Cuando "Gotham" arrancó, su promesa de que iba a contar cómo una ciudad en decadencia podía haber acabado dando vida a Batman picó la curiosidad de los espectadores. Sí, teóricamente íbamos a ver los esfuerzos de Jim Gordon por "limpiar" la ciudad de la corrupción rampante y, de paso, ir ascendiendo hasta ser comisionado de policía, pero muchos pensaron que no podía hacerse una serie sobre la ciudad de Gotham sin traer a colación a Batman, incluso aunque Bruce Wayne no sea más que un niño que acaba de perder a sus padres. La decepción con "Gotham" empezó muy pronto (tal vez, demasiado pronto), y no ha conseguido darle la vuelta a esa percepción. El final de su primera temporada, de hecho, confirma algunas de las peores tendencias de la serie, como empeñarse en meter demasiadas tramas y demasiados personajes en cada episodio y tener a Gordon permanentemente cabreado e intenso.
Hasta las maniobras del Pingüino por iniciar una guerra entre Maroni y Falcone para acabar siendo él el dueño de la ciudad han acabado agotando. Puede ser el personaje al que los guionistas le pillaron más rápido el punto, pero ha estado también dando muchas vueltas sobre sí mismo, mientras Fish Mooney ha estado constantemente en su propio spin-off dentro de "Gotham". Al final, lo que parecía que podía ser el gran lastre de la temporada, que era la investigación del joven Bruce Wayne de la muerte de sus padres, y de lo que está haciendo de verdad Wayne Enterprises, haya sido lo que ha dejado un mejor sabor de boca. Bruce, Alfred y Selina Kyle han tenido una dinámica muy entretenida de ver, y han estado mejor retratados y dibujados que buena parte de los demás personajes. Hasta Harvey Bullock, que prometía grandes cosas, ha quedado más como una caricatura. Lo que sí merece la pena destacar es el aspecto visual de la serie; ahí sí que han acertado siempre de pleno.
Parece que las series nórdicas nunca dejan de sorprender. Después de haber obsesionado a medio mundo con sus policíacos, la televisión sueca ha decidido hacernos un regate totalmente inesperado con "Jordskott", una sorprendente serie que ha empezado a llamar la atención en el resto de Europa, como viene siendo habitual últimamente, a partir de su emisión en el Reino Unido. Quienes han visto sus diez capítulos la definen como un título de misterio sobrenatural imprevisible y difícil, en realidad, de adscribir a un género concreto, y se resisten a decir mucho más para no estropear la diversión de verla. Comparada con "Expediente X", lo cierto es que "Jordskott" empieza de una manera que la sitúa en la línea del popular nordic noir, con unos niños desaparecidos en un pueblo maderero, y da un giro de 180º a mitad del primer capítulo que casi te deja al borde del sofá.
Lo que se puede contar es que su protagonista, Eva Thörnblad, regresa a Silverhöjd, su pueblo natal, para poner en orden los papeles de su padre, que acaba de morir, y con el que no se hablaba desde que desapareció su hija, siete años atrás. Eva (que lleva una chaqueta que Pere Solá comparó con la de Ryan Gosling en "Drive") alberga la esperanza de poder investigar, precisamente, la desaparición de su hija, pues otro niño está perdido en el pueblo. Y es verdad que lo mejor es dejarlo aquí. "Jordskott" sabe crear una atmósfera inquietante y transmitir la sensación de que en Silverhöjd está pasando algo malsano, que el bosque es, como ocurría también en "Twin Peaks", un lugar que alberga una gran oscuridad. En realidad, a lo que puede recordar más esta serie es a "El silencio del bosque", un libro de la escritora estadounidense Tana French. Su protagonista, Adam Ryan, es un policía dublinés que acarrea con él un trauma ocurrido veinte años atrás, cuando se adentró en el bosque junto a su casa con otros dos amigos. Iban buscando hadas y duendes, y ninguno de los tres regresó para cenar. Sólo volvió a aparecer Adam, varias horas más tarde, conmocionado y con las zapatillas manchadas de sangre. Y dos décadas después, aparece muerta una niña sobre una piedra celta de ese mismo bosque. La investigación policial puede ser más o menos convencional, pero la atmósfera que crea cada vez que el libro habla de ese bosque es realmente inquietante.
Música de la semana: Un día más tarde de lo habitual, vamos a dedicarle la selección musical a "Agents of SHIELD", que de vez en cuando se marca unas simpáticas escenas en las que vemos a algún personaje empezar su día a los sones de una canción que siempre les va que ni pintada. La semana pasada, ese personaje era el (los) interpretado por Patton Oswalt, y el tema en cuestión era "Robot tourist", de Tam Nightingale.
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