Dos instituciones británicas de la cultura pop cumplieron 50 años con apenas 365 días de diferencia; James Bond lo hizo en 2012 y "Doctor Who", en 2013. A priori, no tienen mucho que ver una con la otra. Bond es un espía con licencia para matar, creado originalmente por el escritor Ian Fleming en plena Guerra Fría, mientras el Doctor es un alienígena que viaja por el espacio y el tiempo en aventuras orientadas por la BBC a los niños. Uno tenía siempre como misión impedir los planes del villano de turno y, a menudo, matarlo; el otro buscaba, al final, enseñar algo de historia de Gran Bretaña a los más jóvenes. Uno y otro, en teoría, sólo comparten haber arrancado en la pantalla en los 60, pero sus caminos post-aniversario se parecen bastante.
O esa es la sensación que puede tener un fan de "Doctor Who" después de haber visto "Spectre", una película que marca un final de etapa para la saga. Es la segunda y última cinta de Bond que dirige Sam Mendes y también es, con toda probabilidad, la última aparición de Daniel Craig como el agente 007. Craig fue el Bond del reinicio de la serie tras la era Pierce Brosnan, un Bond más tosco, más brutal, un poco más pegado a la realidad que sus antecesores (en parte, culpa del éxito de las películas de Jason Bourne). También fue el que protagonizaba la película que celebraba su 50 aniversario, "Skyfall", una historia que conseguía algo bastante difícil: rendir homenaje al pasado del personaje contando, de paso, algo nuevo y llevándolo al siglo XXI.
La importancia del pasado y, sobre todo, del pasado de Bond se recupera en "Spectre", pero curiosamente, se ha optado por hacer, directamente, una película de 007 de las de toda la vida. Cualquiera que haya visto tres o cuatro cintas de la etapa de Sean Connery sabe perfectamente lo que va a encontrarse con esta 24ª entrega. Muchas mujeres hermosas (aunque la última tiene algo más de independencia durante media película, más o menos), un coche de lujo lleno de gadgets, persecuciones y peleas por doquier, espectaculares set pieces, como las llaman los americanos (el arranque en México raya, realmente, a gran altura), y un villano megalómano. Mendes le da un tono menos histriónico y más sobrio, como si dijéramos, a la película, pero no puede negar lo que es.
Y es curioso porque Bond parece haber seguido el mismo camino que "Doctor Who" después de la celebración de su medio siglo. Aquel "The day of the Doctor" homenajeaba la historia de la serie y, también la llevaba hacia el futuro, pero la siguiente temporada a su aniversario, ya con Peter Capaldi como nuevo Doctor, optó por historias más clásicas, por no buscar tanto la novedad como ser muy consciente del legado que llevaba a sus espaldas. Por volver a lo básico, como quien dice. Sin dar un paso atrás tan notable como el de "Spectre" (que, por cierto, deja con ganas de un spin off de M, Q y Monneypenny resolviendo casos por ahí), tanto el Doctor como Bond parecen haber notado el peso de 50 años de historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario