Foto: Gage Skidmore (https://commons.wikimedia.org/wiki/User:Gage) |
El final de 2015 ha estado muy marcado por "Star Wars. El despertar de la Fuerza". No sólo por sus récords de taquilla o por todas las teorías, en el mejor estilo J.J., que ha despertado su trama, sino por la manera en la que la campaña de promoción, pese a ser omnipresente, desviaba por completo de lo que contaba la película. Desde la Star Wars Celebration de la primavera a las diferentes premieres y visitas a talk shows estadounidenses, en estos últimos meses de 2015 era complicado no toparse con alguna parte del marketing del reinicio de la saga creada por George Lucas, y todas ocultaban hábilmente lo principal de la historia, que es el protagonismo de Rey.
Y cuando decimos protagonismo, no nos referimos a que esté al mismo nivel que Finn y Poe, los otros dos nuevos personajes del episodio VII, sino a que ella es el centro de la nueva historia lanzada por Abrams. El gran clímax de "El despertar de la Fuerza" está protagonizado por ella (ojo al spoiler, pero que levante la mano quien no se diera cuenta que el Momento, con mayúsculas, de la cinta es cuando Rey logra atraer el sable láser de Luke para derrotar a Kylo Ren, y su viaje va a ser, con toda probabilidad, el que vertebre las dos secuelas que quedan). Pero de todo eso nos damos cuenta una vez la película se ha estrenado. Hasta entonces, tanta broma con el secretismo extremo alrededor de "Star Wars" nos había distraído.
En estas promociones tan agotadoras, lo difícil es que no lo sepamos prácticamente todo de la cinta con el segundo trailer, que es algo que está pasándole a "Batman v Superman". Estar durante casi dos años sacando fotos del rodaje, teasers, trailers de trailers y demás maniobras acaba saturando el mercado. Los fans pueden estar siguiendo cada goteo de marketing con avidez, pero con el público general se corre el riesgo de llegar al otro extremo y de agotar al personal. En el podcast especial de "Star Wars. El despertar de la Fuerza" de La sexta nominada comentaban que, aunque la promoción había sido muy intensa, también había estado bastante concentrada en la última mitad del año, en lugar de extenderse más en el tiempo, y que se había llegado al punto de proteger la trama hasta con el merchandising de muñecos oficiales, en el que Rey había estado sospechosamente desaparecida en relación a los demás personajes.
El factor nostalgia, y la presencia de Han Solo, sobre todo, ha contrinuido también a que el truco de prestidigitador que han llevado a cabo Abrams y Lucasfilm todavía fuera más efectivo. El contrabandista servía para vender la película a los fans de siempre de "Star Wars", al mismo tiempo que ocultaba hábilmente la historia del episodio VII. Cuando llegue el momento de promocionar el VIII, que se estrena en 2017, tal vez la historia cambie, pero de momento, hay que reconocer que Disney y Lucasfilm han sabido cómo hacer una intensa promoción a nivel global que, al mismo tiempo, prácticamente no desvele nada de la película.