08 junio 2016

Quinn da miedo


The Hollywood Reporter invitó a Constance Zimmer a su mesa redonda pre-Emmy de actrices de drama como reconocimiento a lo que había logrado "UnREAL" desde el verano pasado para Lifetime, y Zimmer no tardó en reconocer que Quinn King, su personaje, da miedo. Es la jefa de "Everlasting", la que tiene que asegurarse no sólo de que los concursantes les den las declaraciones y los momentos en cámara que necesitan para producir una hora de televisión entretenida y adictiva, sino de que el programa no se salga de presupuesto y funcione sin problemas, y no tiene tiempo para tonterías. Es directa, cortante, eficiente y sabe cómo presentar una fachada totalmente profesional y compuesta aunque, por dentro, tenga ganas de llorar o de saltarle a la yugular a quien está interponiéndose en su camino.

Quinn es aterradora, sí, pero también es un gran personaje. Junto con Rachel Goldberg, la productora ascendida a showrunner en la segunda temporada de "UnREAL", representa una vuelta de tuerca femenina a un arquetipo muy utilizado en los últimos años en los protagonistas masculinos; el del tipo que es muy bueno en su trabajo pero que, como persona, deja bastante que desear. Rachel y Quinn son dos antiheroínas, dos personajes que no tienen por qué caernos bien, pero que presentan otras cualidades para que nos interse verlos en acción todas las semanas. La inestabilidad mental, y emocional, de Rachel es, desde luego, una parte muy importante de la serie, pero la manera en la que Quinn ejerce su poder es algo realmente fascinante de ver.

No sólo es su facilidad para las frases demoledoras (y graciosas de una manera un poco hiriente), sino el control de su tono de voz y de su lenguaje corporal. La confrontación con Chet en el primer episodio de la segunda temporada de "UnREAL" es todo un destilado de lo que hace de Quinn un personaje interesante, más aún que su charla convenciendo al ejecutivo de la cadena de que es buena idea tener un suitor negro para "Everlasting" ("No es negro, es negro del fútbol americano"). Por supuesto, ella acaba haciendo con Rachel, en parte, lo que Chet le hace a ella, y esa cadena de humillaciones y guerras de egos es lo que apunta a darle las mayores dosis de drama a estos nuevos episodios de la serie de Lifetime.

Eso y la atmósfera más abiertamente sexista no sólo hacia Rachel (alimentada por un rencoroso Jeremy, el cámara con el que estuvo liada en la temporada anterior), sino hacia las participantes en el dating show son algunas de las cosas más destacables de ese arranque de la segunda temporada. Algunas críticas apuntaban que, el verano pasado, "Mr. Robot" se llevó las consideraciones de "ficción de calidad" por encima de "UnReal" por tocar unos temas más "masculinos", lo que podría ser cierto. Pero es el drama de Lifetime el que no hace prisioneros. Cuando llegue la segunda entrega de las peripecias de Elliot en USA, el 13 de julio, tendrán un estándar bastante elevado con el que medirse.

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