03 enero 2017

El amor es una locura... con canciones


"Crazy ex-girlfriend" lleva dos años seguidos con un dudoso honor: el de serie menos vista de la televisión estadounidense. Sus cifras son bajas hasta para The CW, y no aumentan por mucho que Rachel Bloom ganara el año pasado un Globo de Oro a mejor actriz de comedia, o que los críticos la adoren casi incondicionalmente. La combinación de cadena y sinopsis (una exitosa abogada de Nueva York lo deja todo y se muda a California siguiendo a un ex novio de adolescencia) no ayuda a que el público le de una oportunidad, seguramente espantado de que sea una comedia romántica. Lo es, y una muy autoconsciente y que sabe cómo mantenerla en funcionamiento, algo que el cine ha olvidado en los últimos tiempos.

Su título puede ser un campo de minas porque da a entender, inicialmente, que Rebecca Bunch es una ex novia loca como ésas que salen en vídeos de YouTube acosando a sus ex, pero se toma ese término denigrante como una oportunidad. Sí, Rebecca tiene problemas, pero lo que tiene que reconocer es que no provienen de que aún esté enamorada de Josh Chan desde el campamento de verano. Sus inseguridades y su inestabilidad emocional estaban ya "de serie", como quien dice, y no es la única que necesitaría varias sesiones de terapia psicológica. Ahí está la gracia de la serie; desde Paula, que está viviendo una película idealizada a través de los intentos de Rebecca de enamorar a Josh, a Greg, el amigo/interés amoroso con graves problemas de autoestima, todos son propensos a los comportamientos egocéntricos y a obsesionarse con tonterías.

Las neurosis de Rebecca, sin embargo, son el centro de "Crazy ex-girlfriend", y donde se aprecian siempre mejor es en los números musicales. Si por algo merece la pena la serie es por la manera en la que las canciones originales son chistes envueltos en tres y cuatro capas de significado. Comentan una situación determinada en el episodio, parodian un estilo musical concreto que iría muy bien en esa situación y, de remate, añaden varios chistes en sus letras. Si tomamos como ejemplo "I give good parent", una canción de la primera temporada, ya resulta divertido que Rebecca decida cantar a lo hip-hopera que se jacta de ser la mejor (según Rachel Bloom, el tema se inspira en Nicki Minaj) para presumir de que es experta en caerles bien a los padres de sus novios.

Con la llegada de la serie a Netflix España, es un buen momento para darle una oportunidad. "Crazy ex-girlfriend" opera desde la base de que todos sus personajes hacen locuras por amor, ya sea Josh soportando a una novia que lo hace de menos constantemente o Darryl descubriendo quién es realmente. Es realmente divertida, pero trata a sus personajes con cariño, aunque los humille de vez en cuando. Y no deja de encontrar maneras imaginativas de colar sus canciones. El anunciado crossover musical entre "The Flash" y "Supergirl" debería contar con Rachel Bloom y compañía para escribir sus temas.

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