25 mayo 2011

Tu lugar feliz

Hace algún tiempo, escuchando el podcast "Talking TV with Ryan & Ryan", hablaban sobre "Cougar Town" y explicaban cómo, a lo largo de su segunda temporada, se había convertido en la serie que, simplemente, les hacía sentirse más felices mientras la veían, aquella que los transportada a su "happy place", su lugar feliz. No es que pensaran que era la mejor serie en antena, o que lloraran de la risa en todos los capítulos, o que les pareciera una monumento a la televisión de calidad; era, simplemente, que ver las peripecias de Jules y sus vecinos les hacía sentir bien.

A veces, olvidamos que uno de los propósitos de la televisión es, simplemente, entretener y hacernos pasar un buen rato. Y para ello sirve cualquier serie, no sólo las etiquetadas como "ligeras". No es que "Justified" nos vaya a convertir en mejores personas, pero es una de las que más se disfrutan simplemente a ese nivel, el de la mera diversión y el entretenimiento (otro crítico estadounidense, ahora no recuerdo cuál, decía que su segunda temporada era "a lot of fun", además de apuntar su calidad en otros aspectos). Nunca hay que subestimar la diversión como factor de enganche a una serie. "Burn notice" me resulta sumamente entretenida, por ejemplo, y por muchos baches que atraviese, "Bones" me proporciona la misma diversión. Algunos de los títulos que suelo ver antes que cualquier otro son, precisamente, los que de algún modo me llevan a mi "lugar feliz". Incluso en su tercera temporada, en la que se notaron los intentos por atraer nuevos espectadores que la libraran de la cancelación, "Verónica Mars" era de esas series, y muchas veces casi sólo por ver a Verónica soltando borderías y tirando de ingenio para desfacer entuertos por doquier.

"Pushing daisies", ese musical sin canciones, es el caso más claro, para mí, de todo esto. No todo el mundo estaba dispuesto a entrar en su juego (era muy fácil quedarte en el exterior falsamente "empalagoso"), pero si lo hacías, te atrapaba por completo, y no tanto por el colorido de sus escenarios como por sus diálogos ingeniosos y sus personajes, que iban desvelando capas más melancólicas e interesantes conforme pasaban los episodios. Muchos años después de que se terminara, "Las chicas de oro" aún mantiene ese encanto, y lo mismo "Las chicas Gilmore", que era de ésas que, como dicen las ByTheGirls, te hacen ser mejor persona. "Doctor Who" puede muy bien ser, de entre las que están en emisión, la que reúne más características para convertirse en un "lugar feliz" y proporcionar diversión sin más además de sus juegos temporales y sus monstruos imaginativos. Que los capítulos de una serie te pongan continuamente una sonrisa en la boca es algo que no se debe pasar por alto.

10 comentarios:

Tharasia dijo...

Yo tengo temporadas que sólo admito series de éstas, porque el cerebro me pide azúcar y no amargor. De ahí que no haya podido con "The crimson petal..." estos días, pero puede que más adelante hasta me guste.
En cuanto a serie feliz, de las que ponen últimamente me quedo con HIMYM, y de las de siempre, The West Wing, con aquellos episodios del queso y de navidad y en los que querías importar al presidente Barlet para España, o por lo menos para tenerlo en el salón de casa de vez en cuando.

Liliana Fuchs dijo...

Sin duda Pushing Daisies y Las Chicas Gilmore son mis favoritas "series felices", y también Wonderfalls. Raising Hope se ha ganado asimismo un lugar en ese grupo, es que son todos los personajes tan adorables... algo descerebrados, sí, pero adorables.
Todos necesitamos un lugar feliz seriéfilo para sobrevivir un poco de vez en cuando :)

Saludos

OsKar108 dijo...

Que vivan los "Happy Places" XD.
Que grandes Pushing Daisies, o Las Chicas Gilmore (que yo empecé una vez terminada la serie, y que acabé a finales del verano pasado), entre otras muchas.
Ya que lo mencionan, no se si has visto algo de Raising Hope, pero a mi me ha gustado mucho, y es que sus personajes se hacen totalmente "achuchables", in my opinion XD.

¡Saludos!

Unknown dijo...

Raising Hope no la he visto, pero muchos coincidís justo en eso, que sus personajes terminan siendo adorables.

torpedama dijo...

Yo también apunto Raising Hope; son tan majos todos los personajes... Aunque no llega a ser tan buena como Me llamo Earl.

MacGuffin, justo el sábado, viendo el especial de navidad de la temporada 2 de Doctor Who (en el que el Doctorcito conoce a Donna) en Boing, pensaba precisamente lo muchísimo que me divertía esa serie, aunque últimamente hayan abandonado el lado más lúdico para centrarse en lo misterioso.

Unknown dijo...

La personalidad del productor ejecutivo que maneje la serie pesa bastante en el tono de Doctor Who. Ya dijimos que Russell T. Davies y Steven Moffat hacen el Doctor que recuerdan de cuando eran niños: para uno era todo aventura, y al otro le daba miedo.

Crítico en Serie dijo...

Siempre nos pisamos. Un día de estos quería escribir sobre Happy Endings refiriéndome al mismo podcast que tú, que hablaban de lo bien que te hacía sentir Cougar Town. Que lo que gusta de esta serie es sentirse acogido por sus personajes y sentirse uno más del grupo.

Pushing Daisies era una preciosidad. Ojalá hubiera durado algo más de tiempo puesto que fue una de las operaciones más curiosos de la década pasada.

Jeremy Fox dijo...

Con esto del Google Reader, uno deja de escribir comentarios pero hoy no me puedo resistir.

Yo soy fan de "Las chicas Gilmore", aunque solo he visto dos temporadas y media (la estoy recuperando ahora, años después de ver las dos primeras).

En la actualidad unas de las series que más disfruto a este nivel del que hablas es "Castle". Los casos son una chorrada pero tiene esa habilidad para dejarme una sonrisa en la cara cada vez que termina un capítulo y eso es, muchas veces, justo lo que necesito después de un día de trabajo.

Saludos

Jeremy

Álex dijo...

La serie que mejor conseguía eso era Las chicas Gilmore, era ver un episodio y querer ser mejor persona. No sé como lo hacían.

Er-Murazor dijo...

A mi, aparte de las mencionadas Castle y Doctor Who, la serie "happy" que más me gusta es Leverage. Me lo paso pipa viéndola, aunque sé que los trabajos no hay quien se los crea. Pero es que los personajes son tan entrañables...