Durante la promoción de una temporada de "Mujeres desesperadas" (ahora mismo no recuerdo cuál), Felicity Huffman era preguntada en un late show por sus hijas con William H. Macy y por sus sentimientos personales hacia la maternidad, teniendo en cuenta que Lynette Scavo, su personaje, al principio de la serie se sentía culpable por no soportar a sus revoltosos hijos y por querer volver a trabajar. Huffman decía que era un tabú que cualquier madre reconociera que eso, ser madre, no le parecía tan maravilloso y que aspiraba a algo más en la vida, y apuntaba su propio sentimiento de culpa al respecto; creía que, por decir que a veces sus hijas la volvían loca, el resto de la gente la juzgaba automáticamente como una mala madre. Y eso, en la sociedad estadounidense, es el peor insulto que podían lanzarle.
En el último año, o a lo mejor un poco más, los blogs y webs dedicados al cine y la televisión en Estados Unidos han estado debatiendo con bastante asiduidad el representación de los personajes femeninos en la industria del entretenimiento, y se ha tocado en varias ocasiones ese arquetipo del "personaje femenino fuerte", comentándolo como la única opción que había, hasta ahora, de ver en televisión y en el cine a mujeres que no fueran simplemente las novias, las madres de los protagonistas (masculinos) o las damiselas en apuros. Ese arquetipo suele englobar a mujeres de personalidad muy marcada y, a veces, hasta físicamente fuertes, capaces de desenvolverse ellas solas en cualquier situación arriesgada y, a veces, bordeando la caracterización de la Mary Sue, la mujer perfecta e infalible en todo.
Por supuesto, tener un protagonista carismático, que sostenga por sí mismo el entramado de la serie o la película a su alrededor, independiente y, digámoslo, fuerte ayuda enormemente a que el producto audiovisual enganche a la audiencia y sea entretenido. Pero ha surgido una corriente en los últimos meses que, aunque considera que está muy bien, y es necesario, tener personajes femeninos así, no pueden quedarse sólo en eso. Katniss Everdeen, por utilizar un ejemplo de gran éxito reciente, es un personaje femenino fuerte en el sentido de que tiene recursos propios, es la heroína de "Los juegos del hambre", pero también se han preocupado de darle otros matices que no la encasillen sólo en eso; Katniss está traumatizada, propulsada a un papel de símbolo revolucionario que representa a regañadientes, cuando lo único que ella quiere es proteger a su familia. Eso la lleva a tomar decisiones equivocadas, a confiar en quien no debe, y ayuda a presentar un retrato suyo más completo.
Las voces que han ido surgiendo sobre esta tema apuntan todas lo mismo. Si de un protagonista no se dice que es un "personaje masculino fuerte" para describirlo, quizás debería ir retirándose esa caracterización de los femeninos para ir consiguiendo que tuvieran una representación más de igual a igual. No es un asunto sencillo, pero realmente es interesante de analizar. Tomemos como ejemplo el jaleo que se ha organizado alrededor de la Viuda Negra en "Vengadores. La era de Ultrón" (el "problema de la Viuda Negra", como lo han llamado en Entertainment Weekly). Sin desvelar la escena en concreto que ha suscitado las críticas (por eso de los spoilers), se ha acusado a Whedon de debilitar la caracterización de Natasha Romanoff, de hacerla de menos ante el resto de los superhéroes por su dinámica con Bruce Banner y por la manera en la que se ve afectada por un aspecto concreto de su pasado (curiosamente, esas críticas las sufrió también, por lo mismo, Robin Scherbatsky en "Cómo conocí a vuestra madre").
Aquí hay opiniones para todos los gustos. Se puede ver como una profundización de la Viuda Negra (que es como yo lo vi) o como una depreciación del personaje, y los defensores de uno y otro lado se han pasado desde el viernes tirándose los trastos a la cabeza en todas las redes sociales posibles. En el centro del debate parece estar otro de esos tabúes que persiguen a los personajes femeninos; si son heroínas de acción, no pueden poseer otros rasgos más femeninos, y si su característica principal es ser muy femeninas, Dios les libre de que les gusten los videojuegos. Cuando hay personajes tridimensionales y complejos, con sus virtudes y sus defectos, las series y las películas son más interesantes, pero es inevitable que surjan las críticas de quienes creen que se está debilitando a esos personajes. Mostrar que Alicia Florrick es ambiciosa no la debilita; la acerca más a una mujer normal.
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