"No pasa nada por estar triste". Así afirman Pete Docter y Jonas Rivera, co-director y productor de "Del revés", que les resumió la película Mindy Kaling cuando le propusieron ser Asco. Y lo cierto es que el tema de la película, la moraleja, si queréis, de esta historia pequeña y, al mismo tiempo, universal, que tiene lugar por completo dentro de la cabeza de una niña de 11 años que se muda de Minnesota a San Francisco, y que maneja ese cambio peor de lo que parece a simple vista. "Inside out", que es su título original, causó verdadero revuelo en el Festival de Cannes porque provocó lloros y risas genuinos y por igual a unos críticos que se enfrentan a las películas allí como si fueran morlacos en la Feria de San Fermín, y las opiniones que ha habido después sobre el filme han sido, en general elogiosas.
Es cierto que vuelve al terreno emocional de la melancolía por la infancia perdida, o por la juventud perdida, de "Toy Story 3" o el principio de "Up", pero lo hace de una manera mucho más imaginativa e ingeniosa. Toda la cinta es una metáfora sobre cómo funcionan las emociones, cómo se generan los recuerdos y cómo se va formando nuestra personalidad según vamos creciendo. Docter ha contado que se documentaron bastante para hacerse una idea de cómo podían antropomorfizar las emociones, cuántas podían utilizar y cómo podían convertir la mente de una niña de 11 años en algo parecido al mundo de los monstruos de "Monstruos S.A." La manera en la que se presentan Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco nos permite ientificarlas visualmente con rapidez, del mismo modo que resulta muy fácil comprender el proceso de formación de la memoria. Es como si estuviéramos en una versión actualizada y disneyzada de "Érase una vez la vida", pero con algunos chistes bastantes más sofisticados de lo esperado, como el gag con el pensamiento abstracto.
En una sociedad tan orientada a la persecución de la felicidad, en la que el triunfo personal se valora por encima de todo, resulta muy significativo que "Del revés" apueste por integrar a la Tristeza, por presentarla como la protagonista secreta de la película, y por hacerla tremendamente entrañable. A ello ayuda mucho el trabajo vocal de Phyllis Smith, una actriz conocida por su participación en "The Office" y que casi le roba la cinta a Alegría y a una energética y estupenda Amy Poehler. Todo el reparto de voces funciona perfectamente, desde la indignación de Lewis Black como Ira a la inseguridad de Bill Hader como Miedo y el lado de chica popular del instituto que tiene Asco gracias a Mindy Kaling. Todos encajan perfectamente y hacen llegar tanto los chistes como los momentos más emocionales, y contribuyen al ritmo con el que se cuenta la aventura de Alegría y Tristeza por volver al centro de control de las emociones de Riley.
Hay algunos momentos realmente muy inspirados en "Del revés", como la sucesión de gags de los títulos de crédito sobre lo que pasa en las mentes de otras personas, el ya mencionado "atajo" por el pensamiento abstracto o la producción de los sueños de Riley, que parece estar sacada directamente del modo de trabajar de "Saturday Night Live" (que tiene un agradecimiento en la película, por cierto), pero sobre todo destaca por esa manera de extraer una aventura llena de color, humor y emoción de algo, a priori, tan pequeño como una niña que está triste, y no sabe cómo expresarlo. En realidad, sólo tiene que darse cuenta de la Tristeza y la Alegría son dos caras de la misma moneda.
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