Dentro de más o menos un mes, cuando se conozcan las nominaciones a los próximos Globos de Oro, no sería raro que no hubiera ningún estreno televisivo de las networks de esta temporada entre ellas. Muy pocos pueden considerarse éxitos relativos de audiencia, y no digamos ya de crítica. Este año no ha habido un "The good wife", ni un "Modern family" y, por supuesto, ni soñar con un "Glee". Es muy probable que el cable, con cosas como "Boardwalk Empire" y, dependiendo de cómo debute a partir de esta noche, "The walking dead", termine cubriendo el hueco a las novatas que siempre reservan en sus premios televisivos los Globos de Oro. A falta de esa serie nueva que atrape a todo el mundo, la historia de esta temporada de otoño es, más bien, el dominio total y absoluto de las audiencias de la CBS.
Cuando llegue la nueva edición de "American Idol", en enero, con Jennifer López y Steven Tyler como nuevos jueces, las tornas se volverán en beneficio de Fox, probablemente, pero mientras tanto, y sólo con las excepciones de "Dancing with the stars" en la ABC y el fútbol americano en la NBC, casi no hay quién le tosa a la cadena del ojo. Los movimientos que hicieron en verano, cambiando de día cosas como "CSI: Miami", "CSI: NY", "Survivor" y, especialmente, "The Big Bang theory", han resultado un acierto en todos los casos, y es la única cadena que ha encargado temporada completa de todos sus estrenos. El índice de cancelación/renovación de "TV by the numbers" de este canal haría muy feliz a cualquier otro, porque si descontamos "The defenders" y, quizás, "Medium" (cuya séptima temporada ha bajado de 20 a 13 episodios para dejar hueco a los estrenos de midseason), todas sus series tienen muchas opciones de ser renovadas.
Sigue siendo impresionante que títulos como "NCIS", "NCIS: Los Ángeles" o "Mentes criminales" dominen sin problema sus horarios sin que los críticos se acuerden de ellos y con un cuarto de la promoción de "Glee", por ejemplo. Y la maniobra de situar "The Big Bang theory" el jueves ha sido, sin duda, una gran jugada para la CBS. Sin embargo, en algunos casos, su dominio en las audiencias totales no se traduce en lo mismo en los demográficos, lo que siempre ha sido uno de los puntos débiles de la cadena. En general, sus espectadores son más viejos que, por ejemplo, los de Fox y la ABC, y necesitan rejuvenecerlos para poder sacar más tajada del pastel publicitario. Mientras tanto, pueden presumir de que todos sus cambios en la parrilla, que tanto sorprendieron en verano, han tenido justo el resultado que esperaban.
De hecho, incluso en un día en el que en las demos no van demasiado bien, como el viernes, "Blue bloods" y "Medium" tienen una buena audiencia total que ha sido una de las razones por las que ABC ha decidido reservarse "Body of proof" hasta la midseason, y tampoco sería raro que haya llevado a Fox a cambiar el horario de "Human target" del viernes propuesto en mayo al miércoles, que es cuando estrenará la segunda temporada. Mientras el resto de cadenas tienen sus más y sus menos para encontrar el estreno que puedan renovar sin tener que buscar excusas extrañas (hay quien dice que "No ordinary family" va a ser, en ese aspecto, la "V" de esta temporada), la CBS sólo tiene dudas con un par de series. Las demás dan verdadero miedo.
Música de la semana: Ya que estamos con la CBS, quienes seguimos "The good wife" nos quedamos sorprendidos con el Kalindazo (estamos de acuerdo en llamarlo así, ¿no?). Curiosamente, la canción que sonaba en ese momento era "Luv song", de Jane Jensen, una cantante realmente peculiar que también escribe cómics e hizo sus pinitos como actriz.
31 octubre 2010
29 octubre 2010
Pequeñas cosas
El fin de semana pasado, durante algunas de las charlas que mantuvimos los que nos acercamos al Festival de Series, hubo un pequeño momento de nostalgia hacia "Pushing Daisies", una serie de la que lo que yo más echo de menos son detalles, pequeñas cosas, como lo complicado que era meter en el mismo cuadro a Kristin Chenoweth y Chi McBride (y Lee Pace, que también pasa de 1,90 m.), los detalles extravagentes del vestuario, o la gran pareja detectivesca que formaban Olive y Emerson. Al final, muchas veces, hay cositas en las series que, sin ser cruciales ni importantes para la trama ni, probablemente, relevantes para nada en especial, nos hacen gracia, o se convierten en una de nuestras partes favoritas, sólo por ser una cosa mínima a la que podemos decir que le tomamos cariño. Si sólo tuviera que elegir diez de esos detalles, sin irme muy atrás en el tiempo, serían más o menos éstos:
- Robin Scherbatsky empuñando en "Cómo conoci a vuestra madre" cualquier cosa susceptible de ser utilizada como arma, no necesariamente una pistola. Aunque es más divertida cuando éstas están involucradas de algún modo.
- Los "vamos, Manny" y "hola, Jay" de Gloria en "Modern family" y, en general, cualquier palabra en español que cuele en medio de una frase en inglés.
- Los "accesorios" peculiares de la vaca Gene en "Fringe", aunque mi favorito sigue siendo el gorrito de cumpleaños.
- El "I am ruggedly handsome, aren't I?" de la introducción de "Castle".
- El modo en el que Brenda Johnson abre los cajones buscando chocolatinas en "The Closer".
- Las caras de Kurt (y las sonrisas de Brittany) cuando ven alguna actuación mala en "Glee".
- Los "Good God, Lemon!" de Jack en "30 Rock". Y la risa malvada de Liz.
- La risa de Diane en "The good wife".
- Cualquier mención de Landry a Crucifictorious, su banda de rock cristiano (o eso dice él) en "Friday Night Lights".
- Los experimentos de Hodgins en "Bones". Aunque eran mucho más divertidos con Zack.
Y, en plan friki, los últimos compases de la sintonía de "Caprica". Y ese ojo cylon final.
- Robin Scherbatsky empuñando en "Cómo conoci a vuestra madre" cualquier cosa susceptible de ser utilizada como arma, no necesariamente una pistola. Aunque es más divertida cuando éstas están involucradas de algún modo.
- Los "vamos, Manny" y "hola, Jay" de Gloria en "Modern family" y, en general, cualquier palabra en español que cuele en medio de una frase en inglés.
- Los "accesorios" peculiares de la vaca Gene en "Fringe", aunque mi favorito sigue siendo el gorrito de cumpleaños.
- El "I am ruggedly handsome, aren't I?" de la introducción de "Castle".
- El modo en el que Brenda Johnson abre los cajones buscando chocolatinas en "The Closer".
- Las caras de Kurt (y las sonrisas de Brittany) cuando ven alguna actuación mala en "Glee".
- Los "Good God, Lemon!" de Jack en "30 Rock". Y la risa malvada de Liz.
- La risa de Diane en "The good wife".
- Cualquier mención de Landry a Crucifictorious, su banda de rock cristiano (o eso dice él) en "Friday Night Lights".
- Los experimentos de Hodgins en "Bones". Aunque eran mucho más divertidos con Zack.
Y, en plan friki, los últimos compases de la sintonía de "Caprica". Y ese ojo cylon final.
28 octubre 2010
Drama, reinas y cancelaciones
1.- Aunque haya decidido no ver ni siquiera el quinto episodio de "The event", y abandonarla directamente, no voy a comentar nada sobre ella, porque no tengo nada nuevo qué decir. Y casi tampoco tengo nada que añadir sobre la esperada cancelación de "Caprica", que aun así ha sorprendido por lo categórica que se ha mostrado Syfy al anunciar también que la retiran fulminantemente de la parrilla, y que ya emitirán los cinco capítulos que quedan en algún momento del año que viene. Lo más interesante de esto es leer la explicación que da Alan Sepinwall de esa cancelación, en la que hay que tener en cuenta no sólo los largos hiatos en su emisión sino, tal vez, los daños colaterales del polémico final de "Galáctica" (ríete de la que se montó con el final de "Perdidos"). "Caprica" tenía cosas muy interesantes pero nunca acabó de cuajar. Esperemos que "Blood & Chrome" tenga más éxito, y que Syfy siga intentando sacar cosas más de la línea de "Caprica" más adelante.
2.- En los últimos tres días, Twitter ha sido una juerga a costa de "Felipe y Letizia", una tv movie de éstas instantáneas de Telecinco sobre la historia de amor de los Príncipes de Asturias que, a pesar de que seguro que no era la intención de su responsable, Joaquín Oristrell, ha terminado siendo la comedia más comentada de la televisión española reciente. Fijo que era más divertido leer los tweets al respecto que tragarse las dos partes, porque yo confieso que mi vergüenzajenómetro es demasiado sensible y sólo con las promos ya tuve suficiente (confirmado tras ver este extracto). Éstas no eran reinas del drama, precisamente.
3.- Me imagino que recordaréis aquella polémica, suscitada hace unos meses, en la que un artículo de "Newsweek" sostenía que los actores gays no resultaban convincentes interpretando a heterosexuales. Pues bien, la última no viene por el lado de la orientación sexual, sino del aspecto físico de los actores. En concreto, ha surgido a raíz de un artículo de "Marie Claire" comentando "Mike & Molly" y diciendo que no necesitaba ver a dos gordos enrollándose. Se ha vuelto a liar parda, claro, aunque muchos críticos afirman que, pese a que la periodista de "Marie Claire" no lleva razón, los guionistas de "Mike & Molly" deberían dejar de reírse de sus protagonistas y hacer chistes sobre su peso.
4.- No sé si alguno ha visto "Telepatrulla", un programa de Canal+ que es de los pocos que hablan sobre televisión en España. Es entretenido, divertido y toca diferentes series y programas. El primero de la nueva temporada, por ejemplo, merece la pena sólo por ver a Jon Hamm diciendo que la cuarta temporada de "Mad men" va a tener más hombres lobos, más vampiros y que hasta irán a la Luna. Con razón este hombre queda siempre tan bien "Saturday Night Live" y "30 Rock". Por supuesto, también estuvieron en el Festival de Series.
2.- En los últimos tres días, Twitter ha sido una juerga a costa de "Felipe y Letizia", una tv movie de éstas instantáneas de Telecinco sobre la historia de amor de los Príncipes de Asturias que, a pesar de que seguro que no era la intención de su responsable, Joaquín Oristrell, ha terminado siendo la comedia más comentada de la televisión española reciente. Fijo que era más divertido leer los tweets al respecto que tragarse las dos partes, porque yo confieso que mi vergüenzajenómetro es demasiado sensible y sólo con las promos ya tuve suficiente (confirmado tras ver este extracto). Éstas no eran reinas del drama, precisamente.
3.- Me imagino que recordaréis aquella polémica, suscitada hace unos meses, en la que un artículo de "Newsweek" sostenía que los actores gays no resultaban convincentes interpretando a heterosexuales. Pues bien, la última no viene por el lado de la orientación sexual, sino del aspecto físico de los actores. En concreto, ha surgido a raíz de un artículo de "Marie Claire" comentando "Mike & Molly" y diciendo que no necesitaba ver a dos gordos enrollándose. Se ha vuelto a liar parda, claro, aunque muchos críticos afirman que, pese a que la periodista de "Marie Claire" no lleva razón, los guionistas de "Mike & Molly" deberían dejar de reírse de sus protagonistas y hacer chistes sobre su peso.
4.- No sé si alguno ha visto "Telepatrulla", un programa de Canal+ que es de los pocos que hablan sobre televisión en España. Es entretenido, divertido y toca diferentes series y programas. El primero de la nueva temporada, por ejemplo, merece la pena sólo por ver a Jon Hamm diciendo que la cuarta temporada de "Mad men" va a tener más hombres lobos, más vampiros y que hasta irán a la Luna. Con razón este hombre queda siempre tan bien "Saturday Night Live" y "30 Rock". Por supuesto, también estuvieron en el Festival de Series.
27 octubre 2010
¿Qué hay en un nombre?
Últimamente, no paran de surgir discusiones sobre si los títulos de algunas series deberían cambiarse. Teniendo en cuenta que es la primera presentación al espectador, si éstos no captan bien cómo es la serie y qué nos va a ofrecer, bastante gente ni se molestará en darle una oportunidad, aunque a veces sí resumen perfectamente cómo es la serie y justo por eso algunos espectadores pasan. Los responsables de "Battlestar Galactica" no dudaban en reconocer que su nombre era, al mismo tiempo, un don y una maldición, y creo que algún responsable de "Stargate Universe" ha llegado a afirmar alguna vez lo mismo. Quieren llegar a un público más amplio que el habitual de la ciencia ficción, pero sus nombres son barreras infranqueables para un sector de ese público.
Otro de los que, hace poco, reflexionó que, a lo mejor, el título no era el más acertado para intentar atraer más espectadores fue Shawn Ryan refiriéndose a "Terriers". Comentaba que mucha gente despistada pensaba que los protagonistas eran perros, o que tenía algo que ver con animales, y que se perdía el mensaje de los dos detectives privados sin licencia que, aunque son tipos de poca monta, nunca van a dar un caso por perdido, mucho menos si sus principios personales y hasta sus vidas están en juego. Ese paso sí ha acabado dándolo Ryan con su serie de policías de Chicago para Fox, que al parecer se estrenará en febrero después de "House". Originalmente, se llamaba "Ride-along", pero el creador y la cadena han decidido cambiar el nombre a "The Chicago code", justo unos días antes de que se utilicen las Series Mundiales de la liga de béisbol para desvelar el primer tráiler.
Una maniobra parecida estuvo a punto de tener lugar en "Cougar Town", motivada especialmente por la evolución que la comedia tuvo a lo largo de la primera temporada. Bill Lawrence llegó a comentarlo como una posibilidad que de verdad había discutido con la ABC, pero cambiar de título de repente una serie que aún está encontrando su audiencia es un riesgo que puede tener consecuencias indeseables. El propio Lawrence reconoció que, a lo mejor, tendrían que haberla llamado "The Courtney Cox show", o algo así, desde el principio, porque su título no le parecía especialmente afortunado, aunque ahora tiene que aguantarse con él. Entre todos los estrenos de esta temporada, ¿cuál diríais que tiene el nombre peor elegido? ¿Quizás "$#*! my dad says", por lo que cuesta de escribir?
Otro de los que, hace poco, reflexionó que, a lo mejor, el título no era el más acertado para intentar atraer más espectadores fue Shawn Ryan refiriéndose a "Terriers". Comentaba que mucha gente despistada pensaba que los protagonistas eran perros, o que tenía algo que ver con animales, y que se perdía el mensaje de los dos detectives privados sin licencia que, aunque son tipos de poca monta, nunca van a dar un caso por perdido, mucho menos si sus principios personales y hasta sus vidas están en juego. Ese paso sí ha acabado dándolo Ryan con su serie de policías de Chicago para Fox, que al parecer se estrenará en febrero después de "House". Originalmente, se llamaba "Ride-along", pero el creador y la cadena han decidido cambiar el nombre a "The Chicago code", justo unos días antes de que se utilicen las Series Mundiales de la liga de béisbol para desvelar el primer tráiler.
Una maniobra parecida estuvo a punto de tener lugar en "Cougar Town", motivada especialmente por la evolución que la comedia tuvo a lo largo de la primera temporada. Bill Lawrence llegó a comentarlo como una posibilidad que de verdad había discutido con la ABC, pero cambiar de título de repente una serie que aún está encontrando su audiencia es un riesgo que puede tener consecuencias indeseables. El propio Lawrence reconoció que, a lo mejor, tendrían que haberla llamado "The Courtney Cox show", o algo así, desde el principio, porque su título no le parecía especialmente afortunado, aunque ahora tiene que aguantarse con él. Entre todos los estrenos de esta temporada, ¿cuál diríais que tiene el nombre peor elegido? ¿Quizás "$#*! my dad says", por lo que cuesta de escribir?
26 octubre 2010
El amor-odio a la HBO
Todo el mundo tenemos ideas preconcebidas, ciertos conceptos que tomamos tal vez no como verdades universales, sino como guías casi inamovibles en nuestro camino. También tenemos todos nuestros propios clichés, cosas que repetimos casi sin darnos cuenta hasta gastarlas. Si lo aplicamos a las series, uno de esos lugares comunes en los que es prácticamente imposible no caer es la coletilla "si es HBO, es sinónimo de calidad" (y diferentes variaciones de ella, del tipo "sello de calidad HBO" o cualquier otra cadena de cable o de prestigio que se os ocurra, ya sea AMC, Showtime, FX o hasta la BBC). No es algo malo de por sí. Muchos espectadores son seguidores de las series que emite determinada cadena y, cada vez que estrena una nueva, le dan una oportunidad porque saben que les va a gustar, para ellos tiene una cualidad atrayente (y esto se aplica igual a los fans de ABC Family o la NBC).
Lo curioso de esto, especialmente en el caso de las cadenas por cable y, concretamente, de HBO, es como ese marchamo que para unos es garantía de calidad, para otros lo es de pretenciosidad y aburrimiento. Aquí casi no hay medias tintas. O amas "The Wire", "Oz", "Los Soprano" o "Sexo en Nueva York", o las odias profundamente. Uno de los últimos ejemplos de esta división lo vimos con el estreno de "Boardwalk Empire"; para unos, una obra maestra; para otros, un envoltorio vacío encumbrado sólo por ser de HBO. Con esta serie, no puedo evitar que la segunda corriente me parezca demasiado prejuiciosa, pero cada uno tiene sus fobias. A veces, leer epítetos muy elogiosos de series del cable suscita ciertos prejuicios, es cierto, pero cerrarse sólo a unas cadenas "de prestigio" o evitarlas por todos los medios tampoco me parece buenas opciones.
Claro, que a veces puedes ir de un lado a otro del espectro con una sola serie. Las dos primeras temporadas de "A dos metros bajo tierra" me parecieron estupendas, con una gran mezcla de humor y drama y unos personajes complejos e interesantes. Sin embargo, en la tercera comencé a notarla demasiado pretenciosa y con una peligrosa tendencia al melodrama desatado, y la abandoné. He leído por ahí que en la última entrega retoma lo bueno de su principio, pero no me veo con fuerzas de retomarla. Como digo, cada uno tiene sus fobias. No puedo evitar tener manía a "The Big Bang theory", o creer que "The Closer" se merece más respeto, o que "Luther" no es tan brillante (aunque sea muy recomendable) o que a quienes no les gusta "Fringe" están viendo una serie diferente de la que veo yo (y eso va también por los detractores de "Cómo conocí a vuestra madre" y "Modern family"). Disentir, tener nuestros prejuicios e intentar convencer a la gente es inevitable y no hay ningún problema con ello. Siempre y cuando no tratemos a los demás como descerebrados sin criterio, porque eso ya estás diciendo muy poco del nuestro propio.
Lo curioso de esto, especialmente en el caso de las cadenas por cable y, concretamente, de HBO, es como ese marchamo que para unos es garantía de calidad, para otros lo es de pretenciosidad y aburrimiento. Aquí casi no hay medias tintas. O amas "The Wire", "Oz", "Los Soprano" o "Sexo en Nueva York", o las odias profundamente. Uno de los últimos ejemplos de esta división lo vimos con el estreno de "Boardwalk Empire"; para unos, una obra maestra; para otros, un envoltorio vacío encumbrado sólo por ser de HBO. Con esta serie, no puedo evitar que la segunda corriente me parezca demasiado prejuiciosa, pero cada uno tiene sus fobias. A veces, leer epítetos muy elogiosos de series del cable suscita ciertos prejuicios, es cierto, pero cerrarse sólo a unas cadenas "de prestigio" o evitarlas por todos los medios tampoco me parece buenas opciones.
Claro, que a veces puedes ir de un lado a otro del espectro con una sola serie. Las dos primeras temporadas de "A dos metros bajo tierra" me parecieron estupendas, con una gran mezcla de humor y drama y unos personajes complejos e interesantes. Sin embargo, en la tercera comencé a notarla demasiado pretenciosa y con una peligrosa tendencia al melodrama desatado, y la abandoné. He leído por ahí que en la última entrega retoma lo bueno de su principio, pero no me veo con fuerzas de retomarla. Como digo, cada uno tiene sus fobias. No puedo evitar tener manía a "The Big Bang theory", o creer que "The Closer" se merece más respeto, o que "Luther" no es tan brillante (aunque sea muy recomendable) o que a quienes no les gusta "Fringe" están viendo una serie diferente de la que veo yo (y eso va también por los detractores de "Cómo conocí a vuestra madre" y "Modern family"). Disentir, tener nuestros prejuicios e intentar convencer a la gente es inevitable y no hay ningún problema con ello. Siempre y cuando no tratemos a los demás como descerebrados sin criterio, porque eso ya estás diciendo muy poco del nuestro propio.
24 octubre 2010
Conspiración de silencio
Trasladar la austeridad, la sensación de agobio y de ser vigilado, la lentitud con sentido y la idea de que todo está podrido que se estilaban en muchos thrillers políticos de los 70 era uno de los motores de "Rubicon". Tomar esa decisión estilística para adentrarse en una historia de analistas de inteligencia y conspiraciones de alto nivel marca el modo en el que se cuenta la historia, calificada en muchos sitios como la anti-"24" por ser la antítesis del ritmo frenético y los giros continuos de la serie protagonizada por Jack Bauer. Sin embargo, eso no quiere decir cque las peripecias de Will Travers y el resto de sus compañeros en el Instituto de Política Americana no enganchen. Han logrado mostrar un interesante retrato de la gente que trabaja en esos think tanks, y al llegar al final (pensado claramente para una segunda temporada que no está claro que vayan a tener), comprobamos que todo lo que nos han contado en los doce episodios anteriores, y que podíamos haber descartado como "de relleno", tenía su importancia en la trama.
No obstante, conforme avanzó la temporada, hubo dos personajes que se adueñaron de la función. Uno es Truxton Spangler, el director del API, un tipo muy bien relacionado y poderoso, cuyo retrato se ha ido haciendo más y más complejo, y hasta shakespeariano, según descubríamos hasta dónde llegaba de verdad su influencia en la sombra. Y el otro es Kale Ingram, alguien que, en el mejor estilo de Kalinda en "The good wife", es un misterio incluso cuanto más sabemos de él. Y, quien se acerque a la serie ahora, no debe preocuparse porque se dejen cabos sueltos o no nos resuelvan nada. Esto no es "The event". Es posible sumar dos y dos con bastante rapidez en el momento en el que Will va recogiendo nuevas piezas, y cuando finalmente vemos de qué va todo, es bastante probable que lo hayamos adivinado mucho antes.
Lo cual no es en absoluto malo. La conspiración de "Rubicon" es una de las más viejas y, al mismo tiempo, de más actualidad en los thrillers políticos, y la presentan de tal modo, que lo queremos saber no es si Will logrará descubrirlo todo, sino cómo va a poder detenerlo. La última escena de la primera temporada es realmente reveladora sin necesidad de explicarlo todo. Da por supuesto que el público es medianamente inteligente para no necesitar carteles luminosos que te digan "éste es el malo". Y ésa es otra cosa notable; nadie es bueno o malo exclusivamente, incluso los conspiradores, a pesar de que sus motivos son, desde luego, los más fríos y egoístas.
Es lógico que una serie como "Rubicon", con un ritmo pausado que deja que las cosas sigan su curso natural y cuyo motor es más intelectual que emocional, deje frío a más de uno. No es de consumo rápido y , por supuesto, no es perfecta. Pero una serie que logra mostrar como algo apasionante a cuatro personas encerradas en una sala de reuniones, analizando contrarreloj pilas y pilas de papeles se merece respeto.
Música de la semana: Primero, sólo una curiosidad a la que sé que llego tarde, pero que yo vi el otro día en uno de los escasos momentos en los que MTV España pone música, y no es otra que "Redes sociales", la visión de Tote King de la vida conectada a todas horas a Internet. Segundo, otra curiosidad, ésta más chocante, como es escuchar "Lady Dilema", de Carlos Berlanga, de fondo en un anuncio del Tesoro Público. Esto no me lo esperaba.
No obstante, conforme avanzó la temporada, hubo dos personajes que se adueñaron de la función. Uno es Truxton Spangler, el director del API, un tipo muy bien relacionado y poderoso, cuyo retrato se ha ido haciendo más y más complejo, y hasta shakespeariano, según descubríamos hasta dónde llegaba de verdad su influencia en la sombra. Y el otro es Kale Ingram, alguien que, en el mejor estilo de Kalinda en "The good wife", es un misterio incluso cuanto más sabemos de él. Y, quien se acerque a la serie ahora, no debe preocuparse porque se dejen cabos sueltos o no nos resuelvan nada. Esto no es "The event". Es posible sumar dos y dos con bastante rapidez en el momento en el que Will va recogiendo nuevas piezas, y cuando finalmente vemos de qué va todo, es bastante probable que lo hayamos adivinado mucho antes.
Lo cual no es en absoluto malo. La conspiración de "Rubicon" es una de las más viejas y, al mismo tiempo, de más actualidad en los thrillers políticos, y la presentan de tal modo, que lo queremos saber no es si Will logrará descubrirlo todo, sino cómo va a poder detenerlo. La última escena de la primera temporada es realmente reveladora sin necesidad de explicarlo todo. Da por supuesto que el público es medianamente inteligente para no necesitar carteles luminosos que te digan "éste es el malo". Y ésa es otra cosa notable; nadie es bueno o malo exclusivamente, incluso los conspiradores, a pesar de que sus motivos son, desde luego, los más fríos y egoístas.
Es lógico que una serie como "Rubicon", con un ritmo pausado que deja que las cosas sigan su curso natural y cuyo motor es más intelectual que emocional, deje frío a más de uno. No es de consumo rápido y , por supuesto, no es perfecta. Pero una serie que logra mostrar como algo apasionante a cuatro personas encerradas en una sala de reuniones, analizando contrarreloj pilas y pilas de papeles se merece respeto.
Música de la semana: Primero, sólo una curiosidad a la que sé que llego tarde, pero que yo vi el otro día en uno de los escasos momentos en los que MTV España pone música, y no es otra que "Redes sociales", la visión de Tote King de la vida conectada a todas horas a Internet. Segundo, otra curiosidad, ésta más chocante, como es escuchar "Lady Dilema", de Carlos Berlanga, de fondo en un anuncio del Tesoro Público. Esto no me lo esperaba.
23 octubre 2010
"Tostadoras" y sangre
La segunda parte de la primera temporada de "Caprica" no ha hecho más que empezar en Syfy cuando nos enteramos que la cadena ha dado luz verde a "Blood and chrome", otro spinoff precuela de "Galáctica" que, en un principio, sólo iba a ser una webserie y, en cambio, ahora se ha transformado en una tv movie de dos horas que podría servir como piloto si tiene éxito y gusta en el canal. Estará ambientada en la primera guerra cylon, y seguirá a un joven William Adama teniendo su primer contacto con el ejército y con la guerra. Los webisodios emitidos antes de que se estrenara "Razor" ya nos ofrecieron un pequeño vistazo a aquella época, con Husker Adama encontrando aquel laboratorio macabro en la nieve.
El caso es que esto da muy pocas esperanzas de que "Caprica" va a pasar de estos episodios que están emitiéndose ahora. El mundo que han construido es muy interesante y a veces logran historias y personajes estupendos, pero es como si le faltara algo, como si no terminara de encontrar su camino. Creo que en estos últimos capítulos han centrado más las cosas, pero es probable que ya sea tarde para intentar atraer a más espectadores, el principal problema desde que se estrenó. Además, separar la primera temporada en dos mitades, aunque es una táctica habitual en Syfy y en otros canales de cable, parece no haber sido lo más inteligente con "Caprica", que ha perdido la inercia que adquirió justo antes del parón.
Su relativo fracaso es también un fracaso de Syfy por encontrar esa serie que vuelva a ponerlos en el mapa de las series de prestigio adoradas por los críticos. "Galáctica" fue su "Mad Men", y "Caprica" no ha podido ser su "Breaking Bad". El único título con pretensiones de historias adultas y "oscuras" es "Stargate Universe", y aunque los fans están contentos con cómo ha empezado su segunda temporada, desde luego no tiene la suficiente repercusión para suceder a "Galáctica" como el buque insignia de la cadena. De hecho, ese puesto lo tiene, por audiencia, "Warehouse 13", que es muy entretenida pero, evidentemente, no se puede comparar. Syfy tiene muchos proyectos en marcha para el año que viene, incluyendo el próximo estreno de la versión estadounidense de "Being human", y habrá que ver si sale alguno fuera de las Doce Colonias capaz de darle una pátina de reconocimiento crítico a su éxito en audiencias.
El caso es que esto da muy pocas esperanzas de que "Caprica" va a pasar de estos episodios que están emitiéndose ahora. El mundo que han construido es muy interesante y a veces logran historias y personajes estupendos, pero es como si le faltara algo, como si no terminara de encontrar su camino. Creo que en estos últimos capítulos han centrado más las cosas, pero es probable que ya sea tarde para intentar atraer a más espectadores, el principal problema desde que se estrenó. Además, separar la primera temporada en dos mitades, aunque es una táctica habitual en Syfy y en otros canales de cable, parece no haber sido lo más inteligente con "Caprica", que ha perdido la inercia que adquirió justo antes del parón.
Su relativo fracaso es también un fracaso de Syfy por encontrar esa serie que vuelva a ponerlos en el mapa de las series de prestigio adoradas por los críticos. "Galáctica" fue su "Mad Men", y "Caprica" no ha podido ser su "Breaking Bad". El único título con pretensiones de historias adultas y "oscuras" es "Stargate Universe", y aunque los fans están contentos con cómo ha empezado su segunda temporada, desde luego no tiene la suficiente repercusión para suceder a "Galáctica" como el buque insignia de la cadena. De hecho, ese puesto lo tiene, por audiencia, "Warehouse 13", que es muy entretenida pero, evidentemente, no se puede comparar. Syfy tiene muchos proyectos en marcha para el año que viene, incluyendo el próximo estreno de la versión estadounidense de "Being human", y habrá que ver si sale alguno fuera de las Doce Colonias capaz de darle una pátina de reconocimiento crítico a su éxito en audiencias.
20 octubre 2010
El retraso de la costa Oeste
En 2007, al principio de la huelga de guionistas, prácticamente todo el reparto de "30 Rock" hizo una dramatización en un teatro de Nueva York del último guión escrito antes del parón, pero entonces aún sin emitir. La función era benéfica, a favor de los técnicos de la serie que se quedaron sin trabajo en cuanto se interrumpió su grabación, del estilo que hicieron entonces otros programas como "Saturday Night Live". De paso, sirvió también para plantar las semillas del episodio en directo (una vieja tradición en la NBC) que emitieron la semana pasada. Con dos pases (uno para la costa Este y otro para el Oeste), Tina Fey y compañía lograron que, aunque "S#*! my dad says" los ganara en audiencia, no se hablara más que de ellos al día siguiente, lo que no está mal para una comedia en su quinta temporada y con nada más que "docenas y docenas de espectadores".
Como bien indican por aquí, fue más un regalo para los fieles que otra cosa, para los que sí merece la pena ver las dos versiones y luego buscar las diferencias (claras, claras, no hubo tantas, pero las hubo). Se las arreglaron para mantener los flashbacks absurdos marca de la casa e intentaron también mantener el ritmo de los capítulos normales con mucha cámara en mano, aunque, al contar con público en directo, su ratio de chistes por minuto no podía ser tan alto como habitualmente. En lo que sí se salieron fueron en las meta-referencias que tanto les gustan, empezando por Jack quejándose de que su despacho se veía raro, "como una telenovela mexicana", siguiendo por otro de esos descaradísimos y sarcásticos product placements y todas las referencias a cosas que salen mal en los capítulos en directo, y terminando por mi parte favorita: tener a Julia Louis-Dreyfus interpretando a Liz Lemon en los flashbacks.
Para los que igual no lo recordéis, cuando Tina Fey ganó el Emmy a la mejor actriz de comedia en 2008, en su discurso de agradecimiento se acordó de Louis-Dreyfus, nominada por "The old adventures of new Christine", al explicar que, cada vez que no sabía cómo abordar una escena, su marido le decía que, simplimente, imitara a Julia Louis-Dreyfus, así que tenerla como el doppelgänger de Liz fue un gran punto. "30 Rock" logró mejorar un poco su audiencia y, como hemos dicho, comparar las dos versiones se convirtió en el pasatiempo favorito en los blogs televisivos al día siguiente. Pero aunque estuvo bien (a mí se me pasó en un suspiro, habría seguido viendo a Jack y Liz otros veinte minutos sin problema), la serie es como es por su montaje, su falta de risas enlatadas (que permite colar todos los chistes del mundo y más) y su look menos de sitcom.
P.D.: Sí, el título de la entrada proviene de un capítulo de "Studio 60", "The West Coast delay". Esa serie y "30 Rock" tienen una historia compartida realmente curiosa, porque las dos debutaron en la NBC en el otoño de 2006. En más de una ocasión, Tina Fey ha reconocido que pensó que la serie de Aaron Sorkin sería la que aguantaría, y que ellos morderían el polvo antes de acabar siquiera el año, pero la historia acabó siendo diferente.
Como bien indican por aquí, fue más un regalo para los fieles que otra cosa, para los que sí merece la pena ver las dos versiones y luego buscar las diferencias (claras, claras, no hubo tantas, pero las hubo). Se las arreglaron para mantener los flashbacks absurdos marca de la casa e intentaron también mantener el ritmo de los capítulos normales con mucha cámara en mano, aunque, al contar con público en directo, su ratio de chistes por minuto no podía ser tan alto como habitualmente. En lo que sí se salieron fueron en las meta-referencias que tanto les gustan, empezando por Jack quejándose de que su despacho se veía raro, "como una telenovela mexicana", siguiendo por otro de esos descaradísimos y sarcásticos product placements y todas las referencias a cosas que salen mal en los capítulos en directo, y terminando por mi parte favorita: tener a Julia Louis-Dreyfus interpretando a Liz Lemon en los flashbacks.
Para los que igual no lo recordéis, cuando Tina Fey ganó el Emmy a la mejor actriz de comedia en 2008, en su discurso de agradecimiento se acordó de Louis-Dreyfus, nominada por "The old adventures of new Christine", al explicar que, cada vez que no sabía cómo abordar una escena, su marido le decía que, simplimente, imitara a Julia Louis-Dreyfus, así que tenerla como el doppelgänger de Liz fue un gran punto. "30 Rock" logró mejorar un poco su audiencia y, como hemos dicho, comparar las dos versiones se convirtió en el pasatiempo favorito en los blogs televisivos al día siguiente. Pero aunque estuvo bien (a mí se me pasó en un suspiro, habría seguido viendo a Jack y Liz otros veinte minutos sin problema), la serie es como es por su montaje, su falta de risas enlatadas (que permite colar todos los chistes del mundo y más) y su look menos de sitcom.
P.D.: Sí, el título de la entrada proviene de un capítulo de "Studio 60", "The West Coast delay". Esa serie y "30 Rock" tienen una historia compartida realmente curiosa, porque las dos debutaron en la NBC en el otoño de 2006. En más de una ocasión, Tina Fey ha reconocido que pensó que la serie de Aaron Sorkin sería la que aguantaría, y que ellos morderían el polvo antes de acabar siquiera el año, pero la historia acabó siendo diferente.
19 octubre 2010
Replicantes como nosotros
ALERTA SPOILERS: Me temo que aquí no sólo se contarán cosas de los cuatro primeros capítulos de la tercera temporada de "Fringe", sino también de "The event" y, claro, "Blade Runner". Sólo por aclarar las cosas.
Cuando "Galáctica" estaba en emisión, no nos cansábamos de comentar cómo una de las partes más interesantes de los cylones era su "humanidad", cómo los que pasaban mucho tiempo entre los humanos empezaban a sentirse como tales y a reivindicar que no sólo eran meras "tostadoras". Haciendo honor a la herencia de los replicantes de "Blade Runner", algunos cylones querían sentir emociones humanas y llevar vidas humanas, y en "Fringe" hemos encontrado a otros hijos de los Nexus 6, los cambia-formas de Tierra 2. Hechos de mercurio, y con la capacidad de metamorfosearse en la persona que ellos quieran, los que están en nuestro universo como agentes durmientes sufren el que podríamos llamar el dilema de Boomer. El contacto con los humanos los hace desarrollar más ese lado y cuestionarse sus lealtades pero, en el fondo, esa vida que llevan no es más que una ilusión, una pálida copia de la experiencia real (como las ovejas eléctricas del libro de Philip K. Dick). Y sin embargo, como también nos enseñó "Galáctica", esa "debilidad" puede ser el talón de Aquiles de todo el plan de Walternate.
De todos modos, los espías infiltrados que son fisicamente indistinguibles de los que son espiados son un clásico explotado mucho a raíz de la Guerra Fría (ahí tenemos "La invasión de los ladrones de cuerpos", por ejemplo). Presentan una puerta abierta a la paranoia, pues no hay modo de averiguar quién es quién, y también ofrecen interesantes vistazos a la construcción de nuestra identidad. En estas últimas temporadas, parecen estar de moda otra vez ante la amenaza difusa del terrorismo fundamentalista, y así hemos vuelto a tener extraterrestres infiltrados entre los humanos en "V" y en "The event". "Fringe" se ha lanzado por la ruta replicante-cylon y ha expuesto el precio que los cambia-formas deben pagar (un solo episodio de esta serie ha retratado mejor a estos espías "alienígenas" encubiertos que cuatro de "The event"). Mostrarlos como algo más que meros asesinos a sueldo les da otra dimensión y nos ayuda a ponernos también en la piel de la gente del otro lado, que creen estar haciendo lo correcto para salvar su universo.
¿Puede un ente mecánico, artificial, tener sentimientos? ¿Puede considerarse una persona? Esas preguntas que plantean los replicantes (y los cylones) se aplican de igual modo a los cambia-formas, y ese cambio en sus lealtades, ese dejarse llevar por su contacto con los seres de nuestra dimensión va a experimentarlo también BOlivia, aunque por ahora se haya lanzado a una huida hacia adelante que no puede acabar bien. Pero, como es habitual en cuanto llegan estas fechas, vamos a tener que esperar aún un poco para verlo. Fox está en plena emisión de los playoffs de la liga de béisbol, así que "Fringe" no volverá hasta noviembre. Si tenemos suerte y la serie final se decide en menos de siete partidos, el 4 de noviembre estaremos de vuelta en el otro lado.
Cuando "Galáctica" estaba en emisión, no nos cansábamos de comentar cómo una de las partes más interesantes de los cylones era su "humanidad", cómo los que pasaban mucho tiempo entre los humanos empezaban a sentirse como tales y a reivindicar que no sólo eran meras "tostadoras". Haciendo honor a la herencia de los replicantes de "Blade Runner", algunos cylones querían sentir emociones humanas y llevar vidas humanas, y en "Fringe" hemos encontrado a otros hijos de los Nexus 6, los cambia-formas de Tierra 2. Hechos de mercurio, y con la capacidad de metamorfosearse en la persona que ellos quieran, los que están en nuestro universo como agentes durmientes sufren el que podríamos llamar el dilema de Boomer. El contacto con los humanos los hace desarrollar más ese lado y cuestionarse sus lealtades pero, en el fondo, esa vida que llevan no es más que una ilusión, una pálida copia de la experiencia real (como las ovejas eléctricas del libro de Philip K. Dick). Y sin embargo, como también nos enseñó "Galáctica", esa "debilidad" puede ser el talón de Aquiles de todo el plan de Walternate.
De todos modos, los espías infiltrados que son fisicamente indistinguibles de los que son espiados son un clásico explotado mucho a raíz de la Guerra Fría (ahí tenemos "La invasión de los ladrones de cuerpos", por ejemplo). Presentan una puerta abierta a la paranoia, pues no hay modo de averiguar quién es quién, y también ofrecen interesantes vistazos a la construcción de nuestra identidad. En estas últimas temporadas, parecen estar de moda otra vez ante la amenaza difusa del terrorismo fundamentalista, y así hemos vuelto a tener extraterrestres infiltrados entre los humanos en "V" y en "The event". "Fringe" se ha lanzado por la ruta replicante-cylon y ha expuesto el precio que los cambia-formas deben pagar (un solo episodio de esta serie ha retratado mejor a estos espías "alienígenas" encubiertos que cuatro de "The event"). Mostrarlos como algo más que meros asesinos a sueldo les da otra dimensión y nos ayuda a ponernos también en la piel de la gente del otro lado, que creen estar haciendo lo correcto para salvar su universo.
¿Puede un ente mecánico, artificial, tener sentimientos? ¿Puede considerarse una persona? Esas preguntas que plantean los replicantes (y los cylones) se aplican de igual modo a los cambia-formas, y ese cambio en sus lealtades, ese dejarse llevar por su contacto con los seres de nuestra dimensión va a experimentarlo también BOlivia, aunque por ahora se haya lanzado a una huida hacia adelante que no puede acabar bien. Pero, como es habitual en cuanto llegan estas fechas, vamos a tener que esperar aún un poco para verlo. Fox está en plena emisión de los playoffs de la liga de béisbol, así que "Fringe" no volverá hasta noviembre. Si tenemos suerte y la serie final se decide en menos de siete partidos, el 4 de noviembre estaremos de vuelta en el otro lado.
18 octubre 2010
Poder, Facebook y fútbol
Cuando se publicaron por primera vez noticias de que Aaron Sorkin y David Fincher iban a hacer, uno desde el guión y el otro dirigiendo, una película sobre Facebook, muchos nos dedicamos a hacer todo tipo de bromas sobre ella. ¿Qué sería lo próximo? ¿Una película sobre el Monopoly (oh, un momento...)?Pero si la CBS se permitía adaptar un perfil de Twitter para sacarse de la manga una sitcom, ¿por qué no iba a poder hacer una película sobre los orígenes de Facebook? Dicho y hecho, "La red social" nos lleva hasta la universidad de Harvard, en el otoño de 2003, cuando un brillante, pero inadaptado, estudiante Mark Zuckerberg empieza a plantar en una noche de borrachera, y movido por el despecho, las semillas de lo que luego será un fenómeno interneteril sin precedentes.
A partir de ahí, lo que se desenvuelve ante nuestros ojos es una historia de recelos de clase, búsqueda de la popularidad y, entre otras cosas, cómo tener acceso a mucho dinero y mucho poder de un modo muy rápido es seguir un camino seguro hacia la corrupción de los ideales originales, muc has veces de forma inconsciente. Siendo un guión de Sorkin, es una película de mucho diálogo muy rápido, y teniendo en cuenta que nos cuenta las tres demandas diferentes que se presentaron concernientes a la creación de Facebook, es encomiable no sólo que no nos perdamos en ningún momento y que se nos deje formarnos nuestras propias ideas sino que, en cuanto te quieres dar cuenta, la cinta se ha acabado.
De lo que más se ha hablado desde su estreno es de que si Zuckerberg sale mal parado (en realidad, el que de verdad sale mal, mal es Sean Parker, co-fundador de Napster -el desarrollador era Shawn Fanning-), si Fincher y Sorkin se toman licencias dramáticas y de si los académicos de los Oscar conectarán con una historia que se mueve alrededor de una página web, simplificando mucho. Pero las tensiones y los principios que se muestran en "La red social" se aplicarían igualmente a organizaciones benéficas, operaciones criminales o empresas tradicionales tipo un banco. No es más que la tentación del poder y del reconocimiento público, de tener nuestros quince minutos de fama.
La corrupción del poder también juega su papel en "The two Escobars", documental de la serie "30 for 30" de ESPN que ha causado sensación no sólo entre la crítica estadounidense sino también en los festivales de Tribeca y Cannes. Dirigido por los hermanos Michael y Jeff Zimbalist, retrata un momento muy concreto de la historia de Colombia usando como excusa la participación de su selección en el Mundial de Estados Unidos, en 1994, y las consecuencias del gol en propia puerta que marcó su capitán, el defensa Andrés Escobar, precisamente contra el equipo anfitrión. El fútbol colombiano atravesaba una época de bonanza gracias al dinero que inyectaban en sus clubes los narcotraficantes y, en concreto, Pablo Escobar, propietario del Nacional de Medellín en el que jugaba el otro Escobar, Andrés, y la situación social impulsada por la pujanza de los narcos se veía reflejada en el fútbol.
Como dice Pacho Maturana, seleccionador de Colombia en aquel Mundial, "el fútbol no es una isla", y vivió los buenos tiempos (para algunos), la violencia, las obras sociales para los jóvenes, la megalomanía, la corrupción política y la guerra más o menos encubierta que generó el gran poder que llegó a alcanzar Pablo Escobar. El documental habla no sólo con algunos de los futbolistas que fueron a aquel Mundial, como Valderrama o "el Tren" Valencia, sino que también lo hace con la hermana y la novia de Andrés Escobar y con la familia y la mano derecha (y asesino de confianza) de Pablo. Retratan la situación desde todos los ángulos posibles y explicando cómo todo estaba interconectado, y aunque el fútbol es sólo una excusa, al final lo que queda es el camino truncado de aquellos jugadores y la figura trágica de su capitán.
A partir de ahí, lo que se desenvuelve ante nuestros ojos es una historia de recelos de clase, búsqueda de la popularidad y, entre otras cosas, cómo tener acceso a mucho dinero y mucho poder de un modo muy rápido es seguir un camino seguro hacia la corrupción de los ideales originales, muc has veces de forma inconsciente. Siendo un guión de Sorkin, es una película de mucho diálogo muy rápido, y teniendo en cuenta que nos cuenta las tres demandas diferentes que se presentaron concernientes a la creación de Facebook, es encomiable no sólo que no nos perdamos en ningún momento y que se nos deje formarnos nuestras propias ideas sino que, en cuanto te quieres dar cuenta, la cinta se ha acabado.
De lo que más se ha hablado desde su estreno es de que si Zuckerberg sale mal parado (en realidad, el que de verdad sale mal, mal es Sean Parker, co-fundador de Napster -el desarrollador era Shawn Fanning-), si Fincher y Sorkin se toman licencias dramáticas y de si los académicos de los Oscar conectarán con una historia que se mueve alrededor de una página web, simplificando mucho. Pero las tensiones y los principios que se muestran en "La red social" se aplicarían igualmente a organizaciones benéficas, operaciones criminales o empresas tradicionales tipo un banco. No es más que la tentación del poder y del reconocimiento público, de tener nuestros quince minutos de fama.
La corrupción del poder también juega su papel en "The two Escobars", documental de la serie "30 for 30" de ESPN que ha causado sensación no sólo entre la crítica estadounidense sino también en los festivales de Tribeca y Cannes. Dirigido por los hermanos Michael y Jeff Zimbalist, retrata un momento muy concreto de la historia de Colombia usando como excusa la participación de su selección en el Mundial de Estados Unidos, en 1994, y las consecuencias del gol en propia puerta que marcó su capitán, el defensa Andrés Escobar, precisamente contra el equipo anfitrión. El fútbol colombiano atravesaba una época de bonanza gracias al dinero que inyectaban en sus clubes los narcotraficantes y, en concreto, Pablo Escobar, propietario del Nacional de Medellín en el que jugaba el otro Escobar, Andrés, y la situación social impulsada por la pujanza de los narcos se veía reflejada en el fútbol.
Como dice Pacho Maturana, seleccionador de Colombia en aquel Mundial, "el fútbol no es una isla", y vivió los buenos tiempos (para algunos), la violencia, las obras sociales para los jóvenes, la megalomanía, la corrupción política y la guerra más o menos encubierta que generó el gran poder que llegó a alcanzar Pablo Escobar. El documental habla no sólo con algunos de los futbolistas que fueron a aquel Mundial, como Valderrama o "el Tren" Valencia, sino que también lo hace con la hermana y la novia de Andrés Escobar y con la familia y la mano derecha (y asesino de confianza) de Pablo. Retratan la situación desde todos los ángulos posibles y explicando cómo todo estaba interconectado, y aunque el fútbol es sólo una excusa, al final lo que queda es el camino truncado de aquellos jugadores y la figura trágica de su capitán.
17 octubre 2010
El punto de entrada
La primera toma de contacto habitual con una serie es su piloto. En ese primer capítulo se presentan los personajes, las situaciones de partida y las líneas básicas de la trama y nos sirve para hacernos una idea muy general de cómo puede ser la serie. Sin embargo, ya sabéis que, hasta que no llevan cinco o seis capítulos, no hay modo de ver por dónde va a ir todo y si de verdad nos convence para seguir adelante. De hecho, en algunas series el piloto no es la mejor muestra de cómo son y de las cosas que les otorgan su personalidad propia. Cuando la NBC emitía "Life", no era raro leer que el octavo episodio de aquella primera temporada, "Farthingale", era mucho más representativo de por qué "Life" merecía la pena que el piloto, por ejemplo (también podría servir el cuarto, "What they saw", sobre todo por el sin techo del que Crews y Reese deben encargarse).
Si alguien pregunta si le merece la pena ver "Battlestar Galactica", lo más habitual es que le diga, si no quiere ver una miniserie de tres horas para decidirlo, que le dé una oportunidad a "33", el primer capítulo de la primera temporada. Es una especie de segundo piloto que, sobre todo, presenta perfectamente la tensión y el ambiente que la Flota Colonial vive en esos primeros episodios, y que nos muestra cómo son todos los personajes, y los dilemas a los que se enfrentan, con una pincelada. Un buen punto de entrada con "Expediente X" es "Ice", el octavo episodio de la primera temporada, que retoma el argumento de "La cosa" y lo adereza con el primer vistazo de verdad a la tensión sexual no resuelta entre Mulder y Scully.
Es muy habitual que, quien empieza a ver la "resurrección" de "Doctor Who" de 2005, quede un poco espantado de esos maniquíes asesino del primer episodio. La ventaja de esta serie es que pueden elegirse diferentes capítulos como toma de contacto para ver si su mundo nos convence o no. Ya puede ser la intriga y el desasosiego garantizado del "Are you my mommy?" de "The empty child"-"The Doctor dances", el ingenioso viaje en el tiempo de "The girl in the fireplace" (y de "Blink"), o la diversión de mezclar Shakespeare y referencias actuales en "The Shakespeare code", y esos sólo en las tres primeras temporadas. También su spin off, "Torchwood", sufre de algo parecido, aunque su primera entrega es realmente irregular y, a veces, hasta de vergüenza ajena. Pero capítulos como "Small worlds" o "Random shoes" nos ofrecen un vistazo de la mejor versión de la serie, y pueden ser buenos puntos de entrada.
En las sitcoms, el piloto pocas veces muestra las cosas que hacen la serie más adelante. Generalmente, todo está aún al ralentí, encontrando lo que funciona y descartando lo que no, y hasta que no pasan varios episodios, no comenzamos a ver cómo es la serie en la realidad. A "30 Rock", ese momento no le llegó hasta, más o menos, "Jack-Tor", el quinto episodio, en el que Liz y Jack empiezan a convertirse en el centro de todo y se explota la gran química que tienen Tina Fey y Alec Baldwin. Estas tácticas de ver un capítulo suelto, y luego empezar desde el principio a veces funcionan. Mi toma de contacto más en serio con "Bones", por ejemplo, fue la tercera temporada y las visitas de Booth y Brennan a la consulta de Sweets (en "The widow's son in the windshield", mismamente). Ahí, su sentido del humor está en pleno funcionamiento, y los personajes han crecido por sí mismos, lo que la convierte en punto de entrada tan bueno como cualquier otro.
Música de la semana: Sin duda, una de las películas más esperadas del otoño es "La red social", el retrato que David Fincher (y Aaron Sorkin como guionista) hace de las circunstancias alrededor de la creación y puesta en marcha de Facebook. Ya hablaremos de ella con más tranquilidad, y aquí sólo vamos a quedarnos con una de las canciones que suenan en ella, una elección bastante divertida: "Baby you're a rich man", que los Beatles incluyeron en uno de sus discos más peculiares, "Magical mystery tour".
Si alguien pregunta si le merece la pena ver "Battlestar Galactica", lo más habitual es que le diga, si no quiere ver una miniserie de tres horas para decidirlo, que le dé una oportunidad a "33", el primer capítulo de la primera temporada. Es una especie de segundo piloto que, sobre todo, presenta perfectamente la tensión y el ambiente que la Flota Colonial vive en esos primeros episodios, y que nos muestra cómo son todos los personajes, y los dilemas a los que se enfrentan, con una pincelada. Un buen punto de entrada con "Expediente X" es "Ice", el octavo episodio de la primera temporada, que retoma el argumento de "La cosa" y lo adereza con el primer vistazo de verdad a la tensión sexual no resuelta entre Mulder y Scully.
Es muy habitual que, quien empieza a ver la "resurrección" de "Doctor Who" de 2005, quede un poco espantado de esos maniquíes asesino del primer episodio. La ventaja de esta serie es que pueden elegirse diferentes capítulos como toma de contacto para ver si su mundo nos convence o no. Ya puede ser la intriga y el desasosiego garantizado del "Are you my mommy?" de "The empty child"-"The Doctor dances", el ingenioso viaje en el tiempo de "The girl in the fireplace" (y de "Blink"), o la diversión de mezclar Shakespeare y referencias actuales en "The Shakespeare code", y esos sólo en las tres primeras temporadas. También su spin off, "Torchwood", sufre de algo parecido, aunque su primera entrega es realmente irregular y, a veces, hasta de vergüenza ajena. Pero capítulos como "Small worlds" o "Random shoes" nos ofrecen un vistazo de la mejor versión de la serie, y pueden ser buenos puntos de entrada.
En las sitcoms, el piloto pocas veces muestra las cosas que hacen la serie más adelante. Generalmente, todo está aún al ralentí, encontrando lo que funciona y descartando lo que no, y hasta que no pasan varios episodios, no comenzamos a ver cómo es la serie en la realidad. A "30 Rock", ese momento no le llegó hasta, más o menos, "Jack-Tor", el quinto episodio, en el que Liz y Jack empiezan a convertirse en el centro de todo y se explota la gran química que tienen Tina Fey y Alec Baldwin. Estas tácticas de ver un capítulo suelto, y luego empezar desde el principio a veces funcionan. Mi toma de contacto más en serio con "Bones", por ejemplo, fue la tercera temporada y las visitas de Booth y Brennan a la consulta de Sweets (en "The widow's son in the windshield", mismamente). Ahí, su sentido del humor está en pleno funcionamiento, y los personajes han crecido por sí mismos, lo que la convierte en punto de entrada tan bueno como cualquier otro.
Música de la semana: Sin duda, una de las películas más esperadas del otoño es "La red social", el retrato que David Fincher (y Aaron Sorkin como guionista) hace de las circunstancias alrededor de la creación y puesta en marcha de Facebook. Ya hablaremos de ella con más tranquilidad, y aquí sólo vamos a quedarnos con una de las canciones que suenan en ella, una elección bastante divertida: "Baby you're a rich man", que los Beatles incluyeron en uno de sus discos más peculiares, "Magical mystery tour".
15 octubre 2010
Series de 4 en 4
Desde "Freak's City" lanzan algo así como un meme en el que debemos elegir, de entre todas las series en emisión actualmente, las cuatro comedias y los cuatro dramas que consideramos imprescindibles, que dejaríamos en antena si de repente viniera la guadaña e hiciera limpieza en todas las parrillas. Yo haría un poco de trampa diciendo que cuáles son esas ocho series que no nos perdemos por nada del mundo (recordad, tienen que estar emitiéndose ahora mismo, no vale que sean, por ejemplo, "El ala oeste de la Casa Blanca", acabada ya hace tiempo, o "United States of Tara", que está en hiato entre temporadas). Elegir va a estar un poco complicado (sobre todo porque veo muy pocas comedias tradicionales cuando están en emisión), pero veremos qué se puede hacer.
DRAMAS
- "Friday Night Lights": En éste hago trampa, lo sé, porque su quinta y última temporada no empieza hasta el día 27, pero falta tan poco, que me resisto a dejarlo fuera. El ambiente de Dillon, los Taylor, las historias alrededor del equipo de fútbol americano, el crecimiento de los personajes... Todo eso es lo me engancha a esta serie.
- "Fringe": Uno de los más claros casos de "most improved player" de las últimas temporadas. Es ciencia ficción impulsada por unos personajes que no dejan de crecer y revelar nuevas facetas, aunque pocos brillen tanto como Walter Bishop.
- "The good wife": Debe ser una de las series con el reparto mejor conjuntado de las networks estadounidense, y eso que es bastante amplio. De corte clásico, cuenta lo que quiere con, generalmente, gran economía de recursos y haciéndonos ver que no todo es lo que parece.
- "Rubicon": No es sólo una de conspiraciones que avanza a un ritmo glacial, aunque al principio lo parezca. Ha conseguido crear un grupo de personajes, todos tremendamente humanos, cuya brillantez mental los condena inevitablemente a la infelicidad en todas sus variaciones.
Una mención especial para los fans acérrimos de las series de policías y, sobre todo, para los seguidores de la franquicia de "Ley y orden": "Law & order UK" (o "Londres distrito criminal", como la emite AXN en España). Es harto complicado seguirla a ritmo de emisión si el inglés no es tu fuerte (se pueden conseguir subtítulos en inglés con un poco de suerte), pero en la tercera temporada, en emisión ahora en el Reino Unido, está mostrándose sólida y muy eficaz.
COMEDIAS
- "Cómo conocí a vuestra madre": Su principal activo son sus cinco protagonistas, que ya son como de la familia. En cuanto se han acordado en la sexta temporada de que el humor de la serie proviene de ellos, y su maduración en la vida, todo ha vuelto a su sitio.
- "30 Rock": ¿Qué más da que no tenga una trama definida? ¿Quién la necesita a razón de un par de chistes por fotograma? Hasta podrían eliminar a todos los secundarios y dejar sólo a Liz y Jack. Incluso quedarse atrapado en el ascensor sería divertido con ellos.
- "Modern family": Ha recuperado la sitcom familar con mucha dignidad y mucho humor, logrando una extraña (por lo rara que es a veces de conseguir) simbiosis entre actores y sus personajes.
- "Community": A pesar de ir muy retrasada con ella, es digna de mención su capacidad para sacarse de la manga los chistes más insospechados y las referencias pop más peculiares.
Y, sin ser una sitcom, la mención especial aquí se va para "Bones" y su sana costumbre de no tomarse prácticamente nunca en serio. ¿Son todas ellas imprescindibles en plan "deberían entrar en el panteón de las mejores series de la historia"? Igual es un poco pretencioso intentar calificarlas así, pero todas ellas están en mi calendario de citas fijas.
DRAMAS
- "Friday Night Lights": En éste hago trampa, lo sé, porque su quinta y última temporada no empieza hasta el día 27, pero falta tan poco, que me resisto a dejarlo fuera. El ambiente de Dillon, los Taylor, las historias alrededor del equipo de fútbol americano, el crecimiento de los personajes... Todo eso es lo me engancha a esta serie.
- "Fringe": Uno de los más claros casos de "most improved player" de las últimas temporadas. Es ciencia ficción impulsada por unos personajes que no dejan de crecer y revelar nuevas facetas, aunque pocos brillen tanto como Walter Bishop.
- "The good wife": Debe ser una de las series con el reparto mejor conjuntado de las networks estadounidense, y eso que es bastante amplio. De corte clásico, cuenta lo que quiere con, generalmente, gran economía de recursos y haciéndonos ver que no todo es lo que parece.
- "Rubicon": No es sólo una de conspiraciones que avanza a un ritmo glacial, aunque al principio lo parezca. Ha conseguido crear un grupo de personajes, todos tremendamente humanos, cuya brillantez mental los condena inevitablemente a la infelicidad en todas sus variaciones.
Una mención especial para los fans acérrimos de las series de policías y, sobre todo, para los seguidores de la franquicia de "Ley y orden": "Law & order UK" (o "Londres distrito criminal", como la emite AXN en España). Es harto complicado seguirla a ritmo de emisión si el inglés no es tu fuerte (se pueden conseguir subtítulos en inglés con un poco de suerte), pero en la tercera temporada, en emisión ahora en el Reino Unido, está mostrándose sólida y muy eficaz.
COMEDIAS
- "Cómo conocí a vuestra madre": Su principal activo son sus cinco protagonistas, que ya son como de la familia. En cuanto se han acordado en la sexta temporada de que el humor de la serie proviene de ellos, y su maduración en la vida, todo ha vuelto a su sitio.
- "30 Rock": ¿Qué más da que no tenga una trama definida? ¿Quién la necesita a razón de un par de chistes por fotograma? Hasta podrían eliminar a todos los secundarios y dejar sólo a Liz y Jack. Incluso quedarse atrapado en el ascensor sería divertido con ellos.
- "Modern family": Ha recuperado la sitcom familar con mucha dignidad y mucho humor, logrando una extraña (por lo rara que es a veces de conseguir) simbiosis entre actores y sus personajes.
- "Community": A pesar de ir muy retrasada con ella, es digna de mención su capacidad para sacarse de la manga los chistes más insospechados y las referencias pop más peculiares.
Y, sin ser una sitcom, la mención especial aquí se va para "Bones" y su sana costumbre de no tomarse prácticamente nunca en serio. ¿Son todas ellas imprescindibles en plan "deberían entrar en el panteón de las mejores series de la historia"? Igual es un poco pretencioso intentar calificarlas así, pero todas ellas están en mi calendario de citas fijas.
14 octubre 2010
Notas y enlaces
1.- Que el modo de ver televisión ha cambiado mucho en unos pocos años es evidente, y que eso se nota en las audiencias en vivo de las series también. El modelo de negocio da pasos muy tímidos a la adaptación a ese nuevo modo, pero todavía se sustenta en los ingresos por publicidad para ver si una serie es rentable o no y, por tanto, si merece la pena seguir con ella o es mejor cancelarla y buscar otra cosa. El panorama es bastante complicado, mucho más en Estados Unidos, donde la población es muchísimo mayor que en España. "Tuned In" tiene hoy un interesante artículo que explica qué espectadores interesan, o deberían interesar, a las cadenas, y cómo no es tan fácil saber cómo integrar la audiencia en vivo, el sector demográfico que buscan los anunciantes, la gente que ve la serie grabada y la que opta por la web de la cadena o Hulu. De la manera que tenga la industria de solucionar ese rompecabezas dependerá su salud en los próximos años.
2.- En el apartado de cosas curiosas y bien hechas figura este vídeo, que he encontrado en el Tumblr de "Fuera de series", en el que se une "A beautiful mine", de RJD2, que es la sintonía de "Mad Men", con el standard "Nature boy", popularizado por Nat King Cole. La música está tocada en vivo y todo el vídeo se hizo en una sola toma, según explican en su canal de YouTube, y el resultado es realmente notable. La cantante, por cierto, es Allison Williams, hija de Brian Williams (presentador de las noticias de la NBC y actor invitado ocasional en "30 Rock"), que ya apareció en un simpático vídeo musical informativo de Yale, la universidad en la que ha estudiado.
3.- Los podcasts de televisión se han popularizado mucho últimamente, y no sólo en España. En Estados Unidos, bastantes de los críticos televisivos con blog han ido sacando diversos podcasts, de periodicidad semanal, en los que comentan, principalmente, la actualidad de los últimos siete días, los episodios que más les han llamado la atención o los estrenos que vaya a haber. Uno de ellos, "Talking TV with Ryan and Ryan", lo llevan Maureen Ryan y Ryan McGee, y lo curioso es que, en realidad, son varios podcasts en uno. Ahora mismo, tienen siempre uno sobre "Mad Men", otro sobre actualidad televisiva en general y un tercero en el que charlan con algún showrunner sobre el proceso creativo de sus series y cualquier tema que se les vaya ocurriendo. Hasta ahora creo que lo han hecho con Bill Lawrence ("Scrubs" y "Cougar Town"), Carter Bays ("Cómo conocí a vuestra madre") y Shawn Ryan ("The Shield", "Terriers" y la nueva "Ride-along"), cuya entrevista fue muy interesante si os interesa el proceso creativo de las series en Estados Unidos y todas las cosas externas que pueden acabar influenciando.
4.- "Entertainment Weekly" suele sacarse de la manga de vez en cuando unos números especiales que merecen un vistazo, aunque sea por Internet y de mala manera. El último es el de las reuniones, y han vuelto a juntar al reparto de diferentes series y películas para que recuerden el tiempo que pasaron trabajando juntos. La portada la ocupa "Regreso al futuro", pero también se han acordado de "Alias", "El señor de los anillos", "Matrimonio con hijos", "El ala oeste de la Casa Blanca", "Scream", "Will & Grace", "Las chicas Gilmore", "Doctor en Alaska" y algunas más. Por lo menos, tiene que ser curioso.
2.- En el apartado de cosas curiosas y bien hechas figura este vídeo, que he encontrado en el Tumblr de "Fuera de series", en el que se une "A beautiful mine", de RJD2, que es la sintonía de "Mad Men", con el standard "Nature boy", popularizado por Nat King Cole. La música está tocada en vivo y todo el vídeo se hizo en una sola toma, según explican en su canal de YouTube, y el resultado es realmente notable. La cantante, por cierto, es Allison Williams, hija de Brian Williams (presentador de las noticias de la NBC y actor invitado ocasional en "30 Rock"), que ya apareció en un simpático vídeo musical informativo de Yale, la universidad en la que ha estudiado.
3.- Los podcasts de televisión se han popularizado mucho últimamente, y no sólo en España. En Estados Unidos, bastantes de los críticos televisivos con blog han ido sacando diversos podcasts, de periodicidad semanal, en los que comentan, principalmente, la actualidad de los últimos siete días, los episodios que más les han llamado la atención o los estrenos que vaya a haber. Uno de ellos, "Talking TV with Ryan and Ryan", lo llevan Maureen Ryan y Ryan McGee, y lo curioso es que, en realidad, son varios podcasts en uno. Ahora mismo, tienen siempre uno sobre "Mad Men", otro sobre actualidad televisiva en general y un tercero en el que charlan con algún showrunner sobre el proceso creativo de sus series y cualquier tema que se les vaya ocurriendo. Hasta ahora creo que lo han hecho con Bill Lawrence ("Scrubs" y "Cougar Town"), Carter Bays ("Cómo conocí a vuestra madre") y Shawn Ryan ("The Shield", "Terriers" y la nueva "Ride-along"), cuya entrevista fue muy interesante si os interesa el proceso creativo de las series en Estados Unidos y todas las cosas externas que pueden acabar influenciando.
4.- "Entertainment Weekly" suele sacarse de la manga de vez en cuando unos números especiales que merecen un vistazo, aunque sea por Internet y de mala manera. El último es el de las reuniones, y han vuelto a juntar al reparto de diferentes series y películas para que recuerden el tiempo que pasaron trabajando juntos. La portada la ocupa "Regreso al futuro", pero también se han acordado de "Alias", "El señor de los anillos", "Matrimonio con hijos", "El ala oeste de la Casa Blanca", "Scream", "Will & Grace", "Las chicas Gilmore", "Doctor en Alaska" y algunas más. Por lo menos, tiene que ser curioso.
13 octubre 2010
Casi famosos (XXXI)
A veces, las reediciones de viejas series en DVD se convierten en una fuente inagotable de caras que entonces no eran conocidas, y que buscaban su gran oportunidad de asaltar la fama. Algunas de esas series son, muchas veces, una auténtica mina de "casi famosos", como algunos de éstos.
Mi primer recuerdo de Stanley Tucci es como uno de los maquiavélicos personajes que paseaban por la primera temporada de "Murder One". De hecho, diría que es casi lo único que recuerdo de ella, el hecho de que él daba muy mala espina y parecía estar detrás del asesinato que se investiga a lo largo de todos los capítulos. Sin embargo, Tucci ya había tenido antes un papel recurrente en "Corrupción en Miami", supongo que interpretando a alguno de los narcos de vida lujosa que perseguían Tubbs y Crockett.
Bastantes actores empezaron en el show business de pequeños, generalmente en películas infantiles o programas para toda la familia. James Badge Dale no, él hizo su debut, con 12 años, en la adaptación al cine de "El señor de las moscas", lo que seguro que tuvo que marcarle para el resto de su carrera. Y eso que Internet Movie Database no tiene ningún otro título suyo hasta doce años más tarde, un episódico en, cómo no, "Ley y orden: UVE". De ahí a "24", "The Pacific" y "Rubicon" ya sólo había un paso. En "El señor de las moscas", por cierto, salía también un jovenzuelo Balthazar Getty.
Ya que hablábamos antes de "Murder One", editada recientemente en DVD, por sus capítulos se pasearon un montón de actores que aún no se habían hecho conocidos, como Patricia Clarkson. Esta elegante sureña ya había aparecido antes en "Los intocables de Eliot Ness" y en otras cuantas películas, siempre como secundaria, pero el público no empezaría a tenerla más localizada hasta "High Art". Bueno, el gran público aún tardaría en conocerla de verdad, pero esa película fue su pasaporte al trabajo definitivo non-stop en Hollywood.
Maggie Q ha desembarcado en "Nikita" siendo ya conocida en el mundillo de las películas de acción gracias a su experiencia en Hong-Kong rodando al lado de Jackie Chan. Eso le sirvió para no necesitar dobles en las escenas de luchas (es una máxima del estilo de Chan) y para dar luego el salto a Hollywood y aparecer en "Hora punta", "La jungla 4" o "Misión imposible 3", a la que corresponde el fotograma de arriba. De todos modos, para pintas impactantes las que llevaba en "Three kingdoms", una épica cinta china de época con batallas y leyendas varias. Bueno, y en "Pelotas en juego".
Mi primer recuerdo de Stanley Tucci es como uno de los maquiavélicos personajes que paseaban por la primera temporada de "Murder One". De hecho, diría que es casi lo único que recuerdo de ella, el hecho de que él daba muy mala espina y parecía estar detrás del asesinato que se investiga a lo largo de todos los capítulos. Sin embargo, Tucci ya había tenido antes un papel recurrente en "Corrupción en Miami", supongo que interpretando a alguno de los narcos de vida lujosa que perseguían Tubbs y Crockett.
Bastantes actores empezaron en el show business de pequeños, generalmente en películas infantiles o programas para toda la familia. James Badge Dale no, él hizo su debut, con 12 años, en la adaptación al cine de "El señor de las moscas", lo que seguro que tuvo que marcarle para el resto de su carrera. Y eso que Internet Movie Database no tiene ningún otro título suyo hasta doce años más tarde, un episódico en, cómo no, "Ley y orden: UVE". De ahí a "24", "The Pacific" y "Rubicon" ya sólo había un paso. En "El señor de las moscas", por cierto, salía también un jovenzuelo Balthazar Getty.
Ya que hablábamos antes de "Murder One", editada recientemente en DVD, por sus capítulos se pasearon un montón de actores que aún no se habían hecho conocidos, como Patricia Clarkson. Esta elegante sureña ya había aparecido antes en "Los intocables de Eliot Ness" y en otras cuantas películas, siempre como secundaria, pero el público no empezaría a tenerla más localizada hasta "High Art". Bueno, el gran público aún tardaría en conocerla de verdad, pero esa película fue su pasaporte al trabajo definitivo non-stop en Hollywood.
Maggie Q ha desembarcado en "Nikita" siendo ya conocida en el mundillo de las películas de acción gracias a su experiencia en Hong-Kong rodando al lado de Jackie Chan. Eso le sirvió para no necesitar dobles en las escenas de luchas (es una máxima del estilo de Chan) y para dar luego el salto a Hollywood y aparecer en "Hora punta", "La jungla 4" o "Misión imposible 3", a la que corresponde el fotograma de arriba. De todos modos, para pintas impactantes las que llevaba en "Three kingdoms", una épica cinta china de época con batallas y leyendas varias. Bueno, y en "Pelotas en juego".
12 octubre 2010
Cabeceras por fascículos (XII)
Últimamente, se han estrenado algunas series con cabeceras que van más allá de una simple pantalla con el título de la serie, y que se preocupan por tener una música que vaya con el programa y una secuencia de imágenes que sirva como introducción. Éstos sólo son unos pocos ejemplos.
"Rubicon"
Canción: Main theme
Artista: Pete Nashel
Los créditos de esta serie (que podéis ver aquí) unen a la perfección el análisis de fotos, crucigramas, números y datos que realizan los trabajadores del Instituto de Política Americana. En medio de todo eso igual hay oculta una conspiración, pero bueno.
"Haven"
Canción: Theme from "Haven"
Artistas: Andre Fratto y Leah Siege
Últimamente, las series nuevas que estrena Syfy tiene unos créditos del mismo estilo que los de "Warehouse 13", mostrando diferentes objetos y escenas. Lo curioso de los de "Haven" es que muchos de ellos hacen referencia a los misterios sin resolver que se cuentan en "Colorado Kid", el libro de Stephen king en el que está libremente basada.
"Community"
Canción: At least it was here
Artista: The 88
No siempre se escucha en los créditos, porque no siempre los vemos completos, pero esta canción creo que la escribieron especialmente para la serie The 88, una banda de Los Ángeles que no es ajena a las series de televisión, porque sus canciones se han escuchado en "The OC" o "Kyle XY". Incluso eran el grupo que Lily iba a ver a un baile de instituto para ver si los contrataba para su boda.
"Hawaii Five-O"
Canción: Hawaii Five-O theme
Artista: Morton Stevens
La serie original de los 70 era muy recordada por su sintonía, y cuando el remake amenazó con cambiarla, introduciendo guitarras eléctricas, hubo no pocas críticas hacia él. Al final, optaron por mantener la música original, grabada de nuevo por casi todos los músicos que la tocaron por primera vez. Es tan popular en EE.UU., que la banda de la Universidad de Hawai la toca en los eventos deportivos.
"Human target"
Canción: Main theme
Artista: Bear McCreary
De los estrenos del año pasado, casi ninguno tenía unos créditos a la altura de éstos. De hecho, la apertura y su banda sonora debían ser lo mejor de los serie. Estuvieron nominados al Emmy este año (perdiendo ante "Nurse Jackie"), y a McCreary lo escucharemos, además, poniendo música a "The walking dead".
"Rubicon"
Canción: Main theme
Artista: Pete Nashel
Los créditos de esta serie (que podéis ver aquí) unen a la perfección el análisis de fotos, crucigramas, números y datos que realizan los trabajadores del Instituto de Política Americana. En medio de todo eso igual hay oculta una conspiración, pero bueno.
"Haven"
Canción: Theme from "Haven"
Artistas: Andre Fratto y Leah Siege
Últimamente, las series nuevas que estrena Syfy tiene unos créditos del mismo estilo que los de "Warehouse 13", mostrando diferentes objetos y escenas. Lo curioso de los de "Haven" es que muchos de ellos hacen referencia a los misterios sin resolver que se cuentan en "Colorado Kid", el libro de Stephen king en el que está libremente basada.
"Community"
Canción: At least it was here
Artista: The 88
No siempre se escucha en los créditos, porque no siempre los vemos completos, pero esta canción creo que la escribieron especialmente para la serie The 88, una banda de Los Ángeles que no es ajena a las series de televisión, porque sus canciones se han escuchado en "The OC" o "Kyle XY". Incluso eran el grupo que Lily iba a ver a un baile de instituto para ver si los contrataba para su boda.
"Hawaii Five-O"
Canción: Hawaii Five-O theme
Artista: Morton Stevens
La serie original de los 70 era muy recordada por su sintonía, y cuando el remake amenazó con cambiarla, introduciendo guitarras eléctricas, hubo no pocas críticas hacia él. Al final, optaron por mantener la música original, grabada de nuevo por casi todos los músicos que la tocaron por primera vez. Es tan popular en EE.UU., que la banda de la Universidad de Hawai la toca en los eventos deportivos.
"Human target"
Canción: Main theme
Artista: Bear McCreary
De los estrenos del año pasado, casi ninguno tenía unos créditos a la altura de éstos. De hecho, la apertura y su banda sonora debían ser lo mejor de los serie. Estuvieron nominados al Emmy este año (perdiendo ante "Nurse Jackie"), y a McCreary lo escucharemos, además, poniendo música a "The walking dead".
11 octubre 2010
Las DuBois ya no son unas niñas
A lo largo de las tres o cuatro últimas temporadas de "Medium", una de las constantes de la serie ha sido el despertar del don de Allison en sus hijas. Lo que primero no pasa de sueños metafóricos (que aun así dan muy mal rollo) o algunas visiones de fantasmas de niños, se transforma en imágenes más explícitas e, incluso, en experimentar esas posesiones por parte de los espíritus que hemos visto alguna que otra vez. Conforme las niñas crecen, los sueños se van adaptando más o menos a su edad, aunque no deja de ser curioso que los de Marie casi siempre conciernen al trabajo de su padre. Siendo la mayor, es Ariel la que lo experimenta de un modo más similar a como lo hace su madre, con flashes repentinos sobre la persona que acaba que conocer y sueños tan vívidos, que está convencida de que son la realidad, aunque en ellos le pasen cosas tan extrañas como "perder" años.
Bridget sigue en su labor de ser el personaje más divertido de la serie, con el que hicieron un homenaje a "Freaky Friday" en el estreno de la séptima temporada. Para ella, todo eso aún no es una carga, no es una fuente de temores como lo es muchas veces para Ariel. El entusiasmo con el que se mete de lleno en la vida de su madre es la mejor prueba de que es todavía una niña, que supongo que adquirirá un poco más de protagonismo en cuanto su hermana se vaya a la universidad. Hasta presentando el modo en el que las jóvenes DuBois se enfrentan a su don buscan un punto de vista anclado en la realidad. Puede desencadenarse porque conocen a un chico que les gusta, o porque van a ir a alguna excursión o a mudarse a la otra punta del país, cosas normales en el crecimiento de un niño.
Esa evolución de, sobre todo, Ariel y Bridget es lo más destacado de las últimas temporadas de "Medium", que sigue manteniendo como su característica principal su experto toque visual a la hora de abordar los sueños y visiones sobre todo de Allison. Se pueden permitir mezclar lo simpático con lo terrible (como esos iconitos que Allison ve en la frente de la gente y que le permiten saber si una pareja de verdad están hechos el uno para el otro), juegan con la luz, los ángulos de cámara, los planos subjetivos, la música, hasta homenajean a "La noche de los muertos vivientes" y llegaron a tener una vez a Kelsey Grammer, uno de sus productores ejecutivos, interpretando no recuerdo si era a la Muerte o al Diablo. Los casos pueden ser bastante inquietantes (o dar directamente miedo), pero la familia DuBois es el ancla en realidad que necesitamos.
Por otro lado, en estos nuevos episodios parece avecinarse una confrontación entre Allison y uno de sus viejos amigos que pinta interesante, y probablemente veamos a Ariel tener esos sueños premonitorios en Dartmouth. Tampoco hay que descartar que ésta vaya a ser la despedida de "Medium" de la parrilla, pues aunque lidera sin esfuerzo su horario del viernes, su audiencia no es especialmente grande y siete temporadas ya son muchas (todo se vuelve más caro a partir de la quinta). No parece que ellos vayan a cambiar de todos modos su modus operandi. Desde el piloto sabían cómo hacer la serie y cómo mantener siempre una envidiable consistencia a lo largo de sus temporadas. Sólo pido algún otro capítulo tan divertido como aquel "Will the the real Fred Rovick please stand up?".
Bridget sigue en su labor de ser el personaje más divertido de la serie, con el que hicieron un homenaje a "Freaky Friday" en el estreno de la séptima temporada. Para ella, todo eso aún no es una carga, no es una fuente de temores como lo es muchas veces para Ariel. El entusiasmo con el que se mete de lleno en la vida de su madre es la mejor prueba de que es todavía una niña, que supongo que adquirirá un poco más de protagonismo en cuanto su hermana se vaya a la universidad. Hasta presentando el modo en el que las jóvenes DuBois se enfrentan a su don buscan un punto de vista anclado en la realidad. Puede desencadenarse porque conocen a un chico que les gusta, o porque van a ir a alguna excursión o a mudarse a la otra punta del país, cosas normales en el crecimiento de un niño.
Esa evolución de, sobre todo, Ariel y Bridget es lo más destacado de las últimas temporadas de "Medium", que sigue manteniendo como su característica principal su experto toque visual a la hora de abordar los sueños y visiones sobre todo de Allison. Se pueden permitir mezclar lo simpático con lo terrible (como esos iconitos que Allison ve en la frente de la gente y que le permiten saber si una pareja de verdad están hechos el uno para el otro), juegan con la luz, los ángulos de cámara, los planos subjetivos, la música, hasta homenajean a "La noche de los muertos vivientes" y llegaron a tener una vez a Kelsey Grammer, uno de sus productores ejecutivos, interpretando no recuerdo si era a la Muerte o al Diablo. Los casos pueden ser bastante inquietantes (o dar directamente miedo), pero la familia DuBois es el ancla en realidad que necesitamos.
Por otro lado, en estos nuevos episodios parece avecinarse una confrontación entre Allison y uno de sus viejos amigos que pinta interesante, y probablemente veamos a Ariel tener esos sueños premonitorios en Dartmouth. Tampoco hay que descartar que ésta vaya a ser la despedida de "Medium" de la parrilla, pues aunque lidera sin esfuerzo su horario del viernes, su audiencia no es especialmente grande y siete temporadas ya son muchas (todo se vuelve más caro a partir de la quinta). No parece que ellos vayan a cambiar de todos modos su modus operandi. Desde el piloto sabían cómo hacer la serie y cómo mantener siempre una envidiable consistencia a lo largo de sus temporadas. Sólo pido algún otro capítulo tan divertido como aquel "Will the the real Fred Rovick please stand up?".
10 octubre 2010
El robo de "Hawaii Five-O"
En teoría, el gran protagonista del remake de "Hawaii Five-O", aparte de su sintonía, es Alex O'Loughlin, que lleva ya dos proyectos fallidos y espera que esta serie de policías sea finalmente su pasaporte a algo más que 13 capítulos en una network. O'Loughlin es guapo (aunque un poco cara-cartón), está bueno y hereda el papel de Steve McGarret que hizo famoso en los 70 a Jack Lord, pero tiene a la competencia en su propia casa, porque sólo con aparecer cinco minutos en el piloto, Scott Caan, su a priori sidekick, se transforma en el verdadero centro de la serie. Y sin despegarse mucho del papel que hacía en "Ocean's eleven" y sus dos secuelas.
Caan es Danno, un policía divorciado de Nueva Jersey que se muda a Hawai para poder estar más cerca de su hija, y que lleva el caso del asesinato del padre de Garret. Así es como los dos se conocen, y la búsqueda de Victor Hess, la mente detrás de esa muerte, será un tema recurrente a lo largo de la temporada, pero aquí lo que de verdad es el centro de todo son los casos que Garret y su equipo van a resolver, un equipo que él monta a petición de la gobernadora y que, gracias a eso, tiene casi un cheque en blanco para llevar a cabo sus investigaciones. El grupo se completa con Chin (creo que se llama así) y su prima Kono, interpretados por Daniel Dae-Kim y una Grace Park que, al igual que en "Galáctica", se hace cargo de un personaje que, en la serie original, era un hombre.
Por el momento, lo más destacable de "Hawaii Five-O" son las discusiones entre Danno y Garret, forjadas en el molde clásico de los compañeros que tienen puntos de vista diferentes sobre cómo llevar a cabo el trabajo. Son divertidas y ayudan a establecer a Scott Caan como el verdadero protagonista de todo, algo que no pocos críticos han destacado antes que yo; es el chico nuevo que llega a una ciudad distinta con sus métodos diferentes (y su corbata) y que debe adaptarse como buenamente pueda, o intentar implantar sus principios. El tira y afloja entre los dos resulta simpático, y hasta hacen algunos chistes con la frase más famosa del original, "Book'em, Danno" ("Fíchalos, Danno"), porque de momento tampoco hay mucho más. Pero estas series procedimentales, si empiezan a ofrecer algo más, no la hacen hasta la mitad de la temporada, o así.
Música de la semana: The Black Keys han estado esta semana un poco por todas partes. Primero fue la promoción de la quinta temporada de "Friday Night Lights" y luego, esta "Sinister kid" sonó precisamente en un capítulo de "Hawaii Five-O".
Caan es Danno, un policía divorciado de Nueva Jersey que se muda a Hawai para poder estar más cerca de su hija, y que lleva el caso del asesinato del padre de Garret. Así es como los dos se conocen, y la búsqueda de Victor Hess, la mente detrás de esa muerte, será un tema recurrente a lo largo de la temporada, pero aquí lo que de verdad es el centro de todo son los casos que Garret y su equipo van a resolver, un equipo que él monta a petición de la gobernadora y que, gracias a eso, tiene casi un cheque en blanco para llevar a cabo sus investigaciones. El grupo se completa con Chin (creo que se llama así) y su prima Kono, interpretados por Daniel Dae-Kim y una Grace Park que, al igual que en "Galáctica", se hace cargo de un personaje que, en la serie original, era un hombre.
Por el momento, lo más destacable de "Hawaii Five-O" son las discusiones entre Danno y Garret, forjadas en el molde clásico de los compañeros que tienen puntos de vista diferentes sobre cómo llevar a cabo el trabajo. Son divertidas y ayudan a establecer a Scott Caan como el verdadero protagonista de todo, algo que no pocos críticos han destacado antes que yo; es el chico nuevo que llega a una ciudad distinta con sus métodos diferentes (y su corbata) y que debe adaptarse como buenamente pueda, o intentar implantar sus principios. El tira y afloja entre los dos resulta simpático, y hasta hacen algunos chistes con la frase más famosa del original, "Book'em, Danno" ("Fíchalos, Danno"), porque de momento tampoco hay mucho más. Pero estas series procedimentales, si empiezan a ofrecer algo más, no la hacen hasta la mitad de la temporada, o así.
Música de la semana: The Black Keys han estado esta semana un poco por todas partes. Primero fue la promoción de la quinta temporada de "Friday Night Lights" y luego, esta "Sinister kid" sonó precisamente en un capítulo de "Hawaii Five-O".
09 octubre 2010
Están entre nosotros
ALERTA SPOILERS: ¿Hay alguien por ahí viendo "The event" y no quiere saber qué pasa en el tercer capítulo? Pues no paséis de aquí.
¿Qué hacer con "The event"? Ojalá lo supiera. El dejà vú hacia "FlashForward" y "Persons unknown" es muy fuerte, lo que quiere decir que no sería raro que, en un par de capítulos, la abandone definitivamente. Pero, por ahora, ahí estamos, viendo a Sean Walker correr como pollo sin cabeza de gente que no sabemos muy bien para qué lo necesitan, y al presidente de EE.UU. lidiar con los 97 de Inostranka, lo que saben y lo que no y las maniobras de quienes estaban en el ajo desde el principio y quieren seguir moviendo los hilos en la sombra. Para empezar, aquella historia que nos contaron al principio de que los enigmas se iban a resolver enseguida era una patraña, lógicamente. Una vez que sabemos que son extraterrestres, no pueden contarnos nada, o esto no necesitaría ni 10 capítulos.
Lo curioso de todo es que es como si estuviéramos viendo una continuación de la conspiración de "Expediente X" (y si no sabéis de qué iba ya a partir de la séptima temporada, siento tener que revelarla, pero ya hace casi una década que se acabó). El plan de los extraterrestres para invadir la Tierra, la connivencia de algunos sectores del gobierno estadounidense y las facciones opuestas que intentan desbaratarlo todo culminaban en una fecha, 20 de diciembre de 2012 (si no me falla la memoria), en la que, en teoría, la invasión tendría lugar, y que Mulder y Scully debían evitar. Solamente la mención de los detenidos de Inostranka fue suficiente para hacer esta asociación, y todo lo que ha venido después, incluso en diálogos como ese "debemos protegerlos de la verdad", no hace más que acrecentarla. Y mi interés en la conspiración de "Expediente X" decayó enormemente en su sexta temporada, así que dicha asociación, para mí, no es buena señal.
"The event" no parece tener un plan. No pasa nada porque averigüemos enseguida de qué va todo (fijo que los de Inostranka son unos refugiados, o algo así, y el evento es o su rescate o algún tipo de contraataque contra quienes los busquen, para los que es posible que trabajen los que secuestraron a la novia de Sean e intentaron estrellar el avión), pero parece que sus personajes van de un lado a otro sin saber porqué y sin preguntárselo. Los saltos temporales no ayudan nada (no son más que un truco que queda aparente), si bien en el tercer episodio han utilizado menos que en los anteriores. Pero o desvelan las respuestas o no, pero que no empiecen a abusar de los amagos y los "uy, casi, lástima que se lo hayan cargado".
El futuro en la parrilla de la NBC de "The event" tampoco está claro. Empezó con fuerza pero ha ido desinflándose semana a semana, y si no detiene su caída, no pasará del episodio 13. Para su consuelo, ni "Undercovers" ni "Chuck" están mucho mejor que ella, aunque las audiencias de la segunda son bajas pero estables. Parece que los sweeps de noviembre van a ser más decisivos de lo que acostumbran.
¿Qué hacer con "The event"? Ojalá lo supiera. El dejà vú hacia "FlashForward" y "Persons unknown" es muy fuerte, lo que quiere decir que no sería raro que, en un par de capítulos, la abandone definitivamente. Pero, por ahora, ahí estamos, viendo a Sean Walker correr como pollo sin cabeza de gente que no sabemos muy bien para qué lo necesitan, y al presidente de EE.UU. lidiar con los 97 de Inostranka, lo que saben y lo que no y las maniobras de quienes estaban en el ajo desde el principio y quieren seguir moviendo los hilos en la sombra. Para empezar, aquella historia que nos contaron al principio de que los enigmas se iban a resolver enseguida era una patraña, lógicamente. Una vez que sabemos que son extraterrestres, no pueden contarnos nada, o esto no necesitaría ni 10 capítulos.
Lo curioso de todo es que es como si estuviéramos viendo una continuación de la conspiración de "Expediente X" (y si no sabéis de qué iba ya a partir de la séptima temporada, siento tener que revelarla, pero ya hace casi una década que se acabó). El plan de los extraterrestres para invadir la Tierra, la connivencia de algunos sectores del gobierno estadounidense y las facciones opuestas que intentan desbaratarlo todo culminaban en una fecha, 20 de diciembre de 2012 (si no me falla la memoria), en la que, en teoría, la invasión tendría lugar, y que Mulder y Scully debían evitar. Solamente la mención de los detenidos de Inostranka fue suficiente para hacer esta asociación, y todo lo que ha venido después, incluso en diálogos como ese "debemos protegerlos de la verdad", no hace más que acrecentarla. Y mi interés en la conspiración de "Expediente X" decayó enormemente en su sexta temporada, así que dicha asociación, para mí, no es buena señal.
"The event" no parece tener un plan. No pasa nada porque averigüemos enseguida de qué va todo (fijo que los de Inostranka son unos refugiados, o algo así, y el evento es o su rescate o algún tipo de contraataque contra quienes los busquen, para los que es posible que trabajen los que secuestraron a la novia de Sean e intentaron estrellar el avión), pero parece que sus personajes van de un lado a otro sin saber porqué y sin preguntárselo. Los saltos temporales no ayudan nada (no son más que un truco que queda aparente), si bien en el tercer episodio han utilizado menos que en los anteriores. Pero o desvelan las respuestas o no, pero que no empiecen a abusar de los amagos y los "uy, casi, lástima que se lo hayan cargado".
El futuro en la parrilla de la NBC de "The event" tampoco está claro. Empezó con fuerza pero ha ido desinflándose semana a semana, y si no detiene su caída, no pasará del episodio 13. Para su consuelo, ni "Undercovers" ni "Chuck" están mucho mejor que ella, aunque las audiencias de la segunda son bajas pero estables. Parece que los sweeps de noviembre van a ser más decisivos de lo que acostumbran.
08 octubre 2010
Picoteo de policías
1.- Regresar a "CSI" tras llevar casi dos temporadas sin verla es un poco extraño, principalmente porque Grissom ya no está, Catherine es la nueva jefa y de Ray casi no he visto nada para decidir si me gusta o no. Sí veo que, además de la vuelta full time de Sara, han añadido a una nueva experta en bombas que, o ando muy mal de acentos, o es irlandesa (y se apellida Monahan, aún más clásico), lo que por un momento me llevó a la duda de cómo se las arreglaría Fiona Glenane trabajando para la policía de Las Vegas. No hay mucho más que añadir, aparte de que hay un psicópata heredado de la anterior temporada y un Unabomber nuevo que parece que va a ser el malo para esta 11ª entrega de capítulos, que se dice pronto. En unos capítulos añadirán un nuevo personaje, la policía a la que interpreta Katee Sackhoff, pero todos sabemos ya cómo es "CSI". Justo en eso radica parte de su éxito.
2.- Hace unas semanas, en "The TV Addict" comparaban los estrenos de las nuevas temporadas de "Bones" y "Castle", en las que volvían a reunirse sus protagonistas después de un tiempo separados. Sin embargo, no he visto que hicieran lo mismo con el capítulo de la semana pasada de "El mentalista", en el que Jane compartía con Castle que lo pillaran en la escena del crimen de un modo que les permitía jugar ligeramente con nuestras expectativas. Pero poco, por supuesto, aunque Patrick siempre es más imprevisible, lógicamente, que Richard. Su serie cada vez más es el show de Jane y Lisbon, y él cada vez está un poquito más metido en su agujero de culpa. No aporta nada nuevo con respecto a las temporadas anteriores, pero Simon Baker sigue siendo divertido de ver por ahora.
3.- Sin embargo, esta tercera temporada de "El mentalista" tiene para mí un ultimátum del mismo modo que la tuvo, sorprendentemente, la tercera de "In plain sight" (renovada para una cuarta, por cierto). Después de lo que me divirtió la segunda, esperaba con curiosidad ver si continuaban, como parecía, centrándose más en las peculiaridades del trabajo de los marshalls del Programa de Protección de Testigos y, en concreto, en el dúo Mary-Marshall. Pero, oh sorpresa, resulta que los nuevos productores ejectuvos decidieron no sé si ser más fieles a cómo trabajan estos inspectores o qué, pero los dos se pasan casi todos los episodios moviéndose cada uno por su cuenta, y sus interacciones son escasas. Era la parte con la que yo siempre he disfrutado más, y si de repente la recortan tanto, mi interés en la serie decae. Me quedan cuatro capítulos para acabar la temporada y creo que ahí se van a quedar. Me temo que ya me he despedido de Mary Shannon y Marshall Mann.
4.- Esta semana se ha dado una circunstancia curiosa en EE.UU., y es que BBC America estrenaba "Law & order UK" justo cuando "Law & order LA" entraba en su segundo episodio. Es curioso porque casi todas las reseñas de la primera se han hecho poniendo de manifiesto los fallos de la segunda (que yo aún no he podido ver). Parece ser que a la nueva encarnación de la serie de Dick Wolf le falta rodaje y se ve aún forzada, mientras la inglesa se ve más natural ya desde el principio. Yo también soy fan de la pareja de policías Brooks-Devlin, pero tengo curiosidad por ver si algún día dejarán de basarse en guiones de las primeras temporadas de "Ley y orden" o no, y cómo será la serie entonces. Eso sí, aquí queda mucho mejor toda la locura mediática que pueden desatar algunos casos. Ya sabemos que los tabloides ingleses están dispuestos a cualquier cosa con tal de vender periódicos, literalmente cualquier cosa.
2.- Hace unas semanas, en "The TV Addict" comparaban los estrenos de las nuevas temporadas de "Bones" y "Castle", en las que volvían a reunirse sus protagonistas después de un tiempo separados. Sin embargo, no he visto que hicieran lo mismo con el capítulo de la semana pasada de "El mentalista", en el que Jane compartía con Castle que lo pillaran en la escena del crimen de un modo que les permitía jugar ligeramente con nuestras expectativas. Pero poco, por supuesto, aunque Patrick siempre es más imprevisible, lógicamente, que Richard. Su serie cada vez más es el show de Jane y Lisbon, y él cada vez está un poquito más metido en su agujero de culpa. No aporta nada nuevo con respecto a las temporadas anteriores, pero Simon Baker sigue siendo divertido de ver por ahora.
3.- Sin embargo, esta tercera temporada de "El mentalista" tiene para mí un ultimátum del mismo modo que la tuvo, sorprendentemente, la tercera de "In plain sight" (renovada para una cuarta, por cierto). Después de lo que me divirtió la segunda, esperaba con curiosidad ver si continuaban, como parecía, centrándose más en las peculiaridades del trabajo de los marshalls del Programa de Protección de Testigos y, en concreto, en el dúo Mary-Marshall. Pero, oh sorpresa, resulta que los nuevos productores ejectuvos decidieron no sé si ser más fieles a cómo trabajan estos inspectores o qué, pero los dos se pasan casi todos los episodios moviéndose cada uno por su cuenta, y sus interacciones son escasas. Era la parte con la que yo siempre he disfrutado más, y si de repente la recortan tanto, mi interés en la serie decae. Me quedan cuatro capítulos para acabar la temporada y creo que ahí se van a quedar. Me temo que ya me he despedido de Mary Shannon y Marshall Mann.
4.- Esta semana se ha dado una circunstancia curiosa en EE.UU., y es que BBC America estrenaba "Law & order UK" justo cuando "Law & order LA" entraba en su segundo episodio. Es curioso porque casi todas las reseñas de la primera se han hecho poniendo de manifiesto los fallos de la segunda (que yo aún no he podido ver). Parece ser que a la nueva encarnación de la serie de Dick Wolf le falta rodaje y se ve aún forzada, mientras la inglesa se ve más natural ya desde el principio. Yo también soy fan de la pareja de policías Brooks-Devlin, pero tengo curiosidad por ver si algún día dejarán de basarse en guiones de las primeras temporadas de "Ley y orden" o no, y cómo será la serie entonces. Eso sí, aquí queda mucho mejor toda la locura mediática que pueden desatar algunos casos. Ya sabemos que los tabloides ingleses están dispuestos a cualquier cosa con tal de vender periódicos, literalmente cualquier cosa.
06 octubre 2010
Cuando las luces se apaguen
El día 27 de octubre comienza en DirecTV la quinta y última temporada de "Friday Night Lights". Serán nuestros últimos trece episodios en Dillon (Texas), los últimos en los que veremos a todo un pueblo vivir un escape de su difícil realidad a través del equipo de fútbol americano de su instituto. Cuando las luces del estadio se encienden la noche del viernes, nada más importa, y las victorias y las derrotas se viven como si los Panthers (o los Lions) fueran los Dallas Cowboys y estuvieran jugándose el pase a la Super Bowl. El ambiente, la atmósfera de ese pueblo, que puede llegar a ser muy opresiva, es uno de los mayores logros de esta serie, que siempre fue una de las preferidas por los críticos y, a cambio, una de las más ignoradas por la audiencia, hasta el punto que añadir simplemente "quinta temporada" a su título parecía una quimera cuando se estrenó, en el otoño de la temporada 2006/07.
Su vida no ha podido ser más azarosa. Una de las últimas cosas que hizo Kevin Reilly antes de que lo echaran de la NBC y se fuera a Fox fue renovarla por una segunda temporada (junto con "30 Rock"), a pesar de unas audiencias realmente tristes. Esa segunda entrega se vio lastrada por los intentos de hacer la serie más accesible a un público nuevo que no llegó, y por la huelga de guionistas, que cortó la temporada en el episodio 15. En buena lógica, aquél debería haber sido también su final, pero una de las pocas cosas buenas que Ben Silverman hizo en la NBC fue acordar con DirecTV la salvación de la serie (un camino que luego ha seguido "Damages"). Y, de algún modo, aquella tercera temporada ya compartida entre ambos canales fue como un reseteo de la serie, algo así como un empezar de cero sin dejar de lado la evolución de algunos personajes, a los que les tocaba marcharse del instituto y dejar el equipo.
Desde ese momento, "Friday Night Lights" ha reclamado su lugar entre las mejores series de la última década. Lo que la distingue no es lo que cuenta (que ya hemos dicho que, muchas veces, sería carne de culebrón juvenil), sino cómo lo cuenta. Sus actores tienen libertad para improvisar, se rueda con varias cámaras a la vez que permiten que las escenas no se corten para preparar un plano y su contraplano, en un estilo pseudo-documental que ayuda a transmitir la sensación de que estás ahí. Y luego, claro, tiene en su centro a Eric y Tami Taylor, esa pareja que interpretan de un modo sutilmente grande Kyle Chandler y Connie Britton, las mayores alegrías de la pasada ceremonia de los Emmy. Aquí hay pocas pirotecnias y, en realidad, el fútbol es importante en la medida en que es, para muchos personajes, el momento más álgido de sus vidas, el único momento en el que fueron estrellas.
Como no podía ser menos, recomendar "Friday Night Lights" es harto difícil. Con ésta, más que el "complejo Eiffel", lo que hay son los prejuicios de que será una americanada y de que no es más que un culebrón ensalzado por la crítica. Qué se le va a hacer. Ese "clear eyes, full hearts, can't lose" seguirá siendo un saludo sólo entre iniciados.
P.D.: DirecTV ha vuelto a la carga con sus promociones, esta vez optando por algo un poco más convencional. La canción elegida, eso sí, va que ni pintada con el hecho de que es la temporada final: "When the lights go out", de The Black Keys.
Su vida no ha podido ser más azarosa. Una de las últimas cosas que hizo Kevin Reilly antes de que lo echaran de la NBC y se fuera a Fox fue renovarla por una segunda temporada (junto con "30 Rock"), a pesar de unas audiencias realmente tristes. Esa segunda entrega se vio lastrada por los intentos de hacer la serie más accesible a un público nuevo que no llegó, y por la huelga de guionistas, que cortó la temporada en el episodio 15. En buena lógica, aquél debería haber sido también su final, pero una de las pocas cosas buenas que Ben Silverman hizo en la NBC fue acordar con DirecTV la salvación de la serie (un camino que luego ha seguido "Damages"). Y, de algún modo, aquella tercera temporada ya compartida entre ambos canales fue como un reseteo de la serie, algo así como un empezar de cero sin dejar de lado la evolución de algunos personajes, a los que les tocaba marcharse del instituto y dejar el equipo.
Desde ese momento, "Friday Night Lights" ha reclamado su lugar entre las mejores series de la última década. Lo que la distingue no es lo que cuenta (que ya hemos dicho que, muchas veces, sería carne de culebrón juvenil), sino cómo lo cuenta. Sus actores tienen libertad para improvisar, se rueda con varias cámaras a la vez que permiten que las escenas no se corten para preparar un plano y su contraplano, en un estilo pseudo-documental que ayuda a transmitir la sensación de que estás ahí. Y luego, claro, tiene en su centro a Eric y Tami Taylor, esa pareja que interpretan de un modo sutilmente grande Kyle Chandler y Connie Britton, las mayores alegrías de la pasada ceremonia de los Emmy. Aquí hay pocas pirotecnias y, en realidad, el fútbol es importante en la medida en que es, para muchos personajes, el momento más álgido de sus vidas, el único momento en el que fueron estrellas.
Como no podía ser menos, recomendar "Friday Night Lights" es harto difícil. Con ésta, más que el "complejo Eiffel", lo que hay son los prejuicios de que será una americanada y de que no es más que un culebrón ensalzado por la crítica. Qué se le va a hacer. Ese "clear eyes, full hearts, can't lose" seguirá siendo un saludo sólo entre iniciados.
P.D.: DirecTV ha vuelto a la carga con sus promociones, esta vez optando por algo un poco más convencional. La canción elegida, eso sí, va que ni pintada con el hecho de que es la temporada final: "When the lights go out", de The Black Keys.
05 octubre 2010
Las reglas de Huddy
ALERTA SPOILERS: Creo que saber qué ocurre en el principio de la séptima temporada de "House" no es especialmente grave, pero por si acaso aún no has visto los dos primeros capítulos, mejor detente aquí.
Mejor no andarse con rodeos. A Gregory House no le gustan, así que la séptima temporada empieza directamente donde acabó la sexta y, además, afronta en los primeros cinco minutos lo que va a ser el tema que vertebre, muy probablemente, todos los capítulos: que House y Cuddy ahora sí que son de verdad Huddy. Y por si nos quedaba alguna duda, se pasan todo el primer capítulo sin salir de casa de House, y casi sin salir de su cama. Se permiten vivir 24 horas en su burbuja, una burbuja en la que ella no es la jefa de House y en la que él no tiene miedo de que la felicidad sea finita y se acabe más pronto de lo deseado. Sin embargo, ambos son muy conscientes de que el camino que tienen por delante no es fácil, y las caras de los dos al despedirse al final del capítulo son muy elocuentes.
¿Y ahora qué? Pues ahora deben comportarse como adultos y buscar unas normas que les permitan trabajar juntos sin estropear su relación personal ni inmiscuirse en sus parcelas profesionales, lo que es casi virtualmente imposible de conseguir. La honestidad completa y brutal puede funcionar, a costa de que sepan encajar el dolor que seguro va a causar. Tratar de ceder ante el otro durante sus consultas profesionales sólo empeora las cosas, así que House y Cuddy van a intentar que su relación funcione sin traicionar quienes son. Para él, es la culminación de todo lo que vivió la temporada pasada, desde su rehabilitación de la Vicodina a las sesiones con su psiquiatra, y un paso con el que la serie llevaba amagando desde la quinta temporada (y antes, pero antes era simplemente una sutil TSNR y Cuddy compartía esa tensión con otras, como Cameron al principio).
Sus responsables afirman que van a explorar esa relación con todas las consecuencias, siendo coherentes con el modo de ser de los dos personajes y, sobre todo, de House, que ya hemos visto que no ha perdido su sentido del humor ni su sarcástica manera de meterse con su equipo. Desde hace tres temporadas, las patas que sostienen todo son House, Cuddy y Wilson, y el centro en ellos se ha ido haciendo cada vez más evidente, hasta el punto que los casos médicos importan tanto como los que Booth y Brennan resuelven en "Bones" (es decir, apenas nada). Sí, la marcha de Trece y sus misteriosos motivos para ello ponen ahí un poquito de intriga, pero tampoco es algo crucial para el devenir de la serie.
Hay muchas habladurías de que, tal vez, "House" no pase de esta temporada. A pesar de que ha sufrido un inevitable desgaste de audiencia, todavía funciona bastante bien los lunes por la noche, y Hugh Laurie tiene aún contrato por una temporada más. No es fácil aventurar si el nuevo camino tomado por la serie conducirá a alguna parte, pero tiene pinta de que va a resultar interesante de ver. Y nunca hace daño ver más a Laurie con Lisa Edelstein y Robert Sean Leonard. Estos tres hacen entretenido incluso un debate sobre la economía del sistema sanitario estadounidense.
Mejor no andarse con rodeos. A Gregory House no le gustan, así que la séptima temporada empieza directamente donde acabó la sexta y, además, afronta en los primeros cinco minutos lo que va a ser el tema que vertebre, muy probablemente, todos los capítulos: que House y Cuddy ahora sí que son de verdad Huddy. Y por si nos quedaba alguna duda, se pasan todo el primer capítulo sin salir de casa de House, y casi sin salir de su cama. Se permiten vivir 24 horas en su burbuja, una burbuja en la que ella no es la jefa de House y en la que él no tiene miedo de que la felicidad sea finita y se acabe más pronto de lo deseado. Sin embargo, ambos son muy conscientes de que el camino que tienen por delante no es fácil, y las caras de los dos al despedirse al final del capítulo son muy elocuentes.
¿Y ahora qué? Pues ahora deben comportarse como adultos y buscar unas normas que les permitan trabajar juntos sin estropear su relación personal ni inmiscuirse en sus parcelas profesionales, lo que es casi virtualmente imposible de conseguir. La honestidad completa y brutal puede funcionar, a costa de que sepan encajar el dolor que seguro va a causar. Tratar de ceder ante el otro durante sus consultas profesionales sólo empeora las cosas, así que House y Cuddy van a intentar que su relación funcione sin traicionar quienes son. Para él, es la culminación de todo lo que vivió la temporada pasada, desde su rehabilitación de la Vicodina a las sesiones con su psiquiatra, y un paso con el que la serie llevaba amagando desde la quinta temporada (y antes, pero antes era simplemente una sutil TSNR y Cuddy compartía esa tensión con otras, como Cameron al principio).
Sus responsables afirman que van a explorar esa relación con todas las consecuencias, siendo coherentes con el modo de ser de los dos personajes y, sobre todo, de House, que ya hemos visto que no ha perdido su sentido del humor ni su sarcástica manera de meterse con su equipo. Desde hace tres temporadas, las patas que sostienen todo son House, Cuddy y Wilson, y el centro en ellos se ha ido haciendo cada vez más evidente, hasta el punto que los casos médicos importan tanto como los que Booth y Brennan resuelven en "Bones" (es decir, apenas nada). Sí, la marcha de Trece y sus misteriosos motivos para ello ponen ahí un poquito de intriga, pero tampoco es algo crucial para el devenir de la serie.
Hay muchas habladurías de que, tal vez, "House" no pase de esta temporada. A pesar de que ha sufrido un inevitable desgaste de audiencia, todavía funciona bastante bien los lunes por la noche, y Hugh Laurie tiene aún contrato por una temporada más. No es fácil aventurar si el nuevo camino tomado por la serie conducirá a alguna parte, pero tiene pinta de que va a resultar interesante de ver. Y nunca hace daño ver más a Laurie con Lisa Edelstein y Robert Sean Leonard. Estos tres hacen entretenido incluso un debate sobre la economía del sistema sanitario estadounidense.
04 octubre 2010
La pareja que no lo era
ALERTA SPOILERS: Vamos a ser breves y concisos, como gusta en el Jeffersonian. ¿Habéis visto los dos primeros episodios de la sexta temporada de "Bones"? ¿No? Pues volved cuando lo hayáis hecho, aunque con esta serie los spoilers no son tan importantes.
"Érais una pareja. Sólo que no os acostábais juntos". Este resumen de Angela pone el dedo en la llaga que Brennan va a tener que soportar al principio de esta sexta temporada, y en la realidad que tiene que afrontar. Booth vuelve de Afganistán con una novia periodista con la que parece que el asunto va en serio, y a Huesos le va a tocar lamentar la oportunidad perdida cuando él se le declaró abiertamente. Por mucho que diga sentirse contenta porque él es feliz, o que aparente despreocupación por todo el asunto, le duele. La cara que se le queda al descubrir que Booth y Hannah se conocieron porque él le salvó la vida es suficiente (la bronca que le echa al pobre Clark es sólo la guinda del pastel). A su alrededor, todos se han dado cuenta de lo que está pasando, y Sweets va a empezar a meterse donde no le llaman (no sería Sweets si no), pero Brennan, muy probablemente, ni siquiera sea muy consciente de lo que siente, o no sea capaz de ponerle nombre (¿Celillos?) aunque lo sienta de verdad.
Así, su evolución hacia el equilibrio entre la cabeza y el corazón sigue ocupando el centro de la serie, como es tónica desde hace un par de temporadas. Sí, el truco para volver a reunir a todo el equipo fue bastante descuidado, nada más que una excusa para que el año sabático no lo fuera más (y para meter un mamut, literal y figurado, en medio de la habitación o, en este caso, el laboratorio), pero no era más que un preámbulo sin importancia, una excusa para darle a Caroline más cancha de la que se le da habitualmente (¿no puede salir aunque sólo sean dos minutos en cada episodio? Su reacción cuando Brennan intenta abrazarla valió por todo el capítulo). Y fue, además, sólo el prólogo del no-triángulo amoroso que se nos va a presentar.
Es un no-triángulo porque Hannah no es una tía odiosa y, además, a Brennan parece caerle bien y no quiere inmiscuirse. Pero la historia pasada entre Booth y Huesos flota por ahí como un fantasma, como el proverbial elefante en el salón, y veremos cómo acaba estropéandose todo. ¿Es que dudáis que Booth y Hannah romperán? Eso es que no habéis visto las suficientes series de este estilo. Es otro de los trucos más viejos del manual de las comedias románticas. Si Temperance no quiere intervenir, será Booth el que sabotee su relación, muy probablemente sin darse cuenta. La duda está en cuándo pasará eso (¿Sweeps de noviembre? ¿Justo antes del parón invernal? ¿O al final de la temporada? Se admiten apuestas). Mientras tanto, seguiremos con nuestros cadáveres asquerosos (aún está sin superar aquél metido en aceite al que se le escurre la carne del hueso, literalmente), con los experimentos de Hodgins y con las situaciones embarazosas (además de la futura paternidad de Hodgins y Angela. Fijo que él le pone al niño Mulder, o algo así).
Y ya que estábamos con "Bones", su solidez en las audiencias continúa siendo digna de mención. Su competencia los jueves a las 8 son los tándem "The Big Bang theory"-"S*#! my dad says" (CBS) y "Community"-"30 Rock" (NBC), además de "The vampire diaries" y lo que ABC vaya a poner para reemplazar "My generation", y se mantiene en los 9 millones de espectadores (y más de un 2 en las demos; "TBBT" tuvo un 3 la semana pasada). En este horario, "Bones" y los vampiros de The CW son las tapadas, como ya demostraron el año pasado. Esto puede ponerse muy interesante en noviembre.
"Érais una pareja. Sólo que no os acostábais juntos". Este resumen de Angela pone el dedo en la llaga que Brennan va a tener que soportar al principio de esta sexta temporada, y en la realidad que tiene que afrontar. Booth vuelve de Afganistán con una novia periodista con la que parece que el asunto va en serio, y a Huesos le va a tocar lamentar la oportunidad perdida cuando él se le declaró abiertamente. Por mucho que diga sentirse contenta porque él es feliz, o que aparente despreocupación por todo el asunto, le duele. La cara que se le queda al descubrir que Booth y Hannah se conocieron porque él le salvó la vida es suficiente (la bronca que le echa al pobre Clark es sólo la guinda del pastel). A su alrededor, todos se han dado cuenta de lo que está pasando, y Sweets va a empezar a meterse donde no le llaman (no sería Sweets si no), pero Brennan, muy probablemente, ni siquiera sea muy consciente de lo que siente, o no sea capaz de ponerle nombre (¿Celillos?) aunque lo sienta de verdad.
Así, su evolución hacia el equilibrio entre la cabeza y el corazón sigue ocupando el centro de la serie, como es tónica desde hace un par de temporadas. Sí, el truco para volver a reunir a todo el equipo fue bastante descuidado, nada más que una excusa para que el año sabático no lo fuera más (y para meter un mamut, literal y figurado, en medio de la habitación o, en este caso, el laboratorio), pero no era más que un preámbulo sin importancia, una excusa para darle a Caroline más cancha de la que se le da habitualmente (¿no puede salir aunque sólo sean dos minutos en cada episodio? Su reacción cuando Brennan intenta abrazarla valió por todo el capítulo). Y fue, además, sólo el prólogo del no-triángulo amoroso que se nos va a presentar.
Es un no-triángulo porque Hannah no es una tía odiosa y, además, a Brennan parece caerle bien y no quiere inmiscuirse. Pero la historia pasada entre Booth y Huesos flota por ahí como un fantasma, como el proverbial elefante en el salón, y veremos cómo acaba estropéandose todo. ¿Es que dudáis que Booth y Hannah romperán? Eso es que no habéis visto las suficientes series de este estilo. Es otro de los trucos más viejos del manual de las comedias románticas. Si Temperance no quiere intervenir, será Booth el que sabotee su relación, muy probablemente sin darse cuenta. La duda está en cuándo pasará eso (¿Sweeps de noviembre? ¿Justo antes del parón invernal? ¿O al final de la temporada? Se admiten apuestas). Mientras tanto, seguiremos con nuestros cadáveres asquerosos (aún está sin superar aquél metido en aceite al que se le escurre la carne del hueso, literalmente), con los experimentos de Hodgins y con las situaciones embarazosas (además de la futura paternidad de Hodgins y Angela. Fijo que él le pone al niño Mulder, o algo así).
Y ya que estábamos con "Bones", su solidez en las audiencias continúa siendo digna de mención. Su competencia los jueves a las 8 son los tándem "The Big Bang theory"-"S*#! my dad says" (CBS) y "Community"-"30 Rock" (NBC), además de "The vampire diaries" y lo que ABC vaya a poner para reemplazar "My generation", y se mantiene en los 9 millones de espectadores (y más de un 2 en las demos; "TBBT" tuvo un 3 la semana pasada). En este horario, "Bones" y los vampiros de The CW son las tapadas, como ya demostraron el año pasado. Esto puede ponerse muy interesante en noviembre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)