10 abril 2016
Los ídolos caídos del Juicio del Siglo
Un mes antes de que FX estrenara "The people vs O.J. Simpson", The Hollywood Reporter publicaba un reportaje que contaba cómo el libro "The run of his life", de Jeffrey Toobin, había acabado en manos de dos guionistas como Larry Karaszewski y Scott Alexander, más dedicados al cine que a la tele, y cómo el proyecto había pasado de FOX a FX en cuanto Ryan Murphy entró como productor, utilizándolo como el primer paso bajo el paraguas de su pseudo spin off criminal de "American Horror Story". También adelantaba las razones por las que todos los implicados habían querido ponerlo en pie: trataba un caso de hacía más de veinte años, pero los temas que tocaba están más vigentes en la actualidad que nunca.
El tono de las críticas que Hillary Clinton recibe en su campaña en las primarias del partido demócrata y los casos de Trayvon Martin, en Florida, o Michael Brown, en Ferguson demuestran que el sexismo con el que se trata a mujeres en puestos relevantes y que los comportamientos racistas en las fuerzas policiales no son cosa del pasado en la sociedad estadounidense. El crisol del juicio de O.J. Simpson permite a la serie, con la ventaja que da el paso del tiempo, explorar cómo todos esos temas confluyeron en el veredicto final, cómo se empezaron a dar los primeros pasos de la cultura (u obsesión) de las celebrities y de la búsqueda del sensacionalismo más rápido y barato para rellenar 24 horas de programación de "noticias" (y para llamar más la atención que los competidores). "The people vs O.J. Simpson" utiliza algunos planos y zooms radicales para puntualizar el dramatismo o la importancia de ciertos momentos (como la prueba de los guantes), pero su principal virtud es, precisamente, huir del morbo. Lo que la mueve es explorar todos los puntos que hicieron del caso de O.J. lo que fue y, sobre todo, contextualizarlo en un instante de la historia reciente estadounidense que no sólo influyó en la resolución del caso, sino que sus ramificaciones se notan todavía en la actualidad.
Ha conseguido volver a atrapar al público con un asunto que se pensaba que estaba más que analizado, contado y discutido (como explica la serie al final, sólo el juez Ito no escribió un libro sobre su experiencia en el Juicio del Siglo), y lo ha hecho mostrando lo que se movía entre bambalinas, las motivaciones de todos los involucrados y, especialmente, humanizando a personajes que, para millones de estadounidenses, al cabo de un año de juicio televisado casi se habían convertido justo en eso, en personajes de un drama en lugar de ser personas reales que se estaban desenvolviendo en un hecho real. "The people vs O.J. Simpson" muestra que los métodos de Johnnie Cochran podían ser cuestionables, pero que su lucha por denunciar el trato discriminatorio de la policía hacia los hombres negros era verdadera, o nos enseña que Marcia Clark fue criticada salvajemente en los medios sólo por ser una mujer más que eficaz en su trabajo. De hecho Clark y Chris Darden acaban siendo un poco las dos figuras más reivindicadas y los "héroes" de toda la historia. El estupendo retrato que hacen Sarah Paulson y Sterling K. Brown de ellos (y la química que despliegan) ayuda a que los veamos, en cierta medida, como dos personas que se ven, de repente, luchando contra todos los elementos por conseguir lo que ellos ven como correcto, que acaban solos y prácticamente presentados como "villanos" en toda la historia.
De hecho, se puede argumentar que la serie se inclina por mostrar que O.J. Simpson era culpable, sobre todo, a través de su otro gran hallazgo, Robert Kardashian. Su intérprete, David Schwimmer, contaba que Kris Jenner, ex mujer de Kardashian, le había contado cómo era él y que, cuando se anunció el veredicto, sólo viendo su expresión incrédula, ella sabía que Robert no estaba seguro de que The Juice, su amigo de años, fuera inocente. Kardashian se transforma, de algún modo, en el corazón de la serie, en su verdadera figura trágica. Su sentido de la lealtad y de la amistad se ve tremendamente puesto a prueba con todas las revelaciones que se hacen en el juicio, y esa mirada que comparte con Clark cuando acaba todo es bastante reveladora.
Al final, lo que "The people vs O.J. Simpson" acaba mostrando es una colección de ídolos caídos. El Juicio del Siglo fue tratado más como un entretenimiento que como un juicio real por un doble asesinato. Las experiencias recientes con "Serial" y "Making a murderer" muestran lo fácil que es eso ocurre, que se analicen y comenten historias reales como si fueran ficción, pero la primera temporada de "American Crime Story" añade a eso la circunstancia de que la enorme exposición mediática cambió para siempre las vidas de todos los implicados, y no del todo para bien. ¿Cómo puede alguien recuperar cierta sensación de "normalidad" después de haber estado en el centro de semejante circo descontrolado?
Música de la semana: "The people vs O.J. Simpson" termina con dos canciones: "Ain't no sunshine", de Bill Withers, y parte del Trío Op 100 de Schubert que hizo famoso "Barry Lyndon", pero es otra elección musical con la que nos vamos a quedar: esa "Feeling good", de Nina Simone, que suena mientras Marcia Clark y Chris Darden apagan las luces de la oficina de la fiscalía y se marchan.
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