10 noviembre 2006

Un asesinato de risa en Manhattan

Espero cumplir, este fin de semana, con mi ritual anual de ir a ver la última de Woody Allen, "Scoop", en este caso, una comedia que, por el tráiler, parece un regreso a esa divertidísima película que es "Misterioso asesinato en Manhattan" (además, la adaptación al teatro se estrena hoy en el Teatro Maravillas de Madrid). El homenaje de Woody a clásicos como "La cena de los acusados", "Perdición" o "La dama de Shanghai" es alocado, tronchante, con algunas salidas sensacionales y un reparto en estado de gracia (qué gran reencuentro de Allen con Diane Keaton).
"Misterioso asesinato en Manhattan" tiene la culpa de mi ritual alleniano anual. La compré en una de esas colecciones que venden en los quioscos y, antes de verla, la única película que había visto, entera, de Allen era "Balas sobre Broadway", y esa la vi cuando se estrenó en el cine, en 1995. Me reí tanto con ella ("¡no hables, no hables!") que me decidí a probar con una en la que saliera el hombre en persona, y le tocó a "Misterioso asesinato..."
Lo cierto es que, según empieza la película, hay algunas sonrisillas, pero nada más. Hasta que llega esa conversación telefónica entre Alan Alda, Woody Allen y Diane Keaton a la una de la madrugada, en la que Alda, si no recuerdo mal, expone su teoría acerca de cómo mataron a la anciana vecina: "La ató a la cinta de correr y puso el programa en el nivel olímpico"... Y ya no pude parar de reírme. Es de las pocas películas en las que he llorado de la risa, y todavía lo hago a pesar de haberla visto muchas veces (bueno, también me partía con los ratoncitos cantores de "Babe, el cerdito valiente"). Entre frases como "no puedo escuchar mucho a Wagner, me dan ganas de invadir Polonia", el autobús "tumba-express" o la grabación de la cinta del chantaje, el listón se quedó bastante alto para las comedias posteriores de Woody.
Quizás pesó en ello que la película se estrenó justo en pleno escándalo por su relación con Soon-Yi, hija adoptada por Mia Farrow en su matrimonio con el músico André Previn. Mientras su vida personal era bastante complicada, a "Misterioso asesinato en Manhattan" la siguieron la ya citada "Balas sobre Broadway" y otra comedia más, "Poderosa Afrodita", igualmente divertida y con una Mira Sorvino que se llevó un Oscar y ya no pudo levantar cabeza.
Del ingenio de Allen, una perla de 1977, año en el que "Annie Hall" le hizo ganar los Oscars al mejor director y mejor guión, amén de mejor película y mejor actriz, y lo lanzó al estrellato: "Si este año soy una estrella, ¿que seré el próximo? ¿Un agujero negro?".

1 comentario:

Álex dijo...

Misterioso asesinato en Manhattan es mi película favorita de Woody Allen. Tiene otras que también me gustan mucho, pero esta es con la que más me rio.