Cuando se estrenó la última temporada de “Breaking Bad” en AMC, se produjo una circunstancia curiosa. La audiencia de los primeros capítulos de la quinta entrega era mayor que los de la cuarta, que ya había aumentado con respecto a la tercera, y conforme se iba cerrando el cerco alrededor de Walter White, cada vez más espectadores se iban subiendo al carro, deseosos de ver, en vivo y directo, si Heisenberg era atrapado finalmente por la policía, o por sus rivales narcos. En un principio, no era algo extraño; es habitual que las series de cadenas de cable vayan aumentando su audiencia con cada nueva temporada, aprovechando que espectadores que, hasta entonces, no la han visto, se pongan al día con ella durante su hiato. El DVD era el método preferido para hacer esto hasta que Netflix puso en marcha su servicio de streaming, y “Breaking Bad” fue una de las que se benefició de un modo más espectacular de él. La audiencia récord de sus últimos episodios se debió a toda esa gente que, animada por las recomendaciones de sus amigos y por las buenas críticas, se había animado a darle una oportunidad a la serie, y se había dado un respetable maratón de capítulos para ver el final en vivo en AMC.
El catch-up de Netflix, y la aparición de nuevas plataformas de visionado, está cambiando definitivamente el modo en el que las cadenas deciden qué series funcionan y cuáles no. Es algo que hemos comentado en bastantes ocasiones, pero que se está notando con mayor fuerza en los últimos tiempos. El Wall Street Journal publicaba hace unas semanas un artículo sobre el auge de las segundas temporadas, un fenómeno por el que muchas cadenas, aunque no sean de cable, están tratando algunas de sus series como si fuera HBO; renovándolas por una segunda temporada aunque la primera no haya tenido una audiencia demasiado destacable, con la esperanza de que el público podrá encontrarla durante el hiato, y contando con que esa nueva tanda de episodios les permitirá amortizar la inversión hecha para poner en marcha la serie. Por esto es bastante raro (o lo era) que HBO cancele algo en su primera temporada; tiene que haber pasado muy desapercibido, o ser un desastre mayúsculo, para que tome esta decisión.
USA renovó “Mr. Robot” directamente, antes siquiera de que se emitiera su segundo capítulo, pensando en esta nueva situación, en que es una serie cuyo público puede tardar algunos meses en encontrarla, pero que puede convertirse luego en su mejor activo para llegar a más gente posteriormente. Pero además, la estrategia de promoción que la cadena ha seguido con ella también es representativa de estos nuevos tiempos en la industria televisiva. “Mr. Robot” se paseó por festivales como SXSW (que hace ya unos años que tiene sección de series. Allí se vio “Girls”, por ejemplo), hasta el de Tribeca, y ha estado anunciándose desde meses antes de su debut. Es una estrategia que FOX siguió en su momento con “Glee” y que ahora está repitiendo con “Scream Queens”, es también la misma de AMC con “Fear the Walking Dead” y el modus operandi habitual de “American Horror Story” en FX y de, por supuesto, “Juego de tronos” en HBO.
La era de la burbuja seriéfila, del peak tv, como dicen los críticos estadounidenses, lleva a las cadenas a buscar otras maneras de promocionar sus títulos para que destaquen un poco entre toda la competencia. Para ello, se toman prestadas las tácticas de los estudios de Hollywood con sus blockbusters veraniegos (que levante la mano quien creyera, como yo, que ya “Ant-Man” ya se había estrenado, teniendo en cuenta su incesante goteo de fotos, teasers y rumores varios, meses antes de que llegara a los cines), y se lleva las series a otros foros que, hasta ahora, no eran los habituales. La apertura de los festivales de cine a ellas, por ejemplo, está siendo bastante significativa. Que “Top of the lake” se vea en Sundance o “Deutschland 83” en Berlín les da un empujón inicial de visibilidad que siempre es bienvenido. El mes que viene, por ejemplo, el festival de Toronto inaugurará su propia sección de series con el preestreno de “Heroes reborn”.
Y no son sólo las series nuevas las que buscan su audiencia a través de la puesta a día en Netflix. "Person of interest", por ejemplo, arrancará su quinta temporada el año que viene, y a partir del septiembre estará, por primera vez, completa con el servicio de streaming. Algo similar le pasa también a "Los 100", de la que The CW confía que, al estar ya disponibles sus dos primeras entregas en Netflix, pueda llegar a un público nuevo y ganar más audiencia en su emisión en la cadena, también para midseason. La búsqueda de su audiencia ya no se restringe sólo a los capítulos de debut.
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