17 julio 2017
Regeneración o muerte
Es una coincidencia sumamente interesante que el mismo día en que estrenaba su séptima temporada "Juego de tronos", una serie muy masculina que ha acabado dominada por las mujeres, "Doctor Who" anunciaba que el decimotercer ocupante de la TARDIS iba a dejar de ser un varón para convertirse en una mujer. Era una reclamación que un sector nutrido de fans llevaba tiempo haciendo (desde antes de que Peter Capadi asumiera los mandos de la nave); si la serie quería de verdad entrar en su segundo medio siglo de vida tan relevante como hasta ahora, tenía que empezar a dejar de creer que sólo hombres blancos podían ser el Doctor.
Porque "Doctor Who" necesita con urgencia aire fresco. En Basura and TV repasaban las razones por las que BBC necesitaba este cambio: la serie ha perdido audiencia de una manera bastante sensible en las temporadas de Capaldi y también acusa el desgaste de tener a Steven Moffat durante tanto tiempo al frente. Sus historias han perdido frescura e ingenio; ya en la sexta temporada, su pretensión de contar un único misterio para toda la temporada derivó en una de las más flojas de la era moderna, paradójicamente, cuando se encontraba en el punto más alto de su popularidad internacional (en Estados Unidos, sobre todo), y toda la chispa que aportó al principio Matt Smith se perdió en la obsesión por Amy y Rory y, después, en querer convertir a Clara, la nueva acompañante, en otro puzzle más.
La entrada de nuevos productores ejecutivos y nuevos Doctores suele renovar la serie. El cambio de Russell T. Davies y David Tennant a Steven Moffat y Matt Smith dio otro brío a una "Doctor Who" que se había ensimismado en los traumas del Doctor, y ahora, aunque Capaldi ha sido un muy buen protagonista, se necesita alguien que no crea que hace falta un enorme enigma para que funcionen los episodios. A toro pasado, la temporada de Christopher Eccleston fue modélica en su manera de conseguir capítulos autoconclusivos entretenidos y un misterio serializado que no fagocitara el resto de la serie. Chris Chibnall y Jodie Whittaker se enfrentan a un reto muy parecido, con la diferencia de que, ahora, sobre sus hombros descansa la supervivencia de la serie más allá de su reducto de los sábados por la tarde en BBC.
En Vulture afirmaban que, en un panorama cultural en el que hasta "Star Trek" va a tener una serie protagonizada por una mujer (negra, además), "Doctor Who" no podía seguir anclado en sus elecciones del pasado. Si quiere mantenerse relevante, si quiere atraer a un nuevo público que palie su declive en audiencias, si quiere que los periodistas vuelvan a escribir sobre ella como lo hacían en otra época, tiene que regenerarse con el propio Doctor. Y que Trece vaya a ser una mujer es justo la jugada que necesitaba.
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