La diversidad racial (y sexual) en los repartos de las series ha sido uno de los temas más comentados en las webs estadounidenses en los últimos meses. De "Orange is the new black" a "How to get away with murder" y "Transparent", los críticos han estado discutiendo sin cesar lo beneficioso que es tener personajes que no sólo sean blancos y heterosexuales como protagonistas de las series, lo explícitio que ha sido el sexo gay en las dos primeras (aquella escena entre Poussey y su novia alemana bien está entre las más tórridas del año también) y cómo ayudan a representar más adecuadamente cómo es la sociedad norteamericana en realidad. Todos estos títulos pueden ser muy tolerantes y abiertos, pero donde podemos encontrar las series más desprejuiciadas de la televsión es en los canales infantiles. Unas cuantas de las series emitidas allí muestran como algo que no merece ser destacado aspectos como parejas del mismo sexo o interraciales; para ellas, es normal y no distrae de lo principal, y cuando se le da un tratamiento un poco diferente o especial, es por algo justificado dentro de la trama. Del mismo modo que, para una serie como "Faking it", el sexo entre adolescentes no se ve como algo excepcional o de lo que tener miedo, para esos títulos de Nickelodeon o (Dios mío) Disney Channel, la homosexualidad o las parejas mixtas no son tampoco algo extraño.
Y, sin embargo, a veces se organizan jaleos importantes cuando alguna trama se centra mucho en alguno de esos dos aspectos. En enero, Disney Channel se vio enmedio de una de esas polémicas de baratillo organizada por One Million Moms al mostrar a una pareja de lesbianas llevando a su hijo a jugar con la niña protagonista de "Good luck, Charlie". Que el niño tuviera dos madres no era más que parte del chiste sobre cómo los padres de Charlie querían tener siempre razón (cada uno había conocido a una mujer diferente), pero encontrarse aquello en televisión llevó a las críticas habituales de "¡qué están mostrándoles a nuestros hijos!" Sin embargo, la controversia no fue al final para tanto. La respuesta más extendida fue "mi hijo también tiene amigos que tienen dos padres, o dos madres" (algo que el propio Barack Obama apuntó cuando explicó su cambio de opinión sobre el matrimonio homosexual), y ahí quedó todo. Pero cada vez que una serie juvenil o infantil toca el tema, los debates vuelven a surgir, incluso aunque sólo sea para determinar si eso es "canon" o no.
Es lo que ha pasado esta semana con el final de "The legend of Korra", una serie de aventuras de Nickelodeon cuya protagonista tenía una dinámica de amistad con otro personaje femenino de la serie, Asami, que tenía a los fans especulando como locos sobre si ahí podía haber algo más o no. Los dos creadores ofrecieron sus propias explicaciones apuntando que les parecía absurdo que nunca hubieran intentado explorar esa relación, lo que llevó a que el título fuera saludado como uno de los más subversivos de la televisión reciente estadounidense, aunque su última temporada y media se haya visto en la web de Nickelodeon, en lugar de en su parrilla. "Korra" ha aprovechado la capacidad metafórica de la fantasía para hablar de temas más serios y con raíces históricas importantes, algo que las series infantiles han hecho muchas veces sin que haya pasado nada. ¿O ya no nos acordamos de "Alfred J. Kwak"?
Los niños no son tontos. "Doctor Who" es otro ejemplo de serie que no los trata como tales y que no tiene prácticamente ningún prejuicio racial o sexual (vale, está esa cuestión de cuándo habrá una Doctora, pero eso lo dejamos para otro día). Jack Harkness podía flirtear tanto con Rose Tyler, como con el Doctor como con Chantho, la extraterrestre de la foto de arriba, y eso no lo convertía en alguien menos heroico. Más de una vez hemos apuntado el hecho de que, hasta que llegó Clara (que es profesora), la acompañante con una mejor posición social de todas era Martha Jones, médico, que es la única que no es blanca. Y "Doctor Who" mantiene la misma tendencia de la ficción británica de mostrar parejas interraciales sin que eso represente nada especial. Quizás no todos los niños se den cuenta de lo que están viendo, pero eso que ven refleja cómo es el mundo real, del mismo modo que los cuentos de hadas les advertían de los peligros que podía haber lejos de sus casas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario