14 abril 2016
Tócala otra vez, Buffy
Hay dos capítulos de "Buffy, la cazavampiros" que concentran buena parte de los escritos que ha habido sobre la serie desde su final, en 2003. Uno es "The body", de la quinta temporada, que enfrenta a Buffy, de la manera más austera imaginable, con la muerte de su madre, y el otro es "Once more, with feeling", el episodio musical de la sexta entrega, un capítulo del que se han hecho representaciones en institutos y grupos de teatro locales de todo Estados Unidos, cuya versión sing-along ha cerrado durante muchos años la Comic-Con de San Diego y que hasta tuvo un pase especial en la última Muestra Syfy. No era la primera vez que una serie dedicaba un capítulo entero a un musical con canciones escritas especialmente para la ocasión ("Xena, la princesa guerrera" lo había hecho en 1998), pero este "Once more, with feeling" es el que ha acabado convertido un poco en el estándar para otros intentos similares.
La razón no sólo está en que hay unos cuantos guionistas y showrunners actuales que fueron en su momento muy fans de "Buffy" (o que, directamente, trabajaron en ella), sino que el episodio no es una digresión divertida, un pequeño divertimento en medio de la temporada para tomarse un respiro de todo lo que se había contado hasta ese momento, sino que sirve como culminación de unas cuantas líneas argumentales: los problemas en la relación entre Tara y Willow, las dudas de Xander y Anya ante su boda y, sobre todo, lo difícil que resulta para Buffy adaptarse de nuevo no ya tanto a su vida normal después del final de la quinta temporada, sino a la vida, simplemente. Gran parte de las canciones hacen referencia a esa sensación de que no está realmente viva, de que le falta algo, y de que ninguno de sus amigos puede comprenderlo porque ninguno ha pasado por el mismo trance que ella.
La reemisión diaria que Syfy está haciendo en España de la serie está permitiendo que quienes la vimos en su momento (cuando eran Canal+ y La 2 quienes se repartían su programación) recordemos por qué nos gustaba en su momento y por qué había en 2012 más de 200 escritos académicos sobre ella, sólo en Estados Unidos. La metáfora de los demonios y los vampiros de lo que es la adolescencia y el consiguiente paso a la edad adulta ya ha sido muy comentada desde 1997, cuando The WB la estrenó, pero es cierto que es la característica más destacable, sobre todo vista una vez que hace tiempo que estás en esa edad adulta. "The body", por ejemplo, duele un poco más. Pero, al mismo tiempo, se nota que "Buffy, la cazavampiros" era realmente divertida, y que aunque sus responsables se tomaran en serio a sus personajes y sus evoluciones, nunca pretendían que la serie fuera algo más de lo que era.
"Once more, with feeling" no es, probablemente, el mejor capítulo de "Buffy", pero es uno que representa bastante bien lo que era. En su centro está la evolución como persona de su heroína, busca ingeniosas (y mucho menos sutiles de lo que parece) maneras para dejar claro que la relación entre Tara y Willow no era platónica (en una cadena que se resistía a que se besaran más de una vez por temporada), muestra la sensación de Dawn de que nadie la toma en serio, y recupera running gags como el miedo de Anya a los conejos. Es sencillo ver por qué es un episodio especial para los fans, más allá de que sea musical, y su mezcla entre seriedad y levedad (y tontuna) es justo la receta de toda la serie.
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