10 noviembre 2016
Cómo ser una de las mejores series de la historia
Elaborar una lista de las mejores series de la historia es una fácil manera de garantizar un animado debate entre tus lectores. Todo el mundo tiene su propia opinión sobre cuál debería ser el número uno, sobre el criterio de los que han elegido la lista y sobre las series que se han quedado fuera, y lo único que se saca en claro al final es que los gustos de cada uno influyen mucho en estas aseveraciones tan importantes y serias. Pero, al mismo tiempo, resulta interesante preguntarse por qué siempre están las mismas en los primeros puestos y qué características tienen en común, porque eso puede ayudar a que nos hagamos una idea de qué debe tener una serie para ser incluida en tan insigne compañía.
Hace algún tiempo, una crítica estadounidense (no recuerdo cuál) señalaba que había una circunstancia que determinaba bastante el sesgo de esas listas cuando se hacían solicitando la opinión de varios periodistas de televisión: muchos de ellos son hombres blancos que están más cerca de los 50 que de los 40, por lo que responden más ante historias cuyos protagonistas son más similares a ellos. "Los Soprano", "Mad Men" o "Breaking Bad", con sus hombres atravesando crisis de la mediana edad de diferentes maneras, ya tenían ganado, al menos, el interés por parte de esos críticos. Luego, esas tres terminaron siendo grandes series, así que todo acaba saliendo bien, pero es verdad que, un poco por su culpa, se acabó creando una especie de patrón de lo que una serie debía tener para que fuera "televisión de prestigio": cierta aura de oscuridad, un antihéroe en su centro, una representación casi anecdótica de personajes femeninos, ciertas aspiraciones artísticas... Aquella "Darkness at noon" paródica que aparecía en "The good wife" resumía perfectamente en qué se quedaban las pálidas fotocopias de los tótem televisivos.
Cuando las listas se vuelven monumentales, como la de las 100 mejores series de Rolling Stone, hay espacio para que entren opciones que se salgan de esos márgenes, pero los puestos de cabeza seguirán, probablemente, esas directrices. ¿Cuáles son? Tampoco hay una fórmula definida, pero la crítica tiende a tener en mejor consideración dramas con cierta serialización en su trama, con personajes complejos y, a lo mejor, hasta un poco difíciles en su centro, que tengan ciertas ambiciones artísticas o temáticas y, generalmente, se favorecen las series de cable a las emitidas en abierto. Esto no es un estudio sistemático de esas series, de todas maneras, y nunca se sabe qué serie va a conectar con los críticos de tal modo, que la van a aupar siempre en las listas de las mejores series.
Es un tema tan subjetivo como cualquier cosa que tenga que ver con la crítica cultural, pero que da para discusiones muy interesantes sobre el clima social en el que se elaboran estas listas, o los gustos de los críticos, o el sesgo que puede aportar ser de una nacionalidad u otra. De todo esto hablaremos, si me permitís el autobombo, el sábado en el Festival de Cortos, y Jornada de Series, de Las Ranetas en Alcañiz (Teruel). No saldrá la lista definitiva de las mejores series de la historia, pero igual sí explicamos por qué "Buffy, cazavampiros" está considerada una de ellas.
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