Una vieja máxima de la televisión estadounidense es que tus primeros cuatro episodios tienen que ser como pequeños pilotos, tienen que ayudar a gente que ve por primera vez la serie a saber de qué va, cuáles son sus temas, y a decidir si quiere seguir viéndola. Es un esquema que se nota enseguida en las series autoconclusivas, y todavía más si son procedimentales. Puede haber espectadores que se perdieran el primer capítulo, pero que quieran echar un vistazo al segundo; no tienen que tener miedo de "perderse" porque, usualmente, será una variación del piloto. Los personajes comentarán la relación que tienen unos con otros (por ejemplo, la hermana de Supergirl diciendo "mi hermana acaba de superar la barrera del sonido", por si alguien no sabía quién era esa morena vestida de negro en unas maniobras militares) o repetirán varias veces el punto de partida de la serie, y así los nuevos espectadores pueden subirse al carro sin problema.
Pensad en cualquier procedimental, incluso de esta misma temporada. Aunque "Blindspot" haya avanzado rápidamente mostrando pistas sobre quién puede ser Jane Doe, no se ha despegado de esa repetición de temas hasta el quinto capítulo, o así, y un título que se ha ido volviendo tan serializado como "The Blacklist" llegó a dedicar un episodio entero (en plena segunda temporada) a resumir toda la serie para aquellos espectadores que la veían por primera vez cuando se mudó del lunes al jueves (y después de haberse emitido tras la Super Bowl). Emitirse en una network tiene estas cosas; se podrá decir que la audiencia es sofisticada y que no necesita que se la lleve de la manita, pero ninguna serie nueva se atreverá a dejar de hacer variaciones del piloto durante sus cuatro primeros capítulos.
La historia puede ser diferente si estás en el cable, pero tampoco tanto si la serie se ve en cable básico. El peaje de intentar enganchar a nuevos espectadores en esos cuatro primeros episodios es inevitable a no ser que seas una miniserie, o una historia totalmente serializada, o te emita HBO y puedas hacer lo que te da la gana, narrativamente hablando. Hasta "Justified" siguió, más o menos, esa táctica en su primera temporada. Raylan Givens perseguía a un fugitivo diferente cada vez, y de fondo se iba tejiendo la historia de Boyd, que terminaría adueñándose de aquella entrega inicial (y acabaría siendo el centro de todo). Pero no pasó al frente hasta que no había quedado bien asentado quién era Raylan, a qué se dedicaba y qué lazos le unían al condado de Harlan (Kentucky).
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