ALERTA SPOILERS: Si no habéis visto esa larga noche de Jaime Fraser a merced de su peor enemigo en el final de la primera temporada de "Outlander", no sigáis leyendo.
Cuando arrancó la segunda mitad de la primera temporada de "Outlander", los lectores de los libros avisaban de que la historia iba a volverse más oscura y que nuestros protagonistas iban a verse en situaciones de verdadero peligro. Aquellos primeros ocho episodios ya terminaban con Claire en las garras de un Black Jack Randall que estaba haciendo buena su reputación de malvado sádico, violador y torturador, y la sombra de aquel primer cliffhanger se cierne sobre el resto de capítulos del tramo primaveral de la serie. Randall es el gran malo de "Outlander", un malo del que, aunque se intentó ofrecer algunos matices, sabemos que no hay redención ni posibilidad de comprensión de las razones detrás de su comportamiento. Su explícita tortura física y psicológica de Jaime ha sido, de hecho, un "salto del tiburón" para algunos espectadores, que creen que la serie se ha entregado al reverso tenebroso de la violencia sexual grauita, incluso aunque la víctima de esa violencia no sea, como es habitual, una mujer.
Lo cierto es que, incluso buscando justificación a esa secuencia, es realmente un momento que rompe un poco el tono de lo que hemos visto hasta ahora en la serie. Las Highlands del siglo XVIII son brutales, peligrosas y están habitadas por hombres con pocos escrúpulos que se creen con derecho a tomar lo que les apetezca, pero si el espejo de Randall es Ramsay Bolton, a fe que ha conseguido imitarlo y superarlo. Por otro lado, las guerras en aquellas épocas se libraban así, y las violaciones, por desgracia, son el método más común, incluso hoy en día, para romper la resistencia de los rivales mediante el abuso y la destrucción de los más débiles. Randall consigue lo que lleva la temporada persiguiendo; entregarse a su malsana obsesión con Jaime y destrozar a uno de sus mayores enemigos, el highlander que escapó de su tortura la primera vez. Con todas las reticencias que le podemos poner a esas escenas en la prisión de Wentworth (que la serie muestra como el acto terrible que son), culminan ese giro hacia una mayor presencia del punto de vista de Jaime que vimos al inicio de este segundo tramo de la temporada.
Claire sigue siendo la gran protagonista de "Outlander", pero el final de esa primera entrega equilibra mucho más los roles de ambos personajes. Están en igualdad de condiciones hasta en sus conocimientos sobre la verdadera identidad de Claire; de hecho, ella ya ha confesado dos veces su condición de viajera temporal, una a Jamie y otra al abad de ese monasterio que, casualidades de la vida, estaba interpretado por el mismo actor que daba vida al brujo de Qarth en la segunda temporada de "Juego de tronos". Ambas confesiones, más la revelación de que Geillis es otra desplazada que, en su caso, proviene de 1968, nos recuerdan de vez en cuando que hay una mitología al fondo de la serie que va más allá de la revuelta jacobita para rerstaurar a los Estuardo como reyes de Escocia. Lo que no sabemos es si "Outlander" se acordará de vez en cuando de ella o no.
Paseos por el lado salvaje aparte, la serie ha cerrado una primera temporada que confirma que es mejor de lo que nadie esperaba, desarrollando en mayor profundidad a Jaime para ponerlo más a la altura de Claire ahora que empiezan una nueva etapa juntos, exiliados en Francia y con un bebé en camino. Ella ha continuado en su caracterización de héroe de la historia, planeando la fuga de Jaime de la prisión o lanzándose a una partida de búsqueda cuando no sabían qué había sido de él. También la hermana de Jaime ha sido un gran añadido a la serie, y Murtagh se ha beneficiado de ese mayor énfasis en el mozo Fraser, convirtiéndose en algo más que sólo el Chewbacca de la pareja. La oscuridad de Randall siempre va a tener un pie en lo gratuito, en la búsqueda del shock sólo por conseguirlo, y es labor de Ron Moore y compañía controlar esa tendencia y darle un sentido dentro de la trama. Eso no empaña que, en general, Starz puede estar bastante contenta con "Outlander".
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