La tentación al hablar de "Black Mirror" siempre es la misma: disertar sobre los riesgos de la tecnología y quejarse de la sociedad tan dependiente de ella en la que vivimos, en la que las interacciones a través de las redes sociales amenazan con "suplantar" las relaciones cara a cara. Son unas críticas un poco de "viejo gritándole a las nubes" y se quedan con lo superficial, como las que se empeñan en apuntar las "predicciones" que ha hecho la serie de Charlie Brooker. Ahora que su tercera temporada ha debutado en Netflix, a la que se muda desde su hogar original del Channel 4 británico, esos comentarios vuelven a surgir como ese topillo virtual que se ve en "Playtest", el segundo capítulo de la temporada.
Brooker los ha desmentido constantemente en todas las entrevistas que da, pero seguimos resistiéndonos tozudamente a hacerle caso. La tecnología no es el demonio; no es más que una herramienta. Es nuestra facilidad para entregarnos a ella sin pensar, y para canalizar a través de sus avances nuestras peores cualidades, donde está el verdadero riesgo y donde vive "Black Mirror". Lo hemos comentado ya en muchas ocasiones, pero nunca está de más repetirlo; los capítulos más representativos (y mejores) de esta serie de antología no son los más impactantes, los que buscan el shock por el shock dan un giro final a la trama que cambia lo que hemos visto hasta ahora. Son los que giran alrededor de historias más simples, en apariencia, pero que tocan emociones muy personales. Por eso, "The entire history of you", "Be right back" y, en esta tercera temporada, "Nosedive", de momento, son los que de verdad encapsulan el ADN de "Black Mirror".
Los tres muestran avances tecnológicos con el potencial de entrometerse a fondo en nuestra vida, pero es la obsesión de sus protagonistas con ellos lo que puede dar miedo. Es el reflejo que el "espejo negro" devuelve a esas personas lo que está contando la serie. Y ese reflejo, muchas veces las lleva por espirales de descontrol y, a veces, de autodestrucción que no son capaces de detener. "White Bear", un capítulo de la segunda temporada, conseguía el equilibrio ideal entre las "historias humanas", como quien dice, y los capítulos que buscan más el impacto y la revelación que nos deje boquiabiertos. Pero dejemos de decir que "The Waldo moment" predijo el ascenso de Donald Trump.
Aquel episodio, sobre un grosero y maleducado peresonaje de dibujos animados que se presenta a las elecciones en el Reino Unido, estaba más basado en el humorista italiano Beppe Grillo y su Movimiento 5 Estrellas, creado en 2009. Grillo se presentó a unas elecciones en Italia con un mensaje vacío y populista como una manera de criticar y parodiar a ese tipo de políticos, y se encontró con que una numerosa parte del electorado lo apoyaba con sus votos. Claramente, era un tema que "Black Mirror" no podía dejar pasar.
Música de la semana: A veces, hay canciones que empiezan a aparecer en todo tipo de películas y series durante una temporada. Es el caso de "Electric love", que el año pasado se escuchó en "iZombie" y "Faking it" y que desde este verano ya ha aparecido en la película "Nerve" y como acompañamiento de la primera cita de Barry e Iris en "The Flash". Su intérprete es BØRNS, un cantante de Michigan.
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