17 febrero 2016
Series para impacientes
Si una película la vemos hasta el final antes de decidir si nos gusta o no, ¿hay que hacer lo mismo con una temporada de una serie? Ya hemos hablado en otras ocasiones de si hay que ser pacientes o no con las series, si debemos pasar del piloto aunque no nos haya gustado y si se puede hablar con propiedad de ellas sin haber visto más. La Vanguardia publica hoy, en su edición en papel, un reportaje que se pregunta, precisamente, cuántos capítulos hay que dar de margen a una serie para decidir si seguimos con ella y si nos gusta. ¿Uno? ¿Cuatro? ¿Toda la primera temporada? Es una vieja discusión entre seriéfilos, todavía más relevante en esta época del Peak TV y la clásica excusa de "hay demasiadas series para que perder tres episodios con ésta".
En el reportaje del diario barcelonés (escrito por mi media naranja podcastera, hay que puntualizar) se exponen varios puntos de vista diferentes sobre este tema, desde los que abandonan a las primeras de cambio a los que son más pacientes, y también se recuerda esa estrategia de las networks estadounidenses de hacer que los cuatro primeros capítulos sean como cuatro nuevas versiones del piloto, con la esperanza de atrapar a los espectadores que no hayan visto la serie desde el principio. ¿Pero se da alguna solución a esa pregunta? No, porque es un tema bastante subjetivo. A una serie que nos gusta le vamos a dar más cancha que a una que nos horroriza, pero siempre hay ejemplos de títulos que recompensan nuestra paciencia con ellos.
Ahora, por ejemplo, la emisión de la tercera temporada de "Los 100" está haciendo que bastantes espectadores pregunten, con curiosidad, si la serie merece la pena. Que se emita en The CW provoca ciertos recelos en muchos de ellos, pero las críticas que llegan de Estados Unidos y el insistente ruido que genera cada episodio en las redes sociales (más el "efecto Netflix") provoca que haya quien se pregunte si no está perdiéndose algo interesante. También es común que se reenganchen espectadores que la abandonaron tras ver su piloto. Demasiado actor guapo y joven, y demasiada telegrafía de posibles triángulos amorosos, para que pudieran tomarse en serio aquello.
En aquel primer capítulo, sin embargo había encerrada una serie mucho más estimable, si los guionistas se atrevían a sacarla a la superficie. Para un fan del género, como yo, puede ser más fácil ser indulgente con "Los 100" y otorgarle tres o cuatro capítulos más de margen, mientras otro considera que podría estar viendo "Halt and catch fire" en su lugar. No hay una única respuesta ni una solución válida para esto. Sí es verdad que la paciencia con las series merece la pena si encontramos algo que nos llame la atención al principio (como Cat Grant en "Supergirl"), y que para ello, a veces, hay que enfrentarse a ellas con una mente abierta, como diría Mulder . Pero también es verdad que no merece la pena continuar con una serie que no nos atrae. De ahí al hate-watching sólo hay un paso, y eso sí que es síntoma de que deberíamos estar dedicando nuestro tiempo a otras cosas.
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