ALERTA SPOILERS: Sólo por si acaso, creo que es de recibo avisar de que puede que se desvele el cliffhanger con el que "The Good Wife" ha cerrado su temporada otoñal.
La sexta temporada de “The Good Wife” se ha ido de vacaciones hasta principios de enero, aprovechando el cierre de la trama centrada en Cary Agos para ello, pero una de las cosas que más ha destacado del capítulo no es tanto el giro que toma esa trama, como el modo en el que está contado ese giro. Es significativo que la serie esté jugando más con los puntos de vista en esta temporada que en todas las anteriores. Hemos visto, por ejemplo, algo más de cómo es Lana Delaney separada de Kalinda, y se ha hecho más habitual que nos cuenten algo más de los clientes o de los jueces antes de que los protagonistas principales entren en acción. En este “The trial”, y como bien apuntan en The AV Club, ese cambio de los puntos de vista desde los que vemos el juicio de Cary enfatizan el hecho de que el resultado de dicho juicio está totalmente fuera de su control.
La sexta temporada de “The Good Wife” se ha ido de vacaciones hasta principios de enero, aprovechando el cierre de la trama centrada en Cary Agos para ello, pero una de las cosas que más ha destacado del capítulo no es tanto el giro que toma esa trama, como el modo en el que está contado ese giro. Es significativo que la serie esté jugando más con los puntos de vista en esta temporada que en todas las anteriores. Hemos visto, por ejemplo, algo más de cómo es Lana Delaney separada de Kalinda, y se ha hecho más habitual que nos cuenten algo más de los clientes o de los jueces antes de que los protagonistas principales entren en acción. En este “The trial”, y como bien apuntan en The AV Club, ese cambio de los puntos de vista desde los que vemos el juicio de Cary enfatizan el hecho de que el resultado de dicho juicio está totalmente fuera de su control.
Las situaciones circunstanciales del juez, del jurado con problemas de oído y de la fiscal Geneva Pine (de la que nos cuentan media temporada de historia en apenas dos secuencias y dos primeros planos en los que prácticamente se habla de otras cosas diferentes) influyen tanto como el hecho de que la defensa de Cary no sea lo suficientemente sólida como para evitar que vaya a la cárcel. La lenta implosión del personaje de Matt Czuchry desde el principio de la temporada se completa con su aceptación del acuerdo con la fiscalía; Cary nunca ha terminado de tomarse demasiado en serio los cargos que pesaban contra él, ni siquiera después de haber estado dos semanas en prisión. El sentimiento de autosuficiencia, de que tiene derecho a la posición privilegiada en la que se encuentra, ese entitlement del que acusan a Alicia durante su campaña, está detrás de todas las veces que su agente de la condicional le reprocha que crea que todo es un juego. Cary es abogado de éxito, blanco, de buena familia y con un sueldo anual de casi seis cifras, y piensa que no va a seguir el mismo camino que cualquier lugarteniente de Lemond Bishop, lo que es su gran error.
Le pasa lo mismo que le ocurre en su relación con Kalinda; cree que es especial, que es el único para ella, pero no es así. Su agente de la condicional ha sido otro de los ejemplos del cambiante punto de vista a lo largo de esta primera mitad de la temporada de “The Good Wife”. Sus entrevistas con el propio Agos, con Diane, con Alicia y con Kalinda se presentan desde sus ojos, después de que la hayamos visto seguir el mismo procedimiento con otros de sus “clientes”. Permite que observemos a personajes a los que conocemos muy bien con la mirada de un extraño, de alguien que se los encuentra por primera vez y que puede llevarse la impresión de que son arrogantes, de que no se toman en serio un proceso que creen que está por debajo de ellos. El juego sobre la imagen que proyectamos hacia los demás se ha acentuado con Alicia como candidata a fiscal del distrito, y el cinismo de la serie hacia el backstage de la política ha ganado todavía más protagonismo.
Nunca ha sido un título que presente una versión idealizada y romántica de cómo trabajan los abogados o cómo se manejan campañas políticas. Los parecidos a “Damages” que se notaban en la pelea por el control de Lockhart & Gardner en la segunda temporada no eran casuales, y lo que “The Good Wife” ha hecho es profundizar más en eso, exponer más las sombras en la personalidad de sus protagonistas. Por supuesto, es en Alicia en quien se está notando más esta táctica. Enfrentada al juego de espejos de la política, sus principios se ven todavía más comprometidos y se da cuenta que sólo es cierta una parte de aquel refrán de “la mujer del César no sólo debe ser honrada, sino parecerlo”. Además, a través de ella, que es atea, pero no intolerante, se continúa explorando la importancia de la religión en los políticos estadounidenses, un tema que tocaban hace unos días en The Daily Beast.
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