ALERTA SPOILERS: Se puede hablar de "Star Wars. El despertar de la Fuerza" sin spoilers, pero se pierde parte de la gracia, sobre todo para comentar una de las partes más interesantes de la película. Así que, si no la habéis visto, no sigáis leyendo.
Cuando J.J. Abrams se dedicaba más a la televisión, lo más habitual es que sus series estuvieran centradas en una mujer. Ya podía ser una chica que se va a la universidad a la otra punta del país siguiendo a su amor de instituto, como Felicity Porter, o una espía que descubre de repente que está trabajando para los malos, como Sydney Bristow, el principal conflicto de la historia giraba alrededor de ella. Felicity debía decidir si seguía aferrada a su idea romántica, Sydney tenía que afrontar que el mundo a su alrededor no era como ella creía, Olivia Dunham se veía obligada a asumir que era especial... Era una característica de las series de Bad Robot que no se trasladó tanto al cine, en parte porque las primeras películas de Abrams como director eran continuaciones de historias ya establecidas previamente.
Ethan Hunt y Kirk y Spock eran los centros de "Misión imposible" y "Star Trek" desde antes que Abrams pusiera su granito de arena en esas franquicias, pero al hacerse cargo de "Star Wars. El despertar de la Fuerza", el director volvió a su viejo hábito televisivo y situó en el centro de todo a una mujer, Rey. Y la convirtió en la nueva Luke Skywalker.
Hay un montón de paralelismos entre ambos personajes, más allá de la especulación de que, en realidad, es hija de Luke (o de Han y Leia, y ha habido trucos Jedi por ahí). Los dos arrancan sus aventuras viviendo en planetas desérticos y ganándose la vida como buenamente pueden (Luke es granjero y Rey, chatarrera), los dos son buenos pilotos, enseguida se ganan un fiel amigo en un droide que pone la nota adorable (porque BB8 es realmente adorable), ambos son el centro de una historia sobre el control de un enorme poder en su interior (y de la asunción de quiénes son para marcar una diferencia) y ambos ven morir ante ellos a sus mentores. El momento Obi-Wan de Han Solo a manos de Kylo Ren estaba clarísimo para los fans en cuanto los dos ponen un pie en esa pasarela y Rey aparece en el mirador. Al igual que le pasó a Luke, la muerte de Han es la que impulsa en ella ese despertar al que hace referencia el título de la película, un despertar que convierte en el gran clímax su enfrentamiento final con Ren en la nieve.
Todo el episodio VII es el principio del camino de Rey por ser la elegida para lograr de nuevo el equilibrio en la Fuerza y en la galaxia. Luke bien puede ser su Yoda en la siguiente entrega de la saga, aunque parece que el dilema entre elegir la Luz y la Oscuridad se va a seguir escenificando en Ren, pero su posición como héroe de esta aventura llega bien claro cuando Han la lleva a ella y a Finn a ver a Maz Kanata, y el tacto del sable láser del maestro Skywalker induce en Rey una serie de flashbacks que todavía dan más material especulativo a los fans. A partir de ese momento, el episodio VII empieza a funcionar de verdad. Rey comienza a experimentar usando la Fuerza y se despliega todo su potencial como personaje, ayudado por una Daisy Ridley en la que vuelve a demostrarse el buen ojo que tiene Abrams para elegir actores.
La primera vez que emplea un truco mental jedi en un stormtrooper y, especialmente, el momento en el que atrae el sable de Luke, caído sobre la nieve como si fuera Excalibur o el martillo de Thor, somos realmente conscientes de por dónde va a ir la historia de esta nueva trilogía, y se termina de cimentar quién es la verdadera protagonista del episodio. Y su viaje deja todavía más clara la naturaleza de pseudo-remake de "El despertar de la Fuerza" del episodio IV, algo que se ha vuelto muy habitual en las secuelas recientes de películas ya con unos cuantos años a sus espaldas. "Star Trek. En la oscuridad", también de Abrams, o hasta la fallida "Superman returns" seguían ese camino, pero "El despertar de la Fuerza" funciona mejor justo por tener a Rey.
Abrams sigue el patrón de "La guerra de las galaxias" hasta en arrancar la película en medio de la historia, sin explicar qué ha pasado antes más que en los famosos letreros iniciales, y confiando en que el espectador irá uniendo las piezas por sí solo. Otras no encajarán hasta el episodio VIII, que no veremos hasta mayo de 2017, pero esto sí que ha sido un relanzamiento de la saga a la altura de lo que se esperaba.
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