En los 80 y los 90, en España había algo así como un grupo social al que se denominaba "progres"; eran personas de ideas tirando a la izquierda, que abogaban por una mayor libertad social y política de la que había durante la dictadura franquista. Llamar a alguien progre acabó teniendo cierto aire despectivo, pero el concepto detrás de ese adjetivo, el de unas ideas progresivas, especialmente en lo social, puede todavía aplicarse a algunas series de televisión que los críticos estadounidenses han decidido que figuran entre las más subversivas y casi radicales de la programación a ese lado del Atlántico. Su representación de la vida sexual de un personaje gay, y tener una protagonista negra que se sale de los estereotipos, y que se quita la peluca en pantalla, ha hecho que "How to get away with murder" haya tenido a los periodistas norteamericanos obsesionados con ella. Teniendo en cuenta que el retrato de la diversidad racial y sexual ha sido uno de los temas estrella de la crítica en ese país desde hace ya un año, no es extraño que hayan observado bajo esa óptica la última creación salida de la productora de Shonda Rhimes.
Pero reducir la discusión sobre estas series progresivas sólo a Shondaland es quedarse en la superficie de un movimiento muy interesante que está dándose recientemente en las series estadounidenses, y justo en las que menos podrían considerarse "de prestigio". Hace algún tiempo comentamos que la creciente importancia de los personajes femeninos estaba llevando a que, por ejemplo, no pocos títulos se animaran a incluir relaciones lésbicas, además de un modo bastante natural. El ejemplo más claro es "Arrow" y la revelación de que Nyssa, la hija de Ras' al Ghul, y Sarah Lance estaban juntas; no se le dio mayor importancia y, de hecho, sirve para justificar el comportamiento de Nyssa más adelante. Un retrato parecido está haciendo "Los 100" de Lexa, la comandante de los terrícolas, aunque el desarrollo más notable no podemos comentarlo porque sería un spoiler (en The AV Club sí lo hacen, pero ojo si no vais al día). Pero lo que está haciendo destacar a esa serie es su ambición temática y su falta de miedo por continuar las tramas hasta las últimas consecuencias.
Donde están dándose pasos de gigante hacia esa progresividad (y perdón por el "palabro") es en los títulos orientados al público infantil y juvenil, y el de verdad, no el de The CW o MTV. Tal vez estéis hartos de leer ya esto, pero el universo de Avatar entra perfectamente en la categoría de series más progresivas de Estados Unidos. Aang y Korra abogan por la igualdad, la solidaridad, la empatía hacia el otro, que son también valores que permean "Hora de aventuras" y hasta "Gravity falls". Se puede decir que de estos títulos animados se espera que transmitan a los niños esos valores, pero no hay que dar las cosas por supuestas. Como hemos dicho también muchas veces, en ocasiones la manera más "progre" de presentar algunos de estos temas supuestamente tabúes es hacerlo con naturalidad, sin darle mayor importancia.
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