La nave espacial en problemas es un subgénero muy utilizado en la ciencia ficción y, especialmente, en las space operas. Permite darle a la serie toques de misterio (si no se sabe qué ocurrió en ella), acción, terror, thriller psicológico, aventuras... Ofrece más posibilidades de las que podría parecer a simple vista, pero también es cierto que, en televisión, había quedado en desuso. Sin embargo, una de las nuevas series veraniegas de Syfy, "Dark Matter", lo recupera para darle un giro que lleve la intriga un poco más allá; no sólo tenemos que averiguar qué ocurrió en esa nave, sino que también hay que investigar quiénes son sus tripulantes y cómo llegaron allí.
Creada por dos veteranos de la franquicia "Stargate" como Joseph Mallozzi y Paul Mullie (y concebida y publicada inicialmente como cómic), la serie se inicia con seis desconocidos despertándose en una nave extraña. No recuerdan quiénes son, no saben qué hacen ahí y el séptimo tripulante, una androide muy segura de sí misma, tampoco les sirve de mucha ayuda para resolver esas incógnitas. En "Dark Matter" se aprecian rastros de las series de "Stargate", de "Firefly", y queda claro que estamos ante un título bastante serializado en el que la identidad y personalidad de sus personajes es tan importante como el misterio general que sobrevuela la trama. Desde luego, en los tres episodios que lleva emitidos, ha habido alguna peripecia autoconclusiva para los protagonistas, pero es la construcción de una dinámica entre ellos lo que más interesa a estas alturas.
Sí, en la nave hay una puerta misteriosa en la bodega de carga, hay datos corruptos que la Androide no consigue recuperar (además de que el control de todos los sistemas de la nave está en sus manos), y la tripulación se da cuenta de que está en medio de una misión de la que no recuerdan nada, pero primero hay que mostrar cómo se relacionan los seis desconocidos entre ellos, quiénes tienen enseguida mayor afinidad, quién asume el papel de líder y quién está todo el rato protestando y conspirando para ser el nuevo líder. Una vez que esas relaciones están más o menos asentadas, "Dark Matter" puede lanzarnos giros como los del tercer episodio, que puede cambiar la perspectiva desde la que estamos observándolo todo.
Ésta va a ser una serie que apunta a desvelar su juego poco a poco, a jugar con el misterio detrás de su premisa todo lo que pueda. También está construyendo el resto del mundo en el que se mueven sus personajes, con esas corporaciones que buscan planetas y asteroides que explotar por sus minerales y esa estación espacial que se menciona en varias ocasiones, y que puede ampliar todavía más el universo de "Dark Matter". En cada episodio hay algún hallazgo o alguna pista que, en teoría, debería acercarnos a la resolución de ese misterio, pero que también lo complican, especialmente en el tercero. ¿Son los protagonistas quienes parecen ser? ¿Realmente el culpable de todo está entre ellos, o hay otros intereses en marcha? De momento, ya han creado a un personaje bastante entretenido en la Androide, eficiente y sin ningún tipo de filtro a la hora de decir lo que piensa, por lo que aporta los toques de humor de la serie.
Ésa puede ser una de sus grandes bazas. Parte de los problemas que tenía, por ejemplo, "Stargate Universe" era que se tomaba a sí misma demasiado en serio, cuando series anteriores como "Stargate Atlantis" habían ido ganando peso con el paso de las temporadas sin abandonar cierta sensación de diversión, cierta ligereza ocasional que ayudaba a dar más relevancia a los momentos más serios. "Dark Matter" está apostando más por el sarcasmo, y no está forzándolo, pero si consigue integrar bien todos sus elementos, y si la trama acaba siendo lo suficientemente interesante, puede ser un entretenimiento veraniego digno.
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