20 septiembre 2013

Un policía en silla de ruedas

A finales de los 60, Raymond Burr era toda una estrella gracias a los años que había pasado como protagonista de la serie "Perry Mason". El papel le reportó dos Emmy, una gran fama y hasta lo repetiría en varias películas para televisión en los 80, pero no sería la única serie de éxito en la Burr participaría. A principios de los 70 volvería a repetir la jugada con "Ironside", un policiaco en el que la principal novedad estaba en que su protagonista estaba en una silla de ruedas por culpa de un disparo. Y que tenía una sintonía compuesta por Quincy Jones, y que a Quentin Tarantino le encanta. La serie fue uno de los mayores éxitos de NBC, así que no es nada extraño, después de intentar hacer nuevas versiones de "La mujer biónica", "El coche fantástico" y "Principal sospechoso" sin demasiada suerte, que se animaran a estrenar un remake de "Ironside" situando esta vez a un actor negro como Blair Underwood en la silla.

Esas dos circunstancias, que ahora Ironside sea negro y que siga yendo en silla de ruedas, son las dos únicas novedades de una serie que, por lo visto en el piloto, es exactamente lo que parece; una de polis. Ironside logra que sus jefes lo pongan al mando de un equipo de detectives elegido especialmente por él en el que tenemos al experto en asuntos económicos (porque fue asesor financiero antes de hacerse policía), al clásico policía macarra (un Pablo Schreiber que puede resultar muy divertido), y a una detective que parece tener lazos familiares con la mafia italiana (Spencer Grammer, una de las muy rubias hijas de Kelsey Grammer), y la dinámica entre todos ellos es lo más entretenido de un capítulo inaugural que carga demasiado las tintas cuando introduce el otro elemento de la serie, el ex compañero de Ironside y la razón por la que él acabó parapléjico.

En estas series, la relacion entre los protagonistas es lo que determinará si merecen la pena o no, porque los espectadores saben perfectamente lo que van a tener en cuanto a tramas. Underwood puede ser un buen protagonista central (sobre todo cuando se rebaje un poco la aceleración con la que transcurre todo en el piloto) y NBC puede encontrarse este año con un nuevo "Chicago Fire", en cuanto a serie de toda la vida que acaba funcionando un poco por sorpresa. "Ironside" no va a reinventar el género y tampoco lo pretende, y que le demos una oportunidad depende de si nos gustan los títulos de detectives, como me pasa a mí. Sí, es un procedimental, ese calificativo que causa terrores nocturnos e intentos de exorcismos en el 90% de los seriéfilos interneteriles, pero aún es pronto para saber si será un buen procedimental.

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