen villano para dar la verdadera medida de los protagonistas. El héroe sólo lo es si el malo lo es de verdad. Sin Darth Vader, no tendríamos a Luke Skywalker (y no me digo literalmente), y en esta aseveración estaba basada en su totalidad "El protegido", por ejemplo: en que el personaje de Samuel L. Jackson se pasaba la vida buscando al de Bruce Willis porque era el único que podía darle un sentido. Un archivillano necesita un superhéroe, y viceversa. En ese aspecto, las series de esta temporada han tenido varios malvados bastante memorables, y que presentaban para los protagonistas un reto lo suficientemente complicado para que fuera interesante.
El estreno de "Daredevil", por ejemplo, dejó la historia en paralelo no sólo de cómo Matt Murdock se convierte en el Hombre sin Miedo, sino de cómo Wilson Fisk, el villano de esa primera temporada, acaba convertido en Kingpin, el nombre por el que se le conoce más en los cómics. Fisk es un mafioso con buenas intenciones, pero que utiliza métodos poco recomendables para conseguirlas. Pretende reconstruir y mejorar Hell's Kitchen sobornando a la policía y controlando el crimen organizado en el barrio, pero siempre que afirma que lo hace por el bien de su ciudad, le creemos. Ésa es una de las claves de un buen villano, que crea que lo que está haciendo es lo correcto, lo que hay que hacer para conseguir un mundo mejor. La megalomanía por la pura megalomanía acaba gastándose muy rápido.
Fisk tenía todas las papeletas para llevarse el trofeo no oficial de malo malísimo de la temporada televisiva hasta que "Outlander" desató todo el poder de Black Jack Randall. El final de sus 16 capítulos inaugurales es todo un tratado en el sadismo y la crueldad con los que Randall se aplica para torturar físicamente, y romper psicológicamente, a uno de los protagonistas, y es también el culmen de todo lo que nos han contado de él, y lo que le hemos visto hacer. La amenaza del ejército inglés es demasiado difusa para que afecte muy directamente a Claire, pero tener a Randall siempre detrás de ella y, sobre todo, siempre persiguiendo a Jaime es la clave para su estatura como heroína se afiance, y para que sus aventuras tengan mayor resonancia en los espectadores.
Y como parece que vamos por orden cronológico, cuando todo el pescado parecía estar vendido entre Fisk y Randall, aparece la segunda temporada de "Penny Dreadful" y destapa a una villana que había estado acechando durante sus primeros capítulos: Evelyn Poole, alias Madam Kali. La guerra por el alma de Vanessa Ives se recrudece porque Poole presenta una amenaza mucho más directa. La serie nos da la oportunidad de conocerla más a fondo y de ver sus métodos, y eso hace que nos preocupemos más por el destino de una Vanessa que arranca la temporada bastante más vulnerable que antes. Estar al servicio del mismísimo Lucifer te da puntos sobre otros villanos televisivos de este año, pero no es lo único que hace que Poole haya sido un buen añadido a estos nuevos episodios de "Penny Dreadful", que están siendo el show de Eva Green y Helen McCrory.
03 junio 2015
Detrás de la telerrealidad
La temporada veraniega en televisión acaba de comenzar, y ya hay candidata a terminar siendo la revelación del estío: "UnReal", un serie de Lifetime sobre los entresijos de la grabación de un reality show tipo "The Bachelor". Bueno, en realidad es una sátira muy poco disimulada sobre ese dating show, es decir, un programa en el que varios participantes compiten para ser los elegidos por el protagonista de la edición, un tipo rico (o una mujer rica en "The Bachelorette") que busca pareja. "The Bachelor" es uno de los mayores y más influyentes éxitos de la telerrealidad estadounidense, junto con "Survivor", "The Amazing Race" y "Project Runway", y también uno de los formatos que se presta a más críticas por su tratamiento de las chicas que se presentan como poco más que cromos intercambiables.
Una de las creadoras de "UnReal", Sarah Gertrude Shapiro, conoce bien el percal porque fue productora en "The Bachelor" (la otra creadora es Marti Noxon, otra alumna de la Escuela Whedon de Guionistas), así que sabe cómo darle una pátina de plausibilidad a la ficción de "Everlasting", el reality de la serie, al que regresa una de sus productoras estrella, Rachel, después de montar un buen escándalo en la grabación del capítulo final de una temporada anterior. Rachel no quiere volver, pero es muy buena en su trabajo, así que no le queda más remedio que estar otra vez a las órdenes de Quinn, la realizadora y jefa suprema de la grabación del programa. En el piloto queda muy clara la dinámica entre ambas mujeres y, sobre todo, cuál es la tarea de un productor en un programa como "Everlasting"; se encargan de hacer parte del casting, de llevarlas hasta el plató y, una vez allí, de que le den chicha a Quinn para que pueda montar cada episodio.
Así, a todas las participantes se las encuadra en determinados arquetipos con los que el programa va a jugar (la MILF desesperada, la buscona, la villana, la mosquita muerta...), y los productores van "escribiendo" los episodios sobre la marcha, empujando levemente a las concursantes a que hagan o digan determinadas cosas. No descubre nada que no sepamos sobre el funcionamiento de un reality (quien crea de verdad que son "la realidad", debería hacérselo mirar), pero sí puede sorprendernos el nivel de manipulación e intervención en la trama que muestra "UnReal". De todos modos, no es por eso por lo que puede destacar entre el resto de la oferta de ficción veraniega.
De momento, lo más prometedor de su primer episodio es la relación entre Rachel y Quinn, a las que interpretan una Shiri Appleby muy en su papel y una entregada Constance Zimmer. La primera aprovecha esa imagen de chica normal y adorable (como la que daba en "Life unexpected") para darle de vez en cuando un toque bastante oscuro a Rachel, mientras la segunda inyecta un entusiasmo cínico a la manera en la que Quinn dirige un enorme circo como el de "Everlasting". Por supuesto, hay también tramas culebroneras que pueden ser muy entretenidas, pero es justo ese lado de pocos escrúpulos lo que puede darle su toque diferencial.
Una de las creadoras de "UnReal", Sarah Gertrude Shapiro, conoce bien el percal porque fue productora en "The Bachelor" (la otra creadora es Marti Noxon, otra alumna de la Escuela Whedon de Guionistas), así que sabe cómo darle una pátina de plausibilidad a la ficción de "Everlasting", el reality de la serie, al que regresa una de sus productoras estrella, Rachel, después de montar un buen escándalo en la grabación del capítulo final de una temporada anterior. Rachel no quiere volver, pero es muy buena en su trabajo, así que no le queda más remedio que estar otra vez a las órdenes de Quinn, la realizadora y jefa suprema de la grabación del programa. En el piloto queda muy clara la dinámica entre ambas mujeres y, sobre todo, cuál es la tarea de un productor en un programa como "Everlasting"; se encargan de hacer parte del casting, de llevarlas hasta el plató y, una vez allí, de que le den chicha a Quinn para que pueda montar cada episodio.
Así, a todas las participantes se las encuadra en determinados arquetipos con los que el programa va a jugar (la MILF desesperada, la buscona, la villana, la mosquita muerta...), y los productores van "escribiendo" los episodios sobre la marcha, empujando levemente a las concursantes a que hagan o digan determinadas cosas. No descubre nada que no sepamos sobre el funcionamiento de un reality (quien crea de verdad que son "la realidad", debería hacérselo mirar), pero sí puede sorprendernos el nivel de manipulación e intervención en la trama que muestra "UnReal". De todos modos, no es por eso por lo que puede destacar entre el resto de la oferta de ficción veraniega.
De momento, lo más prometedor de su primer episodio es la relación entre Rachel y Quinn, a las que interpretan una Shiri Appleby muy en su papel y una entregada Constance Zimmer. La primera aprovecha esa imagen de chica normal y adorable (como la que daba en "Life unexpected") para darle de vez en cuando un toque bastante oscuro a Rachel, mientras la segunda inyecta un entusiasmo cínico a la manera en la que Quinn dirige un enorme circo como el de "Everlasting". Por supuesto, hay también tramas culebroneras que pueden ser muy entretenidas, pero es justo ese lado de pocos escrúpulos lo que puede darle su toque diferencial.
02 junio 2015
El reverso tenebroso de "Outlander"
ALERTA SPOILERS: Si no habéis visto esa larga noche de Jaime Fraser a merced de su peor enemigo en el final de la primera temporada de "Outlander", no sigáis leyendo.
Cuando arrancó la segunda mitad de la primera temporada de "Outlander", los lectores de los libros avisaban de que la historia iba a volverse más oscura y que nuestros protagonistas iban a verse en situaciones de verdadero peligro. Aquellos primeros ocho episodios ya terminaban con Claire en las garras de un Black Jack Randall que estaba haciendo buena su reputación de malvado sádico, violador y torturador, y la sombra de aquel primer cliffhanger se cierne sobre el resto de capítulos del tramo primaveral de la serie. Randall es el gran malo de "Outlander", un malo del que, aunque se intentó ofrecer algunos matices, sabemos que no hay redención ni posibilidad de comprensión de las razones detrás de su comportamiento. Su explícita tortura física y psicológica de Jaime ha sido, de hecho, un "salto del tiburón" para algunos espectadores, que creen que la serie se ha entregado al reverso tenebroso de la violencia sexual grauita, incluso aunque la víctima de esa violencia no sea, como es habitual, una mujer.
Lo cierto es que, incluso buscando justificación a esa secuencia, es realmente un momento que rompe un poco el tono de lo que hemos visto hasta ahora en la serie. Las Highlands del siglo XVIII son brutales, peligrosas y están habitadas por hombres con pocos escrúpulos que se creen con derecho a tomar lo que les apetezca, pero si el espejo de Randall es Ramsay Bolton, a fe que ha conseguido imitarlo y superarlo. Por otro lado, las guerras en aquellas épocas se libraban así, y las violaciones, por desgracia, son el método más común, incluso hoy en día, para romper la resistencia de los rivales mediante el abuso y la destrucción de los más débiles. Randall consigue lo que lleva la temporada persiguiendo; entregarse a su malsana obsesión con Jaime y destrozar a uno de sus mayores enemigos, el highlander que escapó de su tortura la primera vez. Con todas las reticencias que le podemos poner a esas escenas en la prisión de Wentworth (que la serie muestra como el acto terrible que son), culminan ese giro hacia una mayor presencia del punto de vista de Jaime que vimos al inicio de este segundo tramo de la temporada.
Claire sigue siendo la gran protagonista de "Outlander", pero el final de esa primera entrega equilibra mucho más los roles de ambos personajes. Están en igualdad de condiciones hasta en sus conocimientos sobre la verdadera identidad de Claire; de hecho, ella ya ha confesado dos veces su condición de viajera temporal, una a Jamie y otra al abad de ese monasterio que, casualidades de la vida, estaba interpretado por el mismo actor que daba vida al brujo de Qarth en la segunda temporada de "Juego de tronos". Ambas confesiones, más la revelación de que Geillis es otra desplazada que, en su caso, proviene de 1968, nos recuerdan de vez en cuando que hay una mitología al fondo de la serie que va más allá de la revuelta jacobita para rerstaurar a los Estuardo como reyes de Escocia. Lo que no sabemos es si "Outlander" se acordará de vez en cuando de ella o no.
Paseos por el lado salvaje aparte, la serie ha cerrado una primera temporada que confirma que es mejor de lo que nadie esperaba, desarrollando en mayor profundidad a Jaime para ponerlo más a la altura de Claire ahora que empiezan una nueva etapa juntos, exiliados en Francia y con un bebé en camino. Ella ha continuado en su caracterización de héroe de la historia, planeando la fuga de Jaime de la prisión o lanzándose a una partida de búsqueda cuando no sabían qué había sido de él. También la hermana de Jaime ha sido un gran añadido a la serie, y Murtagh se ha beneficiado de ese mayor énfasis en el mozo Fraser, convirtiéndose en algo más que sólo el Chewbacca de la pareja. La oscuridad de Randall siempre va a tener un pie en lo gratuito, en la búsqueda del shock sólo por conseguirlo, y es labor de Ron Moore y compañía controlar esa tendencia y darle un sentido dentro de la trama. Eso no empaña que, en general, Starz puede estar bastante contenta con "Outlander".
Cuando arrancó la segunda mitad de la primera temporada de "Outlander", los lectores de los libros avisaban de que la historia iba a volverse más oscura y que nuestros protagonistas iban a verse en situaciones de verdadero peligro. Aquellos primeros ocho episodios ya terminaban con Claire en las garras de un Black Jack Randall que estaba haciendo buena su reputación de malvado sádico, violador y torturador, y la sombra de aquel primer cliffhanger se cierne sobre el resto de capítulos del tramo primaveral de la serie. Randall es el gran malo de "Outlander", un malo del que, aunque se intentó ofrecer algunos matices, sabemos que no hay redención ni posibilidad de comprensión de las razones detrás de su comportamiento. Su explícita tortura física y psicológica de Jaime ha sido, de hecho, un "salto del tiburón" para algunos espectadores, que creen que la serie se ha entregado al reverso tenebroso de la violencia sexual grauita, incluso aunque la víctima de esa violencia no sea, como es habitual, una mujer.
Lo cierto es que, incluso buscando justificación a esa secuencia, es realmente un momento que rompe un poco el tono de lo que hemos visto hasta ahora en la serie. Las Highlands del siglo XVIII son brutales, peligrosas y están habitadas por hombres con pocos escrúpulos que se creen con derecho a tomar lo que les apetezca, pero si el espejo de Randall es Ramsay Bolton, a fe que ha conseguido imitarlo y superarlo. Por otro lado, las guerras en aquellas épocas se libraban así, y las violaciones, por desgracia, son el método más común, incluso hoy en día, para romper la resistencia de los rivales mediante el abuso y la destrucción de los más débiles. Randall consigue lo que lleva la temporada persiguiendo; entregarse a su malsana obsesión con Jaime y destrozar a uno de sus mayores enemigos, el highlander que escapó de su tortura la primera vez. Con todas las reticencias que le podemos poner a esas escenas en la prisión de Wentworth (que la serie muestra como el acto terrible que son), culminan ese giro hacia una mayor presencia del punto de vista de Jaime que vimos al inicio de este segundo tramo de la temporada.
Claire sigue siendo la gran protagonista de "Outlander", pero el final de esa primera entrega equilibra mucho más los roles de ambos personajes. Están en igualdad de condiciones hasta en sus conocimientos sobre la verdadera identidad de Claire; de hecho, ella ya ha confesado dos veces su condición de viajera temporal, una a Jamie y otra al abad de ese monasterio que, casualidades de la vida, estaba interpretado por el mismo actor que daba vida al brujo de Qarth en la segunda temporada de "Juego de tronos". Ambas confesiones, más la revelación de que Geillis es otra desplazada que, en su caso, proviene de 1968, nos recuerdan de vez en cuando que hay una mitología al fondo de la serie que va más allá de la revuelta jacobita para rerstaurar a los Estuardo como reyes de Escocia. Lo que no sabemos es si "Outlander" se acordará de vez en cuando de ella o no.
Paseos por el lado salvaje aparte, la serie ha cerrado una primera temporada que confirma que es mejor de lo que nadie esperaba, desarrollando en mayor profundidad a Jaime para ponerlo más a la altura de Claire ahora que empiezan una nueva etapa juntos, exiliados en Francia y con un bebé en camino. Ella ha continuado en su caracterización de héroe de la historia, planeando la fuga de Jaime de la prisión o lanzándose a una partida de búsqueda cuando no sabían qué había sido de él. También la hermana de Jaime ha sido un gran añadido a la serie, y Murtagh se ha beneficiado de ese mayor énfasis en el mozo Fraser, convirtiéndose en algo más que sólo el Chewbacca de la pareja. La oscuridad de Randall siempre va a tener un pie en lo gratuito, en la búsqueda del shock sólo por conseguirlo, y es labor de Ron Moore y compañía controlar esa tendencia y darle un sentido dentro de la trama. Eso no empaña que, en general, Starz puede estar bastante contenta con "Outlander".
01 junio 2015
Los críticos o los Emmy
Desde su estreno en FX, en 2013, las voces que se han quejado siempre de que "The Americans" no reciba más atención por parte de los grandes premios no han hecho más que hacerse más y más ruidosas. Los Emmy la ignoran (como pasa con casi todo lo que emita esa cadena que no sea 'American Horror Story') y sólo los Critics' Choice se acuerdan de que existe. Son unos premios todavía muy jóvenes (la de 2015 ha sido sólo su quinta edición) y sus votantes quieren distinguirse de los Emmy, ese viejo dinosaurio, optando por reconocer a series nuevas antes que ellos y a candidatos que gustan mucho a los críticos, pero que jamás podrán pisar la alfombra roja de los galardones más importantes de la industria televisiva estadounidense.
Scott Feinberg, oscarólogo residente de The Hollywood Reporter y miembro de la asociación de críticos televisivos que entrega estos premios, apuntaba este año que, tal vez, en 2015 podían empezar a marcar el camino para los académicos primero en julio, con el anuncio de las nominaciones, y después en septiembre, con la ceremonia de entrega. Los cambios en las normas que los Emmy han incluido, aumentando por ejemplo los candidatos en drama y comedia, parecen apuntar a que podría abrirse el abanico de series que se toman en cuenta para ser nominadas, pero la larga tradición conservadora de estos galardones, y su propio funcionamiento, no invita demasiado al optimismo. Los votantes de los Critics' Choice son personas que se ganan la vida viendo y escribiendo sobre series; los de los Emmy son gente de la industria que no tiene tiempo de ver la tele, y que acaba tirando de los DVDs que las cadenas envían con sus títulos más premiables.
La popularidad, la visibilidad, que una serie de repente se convierta en el must-see de Hollywood... Hay bastantes factores externos a la mera calidad de un candidato para que, primero, pueda aspirar al Emmy y, después, pueda ganarlo. Por desgracia, "The Americans" es una de esas series que nunca ha entrado en el radar de la Academia de televisión. Ni siquiera tener como protagonista a una estrella televisiva como Keri Russell ha hecho que le prestara atención, y hay también que tener en cuenta que sus audiencias, tirando a bajas hasta para FX, no contribuyen a cambiar la situación. Ésta es una de esas series y actores que tienen que conformarse con verse reconocidos por los Critics' Choice o por los premios de la TCA, la otra asociación de críticos de televisión. Ninguna de las dos entregas de galardones sirve para adelantar por dónde pueden ir los gustos de los Emmy mucho más que los Globos de Oro, de los que poca gente se acuerda ya a estas alturas del año.
Aunque, siendo justos, sí hay una ganadora de los Critics' Choice que podría hacer ruido en los Emmy: Amy Schumer. Reconocida como mejor actriz de comedia por "Inside Amy Schumer", está sustituyendo a Louis CK como el cómico del momento entre los periodistas estadounidenses, y la tercera temporada de su programa está llamando la atención fuera de las fronteras de Estados Unidos. Su humor es, tal vez, demasiado crudo y agresivo para los Emmy, pero es la mayor esperanza de que haya una verdadera revolución en esos premios cuando llegue septiembre. No es ninguna debutante, pero ahora es cuando Schumer está posicionándose para asaltar el trono de la comedia norteamericana, si no lo ha hecho ya. Su siguiente paso es una película, "Trainwreck", que hasta ahora sólo era conocida por ser la cinta en la que aparecía LeBron James, pero que puede contribuir este verano a elevar el perfil de Schumer. ¿Será la nueva it-girl cómica?
Scott Feinberg, oscarólogo residente de The Hollywood Reporter y miembro de la asociación de críticos televisivos que entrega estos premios, apuntaba este año que, tal vez, en 2015 podían empezar a marcar el camino para los académicos primero en julio, con el anuncio de las nominaciones, y después en septiembre, con la ceremonia de entrega. Los cambios en las normas que los Emmy han incluido, aumentando por ejemplo los candidatos en drama y comedia, parecen apuntar a que podría abrirse el abanico de series que se toman en cuenta para ser nominadas, pero la larga tradición conservadora de estos galardones, y su propio funcionamiento, no invita demasiado al optimismo. Los votantes de los Critics' Choice son personas que se ganan la vida viendo y escribiendo sobre series; los de los Emmy son gente de la industria que no tiene tiempo de ver la tele, y que acaba tirando de los DVDs que las cadenas envían con sus títulos más premiables.
La popularidad, la visibilidad, que una serie de repente se convierta en el must-see de Hollywood... Hay bastantes factores externos a la mera calidad de un candidato para que, primero, pueda aspirar al Emmy y, después, pueda ganarlo. Por desgracia, "The Americans" es una de esas series que nunca ha entrado en el radar de la Academia de televisión. Ni siquiera tener como protagonista a una estrella televisiva como Keri Russell ha hecho que le prestara atención, y hay también que tener en cuenta que sus audiencias, tirando a bajas hasta para FX, no contribuyen a cambiar la situación. Ésta es una de esas series y actores que tienen que conformarse con verse reconocidos por los Critics' Choice o por los premios de la TCA, la otra asociación de críticos de televisión. Ninguna de las dos entregas de galardones sirve para adelantar por dónde pueden ir los gustos de los Emmy mucho más que los Globos de Oro, de los que poca gente se acuerda ya a estas alturas del año.
Aunque, siendo justos, sí hay una ganadora de los Critics' Choice que podría hacer ruido en los Emmy: Amy Schumer. Reconocida como mejor actriz de comedia por "Inside Amy Schumer", está sustituyendo a Louis CK como el cómico del momento entre los periodistas estadounidenses, y la tercera temporada de su programa está llamando la atención fuera de las fronteras de Estados Unidos. Su humor es, tal vez, demasiado crudo y agresivo para los Emmy, pero es la mayor esperanza de que haya una verdadera revolución en esos premios cuando llegue septiembre. No es ninguna debutante, pero ahora es cuando Schumer está posicionándose para asaltar el trono de la comedia norteamericana, si no lo ha hecho ya. Su siguiente paso es una película, "Trainwreck", que hasta ahora sólo era conocida por ser la cinta en la que aparecía LeBron James, pero que puede contribuir este verano a elevar el perfil de Schumer. ¿Será la nueva it-girl cómica?
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